jueves, 20 de diciembre de 2012

La Navidad Realidad de Fe

La Navidad realidad de fe


La Navidad trasciende la realidad del hombre, el espacio y el tiempo y la misma historia. La Navidad es la dimensión eterna de lo humano y lo divino, inmensidad infinita en la intimidad de Dios eterno. Y el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios no solo porque le infunde un soplo de vida, sino porque el sentido de la familia humana es imagen y semejanza de lo esencial que acontece en la vida divina. Es Cristo el Mesías quien nos revela esta realidad que acontece en su nacimiento al nacer la Navidad.

Filosofía y poesía mística de la realidad de Cristo hace posible el medio divino de la vida íntima de Dios en el hombre, compartiendo en unidad personal tanto la naturaleza divina como humana. Digo filosofía por amistad a la sabiduría que en su revelación, es El mismo que se proclama hijo de Dios y también se refiere a sí mismo como el hijo del hombre nacido de la Virgen María, siendo desde la eternidad y anteriormente a todo lo creado el hijo de Dios vivo a quien llama Padre con quien tiene la identidad de ser único Dios. La realidad mística de Cristo es su cuerpo místico proyección de la alegoría de la vid y los sarmientos.

El testimonio de Cristo nos revela la vida de Dios siendo El esa vida de una manera singular, como lo es la del Padre que engendra dando la vida a Él, siendo hijo de sus entrañas paternales. Y lo declara explícitamente y lo refiere a El mismo en la Eucaristía señalando que como su Padre le da la vida esa vida nos la da a nosotros alimentándonos de su cuerpo y sangre que es verdadero manjar y bebida que nutre para la vida eterna.

La Palabra de Dios escrita después de haber sido revelada en los hechos históricos, proféticos, poéticos, didácticos de la Biblia, al fin de cuentas, está orientada a la revelación y a la misión de Cristo como Mesías. Y esta misión en esencia es la buena nueva de revelarnos el conocimiento de Dios como Padre y su relación filial con Él y con nosotros.

La oración del Padre nuestro es el testimonio y la síntesis perfecta de su misión. Aunque hace hincapié Cristo declarando al anunciar su partida voy a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Evidentemente lo comprendemos, Cristo es el hijo único natural de Dios y nosotros sus hermanos por gracia hijos adoptivos y coherederos de su gloria.

Cuando el apóstol Felipe le pregunta y comenta con esta súplica de enséñanos al Padre y esto nos basta, Cristo contesta, quien me ve a mi está viendo al Padre. La revelación de Dios eterno es la de conocer al invisible en sí mismo y desconocido a la mirada de todos, que solamente logramos conocerlo en la realidad personal de su ser por Cristo en El y por El. Lo declara explícitamente diciendo que nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien deciden revelarlo. Y añade, si alguno me ama mi Padre le amará y vendremos para hacer allí nuestra morada. Por ello es que el evangelista comenta que el Verbo se hizo carne y puso su morada en medio de nosotros.

El cuerpo de Cristo es por excelencia y en realidad el templo mismo de Dios. De allí su desafío a los judíos sobre su autoridad mesiánica diciéndoles, destruid este templo y Yo lo reedificare en tres días. La semilla de la Palabra eterna nace de una Virgen que concibe y acontece su alumbramiento bajo la sombra en su vientre virginal por obra y gracia del Espíritu de Dios. Cristo nace, la Navidad misma y es hijo del altísimo, hijo de Dios. Gran maravilla que la Virgen da a luz con su virginidad inmaculada, siendo virgen antes del parto en el parto y después del parto como privilegio divino y por su honor.

La alegoría bíblica exclama, nos ha nacido un Niño. Y Cristo en la parábola del sembrador nos hace saber que la palabra de Dios es la semilla. Esta semilla de vida interior es el grano de trigo que debe morir para ser fecundo y finalmente es la vida de Cristo en nosotros. El Apóstol San Pablo pregona morimos con Cristo para resucitar con El. Y también nos dice, no soy yo sino Cristo quien vive en mí. Cristo es la vida de Dios en el hombre por la fe y por el amor. Toda esta realidad mística brota de la Navidad y la resurrección cuando Cristo sin remover la piedra del sepulcro, resucita como lo tenía predicho.

La realidad de la fe supera todo conocimiento y a Cristo no se le conoce en la realidad de ser quien es sino por la fe. La fe es esencialmente el conocimiento de Dios y de lo divino que se convertirá eventualmente en la visión beatífica de los bien aventurados. La Navidad de fe que como esperanza mostrará su fruto cierto, fruto bendito que vendrá a ser el triunfo eterno del amor divino, siendo la felicidad suprema de Dios nuestra propia felicidad. Donde este Yo allí estarán quienes creyendo en mí compartieron fieles mi propio testimonio. Promesa de Cristo.



Pintando la Navidad

Espacio de dimisión espiritual de sonetos y un villancico navideño

La experiencia de Navidad

En lo profundo de la fe del alma humana la intimidad interior de Navidad es el amor en todo su esplendor.

La Navidad en concierto es también pictórica visión del ser divino. Cristo es armonía y realidad de la belleza a perfección para quienes creemos en El. En el silencio del alma se convierte en visión beatífica.

En su intimidad oímos y miramos a Dios eternidad que canta la música del alma en el silencio inefable que divinamente nos encanta.

La visión de su ser el éxtasis total del pensamiento es belleza del eterno entendimiento y la visión beatífica de Dios.

El gozo eterno del amor que siendo el bien sumo es la saciedad del alma. Visión cuyo esplendor resplandece en total contemplación divina. La inmensidad de la perfecta belleza esencia y existencia a perfección en el ser infinito.

Venid benditos de mi Padre al reino de los cielos nacido en Navidad.

La Navidad es la fe de nacer y renacer en la plenitud del ser, Cristo realmente total.



El Adviento

Distintos de los nuestros los caminos de Dios son un misterio

Cristo camino verdad y vida eterna se hace nuestro.



Adviento y Navidad es Dios que viene

Más que el viento que sopla donde quiere

Espíritu de amor cuando prefiere,

Su gracia y libertad cual le conviene.



La fuerza del destino la sostiene

Busca el alma inmortal que nunca muere

Hiriéndonos de amor cuando nos hiere,

La eterna voluntad, a Dios se atiene.



Para Dios es la cosa bien sencilla,

Llueve el cielo el tesoro de su mina

Y nace el Salvador, la luz divina.



Luz del mundo que al mundo lo ilumina

La tierra en paz, crecida su semilla

La Palabra de Dios, su maravilla.

La luz del viento,

Prepara Navidad

En el Adviento.



La Inmaculada Concepción

Le pureza de Dios es esencial a su naturaleza

Lo es a la sombra de su Espíritu cubriendo el vientre virginal de María.



La Palabra de Dios, su encarnación

Es el cuerpo de Cristo por formar

Y es privilegio de la concepción

La pureza de Dios en su lugar.



La sombra del Espíritu va a obrar

Sobre el misterio de la anunciación,

De sepultado, va a resucitar

Cristo glorioso en su resurrección.



Y la Virgen da a luz la eterna voz,

Concebido y nacido el encarnado

Ha vencido la muerte y el pecado.



Es la nueva Creación digna de Dios

Su pureza en el Verbo transformado,

Cristo, vino a vivir resucitado.

Le concibió

Sin pecado original,

La Inmaculada.



Misión de Cristo

No he venido a condenar al mundo sino a salvarlo del pecado y la muerte

Resucitando a la gloria del amor eterno.



Redimir la Creación es plan conciso;

Venga tu reino de allí de done estás,

Triunfa el bien sobre el mal Cristo eficaz

Tu voluntad lo quiere y es preciso.



Fue el amor justamente quien lo hizo

Siendo Padre del Príncipe de paz

Emperador del reino, Dios nomás,

Justicia del amor así lo quiso.



Siendo el Hijo del Padre Cristo amado

De Virgen nace y muere traspasado,

La Palabra de Dios es la semilla.



Divino fruto es plena maravilla

Que resucita siendo sepultado,

Y a toda la Creación la ha renovado.

El nace y muere

Y renueva la Creación,

Resucitando.



Villancico al Niño Dios

Desde Miami Florida

Entonado por ángeles pastores y pecadores

Redimidos o por redimir.



Cantemos un villancico

Hoy al hijo de María

Que esta noche ella ha parido

Al Niño Dios que es Mesías.



Junto al recién nacido

Hay amor y hay alegría

Acerquémonos alegres

A beber sabiduría.

Entonamos estos versos

A luceros infinitos,

Duerme Niño pequeñito

Más grande que el universo.



Es de la tierra tu llanto,

¡Oh divino Emanuel!

De la Virgen de Israel

Y del Espíritu Santo.



El Padre que te acaricia

Cielo y tierra en armonía

Mientras tu faz sonreía

De eterno amor, son albricias.



Esta noche es Nochebuena

Navidad y eterno día,

Esta eterna poesía

Son Jesús José y María.



Navidad que nace

Con Cristo la humanidad entera peregrina en la tierra

Nacemos y peregrinamos a la vida eterna.



Profético el edicto que es divino

Compartamos con ellos la jornada

María y José por Cristo de camino,

Con ellos pediremos la posada.



Nueve meses estuvo embarazada

Pacientes soportando desatinos

Por llegar a Belén, fue su destino,

La Virgen pare sin dolor cansada.



Nace Cristo con gloria y regocijo

Del universo el Rey de Dios el hijo,

Con ángeles que bajan de los cielos.



Los pastores lo adoran, es su anhelo,

Y de Herodes escapan los estragos

Adorando también los reyes magos.

Fue profecía,

De la Virgen María

Su nacimiento.



La verdadera Navidad

Escueta y desnuda realidad que celebra el nacimiento de Cristo

Es un hecho maravilloso ser gloria de Dios en el cielo y paz de la tierra.



Cristo existe eterno en el Creador

Y renace con toda la Creación

Divino sacerdote y redentor,

Siendo el hijo de Dios en oblación.



Da su vida y se entrega por amor

A la muerte y a la resurrección,

Es divina palabra, el salvador

Y el reino de la paz en su misión.



Los ángeles adoran su destino

La unión del ser humano y el divino,

Luz eterna, divina su memoria.



Trasciende la Creación y esa es su historia,

De todo el universo la victoria

El es la Navidad de nuestro sino.

¡Ven Navidad,

Llamada del destino

Al ser divino!



La eterna Navidad

Plenitud del tiempo cuando Cristo nace

Y toda la Creación del universo que renace eternamente.



Es Nochebuena y Navidad mañana

Trascendiendo a la fe y a la razón

La Creación que es divina inspiración

De Dios, el universo todo emana.



Paz en la tierra de su fondo mana

Viendo al Hijo de Dios, su encarnación,

Los cielos triunfan su victoria gana

El testimonio de su resurrección.



Los ángeles lo aclaman por su gloria

Y a adorar los pastores han venido,

Humano a lo divino en Cristo unido.



El pesebre y la paja son su nido

Y es Belén de Judá reconocido

Siendo allí que el Mesías ha nacido

Nochebuena hoy,

Y Navidad mañana

Eterna emana.





Navidad esencial

Esencia de la existencia la Palabra de Dios hacia la plenitud de ser

Cristo adoración gloria y resurrección de la Nueva Creación.



No absurdo panteísmo, real locura

Del ser humano en su divinidad,

Reconozco de Dios la humanidad,

El, todo en todo en todas sus creaturas.



Supera la razón, se transfigura,

Convierte el tiempo en eternidad

Total el universo en la verdad,

El, Dios y hombre en toda su figura.



Es la esencia de Cristo en Navidad

Luz del mundo con plena claridad,

Amor divino y toda su aventura.



Da su vida, entrañable caridad

De las entrañas de su paternidad,

Piedra de toque de toda su estructura.

Nueva Creación

Y Templo reconstruido,

¡La Resurrección!

Homenaje a la Navidad

Amor eterno homenaje de ser y de nacer

De morir resucitar y renacer a la vida eterna.



Cielo y tierra se llenan de contento;

El celebrar de la divinidad

En beneficio de la humanidad,

Divino como humano el gran evento.



Dios enciende el divino pensamiento

Del tiempo en plenitud, la eternidad,

Luz del mundo y divina claridad

Al alcance de todo entendimiento.



Entero el universo se derrama

En cascada de amor, tanto nos ama

La eternidad partida por mitad.



Beso eterno de amor y de amistad

La Palabra de Dios, es concebida,

¡Aleluya y Shalom en paz unida.

Dios en cascada,

Partiendo a la mitad

Su eternidad.

Navidad plenitud de nacer

Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación

La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.



Navidad para Dios poder nacer

Como luz de su ser eternamente,

Padre e Hijo al amarse mutuamente

Siendo amor personal a su entender.



Navidad para Cristo es renacer

Y en el hombre ser Dios humanamente,

Con ser divino en sí divinamente

Siendo nueva Creación por conocer.



Navidad de los cielos en la tierra

Es el reino de Dios, no solo historia,

La misma eternidad divina gloria.



Eterna paz y el triunfo de la guerra

Sin las huellas del mal, sin nada adverso

Al cántico de Dios y su universo.

Nacer del ser

Y eterno renacer,

Dios en la Creación.

Navidad plenitud de nacer

Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación

La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.



Navidad para Dios poder nacer

Como luz de su ser eternamente,

Padre e Hijo al amarse mutuamente

Siendo amor personal a su entender.



Navidad para Cristo es renacer

Y en el hombre ser Dios humanamente,

Con ser divino en sí divinamente

Siendo nueva Creación por conocer.



Navidad de los cielos en la tierra

Es el reino de Dios, no solo historia,

La misma eternidad divina gloria.



Eterna paz y el triunfo de la guerra

Sin las huellas del mal, sin nada adverso

Al cántico de Dios y su universo.

Nacer del ser

Y eterno renacer,

Dios en la Creación.

Navidad la gran espera

Fe del amor que la vida de Dios es gran espera

Grito feliz de la esperanza que nunca desespera.



Si amor divino con amor discierno

La verdad del amor es más verdad,

Efímero cual soy en realidad

Momentos de mi ser son algo eterno.



Cristo es luz y encendida claridad

A pesar de las fuerzas del Averno

La soberbia y el odio del infierno,

Es posible iniciar la eternidad.



El Creador, la Creación no es fantasía,

Su encuentro de felicidad divina

Lo comparte feliz con su alegría.



Al reino de los cielos nos destina

La realidad ideal, no la imagina,

Es la gloria de su sabiduría.

La Navidad,

Es divina esperanza

Que a Dios alcanza.

Trilogía navideña

Maravilloso preámbulo que precede a la Navidad

Y epílogo de amor del amor eterno.



Navidad renacimiento del Verbo

La eternidad de Dios su intimidad de vida y de amor

Maravilloso preámbulo de Navidad.

Sin principio es principio y así es Dios

La Palabra divina eternamente,

Es la eterna evidencia de su mente

Sin sonido es sonido, eterna voz.

Seguir a Cristo de la luz en pos,

Es Dios mismo, divino y elocuente

Su manantial como divina fuente,

Superior a la espada y a la hoz.

Es el preámbulo de Navidad

Que Dios preexiste en la eternidad,

El Creador, la Creación, todo se asombre.

Renaciendo en Cristo la verdad

En el nombre del Padre y por su nombre,

Nace el Hijo de Dios y se hace hombre.

Miró y lo quiso,

Y encarnó el Verbo de Dios

Humanamente.

Dios en sí mismo

La intimidad de Dios es un abismo inmenso

Infinitamente más alto que los cielos.



Presente en la Creación bella elocuencia

El ser de la grandeza sobrehumana

Y vida eterna que infinita emana,

La Palabra de Dios, tu pertenencia.



Le rindo adoración a tu presencia

Divina realidad del alma humana

Descubriendo esa fuerza soberana,

Eres Dios en tu esencia y existencia.



Tu eternidad de ser plena evidencia

Es universo de tu inteligencia,

La visión de tu ser, divino abismo.



Eres luz interior, clarividencia

Y absoluta verdad, y la eminencia

En que exulta el amor al amor mismo.

¡Divino abismo

Infinito e insondable,

Dios en sí mismo!

Navidad divina desnudez

La riqueza de Dios es para el hombre el amor y la paz

El reino de Dios y su justicia con la bienaventuranza del bien sumo.



Divina desnudez es su riqueza

Y honor a la verdad, eso le importa,

Fue cruda realidad y la soporta

El pesebre, la paja y la pobreza.



El corazón de Dios, su vena aorta

El divino Pastor en la dehesa

Que es Cordero de Dios sobre la mesa,

Largueza en redimir, no queda corta.



No nos redime plata ni dinero

Sino Cristo divino mensajero,

Es luz del mundo, la del Padre eterno.



Palpita gloria todo el corazón

La nueva sangre de su resurrección,

El Mesías, su triunfo sempiterno.

El nace pobre,

Su rica desnudez

Es ser divino.

Amor de Dios la Navidad

Creación y redención de un mundo nuevo

Cristo gloria y honor la intimidad de la vida de Dios y el triunfo de su amor.



Cual divino y humano amanecer

La Palabra de Dios enamorada

Universo de Dios, mar en cascada

La Navidad comienza a acontecer.



La persona del Verbo ya encarnada

Es el Hijo de Dios, Cristo al nacer

Es sustancia del Padre y renacer

De una nueva Creación glorificada.



Cristo muere y después resucitado

Es el grano de trigo fermentado,

Eterno amor de amor enamorado.



Su divino poder, santificando

Va la gloria de Dios glorificando,

Los ángeles y el hombre transformados.

Cristo es Navidad,

Epílogo de amor

Del Hombre Dios.

