lunes, 31 de octubre de 2011

La realidad del ser

La realidad de ser. La conciencia de ser es privilegio del ser humano entre los seres vivos que no son hipótesis sino realidades básicamente evidentes a nuestra experiencia y a nuestro humano conocer. Nos conocemos a nosotros mismos a pesar de lo mucho que nos ignoramos. Existimos como individuos en la intimidad de nuestro ser aunque nuestra existencia está sujeta a la realidad necesaria e indispensable que nos da origen y nos mantiene y nos sostiene como células vivientes del fenómeno humano como entidad social. En el siglo XXI estamos maravillados de nuestra integración global extraordinaria en los anales de la historia gracias a la intercomunicación informática cuya base es la tecnología en avanzada con todos los inventos que manipula el hombre y la ciencia de la materia y la energía en todas sus dimensiones.
La conciencia de ser tiene una dimensión espiritual cuyo valor parece estar al margen de la realidad actual abarrotada de tecnología en el marco de la preocupación económica al servicio de la productividad y el consumo de nuestra cultura con tendencias deshumanizantes y deshumanizadoras con respecto a los valores espirituales de la dignidad y la misión trascendental del destino del hombre. Sobre todo los valores morales parecen relegados en su efectividad social al punto de que el terrorismo parece estar a la vanguardia de la destrucción humana a nivel familiar y universal en la familia humana. No es verdad que carecemos de recursos espirituales cuyo influjo en acción nos hace capaces de equilibrar este desorden que nos amenaza con la destrucción y la aniquilación de nuestra especie sobre la faz de la tierra.
Necesitamos ser conscientes a nivel individual y social precisamente de eso, del amor y el respeto a la tierra y a nosotros mismos como individuos como sociedad y como especie humana. A pesar de que nuestra movilidad geográfica nos desarraiga de nuestra propia tierra donde nacimos y de la que tecnológicamente nos lanzamos hacia el espacio y todo el universo, el amor a la tierra y al terruño deberá hacernos conscientes de nuestra lealtad y orgullo por la madre tierra de donde nacemos, viniendo de ella a donde volvemos al cumplir la misión de nuestra existencia. Nos es necesario el carácter que requiere delinear en todos sus niveles el ideal de la realidad y la realidad del ideal de una economía no solo materialista sino humanitaria y global por el bien de todos como especie, valorando la jerarquía de realidades superiores en la gama de nuestros valores y su trascendencia social y espiritual. Y necesitamos urgentemente tomar en cuenta la sabiduría que a fin de cuentas es el alma mater de la naturaleza a la que pertenecemos y de la que aprendemos el sentido de la dignidad humana y la posibilidad de la esperanza inspirada en la fe y en el amor del triunfo de la paz y la posibilidad de un humanismo trascendente hacia la vida eterna que se logra como milicia en el ámbito existencial del tiempo y el espacio en que vivimos. Los valores esenciales de libertad y responsabilidad del bien de todos en la dimensión total del hombre no nos pueden programar sistemáticamente hacia la autodestrucción de la persona humana con sistemas totalitarios que esclavizan al hombre. El ser humano se realiza en el contexto de su libertad y dignidad humana ante Dios y delante del espectáculo de todo el universo.
La realidad del ser
La relatividad y el absoluto
Humanas y divinas dimensiones

Ser en el mundo un mundo de existencia
La realidad del ser, sus dimensiones,
Es conciencia de ser entre los seres
Evidente verdad de la experiencia.

Nos conocemos a nosotros mismos
A pesar de que más nos ignoramos,
Hoy en forma global nos integramos
Si evitamos caer en el abismo.

Realidad necesaria e indispensable
Da origen, nos mantiene y nos sostiene,
Fenómeno humano y entidad social.

Anales que son cumbre de la historia
Inventamos conciencia de la ciencia
Y en el siglo XXI integración global.
Humanidad,
Integración global
Nos mide Dios.
La realidad de ser
Evidencia del ser la conciencia de Dios
Beatífica visión de Cristo el único que le conoce y lo da a conocer

Fuente eterna de amor, plena alegría,
Divina perfección jamás se inmuta
Sin defecto en su ser que se le imputa
Siendo verdad de la sabiduría.

