domingo, 4 de abril de 2010

La Pascua en Plenitud

Segunda Parte de Visión de Cuaresma

La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.
Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.
Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte.
Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.
Bondad de la riqueza
Soneto
Este mundo de Dios lo quiere hermoso,
Por la fuerza del mal, parece feo
Y al final el demonio será el reo
Ante el triunfo del todo poderoso.
Este mundo será lo más precioso
Redimido por Cristo según creo,
Y en la gloria divina ya le veo
A pesar de sufrir muerte y destrozo.
Dios nos da libertad que hace malicia
Cada rico epulón, con su avaricia
Su opulencia del pobre hace su presa.
Si ambición es infierno de codicia
Dios es cielo con toda su riqueza,
¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!
Bondad de Dios
Un cielo de riqueza,
Libertad plena.
Amor de casa
Soneto
El amor cerca o lejos sin espejos
Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,
Dios tiene en este mundo sus dos hijos
Uno cerca con El y el otro lejos.
En la casa paterna hoy hay festejos
Por el hijo mayor sin enredijos,
Hoy por el se celebran regocijos,
Para el hijo menor, habrá consejos.
Iré a la casa de mi Padre dice
Contra el cielo peque en el mal que hice,
Esperando perdón, va, se arrepiente.
Plenitud del amor ni envidia siente
Confiando el corazón, Dios nos bendice,
Cristo está con su Padre eternamente.
Amor de casa
Es Dios para sus hijos,
Es Padre nuestro.
El mayor mandamiento
Soneto
El buen samaritano no es judío
Ni a su tiempo fanático cristiano,
Evidente, se porta como hermano
Da lo suyo y decide, ya no es mío.
El buen samaritano aclara el lio
Echando todo el corazón, su mano,
Confronta los problemas mano a mano
Navegando a la mar como hace el río.
Dios en Cristo y Cristo en el mendigo
Cielo y tierra te miran ser testigo,
No podrás ignorarlo impunemente.
Detén tu paso ante el divino amigo
Providencia divina en ti consciente
Quiere hacerte su mano providente.
Cristo contigo
El buen Samaritano,
Y tú con El.
Por la oveja perdida
Soneto
Ya sé porque le gusta a Dios la oveja
Que en este mundo se perdió perdida,
Y sé porque a las demás las deja,
No es en vano el rescate, dio su vida.
Ya sé porque del cielo Dios se aleja
Y se viene a curar la eterna herida,
Y sé porque es su amor divina queja
Y a Cristo lo desangra sin medida.
Recursos de perdón, los ha agotado
Y se queda sin nada de su lado,
¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?
Con azul infinito sin nublado
Es su gloria divina y sin defecto,
Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!
No pierde nada
Cuando haya lo perdido,
¡Dios tiene todo!
El valor de una dracma
Soneto
Esa dracma que falta anda perdida
Eran diez y la cuenta no es exacta,
Se escudriña la casa y aun la vida
No se admite rendir cuenta inexacta.
Evidente honradez reconocida
El encuentro feliz es más que un acta,
Responsable misión está cumplida,
Compromiso con Dios, no se retracta.
La conciencia del reino sin mancilla
Un tesoro en verdad, la vida diaria
Es lo que hace la vida extraordinaria.
Al final una cosa es necesaria,
Entereza de fe clara y sencilla,
Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!
Dios necesita
El valor de una dracma,
Las cuentas claras.
Hacia la plenitud
Soneto
Por sus frutos el árbol se conoce
Y el que es bueno dará sus frutos buenos,
Es así como Dios lo reconoce,
Del árbol malo brotan frutos malos.
Fe y amor en sus ramas reconoce
Cristo el árbol divino, lo sabemos,
Y que el mal siempre Dios lo desconoce
Porque nunca lo admite entre sus planos.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Y la espiga que se hace pan divino,
Soy la uva y lagar, mis pensamientos.
Florece en plenitud mi crecimiento
Por la fiesta de bodas del destino,
El agua buena, ¡la convierto en vino!
Árbol divino
Buen fruto recogido,
Es Cristo, pleno.
Señal divina
Soneto
Y salió del sepulcro vida plena
Divino incorruptible el cuerpo inerte,
Jesús, que imaginó su propia muerte
La señal de Jonás y la ballena.
Toda el alma divina en gloria llena
Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,
El triunfo victorioso del más fuerte
Eterno e inmortal, libre de pena.
Tres días exactamente y resucita
El cuerpo de anteayer crucificado
Del sepulcro en que fuera sepultado.
Abismo y plenitud, el cielo grita
La gloria eterna en El, resucitado,
¡Al Príncipe de paz lo felicita!
Es el Mesías,
La señal de Jonás
Resucitando.
Vino el más fuerte
Soneto
Vence el mal con el bien, con tal binomio
Logra el triunfo de muerte y del pecado,
La gracia de Jesús crucificado
Más fuerte que la fuerza del demonio.
Venció el amor sin odio en pandemonio
Y la gloria de Dios nos ha salvado,
Deslumbrante Jesús resucitado
Tres personas, divino patrimonio.
La flor del Evangelio en gloria humana
Es Palabra de Dios, es soberana,
Fuerza de Dios su espíritu divino.
Invencible la fe en nuestro destino
Caminos a la gloria los allana
Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!
Dios el más fuerte
Vence al mal con el bien,
Eternamente.
La Palabra divina
Soneto
Es ley de Dios al corazón inscrita
Que ordena el orden de la naturaleza,
Los profetas anuncio de promesa,
Revelación divina humana escrita.
Es historia de Cristo bien descrita
Plenitud desbordante de pureza,
Por gracia y por amor son gran proeza
Profetas y la ley, en El prescrita.
Divina la verdad camina andando
Cada paso su tiempo caminando,
Seguid en pos de mí, invita al mundo.
Soy semilla de Dios y luz que abundo
Más allá de la muerte amor fecundo,
¡La Palabra divina siempre amando!
Por Dios escrita
La Palabra divina
Cristo, ¡nos ama!
Nos perdona como perdonamos
Soneto
Setenta veces siete nos perdona