lunes, 30 de julio de 2012

Realidad de Dios y aspiración del hombre

Realidad de Dios y aspiración del hombre El hombre acontece en el tiempo y Dios en la eternidad. Cristo enfatiza este hecho y deja establecido que el cielo y la tierra pasarán pero su palabra no pasará. El es consciente de existir eternamente como palabra de Dios absoluta y necesaria siendo el hijo del Padre que expresa al ser divino, y a su vez, siendo el hijo del hombre nacido en el tiempo, que conoce y experimenta las vicisitudes del tiempo y el momento de su hora para morir, redimir y resucitar a la gloria eterna del Padre, habiendo sido el maestro cuya misión es presentar la buena nueva del reino de los cielos que no es de este mundo sino pertenece al mundo de Dios. El conocimiento de la realidad de Dios lo presenta Cristo como una experiencia única que le pertenece exhaustivamente a Él como expresión absoluta suya siendo su Palabra eterna. Este conocimiento lo comparte con quienes dispuestos por la fe desarrollan una relación de amor a Dios, de manera que explícitamente se refiere a ello diciendo que quien le ama guardará su palabra y con el Padre vendrán a tal persona y harán en la interioridad de él su morada. Porque nadie conoce al Padre sino el Hijo y todo aquel a quien quisiere revelarlo. A su vez Cristo da gracias a su Padre porque los misterios del reino de Dios permanecen ocultos y desconocidos a los grandes y soberbios del mundo y determina en su generosa bondad revelar sus inmensas riquezas a los pequeños y humildes ante el mundo, que aunque despreciados o menospreciados, son preferidos y apreciados por Dios. El conocimiento de Dios lejos de ser una teoría deslumbrante de los grandes pensadores y filósofos de las que han sido grandes culturas de la historia en el pasado, o en el presente y el posible futuro, vino a ser y será la más maravillosa experiencia de los llamados por Cristo a quien le preguntaron inicialmente como discípulos llamados, maestro donde es que moras y él contestó, venid y lo veréis. El convivía con ellos siendo El maestro único y relacionándose con ellos, sus discípulos como un pastor con su rebaño por los caminos y poblados donde vino a ser el escenario de su misión evangelizadora, singularmente la Judea, Galilea, Samaria, los lagos de la región y ciudades bajo el dominio del imperio romano con los gobernantes reyes y procuradores tan conocidos en el evangelio. Todos sus apóstoles dejaron sus oficios y modo de vida para seguir a Cristo y El convivía con ellos. El apóstol que vino a ser el evangelista san Juan, nos da a conocer sus experiencias de Cristo como visionario que amplifica con su estilo peculiar lo que escuchó, miró y palpó del Verbo de Dios hecho carne que puso su morada entre nosotros. Y alude a que Cristo como Verbo de Dios vino a los suyos que no le recibieron, pero a los que sí le reciben y creen en su nombre les hace renacer por el espíritu no según las leyes de la carne y de la sangre, sino según la filiación divina que les convierte en hijos mismos de Dios de cuya plenitud todo recibimos gracia por gracia. La permanencia de Cristo en medio de sus seguidores existe como promesa sorprendente, ya que a su vez alude a que les conviene su partida como regreso a su Padre de donde ha salido. El promete estar con los suyos hasta el fin de los siglos y a su vez les aconseja estar siempre en alerta a su regreso. En realidad la labor santificadora del Espíritu Consolador dilucida sobre el profundo conocimiento de Cristo y de esta manera lo hace más profundamente presente en los creyentes que se identifican con El orientados a la perfección. El Espíritu de amor que existe entre el Padre y el Hijo, quienes se complacen entre sí con un espíritu de amistad divina complaciente y benevolente, es el mismo santificador que dispone, ilumina, fortalece y les llena de sus siete dones a los bautizados para lograr la realización mesiánica en el cuerpo místico de Cristo, adoración del Padre eterno. La presencia de Cristo persiste como misión evangélica de salvación sirviéndose del trabajo y el testimonio de los que en su amor se aman y aman como Cristo amó, hasta entregar la misma vida en servicio de los demás y para gloria de Dios. Patrimonio de mi poesía regalo de Dios realidad absoluta con un gran deseo por donarla de mi parte a la humanidad que pertenezco y sobre todo a Dios mismo de quien todo recibimos Autenticidad del amor de Amistad Virtud y amistad más allá del olvido Homenaje a la virtud y a la honesta amistad Que honestamente virtud y amistad son la belleza del alma Luz de la mirada y búsqueda de Dios Orientada a realizar la posibilidad real de un encuentro Eternamente feliz con la realidad absoluta tan divina como eterna. La virtud y la dicha La virtud convierte en realidad El deseo de ser libre La rectitud si eliges como vía, No se fija de más en la apariencia Ni le mueve egoísta conveniencia, La verdad es su eterna compañía. Nada importa sufrir aun la agonía, Feliz el alma y limpia la conciencia La virtud se practica con paciencia, El corazón, palpita en armonía. Rehúye todo mal y la maldad, Con la recta intención que no conspira Y se aparta de error y de mentira. Con pasión por honor a la verdad A los ojos de Dios que todo mira, Prefiere disfrutar su libertad. Con garantía, Si practicas la virtud Serás dichoso. Amistad feliz La semejanza recíproca y desinteresada, (similes cum similibus) Encuentro y descubrimiento de la amistad, (facilime congregantur) Serás feliz contando con amigos Solo estarás si el tiempo es nebuloso, Más allá de las nubes luce hermoso Brillante el sol, amando a tu enemigo. Te encuentras solo para estar contigo, Si descubres al Todopoderoso En silencio elocuente y venturoso, La soledad te sirve de testigo. Es feliz comprenderse y entender A pesar de que somos desiguales, Compartir la amistad nos hace iguales. En la fuente del ser y del saber Es mayor amistad la de uno mismo Con la estima de sí sin egoísmo. La amistad con Dios, Nos libra de enemigos Y de egoísmo. La Palabra de Dios Se encarna nace y resucita en Cristo Florece y fructifica eternamente como semilla del reino de Dios Semilla en plenitud del ser fecundo Universo y Creación, renacerán, Pasará cielo y tierra de este mundo La Palabra de Dios no pasará. La maldad que penetra tan profundo Dios con fuego divino extinguirá, Luz en llama su cielo encenderá De raíz extinguido el mal inmundo. Celeste el Paraíso terrenal La plenitud de Cristo fructifica, Vida eterna que todo santifica. Luce eterno su amor, Dios celestial La Palabra divina en su victoria, ¡Templo, trono y sagrario de la gloria! Eterna Voz La palabra de Dios, ¡No pasará! Poema a la mansión de Dios Creador y Padre, ¡oh amor inolvidable! A tu sombra florece la esperanza. Olvidados de ti, ¿quien soy yo para que no se olviden de mi? Soneto La ingratitud es indicio de maldad E iracundo demonio que conspira, Divina luz de Dios, le pesa y mira Tinieblas que no ven la claridad. Dios es el esplendor de la verdad Verdad que no florece en la mentira, Ahogada la semilla no respira Ante el misterio de la iniquidad. La verdad del amor no está perdida Y en semilla no debe estar podrida, La divina mansión es para todos. Los que elige encuentran acomodo Y consuelo del alma en cada herida, ¡En verdad Dios es Padre de la vida! Mansión de Dios Que existe para todos, Los elegidos. El árbol de mi adolescencia Echó raíces a la orilla Sobrevivió y es una maravilla Te plante como a mí en esta orilla Frente al caudal de la sabiduría, Aquí en el seminario la semilla Belleza de mi eterna poesía. Y en ti creció la misma maravilla De vida floreciente tuya y mía, Quijote de la Mancha y de Castilla Compartes con mi honor la misma vía. La frente en alto vigoroso creces Honorable en honor a la verdad, Nuestras raíces de autenticidad. Orgulloso de ti, te lo mereces, Tu recuerdo en futuro en realidad Me acompañe a la misma eternidad. ¡Que vigoroso El árbol que plante, Tronco y raíz! Cristo plenitud de Dios en el hombre Dios y hombre en la Nueva Creación Hombre y Creación perfectamente en Dios ternamente resucita y crece Luz del mundo en tinieblas, su semilla En el tiempo es eterna maravilla, La Palabra divina no perece. Vida eterna en el tiempo su presencia La palabra del hombre que es de Dios, Encarna en Cristo con su eterna voz Divina plenitud en su conciencia. Subir la cruz por mí no le mancilla Eterna realidad que permanece, Existo y resucito a quien se humilla. Hasta el fin de los siglos mi existencia, Yo en medio de vosotros sigo en pos Y aseguro por siempre estar con vos. Hombre y Creación, Palabra en plenitud La Voz de Dios. Realidad eminente Intimidad de Cristo la conciencia de ser Dios En esencia y existencia quien comparte lo humano y lo divino Divina realidad por excelencia Eres Creador del cielo y de la tierra Y fuente de la paz, triunfo en la guerra, Victoriosa bondad en tu presencia. Eres la vida misma en eminencia Y perfecta verdad que nunca yerra, La eternidad de ser en ti se encierra Cual único absoluto en tu existencia. Entrañas del amor de Dios eterno Y en plenitud humana, el ser divino, Ser Palabra del Verbo es tu destino. Dios de Dios, luz de luz, el sempiterno Que ha cerrado las puertas del infierno, Infinito en la cumbre del camino. Por eminencia, La realidad de Dios En su presencia. La oración de Cristo Maestro enseñanos a orar Que tu oración sea la nuestra Padre nuestro y de toda la Creación Que en la tierra lo mismo que en los cielos Tu voluntad se cumpla a perfección Con el triunfo de todos tus anhelos. Tu santo nombre sea la adoración Con tu reino divino en nuestro suelo, Que Tu, santificado en oración Seas la fuente de amor y de consuelo. Da todos pan, el pan de cada día, Que cuerpo y alma nutras de alegría Seguros del perdón que nos concedes. Si perdonamos perdonarnos puedes No queremos el mal, Tu, no lo quieres, De tentación nos libren tus quehaceres. Obediencia a Dios Mi Padre, vuestro Padre, ¡Cielos y tierra!

sábado, 30 de junio de 2012

Derroteros de libertad identidad y autenticidad (seguimiento a la Octava Maravilla)

