domingo, 4 de abril de 2010

La Pascua en Plenitud

Segunda Parte de Visión de Cuaresma

La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.
Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.
Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte.
Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.
Bondad de la riqueza
Soneto
Este mundo de Dios lo quiere hermoso,
Por la fuerza del mal, parece feo
Y al final el demonio será el reo
Ante el triunfo del todo poderoso.
Este mundo será lo más precioso
Redimido por Cristo según creo,
Y en la gloria divina ya le veo
A pesar de sufrir muerte y destrozo.
Dios nos da libertad que hace malicia
Cada rico epulón, con su avaricia
Su opulencia del pobre hace su presa.
Si ambición es infierno de codicia
Dios es cielo con toda su riqueza,
¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!
Bondad de Dios
Un cielo de riqueza,
Libertad plena.
Amor de casa
Soneto
El amor cerca o lejos sin espejos
Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,
Dios tiene en este mundo sus dos hijos
Uno cerca con El y el otro lejos.
En la casa paterna hoy hay festejos
Por el hijo mayor sin enredijos,
Hoy por el se celebran regocijos,
Para el hijo menor, habrá consejos.
Iré a la casa de mi Padre dice
Contra el cielo peque en el mal que hice,
Esperando perdón, va, se arrepiente.
Plenitud del amor ni envidia siente
Confiando el corazón, Dios nos bendice,
Cristo está con su Padre eternamente.
Amor de casa
Es Dios para sus hijos,
Es Padre nuestro.
El mayor mandamiento
Soneto
El buen samaritano no es judío
Ni a su tiempo fanático cristiano,
Evidente, se porta como hermano
Da lo suyo y decide, ya no es mío.
El buen samaritano aclara el lio
Echando todo el corazón, su mano,
Confronta los problemas mano a mano
Navegando a la mar como hace el río.
Dios en Cristo y Cristo en el mendigo
Cielo y tierra te miran ser testigo,
No podrás ignorarlo impunemente.
Detén tu paso ante el divino amigo
Providencia divina en ti consciente
Quiere hacerte su mano providente.
Cristo contigo
El buen Samaritano,
Y tú con El.
Por la oveja perdida
Soneto
Ya sé porque le gusta a Dios la oveja
Que en este mundo se perdió perdida,
Y sé porque a las demás las deja,
No es en vano el rescate, dio su vida.
Ya sé porque del cielo Dios se aleja
Y se viene a curar la eterna herida,
Y sé porque es su amor divina queja
Y a Cristo lo desangra sin medida.
Recursos de perdón, los ha agotado
Y se queda sin nada de su lado,
¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?
Con azul infinito sin nublado
Es su gloria divina y sin defecto,
Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!
No pierde nada
Cuando haya lo perdido,
¡Dios tiene todo!
El valor de una dracma
Soneto
Esa dracma que falta anda perdida
Eran diez y la cuenta no es exacta,
Se escudriña la casa y aun la vida
No se admite rendir cuenta inexacta.
Evidente honradez reconocida
El encuentro feliz es más que un acta,
Responsable misión está cumplida,
Compromiso con Dios, no se retracta.
La conciencia del reino sin mancilla
Un tesoro en verdad, la vida diaria
Es lo que hace la vida extraordinaria.
Al final una cosa es necesaria,
Entereza de fe clara y sencilla,
Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!
Dios necesita
El valor de una dracma,
Las cuentas claras.
Hacia la plenitud
Soneto
Por sus frutos el árbol se conoce
Y el que es bueno dará sus frutos buenos,
Es así como Dios lo reconoce,
Del árbol malo brotan frutos malos.
Fe y amor en sus ramas reconoce
Cristo el árbol divino, lo sabemos,
Y que el mal siempre Dios lo desconoce
Porque nunca lo admite entre sus planos.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Y la espiga que se hace pan divino,
Soy la uva y lagar, mis pensamientos.
Florece en plenitud mi crecimiento
Por la fiesta de bodas del destino,
El agua buena, ¡la convierto en vino!
Árbol divino
Buen fruto recogido,
Es Cristo, pleno.
Señal divina
Soneto
Y salió del sepulcro vida plena
Divino incorruptible el cuerpo inerte,
Jesús, que imaginó su propia muerte
La señal de Jonás y la ballena.
Toda el alma divina en gloria llena
Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,
El triunfo victorioso del más fuerte
Eterno e inmortal, libre de pena.
Tres días exactamente y resucita
El cuerpo de anteayer crucificado
Del sepulcro en que fuera sepultado.
Abismo y plenitud, el cielo grita
La gloria eterna en El, resucitado,
¡Al Príncipe de paz lo felicita!
Es el Mesías,
La señal de Jonás
Resucitando.
Vino el más fuerte
Soneto
Vence el mal con el bien, con tal binomio
Logra el triunfo de muerte y del pecado,
La gracia de Jesús crucificado
Más fuerte que la fuerza del demonio.
Venció el amor sin odio en pandemonio
Y la gloria de Dios nos ha salvado,
Deslumbrante Jesús resucitado
Tres personas, divino patrimonio.
La flor del Evangelio en gloria humana
Es Palabra de Dios, es soberana,
Fuerza de Dios su espíritu divino.
Invencible la fe en nuestro destino
Caminos a la gloria los allana
Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!
Dios el más fuerte
Vence al mal con el bien,
Eternamente.
La Palabra divina
Soneto
Es ley de Dios al corazón inscrita
Que ordena el orden de la naturaleza,
Los profetas anuncio de promesa,
Revelación divina humana escrita.
Es historia de Cristo bien descrita
Plenitud desbordante de pureza,
Por gracia y por amor son gran proeza
Profetas y la ley, en El prescrita.
Divina la verdad camina andando
Cada paso su tiempo caminando,
Seguid en pos de mí, invita al mundo.
Soy semilla de Dios y luz que abundo
Más allá de la muerte amor fecundo,
¡La Palabra divina siempre amando!
Por Dios escrita
La Palabra divina
Cristo, ¡nos ama!
Nos perdona como perdonamos
Soneto
Setenta veces siete nos perdona
El Señor que nos pide perdonar,
Sentido de equidad, más bien de amar
El castigo y la pena las condona.
Si el perdón es la nota que El entona,
El rencor no lo quiere imaginar
Y su tono debemos entonar,
No perdona a aquel que desentona.
Setenta veces siete Dios se olvida
De la ofensa y la deuda cometida,
El no resiste al arrepentimiento.
Detesta el odio y el resentimiento
Sabiendo que es gangrena allí en la herida,
Sus ojos miran con detenimiento.
Dios nos perdona
Setenta veces siete,
Si perdonamos.
El cántico de bodas
Soneto
No entra el alma sin Él, le es imposible
Al banquete del reino de los cielos,
Si amor de Dios le viste le es posible
Con la gracia divina y sus desvelos.
Con sus ojos El mira lo invisible
Del alma transparente entre sus velos,
La conciencia divina es muy sensible
Divinos escrutando sus anhelos.
El convoca a las bodas del Cordero
Abriendo inmensamente sus oídos,
Conoce por la voz sus elegidos.
Elocuente al silencio conocidos
Con ángeles en coro el cielo entero,
Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero!
¿Cómo has entrado
Sin el vestido de boda?
¡Debes salir!
Exaltación de Pascua
Soneto
No se oculta la luz que siempre alumbra
Abra los ojos el que no me ha visto,
Yo soy la luz del mundo dijo Cristo
Soy Príncipe de paz tras la penumbra.
Por divina humildad que no deslumbra
Mi cuerpo es un milagro y es que insisto
Acallando la gloria que revisto,
Jerusalén, humilde me vislumbra.
Treinta años me ocultó mi vida oculta
La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,
Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.
Caminando la calle que me insulta
El sepulcro me esconde, allí en el huerto,
¡Tres días y resucito, Dios por cierto!
Cristo es su faz,
Y humillado lo exalta
Dios, ¡nuestra paz!
Plenitud de Cristo
Soneto
Te mueres por vivir resucitado
Porque eres tu ese mar y eterno río,
Esa muerte no es tuya, Cristo mío
Es la muerte del mundo y mi pecado.
Con tu fuerza de Dio nos has salvado
Siendo el odio y el mal, tremendo lio,
Amor divino tu gloria y albedrío
Muerte es triunfo el demonio derrotado.
Siendo vida de Dios tu eterno quiero
Tu afirmación divina es nunca muero,
Belleza en plenitud tu identidad.
Y eterno amor, no espero o desespero,
Del ser ideal que existe eres verdad,
¡Oh divina utopía, Tú, realidad!
Abstracto en mí,
Cristo, eres plenitud
De Dios en sí.
Mi Reino no es de este mundo
Violenti rapiunt
Soneto
Amor de Dios al mundo eternamente
Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,
Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado
Es fuerza y corazón, toda su mente.
El vino y nos amó, tan claramente,
Divino Cristo siendo su Hijo amado
Abriendo el cielo, abierto su costado.
Entera dio su vida por la gente
Amor a Dios, primero es el mandato
Y afianzada promesa nuevo trato,
Pero el mundo no entiende sus anhelos.
Ni tampoco comprende sus desvelos
Ni amor divino de tan altos vuelos,
¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!
Violenti rapiunnt,
Son divino arrebato
Cristo y el cielo.
El fuego de Cristo
Soneto
Soy Príncipe de paz y traigo Guerra
Allanando murallas, toda barda,
El corazón de Dios quiero que arda
Como fuego del cielo aquí en la tierra.
Divina compasión para el que hierra
Conquisto alma y corazón, la yarda,
Amor eterno llega y no se tarda
Abriendo puertas, mi piedad no cierra.
Arranco, planto, destruyo y edifico,
Conmigo o contra mí, no hay más remedio
Mi amor eterno existe siempre en medio.
Soy ser eterno y eterno glorifico
Y el reino de los cielos es mi asedio,
¡Y al Hombre, santifico y deifico!
Cielo en asedio
Mi amor inextinguible,
Fuego en la tierra.
El Dios de la Pascua
Soneto
Dios es la fe y sostén inquebrantable
De la vida, que llena de esperanza
Es certeza de paz y de confianza,
Sed de amor, del amor interminable.
Perfecta realidad Dios adorable
Total adoración, Cristo la alcanza
Y agua y sangre al costado con su lanza,
Divina adoración al inefable.
En el nombre de todo lo que existe
El santo de los santos consagrado
Es cordero de Dios, Cristo inmolado.
Feliz la eternidad ya no está triste,
Penetra el templo hasta lo más sagrado,
¡Es el Hijo adorando el adorado!
Es la verdad,
Este Hombre sí es
Hijo de Dios.
Imposible no beberlo
Soneto
El misterio de Cristo es vida y muerte,
Siendo Dios, es eterna su alegría
Y es éxtasis y es hombre y agonía,
Amor, lo resucita eterno y fuerte.
Coronado de espinas, cuerpo inerte
Corazón traspasado, así moría
Y eterno amor lo resucitaría,
Increíble que Dios tenga esa suerte.
Cristo sufre ante Dios omnipotente
Y el cáliz no beber, impermisible,
La justicia de Dios es contundente.
Generoso sin fin eternamente
La súplica de Cristo es imposible,
¡Lo exige amor, y debe ser posible!
Cristo y su cáliz,
Más que posible
Lograr lo inasequible.
Dios y hombre en agonía
Soneto
Dios a más de divino se hace hombre
Y por grande engrandece su nobleza,
Tanto así que es mayor que su grandeza
Y en la tierra y el cielo es más su nombre.
Tanta dicha divina nos asombre
Lo más rico de Dios es su pobreza
Que aun la humana flaqueza es su riqueza,
El Creador, todo nuevo lo renombre.
Cristo sufre la angustia de tal suerte
Que consuelan su alma en agonía
Los ángeles de Dios por compañía.
Tragedia de hombre y Dios ante la muerte
Cual noche eterna que amenaza el día
Siendo El la luz de la sabiduría.
Cristo agoniza,
Sin luz eterno el día
Es su agonía.
Cristo sabiduría de Dios
Soneto
Cristo el Verbo de Dios, es su estructura
Su Palabra absoluta y necesaria,
Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria
Ser bello como Dios, es su figura.
Y al cielo entero llena de amargura
Ser juzgado en el mundo como un paria
Condenado a una muerte estrafalaria,
Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.
Ansiada redención, Dios lo permite
Y su muerte divina Cristo admite,
Que el infierno ejecute tanta rabia.
Eternamente la justicia es sabia,
Reviva el Universo el gran convite,
¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!
Si muerte es rabia,
Resurrección más sabia
Mente divina.
Cristo Resurrección eterna
(Más que judío es hijo de Dios
Resurrección del universo)
Soneto
Cristo ha resucitado eterna dicha
A la gloria de Dios con su esplendor,
Nada existe más puro que el amor
Cumpliendo su palabra ya predicha.
Profética verdad la susodicha
Exalta su humildad con pundonor
Cristo el hijo de Dios, es el Señor
Divina realidad, no más desdicha.
El reino de los cielos vida eterna
Ni es de este mundo ni su sol declina,
Los ángeles lo cantan, ¡no termina!
¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,
La Virgen de Israel madre divina
A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!
No alegorías,
Humano en lo divino
Eternidad.
Visión de fe
Soneto
Digo y cumplo, no muere claramente
Quien cree en mí como su fe requiere,
Conmigo vive fuere como fuere
No importa que haya muerto humanamente.
Resucito, soy Cristo eternamente
Vida eterna del Padre, nunca muere,
Al dármela la doy a quien me quiere
Y vive en mí con El, divinamente.
Conmigo en mí su cuerpo resucita
Y es semilla que crece como espiga
Siendo su alma de Dios eterna amiga.
Eterna mi Palabra que lo diga
Vida eterna jamás nadie la quita,
Vida eterna, ¡conmigo es infinita!
Resucitando
No muere para siempre,
Quien cree en mí.
Testimonio de Sangre
Soneto
Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas
Y Lázaro dejó la sepultura,
Miradas sorprendidas fueron muchas,
Muerte terca, su paso lo apresura.
Cristo siente que muere con sus luchas
Su derrota que es triunfo que madura,
Monumentos Pirámides casuchas
Tal el tiempo derruye y no perdura.
No es llanto derramado por su amigo
Gloria y triunfo feliz, el gran memento,
Resurrección, divino pensamiento.
Nada y nadie destruye tal momento
En que vence triunfante a su enemigo,
¡Su sangre derramada es fiel testigo!
Presentimiento
Del llanto por su amigo,
Sangre de Cristo.
El Mesías profetiza
Soneto
Dios vive en su Mansión esplendorosa
Sediento Cristo, le pide de beber,
Salió del Padre y tiene que volver
Luz de luz de la luz maravillosa.
Divina humanidad que se desposa
La eternidad banquete de su ser,
Lo celebra su gloria al merecer
El reino de los cielos que es tal cosa.
Cuando el cielo reclama pronto ingreso
Cristo anuncia segundo su regreso
Y la visita del Consolador.
Lo enviará con su Padre y va por eso,
Espíritu de Dios y mutuo amor,
¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!
Es admirable
Su Mansión de luz,
Amor en casa.
El nardo en la mujer
Soneto
Es pública mujer linda doncella
Desbordándose en agradecimiento,
Impulsada de un gran presentimiento
Se rinde ante la luz, Cristo destella.
Pecadora mujer doncella es ella
Y huele a nardos su arrepentimiento,
Sentidos, alma y todo pensamiento
La espiritualidad de Cristo bella.
Y se arroja a sus pies que son divinos
Con el polvo de todos los caminos,
Sintiendo su adorable cabellera.
Ella lava sus pies antes que muera
Limpieza por limpieza del destino,
¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!
Nardo, mujer
Y el arrepentimiento,
¡Lavan a Cristo!
Suprema realidad
Soneto
La idea de Dios no está en el universo
Que es materia que ignora su existencia,
Puede estar en el hombre y su conciencia
Que descubre y modela su presencia.
La idea de Dios existe en el cerebro
El pequeño universo que celebro
Haciendo de este verso un gran requiebro,
Cual diseña, comprueba su excelencia.
Dios espera el cerebro que lo lea
E invita al corazón para que crea
Descubriendo que es fuente de la vida.
Profundo el invisible en El anida
Eterna realidad, ¡que el alma vea,
Plenitud de verdad es más que idea!
Dios y su vida,
El invisible anida
En su guarida.
La atracción de Cristo
Soneto
Subo a la cruz y atraigo el mundo entero
Y el sepulcro y el reino de los cielos,
Mi vida eterna grita, jamás muero
Nunca más agonía, no sus duelos.
En la cumbre del tiempo soy primero
Satisfecho de Dios, de sus consuelos,
Elocuente y divino eterno quiero
Plenitud del amor y sus anhelos.
Soy camino que llega a su destino
Fidelidad perfecta al ser divino,
Cristo fiel, el honor a la vedad.
Soy vida de la misma eternidad
Floreciente de amor, intimidad,
¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!
Yo me levanto
Más alto que la cruz,
¡Cristo ante el mundo!
Divina primavera de Nisán
Soneto
Con el gozo del cielo y su alegría
Dos universos Cristo es uno solo,
Humano y lo divino uniendo todo
Entrañas del Espíritu en María.
Secreto que florece y nacería
De ese vientre divino de tal modo
Que embaraza de Dios divino alveolo
Momento que la Virgen consentía.
¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo
Silencio en la Creación que mire excelso,
Florezca eternidad el universo!
La Palabra divina en cada verso
Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,
¡Primavera, concibe a Dios inmenso!
Cristo y la Virgen,
Concibe inmensidad
¡A Dios inmenso!
Ley de Amor
Soneto
Esta noche es la cena y la agonía
De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado
De la sangre y del cáliz derramado
Y acción de gracias de la Eucaristía.
Siento la muerte en el sepulcro fría
Murió mi libertad que me ha acabado,
Mi muerte y mi pasión me han terminado
Arrancando la cruz el alma mía.
Nací para morir y soy el Rey,
Las tinieblas vencí y la oscuridad
Sabiendo que yo soy la eternidad.
He muerto por amor a la verdad
Y es mi triunfo infinita claridad,
Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!
Yo soy el Rey
Coronado de espinas,
¡Amor de Ley!