El Señor que nos pide perdonar,
Sentido de equidad, más bien de amar
El castigo y la pena las condona.
Si el perdón es la nota que El entona,
El rencor no lo quiere imaginar
Y su tono debemos entonar,
No perdona a aquel que desentona.
Setenta veces siete Dios se olvida
De la ofensa y la deuda cometida,
El no resiste al arrepentimiento.
Detesta el odio y el resentimiento
Sabiendo que es gangrena allí en la herida,
Sus ojos miran con detenimiento.
Dios nos perdona
Setenta veces siete,
Si perdonamos.
El cántico de bodas
Soneto
No entra el alma sin Él, le es imposible
Al banquete del reino de los cielos,
Si amor de Dios le viste le es posible
Con la gracia divina y sus desvelos.
Con sus ojos El mira lo invisible
Del alma transparente entre sus velos,
La conciencia divina es muy sensible
Divinos escrutando sus anhelos.
El convoca a las bodas del Cordero
Abriendo inmensamente sus oídos,
Conoce por la voz sus elegidos.
Elocuente al silencio conocidos
Con ángeles en coro el cielo entero,
Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero!
¿Cómo has entrado
Sin el vestido de boda?
¡Debes salir!
Exaltación de Pascua
Soneto
No se oculta la luz que siempre alumbra
Abra los ojos el que no me ha visto,
Yo soy la luz del mundo dijo Cristo
Soy Príncipe de paz tras la penumbra.
Por divina humildad que no deslumbra
Mi cuerpo es un milagro y es que insisto
Acallando la gloria que revisto,
Jerusalén, humilde me vislumbra.
Treinta años me ocultó mi vida oculta
La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,
Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.
Caminando la calle que me insulta
El sepulcro me esconde, allí en el huerto,
¡Tres días y resucito, Dios por cierto!
Cristo es su faz,
Y humillado lo exalta
Dios, ¡nuestra paz!
Plenitud de Cristo
Soneto
Te mueres por vivir resucitado
Porque eres tu ese mar y eterno río,
Esa muerte no es tuya, Cristo mío
Es la muerte del mundo y mi pecado.
Con tu fuerza de Dio nos has salvado
Siendo el odio y el mal, tremendo lio,
Amor divino tu gloria y albedrío
Muerte es triunfo el demonio derrotado.
Siendo vida de Dios tu eterno quiero
Tu afirmación divina es nunca muero,
Belleza en plenitud tu identidad.
Y eterno amor, no espero o desespero,
Del ser ideal que existe eres verdad,
¡Oh divina utopía, Tú, realidad!
Abstracto en mí,
Cristo, eres plenitud
De Dios en sí.
Mi Reino no es de este mundo
Violenti rapiunt
Soneto
Amor de Dios al mundo eternamente
Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,
Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado
Es fuerza y corazón, toda su mente.
El vino y nos amó, tan claramente,
Divino Cristo siendo su Hijo amado
Abriendo el cielo, abierto su costado.
Entera dio su vida por la gente
Amor a Dios, primero es el mandato
Y afianzada promesa nuevo trato,
Pero el mundo no entiende sus anhelos.
Ni tampoco comprende sus desvelos
Ni amor divino de tan altos vuelos,
¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!
Violenti rapiunnt,
Son divino arrebato
Cristo y el cielo.
El fuego de Cristo
Soneto
Soy Príncipe de paz y traigo Guerra
Allanando murallas, toda barda,
El corazón de Dios quiero que arda
Como fuego del cielo aquí en la tierra.
Divina compasión para el que hierra
Conquisto alma y corazón, la yarda,
Amor eterno llega y no se tarda
Abriendo puertas, mi piedad no cierra.
Arranco, planto, destruyo y edifico,
Conmigo o contra mí, no hay más remedio
Mi amor eterno existe siempre en medio.
Soy ser eterno y eterno glorifico
Y el reino de los cielos es mi asedio,
¡Y al Hombre, santifico y deifico!
Cielo en asedio
Mi amor inextinguible,
Fuego en la tierra.
El Dios de la Pascua
Soneto
Dios es la fe y sostén inquebrantable
De la vida, que llena de esperanza
Es certeza de paz y de confianza,
Sed de amor, del amor interminable.
Perfecta realidad Dios adorable
Total adoración, Cristo la alcanza
Y agua y sangre al costado con su lanza,
Divina adoración al inefable.
En el nombre de todo lo que existe
El santo de los santos consagrado
Es cordero de Dios, Cristo inmolado.
Feliz la eternidad ya no está triste,
Penetra el templo hasta lo más sagrado,
¡Es el Hijo adorando el adorado!
Es la verdad,
Este Hombre sí es
Hijo de Dios.
Imposible no beberlo
Soneto
El misterio de Cristo es vida y muerte,
Siendo Dios, es eterna su alegría
Y es éxtasis y es hombre y agonía,
Amor, lo resucita eterno y fuerte.
Coronado de espinas, cuerpo inerte
Corazón traspasado, así moría
Y eterno amor lo resucitaría,
Increíble que Dios tenga esa suerte.
Cristo sufre ante Dios omnipotente
Y el cáliz no beber, impermisible,
La justicia de Dios es contundente.
Generoso sin fin eternamente
La súplica de Cristo es imposible,
¡Lo exige amor, y debe ser posible!
Cristo y su cáliz,
Más que posible
Lograr lo inasequible.
Dios y hombre en agonía
Soneto
Dios a más de divino se hace hombre
Y por grande engrandece su nobleza,
Tanto así que es mayor que su grandeza
Y en la tierra y el cielo es más su nombre.
Tanta dicha divina nos asombre
Lo más rico de Dios es su pobreza
Que aun la humana flaqueza es su riqueza,
El Creador, todo nuevo lo renombre.
Cristo sufre la angustia de tal suerte
Que consuelan su alma en agonía
Los ángeles de Dios por compañía.
Tragedia de hombre y Dios ante la muerte
Cual noche eterna que amenaza el día
Siendo El la luz de la sabiduría.
Cristo agoniza,
Sin luz eterno el día
Es su agonía.
Cristo sabiduría de Dios
Soneto
Cristo el Verbo de Dios, es su estructura
Su Palabra absoluta y necesaria,
Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria
Ser bello como Dios, es su figura.
Y al cielo entero llena de amargura
Ser juzgado en el mundo como un paria
Condenado a una muerte estrafalaria,
Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.