Cuarta Parte. Derroteros de libertad identidad y autenticidad Emigración de México e Inmigración a los Estados Unidos y cuarenta y dos años de mi vida Exordio cuarto. Libertad gracia y destino Rapsodia once. Los primeros tres años y el apostolado hispano El don de la libertad es tan preciado para mí como los otros dos mencionados, corriendo paralelos con la gracia y el destino en manos de Dios. Aunque nunca me he quejado de haber hecho decisiones que atropellen mi libertad, este momento de mi vida lo entendí como el encuentro de una búsqueda de algo que podía convertirse en una sorpresa por esclarecer. Lo que siempre temí que podía acontecerme en el sacerdocio y sobre todo en el celibato durante mi formación clerical aparecía sigilosamente provocando en mí una seria introspección de mí mismo. El objeto de cotejar mis inquietudes entre el ideal y la realidad de identidad y autenticidad de mis sentimientos y los hechos de mi vida a favor de la paz y la satisfacción de lo que acontecía conmigo y mi conciencia era algo imperativo. Mi lealtad al sacerdocio y al celibato era como siempre fue, la mayor ambición de mi vida, no podía aceptar el conformarme comprobar ni siquiera como posibilidad un estado de mediocridad. Mi propósito era urgente en cuanto a prepararme para evitar el riesgo de envilecerme, sirviendo a la Iglesia por no tener otro medio de sostenerme en la vida que la labor del ministerio sacerdotal, lo cual lo convertiría en miserable rutina ofensiva a la dignidad del ser humano. Al lograr un nuevo objetivo en mi educación académica no exclusivamente clerical, me establecía en un estado de estabilidad y equilibrio para reafirmar o cambiar una nueva decisión posible. Mi aspiración por lograr conseguir el objetivo de un posible doctorado lo veía no como un sueño utópico sino como una realidad posible hacia lo cual estaba dando los primeros pasos en terreno firme. La visión del pasado nos sirve para dilucidar el presente y proyectar adecuadamente el futuro de nuestra existencia. Y a la luz de Cristo siempre lograremos encontrarnos con la verdad, convertida en realidad cuando tenemos el carácter de escuchar la voz de la conciencia y hacer lo que acordamos satisfaciendo el designio de la voluntad divina. Al fin de cuentas las cosas no pasan como uno quiere, sino como Dios quiere en el contexto de su voluntad permisiva. El espíritu de libertad nos hace capaces de persistir en la lucha de vencer el mal con el bien a sabiendas de que difícilmente ganamos todas las batallas. Sabemos que contando con Cristo si en realidad El cuenta con nosotros, jamás perderemos la guerra y su triunfo en nosotros será nuestra victoria. A mí me pareció que la actitud del papa Juan Veintitrés era adecuada a una solución estadística innegable como posible remedio de quienes como estado de vida, persistían en el ministerio sacerdotal con una doble proyección de hipocresía o de cinismo, contradictorio a la esencia de su función de vida no solo sacerdotal sino básicamente cristiana e inclusive no aceptable a las virtudes naturales requeridas en la sociedad humana. En realidad el emigrar a los Estados Unidos y el objetivo de mis estudios en perspectiva se convirtieron en una realidad en la que vine a demostrar mi punto de vista, no porque ya fuese un plan premeditado, ni porque tuviese que salir de ningún enredo, sino porque paso a paso me pareció en conciencia que las decisiones pertinentes lo eran para cumplir la misión de mi identidad con autenticidad e integridad según mi visión personal y mi conciencia en la presencia de Dios. Oportunamente vendrá el momento de señalar cuáles fueron los motivos presentados a la sagrada mitra y a la santa sede para solicitar mi dispensa y los procedimientos consiguientes. Creo que este poema refleja mi visión de los valores que me inspiró el sacerdocio como vocación, que vino a insinuarme que los mismos podrían persistir como fuente espiritual dentro de la modalidad de la vida conyugal, como alternativa digna en el sacramento del matrimonio y de la familia, una célula viva de todo el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia. Cristo y su Iglesia Plenitud de la Creación Una sola familia a los ojos de Dios Engendrado en la cumbre del poder Es del Padre eterno masculino Místico cuerpo y castidad su ser, Cristo el hijo de Dios, varón divino. Pureza virginal nuestro destino Y estética de ser hecha a placer Convertida en eterno femenino, La Iglesia virgen, Israel mujer. Vista y oído, olfato, gusto y tacto Su eternidad divina quien convida, Divino instante eternidad en acto. La realidad de Dios no es en abstracto Por una eternidad eterna vida, Es amor en persona, Dios de facto. Amor divino, De eternidad en acto Es Dios de facto. Eran pasadas las nueve de la noche en el aeropuerto de Rochester Nueva York cuando me convencí que ese veintidós de octubre nadie vino a recibirme. Volví a encontrarme en el área de recoger el equipaje con algunos clérigos que vestían a la usanza de los clérigos de la iglesia cuyo alza cuello es llamado también cuello romano. Creo según logre entender que eran de distintas denominaciones y regresaban a Rochester de una convención de sus iglesias evangélicas que tuvo lugar en la ciudad donde yo hice conexión y que no recuerdo su nombre. Mi dato más consolador era la dirección del convento de las religiosas catequistas guadalupanas de las que sería capellán coadjutor, ya que el padre Antonio Calimeri era en realidad quien les atendía formalmente como tal, siendo el encargado del Obispo del apostolado hispano. Como les era desconocida esa área de la ciudad, ellos que fueron en realidad mi buen Samaritano, acudieron a la rectoría de una iglesia en los alrededores, la de Holy Reedimer. El sacerdote que nos atendió les orientó adecuadamente pues estábamos a dos cuadras del convento y tuvieron la amabilidad de llevarme en su carro hasta la misma puerta. Creo que las religiosas aun estaban en la capilla del convento a mi llegada, y se quedaron maravilladas de verme después de no haber dado conmigo el día o más bien la noche anterior. Yo me entretuve en despedirme de quienes fueron mi buen Samaritano para agradecer su significativo y eficiente servicio. No sé si fue en ese entretanto que se comunicaron con el padre Calimeri. Esa noche me improvisaron una cama en su sala de visitas y fue donde dormí. Ya de mañana me llevaron a presentar con el padre después de celebrar yo la misa en su capilla. El padre era el párroco de una iglesia en el suburbio de East Rochester donde le conocí. Era una gran persona, bondadosa, fina y amable. Me condujo por toda la rectoría, el templo y la casa parroquial mientras me informaba que allí estaría dos días con él. No tenía tiempo de inmediato para llevarme a la parroquia de santa Brígida a presentarme con el padre Francis Vogt, a cargo de esa parroquia cuyo vicario coadjutor era el padre David Heinsler. Yo salí al pueblecito y fui al correo para conseguir sellos y enviar algunas tarjetas a mis familiares y amigos. Por la tarde a la hora de la cena abrió una botella de vino tinto italiano para celebrar mi llegada y nos agasajamos con un menú que me pareció delicioso, creo que era rost beef el platillo principal y la ensalada italiana no dejaba nada que desear también con aderezo italiano, tal vez a la Calimeri. El día que estábamos en camino a la parroquia, nos detuvimos en una tienda de artículos religiosos y prendas eclesiásticas, donde yo aproveche para comprar uno o dos cuellos romanos de los que no estaba provisto y un par de camisas negras. La parroquia de santa Brígida originalmente fue construida por la comunidad irlandesa y estaba situada a una cuadra de la calle Saint Paul en frente de la planta cervecera muy famosa como original de Rochester cuyo nombre lo toma del rio Genesee, de cuyo parque se divisa una de las cascadas de dicho rio que desemboca en el lago Ontario. Al llegar estacionó el padre Calimeri su carro en el estacionamiento situado dentro de los edificios de la iglesia, de la escuela y la casa parroquial que da hacia la calle de Hand street que vino a ser mi dirección donde viviría por los siguientes tres años de mi vida. El padre Vogt acordó con el padre Calimeri que mi responsabilidad con la parroquia era la de celebrar misa los domingos y los miércoles como obligación parroquial. Mi residencia allí hacía responsable a la parroquia por mis alimentos, el cuarto de dormir y el aseo de lavandería de mi ropa. Aparte de mi dormitorio, se me permitió instalar una pequeña oficina y lugar de estar al lado del pasillo del área de la planta alta donde estaban otros dos dormitorios, el del padre Vogt y el del padre Heinsler. El cuarto del baño lo compartía con el padre David y seguramente el del padre Vogt debía ser parte también del área de su recámara donde dormía, exclusivo para él. Más tarde me entere de que el padre David tenía otro recinto habitacional entre los de la parroquia que aunque era una casa no muy grande, el la usaba como tal para otros menesteres, excepto para dormir. Los alimentos estaban a cargo del ama de llaves, o house keeper, la señora Kelley, de carácter afable y más bien reservado que locuaz. Generalmente la comida diaria estaba programada entre las dos y las tres de la tarde, y era más formal cuando atendía el padre Vogt y cocinaba Mrs. Kelley, de lo contrario el padre Heinsler estaba seguro de que algo estuviese listo y me llamaba, father Octavio, diner is ready. Ese día de mi presentación el padre Calimeri enfatizó que yo debería atender a todo el procedimiento de asegurar mi seguro medico a lo cual le daban una gran importancia que anteriormente nunca la tuvo en mi vida en México bajo los auspicios de mi padre y ocasionalmente el seminario o la iglesia que se hicieron responsables de mis cuidados de salud en circunstancias más o menos críticas que tuvieron lugar. Se me indicó que yo podía solicitar estipendio de misas solicitadas por ser asignadas, lo cual sería una parte de mi ayuda financiera. Sin ningún previo acuerdo el apostolado hispano en su aspecto sobre todo espiritual que yo atendía en buena parte me retribuía con ciento cincuenta pesos mensuales que subieron a siento setenta y cinco para cubrir los gastos de gasolina cuando tuve mi propio carro. Casi todos los días celebraba la santa misa a domicilio en las casas de las familias hispanas en general según lo solicitaban. Y claro invitaban a amigos, vecinos y conocidos. Sin ningún nombramiento eclesiástico aparte de nuestro mutuo arreglo desde México con la madre Dolores Ochoa y en Rochester con la madre Eugenia superiora del convento, por supuesto con la anuencia del padre Calimeri, yo era el capellán y colaborador del apostolado de las madres catequistas. Todos los días después de celebrar la santa misa en el convento compartíamos el desayuno que a veces era un sabroso almuerzo al que me invitaban. Éramos como una familia y los miércoles que era su día de asueto, porque los fines de semana estaban llenos de actividad apostólica, cuando yo tenía tiempo les acompañaba en sus paseos de los cuales tal vez el más impresionante fue el de conocer y visitar por vez primera las cataratas del Niágara a setenta y cinco millas de Rochester. No tarde mucho en comprender que mi interés personal de aprender ingles y explorar el procedimiento de inscribirme en Fordham tenía que ser relegado a segundo término. Y no dude en hacerlo, a pesar de que con la orientación del padre Filella, un sacerdote español de la compañía de Jesús que estaba en la universidad de Rochester haciendo un año sabático, logre inscribirme en la universidad de Rochester, aun sin dominar el ingles, en un curso de lógica simbólica, y como oyente en otro de sociología. Por aprender ingles había pagado un pronto de dos cientos cincuenta dólares de la caja de mi tesoro de ahorros a Berlitz, que me hizo un excelente e intensivo programa, garantizando que en un año estaría más que listo para la universidad. La tarea del apostolado hispano era un desafío interesante que no podía rechazar. Las religiosas contaban conmigo y creían que tendríamos éxito para apaciguar el conflicto de los hispanos que habían decidido trabajar infatigablemente en los cursillos, el movimiento familiar y las jornadas de juventud con dos padres españoles que según entendía habían sido echados de la comunidad hispana por política de los americanos, sobre algunos párrocos que les tenían recelo y lograron que el Obispo los echara de su celoso trabajo con los hispanos. Y entre los mismos hispanos estaban divididos a muerte entre los que no entendían sino erróneamente como interés político el que dinero de la iglesia se dedicara a pagar cuarenta mil dólares al año para el líder y la secretaria que debían explorar programas y actividades de ayuda de orden social en necesidades de la comunidad. En cierta manera me sentí como un doctor que no es libre de elegir su agenda ante conflictos de una epidemia que profesionalmente no puede ignorar. A mí me encantó el desafío y trabaje con toda la dedicación que el caso requería. Un caso típico que refleja mi aclaración a la comunidad en una de mis primeras misas de santa Brígida en día domingo, donde los líderes en conflicto venían a espiar y dilucidar qué partido tomaría, yo elegí el tópico de sentido común de analizar la razón primaria de venir al templo, que era la de un encuentro con Dios y no el venir a ver qué clase de bicho era yo. Olvidando que no estaba en México ni hablando a mexicanos, y también ignorando el significado de esta expresión en la jerga lingüística de las expresiones no castizas usada entre los puertorriqueños, más bien en el ambiente popular o callejero, muy distinto al mexicano en asunto a este palabra que nunca tiene ese significado en su sentido figurado. Y aun me quede más confundido con la aclaración a medias de una dama que me advirtió no usar ese término, sin lograr entender que cuando ella no me explicó más, lo único que me dijo fue que se lo preguntase a su marido. No fue necesario cuando casi de inmediato se me abrieron los ojos más grandes que la cara al saber que era algo relacionado con la peculiaridad de identidad de nuestros primeros padres en el paraíso terrenal. En vista de que yo trabajaría más que tiempo completo en el apostolado era necesario que mi estadía legal fuese de residente, y por esta razón tanto el líder del centro hispano como su secretaria se dedicaron seriamente en arreglar la solicitud de mi estadía. Inclusive enviaron recomendaciones de los representantes del gobierno atestiguando que mi trabajo era necesario para atender más de treinta mil puertorriqueños en el área. No era ilógico que pronto formase parte de la mesa directiva de la liga de acción iberoamericana. Y cuando gracias a Dios los líderes en oposición me aceptaron e inclusive trabajaron conmigo en el apostolado, mi relación con unos y otros, logró hacer que entre ellos la suya si no cordial fuese al menos de mayor respeto y tolerancia. El conocimiento experimental y la participación en convenciones del movimiento familiar cristiano en español, me parece que fueron la clave de que lograsen que ellos comprendieran que eran auténticos lideres de ese movimiento y eran estructuralmente más importantes que el capellán del movimiento, una vez que este como debía ser estuviese en sus manos. Visitamos y participamos en convenciones convocadas en la universidad de Notre Dame, donde fuimos distinguidos por la hospitalidad de los Erviti presidentes del movimiento en Chicago, Y más tarde en Newark, posteriormente en san Antonio y Miami. En el término de tres años habíamos logrado contar con ciento veinticinco matrimonios en acción. Tengo dos anécdotas, casos humorísticos y simpáticos de contar. En san Antonio fuimos a un restaurant mexicano que se llamaba Mario y siendo que había un mariachi le invitamos a cantar, y a petición del público a nuestra mesa, amigo y conocido mío, me pidieron que les cantara acompañado por el mariachi algo mexicano. A mí que me encanta cantar y con todo gusto cante la canción de Alfredo Jiménez que más me gustaba, Ella. Como insistieron en pedirme otra les cante el corrido de Juan Charrasqueado. Cuando regrese del baño me contaron, aunque tal vez fuese una farsa, que el dueño del restaurant preguntaba por mí porque me quería contratar para que cantase el próximo domingo y le tuvieron que explicar que yo era el padre. Lo otro ocurrente es algo que me sucedió y tiene que ver con resolver un problema de grupo tratando de colaborar con la sugerencia del matrimonio líder en remplazar con un cambio un matrimonio que no era funcional en ese grupo. Una señora cuyo nombre apreciativo era Fredie, y se llevaba bien con todo mundo siendo espontáneamente simpática, me respondió con un comentario que refleja lo que digo de su personalidad, aceptando mi sugerencia de entrar en el grupo aludido sin dificultad alguna. Me dijo que estaba bien porque ella era como el muñeco de los siete asientos. Creo que debí omitir mi pregunta o tal vez no, me refiero a que cuando me explicó lo que significaba era que como el susodicho muñeco, de cualquier modo que se le aventara, así mismo ella caería sentada. A mí me encantaba atender a los cursos de la universidad, aunque se mi hizo imposible seguirlos, sobre todo el de lógica simbólica que exigía una dedicación que no pude darle, porque incluso el curso de ingles lo tuve que cancelar por falta de tiempo en atenderlo. Me hice amigo del rabí líder militante del movimiento zionista que arregló un programa para visitar un kibutz que fue el de Gató, cerca de Najaría y casi en la frontera con el Líbano en Israel. El curso era más o menos por un mes y costaba algo posible a mi estricto y económico presupuesto con cierto aprieto, los mil dólares de los que yo podía disponer con mis mágicos ahorros de siempre. Mi entusiasmo fue mayor pensando que siendo esto en el mes de diciembre, tal vez yo podría visitar la cueva de Belén en fecha tan significativa. Antes de mi viaje a Israel donde tuve la dicha inolvidable de pasar la navidad del mil novecientos setenta y dos y aun más, de celebrar misa en la cueva de Belén, después de atender a la misa de media noche en la basílica, quiero aludir a una serie de contactos que en perspectiva me dieron oportunidad de relacionarme con mi tío Ricardo que vivía con su familia en el área de Queens de la ciudad de Nueva York. Fue con él y de allí de su casa donde estaba hospedado que me dirigí al puerto aéreo para mi soñado viaje a Israel que también a él le llenó de entusiasmo y a uno de sus vecinos que era un judío amigo suyo. Debo confesar que no recuerdo como conseguí información inicialmente para relacionarme con mi tío Ricardo de quien nos habló tanto mi mamá cuando niños. Pudo ser en mi contacto con mis primos sobrinos suyos, hijos de mi abuelo Emilio que vivían en Cleveland Ohio, a quienes fui a visitar con ocasión de una visita del padre Heinsler, que yendo a visitar a su hermana Katy ya casada con el doctor Sachi en cuya boda yo había concelebrado con David, habiendo sido celebrada en la capilla de la universidad de Rochester. Pudo haber sido también que Memo Meneses primo de mi mamá y casado con una prima hermana de mi papá, a quien muy probablemente salude en su casa en mi primera visita a México viniendo a ver a toda mi familia en Apaseo, pero sobre todo a mi madre a quien deseaba poner feliz haciéndome ella saber cuáles fuesen sus más grandes deseos de hacer realidad para complacerla. Casi le leí el pensamiento cuando le pregunte que si le gustaría ir a la ciudad de México para ver a la tía Luisita, a una prima de la que nos platicaba mucho y nunca habíamos conocido que le llamaba Ricos. Yo convencí a mi padre de seguir este plan y se sorprendieron, sobre todo mi hermana Dolle de tan generosa aprobación de su parte de mi padre que permitió a Dolle que nos acompañase. A mi madre le gustaba mucho que le sacara a pasear porque me decía que yo era muy alegre y le contagiaba mi alegría. Esta ocasión del viaje al que aludo debió parecerle maravillosa con Dolle que le velaba el pensamiento cuidando de ella, y también por ver a personas que no había visto desde su temprana juventud antes de casarse y dedicarse a nuestra crianza de todos sus hijos. Desde que era más joven yo había manifestado esta extraña informalidad de vez en cuando, de llegar inesperadamente y así mismo partir a donde estuviese radicado, bien fuese el seminario o algún otro lugar donde vine a radicar, dando por terminada mi visita, ser como la humedad al llegar y al partir. Me gustaba llegar con un traje café que colgaba en el ropero hasta cuando regresaba, de manera que me hacían la farsa diciendo que si aun lo veían allí colgado o no, era señal de que aun estaba o ya había partido. Por supuesto que de ordinario no acostumbraba hacer esto, porque recuerdo muy bien de que tanto mi padre como mi madre me daban su bendición sobre todo cuando estaba de regreso a los Estados Unidos. En el intento de dar validez a mi educación académica en los Estados Unidos, hice trámites en el seminario de Morelia y pude lograr por escrito con el debido testimonio notarial todos los estudios hechos por once años. Esos documentos fueron traducidos del español por una agencia americana autorizada a este objetivo. Finalmente el seminario de saint Bernard evaluó mis estudios cotejando a lo que correspondería en la estructura de la educación americana. Logre obtener un documento que atestiguaba que correspondía mi educación a un bachillerato y en el área de estudios teológicos a un nivel medio entre el bachillerato y la maestría. Toda esta documentación más tarde la enviaría a Albany, cuando trabaje de ayuda de maestro, declarando oficialmente las oficinas pertinentes, que de su parte podía solicitar en cualquier universidad y participar en cualquier programa orientado a una maestría. Esto aun no acontecía cuando visite la universidad de Fordham, aun al margen de posibilidades inmediatas para un ingreso formal, para el cual aun no estaba preparado con el requisito del curso en lógica simbólica y la fluidez en el idioma ingles. Mis relaciones con el seminario de Saint Bernard me dieron oportunidad de platicar con el rector del seminario que había estudiado en Jerusalén y me ofreció recomendarme, tal vez para hospedarme al hacer una visita a la ciudad y también al monasterio donde él se hospedaba cuando vivió allí. Aunque sí lo hice la segunda vez que visite no lo puede hacer la primera por las peripecias que pase al empeñarme en visitar la cueva de Belén en esta navidad del mil novecientos setenta y dos. Todos los viernes salía del kibutz para viajar por tierra santa y regresar el lunes por la mañana puntualmente a mi trabajo rutinario que se me había señalado. Inicialmente llegamos de los Estados Unidos a Israel y nos hospedamos con un matrimonio israelita muy amable que nos atendió como si fuésemos de la familia. Nos reunimos en la universidad y tuvimos un tour antes de partir para Gató a donde llegamos por la tarde. Nos presentaron a la comunidad del kibutz y nos asignaron nuestro lugar de hospedaje a cada quien y nuestro oficio y el horario. Yo estaba acostumbrado a vivir vida de comunidad que viví once años en un seminario y todo esto no me pareció nada extraño. Conocí esa misma noche un matrimonio mexicano cuyos familiares en la ciudad de México tenían un negocio de relojería especializada en relojes suizos. Me acogieron haciéndome sentir identificado como israelita entre los israelís cuando les comente que mi apellido era de origen judío, pero que yo y mi familia no nos identificábamos como tales. Ellos sugirieron que visitaríamos el Negueb y me presentarían a una hermana de la esposa de este mi nuevo amigo y que tal vez pudiese surgir entre nosotros una mutua atracción por explorar. Ellos no sabían de mi plan de los fines de semana al que