lunes, 31 de octubre de 2011

La Persona de Cristo y sus dimensiones

La Persona de Cristo y sus dimensiones. La Persona de Cristo sintetiza la realidad total de ser. La esencia y la existencia de su ser como la luz es lo más sencillo de ver y de experimentar para quien tiene el alma llena de fe tal como El sorprendentemente la encontró en quienes menos era de esperar. El conocimiento introspectivo de Cristo conociéndose a sí mismo es el punto de partida de su ser personal y fue y será lo más luminoso y evidente que pudo existir sobre la faz de la tierra y bajo lo más alto de los cielos hasta el séptimo cielo. La buena nueva del Evangelio particularmente es fuente reveladora del conocimiento personal de Cristo acerca de sí mismo sabiendo que sobre todo en El de la abundancia de su corazón habló su boca y se puso en acción toda su persona haciendo que se dijese de Él, todo lo ha hecho bien. En El mejor que en nadie es verdad aquello que dijo del reino de Dios de que está dentro de vosotros. La sencillez de Cristo corre a la par con la de Dios y humanamente como hombre se identifica en su humanidad, siendo así la verdad misma como Dios y como hombre. Solamente el corazón de su Madre con la luz peculiar del Espíritu de Dios se parangona con el conocimiento que Cristo tuvo de sí mismo según la observación de que ella guardaba todas sus experiencias de Cristo en su propio corazón. Cristo es la autenticidad de sí mismo en Dios como Dios que es y en el hombre como la expresión más perfecta del ser humano. Todos los seres humanos compartimos con El lo perfecto del hombre universal primogénito de la Creación y realidad sublime de todo el universo. Por eso debió decir como lo dijo con toda verdad ser El la luz del mundo, sal de la tierra y el camino, la verdad y la vida hacia la vida eterna que comparte con su Padre en la cumbre de la verdad y del amor infinito que es la vida de Dios expresada en su Palabra que es el Verbo, la elocuencia de la divinidad. El cielo y la tierra pasarán pero mi Palabra no pasará. En Cristo, en su persona predomina su determinación de ejercitar una humildad absoluta al entregarse a la humillación de una muerte inimaginablemente cruel y humillante muriendo ignominiosamente sentenciado a la muerte de la cruz. Este escándalo que escandalizó a sus discípulos y casi a todos sus seguidores fue profetizado y vino a ser el hecho inenarrable de su testamento inolvidable memorial de su muerte y su resurrección. El misterio de la Eucaristía es la evidencia real de su presencia redentora y vivificadora que lo convierte en expresión absoluta del amor eterno en el que el hombre se alimenta del ser divino que no solo vive de pan sino de la Palabra de Dios que es pan de vida eterna. El realismo de sus palabras es tan real que confrontó la objeción y la duda con la alternativa de un rompimiento total o la determinación de aceptación total expresada en sus términos como la gran pregunta de a quien iremos, solamente Tú tienes palabras de vida eterna. Todo es grandioso en Cristo pero la nota más alta en el cántico de su grandeza es sin duda la inmensidad de la virtud por excelencia que es el amor. Y el momento supremo del amor anunciando su partida es enviar al Consolador en persona que personifica ese amor que procede de la relación del Unigenito de Dios con su eterno Padre. El dará testimonio de la obra de la salvación ilustrando a plenitud las enseñanzas de Cristo en el misterio de su cuerpo místico en el que Cristo es la vid y nosotros sus sarmientos. Solamente unidos a El daremos frutos de vida eterna.
El plan de Dios
Secreto maravilloso el plan de Dios y su gloria
La Creación admirable renace se humaniza y se diviniza en Cristo

Ser divino engendrado de Dios Padre natural
Cristo es hipóstasis humana en la divinidad
Cuerpo y alma en su persona divina intimidad
Naturaleza pura el hombre más espiritual.

Ser divino que en cuerpo incorruptible fue mortal,
Cristo nació, murió y resucitó a la eternidad
Plenitud de luz divina para la humanidad,
Es la gloria de Dios y de la Creación inmortal.

Cristo es el ser humano que todo diviniza
Como Dios es Creador con su Padre y reorganiza
Y el tiempo lo hace eterno haciendo que no muera.

Cristo es el ser divino que todo lo humaniza,
Y es la fe del amor que termina al fin la espera,
Hombre y Dios gozo eterno del todo a su manera.
Es Dios y hombre
La plenitud de Cristo,
El plan de Dios.
La persona de Cristo
Cristo en persona eternidad del tiempo
Verdad de Dios y corazón

Es el hijo de Dios en su pureza
La persona de Cristo que es divina
Y su amor ante el Padre no declina
Siendo dueño de dos naturalezas.

Su eterno Padre en la raíz no cesa
Ser solo un Dios, el manantial y mina
Verdad y amor a Cristo le origina,
Tres personas, divinas se interesan.

Cristo en persona se ha dado a conocer
Dios y hombre unidos en su ser,
Divino el corazón como la mente.