Ansiada redención, Dios lo permite
Y su muerte divina Cristo admite,
Que el infierno ejecute tanta rabia.
Eternamente la justicia es sabia,
Reviva el Universo el gran convite,
¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!
Si muerte es rabia,
Resurrección más sabia
Mente divina.
Cristo Resurrección eterna
(Más que judío es hijo de Dios
Resurrección del universo)
Soneto
Cristo ha resucitado eterna dicha
A la gloria de Dios con su esplendor,
Nada existe más puro que el amor
Cumpliendo su palabra ya predicha.
Profética verdad la susodicha
Exalta su humildad con pundonor
Cristo el hijo de Dios, es el Señor
Divina realidad, no más desdicha.
El reino de los cielos vida eterna
Ni es de este mundo ni su sol declina,
Los ángeles lo cantan, ¡no termina!
¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,
La Virgen de Israel madre divina
A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!
No alegorías,
Humano en lo divino
Eternidad.
Visión de fe
Soneto
Digo y cumplo, no muere claramente
Quien cree en mí como su fe requiere,
Conmigo vive fuere como fuere
No importa que haya muerto humanamente.
Resucito, soy Cristo eternamente
Vida eterna del Padre, nunca muere,
Al dármela la doy a quien me quiere
Y vive en mí con El, divinamente.
Conmigo en mí su cuerpo resucita
Y es semilla que crece como espiga
Siendo su alma de Dios eterna amiga.
Eterna mi Palabra que lo diga
Vida eterna jamás nadie la quita,
Vida eterna, ¡conmigo es infinita!
Resucitando
No muere para siempre,
Quien cree en mí.
Testimonio de Sangre
Soneto
Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas
Y Lázaro dejó la sepultura,
Miradas sorprendidas fueron muchas,
Muerte terca, su paso lo apresura.
Cristo siente que muere con sus luchas
Su derrota que es triunfo que madura,
Monumentos Pirámides casuchas
Tal el tiempo derruye y no perdura.
No es llanto derramado por su amigo
Gloria y triunfo feliz, el gran memento,
Resurrección, divino pensamiento.
Nada y nadie destruye tal momento
En que vence triunfante a su enemigo,
¡Su sangre derramada es fiel testigo!
Presentimiento
Del llanto por su amigo,
Sangre de Cristo.
El Mesías profetiza
Soneto
Dios vive en su Mansión esplendorosa
Sediento Cristo, le pide de beber,
Salió del Padre y tiene que volver
Luz de luz de la luz maravillosa.
Divina humanidad que se desposa
La eternidad banquete de su ser,
Lo celebra su gloria al merecer
El reino de los cielos que es tal cosa.
Cuando el cielo reclama pronto ingreso
Cristo anuncia segundo su regreso
Y la visita del Consolador.
Lo enviará con su Padre y va por eso,
Espíritu de Dios y mutuo amor,
¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!
Es admirable
Su Mansión de luz,
Amor en casa.
El nardo en la mujer
Soneto
Es pública mujer linda doncella
Desbordándose en agradecimiento,
Impulsada de un gran presentimiento
Se rinde ante la luz, Cristo destella.
Pecadora mujer doncella es ella
Y huele a nardos su arrepentimiento,
Sentidos, alma y todo pensamiento
La espiritualidad de Cristo bella.
Y se arroja a sus pies que son divinos
Con el polvo de todos los caminos,
Sintiendo su adorable cabellera.
Ella lava sus pies antes que muera
Limpieza por limpieza del destino,
¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!
Nardo, mujer
Y el arrepentimiento,
¡Lavan a Cristo!
Suprema realidad
Soneto
La idea de Dios no está en el universo
Que es materia que ignora su existencia,
Puede estar en el hombre y su conciencia
Que descubre y modela su presencia.
La idea de Dios existe en el cerebro
El pequeño universo que celebro
Haciendo de este verso un gran requiebro,
Cual diseña, comprueba su excelencia.
Dios espera el cerebro que lo lea
E invita al corazón para que crea
Descubriendo que es fuente de la vida.
Profundo el invisible en El anida
Eterna realidad, ¡que el alma vea,
Plenitud de verdad es más que idea!
Dios y su vida,
El invisible anida
En su guarida.
La atracción de Cristo
Soneto
Subo a la cruz y atraigo el mundo entero
Y el sepulcro y el reino de los cielos,
Mi vida eterna grita, jamás muero
Nunca más agonía, no sus duelos.
En la cumbre del tiempo soy primero
Satisfecho de Dios, de sus consuelos,
Elocuente y divino eterno quiero
Plenitud del amor y sus anhelos.
Soy camino que llega a su destino
Fidelidad perfecta al ser divino,
Cristo fiel, el honor a la vedad.
Soy vida de la misma eternidad
Floreciente de amor, intimidad,
¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!
Yo me levanto
Más alto que la cruz,
¡Cristo ante el mundo!
Divina primavera de Nisán
Soneto
Con el gozo del cielo y su alegría
Dos universos Cristo es uno solo,
Humano y lo divino uniendo todo
Entrañas del Espíritu en María.
Secreto que florece y nacería
De ese vientre divino de tal modo
Que embaraza de Dios divino alveolo
Momento que la Virgen consentía.
¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo
Silencio en la Creación que mire excelso,
Florezca eternidad el universo!
La Palabra divina en cada verso
Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,
¡Primavera, concibe a Dios inmenso!
Cristo y la Virgen,
Concibe inmensidad
¡A Dios inmenso!
Ley de Amor
Soneto
Esta noche es la cena y la agonía
De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado
De la sangre y del cáliz derramado
Y acción de gracias de la Eucaristía.
Siento la muerte en el sepulcro fría
Murió mi libertad que me ha acabado,
Mi muerte y mi pasión me han terminado
Arrancando la cruz el alma mía.
Nací para morir y soy el Rey,
Las tinieblas vencí y la oscuridad
Sabiendo que yo soy la eternidad.
He muerto por amor a la verdad
Y es mi triunfo infinita claridad,
Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!
Yo soy el Rey
Coronado de espinas,
¡Amor de Ley!