he aludido ni que era sacerdote católico. Enterados de que fui asignado a la limpieza de los gallineros se las arreglaron para que fuese más bien al taller de una fábrica donde operaba una máquina automática que lo hacía de torno para perforar artículos de metal. Me dijeron que si esto no me gustaba tal vez podían arreglar algo al aire libre en labores de agricultura. Creo que corrí con buena suerte de haber contado con su amistad que ya no tuve oportunidad de cultivar por lo ocupado que estuve entre el programa y mi actividad vacacional o peregrina por tierra santa. Al final fui uno de los mejores adaptados a la vida del kibutz. Esta fue la primera vez que pensé que tal vez hubiese una posibilidad de hacer mi vida con menos problema sin el ministerio sacerdotal, pero nunca, ni siquiera considerar el dejar mi fe en Cristo y mi amor a la iglesia. Volviendo a las peripecias de Jerusalén con la idea de la navidad en Belén, no contaba con el problema de lograr tener documentos tramitados para entrar primero a la ciudad de Belén y después a la basílica y más todavía de allí poder celebrar en uno de los altares entorno a donde se cree por tradición que estuviese el pesebre donde nació el Niño Dios. Con un amigo y compañero del programa del Kibutz que tenía un hermano sacerdote en Rochester y se interesó en este plan de compartir esa visita de navidad conmigo, logramos tener listos todos los trámites hasta la basílica. Era triste ver que todo mundo que celebraba la venida de Cristo era más bien extranjero de todas partes del mundo, siendo extraño ver a quienes vivían allí como nativos, árabes o israelís tal vez judíos o musulmanes, tener nada que ver con la celebración de tan maravilloso acontecimiento. La liturgia de misa de media noche aunque era una experiencia de paz iba acompañada de cierta inquietud de si podría celebrar en el pesebre. Me arme de toda la astucia e intrepidez que me caracteriza y cuando me percate de los altares y la vestimenta de ornamentos y que aun nadie iniciaba la celebración, yo fui el primero que en diez minutos termine de celebrar la más rápida misa de la que tengo conocimiento en mi vida. Apenas puse atención para cerciorarme de que un monje demasiado contrariado me decía que yo no estaba autorizado para la celebración que ya casi había terminado. Al salir de la basílica nos percatamos de que era imposible encontrar alojamiento en Belén y fuimos afortunados en encontrar manera de volver a Jerusalén, donde repitiéndose la misma historia nos guarecimos del agua porque estaba lloviendo, en un café que debimos de dejar cuando ya debía de cerrar. Se nos ocurrió entrar a un baño turco y preguntar si allí podíamos pasar el resto de la noche hasta el amanecer, y aceptaron acceder a nuestro extraño horario para usar hasta esa hora el baño turco. Yo tenía conmigo un billete de cien dólares, que porque no se humedeciera con el vapor deje en caja con el encargado del negocio. Pero resultó que no lograba dormir, más que por la falta de colchón por la preocupación de no contar más con mi dinero al amanecer. Decidimos con mi amigo probar si me lo devolvían, en lo cual no encontramos dificultad alguna. Yo envolví el billete en una parte de la toalla prefiriendo un billete húmedo tal vez decolorado en mi bolsillo que quedarme con la incertidumbre de quedarme sin nada. Después de la madrugada, tal vez estábamos cerca de alguna mezquita porque oímos el canto o el grito del mujik a la oración y al amanecer salimos en busca del primer autobús de regreso a Najaría, rumbo al kibutz de Gató. Cuando estudiaba los cursos de teología dogmática en el seminario, recuerdo que aprendí que la fe siendo el don del bautismo y una virtud teologal que se actualiza como acto consciente de creer, al final de cuentas que la fe viene a ser más bien una decisión mucho más que solamente un sentimiento, aunque uno y otro nos venga del alma. Yo nunca tuve dudas de mi fe ni en Cristo, ni en la iglesia ni en el cristianismo católico o la catolicidad del cristianismo. Por eso me quede sorprendido comenzando a pensar lo que había pasado en tierra santa después de dos mil años de conflictos de historia de odios, guerras y sus motivos en la historia, ajenos al mensaje esencial de Cristo y de Dios mismo. ¿Cómo era posible este repudio o desprecio e indiferencia por la salvación del mundo en tierra santa y sobre todo el testimonio histórico y arbitrario del espíritu bélico de quienes hemos heredado la fe de Abraham ignorando la dimensión de amor que le da la muerte en el esplendor de Cristo resucitado? En vez de seguir elucubrando aproveche para hacer por primera vez en mi vida un verdadero acto de fe decidiendo creer en Cristo y en su iglesia en la que nací y fui bautizado con la fe cristiana y la esperanza de la vida eterna. Y recordando a Cristo le pedí que aumentara mi fe, lo cual me concedió en mi siguiente experiencia al visitar el Tabor en tierra santa. Este viaje lo hice yo solo de Gató a Nazareth donde me hospede en un monasterio frente a la basílica, recordando que fue el lugar de la anunciación y la encarnación de Cristo. Y unos monjes franceses, me invitaron a concelebrar con ellos en francés, con lo poco que sabía. Me hice amigo de un joven judío del Canadá que allí mismo se hospedaba y que visitaría el kibutz donde estaba su novia no lejos del monte Tabor a donde él se dirigía por autobús, de manera que finalmente escalaría hasta llegar al monasterio. Sabiendo que yo era sacerdote católico pensó que tal vez todo nos sería más favorable para nuestro hospedaje. Por cierto que me preguntó si yo creía y practicaba el celibato y quedó sorprendido de que con franca espontaneidad le dije que sí, y me insistió si eso era en realidad posible y yo reitere que hasta la fecha para mí lo era y de los demás yo no era quien le debiera dar ninguna garantía. Nuestra sorpresa fue algo increíble pero cierto, prácticamente nos corrieron y ante mis credenciales de sacerdote me dijeron que yo pensaba que mi chantaje iba a resultar pero que ellos no iban a ser manipulados viendo que yo estaba crenado esta situación para obligarles a algo que ya tenían programado con los peregrinos registrados en sus peregrinaciones. De manera que no tuvimos más, sino que ver como llegábamos al kibutz cerca del monte Tabor en medio de la noche y con la incertidumbre de una región y una época en la que la actividad bélica era más reciente y sospechosa de gente extraña en medio de la noche incierta. Mi compañero que hablaba hebreo hizo la parada a un jeep que nos prestó ayuda para llegar al kibutz. El me presentó a su novia feliz de su visita y deseosa de compartir su habitación con él, sugiriendo que yo ocuparía la de su amiga, a lo cual yo no accedí, precisamente por el tópico de mi celibato. Fueron comprensivos conmigo y yo compartí el pequeño dormitorio como tienda de campaña con mi amigo, cada quien en su rincón. Con la sorpresa de que me percate que bien pronto recibió la visita de su novia quien por la madrugada me dio la gran sorpresa de despertarme apretando mi nariz, afortunadamente para decirme que estaba roncando. Como a las siete de la mañana me dispuse a salir y me preguntó mi amigo a donde iba. Yo le conteste que volvería al Monte Tabor porque deseaba celebrar la santa misa y me despidió comentado que tal vez estaba loco regresando a un lugar donde me habían corrido. La mañana era esplendida, radiante de sol y el paisaje hermoso con los campos verdes y flores silvestres por doquier, solamente imaginado algún lirio del valle que no logre distinguir, pero de todas formas pensaba con emoción singular que Cristo caminó contemplando este paisaje. De pronto me detuve para asegurar que tenía conmigo mi pasaporte, pensando que sin identificación y sin entender hebreo o árabe estaba al garete de ser nadie conocido de nadie sin manera de darme a conocer. Cuando vi la entrada al conjunto de la construcción del templo y el monasterio me llene de dicha y solicite ser oído en confesión antes de celebrar la santa misa. Le hice saber al padre superior de mi deseo de celebrar con mi alma libre de todo pecado en un lugar tan sagrado, siendo el mayor de mis pecados mi resentimiento hacia el sobre todo, y esto gravándole un poco la conciencia, enfatice que había escandalizado a mi amigo judío aunque yo no era quien para juzgarlo. Él me contestó que mi juicio era muy torpe pensando que todo era allí como de donde yo venía, pero que no era así y en el ambiente de donde ahora me encontraba todo era muy diferente para sobrevivir, y yo debía atenerme a las consecuencias. Debió estar totalmente convencido de su filosofía y la conciencia de sus principios enunciados, porque después de misa aun sin probar alimento ni un plan de a dónde ir, se me ocurrió una brillante idea que dio tremendo resultado. Me percate de una peregrinación de italianos que recién llegaba en autobús y que después de visitar la iglesia se reunió en el comedor para tomar sus alimentos. Yo aborde al chofer y le pregunte si era posible que me uniera a su peregrinación desde ese momento hasta su regreso a Jerusalén, acompañándoles al monte de las bienaventuranzas y demás sitios por visitar, que calculase cuanto debería pagar por todo ello incluidos los alimentos a partir de ese momento, porque no había desayunado nada. Me indicó la cantidad que salde al momento y así mismo al momento se me sirvió con el pan y el vino del Tabor, suficiente alimento para quedar completamente satisfecho del hambre un tanto cuanto retrasada desde el día anterior por la mañana. En Jerusalén antes de reunirme con mi grupo de retorno a los Estados Unidos, después de haber tomado un baño en mi visita al mar muerto y de pasar por lo que fueran las murallas de Jericó, después de visitar la tumba del padre de la fe, Abraham y lo que fuese Betania, explorando el huerto de Getsemaní, el recinto de la cena del Señor y su prisión, el camino de la cruz hasta el calvario pasando por el pretorio y la columna de sus azotes y el santo sepulcro donde celebre la santa misa, todo esto sin la incertidumbre de donde pasar la noche, porque estaba hospedado en el monasterio bajo la recomendación del rector del seminario de Saint Bernard en Rochester que consideraba ya entonces ser como mi casa. Fue una lástima y lo digo con sinceridad sin juicio temerario sino de mí mismo. Leyendo un artículo de una revista me informe que el padre superior del Tabor era un sacerdote muy famoso por sus conocimientos arqueológicos de los lugares sagrados y por su espiritualidad monacal. Yo me quede pensando en mi madre cuando me decía que le pidiera algo que realmente deseaba a Dios para ella, yo que estaba tan cerquita de él y siempre le dije que sí, aunque yo estaba seguro casi sin duda que ella se encontrase mucho más cerca. Pensé que tal vez el sentir de los demás nos logra persuadir de lo que realmente no somos en la presencia de Dios que conoce nuestro corazón y la autenticidad de nuestras obras como frutos de lo que hay allí, dentro de nuestro corazón y muy dentro del alma. Hay algo que he olvidado en cuanto a las circunstancias pormenorizadas del viaje. Me impresionó con mucha intensidad por lo autentico del caso. Resulta que esperando transporte público para ir de donde estaba yendo a Jerusalén, me abordó un grupo de chicos y chicas de israelitas tal vez judíos que iban a una boda a Jerusalén. Querían ver si estaba interesado en rentar un carro que nos condujese con mayor rapidez sin seguir esperando por la salida del autobús. Yo acepte con gusto la invitación y lo pase de maravilla porque todos fueron afables en su trato. Una chica mostró especial interés de platicar conmigo y me preguntó si era casado y le dije que no. Ella me dijo que no dejase pasar más tiempo y me invitó con ellos a la boda a la que iban después de ir a orar al muro del llanto sobre la muralla. Yo les acompañe y ore con ellos profundamente impresionado de orar al Dios de Abraham y para mí el de Cristo su descendiente de sangre y Mesías en el que tal vez ellos sin creer creían siendo sinceros. Pero no fui con ellos a la boda. En esa ocasión entrando al mercado y me fije lo que comía el pueblo y por señas pedí lo que pensé me gustaría y me fue mejor de lo esperado. Luego observe que al lado de la muralla por grupos pasaban y volvían a un lugar que no veía. Me acerque y logre pasar y visitar la gran mezquita del profeta que también vino a ser una inesperada y grata sorpresa. Nuestro viaje de regreso tenía un alto en Ámsterdam y el vuelo de KLM nos sugería aprovechar la ocasión de re tomar el vuelo después de algunos días para viajar por la región. Tal sugerencia se me hizo tan tentadora que no la pude resistir y después de un tour por la ciudad tome un tren a París que mucho tiempo atrás deseaba conocer. Mi plan fue que al volver de visitar los jardines y cultivos de bellísimas flores y el área donde le robaron sus terrenos al mar para expandir el de su partía, habría tiempo de visitar con detenimiento lo relacionado con el gran pintor el más genial del claro oscuro Rembrandt. De manera que mi viaje a París se convirtió en un sueño hecho realidad. Mi compañera de asiento en el tren era una bellísima chica holandesa que trabajaba en Barcelona a donde ella se dirigía de regreso de sus vacaciones. Al verle levantarse a tomar algún objeto de su valija que tenía dificultad en alcanzarla y con toda cortesía caballerosamente le atendí, con la sorpresa de que su único defecto que saltó a la vista fue su pierna defectuosa, aparentemente como efecto muy posible de una poliomielitis no resuelta con éxito total. Cuando baje en París ella me recomendó un hotel vecino a la estación ferroviaria como yo deseaba, porque solamente disponía de unos cuantos días para mi regreso, sin saber entonces que después de tomar un bote de Calais a Dover para ir a Londres, volvería a Ámsterdam por tierra después de desembarcar en Róterdam desde la costa inglesa. Lo que más me gustó de París después de celebrar en una capilla en la catedral de Notre Dame fue atender a la Opera para disfrutar la de Tristán e Isolda de Wagner si bien recuerdo. Visite la basílica del Sagrado Corazón y divise el paisaje de París, fui a la plaza de la Concordia y más tarde cometí el error de curiosear por los barrios del Molino Rojo y del Lido a donde invitado a pasar, por mi falta de experiencia o mi curiosidad, me encontré envuelto en conversación con una chica de buen ver, franco española, que me sugirió que le invitase una copa de Champaign. Notando que me estaba enredando en un lío que debía evitar, le dije casi toda la verdad, que fue una linda mentira que me creyó a medias. Esta fue que salí a caminar sin mi cartera y volvería más tarde cuando se desocupase de sus menesteres para atender solamente los míos. Me dijo que creía que lo que deseaba era irme y que no volvería más, lo cual era verdad y así fue. La ironía de París o mejor dicho la de mi persona en París fue la sucedida con el chofer que me condujo al hotel sugiriéndome varios centros nocturnos para visitar que el recomendaba como dignos de visitar. Yo le comente que se lo agradecía pero ya tenía algo comprometido. Nunca anteriormente en mi vida había contado tan rápidamente con tantas sugestivas tentaciones por rechazar, a todos los niveles del placer o de la inmoralidad posible. La más grata y tal vez digna de tratar dentro de cierto coqueteo que yo consideraba infidelidad a mi espíritu sacerdotal, fue el de la sugestiva proposición de una bella guía del tour a los lugares arquitectónicos de mayor interés. En contraste con la chica de la indiscreta cita esta era una hermosa y distinguida dama culta, fina y exquisitamente delicada, siendo yo el único del tour que hablaba español, cuando declaró una hora libre para el almuerzo expresó su deseo de tener la oportunidad de compartir con alguien que también le diese la de practicar su español. Yo estaba en ascuas de decirle, yo soy ese hombre, pero no sabía cómo conducirme en el trato con las damas adecuadamente como gentil caballero tal vez en vista de lo bien que lo hacía como sacerdote. Solamente pude estar en París un día más para atender al museo del Louvre y por la noche al teatro de las Américas para atender un concierto de Katina Ranieri que en su género me gustó, aunque mi gusto en realidad es más bien el de la bella música y la opera. Mi viaje a Londres fue un escape de París, presintiendo que a la larga era lo mejor que debiera hacer. En Londres visite la catedral de Westminster y toda el área de la torre de Londres. En el teatro tuve la oportunidad de ver el Lago de los cisnes. Y había economizado para una comida formal que vino a ser la que comí en el restaurant Charles Dickens a la vera del río Támesis. Casi me arrepentí de tener al mesero frente a mí atendiéndome a servir el vino, prefiriendo y echando de menos estar a mis anchas y comer sin tantas atenciones a las que no estaba acostumbrado. El capricho vino a salirme en la insignificante cantidad de treinta libras esterlinas que era un insulto a mi economía. Desde luego reavive mi idea original de dedicar mi último día en Ámsterdam en este viaje dedicándolo a ver lo relacionado con la pintura y las memorias de Rembrandt. Por la noche, después de entretenerme por las calles en torno a donde me hospedaba, nuevamente me sentí urgido de emprender la huida y regresar a mi hotel, después de entrar a un bar y beber una cerveza, prefiriendo continuar en compañía de la soledad en la que acostumbraba meditar y reflexionar, no estando solo sino más consciente de mí, conmigo mismo. Prosiguiendo también con lo concertado con mi tío Ricardo sobre mi regreso, le sorprendí con mi llegada que fue en fecha posterior a la prevista, poniéndole al tanto de mi pequeña odisea por los países y ciudades que visite a mi regreso de Israel. El estaba feliz y orgulloso de mí y se empeñó en que fuésemos a saludar a su amigo judío para departir y compartir mi experiencia en Israel. Yo tenía apuro de llegar a Rochester porque me preocupaba el haberme extendido algunos días más de lo acordado. La mayor novedad fue que mi solicitud de residencia había sido aprobada y debía concertar una entrevista en la embajada americana en México, para proseguir lo requerido del caso relacionado con mi residencia. De manera que debió ser no muy distante a la fecha de mi regreso el tener que ir a mi patria y a mi familia con este propósito, en cierta forma urgente, para continuar mi trabajo con mis credenciales legales en orden. Yo disfrutaba mucho mis visitas con toda su familia. Su esposa Carmen de origen cubano me acogía con un afecto sincero y se interesaba en que me relacionara con sus hijos que más bien que primos eran mis tíos aunque fuesen menores que yo. Marsha vivía con ellos y aun no se casaba, tenía un novio de origen italiano que se llamaba Sam, Elena su hermana tenía tres niños y estaba casada con un señor muy decente y atento de origen suizo. Y Ricardo el mayor de la familia que era ingeniero químico tenía un niño y una niña y su esposa era de origen italiano. La vitalidad y el buen humor de mi tío aunque parezca increíble era un derroche de jovialidad con un excelente sentido de buen humor. El tomaba tiempo libre para pasearme por todo Nueva York. La tía Carmen nos llevaba a la estación del metro y de allí nos íbamos sobre todo a Radio City en Manhattan que estaba en su apogeo de barato y de fabuloso en su programación musical y coreográfica de acuerdo a la doble estación de navidad y de pascua. A mi tío se le iban los ojos y el alma viendo bailar a las rockets que entiendo así se llamaban las bailarinas que caracterizaban maravillosamente el espectáculo de Radio City. Mi tío hacía comentarios admirando su arte y su belleza como si les viese por primera vez en sus mejores años de juventud. Cuando regresábamos a casa en el tren el regresaba como si nada, incansable, y aunque parezca increíble yo era más bien el que pestañaba adormilado en el tren. También comprobé que hacía honor al relato de mi madre que lo describía exigente y elegante en el vestir. El vestía con mucha propiedad y note que aun en casa solía sentarse correctamente muy erguido y con su corbata de mariposa, aunque enmangas de camisa. En más de dos ocasiones coincidimos en la visita con su sobrino primo de mi madre Memo Meneses, que siendo pianista se ponía al día con las piezas de moda en Nueva York. En una ocasión también coincidimos con Esther mi prima hija de Memo y de una prima hermana de mi padre. Con ella fuimos al cine en México cuando les visitaba antes de emigrar, recuerdo que la película que vimos fue la del tremendo incendio que se titulo Infierno. En Nueva York nos reunimos con Marsha y fuimos a comer al barrio chino una o dos veces. Era muy agraciada y menudita de complexión mi prima Esther, y también en su trato. Cuando me despedí de mi tío y su familia les hice saber que volvería en la primera oportunidad que nunca me faltaba, porque si no venía yo la inventaba. Yo tenía esperanzas de que el padre español que por haber estado en Cuba tenía problemas de entrar a los Estados Unidos, resolviese su problema, de manera que yo pudiese dedicarme a seguir mi plan original, pero no sucedió oportunamente. Lo digo porque cuando llegó, ya estaba tan envuelto en el apostolado con las organizaciones especializadas que estaban muy activas y yo debía atenderlas mientras nos fuese permitido. Los problemas que surgían eran casi necesarios y lógicos por tener sus raíces en la inestabilidad de una población flotante con un problema de adaptación relacionada con diferencias culturales, lingüísticas, eclesiásticas y de índole civil y estado legal en proceso de legitimidad o no, entre los emigrantes e inmigrantes o puertorriqueños con estado civil legítimo por ser Puerto Rico estado asociado. Formaban la mayor parte de la comunidad hispana establecida en distintas parroquias, esencialmente en su origen de estructura e identidad americana. Mi trabajo no tenía límites parroquiales por la naturaleza del apostolado de ambos movimientos y por nuestra mutua colaboración con las madres catequistas, que trabajaban en todas las parroquias donde habitaban hispanos con necesidades espirituales y demás. El padre David Heinsler se concentraba en el trabajo parroquial de santa Brígida como colaborador incansable del párroco, el padre Vogt, a quienes recuerdo, a David preparando almuerzos de sándwich para los hambrientos menesterosos que llamaban a la puerta, y al padre Vogt, impresionantemente encantado, con su afición por los pescados de todos colores y variadas diversidades, que llenaban la casa parroquial y envuelto en la actividad de la escuela parroquial con las religiosas de Saint Joseph, siendo mutuos colaboradores en sus actividades diarias. El padre Tracy era el pastor del templo de Mount Carmel, una parroquia vecina, realmente el alma del movimiento cursillista y de la escuela de dirigentes con una proyección fuerte de interés político social por el bien de la comunidad hispana. Nuestra parroquia vecina de Saint Mikel estaba a cargo del padre Eaman, sacerdote encantador por su afabilidad y dedicación pastoral. El padre Filella en la universidad estuvo celebrando la santa misa de los domingos durante el año de su estadía y después entre otros sacerdotes, lo mismo que en Holy Reedemer y Saint Francis Xavier, a mí también me tocó prestar mi colaboración. Aunque mis actividades de tres años casi estuvieron orientadas a los hispanos de origen puertorriqueño, yo trate de ser receptivo a otros grupos latinoamericanos de manera que no se sintiesen relegados de mis servicios ministeriales. El culto a la virgen de la Caridad se concentraba en la parroquia de san Miguel y el padre Eaman como párroco les prestaba todo su apoyo. A mí me permitió reunir un grupo de matrimonios, especialmente de origen Cubano, a quienes después de identificar como