Cristo resucitado
(Encuentro personal)

Soneto
Yo lo busco entre el Pueblo que ha salvado
Escondido en mi fe, yo resucito
Habiendo muerto cuando lo han matado,
Alegre, siento el alma sin delito.

Yo lo busco al que fue crucificado
Y lo encuentro en mi espíritu contrito
Y lo adoro, como es resucitado
Deslumbrante de Dios, lo felicito.

El me enseña sus yagas y el costado
Y me muestra que sigue traspasado,
La gloria de su amor jamás termina.

Su lugar, son los cielos de otro lado,
El amor, siempre en El fuerza divina
Para el mundo hasta el fin, su medicina…
Su amor aquí
Su gloria más allá,
¡Resucitado!

Soy la Luz
Soneto

Abejas celestiales de luceros
Zumbando en los espacios de los cielos
Cristo de luz, de Cristo mensajeros
Panal de miel con todos los anhelos.

La Virgen de Israel por sus senderos
Florido Paraíso, sus desvelos
Volar y colectar, no hacer regueros
Del néctar que es la miel en sus aleros.

La cera del panal que enciende Cristo
Principio, fin y eternidad luciente
Es el Cirio pascual, la luz ardiente.

La mirada del mundo esté pendiente
Resucita el Señor, glorioso visto
Los cielos y la tierra es todo Cristo.
Ya está encendido
El Cirio de los cielos,
¡Resurrección!
Corolario sobre la Pascua en Plenitud
El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.
Un sueño de esperanza y gran lirismo
Poema a la luz
La Mansión de la luz se acerca a la ventana,
La luz mira el universo en sus persianas.
Millones de billones de galaxias sus luceros,
Mirada en la que estalla el mundo de años luz
Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.
Jinete de la luz manada de corceles
Con crines arrancadas al viento en su carrera
Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.
Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,
Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,
Y el negro en que se apaga.
Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,
Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes
Paseando en los recintos preciosos de su casa.
No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,
Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.
Admirable Mansión es luz en plenitud,
¡El Amor ese hogar!
Haiku
¡Bella Mansión,
La esencia de la luz
Amor en casa!





Juzgados por el amor
Soneto
Es feliz el vivir en libertad
Aunque el mal amenaza desafío,
Abuso de ser libre es la maldad
Virtud del sumo bien, en El confío.
Sé que cuento con toda su bondad
Y digo siendo Cristo en Dios confío
Aunque el malo convierte todo en lío,
Tentador, tentación de iniquidad.
Los que escoge serán su maravilla
Llamados todos, pocos elegidos
La red les junta a todos en la orilla.
Amor a Dios la pesa es muy sencilla
Cuando llega la tarde de la vida,
¡Reino y cielos, entonen bienvenida!
Amor de Dios
Exacto en su medida,
Gran maravilla.
Amor nos mira
Soneto
Las obras del amor no son mentira
Con esperanza cierta las espinas
Las convierte el amor en ser divinas,
Dios bien sabe el engaño que conspira.
A nadie engaña El si se retira
Su tejido entreteje telas finas
Sacando el oro fino de sus minas,
Con sus ojos abiertos, ve en la mira.
Justicia y el perdón El mismo reta
Con cuentas claras al lograr la meta,
A su manera amor, de mil maneras.
La mística de Cristo, es Dios profeta,
Constante la paciencia, llevaderas
Las obras del amor son verdaderas.
Amor, no engaña,
Justicia y el perdón
Dios ve en la mira.
Lo atestiguó el soldado
Soneto
Razones de matarlo encontraron
Todo el pueblo no debe perecer,
Un solo hombre es El, nuestro deber
Sentenciarlo a morir, determinaron.
Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron
Redención es la sangre por correr
Y el Cordero a morir debió nacer,
Sus amigos a Cristo abandonaron.
El cáliz por beber el hijo amado
Debía de pasar, y así pasaba,
Orando con la sangre que sudaba.
Y escuchó que el soldado atestiguaba
La sentencia del crimen alegado,
¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!
Sangre y agua
De Cristo traspasado,
¡Profetizado!
La Pascua Divina
Soneto
Amor que nunca muere lo ha matado
No cicatriza herida ni la gloria,
Aun tiene el corazón atravesado
De amor eterno pleno en su victoria.
Pan del cielo en la tierra es su memoria
Sangre en venas del mudo, bienvenida,
Amor eterno y su divina historia
Cristo, Pascua de un Dios resucitado.
Este cáliz de amor eterno pase
Resurrección, divina maravilla
Que la tumba acontece tan sencilla.
Dios levanta a la gloria a quien se humilla
Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,
¡Cristo eterno a su Padre satisface!
Eterno pase
Es la Pascua Divina,
¡Resurrección!
La Gloria y el Mesías
Soneto
Alegría consumada de los cielos
Belleza excelsa en todo su esplendor
Pureza eterna de Cristo Salvador,
Divina desnudez de Dios sin velos.
El secreto de Dios y sus desvelos
Es Padre soberano y gran Señor
De toda la Creación solo el Creador,
Son todos los infiernos, fuego y celos.
Honor y gloria a la eterna vida
Coros de ángeles, santos coronados,
Cristo es la dicha de los bienaventurados.
Creador y la Creación, por siempre unida
Cielos nuevos y tierra prometida,
¡Honor a Cristo que ha resucitado!
Soy el Mesías,
Más que Ley y Profetas,
¡Hijo de Dios!

El Verbo en plenitud
Soneto

Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,
Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto
Hoy revivo y no estoy más en el huerto,
Ya no deben buscarme entre los muertos.

Abrir la tumba no se necesita
Alma y cuerpo en mi vida resucita,
Gloria eterna los cielos precipitan
A toda la Creación en mi concierto.

Soy camino en la cumbre de la vida
Y divina verdad por Dios sabida,
Soy la eterna promesa ya cumplida.

Mi Espíritu de amor hablando eso
Por el mundo, verdad reconocida,
Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!
Misión cumplida,
Soy Cristo y resucito
Amor eterno.