Cristo resucitado
(Encuentro personal)

Soneto
Yo lo busco entre el Pueblo que ha salvado
Escondido en mi fe, yo resucito
Habiendo muerto cuando lo han matado,
Alegre, siento el alma sin delito.

Yo lo busco al que fue crucificado
Y lo encuentro en mi espíritu contrito
Y lo adoro, como es resucitado
Deslumbrante de Dios, lo felicito.

El me enseña sus yagas y el costado
Y me muestra que sigue traspasado,
La gloria de su amor jamás termina.

Su lugar, son los cielos de otro lado,
El amor, siempre en El fuerza divina
Para el mundo hasta el fin, su medicina…
Su amor aquí
Su gloria más allá,
¡Resucitado!

Soy la Luz
Soneto

Abejas celestiales de luceros
Zumbando en los espacios de los cielos
Cristo de luz, de Cristo mensajeros
Panal de miel con todos los anhelos.

La Virgen de Israel por sus senderos
Florido Paraíso, sus desvelos
Volar y colectar, no hacer regueros
Del néctar que es la miel en sus aleros.

La cera del panal que enciende Cristo
Principio, fin y eternidad luciente
Es el Cirio pascual, la luz ardiente.

La mirada del mundo esté pendiente
Resucita el Señor, glorioso visto
Los cielos y la tierra es todo Cristo.
Ya está encendido
El Cirio de los cielos,
¡Resurrección!
Corolario sobre la Pascua en Plenitud
El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.
Un sueño de esperanza y gran lirismo
Poema a la luz
La Mansión de la luz se acerca a la ventana,
La luz mira el universo en sus persianas.
Millones de billones de galaxias sus luceros,
Mirada en la que estalla el mundo de años luz
Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.
Jinete de la luz manada de corceles
Con crines arrancadas al viento en su carrera
Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.
Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,
Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,
Y el negro en que se apaga.
Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,
Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes
Paseando en los recintos preciosos de su casa.
No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,
Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.
Admirable Mansión es luz en plenitud,
¡El Amor ese hogar!
Haiku
¡Bella Mansión,
La esencia de la luz
Amor en casa!





Juzgados por el amor
Soneto
Es feliz el vivir en libertad
Aunque el mal amenaza desafío,
Abuso de ser libre es la maldad
Virtud del sumo bien, en El confío.
Sé que cuento con toda su bondad
Y digo siendo Cristo en Dios confío
Aunque el malo convierte todo en lío,
Tentador, tentación de iniquidad.
Los que escoge serán su maravilla
Llamados todos, pocos elegidos
La red les junta a todos en la orilla.
Amor a Dios la pesa es muy sencilla
Cuando llega la tarde de la vida,
¡Reino y cielos, entonen bienvenida!
Amor de Dios
Exacto en su medida,
Gran maravilla.
Amor nos mira
Soneto
Las obras del amor no son mentira
Con esperanza cierta las espinas
Las convierte el amor en ser divinas,
Dios bien sabe el engaño que conspira.
A nadie engaña El si se retira
Su tejido entreteje telas finas
Sacando el oro fino de sus minas,
Con sus ojos abiertos, ve en la mira.
Justicia y el perdón El mismo reta
Con cuentas claras al lograr la meta,
A su manera amor, de mil maneras.
La mística de Cristo, es Dios profeta,
Constante la paciencia, llevaderas
Las obras del amor son verdaderas.
Amor, no engaña,
Justicia y el perdón
Dios ve en la mira.
Lo atestiguó el soldado
Soneto
Razones de matarlo encontraron
Todo el pueblo no debe perecer,
Un solo hombre es El, nuestro deber
Sentenciarlo a morir, determinaron.
Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron
Redención es la sangre por correr
Y el Cordero a morir debió nacer,
Sus amigos a Cristo abandonaron.
El cáliz por beber el hijo amado
Debía de pasar, y así pasaba,
Orando con la sangre que sudaba.
Y escuchó que el soldado atestiguaba
La sentencia del crimen alegado,
¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!
Sangre y agua
De Cristo traspasado,
¡Profetizado!
La Pascua Divina
Soneto
Amor que nunca muere lo ha matado
No cicatriza herida ni la gloria,
Aun tiene el corazón atravesado
De amor eterno pleno en su victoria.
Pan del cielo en la tierra es su memoria
Sangre en venas del mudo, bienvenida,
Amor eterno y su divina historia
Cristo, Pascua de un Dios resucitado.
Este cáliz de amor eterno pase
Resurrección, divina maravilla
Que la tumba acontece tan sencilla.
Dios levanta a la gloria a quien se humilla
Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,
¡Cristo eterno a su Padre satisface!
Eterno pase
Es la Pascua Divina,
¡Resurrección!
La Gloria y el Mesías
Soneto
Alegría consumada de los cielos
Belleza excelsa en todo su esplendor
Pureza eterna de Cristo Salvador,
Divina desnudez de Dios sin velos.
El secreto de Dios y sus desvelos
Es Padre soberano y gran Señor
De toda la Creación solo el Creador,
Son todos los infiernos, fuego y celos.
Honor y gloria a la eterna vida
Coros de ángeles, santos coronados,
Cristo es la dicha de los bienaventurados.
Creador y la Creación, por siempre unida
Cielos nuevos y tierra prometida,
¡Honor a Cristo que ha resucitado!
Soy el Mesías,
Más que Ley y Profetas,
¡Hijo de Dios!

El Verbo en plenitud
Soneto

Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,
Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto
Hoy revivo y no estoy más en el huerto,
Ya no deben buscarme entre los muertos.

Abrir la tumba no se necesita
Alma y cuerpo en mi vida resucita,
Gloria eterna los cielos precipitan
A toda la Creación en mi concierto.

Soy camino en la cumbre de la vida
Y divina verdad por Dios sabida,
Soy la eterna promesa ya cumplida.

Mi Espíritu de amor hablando eso
Por el mundo, verdad reconocida,
Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!
Misión cumplida,
Soy Cristo y resucito
Amor eterno.