Es necesaria a todos y es la ruta
Más allá del no ser que es fantasía,
Su ser, en realidad es poesía
La conciencia de Dios que es absoluta.

Cristo camino de su eterna vida
Divina realidad al tiempo inverso
Y al ser divino su existencia unida.

Más profundo que todo su universo
Su intimidad de ser, su ser inmerso,
La conciencia de Dios es su guarida.
Luce a la cara,
Su eminencia de ser
El ser de Dios.
Al Señor de la riqueza
No es posible servir a dos señores
Incompatible Dios en su poder idolatría el dinero

A dónde va la humanidad sin Dios
En busca de soberbia axiología
Absurda realidad y error atroz
Adorar tan falaz idolatría.

Ejes que ruedan del abismo en pos
El dinero es maldita fantasía
Falsedad de poder y arca vacía
Que ignora señorial la eterna voz.

Hay un solo Señor de la riqueza
Con eternos principios y valores,
Imposible servir a dos señores.

Su verdad que es total no admite errores,
Trabajar, todo el tiempo le interesa
Eligiendo ser rico en la pobreza.
Poder de Dios,
Su divina pobreza
No ama el dinero.
Premisa de la fe
Logística del ser la lógica del hombre
Y axioma de la realidad la metafísica del ser

Su ser sin contingencia es la verdad
Uno solo no más, sin multitud
Es axioma de ser su realidad
Necesario absoluto en plenitud.

Llevamos en nosotros tal misterio
De la luz de la paz y su reposo
Y encontramos divino refrigerio
A la sombra del Todopoderoso.

La conciencia de ser es nuestro tema,
Dios, negación eterna de no ser
El hecho de su ser que es menester.

Su afirmación de ser no es un dilema
Para Él, ni tampoco es un problema
Necesario absoluto en su poder.
Amor eterno,
Ontología de ser
Es su poder.
Sonido de la Gloria
Invencible al luchar es nuestra fe
y el honor de la gloria

En mis oídos la inmortalidad
Supremo el éxtasis a la agonía
Y en la cumbre del ser y la verdad
El amor que es un himno de alegría.

Transparente en divina claridad
El alma se convierte en poesía,
Nací en el tiempo y creo en la eternidad
Seductora en humana alegoría.

Ven sonido inmortal, sonido egregio
Que profundo en el alma suenas regio,
Se el eterno presente en la victoria.

Desvanece el adiós, final arpegio
Pasado y el futuro en la memoria
Ante el triunfo divino de la gloria.
Callado arpegio,
Resuena en la victoria
Eterna gloria.
La sonrisa del bien
La ternura del bien sonríe espontáneamente
En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles

Ante el bien que es verdad del corazón
Existe el mal, la humanidad se apura
Porque el mundo prefiere la locura
Del terror que no tiene compasión.

El poder superior de la razón
Es mentira que acaba en la basura
Se impone la verdad que lo asegura,
Triunfa el bien sobre el mal y la traición.

No sabe que su triunfo es su derrota,
Malamente destruye y todo azota
La maldad atrevida que se ríe.

Lealtad del ser supremo se sonríe,
Divino bien, su inconmovible roca
Sabedor sabe el mal que le provoca.
Una sonrisa
Ante el mundo del mal,
Dios lo conjura.
Propósito de Dios
Divina maravilla se propone y lo dispone
Cristo es gloria de Dios honor y plenitud del hombre

Propósito del hombre y la mujer
Más importante que saber quién eres
Ha de ser realizar quien debes ser,
Nada importa si vives o te mueres.

Propósito del hombre es su deber
E importa sobre todo lo que quieres
Cumplir como misión y es menester
Que espera el ser de Dios, ser de los seres.

Propósito Creador su corazón
Y el dolor redentor del Salvador
Cuya muerte es divina redención.