La Pascua en Plenitud

Segunda Parte de Visión de Cuaresma

La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.
Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.
Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte.
Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.
Bondad de la riqueza
Soneto
Este mundo de Dios lo quiere hermoso,
Por la fuerza del mal, parece feo
Y al final el demonio será el reo
Ante el triunfo del todo poderoso.
Este mundo será lo más precioso
Redimido por Cristo según creo,
Y en la gloria divina ya le veo
A pesar de sufrir muerte y destrozo.
Dios nos da libertad que hace malicia
Cada rico epulón, con su avaricia
Su opulencia del pobre hace su presa.
Si ambición es infierno de codicia
Dios es cielo con toda su riqueza,
¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!
Bondad de Dios
Un cielo de riqueza,
Libertad plena.
Amor de casa
Soneto
El amor cerca o lejos sin espejos
Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,
Dios tiene en este mundo sus dos hijos
Uno cerca con El y el otro lejos.
En la casa paterna hoy hay festejos
Por el hijo mayor sin enredijos,
Hoy por el se celebran regocijos,
Para el hijo menor, habrá consejos.
Iré a la casa de mi Padre dice
Contra el cielo peque en el mal que hice,
Esperando perdón, va, se arrepiente.
Plenitud del amor ni envidia siente
Confiando el corazón, Dios nos bendice,
Cristo está con su Padre eternamente.
Amor de casa
Es Dios para sus hijos,
Es Padre nuestro.
El mayor mandamiento
Soneto
El buen samaritano no es judío
Ni a su tiempo fanático cristiano,
Evidente, se porta como hermano
Da lo suyo y decide, ya no es mío.
El buen samaritano aclara el lio
Echando todo el corazón, su mano,
Confronta los problemas mano a mano
Navegando a la mar como hace el río.
Dios en Cristo y Cristo en el mendigo
Cielo y tierra te miran ser testigo,
No podrás ignorarlo impunemente.
Detén tu paso ante el divino amigo
Providencia divina en ti consciente
Quiere hacerte su mano providente.
Cristo contigo
El buen Samaritano,
Y tú con El.
Por la oveja perdida
Soneto
Ya sé porque le gusta a Dios la oveja
Que en este mundo se perdió perdida,
Y sé porque a las demás las deja,
No es en vano el rescate, dio su vida.
Ya sé porque del cielo Dios se aleja
Y se viene a curar la eterna herida,
Y sé porque es su amor divina queja
Y a Cristo lo desangra sin medida.
Recursos de perdón, los ha agotado
Y se queda sin nada de su lado,
¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?
Con azul infinito sin nublado
Es su gloria divina y sin defecto,
Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!
No pierde nada
Cuando haya lo perdido,
¡Dios tiene todo!
El valor de una dracma
Soneto
Esa dracma que falta anda perdida
Eran diez y la cuenta no es exacta,
Se escudriña la casa y aun la vida
No se admite rendir cuenta inexacta.
Evidente honradez reconocida
El encuentro feliz es más que un acta,
Responsable misión está cumplida,
Compromiso con Dios, no se retracta.
La conciencia del reino sin mancilla
Un tesoro en verdad, la vida diaria
Es lo que hace la vida extraordinaria.
Al final una cosa es necesaria,
Entereza de fe clara y sencilla,
Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!
Dios necesita
El valor de una dracma,
Las cuentas claras.
Hacia la plenitud
Soneto
Por sus frutos el árbol se conoce
Y el que es bueno dará sus frutos buenos,
Es así como Dios lo reconoce,
Del árbol malo brotan frutos malos.
Fe y amor en sus ramas reconoce
Cristo el árbol divino, lo sabemos,
Y que el mal siempre Dios lo desconoce
Porque nunca lo admite entre sus planos.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Y la espiga que se hace pan divino,
Soy la uva y lagar, mis pensamientos.
Florece en plenitud mi crecimiento
Por la fiesta de bodas del destino,
El agua buena, ¡la convierto en vino!
Árbol divino
Buen fruto recogido,
Es Cristo, pleno.
Señal divina
Soneto
Y salió del sepulcro vida plena
Divino incorruptible el cuerpo inerte,
Jesús, que imaginó su propia muerte
La señal de Jonás y la ballena.
Toda el alma divina en gloria llena
Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,
El triunfo victorioso del más fuerte
Eterno e inmortal, libre de pena.
Tres días exactamente y resucita
El cuerpo de anteayer crucificado
Del sepulcro en que fuera sepultado.
Abismo y plenitud, el cielo grita
La gloria eterna en El, resucitado,
¡Al Príncipe de paz lo felicita!
Es el Mesías,
La señal de Jonás
Resucitando.
Vino el más fuerte
Soneto
Vence el mal con el bien, con tal binomio
Logra el triunfo de muerte y del pecado,
La gracia de Jesús crucificado
Más fuerte que la fuerza del demonio.
Venció el amor sin odio en pandemonio
Y la gloria de Dios nos ha salvado,
Deslumbrante Jesús resucitado
Tres personas, divino patrimonio.
La flor del Evangelio en gloria humana
Es Palabra de Dios, es soberana,
Fuerza de Dios su espíritu divino.
Invencible la fe en nuestro destino
Caminos a la gloria los allana
Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!
Dios el más fuerte
Vence al mal con el bien,
Eternamente.
La Palabra divina
Soneto
Es ley de Dios al corazón inscrita
Que ordena el orden de la naturaleza,
Los profetas anuncio de promesa,
Revelación divina humana escrita.
Es historia de Cristo bien descrita
Plenitud desbordante de pureza,
Por gracia y por amor son gran proeza
Profetas y la ley, en El prescrita.
Divina la verdad camina andando
Cada paso su tiempo caminando,
Seguid en pos de mí, invita al mundo.
Soy semilla de Dios y luz que abundo
Más allá de la muerte amor fecundo,
¡La Palabra divina siempre amando!
Por Dios escrita
La Palabra divina
Cristo, ¡nos ama!
Nos perdona como perdonamos
Soneto
Setenta veces siete nos perdona
El Señor que nos pide perdonar,
Sentido de equidad, más bien de amar
El castigo y la pena las condona.
Si el perdón es la nota que El entona,
El rencor no lo quiere imaginar
Y su tono debemos entonar,
No perdona a aquel que desentona.
Setenta veces siete Dios se olvida
De la ofensa y la deuda cometida,
El no resiste al arrepentimiento.
Detesta el odio y el resentimiento
Sabiendo que es gangrena allí en la herida,
Sus ojos miran con detenimiento.
Dios nos perdona
Setenta veces siete,
Si perdonamos.
El cántico de bodas
Soneto
No entra el alma sin Él, le es imposible
Al banquete del reino de los cielos,
Si amor de Dios le viste le es posible
Con la gracia divina y sus desvelos.
Con sus ojos El mira lo invisible
Del alma transparente entre sus velos,
La conciencia divina es muy sensible
Divinos escrutando sus anhelos.
El convoca a las bodas del Cordero
Abriendo inmensamente sus oídos,
Conoce por la voz sus elegidos.
Elocuente al silencio conocidos
Con ángeles en coro el cielo entero,
Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero!
¿Cómo has entrado
Sin el vestido de boda?
¡Debes salir!
Exaltación de Pascua
Soneto
No se oculta la luz que siempre alumbra
Abra los ojos el que no me ha visto,
Yo soy la luz del mundo dijo Cristo
Soy Príncipe de paz tras la penumbra.
Por divina humildad que no deslumbra
Mi cuerpo es un milagro y es que insisto
Acallando la gloria que revisto,
Jerusalén, humilde me vislumbra.
Treinta años me ocultó mi vida oculta
La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,
Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.
Caminando la calle que me insulta
El sepulcro me esconde, allí en el huerto,
¡Tres días y resucito, Dios por cierto!
Cristo es su faz,
Y humillado lo exalta
Dios, ¡nuestra paz!
Plenitud de Cristo
Soneto
Te mueres por vivir resucitado
Porque eres tu ese mar y eterno río,
Esa muerte no es tuya, Cristo mío
Es la muerte del mundo y mi pecado.
Con tu fuerza de Dio nos has salvado
Siendo el odio y el mal, tremendo lio,
Amor divino tu gloria y albedrío
Muerte es triunfo el demonio derrotado.
Siendo vida de Dios tu eterno quiero
Tu afirmación divina es nunca muero,
Belleza en plenitud tu identidad.
Y eterno amor, no espero o desespero,
Del ser ideal que existe eres verdad,
¡Oh divina utopía, Tú, realidad!
Abstracto en mí,
Cristo, eres plenitud
De Dios en sí.
Mi Reino no es de este mundo
Violenti rapiunt
Soneto
Amor de Dios al mundo eternamente
Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,
Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado
Es fuerza y corazón, toda su mente.
El vino y nos amó, tan claramente,
Divino Cristo siendo su Hijo amado
Abriendo el cielo, abierto su costado.
Entera dio su vida por la gente
Amor a Dios, primero es el mandato
Y afianzada promesa nuevo trato,
Pero el mundo no entiende sus anhelos.
Ni tampoco comprende sus desvelos
Ni amor divino de tan altos vuelos,
¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!
Violenti rapiunnt,
Son divino arrebato
Cristo y el cielo.
El fuego de Cristo
Soneto
Soy Príncipe de paz y traigo Guerra
Allanando murallas, toda barda,
El corazón de Dios quiero que arda
Como fuego del cielo aquí en la tierra.
Divina compasión para el que hierra
Conquisto alma y corazón, la yarda,
Amor eterno llega y no se tarda
Abriendo puertas, mi piedad no cierra.
Arranco, planto, destruyo y edifico,
Conmigo o contra mí, no hay más remedio
Mi amor eterno existe siempre en medio.
Soy ser eterno y eterno glorifico
Y el reino de los cielos es mi asedio,
¡Y al Hombre, santifico y deifico!
Cielo en asedio
Mi amor inextinguible,
Fuego en la tierra.
El Dios de la Pascua
Soneto
Dios es la fe y sostén inquebrantable
De la vida, que llena de esperanza
Es certeza de paz y de confianza,
Sed de amor, del amor interminable.
Perfecta realidad Dios adorable
Total adoración, Cristo la alcanza
Y agua y sangre al costado con su lanza,
Divina adoración al inefable.
En el nombre de todo lo que existe
El santo de los santos consagrado
Es cordero de Dios, Cristo inmolado.
Feliz la eternidad ya no está triste,
Penetra el templo hasta lo más sagrado,
¡Es el Hijo adorando el adorado!
Es la verdad,
Este Hombre sí es
Hijo de Dios.
Imposible no beberlo
Soneto
El misterio de Cristo es vida y muerte,
Siendo Dios, es eterna su alegría
Y es éxtasis y es hombre y agonía,
Amor, lo resucita eterno y fuerte.
Coronado de espinas, cuerpo inerte
Corazón traspasado, así moría
Y eterno amor lo resucitaría,
Increíble que Dios tenga esa suerte.
Cristo sufre ante Dios omnipotente
Y el cáliz no beber, impermisible,
La justicia de Dios es contundente.
Generoso sin fin eternamente
La súplica de Cristo es imposible,
¡Lo exige amor, y debe ser posible!
Cristo y su cáliz,
Más que posible
Lograr lo inasequible.
Dios y hombre en agonía
Soneto
Dios a más de divino se hace hombre
Y por grande engrandece su nobleza,
Tanto así que es mayor que su grandeza
Y en la tierra y el cielo es más su nombre.
Tanta dicha divina nos asombre
Lo más rico de Dios es su pobreza
Que aun la humana flaqueza es su riqueza,
El Creador, todo nuevo lo renombre.
Cristo sufre la angustia de tal suerte
Que consuelan su alma en agonía
Los ángeles de Dios por compañía.
Tragedia de hombre y Dios ante la muerte
Cual noche eterna que amenaza el día
Siendo El la luz de la sabiduría.
Cristo agoniza,
Sin luz eterno el día
Es su agonía.
Cristo sabiduría de Dios
Soneto
Cristo el Verbo de Dios, es su estructura
Su Palabra absoluta y necesaria,
Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria
Ser bello como Dios, es su figura.
Y al cielo entero llena de amargura
Ser juzgado en el mundo como un paria
Condenado a una muerte estrafalaria,
Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.
Ansiada redención, Dios lo permite
Y su muerte divina Cristo admite,
Que el infierno ejecute tanta rabia.
Eternamente la justicia es sabia,
Reviva el Universo el gran convite,
¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!
Si muerte es rabia,
Resurrección más sabia
Mente divina.
Cristo Resurrección eterna
(Más que judío es hijo de Dios
Resurrección del universo)
Soneto
Cristo ha resucitado eterna dicha
A la gloria de Dios con su esplendor,
Nada existe más puro que el amor
Cumpliendo su palabra ya predicha.
Profética verdad la susodicha
Exalta su humildad con pundonor
Cristo el hijo de Dios, es el Señor
Divina realidad, no más desdicha.
El reino de los cielos vida eterna
Ni es de este mundo ni su sol declina,
Los ángeles lo cantan, ¡no termina!
¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,
La Virgen de Israel madre divina
A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!
No alegorías,
Humano en lo divino
Eternidad.
Visión de fe
Soneto
Digo y cumplo, no muere claramente
Quien cree en mí como su fe requiere,
Conmigo vive fuere como fuere
No importa que haya muerto humanamente.
Resucito, soy Cristo eternamente
Vida eterna del Padre, nunca muere,
Al dármela la doy a quien me quiere
Y vive en mí con El, divinamente.
Conmigo en mí su cuerpo resucita
Y es semilla que crece como espiga
Siendo su alma de Dios eterna amiga.
Eterna mi Palabra que lo diga
Vida eterna jamás nadie la quita,
Vida eterna, ¡conmigo es infinita!
Resucitando
No muere para siempre,
Quien cree en mí.
Testimonio de Sangre
Soneto
Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas
Y Lázaro dejó la sepultura,
Miradas sorprendidas fueron muchas,
Muerte terca, su paso lo apresura.
Cristo siente que muere con sus luchas
Su derrota que es triunfo que madura,
Monumentos Pirámides casuchas
Tal el tiempo derruye y no perdura.
No es llanto derramado por su amigo
Gloria y triunfo feliz, el gran memento,
Resurrección, divino pensamiento.
Nada y nadie destruye tal momento
En que vence triunfante a su enemigo,
¡Su sangre derramada es fiel testigo!
Presentimiento
Del llanto por su amigo,
Sangre de Cristo.
El Mesías profetiza
Soneto
Dios vive en su Mansión esplendorosa
Sediento Cristo, le pide de beber,
Salió del Padre y tiene que volver
Luz de luz de la luz maravillosa.
Divina humanidad que se desposa
La eternidad banquete de su ser,
Lo celebra su gloria al merecer
El reino de los cielos que es tal cosa.
Cuando el cielo reclama pronto ingreso
Cristo anuncia segundo su regreso
Y la visita del Consolador.
Lo enviará con su Padre y va por eso,
Espíritu de Dios y mutuo amor,
¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!
Es admirable
Su Mansión de luz,
Amor en casa.
El nardo en la mujer
Soneto
Es pública mujer linda doncella
Desbordándose en agradecimiento,
Impulsada de un gran presentimiento
Se rinde ante la luz, Cristo destella.
Pecadora mujer doncella es ella
Y huele a nardos su arrepentimiento,
Sentidos, alma y todo pensamiento
La espiritualidad de Cristo bella.
Y se arroja a sus pies que son divinos
Con el polvo de todos los caminos,
Sintiendo su adorable cabellera.
Ella lava sus pies antes que muera
Limpieza por limpieza del destino,
¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!
Nardo, mujer
Y el arrepentimiento,
¡Lavan a Cristo!
Suprema realidad
Soneto
La idea de Dios no está en el universo
Que es materia que ignora su existencia,
Puede estar en el hombre y su conciencia
Que descubre y modela su presencia.
La idea de Dios existe en el cerebro
El pequeño universo que celebro
Haciendo de este verso un gran requiebro,
Cual diseña, comprueba su excelencia.
Dios espera el cerebro que lo lea
E invita al corazón para que crea
Descubriendo que es fuente de la vida.
Profundo el invisible en El anida
Eterna realidad, ¡que el alma vea,
Plenitud de verdad es más que idea!
Dios y su vida,
El invisible anida
En su guarida.
La atracción de Cristo
Soneto
Subo a la cruz y atraigo el mundo entero
Y el sepulcro y el reino de los cielos,
Mi vida eterna grita, jamás muero
Nunca más agonía, no sus duelos.
En la cumbre del tiempo soy primero
Satisfecho de Dios, de sus consuelos,
Elocuente y divino eterno quiero
Plenitud del amor y sus anhelos.
Soy camino que llega a su destino
Fidelidad perfecta al ser divino,
Cristo fiel, el honor a la vedad.
Soy vida de la misma eternidad
Floreciente de amor, intimidad,
¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!
Yo me levanto
Más alto que la cruz,
¡Cristo ante el mundo!
Divina primavera de Nisán
Soneto
Con el gozo del cielo y su alegría
Dos universos Cristo es uno solo,
Humano y lo divino uniendo todo
Entrañas del Espíritu en María.
Secreto que florece y nacería
De ese vientre divino de tal modo
Que embaraza de Dios divino alveolo
Momento que la Virgen consentía.
¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo
Silencio en la Creación que mire excelso,
Florezca eternidad el universo!
La Palabra divina en cada verso
Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,
¡Primavera, concibe a Dios inmenso!
Cristo y la Virgen,
Concibe inmensidad
¡A Dios inmenso!
Ley de Amor
Soneto
Esta noche es la cena y la agonía
De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado
De la sangre y del cáliz derramado
Y acción de gracias de la Eucaristía.
Siento la muerte en el sepulcro fría
Murió mi libertad que me ha acabado,
Mi muerte y mi pasión me han terminado
Arrancando la cruz el alma mía.
Nací para morir y soy el Rey,
Las tinieblas vencí y la oscuridad
Sabiendo que yo soy la eternidad.
He muerto por amor a la verdad
Y es mi triunfo infinita claridad,
Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!
Yo soy el Rey
Coronado de espinas,
¡Amor de Ley!