La Pascua en Plenitud

Segunda Parte de Visión de Cuaresma

La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.
Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.
Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte.
Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.
Bondad de la riqueza
Soneto
Este mundo de Dios lo quiere hermoso,
Por la fuerza del mal, parece feo
Y al final el demonio será el reo
Ante el triunfo del todo poderoso.
Este mundo será lo más precioso
Redimido por Cristo según creo,
Y en la gloria divina ya le veo
A pesar de sufrir muerte y destrozo.
Dios nos da libertad que hace malicia
Cada rico epulón, con su avaricia
Su opulencia del pobre hace su presa.
Si ambición es infierno de codicia
Dios es cielo con toda su riqueza,
¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!
Bondad de Dios
Un cielo de riqueza,
Libertad plena.
Amor de casa
Soneto
El amor cerca o lejos sin espejos
Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,
Dios tiene en este mundo sus dos hijos
Uno cerca con El y el otro lejos.
En la casa paterna hoy hay festejos
Por el hijo mayor sin enredijos,
Hoy por el se celebran regocijos,
Para el hijo menor, habrá consejos.
Iré a la casa de mi Padre dice
Contra el cielo peque en el mal que hice,
Esperando perdón, va, se arrepiente.
Plenitud del amor ni envidia siente
Confiando el corazón, Dios nos bendice,
Cristo está con su Padre eternamente.
Amor de casa
Es Dios para sus hijos,
Es Padre nuestro.
El mayor mandamiento
Soneto
El buen samaritano no es judío
Ni a su tiempo fanático cristiano,
Evidente, se porta como hermano
Da lo suyo y decide, ya no es mío.
El buen samaritano aclara el lio
Echando todo el corazón, su mano,
Confronta los problemas mano a mano
Navegando a la mar como hace el río.
Dios en Cristo y Cristo en el mendigo
Cielo y tierra te miran ser testigo,
No podrás ignorarlo impunemente.
Detén tu paso ante el divino amigo
Providencia divina en ti consciente
Quiere hacerte su mano providente.
Cristo contigo
El buen Samaritano,
Y tú con El.
Por la oveja perdida
Soneto
Ya sé porque le gusta a Dios la oveja
Que en este mundo se perdió perdida,
Y sé porque a las demás las deja,
No es en vano el rescate, dio su vida.
Ya sé porque del cielo Dios se aleja
Y se viene a curar la eterna herida,
Y sé porque es su amor divina queja
Y a Cristo lo desangra sin medida.
Recursos de perdón, los ha agotado
Y se queda sin nada de su lado,
¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?
Con azul infinito sin nublado
Es su gloria divina y sin defecto,
Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!
No pierde nada
Cuando haya lo perdido,
¡Dios tiene todo!
El valor de una dracma
Soneto
Esa dracma que falta anda perdida
Eran diez y la cuenta no es exacta,
Se escudriña la casa y aun la vida
No se admite rendir cuenta inexacta.
Evidente honradez reconocida
El encuentro feliz es más que un acta,
Responsable misión está cumplida,
Compromiso con Dios, no se retracta.
La conciencia del reino sin mancilla
Un tesoro en verdad, la vida diaria
Es lo que hace la vida extraordinaria.
Al final una cosa es necesaria,
Entereza de fe clara y sencilla,
Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!
Dios necesita
El valor de una dracma,
Las cuentas claras.
Hacia la plenitud
Soneto
Por sus frutos el árbol se conoce
Y el que es bueno dará sus frutos buenos,
Es así como Dios lo reconoce,
Del árbol malo brotan frutos malos.
Fe y amor en sus ramas reconoce
Cristo el árbol divino, lo sabemos,
Y que el mal siempre Dios lo desconoce
Porque nunca lo admite entre sus planos.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Y la espiga que se hace pan divino,
Soy la uva y lagar, mis pensamientos.
Florece en plenitud mi crecimiento
Por la fiesta de bodas del destino,
El agua buena, ¡la convierto en vino!
Árbol divino
Buen fruto recogido,
Es Cristo, pleno.
Señal divina
Soneto
Y salió del sepulcro vida plena
Divino incorruptible el cuerpo inerte,
Jesús, que imaginó su propia muerte
La señal de Jonás y la ballena.
Toda el alma divina en gloria llena
Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,
El triunfo victorioso del más fuerte
Eterno e inmortal, libre de pena.
Tres días exactamente y resucita
El cuerpo de anteayer crucificado
Del sepulcro en que fuera sepultado.
Abismo y plenitud, el cielo grita
La gloria eterna en El, resucitado,
¡Al Príncipe de paz lo felicita!
Es el Mesías,
La señal de Jonás
Resucitando.
Vino el más fuerte
Soneto
Vence el mal con el bien, con tal binomio
Logra el triunfo de muerte y del pecado,
La gracia de Jesús crucificado
Más fuerte que la fuerza del demonio.
Venció el amor sin odio en pandemonio
Y la gloria de Dios nos ha salvado,
Deslumbrante Jesús resucitado
Tres personas, divino patrimonio.
La flor del Evangelio en gloria humana
Es Palabra de Dios, es soberana,
Fuerza de Dios su espíritu divino.
Invencible la fe en nuestro destino
Caminos a la gloria los allana
Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!
Dios el más fuerte
Vence al mal con el bien,
Eternamente.
La Palabra divina
Soneto
Es ley de Dios al corazón inscrita
Que ordena el orden de la naturaleza,
Los profetas anuncio de promesa,
Revelación divina humana escrita.
Es historia de Cristo bien descrita
Plenitud desbordante de pureza,
Por gracia y por amor son gran proeza
Profetas y la ley, en El prescrita.
Divina la verdad camina andando
Cada paso su tiempo caminando,
Seguid en pos de mí, invita al mundo.
Soy semilla de Dios y luz que abundo
Más allá de la muerte amor fecundo,
¡La Palabra divina siempre amando!
Por Dios escrita
La Palabra divina
Cristo, ¡nos ama!
Nos perdona como perdonamos
Soneto
Setenta veces siete nos perdona