posibles candidatos para santificar su unión con el sacramento del matrimonio, acudían a un retiro de fin de semana que venía a integrar el plan del permiso solicitado. Esta manera de apostolado era similar al programa de retiro conocido como Canaán, aunque menos formal y en cierto modo más práctico de ser flexiblemente controlado en su realización. Hay una anécdota interesante que tuve con un matrimonio que demuestra este punto de vista. Me había hecho amigo de Tito un señor cubano que sabía bastante de mecánica y cosas relacionadas con electricidad. Siempre estaba ocupado en su Taller y cuando le visitaba informalmente, su trabajo no interfería con nuestra charla. Le invite a que acudiese al retiro del que hice alusión y me dijo que tenía un viaje a Miami y no podría acudir, aunque me dio la impresión de mostrar cierto interés. Se lamentaba de que no quería hacer el viaje solo y tenía que buscar quien le acompañara. Considerando que el doctor me había propuesto no hablar por un mes, para identificar esto como posible solución a mi problema que era que sangraba de la garganta, yo le hice una propuesta a Tito. Y se me ocurrió porque en Miami una hermana mía y mis amigas religiosas tal vez pudiesen brindarme la ayuda que necesitaba de un ambiente de silencio que para mi locuacidad se necesitaría un verdadero milagro. De manera que le ofrecí que yo le acompañaría, siempre y cuando acudiese al retiro con su esposa como daba a entender que deseaba hacerlo. Me tomó la palabra y todo se acomodó en su lugar para este propósito, con la increíble sorpresa que a ambos les encantó, solicitaron la bendición de su matrimonio como sacramento y demostraban singular dicha y agradecimiento que yo también agradecí a Dios por gracia tan especial. Ya cuando íbamos de camino me dijo Tito, padre dos cosas le quiero preguntar pero no sé si deba. Yo entre farsa y veras le dije claro que se debe. En realidad una era más bien su comentario de que era increíble que yo le influí en que se volviera a enamorar de su esposa. En realidad su expresión fue más fuerte hacia mí diciendo me hizo que me volviese a enamorar. Le explique que no era yo sino la realidad de ver lo que pasó en su vida, consciente que todo ello era plan de Dios para ser feliz, uno y otro al descubrir como un secreto de amor entre los tres marido y mujer con Dios de por medio, uniéndolos con lazos enlazados por El, que los toma enserio como familia para ser felices como El lo es, lo cual no puede fallar sino cuando los esposos no lo toman tan en serio como Dios. De manera que en seguida vino la pregunta de por qué entonces yo no me había casado. En vez de hacer una apología de mi amor al celibato y demás, se me ocurrió decirle que tal vez era posible y el tiempo si había de llagar, aun no había llegado. Se podía correr en carretera lo suficiente como para hacer veintiséis horas de Rochester a Miami donde pernoctamos ya casi al entrar a la ciudad en el Holyday in. Lo primero que hizo fue llamar a Rochester y decirles que apuntasen su record. Al día siguiente insistió en que antes de llevarme adonde mi hermana, tenía que ir con él a comer rabo encendido arroz moro y tostones a la calle ocho. Desde entonces siempre que vengo a Miami como rabo encendido, aparte de que mi suegra ha enseñado a mi esposa la manera de cocinarlo a la guatemalteca que no está nada mal. Claro me sirve de testigo de que no he olvidado a mi amigo Tito y por una buena razón. Este asunto del silencio en el convento requería unas vacaciones al aire libre del mar. De manera que me embarque en un pequeño Crucero para visitar casi por una semana varias islas de las Bahamas especialmente Nassau. Mi silencio fue interpretado de loco, para quienes no lograron leer mi razón de no hablar. Me gustaba subir sobre cubierta a ver el mar y sentir el viento, cuando enfiestados todo mundo bailaba. La encargada de entusiasmar la fiesta hizo un comentario que sin duda aludía a mí al decir, we do not need thinkers, but lovers…Un amigo que no lo era ni lo fue sino pretendió serlo tuvo que leer mi explicación escrita cuando me propuso que si gustaba podía sacar su hija a bailar. Más o menos le hice saber mis dos razones ocultando la tercera de que no sabía bailar. Lo máximo fue cuando atendimos un Show de Vegas en Nassau, muy bueno. Yo que compartía la mesa con dos o tres matrimonios les oí comentar, no siendo sordo aunque por entonces mudo, el comentario de que no regrese toda la noche porque me divertí de lo lindo, calladamente. Lo peor fue cuando sin duda otra vez sobre cubierta escuche que alguien dijo, look at the chicken, up there. Y pensar que todo mi silencio no valió la pena y fui operado de un pólipo en las cuerdas bucales, resultando que contaba con la dicha de que el pólipo no fue maligno pero lo sería casi seguro si continuaba fumando. Automáticamente deje de fumar hasta el presente. Creo que una anécdota, gala de mi ignorancia del ingles y derroche de mi interpretativo fantasear sonoro rebasó la mediada. Aconteció cuando la señora De Sales, maestra de las religiosas que los miércoles me daba clases de conversación en ingles quiso aludir a algo leído por ella en el periódico de lo cual yo no estuve enterado, porque en verdad, no tenía tiempo ni de enterarme de las noticias cuando estaba activo de lleno en el apostolado. El tópico tenía que ver con guerrilleros que en el área de Chapultepec habían lanzado tremendos disparos de armas de fuego. Me despistó por completo la palabra que a mis oídos hispanos sonaba como gorila. Se me hacía absurdo escuchar que gorilas escapados de sus jaulas disparasen por la calles armas de fuego. Nunca logramos entendernos, hasta que al final de mi aprendizaje que tardó bastante, nos reíamos de mi absurda imaginación, o tal vez la inspiración genial sub realista, inspirado en los guerrilleros convertidos en verdaderos gorilas. La ciudad de Rochester se vino a convertir en una ciudad añorada donde sin duda, habre pasado la mayor parte de mi vida, aunque en mis años de ministerio sacerdotal más bien en el área del norte del Down town hacia el lago Ontario conde vivía la mayor parte de los hispanos. Lo más importante de la ciudad para mí en estos días debió ser el Eastman Teatro que conocí por primera vez cuando se presentó la Ópera Carmen de Bizet. Recuerdo que charlando en el centro hispano a donde acudía con frecuencia comentando mi gusto por la opera, la señora Torres que era la secretaria del director mencionó que su hija Liz estudiaba en la escuela y practicaba el canto de algunas aéreas y pensaba participar en un proyecto que requería que atendiese, pero no teniendo con quien ir deseaba saber si yo estaba de acuerdo en acompañarla. José Torres que era el tesorero de la liga iberoamericana y el padre de Liz, pasó a recogerme a la casa parroquial como se había acordado. Lizy, aparecía un poco mayor a sus quince años, y su presencia identificaba el orgullo y el carácter de la mujer hispana de estirpe de España, sobre todo al darse a conocer en su personalidad al poco rato de establecer conversación. Con la seguridad de un adulto y la precocidad de una adolescente, en vez de hablarme de la opera y su interés en el proyecto de la escuela relacionado con la obra, me preguntó tuteándome si yo también pensaba casarme como el padre Bekgling, que era el sacerdote anterior a mí en santa Brígida envuelto con el apostolado hispano. Yo simplemente le conteste que esa no era la razón de mi venida de México, sino mis estudios y el trabajo con los hispanos. Creo que comprendió que no tenía ningún interés en proseguir con ese tópico en la conversación, al percatarse que le insinué que apenas teníamos tiempo para echar una ojeada al programa en nuestras manos, porque ya casi era el momento de que comenzase la orquesta. Preocupada por identificar la llegada de su papá, cuando salimos, al fin de la opera estando en el vestíbulo de salida, explicó que estaba velando. De pronto no entendí a lo que se refería porque en México creo se usa raramente, y en mi caso particular yo nunca escuche esta expresión que es correcta, siendo aplicada al estar esperando a alguien. Se me ocurrió que un símbolo de hispanidad de lo que representa nuestra hispanidad en latino América es la mujer y su hispanidad y su mestizaje, en contraste con el tipo estereotipado anglosajón americano o sus múltiples variedades étnicas. De manera que escribí un poema relacionado a este particular personificando el asunto en poetizar mis impresiones de Liz y la experiencia puertorriqueña en los Estados Unidos. Se lo enseñe a su mamá que lo escribió a maquinilla y lo celebró con agrado. Aracely mi esposa del futuro entonces en este pasado me comentó en una conversación que la familia imaginó que yo estaba enamorado de Liz. Yo le comente que es diferente estar enamorado de alguien en la realidad que en el contexto de amar el arte de la poesía. La verdad es que nunca tuvimos ningún tipo de amistad con Liz y si lo tuve con muchas otras amigas que por cierto invitaría al teatro Eastman en varias ocasiones. Posiblemente mi lealtad fue más bien con la familia Torres tan envuelta en las actividades de ibero conectadas en cierta forma con el apostolado hispano. Alicia Torres, su mamá de Liz me invitó a participar con el grupo de personas que eligieron para escoger en el concurso de habilidades artísticas a la que fuese reina del festival puertorriqueño. Me hizo saber también que Liz cantaría parte del área de una ópera que ahora ya no recuerdo cual sería. Las cualidades de otra jovencita de cuya familia también era muy amigo, podían ser un desafío a las Liz, pero el área de sus habilidades se refería al diseño del vestido al que me siento ajeno comparado con el arte de la belleza de la voz humana. Y honestamente, vote por Liz por esta razón. La generosidad de los hispanos en su trato y sentido hospitalario me pareció tal vez sobresaliente entre los puertorriqueños, aunque ya lo es entre todos los demás hispanos. Me di cuenta que son muy bastos en cocinar todos los días, no solamente para los miembros de la familia sino para los que puedan venir. A la llegada a su casa siempre ofrecen un jugo de china o café y no aceptan negativa. A mí que hacía varias visitas al día me creaban un verdadero conflicto, hasta que les tuve suficiente confianza para explicarles mi negativa. Alguien a quien yo siempre trate de reconocer en su generosidad fue a Oscar que gustaba de acercarse a mí para invitarme a su casa o a algún lugar de particular interés como el área de Palmyra donde se organizaba un gran show de los mormones. El me recomendó también para identificar los posibles líderes del movimiento familiar cristiano y solía atender a las casas donde celebraba misa. En una ocasión después de terminar la misa me condujo de regreso a la parroquia y me ofreció un donativo de ciento cincuenta dólares para pagar el seguro de mi primer carro, porque me recomendó que buscando sin duda que encontraba uno de oportunidad, y sería lo que me saldría más caro. Y que le gustaría no verme atenido a esperar a que alguien tuviese que conducirme a donde yo quisiese ir. Un vecino mío y amigo de nombre Mario fue quien me recomendó a su compañero Rafa, mecánico que tenía un Ford Galaxy en venta con la carrocería un poquito en estado deplorable, pero en todo lo demás muy bien, que era lo más importante. Al ir a arreglar este negocio ya oscurecía y al cruzar el área en dirección al garaje me salió como relámpago un perro que por poco e muerde, porque al emprender mi violenta huida choque con una como palanca de algo que interfería con mi huída y dándome en el pecho me hizo caer de sopetón al suelo, con la suerte de que repito el perro estaba amarrado y yo aunque caído, fuera de su alcance. Los comentarios de Mario duraron por todo el tiempo que estuve en Rochester hasta días antes de morir por un problema cardiaco incapaz de superar. La familia Rivera se convirtió con todos sus miembros en mis mejores amigos desde mi llegada a santa Brígida, porque a más de que el papá de la familia conocido como Tasio, era el encargado de la limpieza y menesteres de mantenimiento de la iglesia, su casa era parte de las propiedades de la parroquia y estaba a la del lado del padre David. De manera que a cualquier hora que no estuviese ocupado podía pasar a compartir con ellos y sus amigos allegados que no eran pocos, algunos familiares y los que no como si lo fuesen. Alguien de la familia y sus visitantes, casi siempre estaban entretenidos jugando domino y las chicas si no hacían algún quehacer o trabajo de la escuela, escuchaban música que las más de las veces les hacía emprender la actividad imperativa y recreativa de bailar. La mamá doña Carmen mostraba hacia mí un afecto sincero y como a todo mundo, pero a mí un poco más con su distinción afectuosa estando siempre ocupada me hacía sentir muy bien como en familia. Esta pareja contaba con diez y ocho hijos. Solamente Tom y Delia los mayores estaban casados. Bárbara estudiaba en la universidad en Albany y Anita que se convirtió en alguien que me acompañó al teatro en dos o tres ocasiones, también fue mi discípulo de manejo cuando practicó guiando por primera vez mi Galaxy. Un hermano de Carmen casado con una señora mexicana nos invitó a su granja fuera de Rochester, a donde yo celebre la santa misa. No sé porque tenía que regresar temprano antes de anochecer, y Anita se vino en el carro con alguien más por no sé qué urgencia que también tenía. Yo accedí a que tomara el volante manejando en la brecha, y diciéndome que se sentía segura lleno de nervios le permití guiar unas cuantas millas en la carretera hasta que apareció en el horizonte la panorámica de la ciudad que me hizo pensar que era muy serio el que estaba guiando no solo sin experiencia sino también sin licencia de conducir. Le indique hacer señales y parar al lado de la carretera después de lo cual había terminado su primera y última lección de manejo. El doctor Ricardo Garza de origen mexicano estudiaba en la universidad de Rochester, becado para sacar un doctorado en fisiología del riñón. Creo que me lo presentó una señora mexicana que le conocía, el hecho es que a través suyo reunimos un grupo de estudiantes de post grado en la universidad y celebre por primera vez la santa misa en el departamento de una de las torres de la universidad. Más tarde cuando tuvieron visitas de México me invito a celebrar en su apartamento para un grupo considerable de familiares y vecinos a quienes oí en confesión para que recibiesen la sagrada comunión. Ricardo tenía que hacer prestidigitación financiera para salir adelante aprovechando su presupuesto de una persona para dos, porque su esposa Lupita vivía con él. Fueron tan buenos amigos y tan queridos que les presente a Aracely y les invite a ser mis padrinos de matrimonio cuando vino el momento de que esto aconteciera en mi vida. Ellos se casaron en México pero yo bautice no recuerdo si también a Toño el primero de sus dos primeros hijos, pero sin duda a Gabrielita en la capilla de la universidad. También para el día de la independencia teníamos una celebración con algunos mexicanos en la universidad. Todo esto bajo los auspicios de la virgen guadalupana patrona de la congregación de las hermanitas mexicanas en el apostolado que expandíamos hasta la universidad. Conocí a una chica de Bolivia en las clases de ingles a las que atendí en el RIT ocasionalmente cuando tuve tiempo de atener esas clases. Ella era sobrina del doctor Dávila dentista asociado a Eastman school en sus servicios dentales. Esta chica que se llamaba Roxana también vino a ser una amiga de mis invitadas a los conciertos del Teatro. A veces necesitaba el famoso ride, un aventón a su casa y yo con gusto le ofrecí, compartiendo una amena charla con franca y desinteresada simpatía. En una ocasión su tía hizo un comentario que yo ignore, pero tal vez deterioró nuestra franca y sincera amistad. Fue algo bien simple que a mi parecer podía ser ignorado, siendo una expresión en tono interrogatorio de ustedes, ¿que se traen? Sylvia la prima de Roxana y Roxana misma nos acompañaron en su carro que milagrosamente fue y vino a Niágara Fall en una ocasión en que Ricardo y sus visitas de México organizaron un paseo que gozamos de maravilla. Mi punto de vista de sacerdote con el celibato como ideal y como obligación, no destruía mi masculinidad propia de la dinámica total de mi persona, para disfrutar el singular atractivo de la amistad respetuosa y honesta con las amigas a quienes me sentía atraído recíprocamente con un afecto limpio de amistad autentica. De manera que mis amigas lo sabían porque siempre fui explícito en darles a entender que no tenían nada que temer si lo temían ni que esperar si lo deseaban, en el sentido en que nuestra relación no era sino el de una única, exclusiva, verdadera y autentica amistad. Resulta que en el festival puertorriqueño encontré a Roxana y charlando me percate de que necesitaba ride a su casa que aceptó de mí. Me desconcertó con su comentario al decirme que me percibía insensible a la repercusión social de mis relaciones que a mí no me afectaban pero sí a las demás personas y aludió a una imagen de que yo tenía un pie sobre un bote y el otro sobre el agua. Eso me hizo pensar si mi amistad que a mí no me perjudicaba si les afectaba a mis amigas lo cual no estaba en mi mano ni en mis buenas intenciones el evitar. Las suspicacias de la gente no me importaban sino el que mi conciencia y mis intenciones fuesen transparentes y bien intencionadas. El único romanticismo si lo fue en mi amistad con esta chica boliviana, pudo ser el poema que compartí con ella espontáneamente cuando lo termine de escribir, inspirado en los sueños culturales de nuestra similitud cultural mestiza en nuestra identidad étnica hispanoamericana, tomando como emblema las montañas del Popocatepetel y el Aconcagua, a pesar de que ella no era ni argentina ni chilena. Por cierto ella fue bien explícita cuando le hice ver la actitud de complejo étnico que menosprecia a los indígenas en la escala de prejuicios sociales, a pesar de poner por las nubes enfatizando que descendemos histórica y culturalmente de la grandeza de los mayas, los aztecas y tal vez los incas. Ella expresó su punto de vista, según el cual tenía bien claro que no le gustaba el mestizaje y prefería identificarse totalmente o como indígena o como blanca más bien de origen europeo que anglosajón americano. No me extrañó cuando me entere que se casó si lo entendí bien, con un dentista suizo, y que se mudó a vivir con él a Suiza. De todas maneras yo quise dejarle con la familia de su tío el doctor Dávila un ejemplar de mi libro de poemas bilingües que publique en el sesenta aniversario de mi vida. Ella y Nelly Crespo, me habían invitado años atrás a una película que ya no recuerdo el nombre, con motivo de mi cumple años, lo que sí recuerdo, era un libro muy simpático de Snooppy, en cuya historia era consolado por su ángel alegrándole la vida con su agradable compañía. Creo que mis mejores amigos puertorriqueños, con quienes aun conservamos una amistad con la lealtad de siempre son Juan y Josefa Hernández, a quienes aconsejado por Oscar invite para ser los presidentes del movimiento familiar cristiano en el que desempeñaron una hermosa labor. Sus hijos a quienes he visto posteriormente como adultos y les vi crecer, me han tratado con verdadera familiaridad y con toda espontaneidad me han presentado con sus amigos como tío suyo en más de una o dos ocasiones. Fue en casa de ellos que conocí a Ramito hijo de la hermana de Josefa que vivía con el resto de la familia en Caguas de Puerto Rico. Ramito frecuentó mi trato y logramos ser muy buenos amigos. El tenía un trabajo muy bien remunerado en General Dynamics, pero lo aborrecía porque su orientación era hacia sus sueños de cantante y guitarrista al estilo hispano de Sandro y del rocanrol. De manera que estando enamorado de su prima Nelly que era gran amiga mía, y habiendo ciertas reticencias en la familia sobre esta relación, mi función era en sí algo compleja. Como Nelly era muy joven el problema de envolver una consulta con sus padres para contar con aprobación en esta relación se hacía más complejo. Lo triste del caso es que Ramito, nos sorprendió de estar enamorado de otra prima más joven con quien determinó vivir por algunos años en Chicago. Esto que resolvió el problema de Nelly complicó el de la vida familiar de la otra chica con la que se fue a vivir y pasado el tiempo el de ella misma. Realmente por ambas circunstancias de la lejanía y del evento nuestra amistad declinó con implícita elocuencia. Algo inolvidable que me sucedió es que anteriormente a este acontecimiento digno de lamentar, mi confianza con Ramito fue tan peculiar que cuando decidí mudarme de la parroquia donde viví tres años, sintiéndome bastante perplejo ante mi propia decisión, el me mudó en su carro con todos mis pequeños haberes a la casa de José Rodríguez, un amigo mío ex monje dominico que me rentó un cuarto de su casa temporalmente como emergencia mientras me mudaba a un apartamento que estaba en proceso de ser desocupado. Le tenía tanta confianza que los días que estuvo en Puerto Rico por una temporada, bastante anterior a mi mudanza a la que me refiero, le sorprendí en Caguas en casa de su familia. Me entere que ellos, todos los miembros de la familia se sentían inciertos sobre la reacción de Maximino el papá de Ramito que no era tan católico como ellos. Se llevaron semejante sorpresa al ver que nos hicimos tan amigos, que él me mostró su variedad de guayaberas y casi me obligó a que eligiera la que más me gustaba y se empeñó en que me la llevara conmigo. Tuve otros dos matrimonios amigos de dos mexicanas casadas con norteamericanos. El de John y Cristina Mason que tenían la propiedad de una granja en Ontario, se llamaba cerro indio. Ella aceptó mi invitación a pertenecer al movimiento familiar cristiano. John era músico además de granjero y quien tocaba en su iglesia bautista. Generosamente accedió a que celebrase misa en su casa. Cristina me consultó sobre que se podía hacer a la hora de la comunión, porque su esposo no era católico. Yo le dije que le consultara si estaba de acuerdo en platicar conmigo a ese respecto. Le propuse a John que él, como bautista y Cristina y nosotros como católicos cada quien con su creencia en lo que fuese diferente, estábamos de acuerdo en que el Señor declaró que nos daba en alimento según lo que quiso decir cuando dijo tomad y comed esto es mi cuerpo. De manera que a la hora de la comunión en mi opinión el era libre de compartir con nosotros lo que el Señor ofrecía, sobre todo recordando este pasaje de su vida en su propia casa. Está por demás añadir que el comulgó, feliz de compartir con todos los matrimonios el pan del alma y de la vida eterna. El otro matrimonio amigo por referir era el de los Morris Irene y Alan. Estaban felices porque adoptaron un niño al que me invitaron a bautizar. Alan tenía un carrito GM que iba a guiar desde Rochester hasta Pittsburgh en Pensilvania a donde volaría Irene y se reunirían con unos amigos en su casa, para después cada quien proseguir el viaje a los Ángeles, Irene con el bebe por avión y Alan en su GM. Yo como siempre muy comprensivo con las necesidades del prójimo les dije que aceptaba su invitación y con gusto acompañaría a Allen en su viaje, sobre todo con el interés de visitar el Gran Cañón y compartir con los padres y familia mexicana de Irene que vivían en California. Me impresionó el viaje más de lo imaginado y me sentí fascinado de visitar también el desierto del bosque llamado petrified forest, del que me atreví tomar un pequeño recuerdo en memoria de lo que tal vez fue parte de mi suelo patrio cuando aun no imaginaba que algún día legalmente a más de mexicano sería americano nacionalizado. Los padres de Irene eran