Cristo resucitado
(Encuentro personal)

Soneto
Yo busco entre el Pueblo que ha salvado
Escondido en mi fe, yo resucito
Habiendo muerto cuando lo han matado,
Alegre, siento el alma sin delito.

Yo lo busco al que fue crucificado
Y lo encuentro en mi espíritu contrito
Y lo adoro, como es resucitado
Deslumbrante de Dios, lo felicito.

El me enseña sus yagas y el costado
Y me muestra que sigue traspasado,
La gloria de su amor jamás termina.

Su lugar, son los cielos de otro lado,
El amor, siempre en El fuerza divina
Para el mundo hasta el fin, su medicina…
Su amor aquí
Su gloria más allá,
¡Resucitado!

Soy la Luz
Soneto

Abejas celestiales de luceros
Zumbando en los espacios de los cielos
Cristo de luz, de Cristo mensajeros
Panal de miel con todos los anhelos.

La Virgen de Israel por sus senderos
Florido Paraíso, sus desvelos
Volar y colectar, no hacer regueros
Del néctar que es la miel en sus aleros.

La cera del panal que enciende Cristo
Principio, fin y eternidad luciente
Es el Cirio pascual, la luz ardiente.

La mirada del mundo esté pendiente
Resucita el Señor, glorioso visto
Los cielos y la tierra es todo Cristo.
Ya está encendido
El Cirio de los cielos,
¡Resurrección!
Corolario sobre la Pascua en Plenitud
El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.
Un sueño de esperanza y gran lirismo
Poema a la luz
La Mansión de la luz se acerca a la ventana,
La luz mira el universo en sus persianas.
Millones de billones de galaxias sus luceros,
Mirada en la que estalla el mundo de años luz
Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.
Jinete de la luz manada de corceles
Con crines arrancadas al viento en su carrera
Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.
Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,
Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,
Y el negro en que se apaga.
Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,
Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes
Paseando en los recintos preciosos de su casa.
No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,
Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.
Admirable Mansión es luz en plenitud,
¡El Amor ese hogar!
Haiku
¡Bella Mansión,
La esencia de la luz
Amor en casa!





Juzgados por el amor
Soneto
Es feliz el vivir en libertad
Aunque el mal amenaza desafío,
Abuso de ser libre es la maldad
Virtud del sumo bien, en El confío.
Sé que cuento con toda su bondad
Y digo siendo Cristo en Dios confío
Aunque el malo convierte todo en lío,
Tentador, tentación de iniquidad.
Los que escoge serán su maravilla
Llamados todos, pocos elegidos
La red les junta a todos en la orilla.
Amor a Dios la pesa es muy sencilla
Cuando llega la tarde de la vida,
¡Reino y cielos, entonen bienvenida!
Amor de Dios
Exacto en su medida,
Gran maravilla.
Amor nos mira
Soneto
Las obras del amor no son mentira
Con esperanza cierta las espinas
Las convierte el amor en ser divinas,
Dios bien sabe el engaño que conspira.
A nadie engaña El si se retira
Su tejido entreteje telas finas
Sacando el oro fino de sus minas,
Con sus ojos abiertos, ve en la mira.
Justicia y el perdón El mismo reta
Con cuentas claras al lograr la meta,
A su manera amor, de mil maneras.
La mística de Cristo, es Dios profeta,
Constante la paciencia, llevaderas
Las obras del amor son verdaderas.
Amor, no engaña,
Justicia y el perdón
Dios ve en la mira.
Lo atestiguó el soldado
Soneto
Razones de matarlo encontraron
Todo el pueblo no debe perecer,
Un solo hombre es El, nuestro deber
Sentenciarlo a morir, determinaron.
Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron
Redención es la sangre por correr
Y el Cordero a morir debió nacer,
Sus amigos a Cristo abandonaron.
El cáliz por beber el hijo amado
Debía de pasar, y así pasaba,
Orando con la sangre que sudaba.
Y escuchó que el soldado atestiguaba
La sentencia del crimen alegado,
¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!
Sangre y agua
De Cristo traspasado,
¡Profetizado!
La Pascua Divina
Soneto
Amor que nunca muere lo ha matado
No cicatriza herida ni la gloria,
Aun tiene el corazón atravesado
De amor eterno pleno en su victoria.
Pan del cielo en la tierra es su memoria
Sangre en venas del mudo, bienvenida,
Amor eterno y su divina historia
Cristo, Pascua de un Dios resucitado.
Este cáliz de amor eterno pase
Resurrección, divina maravilla
Que la tumba acontece tan sencilla.
Dios levanta a la gloria a quien se humilla
Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,
¡Cristo eterno a su Padre satisface!
Eterno pase
Es la Pascua Divina,
¡Resurrección!
La Gloria y el Mesías
Soneto
Alegría consumada de los cielos
Belleza excelsa en todo su esplendor
Pureza eterna de Cristo Salvador,
Divina desnudez de Dios sin velos.
El secreto de Dios y sus desvelos
Es Padre soberano y gran Señor
De toda la Creación solo el Creador,
Son todos los infiernos, fuego y celos.
Honor y gloria a la eterna vida
Coros de ángeles, santos coronados,
Cristo es la dicha de los bienaventurados.
Creador y la Creación, por siempre unida
Cielos nuevos y tierra prometida,
¡Honor a Cristo que ha resucitado!
Soy el Mesías,
Más que Ley y Profetas,
¡Hijo de Dios!

El Verbo en plenitud
Soneto

Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,
Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto
Hoy revivo y no estoy más en el huerto,
Ya no deben buscarme entre los muertos.

Abrir la tumba no se necesita
Alma y cuerpo en mi vida resucita,
Gloria eterna los cielos precipitan
A toda la Creación en mi concierto.

Soy camino en la cumbre de la vida
Y divina verdad por Dios sabida,
Soy la eterna promesa ya cumplida.

Mi Espíritu de amor hablando eso
Por el mundo, verdad reconocida,
Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!
Misión cumplida,
Soy Cristo y resucito
Amor eterno.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Visión de la Cuaresma hacia la Pascua

La catolicidad del cristianismo se enfatiza de manera peculiar instalada en la tradición de la liturgia no realmente exclusiva de la iglesia católica romana. La visión de la cuaresma cristiana con raíces en la historia del pueblo hebreo se centra definitivamente en el pasaje histórico de Cristo mismo cuando después de su bautismo en el Jordán decide pasar cuarenta días de soledad, ayuno y oración en el desierto estando a punto de iniciar la etapa de su vida pública. Cristo como Mesías es la plenitud de los profetas, no más o menos visionario y portador de un mensaje divino, sino que es testigo y voz eterna de Dios Padre y uno mismo con Él, la misma voz y la visión de sí mismo, Dios hablando a los hombres de la experiencia de Dios en sí siéndolo El mismo, aunque como persona distinta, el Hijo enviado por su Padre.
No es posible presentar adecuadamente el cristianismo y su sentido sin enfatizar el carácter preexistente y personal de Cristo en su relación eterna y divina con su Padre, Creador del universo y Dios del pueblo descendiente de Abraham padre de la fe. A partir de esta realidad la dimensión profunda del mensaje de Cristo a toda la humanidad y la Creación inteligente del mundo visible e invisible, se centra a su vez en un sentido único de intimidad indescriptible de lo humano en lo divino. La vocación a la perfección ante Dios requiere estricta y literalmente el de ser perfectos como mi Padre celestial es perfecto. Esto acontece condicionado a la manera de que solo El contando con el discípulo seguidor de Cristo puede lograr ser realidad de hecho lo posible. Es el punto de partida de una redención y salvación perfecta libre de pecado a la altura de la pureza y la santidad de Dios.



Amor y paz los bienes de la vida naturalmente humanos se hacen divinos en el plan de Dios. El Creador de la Creación cuya intimidad es la de ser Padre proyecta su paternidad hacia todo el universo visible e invisible con un sentido que trasciende lo efímero y temporal hacia lo divino y eterno. El símbolo de la tierra prometida pertenece a toda la humanidad. La razón es el amor en plenitud derramando de Dios.

El bien del amor
Soneto

Sin engaño placeres duraderos
Amor y paz los bienes de la vida,
Auténticos y al punto verdaderos,
La dicha incomparable más querida.

Los últimos tal vez sean los primeros
Libertad al deber comprometida,
Eligiendo caminos y senderos
Su lugar es la tierra prometida.

Amor y paz del corazón humano
Es deber compartir con cada hermano,
Dichosos los de Cristo en esta guerra.

Corazón infinito de la tierra
Libertad del destino el triunfo encierra,
¡Tal florece el amor, bien soberano!

Dios generoso,
Tesoro para todos
El sumo bien.


El inefable en su existencia, realidad en sí sin ninguna analogía, sin símbolo ni alegoría.
Es necesaria la visión beatífica para conocer en realidad a Dios.
Solo Dios se conoce a sí mismo y decide revelarse al revelarlo.
Cristo el hijo del hombre revelación de Dios y Dios mismo.


El ser ideal realidad de Dios
Soneto

El pozo inagotable de la vida
Abundancia de Dios, jamás termina,
Mayor que el universo mar divina
Y eternidad sin tiempo que declina.

Sagrado fuego en que la luz anida
Y un presente infinito en su guarida,
Dando al ser esencial la bienvenida
Rosal en flor, eterno y sin espina.

Perfecto Dios jamás se desintegra,
La pureza de ser en su presencia
Resplandece en la luz de su existencia.

Su fuerza y su poder en eminencia
Es gozo sempiterno que se alegra,
¡El todo en unidad, su ser lo integra!

No simboliza
Eterna realidad,
¡Dios se realiza!



Actitud humana y filantrópica increíble pero real de la grandeza divina.
El misterio de Cristo Dios y Hombre en el mundo madura en plenitud ese encuentro en el momento de la Resurrección desbordando en todo su ser la misma gloria de Dios. Toda la vida en la tierra hasta la muerte y la sepultura fue un proceso misterioso de esa realidad. Cristo consciente de su misión mesiánica inicia con su cuaresma original la proyección profética hacia el anuncio del reino pasando de su vida oculta a la realización de su vida pública. La presencia del bien y del mal están personificadas por el demonio espía de Cristo en la historia de su vida terrena como escenario de una lucha entre el mundo de la luz y el de las tinieblas.
Esto explica la incidencia del tentador al iniciar Cristo esta etapa de su vida.


Inicio de Cuaresma

Soneto

Cristo a Dios meditando humanamente,
Deja el Jordán, camina hacia el desierto.
Le persigue el Demonio a ver si es cierto
Que es Cristo el mismo Dios divinamente.

Siendo humana oración eternamente
Impulsado por Dios divino dentro
En el ser de su ser, mismo en su centro
Un mismo el mismo amor, lo es mesmamente.

Al Hombre y a los Ángeles concierna
La Palabra de Dios que es vida eterna,
Cristo ayuna inventando la Cuaresma.

Hambre humana y divina es una mesma
Y abundancia de Dios es sempiterna,
La paz su intimidad divina y tierna.

Es Dios Palabra
Y el divino alimento,
Se sintió hambriento.


Al final de las tentaciones es evidente la integridad de Cristo y su lealtad a la Palabra de Dios certeza evidente de que siendo hombre a su vez El es Dios mismo. Se ocurre pensar en el poder del bien en los límites de la dimensión humana ante la fuerza del mal, cuando el Demonio lleva a Cristo para tentarlo donde quiere proponiendo escenarios sugestivos a su imaginación con diabólico atrevimiento. Pudo Cristo limitar e impedir el ser tentado a ese punto resistiendo el influjo del plan del maligno hasta tal extremo o no. Parece ser que sí lo hubiese podido pero no lo hizo por la identidad de ser humano e impecable hasta los límites de la inocencia.

Servir y amar es adorar
Soneto

¿Quién como Dios? Solo El para adorarlo
Y servirle en todo lo que quiere,
El Demonio al infierno, si interfiere
Al mandato en el prójimo de amarlo.

Escrito está que a Dios no hay que tentarlo,
Siendo siempre el Señor se le prefiere,
Generoso el perdón, a quien le hiere
Soberbia y odio aleja al perdonarlo.

Si en el desierto Cristo fue tentado…
Contumaz mentiroso al sin vergüenza,
El, Palabra de Dios lo ha rechazado.

Cristo sirve a su Padre tal cual piensa,
Su corona de espinas ha triunfado
Y es Príncipe de paz, ¡la gloria inmensa!

Irreprochable
La pureza de Cristo,
Es adorable.