El Señor que nos pide perdonar,
Sentido de equidad, más bien de amar
El castigo y la pena las condona.
Si el perdón es la nota que El entona,
El rencor no lo quiere imaginar
Y su tono debemos entonar,
No perdona a aquel que desentona.
Setenta veces siete Dios se olvida
De la ofensa y la deuda cometida,
El no resiste al arrepentimiento.
Detesta el odio y el resentimiento
Sabiendo que es gangrena allí en la herida,
Sus ojos miran con detenimiento.
Dios nos perdona
Setenta veces siete,
Si perdonamos.
El cántico de bodas
Soneto
No entra el alma sin Él, le es imposible
Al banquete del reino de los cielos,
Si amor de Dios le viste le es posible
Con la gracia divina y sus desvelos.
Con sus ojos El mira lo invisible
Del alma transparente entre sus velos,
La conciencia divina es muy sensible
Divinos escrutando sus anhelos.
El convoca a las bodas del Cordero
Abriendo inmensamente sus oídos,
Conoce por la voz sus elegidos.
Elocuente al silencio conocidos
Con ángeles en coro el cielo entero,
Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero!
¿Cómo has entrado
Sin el vestido de boda?
¡Debes salir!
Exaltación de Pascua
Soneto
No se oculta la luz que siempre alumbra
Abra los ojos el que no me ha visto,
Yo soy la luz del mundo dijo Cristo
Soy Príncipe de paz tras la penumbra.
Por divina humildad que no deslumbra
Mi cuerpo es un milagro y es que insisto
Acallando la gloria que revisto,
Jerusalén, humilde me vislumbra.
Treinta años me ocultó mi vida oculta
La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,
Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.
Caminando la calle que me insulta
El sepulcro me esconde, allí en el huerto,
¡Tres días y resucito, Dios por cierto!
Cristo es su faz,
Y humillado lo exalta
Dios, ¡nuestra paz!
Plenitud de Cristo
Soneto
Te mueres por vivir resucitado
Porque eres tu ese mar y eterno río,
Esa muerte no es tuya, Cristo mío
Es la muerte del mundo y mi pecado.
Con tu fuerza de Dio nos has salvado
Siendo el odio y el mal, tremendo lio,
Amor divino tu gloria y albedrío
Muerte es triunfo el demonio derrotado.
Siendo vida de Dios tu eterno quiero
Tu afirmación divina es nunca muero,
Belleza en plenitud tu identidad.
Y eterno amor, no espero o desespero,
Del ser ideal que existe eres verdad,
¡Oh divina utopía, Tú, realidad!
Abstracto en mí,
Cristo, eres plenitud
De Dios en sí.
Mi Reino no es de este mundo
Violenti rapiunt
Soneto
Amor de Dios al mundo eternamente
Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,
Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado
Es fuerza y corazón, toda su mente.
El vino y nos amó, tan claramente,
Divino Cristo siendo su Hijo amado
Abriendo el cielo, abierto su costado.
Entera dio su vida por la gente
Amor a Dios, primero es el mandato
Y afianzada promesa nuevo trato,
Pero el mundo no entiende sus anhelos.
Ni tampoco comprende sus desvelos
Ni amor divino de tan altos vuelos,
¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!
Violenti rapiunnt,
Son divino arrebato
Cristo y el cielo.
El fuego de Cristo
Soneto
Soy Príncipe de paz y traigo Guerra
Allanando murallas, toda barda,
El corazón de Dios quiero que arda
Como fuego del cielo aquí en la tierra.
Divina compasión para el que hierra
Conquisto alma y corazón, la yarda,
Amor eterno llega y no se tarda
Abriendo puertas, mi piedad no cierra.
Arranco, planto, destruyo y edifico,
Conmigo o contra mí, no hay más remedio
Mi amor eterno existe siempre en medio.
Soy ser eterno y eterno glorifico
Y el reino de los cielos es mi asedio,
¡Y al Hombre, santifico y deifico!
Cielo en asedio
Mi amor inextinguible,
Fuego en la tierra.
El Dios de la Pascua
Soneto
Dios es la fe y sostén inquebrantable
De la vida, que llena de esperanza
Es certeza de paz y de confianza,
Sed de amor, del amor interminable.
Perfecta realidad Dios adorable
Total adoración, Cristo la alcanza
Y agua y sangre al costado con su lanza,
Divina adoración al inefable.
En el nombre de todo lo que existe
El santo de los santos consagrado
Es cordero de Dios, Cristo inmolado.
Feliz la eternidad ya no está triste,
Penetra el templo hasta lo más sagrado,
¡Es el Hijo adorando el adorado!
Es la verdad,
Este Hombre sí es
Hijo de Dios.
Imposible no beberlo
Soneto
El misterio de Cristo es vida y muerte,
Siendo Dios, es eterna su alegría
Y es éxtasis y es hombre y agonía,
Amor, lo resucita eterno y fuerte.
Coronado de espinas, cuerpo inerte
Corazón traspasado, así moría
Y eterno amor lo resucitaría,
Increíble que Dios tenga esa suerte.
Cristo sufre ante Dios omnipotente
Y el cáliz no beber, impermisible,
La justicia de Dios es contundente.
Generoso sin fin eternamente
La súplica de Cristo es imposible,
¡Lo exige amor, y debe ser posible!
Cristo y su cáliz,
Más que posible
Lograr lo inasequible.
Dios y hombre en agonía
Soneto
Dios a más de divino se hace hombre
Y por grande engrandece su nobleza,
Tanto así que es mayor que su grandeza
Y en la tierra y el cielo es más su nombre.
Tanta dicha divina nos asombre
Lo más rico de Dios es su pobreza
Que aun la humana flaqueza es su riqueza,
El Creador, todo nuevo lo renombre.
Cristo sufre la angustia de tal suerte
Que consuelan su alma en agonía
Los ángeles de Dios por compañía.
Tragedia de hombre y Dios ante la muerte
Cual noche eterna que amenaza el día
Siendo El la luz de la sabiduría.
Cristo agoniza,
Sin luz eterno el día
Es su agonía.
Cristo sabiduría de Dios
Soneto
Cristo el Verbo de Dios, es su estructura
Su Palabra absoluta y necesaria,
Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria
Ser bello como Dios, es su figura.
Y al cielo entero llena de amargura
Ser juzgado en el mundo como un paria
Condenado a una muerte estrafalaria,
Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.