un amor y el señor Macías papá de Irene orgullosamente me mostró su Porche negro impecable asegurando que estaba dado como un hecho inevitable el que le acompañase un día a Aguas Calientes, de lo cual ni yo me arrepentiría ni el jamás se olvidaría. Tal vez eso hubiese sucedido si no hubiese formado un hogar y sido dispensado del estado clerical. Lo digo porque en un correo suyo con finísima atención me felicitó deseándome lo mejor, siendo la realidad esperada más que una sospecha, el comprobar que ya no me profesase el mismo aprecio, como la mayor parte de quienes fueron mis amigos, inclusive de entre mis familiares. Irene que tenía una maestría y era una excelente maestra, vino a ser administradora escolar en un distrito de san José en California. Le envié una tarjeta y me contestó comentando que esa noticia de mí hizo su día. También con ella sucedió que terminó en que la distancia hizo distante nuestra amistad, no sin antes enviarme fotos de la niña que bautice hecha una jovencita y otra foto de su hermanita, otra niña que adoptó. Antes de terminar los Morris de deshacerse de todos sus haberes me vendieron un carrito rojo Volgwen en trescientos pesos porque el inmenso catalina que le compre al padre Calimeri ya no daba de sí. En este carrito hice un viaje desde Rochester hasta Lafayette Carolina a donde conduje a Mode Crespo con Freddy su hijo y Nelly su hermana amiga mía. Nos llevábamos de maravilla como amigos y me pidieron ese viaje para visitar a Sory recién casada con Tom hijo de Juanín la esposa de Oscar. Fue mi primer largo viaje y los días que estuve visitando, Nelly me pidió que le ensañase a manejar y se acomodó tan bien con el carrito que me lo compró en cuatrocientos dólares, porque pague cien dólares a un amigo para que lo tuviese recién pintado. Creo que a todo mundo que me conocía le inquietaba la curiosidad de mi amistad con Nelly, sobre todo lo supe por Aracely, que un día no muy remoto se convertiría en mi compañera, amiga y esposa de toda la vida. Me comunicó que inclusive a familiares de Nelly y a las chicas compañeras del programa secretarial que ella compartía, les inquietaba sin duda mi peculiar amistad con Nelly. A mí no solo no me remordía ni me remuerde la conciencia nuestra amistad, sino que me ufano como entonces me ufanaba, con humano y con cristiano orgullo de decir con toda sinceridad, que jamás imagine posible lograr una relación tan noble, armónica, limpia y desinteresada como esta que experimente con esa jovencita y ella conmigo. La inocente sensualidad de su tierna juventud y nuestra mutua intuición, a más de fascinante, me parecía del Paraíso, porque jamás insinuó ni lejanamente algo que dejase de ser transparente. Mucho menos que estuviese en manera alguna ensombrecido con la suspicacia de lo indigno. Cuando le invitaba a comer me decía que ella se sentía afortunada de tenerme como amigo por el lugar que le daba y la forma en que le trataba como singular caballero, siendo ella una jovencita. Cargaba al hombro su guitarra que sacaba de su estuche y mientras yo guiaba, me cantaba la canción de moda, tal vez la que le hacía desbordar profundos sentimientos por su relación con Ramito y su conflicto patético del que nunca se quejaba. Estoy recordando la que estuvo de moda y también la escuche de Ramón que la cantaba bien, más patética pero menos bella. Era Feelings, feelings of love. A mí se me ocurrió llevar a Ramito conmigo a casa de la familia de Aracely en una ocasión que me invitaron a comer y yo les sorprendí llegando con otro invitado. Según yo sin abuso de confianza, que más tarde Aracely me comentó que si lo fue, aunque no tan grave como el error de pensar que ella se fijase en Ramito. Este error de mi parte se basaba en mi ansiedad de favorecer las circunstancias de comunicación social entre todos mis amigos, con un optimismo en el que no se me ocurría pudiese ofender susceptibilidades que ignoraba. Esperando pasar de la entrada de su cas vimos un retrato de Hugo, hermano de Aracely a quien reconoció Ramito, diciendo que era su amigo. En mi intento de ayudar a ambos, tanto a Ramito como a Nelly a explorar otras alternativas como medio de allanar el conflicto de su relación, sugerí a Ramón y acordó que sí invitaría a un baile que tendría lugar en el adjunto de la iglesia de Saint Francis, a una sobrina de nombre Carmen, cuyos tíos eran mis amigos José y Tany Rodríguez. Me sentí apenado de saber que Ramito se olvidó del compromiso dejando a esta dama en casa de sus tíos con semejante plantón de lo cual yo no salía tan bien parado. Creo que Carmen salió bien remunerada porque el miércoles que tuve libre, le invite a tomar un tour por los parques más bellos entorno a Rochester y posiblemente quedó más que bien servida. Después del padrinaje de mi amistad con su sobrina Carmen me pregunte si la solicitud de don José de que fuese su director espiritual como cursillista que era, lo verificó en sentido inverso, viniendo yo a ser su dirigido. Algo debió de dejar en mi subconsciente o en la puerta entreabierta conscientemente, su comentario de que me aconsejaba a la edad en la que ya estaba, el que tomara en serio considerar solicitar mi dispensa a la Santa sede como él lo había hecho. En términos realistas, antes de comenzar a hacerme viejo. Mi sospecha más tarde fue que mis amigos tíos de Carmen me veían como un buen candidato para ella. Todo esto estaba aconteciendo con una dinámica muy peculiar en muchas direcciones entorno a mi situación, sobre todo con el apostolado hispano. Me sentía satisfecho y orgulloso de mi colaboración. Me asignaron el rollo de sacramentos para un cursillo en que algunos líderes hispanos de la comunidad estaban participando. Recuerdo un joven de apellido Cruz que destacaba en el sector de la política y que me felicitó por haber mantenido el interés en este rollo que vino a tomar nada menos que siete horas el desarrollarlo. Como contraste la reorganización del apostolado hispano planeaba prescindir de nuestro ministerio. A mí me ofrecían cuatrocientos cincuenta dólares y radicar y trabajar únicamente en el área de la parroquia de Saint Michel. El padre Tomás, que sería trasladado a trabajar en Mc Allen me preguntó si deseaba solicitar trabajo donde él. Decidimos no servir a los feligreses como sacerdotes obreros para evitar conflicto con el sistema clerical de la iglesia y crear nuevas divisiones y confusión en la comunidad. Mi sugerencia de centrar los servicios en una parroquia misionera, después de mi experiencia de casi cuatro años, fue totalmente ignorada. Yo pensé que lo mejor era esperar las decisiones y tome un mes de vacaciones en México para explorar mis perspectivas con el Obispo de la diócesis a la que yo pertenecería porque estaba en proceso la reorganización de la arquidiócesis de Morelia a la que yo realmente pertenecía con el permiso de mi trabajo en Rochester. Rapsodia doce. Lo incidental del destino y el llegar a ser El misterio de la libertad y la gracia en el contexto de nuestro entender y creer, son realidades imposibles de dilucidar en forma exhaustiva por las conjeturas de la limitación del conocimiento humano. Es impresionante como lo incidental en una armonía que trasciende la coincidencia, puede ser un factor indispensable en la realización de nuestro destino, que parece como un imperativo categórico en su realización para llegar a ser. La vida se convierte como en un juego de naipes en el que si se siguen las reglas, se presentan las opciones de jugar la mejor ficha o la mejor carta posible de jugar. El espíritu de autenticidad y de honestidad y para el creyente la rectitud de intención en las decisiones por hacer, siempre son criterios de verdad para lograr el éxito de la paz, la tranquilidad de alma y la armonía con Dios y la humanidad. Es increíble que la filosofía del amor, según la interprete al leer el libro de Joane Gitton sobre el amor humano, me indujo a explorar la teoría del amor. La idea era explorarlo como una relación no dentro de los parámetros, sino al margen del atractivo físico, la búsqueda de hacer una decisión de compromiso de amor, y esto, como consecuencia más allá de la ficción del criterio de estar enamorado, lo cual en estricta lógica es una aberración del corazón. Tal equívoco tarde o temprano nos obliga a ver la realidad y crea la necesidad de rectificar y salir del engaño. Lo esencial de la realidad viene a ser por consiguiente amar por decisión. En esta forma el fall in love es superado por la sublimación de amor basada en la verdad, que no tiene sentido de caída sino de elevación humana. Esta barbaridad intelectual, naturalmente se clarifica con el análisis de que el corazón da razones que la razón no conoce, y es así como acontecen todas las historias de amor en la vida humana. El sentido práctico de Carmen le indujo a decirme que ella no exigía demasiado y se conformaba con lo que yo proponía. Me quede desconcertado y tratando de ser caballeroso, me incline a no aclarar el tópico, pensando que valía la pena que yo explorase esta relación, ya que mi plan era incursionar sobre la posibilidad de analizar si mi camino era algo diferente a lo que había vivido en la iglesia, y que por mis planes de solicitar dispensa me convenía explorar. Así fue como sin más ni más, Carmen le platicó a sus tíos que yo me le declare y era mi prometida. Enterados sobre lo de mi viaje a México planeamos que yo conocería a su familia de Miami y a su vez ella me llevaría a visitar a mi hermana religiosa en Belglade en la Florida y de allí volaría a México. Toda su familia que sentía un gran aprecio por José mi amigo, con mayor razón lo proyectó hacia mí por causa de las perspectivas con su hija y me leían el pensamiento para agradarme. Carmen realista y práctica me presentó a sus amigos, uno de ellos que trabajaba en construcción y claro me hizo notar su inquietud de ver en que me ocuparía como medio de vida. Ella participaba con la gerencia en un negocio de venta de alfombras. También estaba ansiosa de presentarme a sus amigas, algunas recién casadas, nada menos que como su prometido. Yo me sentí terriblemente mal cuando nos reunimos con tres parejas, todas ellas amistad suya disfrutando una cena bailable, en torno a las posadas de Navidad en el Hotel Marriott del aéreo puerto. Todas estas parejas, bailando de lo lindo alegremente y yo sin idea de hacerlo, nunca lo había hecho y sin duda Carmen no querría hacer el ridículo conmigo por más que desease bailar. Yo me sentí tranquilo de celebrar la misa cuando visite a Lupita mi hermana religiosa, porque ni ella ni las hermanas del convento sabían del enredo en el que estaba metido y en realidad yo no sentía tener ningún compromiso formal que interfiriese con mi licencia legal y de conciencia para celebrar. Cuando llegó el día concertado me llevó al aeropuerto y me dijo ella y toda la familia que me mantuviera en contacto y esperaban mi regreso. Ansioso de saludar a mi familia en Apaseo, sobre todo a mi madre enferma me entere que mi amigo Ángel de Salamanca venía religiosamente a visitarle y hacerle curaciones porque una llaga que sufría la tenía infectada. Era posible que se requiriese una intervención quirúrgica tal vez en la ciudad de León. Supe que Cristi mi hermana y su esposo Fernando irían al mar, a Manzanillo. Yo les hice saber que si ya estaba libre de atender los ejercicios espirituales a los que parecía debería atender, yo les informaría y pasarían por mi viniendo por Morelia donde yo estaría. Cuando hable con el Obispo de apellido Arcarás que yo había conocido como párroco de la Piedad le hice saber que deseaba someter mi solicitud de dispensa del ministerio y demás como el Papa Juan Veintitrés ofrecía a los sacerdotes interesados. El me sugirió que yo tenía este derecho pero que me sugería que lo reflexionase a fondo en los ejercicios a los que estaba programado de atender. Así lo hice aunque con reserva, por mis temores de siempre, pero en fin, lo haría hasta donde me fuese posible con tal de obedecer o más bien no ignorar el consejo del señor Obispo. Tuve una conversación con el padre Abel Sereno mi celador de recién entrado al seminario, mi amigo cuando vicario de Apaseo de vacaciones en Veracruz, quien ahora era director espiritual del seminario mayor. Hablábamos de lo extraño de un sacerdote, seminarista ejemplar que tenía problemas serios con el Obispo por no aceptar mudarse de parroquia. Su comentario fue que los lazos de la sangre son muy fuertes, como no entendía me aclaró que tenía dos criaturitas suyas en la parroquia. Inmediatamente reafirme proseguir con la invitación a Manzanillo donde redacte mi solicitud de dispensa. Cristy y Fernando pasaron por mí el día siguiente según lo acordado. Les pedí que si podían regresar por Morelia se los agradecería, y como no logre ver personalmente al Obispo Arcaras, le deje en su casa mi solicitud. A mi regreso a Miami me detuve visitando a la familia Lozano en México y nos divertimos como de costumbre en mis visitas, me comunique con Carmen que se sorprendió de mi llamada tan tardía lo cual a mí no me parecía tal, pero a ella sí, mucho más de lo que me imaginaba como me lo habría hacer saber oportunamente. El día anterior a mi partida de Miami para Rochester le invite a un restaurante de lo más elegante, y su problema por mi negligencia de comunicación era tan grande que no pudo pasar bocado del platillo mejor que yo le había insinuado. Ella me dijo que creía que debíamos terminar nuestro plan que ella no podía continuar y me deseaba lo mejor siendo yo un buen hombre que me lo merecía y aun ella misma podría aceptarme si decidiese volver a empezar. Yo francamente me sentí más feliz de su rechazo que de su aceptación original. Fue tan fina y amable que me llevó al aeropuerto sin ningún rencor a pesar del disgusto y de la pena, perfectamente en equilibrio por su generosa comprensión. A pesar de esto yo viví en casa de José y Tany todo Enero hasta que mi casa por rentar estuvo lista a comienzos de Febrero de mil novecientos setenta y cuatro. Es imposible dar el segundo paso sin el primero y creo que esta experiencia me enseñó que en concreto, debía trabajar en adquirir ciertas actitudes de adaptación a una realidad más congruente en mi personalidad relacionada con las expectativas esenciales a los sentimientos naturales y legítimos de la feminidad de las chicas que decidiese pretender dentro de la decencia social y convencional de mi identidad masculina. Estaba decidido a que me enseñasen a bailar y se me ocurrió elegir un grupo de amigas con este propósito siendo explícito en mi objetivo. Tuve cinco amigas y salía cada fin de semana a los lugares que ellas ya conocían o que mis amigos me sugerían. Aracely y su familia vivían a unas cuadras de mi casa en Oxford street, casi éramos vecinos y no sé cómo fue que continuó nuestra relación para que me siguieran invitando a comer a pesar que ya no trabajaba con el apostolado. Sin duda alguna aunque no eran tan apegados a la iglesia como los más de mis amigos puertorriqueños, ellos como todo mundo que me conocía, seguían viéndome como el padre y no sin razón, porque aun no había recibido ninguna respuesta de mi dispensa. Lo que sí era verdad es que ya no desempeñaba mis funciones sacerdotales ni ministeriales intencionalmente, pretendiendo prepararme a otra posible carrera ocupacional y otro estado de vida. El hecho es que yo estaba yendo a visitarles en esta ocasión a la que aludo y sucedió que como feliz coincidencia tenían música de Agustín Lara a la que hice alusión comentando que era la música de mis padres en sus mejores tiempos, y que me gustaría aprender a bailarla. Me cuenta Aracely que ella se estaba enterando de mi conversación desde la planta alta, y fue por ello que intervino y concertó que esa noche íbamos a ir a bailar en compañía de su hermano Hugo, la señora Torres y Marilia que era su hija y novia de Hugo. Por supuesto, fue como Aracely vino a ser mi primera elección como maestra de baile. En cuanto a mi decisión de la propuesta del apostolado hispano hubo algo que me causó una frustración terrible con el sistema del apostolado que al fin de cuentas repercutía con mi santa madre la iglesia a la que ni dejare jamás ni guardare resentimiento por lo acontecido, que por otra parte beneficiaba mis planes. Me llegó en el correo la terminación de mi seguro de salud, sin más ni más. Después de ser educado y conducido rigurosamente a no estar sin seguro viviendo en los Estados Unidos, yo que en México toda la vida viví sin él. La cosa es que en el dilema de reactivarlo humildemente declarando que aceptaba la propuesta previamente hecha a la que no había respondido, preferí fajarme como hombre y sin soberbia, más bien por satisfacer mi responsabilidad conmigo mismo al margen del cobijo de la iglesia, me determine a comprobar que encontraría trabajo y conseguiría mi seguro. Todo el mes de Febrero toque mil puertas y no encontré trabajo por ningún lado. Me preocupaba porque no quería echar mano de todos mis ahorros para costear casa, vestido y sustento sin trabajo. Finalmente la señora Torres me informó que había llegado a la oficina noticia de un trabajo de ayuda de maestro en la escuela Monroe. Yo que estaba al pendiente de otra propuesta de consejero en un programa vocacional, pensé que sobre todo en mis circunstancias era mejor pájaro en mano que mil volando. Y fue así por ironía de la vida que sin haber terminado un curso de ingles como había programado, me convertí en ayuda de maestro del idioma que no dominaba y aprendía con los mismos muchachos. El sueldo era una miseria y desde el punto de vista económico inmediato, los cheques de asistencia pública a la que jamás aspire ni por imaginación era de mayor cuantía. En Ibero Domingo García que remplazó como director a Jorge Colón me entrevistó para un programa de verano y también me recomendó para un programa tutorial llamado youth teaching youth, todos estos trabajos los necesitaba para aprender a bregar con el mundo laboral, a más de completar mi presupuesto para lograr sobrevivir. Aparte de esto el distrito escolar me aceptó para recabar candidatos a prepararse en obtener el diploma equivalente de educación de high school, esto para mis golosinas y demás actividades recreativas de mis intereses por descubrir. El trabajo que desarrolle como ayuda de maestro pudo haber sido un tormento, pero yo lo convertí en la terapia de la realidad con el propósito de realizar lo que andaba buscando, desprenderme de los privilegios clericales y sin necesidad del alza cuello levantar la cabeza al cielo orgulloso de servir en los más humildes menesteres, sujeto a tantas personas en autoridad sobre mí exigiéndome infinidad de servicios. Desde luego archivar documentos, hacer copias de los mismos, colaborar con los líderes de ambos programas el bilingüe y el de la enseñanza del ingles como segunda lengua, adaptarme a los maestros de español, ingles, ciencias, matemáticas entre otros más que no recuerdo, de acuerdo a la manera en que debía atender la ayuda del grupo en clase, hacer mandados de traer donas, refrescos etcétera cuando me lo ordenaban. Todo esto en vez de hacerme sentir humillado, me regocijaba si no en sí, definitivamente porque me sentía ser yo mismo privado de las prerrogativas y comedimientos para mí, por ser el padrecito representante de Dios. El doctor Cabrera que fue maestro desde su país natal, que fue nombrado monseñor y obtuvo su doctorado a la sombra del servicio a la iglesia y que era un excelente maestro de español, recibía un cheque de casi novecientos dólares quincenales. Yo le conocía porque estaba casado con Edith, una chica que inicialmente estuvo al amparo de las misioneras guadalupanas. El me sugirió que siguiera con la iglesia hasta obtener algún grado de maestría o doctorado para que fuese mejor remunerado. Yo le comente que ese era mi problema y me encantaba, no servirme de la iglesia sino servirle sin interés. Y que no lo entendiera como una majadería hacia él, pero que yo tendría paciencia de lograr a su tiempo por cuenta propia lo que pretendía. El distrito escolar me costeaba créditos de postgrado que yo obtendría participando en cursos educativos que tomaba en Nazareth Collage. Eventualmente podía lograr mi certificación y tal vez de ayuda de maestro lograr enseñar en el aula como maestro. En vez de esto, cuando llegó la oportunidad de trabajar con Ibero en un programa federal de rehabilitación de personas víctimas del vicio de la droga, en el que me ofrecieron el ramo de especialidad en el desarrollo de la familia como recurso de rehabilitación, agradecido renuncie a mi trabajo con el distrito escolar para el desempeño en el trabajo mencionado. Mi salario mejoró notablemente aunque continuó siendo relativamente modesto. En mi proyección académica, considere que la idea del doctorado no era algo que me inquietaba y que más bien me interesaba el trabajo social y prefería estar envuelto con la gente en el realismo de la vida que en la cátedra de una universidad o imbuido en el mundo intelectual. Me entere de que en la universidad de Brockport podía solicitar admisión en un programa de maestría en ciencia de la educación, especializado en consejería para grupos minoritarios y decidí que eso era lo que de inmediato trataría de lograr, contando con el empeño casi una osadía no solo de resolver mis limitaciones sino de lograr el dominio del ingles. Gracias a Dios y con mi esfuerzo y el apoyo de mi amiga, esposa y compañera Aracely, costeado de mi propio peculio logre el objetivo del programa y obtuve mi maestría en mil novecientos setenta y cinco. Mi relación con Aracely a mi entender vino del cielo. Por una buena razón tiene ese nombre que estaba hecho a mi medida. No lo digo como blasfemo sino como una sincera y honesta bendición, el que esta ara que me era tan familiar en la misa diaria, vendría a ser con ella el ara de mi hogar. Ni ella ni mis demás amigas lograron hacer de mí un buen bailador, aunque me defendía. Muchos años atrás Cecilia Lozano me dijo de farsa que todo mundo sabía bailar, siendo cosa de menear el bote con mayor o menor gracia. Es cosa de atreverse. Me imagino que es lo que aprendí. Quien mejor me habló de Aracely sin saberlo ella, puesto que no dijo el nombre y lo supe hasta que la versión de Aracely cotejó en mi memoria este pasaje de mi vida, fue la madre catequista guadalupana llamada María. Se refirió a una chica muy devota que le pidió consejo de cómo encontrar un hombre que valiese la pena para ser su esposa. Ella le dijo que se uniría en oración a ella para conseguirlo. Yo por mi parte prometí a Dios y a mí mismo que las enseñanzas que daba sobre la mujer a quien se debe honrar, sobre todo con un amor digno, sería el objetivo de mi vida si decidía cambiar el estado clerical de celibato por el de matrimonio. Por supuesto, concretamente cohabitaría única y exclusivamente con la mujer que eligiese en la presencia de Dios pidiendo su digna bendición. Mi plan era no determinar nada concreto, sino hasta que lograse mi dispensa. Aunque este sentimiento que respetaba con escrúpulo era autentico, se hizo algo cuya apreciación de autenticidad fue amplificado a partir de mi frustración con el apostolado hispano a mi regreso de México y de mis ejercicios espirituales que no termine. Me había impresionado Aracely particularmente despertando un interés especial entre mis demás amigas con quienes bailaba los fines de semana. No fue ella la única que invitaba a comer, pero sí la única a quien dije que me interesaba de manera muy singular, inclusive que aun podría escogerla entre mis amigas si contase con la dispensa que esperaba. Esto en realidad no fue una declaración, pero si un preámbulo de la misma. No creo que hayamos bebido toda una botella de chianti italiano, como quiera que fue ella se llevó la botella como suvenir. Creo que su mamá se deshizo de