Propósito de Dios es el amor,
Escucha lo que dice la Creación
Y el poder de la gloria por su honor.
Propone Dios
Lo que su amor dispone,
Ser Dios y hombre.
La lealtad conyugal
Varón y hembra el hombre
Lo que Dios une no lo separa ni el hombre ni el demonio

Unido en matrimonio a Dios bendigo
Por darme compañera tan hermosa,
Me siento bendecido de tal cosa
Lealtad me obliga como fiel testigo.

La lealtad conyugal es fiel amigo,
Con su fuerza divina y poderosa
Pido a Dios que me cuide de mi esposa,
Deslealtad conyugal es enemigo.

Sin dejarme caer en el abismo
Pido a Dios que me cuide de mí mismo,
Porque quiero que seamos bendecidos.

Que abunden bendiciones, sean inmensas
La paz de la amistad sin cosas tensas
Y el fuego del hogar siempre encendido.
Amor conyugal
Bendecido por Dios
Ante El unidos.
Grandeza del terruño
Cenizas del terruño resucitan mi ser
No muero para siempre

Balbucir de la luz mi infancia veo
Visionario de fe, fuente de gloria
Invencible en su cumbre la victoria
Mi corazón, entrañas de Apaseo.

Grandeza de mi pueblo en ella creo
Que mi vida es más grande que mi historia,
No me arranques jamás de tu memoria
Amanecer de Biblia en Dios te leo.

Reloj del tiempo el corazón palpita
Y el ser que debo ser voy persiguiendo,
La dicha de existir me va siguiendo.

Eternidad morir jamás lo evita
Y un puño del terruño eternamente,
¡Resucito, no importa balbuciente!
Mi amor palpita
Cristiano de Apaseo,
Fe en mi deseo.
Terruño de siempre
Pequeña y gran ciudad
Y municipio de Apaseo el Grande

Nacer del universo que se expande
Sabinos, bosques, huertos al momento
Formidable explosión para que ande
Y el ojo de agua de mi nacimiento.

La luz primera de mi pensamiento
Te contemplo terruño Apaseo el Grande,
Renovado al sentir tu crecimiento
Las cosas van a ser como Dios mande.

Eres joya del alma tú Apaseo
Popular tu barroco de las plazas
Y grandioso barroco la gran casa.

Por tus calles de siempre, vuelven, pasan
Tantos seres queridos que no pasan
Y el recuerdo futuro en que te veo.
Que vigoroso
El amor al terruño,
En mí no muere.
Frente a la casa grande
Alma de la mexicanidad
Barroco hispano mestizo de Apaseo

Eres tierra de Dios en la que creo
Y a pesar de que no me lo merezco
Es sí y es no que a ti te pertenezco
Terruño mío y pueblo de Apaseo.

Al Creador y Señor de mis deseos
Con mi humana existencia le agradezco
Ser visión del momento en que aparezco,
Andador de Galeana en que me veo.

Aquí nací frente a la casa grande
Dos meses más y días mi aniversario
Dos mil once, reloj en el horario.

Soy hombre contingente y ordinario
Que adora al absoluto y necesario,
Para servir a Dios en cuanto mande.
El ser pequeño
Es grandeza del hombre,
Sirviendo a Dios.
Razón de fe nos resucita
La realidad de ser es que nada tenemos que no hayamos recibido
Y es el don de la fe lo que nos resucita

Ya de mí la materia desalmada
Me deja así la realidad ausente,
Sin pasado o futuro en mi presente
De polvo y de ceniza quedo en nada.

Certeza en mi saber solo es creer
Que en el alma persista mi presencia,
La razón se me apaga y la existencia,
¿Podre encontrar mi realidad de ser?

Más allá de la muerte queda visto
Ser poder de su amor que resucita
La realidad de ser, ¡la encuentra Cristo!

Por la misma razón, El nos invita
A creer para ser en realidad
Divina dimensión de eternidad.
Realidad de ser
Cristo, vence la muerte
Y resucita.

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