Ansiada redención, Dios lo permite
Y su muerte divina Cristo admite,
Que el infierno ejecute tanta rabia.
Eternamente la justicia es sabia,
Reviva el Universo el gran convite,
¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!
Si muerte es rabia,
Resurrección más sabia
Mente divina.
Cristo Resurrección eterna
(Más que judío es hijo de Dios
Resurrección del universo)
Soneto
Cristo ha resucitado eterna dicha
A la gloria de Dios con su esplendor,
Nada existe más puro que el amor
Cumpliendo su palabra ya predicha.
Profética verdad la susodicha
Exalta su humildad con pundonor
Cristo el hijo de Dios, es el Señor
Divina realidad, no más desdicha.
El reino de los cielos vida eterna
Ni es de este mundo ni su sol declina,
Los ángeles lo cantan, ¡no termina!
¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,
La Virgen de Israel madre divina
A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!
No alegorías,
Humano en lo divino
Eternidad.
Visión de fe
Soneto
Digo y cumplo, no muere claramente
Quien cree en mí como su fe requiere,
Conmigo vive fuere como fuere
No importa que haya muerto humanamente.
Resucito, soy Cristo eternamente
Vida eterna del Padre, nunca muere,
Al dármela la doy a quien me quiere
Y vive en mí con El, divinamente.
Conmigo en mí su cuerpo resucita
Y es semilla que crece como espiga
Siendo su alma de Dios eterna amiga.
Eterna mi Palabra que lo diga
Vida eterna jamás nadie la quita,
Vida eterna, ¡conmigo es infinita!
Resucitando
No muere para siempre,
Quien cree en mí.
Testimonio de Sangre
Soneto
Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas
Y Lázaro dejó la sepultura,
Miradas sorprendidas fueron muchas,
Muerte terca, su paso lo apresura.
Cristo siente que muere con sus luchas
Su derrota que es triunfo que madura,
Monumentos Pirámides casuchas
Tal el tiempo derruye y no perdura.
No es llanto derramado por su amigo
Gloria y triunfo feliz, el gran memento,
Resurrección, divino pensamiento.
Nada y nadie destruye tal momento
En que vence triunfante a su enemigo,
¡Su sangre derramada es fiel testigo!
Presentimiento
Del llanto por su amigo,
Sangre de Cristo.
El Mesías profetiza
Soneto
Dios vive en su Mansión esplendorosa
Sediento Cristo, le pide de beber,
Salió del Padre y tiene que volver
Luz de luz de la luz maravillosa.
Divina humanidad que se desposa
La eternidad banquete de su ser,
Lo celebra su gloria al merecer
El reino de los cielos que es tal cosa.
Cuando el cielo reclama pronto ingreso
Cristo anuncia segundo su regreso
Y la visita del Consolador.
Lo enviará con su Padre y va por eso,
Espíritu de Dios y mutuo amor,
¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!
Es admirable
Su Mansión de luz,
Amor en casa.
El nardo en la mujer
Soneto
Es pública mujer linda doncella
Desbordándose en agradecimiento,
Impulsada de un gran presentimiento
Se rinde ante la luz, Cristo destella.
Pecadora mujer doncella es ella
Y huele a nardos su arrepentimiento,
Sentidos, alma y todo pensamiento
La espiritualidad de Cristo bella.
Y se arroja a sus pies que son divinos
Con el polvo de todos los caminos,
Sintiendo su adorable cabellera.
Ella lava sus pies antes que muera
Limpieza por limpieza del destino,
¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!
Nardo, mujer
Y el arrepentimiento,
¡Lavan a Cristo!
Suprema realidad
Soneto
La idea de Dios no está en el universo
Que es materia que ignora su existencia,
Puede estar en el hombre y su conciencia
Que descubre y modela su presencia.
La idea de Dios existe en el cerebro
El pequeño universo que celebro
Haciendo de este verso un gran requiebro,
Cual diseña, comprueba su excelencia.
Dios espera el cerebro que lo lea
E invita al corazón para que crea
Descubriendo que es fuente de la vida.
Profundo el invisible en El anida
Eterna realidad, ¡que el alma vea,
Plenitud de verdad es más que idea!
Dios y su vida,
El invisible anida
En su guarida.
La atracción de Cristo
Soneto
Subo a la cruz y atraigo el mundo entero
Y el sepulcro y el reino de los cielos,
Mi vida eterna grita, jamás muero
Nunca más agonía, no sus duelos.
En la cumbre del tiempo soy primero
Satisfecho de Dios, de sus consuelos,
Elocuente y divino eterno quiero
Plenitud del amor y sus anhelos.
Soy camino que llega a su destino
Fidelidad perfecta al ser divino,
Cristo fiel, el honor a la vedad.
Soy vida de la misma eternidad
Floreciente de amor, intimidad,
¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!
Yo me levanto
Más alto que la cruz,
¡Cristo ante el mundo!
Divina primavera de Nisán
Soneto
Con el gozo del cielo y su alegría
Dos universos Cristo es uno solo,
Humano y lo divino uniendo todo
Entrañas del Espíritu en María.
Secreto que florece y nacería
De ese vientre divino de tal modo
Que embaraza de Dios divino alveolo
Momento que la Virgen consentía.
¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo
Silencio en la Creación que mire excelso,
Florezca eternidad el universo!
La Palabra divina en cada verso
Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,
¡Primavera, concibe a Dios inmenso!
Cristo y la Virgen,
Concibe inmensidad
¡A Dios inmenso!
Ley de Amor
Soneto
Esta noche es la cena y la agonía
De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado
De la sangre y del cáliz derramado
Y acción de gracias de la Eucaristía.
Siento la muerte en el sepulcro fría
Murió mi libertad que me ha acabado,
Mi muerte y mi pasión me han terminado
Arrancando la cruz el alma mía.
Nací para morir y soy el Rey,
Las tinieblas vencí y la oscuridad
Sabiendo que yo soy la eternidad.
He muerto por amor a la verdad
Y es mi triunfo infinita claridad,
Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!
Yo soy el Rey
Coronado de espinas,
¡Amor de Ley!