El mismo Espíritu que impulsó a Cristo a entrar le impulsa a salir del desierto para iniciar su misión redentora. Tres años elocuentes hacen de su vida pública el acontecimiento más maravilloso, historia del tiempo que se hace eternidad. La misión de Cristo tiene todo el encanto de lo humano y lo divino. El drama y la tragedia de la epopeya del hombre orientado a lo divino.
La lucha contundente del mal y del bien definitivo, perentorio y el triunfo del amor mas allá de la vida y de la muerte y la experiencia eterna de la gloria.

Salida del desierto

Soneto

Bondad de Dios desborda de sus manos
Inefable banquete en cuya fiesta,
Cristo agota del cielo sus arcanos
Derrochando el tesoro que más cuesta.

Todo listo con El, suben la cuesta
Sus bellos pies, se alejan de los llanos,
Trabaja sin cansancio y en la siesta
Se pone a orar y a meditar sus planos.

Satánicas tinieblas de poder…
El demonio se ha ido por ahora,
Su regreso, será la última hora.

La buena nueva debe acontecer
La muerte redentora debe ser,
¡La gloria en plenitud divina aflora!

Bondad de Dios,
La cumbre del Calvario
Sube a la gloria.



El sentido de Dios es Cristo y Cristo es el cuerpo místico ante Dios mismo a través de la historia de la humanidad, mucho más de lo que llamamos Cristianismo de veintiún siglos en su historia.
A partir de la plenitud de los tiempos con la presencia del Mesías la conciencia personal monoteísta de Dios se amplifica con proyecciones inimaginables. La relación de la antigua alianza entre Dios y su pueblo se universaliza para toda la humanidad y se hace esencialmente más bien una relación de intimidad humana con la intimidad de la vida de Dios. Es mucho más maravilloso conocer la intimidad única de la vida de Dios cuyo testigo temporal y eterno es el hijo de Dios hecho hombre hablando con su Padre y prometiendo la venida del Consolador, Espíritu de amor personal de Dios también enviado por el Padre al mundo para santificarlo reiterándolo en la verdad e ilustrando a su vez la misión de Cristo en la realización del reino de Dios. La integración de las divinas personas en la unidad de un solo Dios como naturaleza divina en unidad de amor y de verdad, a través de Cristo hecho humana realidad y proyectado místicamente a toda la humanidad, hace dicha integración objeto personal suyo, abrazándole con amor de amistad y familiaridad según la interpretación teológica en forma adoptiva.


Su Palabra el Amor de hecho
Soneto

Paloma el símbolo de amor, no el cuervo,
Hoguera inextinguible santifica
El símbolo de Dios que verifica
Divina realidad, Cristo es el Verbo.

Divinidad de Dios, todo su acervo
La humanidad de Cristo deifica,
Hijo del hombre a Dios personifica
Y humano a lo divino se hace siervo.

Eterno el corazón divino el río
La palabra de Dios es todo un hecho,
Plenitud del amor brota en su pecho.

Tres personas y un Dios para El no es lío
Navegando infinito siendo un trío,
¡Vida humana y divina en su derecho!

Ningún misterio
A los ojos de Dios,
¡Plena evidencia!


Cristo inició su vida pública eligiendo a sus discípulos que le fueron siguiendo respondiendo a su llamado. Su vida en comunidad con ellos anunciando la buena nueva y la venida del reino por poblados y ciudades del entorno judío, con el Templo en Jerusalén, las Sinagogas, inclusive los lagos de pesca, las barcas y todos los demás lugares de ese entorno a campo abierto revela ser una actitud de desprendimiento más bien que un lugar físico ser el lugar de su morada. La comunicación de su mensaje con repetida frecuencia no era captada claramente por los mismos discípulos y entonces se establecía un diálogo para aclarar puntualmente su sentido. Con ocasión de la crítica irónica de escribas y fariseos tratándose de no permitir ser influidos por la actitud errónea de sus adversarios Cristo les advierte comentando que se cuiden de la levadura de escribas y fariseos. Esta controversia de Cristo con la mayoría casi con la total adversidad del Sanedrín, Pontífices Escribas y Fariseos se agudizará con el tiempo hasta el desenlace de la traición de Judas y el prendimiento de Cristo. Y todo lo que sucedió debía cumplirse como estaba escrito.

Gracias por Cristo
Soneto

Gracias a Dios por Cristo que ha venido
Razón de fe, de amor y de esperanza,
De vida eterna plena de confianza
Verdad del corazón en Dios nacido.

Gracias a Dios por Cristo renacido
La paciencia de Dios que no se cansa,
Fuerza divina que al morir alcanza
Salvar al mundo de quien ha creído.

Gracias por ser divina levadura
Y pan del cielo que alimenta el mundo,
El pan de cada día, amor fecundo.

Gracias por ser nuestra salud, nos cura
Y la vida inmortal nos asegura,
¡Eternas gracias por su amor rotundo!

Pan de los cielos
Divina levadura,
¡Oh Cristo eterno!




Lo peculiar del antiguo y del nuevo testamento no solamente es el monoteísmo sino también la conciencia personal de un Dios vivo y la relación personal con su pueblo e individualmente con cada persona miembro de la comunidad. Los salmos dan testimonio de esta realidad como hecho litúrgico y también como realidad familiar e individual. Cuando Cristo ora conscientes de ello sus discípulos con quienes convivió por tres años ellos fueron testigos de cómo solía pasar aun la noche entera en oración. El momento cumbre del diálogo de Cristo con ellos respecto a la oración es sin duda cuando le pidieron que les enseñase a orar y Cristo dio como respuesta la oración más bella, totalmente completa y contundente recitando el Padre nuestro. Aun es pertinente señalar la autenticidad exclusiva en la relación personal entre Dios y cada persona haciendo alusión al comentario de Cristo de encerrarse en la mayor privacidad para dedicar con exclusividad de intención y propósito la acción de orar, exclusivamente orientada al Padre conocedor de nuestra secreta intimidad.

Autentica oración

Soneto

Soy el hijo del hombre y Dios mi Padre
Que en su ser me ha engendrado eternamente,
Me he hecho carne y por eso tengo madre
De divinas entrañas, soy su mente.

A Él le gusta escuchar calladamente
Su silencio, sin perro que le ladre,
Sus oídos al cielo fuertemente
No son grito de un grito que taladre.

Sabemos lo que todos necesitan
Dios es el corazón que ni a Él le cabe,
Aprendan a escuchar de quien lo sabe.

Trabaja el alma orando como el ave
Y humildad si es con fe a Dios le incitan,
Divinas dádivas, ¡se precipitan!

Oro a mi Padre
Su corazón lo sabe,
¡Tomen mi llave!


La obra de Cristo Redentor es su misión cumplida que cristaliza por el Espíritu Consolador que nos santifica y fortalece con la vida divina. No fue suficiente su labor con sus discípulos aun ya resucitado, conviniendo que enviaría de la mansión del Padre, como lo hizo en Pentecostés, el Espíritu de Dios en persona que ratificó y afianzó la obra mesiánica y redentora. El Consolador consuela con la fuerza de Dios, es plenitud que florece en la vida del espíritu con los dones característicos de su acción peculiarmente santificadora. El arrepentimiento es un estado permanente de fidelidad constante que hace posible permanecer en unión con la vida y el amor de Dios. Las obras del Espíritu atestiguan la fe a la que Cristo se refiere diciendo que el que cree en El no muere para siempre.



El Consuelo en Dios

Soneto

Reconozca Señor tu redención,
Dame un corazón limpio como el tuyo
Que humillado, me llene de tu orgullo
Contando con tu eterna salvación.

Que te quiera con todo el corazón
Y amor de Dios lo tome porque es suyo.
Vuelo en pos de paloma con su arrullo
Y divina blancura en su sazón.

La humildad que me exalte en tu victoria,
¡Divina libertad! Mi alma desata
Del pecado y la muerte que me mata.

Resucite feliz por la memoria
De la sangre de Cristo que rescata,
Que por ella, ¡merezca hasta la gloria!

De Dios alivio
El arrepentimiento,
Consuelo eterno.


Si Dios abunda en todo más en amor. Es la energía de su espíritu la del amor que une el universo de su ser y su existencia eterna increada. Amor indefectible y absoluto hace planes que parecen absurdos a la razón humana y tal vez a la mente angelical. El universo íntimo de Dios, la interioridad de la vida divina, la quinta esencia del reino de los cielos su corazón abierto y su mano extendida proyectando en su plan la armonía total del ser y la existencia, parecerían más que incongruentemente imposibles, pero para Dios todo es posible en el amor. La entrega del Creador a la Creación no es un misterio para Dios, solamente es el milagro supremo de su amor. Mayormente abriendo lo más intimo de su morada, las entrañas mismas de su ser divino al misterio del hijo del hombre que por amor es el hijo de Dios. Y más aun todavía la integración en Dios a través suyo, la humanidad eternizada en la gloria, el cuerpo místico de Cristo ideal convertido en realidad perentoria.


Amor de sobra

Soneto

Dios no tiene medida para amar
El cielo entero da y no se espanta,
Es dichoso y feliz, y dando canta
Y en su entrega total, da sin parar.

Tanto amó al mundo que le quiso dar
Abierto el corazón, cual mano santa
Magnánimo entregando a Dios le encanta
Y a su hijo propio aceptó inmolar.

Amor eterno brota de su seno
Y por eso de amor siempre está lleno,
Vida eterna el amor no pierde nada.

Dijo Cristo que solo Dios es bueno,
¡Luz divina, jamás será apagada
Conociendo su eterna llamarada!

Dios llamarada
No pierde nunca nada,
¡Amor de sobra!

La racionalización del amor puede ser el peor enemigo del amor a más del odio. La verdad del amor como sentimiento en el ser humano no es efectivamente amor si no se traduce en realidad operativa
que se hace amor en acción. La filosofía popular define esta realidad filosófica con sentencias populares llenas de sabiduría. Se dice con verdad que obras son amores y no buenas razones y que del dicho al hecho hay mucho trecho. Estas observaciones expresan una realidad que es válida en lo humano como en lo divino. El amor en acción es el criterio práctico y real que caracteriza como verdadero valor lo valioso del amor. El pragmatismo del amor pertenece a su esencia sea divino o humano. A este respecto Cristo define la postura pragmática del ser divino cuando observa y define que en Dios no quien le dice Señor, Señor entrará a su reino, sino el que hace la voluntad de su Padre. Y en la dimensión correlativa en identidad de amor de Dios y amor al prójimo, declara que lo que a los más menesterosos hicisteis conmigo lo hicisteis.



Pragmatismo del amor

Soneto

Si a los demás no amamos a consciencia
Puede ser que tan solo imaginamos
La verdad del amor, que a Dios amamos,
Buenas obras de amor son evidencia.

Y en esto no tolera indiferencia,
Por la gracia de Dios el bien logramos
Si en el prójimo vemos su presencia,
Buenas obras, la fe ante Dios probamos.

El es sin duda la divina fuente
Y quien sirve le sirve como puente,
Servir a los demás, pide en ofrenda.

No se puede evitar sin que le ofenda,
Suministro de Dios para la gente
Amor a Dios y al prójimo, ¡su agenda!

Amar a Dios
Amando a los demás,
¡Acción de fe!



La categoría de rectitud que implica una recta intensión es el factor determinante en el discernimiento entre el bien y el mal de la acción del ser que debe ser responsable en su manera de obrar. La supremacía de Dios como el ser perfecto en todos los órdenes de la existencia en el aspecto del bien moral se caracteriza como patrón y modelo y razón de ser del sentido moral siendo la esencia eminente de la misma bondad que se identifica auténticamente con la rectitud. Es en este contexto en el cual Cristo nos dice que debemos ser perfectos como su Padre es perfecto. El mal moral corrompe y oscurece el corazón y la visión de la rectitud de la conciencia y el sentido pragmático de rectitud. El camino hacia Dios al fin de cuentas debe ser recto, directo, no sinuoso ni torcido, por eso Cristo dijo de sí mismo siendo patrón y modelo del encuentro con Dios que El es el camino, la verdad y la vida. El propósito de su existencia es satisfacer el plan de Dios que es la meta del Dios hombre y nuestra meta.


El camino y la meta
Soneto

No le agrada sinuoso ni torcido
El camino hacia Dios, debe ser recto,
Camino de verdad Cristo ha encendido
La misma rectitud de Dios, perfecto.

Dentro de ti esa luz, andas correcto,
Si te ocurre apagarla, estás perdido,
Ver la meta imposible es en efecto
No encuentras nunca a Dios, desconocido.

Dichoso el corazón si es limpio y puro
Sin tinieblas que oculten las estrellas,
Mirando al sol que alumbra tras del muro.

Gran verdad esos ojos sin querellas
Que de noche y de día ven las huellas,
Mirando en la esperanza el bien seguro.

Cristo el camino,
Corazón limpio y puro
Ve bien la meta.


Ser Padre y ser Maestro son realidades que Cristo enfatizó como autenticidad exclusiva con respecto a su relación filial con su Padre celestial y la legitimidad de su autoridad y capacidad docente con respecto a El mismo. Uno solo es vuestro Padre y uno solo es vuestro maestro apuntó enfáticamente a sus discípulos. La Paternidad de Dios puede ser analizada en el contexto de las escrituras y de la teología. Tratándose de paternidad el concepto humano natural universalmente aceptado en la experiencia humana debe implicar una analogía aplicado a la dimensión divina, tal vez solamente en su modalidad pero no en su esencia relacionada con el hecho de la generación ya sea humana o divina. Cristo mismo distinguía la relación con Dios en contraste entre El que es hijo natural del Padre eterno y sus discípulos que naturalmente no lo eran, sino a diferente nivel y por ello hacía énfasis diciendo vuestro Padre tratándose de la relación con ellos. En cuanto a ser maestro su audiencia lo reconocía como alguien admirable que enseña como quien tiene autoridad y sabiduría impresionablemente inusitada y persuasiva. La simplicidad y la veracidad del Evangelio como anuncio del reino de Dios ratificado como cumplimiento de las proferías, reiterado por sus milagros y sobre todo enfatizando todas sus enseñanzas con el gran milagro de su propia resurrección lo convierten en evidencia de ser maestro único, divino, veraz incomparablemente incontestable. El Evangelio es el mensaje de Dios y Cristo el mensajero que se identifica siendo El mismo mensaje y Evangelio.