ella, al menos fue lo que comentó cuando le pregunte si la había conservado. Nuestra relación se fue haciendo rápidamente más particular, aunque yo fui solicitado como consejero. Le pareció atinado mi consejo de adoptar una o dos creaturitas no por miedo de que Dios le castigase por no cumplir una promesa, sino porque por amor a Él, eso era lo que debía determinar el hacerlo o no. Aunque a mi parecer como era una responsabilidad mutua si pretendía casarse, tal vez esto interfiriese con la posible felicidad de su destino. El otro consejo fue que hiciera ver a sus padres que era propio con el debido respeto, considerando su edad y derecho de tomar ciertas decisiones el hacerlas con el privilegio de su albedrío, en cuanto a ejercitar sus relaciones sociales y tal vez dignamente amorosas con quien le pretendiese. Siendo tan amigos como éramos, si no lo resolvía por cuenta propia, yo con gusto le prestaría mi ayuda para obtenerlo invitándola a salir, simplemente como buenos amigos. Así lo hicimos, aunque tuvimos que tolerar en dos o tres ocasiones la presencia de chaperón de su hermano. Yo le hice saber que si no lograba prescindir de su grata compañía, estaba fallando nuestro cometido y debería dimitir mi plan de ayuda, sin remedio. Yo estaba muy satisfecho con el apartamento donde vivía. Estaba a la derecha de la entrada del primer piso de una casa de tres plantas, con ventanales hacia el porche que le daban vista a la calle Oxford. Podía decirse que aunque estrecho era suficientemente amplio para disponer de lugar para una pequeña joya de escritorio muy lindo, antiguo y tallado en madera, un gran sillón sofá que extendía hasta dar con la estufa cuando lo disponía para dormir, y todo el mismo mueble convenientemente diseñado contaba con la estufa, el zinc para lavar los trastes y un pequeño refrigerador, y entre la puerta asegurada que daba a la estancia de la señora Siger y la pared opuesta estaba una pequeña regadera en excelente estado. Estuve a punto de ser echado del apartamento el segundo mes de mi estancia. La señora Siguer no pudo creer que mi ignorancia fuese tan grande, sino que yo era un pillo verdadero. Cuando me dijo que no había cubierto la renta del segundo mes yo le dije que se cobrase del depósito y ella lo tomó como descarado insulto. Yo le pedí excusas y le ofrecía el pago que se negaba a recibir, hasta que comprobó con el padre Vogt que era verdad que yo no tenía ninguna experiencia de pagar renta y que era persona digna de fiar. En el mes de junio fui a México porque mi madre estaba muy grave, teniendo que regresar de inmediato por estar a cargo del programa de verano con la agencia de Ibero. Al regresar tuve un percance que me impulsó a reflexionar en la posible urgencia de no atender con un rigor desmedido el no tener respuesta sobre mi dispensa. Lo digo porque uno de mis candidatos para el examen de high school eran los padres de una chica muy atractiva que me conocía muy bien sin ser una de mis amigas con quien salía a bailar. Alguna vez le di ride al Monroe Comunity College donde estudiaba e inclusive le permití que guiara mi carrito rojo volgswagen. Ella me contestó el teléfono y me dijo que me traería la solicitud que ya habían llenado a mi casa. A pesar que le dije que no, porque yo mismo pasaría a recogerlas el día siguiente. En menos de media hora tocaron el timbre de mi apartamento y al abrir me viene a dar cuenta que era ella, que pasó a mi cuarto llevando consigo su uniforme de enfermera en un perchero manuable. Creo que ya casi eran las diez de la noche y espontáneamente, como si nada, me hizo saber que deseaba pasar allí la noche y trató de hacer la cama. Yo trate de guardar mi caballerosidad y hacerle saber que eso no ocurriría por ningún motivo. Ella propuso que no pretendía nada malo y nada pasaría. Yo me hice más explícito y le dije que me conocía como sacerdote y que aunque ya no vivía en la parroquia me merecía y ella de mi parte se merecía el respeto que siempre existió en nuestro trato de amistad y definitivamente entendiera que le sería imposible lograr lo que quería de dormir allí con o sin intención, fuese buena o fuese mala. De manera que al fin se fue y se dio por vencida. Que Dios me perdone, pero ya yo solo me quede lleno de confusión, y no sabía si dominaba en mi la satisfacción de mi honor sacerdotal y de caballero, o el del hombre viejo y renegado, escondido en nuestras entrañas de nuestra animalidad. Creo que fue la noche anterior al cinco de septiembre que recibí una llamada telefónica de casa en México, haciéndome saber que mi madre acababa de morir. Yo hice arreglos para volar el día siguiente por la mañana. Se me ocurrió compartir esta noticia con Aracely a quien llame por teléfono, tal vez preguntándole si me podía llevar al aeropuerto. Ella no lo dudó un instante y me dijo que me recogería antes de las seis de la mañana. No lo pensó dos veces y con el tiempo supe que ni dudó en sugerir a su mamá tomar el autobús, porque estaría conmigo hasta que partiera el avión. Descubrí que le quería más de lo que me imaginaba, porque fue cosa de que espontáneamente, por la razón que fuese o sin ella, cruzó mi espacio y me plantó semejante beso de compasión porque estaba dolido, de cariño o sin duda de amor, porque no dude en comérmela a besos de lo cual me quede sorprendido porque ni imaginaba hacerlo. Yo supe que de la muerte de mi madre surgía a la vida mi amor conyugal. No ignoraba la Eucaristía que es el misterio más grande y precioso sobre la faz de la tierra. Pero ciertamente a ciencia y conciencia estaba viviendo al margen de identificarme en su ministerio sacramental como se dice, dejando a Dios por Dios, para asegurarme de no estar usando de mi ministerio ni de la conveniencia sicológica y social de la que podía indignamente beneficiarme. La ausencia de mi madre y de mi actividad sacerdotal me impulsó a la necesidad de emprender un estado de vida, de manera que sublimase la animalidad de las entrañas de mi hombría, y sin despreciar el carácter sacerdotal indeleble en mi existencia, integrase mi vida en la intimidad del amor con quien eligiese amar para siempre a una mujer que delante de Dios escogía para ser dos en una sola carne y en el espíritu, como Dios manda. Rapsodia trece. El carácter de mi sacerdocio y mi amor conyugal Cuando llegue a Apaseo entre a la sala de la casa en que vivimos en vida de mi madre. Ella, ausente en sus despojos y presente en su memoria, estaba tendida allí en la sala donde recibía visitas y de donde hacía patente haberse ido con Dios que vino a visitarla. Invite a todos mis hermanos a darnos la mano en torno a ella y rezar la oración que nos había enseñado desde niños. Mil gracias te doy Señor, por la vida y el sustento. Tal vez debí recordar la oración por el descanso del alma de su madre y rezarla por ella que tuvo la devoción a la sábana santa. Señor Dios, que nos dejaste la señal de tu pasión, la sábana santa en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo bajado de la cruz, que por tu muerte y sepultura santa, conocednos Señor, oh piadosísimo Dios que el alma de tu sierva Enriqueta, sea llevada a descansar contigo que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Cuando localice a mi padre en el segundo patio tras de la casa me conmovió con su llanto, y me sentí desconcertado al escuchar su extraña expresión exclamando a mi oído hijo, yo no la mate, repetidas veces. Esto yo lo puse ante el trono de Dios misericordioso, para que bendijese a mi padre, que a su manera creo que en verdad amó a mi madre como amamos todos los seres humanos, en el contexto de nuestra personalidad. A pesar de mis ideas y planes ministeriales era imperativo que al menos en el novenario permaneciera con mi familia para celebrarlo, no solo con el rezo del santo rosario por la noche, sino el de la santa misa por la mañana. No podía ausentarme por más tiempo de mi trabajo en Rochester y a pesar de la resistencia de la familia que esperaba que celebrase por cuarenta días las misas gregorianas, yo me determine en partir por la razón mencionada. Aun así mis hermanas vinieron a mi casita del apartamento en Rochester, insistiéndome en la celebración de las misas gregorianas que yo decline con firmeza, tal vez sin evitar contrariarles. Había hecho arreglo con la señora Siguer que me rentaba para que por cierta cantidad convenida les permitiera usar el espacio al lado de donde mi habitación, solamente por una semana, al fin de la cual yo les hice saber que no podía atenderles, porque tenía muchos compromisos con mi trabajo. Como persistían en permanecer en Rochester les puse en contacto con las hermanitas catequistas y les sugerí pasar un tiempo allí arreglando visitar a Lupita en la Florida, que yo les costeaba el pasaje, y así lo hicimos, sin que por casi toda la vida dejasen de estar resentidas, sin comprender ni aceptar mi alternativa que les hizo sentirse ofendidas. Deseaba comprender su desconcierto en el que se encontraban, pero por fuerza mayor de los planes de mi vida no me era posible otra alternativa. Cuando se fueron encontré que Aracely estaba sentida por no relacionarme con ella como esperaba, y por no presentar a mis hermanas formalmente. Cuando les conoció al fin me daría la razón de lo correcto de mi decisión. A partir de mi regreso de México, mi determinación de trabajar y estudiar en Rochester, con el plan de poner al margen mis responsabilidades ministeriales, afloraba con otra idea casi definitiva y un propósito en perspectiva, el de formalizar una relación seria, con perspectivas al matrimonio con Aracely, como cosa definitivamente bien seria. Sin embargo mi idea no llegaba al punto de hacer una vida común, porque no era algo que cotejaba con el modo de pensar de ninguno de los dos ni de nuestros familiares. Parece que sus padres tenían serias reservas a que formalizara sus relaciones conmigo y le sugerían mudarse de Rochester a California o a Guatemala. Al preguntarle que pensaba al respecto, me hizo saber que su determinación era tan seria como la mía, y ella se iría conmigo por seguirme a donde fuese en el mundo, porque no iba nadie a interferir con el propósito de casarse conmigo. Mi sugerencia fue que sin duda la solución inmediata era presentarles a sus padres nuestro plan de noviazgo dándoles a saber que era mejor contar con su venia que sin ella para el bien de todos. En esta ocasión de plantear a sus padres nuestro recíproco interés y nuestro objetivo bien serio, yo pase por mi apartamento para llamar al padre David Heinsler y platicarle de la formalidad de mi compromiso, supeditado a la dispensa para casarme cuando viniese de Roma. El me sorprendió con un comentario inesperado que vino a ser el punto de partida de una planeación más inmediata. Me dijo que para que esperaba, que él me casaría celebrando misa en casa de Aracely donde también tomaría nuestros votos de compromiso matrimonial cuando Aracely y yo lo tuviésemos acordado. Con este nuevo dato sin muchas especulaciones, elegimos el siete de Noviembre para celebrar nuestro enlace nupcial de la manera propuesta, con la sorpresa de que también el padre Tracy concelebró con el padre David. Después de la ceremonia religiosa a la que atendieron solamente nuestros familiares y testigos, tuvimos una fiesta en el Maple Wood In, donde solíamos bailar con más frecuencia. Departimos con nuestros mejores amigos y compañeros de trabajo a quienes profesábamos mayor estima. Aracely era una perla de mujer y lo sigue siendo, tesoro del fondo del mar en las profundidades de mi ser y brillando y decorando el cielo y el horizonte de mi vida, un verdadero tesoro para agradecer a Dios y disfrutar con satisfacción y orgullo. Todo mundo lo sabía y lo hice explícito en mi brindis de despedida. Realmente, aunque yo sabía que el derecho canónico proponía ciertas normas de validez jurídico eclesiásticas para la validez legal del sacramento, también veía otro aspecto, personal, conyugal, social y espiritual que le daba un valor de real autenticidad basado en la recta intención y responsabilidad consciente de ambos contrayentes ante Dios y la sociedad tanto familiar como civil, y claro conforme a la realidad de la ley fundamental que es la ley de la naturaleza cuyo aspecto en su esencia, nunca deja de tener un sentido divino. Aracely estuvo tan feliz de todo lo acontecido de nuestra boda, que deseaba seguir celebrando tanto gozo en el Hotel Marriott, y cancelar el viaje de bodas a Ottawa en lo cual se sintió más feliz de no haber sido complacida. Mi punto de vista que compartió y aun comparte conmigo es que lo más valioso de la vida es vivir lo más auténticamente posible a los ojos de Dios con la conciencia limpia y la recta intención de lo que hacemos. La vida es una sucesión que va aconteciendo como realización de un destino por lograr, desde el primer beso de amor hasta el encanto de la intimidad única de dos seres humanos que se convierte en la realidad de un solo ser unido por Dios, con El de por medio. Y nuestro amor conyugal orientado a amarnos con fidelidad y lealtad toda la vida, ya tenía raíces en el ser divino por la pureza de nuestra intención de cumplir de corazón sus metas y objetivos. Ser dignos como miembros de la familia de los hijos de Dios, viviendo a la altura y dignidad de lo mejor, sobe todo dando un ejemplo de verdad a nuestros hijos. Esta es la misión feliz en nuestra vida conyugal, con el favor de Dios misión cumplida. Aunque sin duda aun nos falta, un poquito más. La dispensa de Roma llegó con renovación de trámites cuyo seguimiento me exigía repetir la ceremonia del contrato nupcial, debido a la invalidez jurídica. Yo lo vi como una oportunidad de renovar nuestros votos y reafirmar ante Dios, la Iglesia y nuestra familia un compromiso que tenía la garantía sacramental de unirnos a Cristo en su cuerpo místico como la vid a los sarmientos. Para resumir los treinta y ocho años restantes de mi vida en los Estados Unidos a partir de mi matrimonio hasta la fecha, es suficiente una sola frase de la que pudiese resultar un bello libro. Mi vida de trabajo y de matrimonio ha sido un verdadero éxito familiar y profesional, superando todos los debates, porque todo ha sido resuelto a satisfacción, viviendo de fe sin perder la esperanza, invencible en el triunfo del amor de Cristo, vencedor de todo fracaso con la gloria de haber resucitado, El, quien con nosotros comparte esta realidad suya que hace nuestra con Aracely, total de la mitad de mi vida. Quita Parte. Corolario poético Al contemplar mi autobiografía me parece que la verdad de ser en mí es mi aspiración poética, cuya inspiración es el alma de mi vida, intimidad que debe convertirse en la vida de mi alma. Esto ante la realidad de mi ser, efímero y deleznable, que como pecador redimido y profundamente arrepentido de todo pecado, agradezco a Dios el don de Cristo, de su personal encuentro y la oportunidad de dar un testimonio de nuestra amistad en mi autobiografía. Toda ella la presento como Coralario poético cuya existencia proyecta su dimensión espiritual hacia la inmortalidad de lo humano y lo divino. La realidad del ser humano me parece más importante en el encuentro de sí mismo, el hombre con su espíritu de lucha y esperanza, mucho más importante que en la nota roja universalmente popular en las noticias de los medios publicitarios del mundo, enfatizando su desgracia, la tragedia o las desdichas de la humanidad, sobre todo cuando derivan como resultado de las fuerzas del mal o la malicia humana. La dimensión espiritual de cada persona es la realidad más importante entre los valores de una axiología autentica en medio de todo el universo. Sobre todo en el contexto de la revelación divina, actualmente en la conciencia de la humanidad toda, de oriente a occidente. El testimonio de la resurrección de Cristo que valora el Cristianismo autentico, se ha difundido a todas las naciones como grandioso destino de la humanidad. Siendo sin duda esta realidad, la realidad suprema de lo humano y lo divino. Más allá de toda cronología la poesía sugiere a Cristo como quien implícita o explícitamente está presente como quien es por excelencia, el medio divino que en Cristo es Dios mismo. Por una parte en toda la creación y el universo, pero singularmente en el universo mismo de Dios con sus ángles todos y profundamente a través suyo, todo Cristo en el hombre. Enunciando Proemio y el Corolario poético Dios es inmarcesible en su raíz y en su corola Eterno florecer como la fuerza de su amor pleno floreciente en Cristo En flor de eternidad luce su aureola La belleza de Dios que es poesía En la luz de su ser, sabiduría, Faz de Cristo divina su corola. Divinidad profunda no está sola De intimidad eterna compañía, La familia divina en armonía Es amor infinito entre sus olas. El Padre es fuente de la eternidad De intimidad que es suya en su universo, Caudal inmenso y toda la verdad. La llama del amor en Dios inmerso Luz esencial, la misma claridad Que enciende de su ser la inmensidad. Es Dios de Dios, Lucir de luz, de fuego Amor eterno. A los ojos de Dios mismo que contempla su belleza en su Palabra divina y en toda la Creación, su grandiosa belleza debe ser eterna poesía, como lo es el integrarse de Cristo en su Yo esencial a su ser divino, a quien apelo humildemente para unir a Cristo mi ser como la aspiración sincera de mi humilde autobiografía. Me complace también compartirla como el florecimiento espiritual de un carisma personal en el que expreso sobre todo la experiencia profunda desde la intimidad de mi conciencia delante de la presencia de Dios. Es mi anhelo compartir la amistad íntima de Cristo en el curso de mi vida. La poesía que pretende lucir espontanea como las estrellas en los cielos y en todo el universo sobre el panorama de mi vida. La poesía de la esperanza que es la visión de la fe y el amor de la gloria inmensa como el triunfo de Cristo del reino de los cielos, plenitud de toda la Creación visible e invisible. La que florece como una eterna primavera espiritual, como el florecer silvestre de todas las praderas del mundo espiritual e incorruptible, como los bien aventurados y los ángeles de Dios. Emulando la nueva Creación y la renovación de un cielo nuevo y una tierra nueva, la que es el encanto de una belleza que brota del germen glorioso de la resurrección. Morimos en Cristo para resucitar con El unidos como la vid y los sarmientos a la plenitud de su ser en la poesía de su cuerpo místico. No siendo nada ni nadie lo somos todo en la realidad de Cristo en quien logramos por su gracia ser lo que debemos ser, no siendo yo cada quien sino Cristo, el único ante Dios y quien vive en nosotros. Profundidad de la resurrección Los guardias y la tumba no supieron y un Ángel vino y quitó la piedra El alma retornó de profundos terrenos y uniéndose a su cuerpo Cristo resucitó. Más allá de la oruga se desviste Esplendida la eternidad de ser, Y el gusano no muere, siempre existe Metamorfosis del acontecer. Tiene el alma inmortal tan gran poder, Del cuerpo se despoja y le reviste Divina intimidad y eterno ver De vida eterna como en Dios persiste. En la tumba profunda eternidad, Cuerpo y alma de Cristo resucitan Atrayendo a su ser la humanidad. En su gloria de ser que es infinita Se reconoce en su divinidad, Consciente de su eterna claridad. Quien como Cristo, En la gloria de Dios Su eterno existo. La gloria incorruptible La muerte real con el cuerpo divino sin el alma de Cristo Nos invita a morir en su muerte para resucitar en su vida incorruptible. Es eterna verdad, cumbre en la ruta El triunfo de su gloria inconcebible, Lo que no podía ser lo hizo posible La victoria al final, no hay más disputa. Sufriendo hasta morir no hizo imposible, Su fuerza victoriosa y absoluta Más allá de la muerte no se inmuta Y Cristo resucita incorruptible. Maravilla de ser, maravillosa La bella perfección de su estructura Y el divino esplendor en su figura. Cristo el rostro de Dios, su luz más pura, La humanidad su cuerpo transfigura En gloria de su ser esplendorosa. Mística y real Divinidad humana, La gloria de Dios. Autoridad de la resurrección Destruid este templo dijo Cristo refiriéndose a su cuerpo Yo lo reedificare en tres días. Monumentos sin par han existido Y el fiel testigo de su proposición Es testimonio de su resurrección, No más ruinas que el tiempo haya destruido. Más que el templo de Herodes reconstruido Lo es el templo de Dios, no la Creación, Lo es su cuerpo divino en oración Que es la casa del Padre resentido. La octava maravilla que es sin par No es ingenio del hombre que se inspira Ni tampoco natura que se admira. La misma eternidad construye amar Viendo a Cristo inspirado en quien se mira, Dios viviente, la piedra es angular. Inconmovible Cristo, piedra angular, Eterno amar. Paraíso de la eterna cueva Si en la carne de Adán todos pecamos en la de Cristo Morimos y resucitamos El Reino de los cielos está en flor Y a Adán el Padre eterno lo renueva Nacida eternidad, Cristo en la cueva El tiempo lo hace eterno en su esplendor. Es el Mesías divino Salvador La luz de Cristo de la Virgen Eva, Madre de Dios inmaculada y nueva El dueño de la viña es viñador. Es bueno como Dios con cada hermano Y judío el buen Samaritano, Quien lavando el pecado el alma sana. Agua viva que brota del desierto Y del pozo de la Samaritana, Viva vida de Cristo, ¡no está muerto! De eterna cueva Cristo es el Paraíso Y vida nueva. Mansión de Dios Cristo es el Hijo de Dios en plenitud Y nos hace coherederos compartiendo su hogar y su reino Casa del Padre y la Mansión de Dios La Palabra divina en su esplendor, Espíritu de Dios y eterno amor Por doquier, el sonido de su Voz. Casa del Padre tras del Hijo en pos Tras la oveja perdida del Pastor Del Mesías del mundo Salvador La esencia de su Padre y portavoz. Casa del Padre y de su santo nombre De los Ángeles todos que se asombren, Donde el Hijo de Dios reina con El. Es la casa del Padre y de Emanuel Por siempre eterno y nuevo Israel, Su faz, su cuerpo místico en el hombre. Mansión y casa Del Padre celestial, Cristo la llena. La ciudad de Dios Escrito en el tiempo para la eternidad Viviente historia inmortal del libro de la vida Ciudad de Dios de paz y de oración Cada instante del tiempo mientras duro El eterno momento del futuro Jerusalén de la revelación. Ciudad de Dios y de su adoración Del Príncipe de paz eterno y puro Cuyo es reino sin par, el más seguro Por la sangre de nuestra redención. Ciudad de Cristo en que la tierra adora Al Dios de la Creación universal Encendiendo los cielos inmortales. Ciudad de Cristo y su divina hora De amor eterno y de su eterna gloria Del Príncipe de paz, ¡feliz victoria! Ciudad de Dios, Gloria de los Ángeles Y paz del Hombre. La octava maravilla Resurrección del hombre y triunfo de la paz Saludo de Cristo y eterna realidad La fe del corazón todo lo entiende Dios no hizo el mundo solo al acaso Destinado no más para el fracaso, Ser en el mundo, el hombre lo comprende. Paz en la tierra el cielo tal contiene, El triunfo de la paz, divino abrazo Monumento inmortal de eterno trazo, Octava maravilla se sostiene. La fe del corazón todo ilumina Y es luz eterna la visión divina, Venga el reino de Dios, viva en nosotros. Octava maravilla sois vosotros Elegidos de Dios y no habrá otros, Gloria a Dios que en los cielos no termina. Y Dios lo exalta A Cristo que se humilla, ¡Es maravilla! La belleza de Dios Lo humano y lo divino a Dios provoca Poema del amor beso eterno en su boca. Fuego divino que a escribir me reta Y eterna hoguera del amor que me ama, Es del alma inmortal la ardiente llama Que jamás se consume en luz repleta. Divina inspiración que amor se llama Con la pluma en la mano que sujeta La Palabra en su nota es Dios poeta, Poema que es la música del alma. Inspiración que eterna transfigura La perfecta belleza de su mente, Se inspira Dios en sí eternamente. Perfume