Paternidad divina en plenitud de ser
Y amor eterno en persona al proceder
La existencia de Dios eternamente.
Gloria de Cristo
Resurrección del hombre,
¡Dios nunca muere!
Cristo el único Maestro
Nacimos para Dios absoluta verdad y amor eterno
De nuestro ser total que nos admite o nos rechaza para siempre

Divino Maestro conoce el ser total en sus entrañas
Sabiduría de Dios y Maestro de toda la existencia
Solo El capaz de dar a conocer a Dios y su presencia
Testigo fiel de amor y de verdad ni engaña ni le engañan.

Eternidad de Dios con Cristo lo más alto en la montaña
Divina filiación del Padre un solo Dios en esencia
Comparte en realidad profundidad del ser en la conciencia
Pureza de la luz, claridad evidente que no empaña.

Cristo es juez de vivos y muertos en la humanidad entera
Y juzga al fin de cuentas cara a cara, precisión certera
Sentencia sin engaño el daño o el amor real en su balanza.

Sabe donde como cuando y porque lo que sucede donde quiera
Libertad gracia y destino ser o no ser más que quimera
La realidad al fin Dios sí o no y la sentencia, perentoria alabanza.
Felicidad
De la eterna alabanza,
Dios sí o no.
En pos de Cristo
Venid en pos de mí siguiendo a Cristo
Que es tomar su cruz como toma la nuestra

Divino acontecer del universo el caso
El es la vida eterna, híper cósmico Cristo,
Sus ojos ven el tiempo como nunca han visto
Y ve el amanecer del alba y el ocaso.

Y el reino de los cielos acontece a plazos,
Trasciende Dios el cosmos de su ser provisto
Que en toda profecía todo está previsto
Y divinas cosas no pasan al acaso.

Hijo de Dios y el hombre, su antropogonía
La plenitud de Dios, su vida la vivimos
Y en el tiempo es eterna teogonía.

Desde el momento eterno cuando le seguimos
Gracia por gracia en Cristo todo recibimos
Compartiendo con El su eterna teofanía.
Vengan conmigo,
A donde Yo este
Mis seguidores.
Ante la ambición de Cristo
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Primogénito de la Creación y el Unigénito de Dios

Profunda intimidad que Dios entiende
El sumo bien donde su amor anida
Divina eternidad que es su guarida,
El ser inextinguible en que se enciende.

Mi ambición de morir vivir pretende
Ver el sol en la cumbre de la vida
Tras la luz del ocaso en mi partida,
Nadie más, solo Cristo me comprende.

Si el universo fue una maravilla
Verdad de Dios la luz, brilla sencilla
En la cumbre del ser de su existencia.

Plenitud del amor gloria en semilla
Dios exalta a Cristo que se humilla,
¡Todo es nada ante Dios en su presencia!
Vid y sarmientos
Es Cristo el Viñador,
¡De Dios la viña!
¿Porque me buscabais?
Siendo Hijo de Dios y del Hombre no vino a ser servido sino a servir
Cristo es el siervo del reino donde servir es reinar

La voluntad de servir al Padre se apresta,
Adolescente su carácter ha ostentado
Cristo en el Templo, por sus padres encontrado,
No es irónica su pregunta por respuesta.

Treinta años en familia la mayor encuesta
Del tiempo de su vida en que se ha ocultado
Hijo del carpintero, como le han llamado,
La vida pública y después la cruz a cuestas.

La voluntad del Padre siempre reconoce
Unido a Él, y a cuantas cosas le conoce
Siendo mente de Dios y su sabiduría.

El reino de los cielos, culto de latría,
Le exige Redención y gloria que porfía
Por el honor de Dios y la Creación que goce.
Es mi deber
Servir y honrar mi Padre
Hasta la muerte.
El triunfo de Cristo
Yo he vencido al mundo con mi muerte y mi resurrección
Quien cree en mí no muere para siempre

Soy Hijo natural de Dios, y Cristo es mi nombre,
Siendo Judío Yo soy el buen Samaritano
Y el hijo pródigo ante el Padre por cada hombre
Que amo como a mí mismo, de verdad mi hermano.

Camino, verdad y vida miro que me nombren
Redimo con mi sangre remedio soberano,
Me apropio los pecados del mundo, no se asombren,
Soy reo responsable de todo ser humano.

Por todos doy la vida y muero, soy fiel amigo,
Con los cielos abiertos del Todo poderoso
Resucito a la gloria venciendo al enemigo.

Vencer la muerte y el pecado es lo más hermoso
Y en verdad no muere quien cree en mí, Yo le invito
A creer siempre en mí, porque Yo le resucito.
Sangre de Cristo,
No el oro ni la plata
Nuestro rescate.
La Misión de Cristo
Siendo su juez
No vine a condenar sino a salvar el mundo

Mi verdad es que muero y resucito,
No es mi reino del mundo es de los cielos,
Salí del Padre Yo con sus anhelos
Eterna inmensidad del infinito.

Soy más que la Creación, su libro escrito,
Espíritu de amor de raudos vuelos
Divina intimidad de sus desvelos,
El triunfo de su gloria llevo inscrito.