Maestro amigo
Soneto

Adoración del alma en Dios rendido
Cristo hombre verdad del Cristianismo,
Visionario de Dios y Dios El mismo
Al cuerpo espiritual místico unido.

La Palabra divina en el oído
Pureza espiritual, no es optimismo
Ser fuente de entender, Dios un abismo
Penetra el corazón pleno sentido.

El único maestro contundente
Evangelio y parábola viviente,
Verdad del hombre y Dios es Cristo amigo.

Maestro solo El, como testigo
Divino ser humano y evidente,
¡Se ha ido con su Padre, aquí conmigo!

Cristo evidente
De la verdad testigo,
Maestro amigo.




La Contrición
Soneto

Mira en Dios infinita su nobleza
Si tu modo de ser es ser culpable,
El perdón mal lo harás, imperdonable
A pesar de ser noble su grandeza.

Es por eso que a Cristo le interesa
Perdonar tu pecado y que inculpable,
Tu inocente limpieza sea admirable
Cual niñez de inocencia, tu pureza.

Levántate al instante de esa cama
Camina al Padre que su Voz te llama,
Hacerlo debe tu arrepentimiento.

Cristo aclara camino y pensamiento
Fe en el alma es de Dios presentimiento,
¡En tus ojos, prendida está esa llama!

La Contrición
Justifica ante Dios,
Te abre sus puertas.



Maestro de Verdad
(Humana y Divina)
Soneto

Maestro de humildad y de paciencia
Al filo su palabra llena de ira,
Condena hipócrita maldad, conspira,
A tal colmo El desborda su impaciencia.

Celoso de su Padre en su presencia
Su amor a la verdad fuego en la pira,
Condena la carroña que transpira
Del sepulcro, destapa la apariencia.

Ira humana y divina la de Cristo
Fuego ardiente también a la sazón,
Atempera el amor su corazón.

Descubre el mismo nido en la traición
Veneno de serpientes, las ha visto
Musitando matarle, ¡lo previsto!

No hipocresía,
Cristo muere y redime
En la verdad.


Cristo cumple su Misión mesiánica y profética entretejiendo en ello una y otra dimensión, la humana y la divina. En la etapa de su vida temporal que precede a la plenitud de su vida gloriosa al consumar su Misión, El padece, sufre, presiente, teme, zozobra en agonía y finalmente muere en la cruz y va la sepultura. El como nadie es humillado y condenado siendo el Hijo de Dios y el más digno, puro y santo de los hombres con la excelencia de Dios, siéndolo El mismo. Por la misma razón es quien ha sido más exaltado en su resurrección compartiendo divinidad y humanidad su alma gloriosa en la plenitud de la gloria de Dios de quien es eterna y plena alegría.


Presentimientos de Cristo

Soneto

Cristo siente y presiente lo que viene
E irá a Jerusalén por la Judea,
Su vida y libertad aun la tiene
Pero va por deber a lo que sea.

La muerte en su resurrección alea
Redime al mundo y su perdón lo obtiene,
El querer de su Padre lo desea
Lo hace suyo a sabiendas cual conviene.

Y el Mesías de Dios cumple sus metas
Predicciones proféticas completas,
Valdrá la pena muerte y agonía.

Al infierno demonios con sus tretas,
Dice y hace cumplida profecía
Ser la gloria de Dios, ¡es su alegría!

Resurrección,
Morir en su agonía
Vale la pena.

Noche de presentación

02/19/10
8.00 P M

Soy un poeta en secreto
De la ciudad de la unidad posible,
Miami donde vivo.
Tierra y cielo
Mar y playa.
La noche de anoche
Ha sido una gran noche
Por los poemas que he oído.
Con razón o sin ella
Ausente de mi tierra
Y México del libro
Yo comparto su ausencia.
Coral Gables,
Books and books,
La Peña en mí
Entre poetas hispanos,
Yo, silenciando sonidos.
Con sabor a hiel
Y con sabor a miel
Siento mi boca.
No pasa el tiempo
Ni tampoco el lugar
Me despierta la noche
Secreto del sueño
El poema escrito
Presente frente a mí
De un futuro tal vez
Editado y leído…
¡Tal vez
Alguna otra vez!

Dos poemas bilingües

Oíd al Hombre,
Es la pregunta de sí y el universo
De Dios eterno y del alma inmortal.

Poema del Hombre
(Hembra y Varón)

Soneto
Puede ser la razón de su existencia
No el viento que se lleva la ceniza,
Espíritu del hombre, su sonrisa
Superior inquietud más que la ciencia.

Todo y nada en su ser y su presencia
Con el alma en la cara dando risa,
Siendo polvo y la tierra que se pisa,
Su poema, gritando en la conciencia.

Es materia del hombre polvo y lodo
Y fórmula del agua de tal modo,
Que es un sueño inmortal haber nacido.

Poema es la ciencia siendo todo
Lo grandioso y pequeño y ya vivido,
Palpita el corazón, ¡Dios en su nido!
Haiku
Ser o no ser
Es la inquietud del hombre,
¡Dios y su nido!


Two bilingual poems

Come hear the man, immortal soul
It is a question within, wondering, about the world and God.

A Poem on Man
(Female and Male)

Sonnet

It is a wonderful thing to be alive,
Might blowing wind would carry human ashes
There is not spirit through the final trashes,
The matter of the soul is laying life.

Smiling face to science passing by
Bank broken is the soul far short in cashes,
It could not go beyond the human passes,
Come, may poetry inspiring bits that strife.

It is the thing of man being on the road
Ephemeral to be on heavy load
It almost made, from mud the final dust.

It does make sense concluding better trust
Beyond what matters science, faith the most,
¡Shall be, Lord, your poetry a secret code!
Haiku
To be or not
The restfulness of man,
Love, God, the nest!



Delicias el Edén

Soneto

La Oda universal, plena alegría
Del poema del ser en cada verso,
Creador de la Creación y el Universo
Coral en plenitud, su sinfonía.

Delicias del Edén de la armonía
En la luz de la piel del viento terso,
Galáctica la brisa sopla el cierzo
La existencia en su ritmo y melodía.

Vivo instrumento la naturaleza
Vibra el alma del hombre y sus sentidos
Paraíso y jardín de los sonidos.

Plenitud que deslumbra la belleza
Los ojos hechizando y los oídos,
¡La perfecta visión de la pureza!

Haiku
Felicidad,
Delicias del Edén
El sumo bien.



Delightful Eden
Sonnet

In the light of the wind a softly blowing
Harmonic delicacies are from Eden,
Symphonic breeze, it is a sound all trough heavens,
Rhythm and charm are galaxies fulfilling.

The Creator on the Creation is always singing
As the wind of the Spirit, perfect seven,
The infinite eternal counts divine eleven
The code of grace and eyes that beauty ever seeing.

Enjoying the Paradise and Eden of the sound
All senses vibrating instrumental nature,
Look at the sounding of human soul, come great adventure.

The very pure and best Creator and creature
Delightful fulfillment with God, all around
The intimacy is the best, ¡experience so profound!

Haiku
Joy and happiness
Delicacies from Eden,
Goodness of God.

domingo, 7 de febrero de 2010

La Epopeya del hombre hacia el Yo divino

Prologo

Entre el Prólogo y el Epílogo la Poesía es el Hombre. Somos un libro abierto a nosotros mismos si nos descubrimos y tal vez a la misma historia.
Aquí están estas páginas para quienes posiblemente compartan el hacerlo realidad con el comentario de su propia historia íntima al leerlo. Mi intensión en la epopeya del hombre hacia el Yo divino ha sido alternar la belleza de la poesía y la espiritualidad en el hombre ser humano como divino. Lo dijo Dios, soy el que soy, y en El podemos lo que debemos ser.

Prólogo

Historia de su filosofía lo efímero del tiempo que todo lo destruye, más no la eternidad. La idea de lo eterno existe en diversas y variadas interpretaciones como ideal de la inquietud y aspiración del alma humana. Aparece sintiendo necesaria la unidad de su energía, toda una alegoría, tratando de ser uno con todo el universo. La historia de la literatura y singularmente de la poesía en las culturas de mayor presencia son creadoras de obras monumentales que han marcado huellas indelebles de carácter religioso, político y de considerable dimensión espiritual. La epopeya del hombre hacia lo divino hace posible una eterna realidad.
Filosofía de esa historia la presencia real de lo divino por hacerse uno el ser humano en la intimidad del mismo Dios. Raíz el Padre eterno fuente eterna del ser, dando la vida humana en la divina, y el sentir de la vid y sus sarmientos. Analogía del cuerpo místico de Cristo, la Viña, propiedad del Eterno, su dueño que arranca, planta y reconstruye, con Cristo, en El y por El. Donde fue Troya, donde fue Jerusalén, templos destruidos, pirámides en ruinas, murallas inútiles, en vez de todo eso la epopeya de Cristo se proyecta a toda la humanidad orientada al reino de los cielos en donde se edifica la ciudad de Dios….La epopeya del hombre hacia lo divino.


Hacia el Yo Divino.

Majestad de Dios, ha hecho al Hombre agonía y éxtasis, y su alma inmortal.
Fuerza divina y transparencia de Dios que le asombra y le transforma.

La Roca viva

El hombre es una perla diluida
En agua que penetra el universo,
Y raíz que se hunde en cada verso
Agarrada hasta el fondo de la vida.
Materia en polvo de la eterna roca
Que creyendo conoce o se imagina,
Siendo su alma inmortal fuerza divina
Debe ser el aliento de su boca.
Es la noche y el día, luz y sombra
Debatiendo existir en la penumbra
Ser verdad sin error, alguien que alumbra
Transparencia de Dios, ¡Dios quien le asombra!

¡Sí existe Dios!
Raíz, el universo
En cada hombre…


Libertad

Da el merito a la virtud en lo humano y lo divino.
Le hace responsable de ser o no ser la plenitud de su destino.
La libertad de Dios se mira en el espejo del hombre.
Tal vez, también refleja su grandeza.

El tener en las manos su destino
Es más grande que todo lo que ha creado,
Libertad en acción, Dios se la ha dado
Responsable como es su ser divino.
Indicando el camino por hacer
La conciencia es la voz que no se calla,
Directriz que siguiendo nunca falla
Como fuerza absoluta del deber.
Mal elige el abismo quien resbala,
Si se eleva a la cumbre y no desliza
Decisión que hace el hombre, según pisa
Plenitud inmortal, ¡viste de gala!

¡Oh Don Creador!
La grandeza del hombre
Su libertad.


Eternidad compartida

Dios comparte su ser increado en todo lo que ha creado y en el hombre, también su intimidad.
Dios que parece escondido en sí mismo también se esconde en el alma humana.
Su presencia inefable hace primavera del invierno.
Guarida de su ser y eterno nido.

Inmenso el universo y la Creación
Sabiendo lo que el alma lleva escrito,
No le queda tan grande el infinito
Al hombre en su pequeña condición.
Palpita el corazón amor grandioso
Escondiendo en la noche su guarida,
Mira el alma del hombre, Dios anida
Por amor con su ser maravilloso.
Universo interior Dios y su mundo,
Blancura en primavera haciendo invierno
Divino otoño y esplendor fecundo
Hacia dentro del ser, ¡su ser eterno!

Eterno anida
El amor sin medida,
¡Dios que ama al hombre!


Felicidad divina

Nuestra introspección humana proyecta en eminencia sobre la introspección divina.
Somos irresistibles a la felicidad y Dios lo es, nosotros en el tiempo y El en la eternidad.
Nuestra aspiración de ser felices en Dios es eterna plenitud.

Cómo no ser feliz siendo la fuente
Sublime inspiración de la belleza
Y la misma verdad en si evidente
De la eterna bondad en su pureza.
Ser la vida de Dios de si consciente
Respondiendo al porque que le interesa,
Razón del corazón y amor presente
El eterno absoluto en su proeza.
Expresión de elocuente transparencia
La intimidad de Dios en armonía,
Perfecta voz, divina poesía,
¡Oh eminencia de luz y gran presencia!

Felicidad
Divina realidad,
Dios es feliz.


Amor increíble

La síntesis de la acción amorosa de Dios que vence el mal con el bien y la miseria humana con su incalculable largueza más allá de lo increíble, de hecho se convierte en evidencia absoluta.
Todo lo humano se llena de divino y el niño crece a través del hombre hacia el ser divino.
La plenitud del hombre viene a ser la plenitud de Dios.


A Dios se le ocurrió hacerse hombre
Precisamente por amor divino,
Lo divino humano se hizo nombre
Creíble lo increíble tal convino.
Su Espíritu en la carne resplandece
Eterno en humano hecho un niño
Que invisible hoy es visto cual parece
Cielo y tierra inundando de cariño.
Se echó a los hombros la miseria humana
Jesús, creció, murió y resucitó.
Salido de la tumba vive y mana
Gloriosa plenitud, ¡nos redimió!

Es increíble
Humano lo divino,
Y es realidad.



Providencia divina

Le sobra todo para el éxito inmediato y total pero le falta todo porque su plan es lograrlo por medio y a través del hombre. Es la misma postura de Cristo, naturalmente, en lo humano y lo divino.