Cristo resucitado
(Encuentro personal)

Soneto
Yo busco entre el Pueblo que ha salvado
Escondido en mi fe, yo resucito
Habiendo muerto cuando lo han matado,
Alegre, siento el alma sin delito.

Yo lo busco al que fue crucificado
Y lo encuentro en mi espíritu contrito
Y lo adoro, como es resucitado
Deslumbrante de Dios, lo felicito.

El me enseña sus yagas y el costado
Y me muestra que sigue traspasado,
La gloria de su amor jamás termina.

Su lugar, son los cielos de otro lado,
El amor, siempre en El fuerza divina
Para el mundo hasta el fin, su medicina…
Su amor aquí
Su gloria más allá,
¡Resucitado!

Soy la Luz
Soneto

Abejas celestiales de luceros
Zumbando en los espacios de los cielos
Cristo de luz, de Cristo mensajeros
Panal de miel con todos los anhelos.

La Virgen de Israel por sus senderos
Florido Paraíso, sus desvelos
Volar y colectar, no hacer regueros
Del néctar que es la miel en sus aleros.

La cera del panal que enciende Cristo
Principio, fin y eternidad luciente
Es el Cirio pascual, la luz ardiente.

La mirada del mundo esté pendiente
Resucita el Señor, glorioso visto
Los cielos y la tierra es todo Cristo.
Ya está encendido
El Cirio de los cielos,
¡Resurrección!
Corolario sobre la Pascua en Plenitud
El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.
Un sueño de esperanza y gran lirismo
Poema a la luz
La Mansión de la luz se acerca a la ventana,
La luz mira el universo en sus persianas.
Millones de billones de galaxias sus luceros,
Mirada en la que estalla el mundo de años luz
Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.
Jinete de la luz manada de corceles
Con crines arrancadas al viento en su carrera
Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.
Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,
Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,
Y el negro en que se apaga.
Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,
Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes
Paseando en los recintos preciosos de su casa.
No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,
Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.
Admirable Mansión es luz en plenitud,
¡El Amor ese hogar!
Haiku
¡Bella Mansión,
La esencia de la luz
Amor en casa!





Juzgados por el amor
Soneto
Es feliz el vivir en libertad
Aunque el mal amenaza desafío,
Abuso de ser libre es la maldad
Virtud del sumo bien, en El confío.
Sé que cuento con toda su bondad
Y digo siendo Cristo en Dios confío
Aunque el malo convierte todo en lío,
Tentador, tentación de iniquidad.
Los que escoge serán su maravilla
Llamados todos, pocos elegidos
La red les junta a todos en la orilla.
Amor a Dios la pesa es muy sencilla
Cuando llega la tarde de la vida,
¡Reino y cielos, entonen bienvenida!
Amor de Dios
Exacto en su medida,
Gran maravilla.
Amor nos mira
Soneto
Las obras del amor no son mentira
Con esperanza cierta las espinas
Las convierte el amor en ser divinas,
Dios bien sabe el engaño que conspira.
A nadie engaña El si se retira
Su tejido entreteje telas finas
Sacando el oro fino de sus minas,
Con sus ojos abiertos, ve en la mira.
Justicia y el perdón El mismo reta
Con cuentas claras al lograr la meta,
A su manera amor, de mil maneras.
La mística de Cristo, es Dios profeta,
Constante la paciencia, llevaderas
Las obras del amor son verdaderas.
Amor, no engaña,
Justicia y el perdón
Dios ve en la mira.
Lo atestiguó el soldado
Soneto
Razones de matarlo encontraron
Todo el pueblo no debe perecer,
Un solo hombre es El, nuestro deber
Sentenciarlo a morir, determinaron.
Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron
Redención es la sangre por correr
Y el Cordero a morir debió nacer,
Sus amigos a Cristo abandonaron.
El cáliz por beber el hijo amado
Debía de pasar, y así pasaba,
Orando con la sangre que sudaba.
Y escuchó que el soldado atestiguaba
La sentencia del crimen alegado,
¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!
Sangre y agua
De Cristo traspasado,
¡Profetizado!
La Pascua Divina
Soneto
Amor que nunca muere lo ha matado
No cicatriza herida ni la gloria,
Aun tiene el corazón atravesado
De amor eterno pleno en su victoria.
Pan del cielo en la tierra es su memoria
Sangre en venas del mudo, bienvenida,
Amor eterno y su divina historia
Cristo, Pascua de un Dios resucitado.
Este cáliz de amor eterno pase
Resurrección, divina maravilla
Que la tumba acontece tan sencilla.
Dios levanta a la gloria a quien se humilla
Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,
¡Cristo eterno a su Padre satisface!
Eterno pase
Es la Pascua Divina,
¡Resurrección!
La Gloria y el Mesías
Soneto
Alegría consumada de los cielos
Belleza excelsa en todo su esplendor
Pureza eterna de Cristo Salvador,
Divina desnudez de Dios sin velos.
El secreto de Dios y sus desvelos
Es Padre soberano y gran Señor
De toda la Creación solo el Creador,
Son todos los infiernos, fuego y celos.
Honor y gloria a la eterna vida
Coros de ángeles, santos coronados,
Cristo es la dicha de los bienaventurados.
Creador y la Creación, por siempre unida
Cielos nuevos y tierra prometida,
¡Honor a Cristo que ha resucitado!
Soy el Mesías,
Más que Ley y Profetas,
¡Hijo de Dios!

El Verbo en plenitud
Soneto

Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,
Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto
Hoy revivo y no estoy más en el huerto,
Ya no deben buscarme entre los muertos.

Abrir la tumba no se necesita
Alma y cuerpo en mi vida resucita,
Gloria eterna los cielos precipitan
A toda la Creación en mi concierto.

Soy camino en la cumbre de la vida
Y divina verdad por Dios sabida,
Soy la eterna promesa ya cumplida.

Mi Espíritu de amor hablando eso
Por el mundo, verdad reconocida,
Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!
Misión cumplida,
Soy Cristo y resucito
Amor eterno.