Ofreciendo la paz al enemigo
Compartimos la misma intimidad
Existencia en esencia y unidad.

La verdad de su amor, mi eterno amigo,
Siendo el hijo de Dios soy fiel testigo,
Vivimos en la misma eternidad.
Resurrección
De la nueva Creación,
Misión de Cristo.
Pastor de su rebaño
El buen Pastor da su vida por sus ovejas muere y resucita
El redil de Cristo es la vida eterna

Cristo es el buen Pastor de su rebaño
No tan solo del pueblo de Israel,
La humanidad entera es de Emanuel
Que es el pueblo de Dios siempre de antaño.

Plenitud de la cumbre eterno hogaño
Eternidad del tiempo siempre en El,
Testifican Gabriel y san Miguel
Siglo veintiuno de hoy año por año.

Cristo muere y su muerte es infinita,
Tanto vale la vida del Cordero
Siendo el hijo de Dios, su mensajero.

Luz del mundo a los cielos resucita,
Sin piedad, le condujo al matadero
El mundo de tinieblas traicionero.
Entrega a Cristo
Con su amor que ama el mundo,
Dios que es eterno.
Plenitud de Dios y la Creación Cristo
Sabiduría de Dios estética divina
Elocuencia sublime y perfecta del no se que que queda balbuciendo

Plenitud de poder resuelve tantos menesteres
Luz viviente de luz es Dios de Dios todo alegría
Las entrañas de Dios, son fuente de sabiduría
E intimidad divina paternal en sus quehaceres.

Belleza espiritual divinizando sus quereres
Contempla eternamente y goza su fisonomía
Eterna inspiración que engendra y crea la poesía
Que es divina, sea por dentro o por fuera de los seres.

Cristo en plenitud cumbre humana y divina de poder
Pequeño esconde su grandeza, no tiene menester
Desprendido de todo, humilde y pobre hasta morir.

El amor y la paz del bien sumo en El, logra al hacer
Plenitud resucitar vida eterna y por vivir,
Gloria y vida de Dios la Creación invita a compartir.
Belleza plena,
Totalidad de ser
Que Cristo llena.
Mesías y Salvador Cristo
Mi Padre lo quiere y es mi Misión morir para resucitar
Salvar al mundo entero y entregarle la llave del reino de los cielos

Esta es la llave para abrir el reino de los cielos
Del dicho al hecho hay un gran trecho y se puede resolver,
Sin mí nada pueden hacer y en verdad es menester
Lo que van a lograr, es el mayor de mis anhelos.

Este es el verdadero amor de todos mis desvelos
Hacer siempre la voluntad de mi Padre, no puede ser
Sin mí, nadie puede cumplir como debe tal deber
De servirle con entrega total y el mayor celo.

Todos pueden conmigo siendo Yo su fortaleza
Porque el reino de los cielos requiere tal proeza
Que es el negarse a sí mismo en la cruz de la existencia.

Porque el reino de los cielos requiere tal violencia
Morir para resucitar es siempre necesario
Todo es posible para Dios, lo más extraordinario.
La Redención
El cáliz de la salvación
Lo bebo todo.
Divino sembrador Cristo
Ni el sol ni la lluvia del cielo vienen para nada sobre la tierra
Así la semilla de su Palabra germina para dar gloria a Dios en los cielos

Esperando su cosecha ser buena y bendecida
Salió el divino sembrador a sembrar su semilla,
La Palabra de Dios que es su divina maravilla
Y encontró la mejor tierra en la tierra prometida.

Y al brotar la cizaña como cosa maldecida
A la par con el trigo creciendo llega a la trilla,
Para entonces separarles decisión más sencilla
Cada cual yendo a su sitio la cosa bien servida.

Divino viñador que cuidas viñas y viveros
Y sabes distinguir el árbol bueno y verdadero
Del árbol malo con sus malos frutos dando nada.

Dichoso de beber escuchando el sonido de tu voz
El árbol bueno es como el justo y crece para Dios,
Y a la orilla de las aguas, da la fruta deseada.
La semilla
Divina maravilla,
Crece para Dios.
Petición a Cristo
Hazme misericordioso
Para obtener de ti misericordia

Tú que has hecho ver a los ciegos y hablar a los mudos
Y que dijiste al paralítico, levántate a andar
Se mi verdad, mi camino y mi vida para caminar,
Desáteme Señor de tantos miserables nudos.

Tú que prendido y desprendido en la cruz, desnudo
Diste tu vida al Padre salvando el mundo tanto amar,
Tú que moriste en la cruz para después resucitar
Ante la justicia divina, por piedad se mi escudo.

Tú que para la gloria haz renovado la Creación
Y todo el universo haz encendido en adoración,
Renuévame y enciéndeme para la vida eterna.

Por tu profunda herida de amor y tu resurrección,
Permíteme estar contigo la vida sempiterna
Y adorarte eternamente con todo el corazón.
Mis elegidos,
Tendrán misericordia
Si ellos la tienen.

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