Exige maravillas y el milagro,
Dios, quiere que los hombres sean sus manos.
También su corazón, nos hace hermanos
En Cristo que entregó su cuerpo magro.
Amando a todos con amor divino
Su amor requiere el corazón humano,
Justicia y paz cogiéndose la mano
Tras las huellas de Cristo en el camino.
Suficientes riquezas de la tierra
Ordena distribuir entre la gente
Poderosa su mano providente
Cuyo fruto es la paz, ¡divina guerra!

En nuestras manos,
Providencia de Dios
Su corazón.


Los Bienaventurados

Claridad transparente del criterio de Dios concreto, práctico y real, persistente y consistente con el querer y el hacer divinos. Es el mismo criterio ejemplar modelado por Cristo en la realización de su misión humana y divina. La felicidad de Dios es la del hombre y lo es su bienaventuranza.

Tuve hambre y me disteis de comer
Perfecta decisión, divino ingenio,
Venid benditos míos a mi Reino
Tuve sed y me disteis de beber.
Vinisteis a la Cárcel para verme
Sabiendo me encontraba encarcelado,
Y estuvisteis conmigo y a mi lado,
Enfermo, preocupados en quererme.
Abrid el corazón y la mirada
A abiertas puertas y sagrados velos,
¡Venid conmigo al reino de los cielos
La gloria eterna os será otorgada!


Amor eterno
Con ojos inmortales,
Miran a Dios.


El árbol de la Vida

Si la humanidad es el árbol sus hojas y su fruto alegóricamente es el hombre.
El árbol de la sabiduría da frutos exquisitos de verdad de la que se viste luminosa la existencia humana cuajada de virtud con buenas obras y un buen nombre. El nombre que Dios escribe en el libro de la vida.
La autentica dicha y el existo de la inmortalidad del Paraíso escrito eternamente en el corazón de Dios.

Soneto

Frondosa luz de otoño celestial
Crece el árbol de la sabiduría,
Un poema de amor y poesía
Dios en El, y en el alma espiritual.
Sí existe el Paraíso terrenal
Verdad de la verdad, su alegoría,
En realidad no es sólo fantasía
El árbol de la vida es inmortal.
El árbol de la Vida es infinito,
MI Esperanza, mi nombre quede escrito,
En el nombre de Dios si así lo quiere.
Es un árbol divino y lo que muere
No se muere en verdad si resucito,
¡Su cielo en mi raíz, lo llevo inscrito!


Dios es eterno
Y en la vida del árbol,
Es nuestra vida.



Luz de invierno en la playa

Un paisaje de luz y de inmensidad con la más perfecta geometría no basta al corazón humano ni al divino. La vida más bella está vacía y con apuros de frío sin la llama ardiente del amor con su calor divino incandescente en el calor humano. Al final de cuentas el amor presupone el fuego en la consecuencia de la luz como la verdad absoluta necesariamente presupone ser bondad absoluta.


Sol, cielo, mar y playa invernal
El azul transparente
Limpio y lleno de luz
En la mañana fría.
De la cumbre del cielo de fulgor azul,
Perpendicular
En línea vertical va cayendo por doquier.
Y al caer circula sobre la horizontal.
Percepción de altamar,
Luz de invierno desmalla
Sobre el mar y la playa…
El sol de fuego es frío,
Entretenido en brillar
Deslumbrante en azul
Sobre el viento y el mar.
Me ocurre preguntar, tal vez imaginar
Si se propone olvidar
Que debe calentar.
¿Por qué lo deja en el olvido?
Nunca muere el amor
Y admiro tanta luz
Pero muero de frío.
¡Divina hoguera y Sol amigo,
Caliéntame Dios mío!
Haiku
El cielo azul
Poema vertical,
En mi horizonte.


El Yo trascendencia de la muerte

Soneto

No es mi yo deterioro de esta vida,
Mi antesala es el pórtico de otoño
Peinando lindo chongo y con su moño,
Presiento retoñar de eterna vida.
Aroma de esta flor en la Florida,
Atrevidos achaques siento coño
Que aunque alegre, me temo hacerme ñoño,
La salud, musitar su despedida.
De mi yo sea existencia preferida
Penetrando el abismo y su guarida
Las alas de la fe tras la esperanza.
Sobre todo el amor y la confianza,
Dios y el alma, encuentro de añoranza
Allí en su intimidad, ¡yo en esa herida!

Semblanza suya,
Trasciende en cada hombre
El Yo de Dios.


El triunfo de la vida

Soneto

Divina compasión a mi concierna
En espera de mi alma a eterna vida,
No el terruño, la tierra prometida,
Que el destino y la gracia me discierna.
Bondad de Dios divina y sempiterna
Pueda ser que me encuentre en la Florida,
Volviendo a florecer Pascua florida
Siendo injerto de Cristo, vida eterna.
La esperanza y la fe, todo declina
Donde empieza el amor que no termina,
Vale la pena el haber nacido.
Momento de lo eterno y lo divino,
¡Sea feliz por haberle convencido!
Y ante Dios, ¡nunca ser desconocido!

Eterna vida
Presiente, la conciencia
Ante la muerte.


Divina Redención

Soneto

Grito eterno de amor Cristo que gime
Tanto amor, el que a ti te crucifica
Como a Él, que después te glorifica
Si ese grito de Cristo te redime.
Grita Dios con su grito más sublime,
Y el Santo de los santos santifica
El Cuerpo de Jesús que deifica
Vence la muerte y del sepulcro exime.
El Cuerpo de Jesús que resucita
Maravilla de amor el que haya muerto,
Todo el cielo florece en el desierto.
Tanto amor redimiéndote por cierto
Y esperanza que nunca se marchita,
En el alma inmortal, ¡es Dios quien grita!

El alma vale
Aun más que el universo,
Lo grita Dios.


La divina amistad

Soneto

Si a Dios y a tu conciencia satisfaces
Te llenará la paz de su amistad
Disfrutando su gran fidelidad,
Fiel es Dios como nadie si le places.
Serás siempre feliz si así lo haces,
La idea del bien que es bien de la verdad
Verás que te complace si complaces.
Libertad generosa verifica
Tu respuesta de amor, Dios santifica
Con momentos eternos tu existencia.
Divina plenitud en tu conciencia
No te aleja jamás de su presencia,
¡Con El, por El y en El, te glorifica!

A Dios le place
Y a Cristo le complace,
¡Lograr al hombre!


El secreto del alma

Soneto

Montaña de la luz y las estrellas
Nevado fuego de la cumbre fría,
Corazón de la tierra, estalla en ellas
Escalando sublime poesía.
Lanza amor palpitante tus centellas
A donde esconde su sabiduría
La guarida de Dios, siga sus huellas
Universo interior el alma mía.
Divina nieve el corazón de fuego
La luz viviente del eterno ego
El secreto de ser, siempre divino.
Dios se cruza y nos habla en el camino,
Cobija o quema nuestros huesos luego
Comprendiendo cual es nuestro destino…

Luz entrañable
Y secreto del alma,
Fuego divino.




El eterno presente

Soneto

Detén la primavera entre mis manos
Tersas como la luz de tus caricias,
Regalos increíbles tus albricias
Humanos son divinos, sobrehumanos.
Divinos aunque humanos son tus planos
Que exentos de maldad y sin malicias
Generosos no saben de codicias,
Abundando infinitos, soberanos.
No dejes fenecer tu amor eterno
Divina primavera floreciente,
Efímero es mi ser y tu tan tierno.
No me quiero morir contigo ausente,
Detenme en tu momento sempiterno
Eterna inmensidad, ¡oh Dios presente!

No es efímera
La experiencia de Dios,
Tan solo el hombre.


El abrazo del Padre

Soneto

Mi corazón sea puro y sea mi mente
Y en sus ojos, que mire mi inocencia
El Dios de mi niñez, yo en su presencia
Lo eterno vivo del ayer presente.
De pecado me limpie y sea inocente
Ante el juez que escudriña mi existencia,
Su blancura revista mi conciencia
Con Dios en la mirada transparente.
Venga el reino de Dios, que me aparezca,
De malicia y de culpa claro el caso
No existan ante Dios ni por acaso.
Siendo niño que a mí me pertenezca
Su caricia y me acerque a su regazo,
¡Padre eterno de Cristo, yo te abrazo!

Mirada pura
E inocente niñez,
Dios y natura.


Amistad dulce hogar

Soneto

Sé que mi alma inmortal no es de esta tierra,
Mi cuerpo sí lo es de tierra un puño
Con olor y sabor a mi terruño.
Ando en busca de paz, mi única guerra.
Encontrar la verdad la vida encierra
Y en el fondo del alma está su cuño,
Es tesoro aprender el ser que acuño
En cielo azul, la cumbre por la sierra.
A pesar que me mide cada año
Mi conciencia de ser es sin tamaño,
Amor y hogar de Dios, el infinito.
Me alumbra el corazón y no me engaño
Todo el suyo en su mano tan bonito,
¡Oh divina amistad, silencio es grito!

Tierra de Dios,
Corazón infinito
Es nuestro hogar.


Sabor a Dios

Soneto

Vive Dios que me ha dado hermosa vida
Con el fin de encontrarme con su amor,
Vivo yo que conforme a mi medida
Debo ser responsable de su honor.
Vive Dios y su gracia en mi escondida
Me descubre insinuante su esplendor,
Con espina o sin ella, encendida
Mi conciencia adivina su color.
Increíble lo siento en mí escondido
Floreciendo en su eterno amanecer,
Vive Dios que es eterno florecer.
Es creíble en mi fe el desconocido
Transparente a la vista y al oído,
Sabe a ser, ¡en mi ser todo su ser

Sabor divino
Del Ser en nuestro ser,
Es menester.


La bella cita

Soneto

Me asomo a Él y veo mi pensamiento
Y dejo de pensar, orando creo
E internamente siento que le veo
Y abrir la puerta escucho, le presiento.
El sabe que me lleno de contento
Porque es mi libertad y no soy reo
Y El es el corazón de mi deseo,
Disfruto tanto amor a fuego lento.
Este amigo increíble es infinito,
Y gozo su amistad que es exquisita,
Me delito de Dios, con su visita.
El me enseña el silencio que medito,
En quien vivo, me muero y resucito,

Dentro del alma
Un silencio infinito,
Dios que nos cita.


El tema de Dios

Soneto

Amor más grande que la fe en la cumbre
Fe termina al llegar, tal la esperanza,
Heroico amor consuma la confianza,
Inextinguible amor, Dios fuego y lumbre.
Olvidando el rescoldo su costumbre
Más allá del rescoldo y la añoranza
Sin cenizas y sin desesperanza,
Ese fuego divino que me alumbre.
Dios es la plenitud de amor eterno,
Ser del amor cuyo divino esquema
Le es absurdo mirar otro dilema.
Y por eso su ausencia más que invierno
Sin su vida y su amor sería un infierno,
¡Quien como Dios, amor…oh eterno lema!

¡Oh eterno amor!
Amor y eternidad,
Sin otro tema.


Tremenda realidad

Soneto

El poder de su ser que es invencible
La eternidad eternamente evoca,
Y hace su casa cual divina roca
Donde vive su vida incorruptible.
El hombre que es al tiempo irresistible
Conoce ser aliento de su boca,
Y a su reino, seguro le convoca
Esperanza del alma incorruptible.
Así es la realidad de nuestro sino
Bajo el sol como marca el calendario,
Confiando en el amor del ser divino.
Vida y muerte sucede de ordinario,
Superior a la fe es nuestro destino
En el ser de su ser, ¡extraordinario!

Piedra de toque
E inconmovible roca,
Amor divino.


Promoción de ser

Soneto

Si entendernos con El es lo que hicimos
Eso busca el eterno de ordinario,
Es desgracia si no lo comprendimos
Y salimos por nada al escenario.
Nos promueve, vivimos y existimos
Y ante Dios que es el ser extraordinario,
Consentir es que importa y renacimos,
Su absoluto, divino y necesario.
Se integra en su presencia el mundo entero
Cada instante del tiempo en su existencia,
Tal vez, se desintegra bajo cero.
La humana libertad, en su presencia
Se entreteja a su gracia en el sendero,
Feliz eternidad, ¡no desespero!

Se hace ordinario
Su ser extraordinario,
En nuestro ser.


Dinámica de Cristo

Soneto

Realidades lo son mis pensamientos
Del Padre celestial que me da vida,
A ustedes yo la doy, pan y comida
Soy la vid de quien crecen mis sarmientos.
Amor divino son mis sentimientos
Y en verdad la razón de mi venida,
Soy cielo y corazón, mi despedida
Les adoctrina en mis conocimientos.
Pisando donde piso, las estrellas
Son como nada al paso de mis huellas,
A donde voy, Yo espero a cada amigo.
Cumplidas mis promesas son más bellas
Siendo fiel mi Palabra, tal cual digo,
¡Yo ante el Padre, les sirvo de testigo!

¡Ser… ¡Dios y Hombre!
Ante el Padre testigo,
Perfecto amigo.


Dios es mi inspiración

Soneto

Me pregunto cómo es el ser divino
Que es eterno, sin fin, desconocido,
La verdad esencial al bien unido
Feliz en absoluto, ¿lo imagino?
Mis palabras son nada si defino
Al que es indefinible a mi sentido,
Su infinito no cabe contenido,
Ni siquiera comprendo yo mi sino.
Por el alma inmortal a Dios aspiro
Y es verdad que es el bien en que respiro,
Semejanza a su imagen, ¿ironía?
Lejano abismo toda analogía
De eterna realidad mi fantasía,
Todo puede el amor, ¡yo en Dios me inspiro!

Dios es amor,
Su eterna poesía
Mi inspiración.


Adoración celestial

Soneto

Preciosa tela de divino encaje
El cuerpo de Jesús glorificado
Con la gloria de Dios, el Hijo amado
Viste eterno y feliz ese ropaje.
Los Ángeles no tienen ningún viaje
Con el novio divino enamorado,
Disfrutando en sus bodas su bocado
Y al Cordero rindiendo vasallaje.
La Creación la hace unísono adoro
El divino Pastor, Rey de los cielos
Reúne a sus pastores en gran Coro.
Los Ángeles de Dios, rinden sin celos
El incienso sin mirra y todo el oro
Al ser divino, ¡tras de humanos velos!

En plenitud,
¡Adoración celestial…
Ni diablo ni mal!


Identidad absoluta

Soneto

Con todo cuanto existe en armonía
Sentir unido su universo entero,
Siendo la paz su enlace verdadero
Por obra del Creador y su energía.
Providente en el ser cada existencia
Sintiendo internamente a Dios el alma,
Profundidad en El, hallar la calma
Creyendo firmemente en su presencia.
Eterna intimidad para El sencilla,
Divino como existe en su destino
La absoluta verdad del ser divino,
¡Deidad su Yo y divina maravilla!

Distinto eterno
Su obra el universo,
Su Yo, ¡El mismo!


El yo efímero o eterno

Soneto

Contraste de verdad y vanidad
La experiencia del yo maravillosa,
Maravilla de Dios, es la gran cosa
Si descubro y elijo la verdad.
La vida seductora y sediciosa
En momentos se cree la eternidad,
Mintiendo disfrazada falsedad,
Vanidad no es verdad siendo engañosa.
Es absurdo que encuentre libertad
Maravilla del ser en desespero
Eligiendo hacerse prisionero.
El yo del alma y Dios, el verdadero
Inmortal se hace eterno en realidad,
¡Tal encuentro, en sí es felicidad!

No efímero más,
Eterno es el lograrlo
En el Yo eterno.


El yo necesario

Soneto

Ser en el mundo y todo cuanto existe
Dentro y fuera de mi todo en mi yo,
Siendo en mí o en sí que es sí o es no,
Dónde, cuándo el porqué mientras persiste.
La fórmula de ser en ser insiste
Cadena que conmigo no empezó,
Ni tampoco conmigo terminó,
Se viste, se desviste y se reviste.
Contingentes los yo en escenario
Siento humano en mi yo su Yo divino,
Existe y lo creí, no lo imagino.
Debe un Yo absoluto, necesario
Haciendo la cadena del destino
Ser lo eterno del ser, ¡extraordinario!

Eterno el suyo
Cada yo en su Yo,
Dios, Yo del ser.


Divina locura

Soneto

Por esencia, presencia y por potencia
Dios existe en el ser del universo,
Creador en la Creación, poema y verso
Razón e inspiración de su existencia.
Fuente eterna de ser, vida y presencia
Como un beso de paz, divino cierzo
Dios profundo en su ser, en El inverso
Es la suma bondad y la inocencia.
Vive Dios en su Hijo humanamente
Siendo el rostro divino de su mente
Y el amor que a los hombres transfigura.
El Creador existiendo en la creatura
Es la cara de Cristo eternamente,
¡Por divina razón, bella locura!

¿Dios, ser creatura?
¡Es divina razón
Tanta locura!


A Dios le place

Soneto

Ser fuente eterna al Padre pertenece
Engendrando a Jesús, nacida mente
Que es Palabra de Dios para la gente,
Honor, divina luz que resplandece.
El amor en persona así acontece
Siendo humano y divino en Dios consiente,
Hijo y Padre el eterno allí presente
Es divina verdad lo que acaece.
Esta vida perfecta que a Dios place
Ser humana y divina, le renace
De amor filial, glorioso para amarlo.
Con justos elegidos al llamarlo
Los Ángeles se juntan a adorarlo,
¡Y el cielo en plenitud a Dios complace!

Adoración
Es divino placer,
Su amor eterno.


La cuenta y su total

Soneto

Sumamos y restamos, calculamos,
Multiplicamos, luego dividimos.
Al final de cuentas nos lo repartimos,
La cuenta sale bien si nos amamos.
Libres o esclavos el total logramos.
El odio mata el alma y nos morimos
Nada sirve la vida y la perdimos,
Las cuentas, salen mal si nos odiamos.
Todo es suyo y defiende lo que es suyo
El dueño del negocio, justo y bueno
Ama el bien, repudiando el mal ajeno.
Feliz momento eterno el cielo pleno
Paz y bien es respeto sin barullo,
¡Oh amor del sumo bien, divino orgullo!

Dios amor no vende
Amor regala,
Aunque amor con amor se paga.


Instinto de Amor

Soneto

La pregunta en verdad es cosa seria,
¿A dónde vamos y porque venimos?
La respuesta en el alma la sentimos
Porque somos espíritu y materia.
Meditamos en medio de la feria
El silencio de Dios, por El vivimos
Y escuchamos mejor cuando morimos,
Derrotados del tiempo y la bacteria.
Nuestro instinto es hallar felicidad,
Lo mejor de la vida es ser felices
Y lo peor el sentirnos infelices.
¿La inventamos o existe tal verdad?
¡Oh Dios del tiempo Tu que nos bendices,
Deseamos el amor, tu eternidad!

Dios y su instinto
Amor y eternidad,
También el nuestro.


El bien ante el mal

Soneto

La vida es un milagro y gran sorpresa
En las manos de Dios providenciales,
Que orientada a sus planes celestiales
Será la plenitud de su proeza.
Somos parte de la naturaleza
Sujetos a sus leyes naturales,
Gozamos bienes padecemos males,
Vida y muerte a natura le interesa.
Es la lucha del mal su amor rotundo
Y el bien que es siempre bien, es imperfecto
Si el misterio del mal surte su efecto.
Vida y grano de Dios, muere fecundo,
Revive luego en Él lo más profundo,
Amor total al fin, ¡en Dios perfecto!

Mal, pasajero,
El bien de Dios espero…
¡Y Amor eterno!


La belleza divina


Soneto

Esplendor en el orden Dios perfecto
Que eterno el corazón feliz conquista,
Beatífica visión siempre a la vista
Del ser divino, puro, sin defecto.
La belleza en sí misma en efecto
Es causa de las artes y el artista,
Cuya fuente sublime nunca vista
Deslumbra al inspirarse aun su intelecto.
El Creador embellece la Creación
En el Hijo del hombre de manera,
Que es belleza de Dios la tierra entera.
Su hermosura es la luz por dondequiera,
Lo efímero es eterna inspiración
Y gloria en plenitud, ¡Resurrección!

Bello y divino
El esplendor más bello,
¡Y Cristo en ello!


Divino en plenitud

Soneto

Creación y el universo los miramos
Telescópico el ojo al macrocosmos,
Microscópico luego al microcosmos,
Pequeño, lo grandioso lo admiramos.
Dios y el alma hacia dentro, encontramos
Con la Fe, descubrimos lo que somos
De esperanza inmortal bellos asomos,
Amor en plenitud que imaginamos.
Es un grito infinito la conciencia,
Dios y el alma en nosotros, adivino,
Ser humano inquietud por ser divino.
Voz de Cristo en la fuerza del destino
Dios, nos llama a vivir en su presencia,
¡Eterno, compartiendo su existencia!

Amor eterno,
La plenitud de Dios
Y el Hombre pleno.



El anhelo del cielo

Soneto

Espíritu en materia es lo que somos
Viviendo en nuestro cuerpo que se acaba,
Dios y el alma inmortal profundo cava
Tras la mina, el venero y sus asomos.
Cargado de trabajo tras los lomos
El sudor de la frente el agua lava,
La oración y el amor que a Dios alaba
Hermosos, como vuelo de palomos.
El ave cuyo don es el volar,
Asombra a nuestro sueño un raudo vuelo
El tesoro del alma que es amar.
Trabajar sin descanso es gran revuelo
Y la vida nos pone a trabajar,
¡Oh eternidad de Dios, tu nido el cielo!

El ave vuela
Como el hombre que anhela,
Es su trabajo.


Realidad de nuestro ideal

Soneto

Justamente es la paz de un mundo bueno
Equilibrio de hacer y de tener,
Derecho personal, social de ser
El respeto al bien propio y al ajeno.
La tierra, el universo, el mundo lleno
Luchar y trabajar para obtener
Suministro adecuado y sin veneno
Compartiendo entre todos el poder.
Verdadera hermandad nuestro destino
Y equidad de igualdad en dignidad
Que equilibra aun lo humano en lo divino.
Responsable ante Dios la humanidad
El amor no el terror es nuestro sino,
¡No podemos errar en el camino!

Humanidad
El amor, no el terror
Es nuestro sino.


Realidad de nuestro ideal

Soneto

Justamente es la paz de un mundo bueno
Equilibrio de hacer y de tener,
Derecho personal, social de ser
El respeto al bien propio y al ajeno.
La tierra, el universo, el mundo lleno
Luchar y trabajar para obtener,
Compartiendo entre todos el poder
Suministro adecuado y sin veneno.
Verdadera hermandad nuestro destino
Y equidad de igualdad en dignidad
Que equilibra aun lo humano en lo divino.
Responsable ante Dios la humanidad
El amor no el terror es nuestro sino,
¡No podemos errar en el camino!

Humanidad
El amor, no el terror
Es nuestro sino.


Amor de la Amistad

Soneto

La Amistad del Amor rejuvenece,
Si es verdad que las flores se marchitan
Más verdad es que luego resucitan,
Resurgiendo la vida, no envejecen.
La amistad del amor nos enaltece,
Si es verdad que en el mudo alguien se irrita
Más verdad es la paz que se medita
Y se lanza a vivir sin que le pese.
La amistad del amor es rio que crece
Y corriendo hacia el mar jamás perece,
La inmensidad de amar es infinita.
La amistad del amor al cielo incita
Ni el odio ni la muerte se lo evita,
¡El amor de amistad, A Dios merece!

Haiku
Paz sin terror
Y en la amistad humana,
¡Amor divino!


Día del amor y la Amistad
Divino Siempre.

Amor como la flor
Y flor como el amor,
Amor sin interés.
La amistad del amor tiene en su boca
La pureza del beso que convoca
Con el puro interés de la amistad.
La amistad del amor
Tiene un beso infinito.
No estampa sus labios
Con engaño o desengaño
Ni en el beso del amor
Ni en el beso de la flor
Momento de un Instante de infinito, sus momentos…
Fugitivo el amor
Y el beso de la flor.
El amor, corazón de la amistad,
Grandioso, espiritual.
¡Oh inmensidad, oh raudo vuelo
Persiguiendo el amor
Y capturando el beso en su sabor
Donde eterno florece
Eterno Amor, inmortal, la bella flor!


Epílogo

Poesía de la Belleza cuya inspiración es hacer lo efímero eterno, lo mortal inmortal, lo pequeño grandioso y al hombre Dios. Haciendo lo humano divino y lo divino humano, lo temporal eterno y lo finito infinito, lo corruptible incorruptible y la epopeya de la poesía más bella que se llama Emanuel, se llama Dios con nosotros y se llama Jesucristo con su Cuerpo Místico, el Cristo pleno y total hacia su Gloria.
Belleza de la poesía es la beldad misma de Dios, su expresión inefable encarnada en el sonido de la palabra humana y divina. La analogía y la alegoría de Dios en el hombre y del hombre en Dios. Contraste de luz eterna deslumbrando las tinieblas. El triunfo victorioso, el amanecer eterno en el zenit que no tiene ocaso de todo el universo pasando del mundo de la materia a la cumbre deslumbrante del Espíritu del hombre en el Espíritu de Dios. La Poesía de la belleza y la belleza de la poesía es la transformación del ideal infinito en la gran realidad de la Epopeya del hombre y del ser Divino, belleza eterna en absoluta plenitud.

Corolario sobre el amor y la amistad.

Mensaje de amistad fraternal

Soneto

Siendo amigo de todos cual me veo
Amigos que me quieren de enemigo
No lo van a lograr, yo soy su amigo
Siendo amigo de Dios, en eso creo.
Lo bello ignora y todo mira feo
La ciega enemistad, que ante el mendigo
No descubre a Cristo ser testigo
Y luz del corazón en su deseo.
Perdón del alma y paz puesta en la mano
Compartiendo cordial el bien deseado,
Fraternal amistad, ¡celebra hermano!
Divino como humano el ser amado
Allanándolo todo a un mismo plano
Eso lo hace el amor, ¡lo más sagrado!

Amor amigo
Es divina amistad,
¡Todos amigos!


Nuestro último parecido

Soneto

Los Ángeles de Dios son inmortales
Y algunos con veneno cola y garra.
A nosotros, que somos animales,
Nuestra vida si agarran la desgarran.
Cantamos como el grillo y la cigarra
Vida y muerte el amor, nos hace iguales,
Nuestra muerte que el alma desamarra
Como a un Ángel, nos hace espirituales.
La vida simplemente tan sencilla
Viene a ser la divina maravilla,
Plenitud nuestro ser en Dios nos vemos.
Sorprendente ha de ser lo que seremos,
A pesar que la muerte nos humilla
Al final, ¡solo a Dios nos parecemos!

La vida es todo
Parecidos a Dios,
La muerte nada.


A la amistad y al amor

Soneto

Con amor nunca nada está perdido,
El sol diciendo al día hoy me consagro
Y la noche estelar siendo un milagro,
Vale la pena todo haber nacido.
Sin amor nada vale haber vivido,
Negra la noche como el cuerpo magro
Y arrancada la vida en todo el agro,
Cuando todas las cosas se hayan ido.
Certeza en plenitud de la esperanza
La muerte es sin duda una elegía,
Divina inspiración en poesía.
Y una eterna amistad en lontananza
Dios existe y persiste la confianza,
¡Nuestra oda de amor a la alegría!


Haikus de amistad

Es una oda
La elegía de morir,
¡Oh eterno Amigo!

El tiempo pasa
E instantes no perecen,
¡Dios es amigo!