celestial, divina fuente Que universos angélicos procuran, La visión del Creador divina y pura. Dios en plenitud, La belleza del hombre Gloria de Cristo. Recuerdo en futuro del gran día para el cual nacimos Teniendo que morir para resucitar Piedad de mí Señor En tus manos encomiendo mi espíritu Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo Eterno amor, jamás me desespero En el medio divino e inmortal, Por su místico cuerpo celestial En Cristo vivo a pesar que muero. Dios lo quiere y por eso yo lo quiero Despojos de mi cuerpo terrenal Mercedes de la Virgen del Doral, Volver aquí, resucitar espero. Mi alma pertenece al ser divino Por gracia, libertad y por destino, Dios me libre del fuego del infierno. Mansión de vida del amor eterno En la cumbre del ser, Cristo el camino, Que me aliente su aliento sempiterno. Divino hermano Que has muerto y resucitas, ¡Dame tu mano! La Pascua de Cristo Divina semilla que muriendo resucita Fecundidad de la Palabra viva del Padre y florecer de amor eterno Eternidad del tiempo y cuanto tiene La santidad de Dios, poder tan fuerte, Cristo y su Padre que en amor se entienden Y es del mundo divino contrafuerte. Elegidos de Dios son de tal suerte Que al reino de los cielos les asciende Fieles a El por compartir su muerte, Resurrección, la Pascua así trasciende. Resucita a la gloria el ser divino Resucitado Cristo, nos deslumbra Con el triunfo de Dios, nuestro destino. Eterna luz es Cristo, y nos alumbra Caminando con El que es peregrino Camino a Emaús, nuestro camino. Resurrección El morir en su muerte, Nos resucita. Corolario poético hacia la eterna poesía Mi autobiografía como preámbulo hacia mi ordenación sacerdotal en poesía Las bases del humanismo que identifica la axiología de la conciencia El orden de la naturaleza que presupone la economía de la gracia Identificar los valores humanos en su proyección a lo divino El conocimiento y la experiencia de Cristo para experimentar a Dios La misión de la salvación del mundo y la vida eterna La espiritualidad y el plan de Dios hacia una eterna poesía La sonrisa del bien La ternura del bien sonríe espontáneamente En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles Ante el bien que es verdad del corazón Existe el mal, la humanidad se apura Porque el mundo prefiere la locura Del terror que no tiene compasión. El poder superior de la razón Es mentira que acaba en la basura Se impone la verdad que lo asegura, Triunfa el bien sobre el mal y la traición. No sabe que su triunfo es su derrota, Malamente destruye y todo azota La maldad atrevida que se ríe. Lealtad del ser supremo se sonríe, Divino bien, su inconmovible roca Sabedor sabe el mal que le provoca. Una sonrisa Ante el mundo del mal, Dios lo conjura. Plenitud de la gloria Irremisiblemente el plan de Dios Al criterio intachable de verdad Eterna libertad le satisface Hacer el bien y el mal vencer le place A Dios y a Cristo y a la eternidad. La justicia afianzada a la bondad Al plantearse que se hace o se deshace, Viendo el bien ser mayor cual le complace Determina su eterna libertad. Amor elige a quienes han amado Dios glorifica su divinidad, El reino de los cielos lo han logrado. Eligiendo a quienes ha salvado Cristo pleno perfecta claridad Glorifica en su ser la humanidad. Ninguna pena, Lo divino y lo humano La gloria plena. La presencia de Dios Feliz alumbramiento de toda la Creación La eternidad en el tiempo. Manantial de esplendor divina fuente De luz eterna que nos das la vida, Agua limpia y pureza que convida A saciar nuestra sed eternamente. Palabra de verdad en nuestra mente De intimidad profunda y escondida, Las entrañas del ser en su guarida Que se da a conocer perfectamente. Paternidad del Padre que ha engendrado Divina filiación del encarnado Compartiendo su ser y su existencia. La vida eterna la del ser amado Respondiendo al amor enamorado, La plenitud de Dios y su presencia. En la Creación Vida eterna del Padre, La luz d Cristo. El nacimiento de siempre Espíritu de la cultura que brota del alma del pueblo Veneros que no mueren si se cuidan La cultura nos hace ser buen trío Compartiendo comunes los anhelos De apacenses, tendiendo nuestros vuelos De alas ligeras e incansables bríos. El árbol genealógico y sus ríos De Ojozarco la mata, de ese suelo Por lo Vázquez del lado de mi abuelo Ramón y Alberto son parientes míos. Revivan renaciendo de Apaseo Las letras y las notas de recreo, Cultura de la casa en nuestra casa. Arte y cultura el tianguis de la plaza Y el folklor musical, la poesía Y el florecer de la sabiduría. El nacimiento Cultura renaciente, Sea nuestra casa. Filosofía y poesía Palabra humana y divina Sacerdotes del sacerdocio de Cristo Palabra humana que espontanea brote Del santuario del ser que es poesía, Tal vez Antonio, mi amigo sacerdote A quien encanta la filosofía. Amor del mundo o su terrible azote Palabra viva de sabiduría, Es Cristo entero en su divino lote La palabra de Dios que se hace mía. Venid en pos de mí a la eterna mina, No se pierde conmigo quien camina Que a todos pertenece mi riqueza. Se enriquece el que entiende mi pobreza, Yo me entiendo con Dios, mi luz divina Es la eterna palabra que ilumina. Filosofía Que pertenece a Cristo Es poesía. Belleza de la bondad divina Contemplación eterna del Creador y la Creación La gloria en plenitud del cuerpo místico de Cristo Divina providencia en lo provisto La plenitud magnífica de lleno De Dios maestría, la del Cristo pleno No es a la caso, lo tenía previsto. Creador en la Creación lo nunca visto El eterno nacido de su seno Hijo del Padre y del Amor más bueno, Mirando el cuerpo místico de Cristo. La Palabra encarnándose en María Como Madre de Dios del cielo llena, Tierra fecunda de la gracia plena. Dios se desborda de sabiduría Y eternidad de instantes de alegría, ¡Oh infinita belleza, lo más buena! El plan de Dios Descubre su belleza, ¡Bondad divina! La espiritualidad de la carne Lo efímero se hace eterno Y la carne incorruptiblemente divina Palabra que acaricia nuestra piel De divinas entrañas, cuya lucha Nos habla del saber que nos escucha A todo nuestro ser y al alma fiel. Es divina amistad nuestro Emanuel De espiritual matriz y angelical pucucha Del eterno vivir, su vida es mucha, La del hombre que es Dios, siempre con El. Palabra que ha anunciado el plan de Dios Y a los tiempos lo eterno de su voz, Sublime realidad que Cristo emana. Paternidad de Dios que nos hermana Todo luce divina claridad, Luz eterna de amor a la verdad. Palabra de Dios El Verbo se hace carne En vida humana. La oración de la Madre que hago mía El Hijo de tantas lágrimas de su Madre Consigue el Paraíso de su eterno Padre. Librado sea del enemigo malo De malas compañías y ser vicioso, Cuide al hijo el todo poderoso Sin pecado al morir, que diga exhalo. Triunfe el bien sobre el mal y al decir calo Sea fiel amigo que es lo más honroso, Traicionar y negar es horroroso Vivir en gracia el mayor regalo. No le dejes jamás de estar contigo Pido siempre le tengas por amigo, Por tu amor que es el rey de la amistad. Imposible le venza el enemigo Siendo amigo por una eternidad, No hay amigo mejor, Dios de verdad. Ora mi madre Como santa Mónica, Que encuentre a Dios. La verdadera herencia Es herencia de Dios su reino y su justicia Lo demás es añadidura A los ojos de Dios iluminada Se sujeta a la ley de conveniencia Con disfraz de verdad la pertenencia A una sola familia en su mirada. Ya todo lo demás no vale nada Si el Señor es la parte de la herencia Sin sordera la voz de la conciencia Ni testigo de lengua engarrotada. El reino importa más y su justicia Que asegurarse con su añadidura, Vive la paz y muere la discordia. Permanece entre hermanos la concordia Y amor y paz de Dios en armonía Que son tesoro de sabiduría. No está de pleito La herencia del Señor A su familia. La paz de Dios El divino infinito más profundo que los cielos y los mares La paz de Dios intimidad del alma. Quien hizo todo lo hace y lo rehace El universo y la Creación entera Los Ángeles y al Hombre cielo y tierra, La vida eterna y Cristo quien le nace. El Cuerpo místico en su ser renace Paz en el alma triunfo de la guerra Que Dios requiere eterna y verdadera Tal como al Padre eterno satisface. Esplendor de la paz deslumbra el cielo E ilumina en la tierra sus anhelos Al hacerse su eterna voluntad. Paz de Dios es del alma el gran consuelo Amor divino a la humanidad Del corazón de su divinidad. Divina paz, Profundidad del alma Dios infinito. Juventud feliz Reminiscencias de Darío Juventud eterna y siglo veintiuno. En el alma inmortal todo mi ser Divina juventud cuyo tesoro Alegrándose en Dios a quien adoro Conmigo siempre, no tiene que volver. En mi vida me siento acontecer Viviendo con el ser que me enamoro, Feliz mi llanto y la alegría que lloro De mi espíritu eterno florecer. Divina juventud de mi alegría Son mis años dorados, no envejecen, Ni siquiera la muerte me entristece. Mi eterna juventud rejuvenece Y el universo y Dios son mi energía De la fuente de la sabiduría. Inolvidables, Quince años de juventud Son algo eterno. Cada instante que pasa se nos muere Aunque el alma no muere jamás Para bien o para mal Cada instante que pasa luego muere Como el día, los meses y los años, Inmortal en el alma no hay tal daño Aunque suceda lo que sucediere. No se muere por más que desespere El alma espiritual en cuyo paño La muerte, no termina el desengaño Ni se logra morir si tal prefiere. Hay viejos jóvenes que son seniles Y envejecen en vicios, los más viles, Muriendo en vida de decrepitud. Celebremos los años juveniles, Que en jovial madurez no hay senectud Disfrutando de eterna juventud. Instantes de ser Se mueren con la vida, Pero no el alma. Visión de Dios Beatifica la fe mirando a Dios Trascendencia de amor la vida eterna en su existencia La experiencia de fe no suena hueco Divina realidad cuyo sonido De universo y Creación hacen el eco, El alma escucha a Dios en el oído. Beatífica visión cual golpe seco Cristalina verdad, plena en sentido, Ve Amor eterno sin mentira o fleco Mirarse Dios en sí cual siempre ha sido. Feliz visión de Dios no es imagino, El eterno momento de su ser Es certeza de ver al ser divino. Son los ojos de Dios mirar de Cristo La eterna realidad que siempre ha visto, Plenitud de la gloria en su poder. Viva la fe, Con los ojos de Cristo Mira a Dios. Mujer soñada Dimensión de su ser Aspiración del hombre al femenino eterno Hecho el prodigio de naturaleza Toda era ella como el arte vivo, Delineando el perfil cada motivo De clásico y barroco en su pureza. Contemplarse a sí misma le interesa Soñadores sus ojos, un archivo Fantástica en mi mente le concibo De las mil y una noches sobremesa. Universos de mares y praderas Dando besos coral todo su ser Y parpadeando como el anochecer. Con racimos de bella primavera Entallada en su cuerpo de palmera, Sus mejillas color de amanecer. Sueños del hombre De eterno femenino, ¡Es la mujer! Divina Eucaristía de Cristo Cuerpo y sangre especies de pan y vino Alimento que nos nutre en el cuerpo místico de Cristo El evoca los labios del eterno De su ser la divina subsistencia, Su cuerpo es pan de eterna consistencia Y su sangre nos libra del infierno. Nos nutre en la verdad su ser interno, Pan y vino y profunda su presencia Sosteniendo perfecta su existencia Maná de amanecer, flor del invierno. Muere en la vida de la Eucaristía Cuerpo y sangre de amor, el pan y el vino Del eterno momento que es divino. Brilla en la cumbre su sabiduría La libertad de Dios, gracia y destino, Lo efímero hace eterna poesía. Su testamento, Es eterno momento Y Eucaristía. Carisma de castidad Como ángeles de Dios En el cuerpo místico de Cristo Encuentro de tu amor cuyas albricias Son riquezas, tesoros soberanos De tersa luz que llena de caricias, Me abundan como ofrenda aquí en mis manos. Pureza en plenitud, Dios sin malicia La eternidad del tiempo entre tus planos Generoso no sabes de codicia Realidad de mis sueños sobrehumanos. Cuanto soy te lo doy a manos llenas Te quiero en ese beso cuando estrenas Con tu vida el seno virginal. Bendito fruto de la gracia plena De azucenas en flor, luz celestial De Amor en llama y lumbre espiritual. Es del Dios vivo La pureza divina En vida humana. Mi corazón y la rosa Ofrenda de amor al llamado de Dios En la caricia del viento Veo una rosa sosegada Sintiendo en mi pensamiento Acariciar a mi amada. Y apago el fuego que siento Por esa niña soñada Porque a Dios jamás le miento Respondiendo a su llamada. No puedo hacer otra cosa Con el viento que la goza Que lograrlo sosegar. Y así decido cortar Para llevarla al altar La hermosura de la rosa. En mi corazón, Cuando corto la rosa Es más hermosa. Mi mano de Dios El mundo en mis manos Es libre de salirse de ellas o no Serán mi viña y Virgen de Israel, Yo soy la vid y ustedes los sarmientos Con todo el corazón y el pensamiento Dios con ustedes, Yo soy el Emanuel. Os vuelvo a mi redil de leche y miel, De la oveja perdida soy pastor Y del mundo, Yo soy el salvador, Y me entrego a morir, todo por él. Me paro en el camino para ver Como sale de apuro cada hermano Soy de todos el buen samaritano. Con la gracia de Dios y su poder Y todo el corazón y su saber, Soy la mano de Dios dando la mano. A nadie niego Extenderle mi mano, La quiera o no. Pureza de Dios y castidad de Cristo Ojos limpios de Dios mirándose a sí mismo El corazón humano Enamorado de otra Margarita De eternal juventud no queda exhausto Y aspira a la belleza infinita Sin Mefistófeles, divino Fausto. La pureza divina es exquisita Maravilla de Dios en Cristo casto Siendo eterno con El ¿Quién se lo quita? Si amor divino dice no me basto. Amor vital y eterno no perece Uniéndose con Dios en plenitud, Vida eterna florece y no envejece. Eternidad de Dios su beatitud Bondad divina y hermosa juventud Que eternamente nos rejuvenece. Perla de Dios, La belleza de Cristo No tiene precio. Fenecido recuerdo Ilusión que muere sin remedio Fuego fatuo del amor En el ocaso de mi amor esquivo Su rostro fue rosal que se encendía, Verde la mar, sus ojos poesía, Fueron sus rasgos como el arte vivo. Tristes o alegres con o sin motivo Fuegos fatuos la noche divertía Y en sus labios carmín se sonreía El duende de la danza siempre activo. En el recuerdo del eterno olvido Donde todas las cosas ya se han ido El rosal de su rostro está marchito. Y en la noche sin fin del infinito Siendo amor ilusión nadie lo alcanza, De hito en hito perdido en lontananza. Todo se apaga, Dejándonos sin nada El fuego fatuo. Cristo vida eterna Gloria del Padre y la luz del mundo Vida de Dios y del cuerpo místico de Cristo Revivan los pasajes de mi vida Rapsodias de alabanza al ser divino, Vivimos para Dios, eterno sino Del alma el despertar si está dormida. Seguir de pie dejando la caída Y a Cristo unirnos que es nuestro camino Haciendo nuestro el suyo, su destino, Dejadas las tinieblas sin salida. Triunfando de la tumba de tal suerte, Resurrección y fe, promesa inscrita Revive mi existencia de la muerte. Creo en la vida de Dios que es infinita, Cristo vivo en el alma nunca muere Gloria eterna del Padre que nos quiere. Amor eterno, Como el Padre me quiere Yo he amado al mundo. Ambición incomprensible El alma logra vislumbrar la vida eternal Aunque las células se mueren Yo tengo una ambición que nadie me comprende Porque quiero morir cuando la vida enciende Su color más ardiente al fuego de mi vida Cuando el alma en la cumbre entiende la partida. Quiero ser como el sol tendido en el ocaso Cuando la vida derrotada es un fracaso Y Cristo viene, con el triunfo de la muerte Con el reino de Dios y su divina suerte. Yo tengo una ambición que solo Dios entiende La realidad de ser del ser que sobrentiende Del amor celestial su espíritu fecundo Divina intimidad de eterno amor rotundo. Vida de Dios, Que a Cristo le interesa Eternamente. Dimensión del misterio de la muerte El sentido de morir es posibilidad de vida plena Fuera o dentro de la tierra prometida La muerte es ese golpe del crucero Que abrillanta el misterio de la vida Es la suerte ante Dios ya conocida Y el encuentro del alma a su asidero. Final de la ceniza en el mortero Mucho más es la tierra prometida Plenitud de la fe, luz encendida El destino inmortal y verdadero. A la gloria de Dios que es infinita La vida eterna a Cristo resucita Y a quien muere con El jamás lo olvida. La firma del eterno al alma inscrita Se cumple del destino en la partida Y le juzga el amor, peso y medida. En su presencia Somos dignos o no Si Dios lo afirma. Intimidad de Dios En Dios vivimos nos movemos y somos El en sí mismo y nosotros en El Dios se hace historia siendo eternidad Y el hombre existe en El y El en el hombre, Por Cristo, que es la gloria de su nombre E instante eterno de su intimidad. En la existencia de su divinidad La Creación de los ángeles se asombre De la eterna Palabra que es renombre, De encarnación, divina humanidad. El mar del universo se hace río En el paisaje de la vida humana, La cascada divina y soberana. La existencia de Dios no tiene lío Existiendo en su ser, en donde existe Su mente y corazón, y allí subsiste. Sin ningún lío El universo es río, Con Dios en el. Ofrenda de la Creación La humanidad de Cristo sacerdote y víctima Ofrenda de la Eucaristía La Creación Cristo debe consagrar Y el reino hacer de Dios de un mundo externo Divina intimidad, fuerza de amar La Palabra de Dios, sonido interno. Toma en sus manos celestial manjar Al evocar los labios del eterno La salvación del cáliz por salvar, Cuerpo y sangre de Cristo sempiterno. Instante salvador, luz, claridad, Resurrección la muerte que ha traído La sangre y agua del costado herido. La justicia es perfecta caridad Al inmolarse Cristo, ha redimido De las entrañas de la eternidad. Cordero y Pastor Que inmola y que inmolado, Redime el mundo. Lanzados al mundo La eternidad nuestro destino Compartiendo con Dios su ser divino Con Dios y su presencia que me alumbre Cielo y mar y altamar es mi camino En todas dimensiones del destino Tengo la luz y el fuego de su lumbre. Divina nave de angélicos peritos Viento divino sopla donde quiere Y me dejo llevar a donde fuere Por todos los espacios infinitos. Siendo el camino, la verdad, la vida Lo que importa es seguirle como amigo Y servir como Cristo de testigo. La luz del mundo eterna y encendida Divina eternidad, no está perdida, Dios sabe a dónde voy cuando le sigo. Ser en el mundo, Llegar a ser con Dios Eternidad. Mi sueño de cristal El sacerdocio del orden es la orden del sacerdocio Participación de la acción sacerdotal de Cristo único y eterno sacerdote Ascienda a ti mi vida vertical Divinas dimensiones para hacer Tu voluntad, todo lo que debo ser En el vuelo de Dios horizontal. Aquí estoy para ti, no he roto el día Jardín y jardinero han renacido Del Paraíso terrenal perdido Sin mentira o serpiente que extravía. Sublime Cristo en la cumbre del dolor Entregando tu vida por amor, Resurrección eterna e inmortal. Que se rompa mi sueño de cristal No permitas, contempla nuestras manos, Queriéndoles servir a cada hermano. En Cristo y con El, Sus manos a la obra En nuestra manos. Cristo Mesías Yo he vencido al mundo y al príncipe de las tinieblas Quien cree en mí aunque muere vivirá Luz del mundo y divina claridad Divino Salvador del ser humano Los Ángeles te adoran soberano La humanidad en tu divinidad. Hijo del hombre y Dios a quien has visto, Eterno Sacerdote, en tu oración Consagrando a tu Padre la Creación, Místico cuerpo e iglesia que eres Cristo. Quien como Tu eternamente fuerte Mesías de Israel, nuestro Emanuel, Dios con nosotros porque eres El. Plenitud de la gracia y la verdad Resurrección y triunfo de la muerte Vida eterna, lo tuyo y nuestra suerte. Mesías divino Vences muerte y pecado, ¡Oh eterno rey! Lo creo de Cristo En ti creo sin que te mire Porque en mi fe te estoy mirando Resurrección de vida en tus hermanos De pie sobre la cruz tus brazos míos Que extiendes infinitos como ríos De eterna salvación, Dios soberano. Responsable de todos los humanos Jesús piadoso, rey de los judíos, Del mundo Salvador de tantos líos Sentenciado a la cruz de los romanos. Siendo nada soy nadie para amarte Escuchando tu voz, sé que me llamas Diciéndome que mueres porque me amas. Desde el fono de mi alma yo te amo, Resurrección y vida, así te llamo Pidiendo me permitas adorarte. Así nos amas, Sé que mueres por todos De uno en uno. Soy Dios viviente Para esto vine al mundo para darles vida En la abundancia de mi vida eterna La Palabra de Dios amor y aliento Para el alma y para el corazón, Más que el pan su divina nutrición Es luz divina y feliz entendimiento. Cuerpo y sangre de Cristo son sustento Convertido de la crucifixión En el cantar de la resurrección, Pan y vino del alma en alimento. Por la gloria divina y en su nombre Divino en plenitud yo nutro al hombre, Yo soy el pan de vida, dijo Cristo. Y soy la vida eterna aunque se asombren, Nada importa que nadie lo haya visto El ser eterno en mí, Yo en quien subsisto. Soy el milagro Del alma del creyente, Y Dios viviente. Todos sirviendo en Cristo No es bueno descuidar el anuncio de la palabra del evangelio Al atender la acción de gracias a la mesa de la eucaristía Trabajar sin descanso a todos pido Y me gusta el símbolo del pez, Del seno de mi Padre Yo he salido Que es Señor de la viña y de su mies. Yo he venido a servir no a ser servido Lavando a mis discípulos los pies Mostrando la razón de haber venido, Soy siervo de Iahvé y El es quien es. Con amor que es cristiano entendimiento Cuidar de los enfermos no nos pesa Ni atender al hambriento ni al sediento. Soy Cristo en plenitud, sabiduría, La Palabra de Dios pan de la mesa Y acción de gracias de la Eucaristía. Siervos de Cristo, Servimos a su mesa Al diaconar. Desolado Consuelo Piedad de intercesión a Dios Por ser un pobre miserable pecador El alma siento toda desolada Me invade la maldad de los impíos, Derrama la pureza de tus ríos Y mi alma quedará purificada. Te adoro con la sumisión deseada Me enredo y desenredo en tanto lío Pecado e ingratitud, todo eso mío, Abismo de miseria no soy nada. Ven pureza de Dios límpialo todo Belleza de adorarte linda cosa Y el amarte la más maravillosa. Es tu presencia misericordiosa Alarde de tu fuerza poderosa, Tu divino poder, es de ese modo. Desolación De mi miseria humana, Consuelo de Dios. El Cristo Hipercósmico Todas las dimensiones que no son su eternidad Las trasciende Cristo con su divinidad y la gloria de su resurrección En su momento de la eternidad Hipercósmico es Cristo en su poder, Más grandioso que el cosmos en su ser Trasciende la infinita inmensidad. Su eterno amor arrasa con lo adverso, Sobre los muros de su divinidad Toda la fuerza de su humanidad, Al oleaje de todo el universo. Hipercósmico el Cristo que trasciende Profunda eternidad del ser divino Hace eterno del hombre su destino. De la altura del ser, cuando desciende Y a la gloria de Dios, cuando El asciende, Todo indica el indicio de su sino. Es Dios de Dios Trascendencia de Cristo, Hipercósmico. Trascendencia divina Es la historia de Cristo Dios y hombre El tiempo eterno proyección hipercósmica al ser divino Octava maravilla el ser humano Trascendencia hipercósmica del mundo Y eternidad del tiempo en Dios fecundo Su experiencia de hacerse sobrehumano. Superhombre divino y soberano Amor divino y su poder rotundo Dios en el alma hasta lo más profundo, Cristo el hijo de Dios, en cada hermano. La luz eterna que deslumbra el cielo Octava maravilla que trasciende Su mirada divina, Dios la enciende. Divino rostro Cristo no está ciego Ni es robo humano su ambición de fuego, Dios que trasciende con eterno anhelo. Luz de la luz La trascendencia de Dios, Divino fuego. Espíritu de Cristo adoración del Padre Y ofrenda y gratitud de amor eterno Espíritu sacerdotal de Cristo Al margen del poder y la riqueza Mesiánica misión que el Padre ha visto De acuerdo a la visión de su grandeza. El huerto en oración claro y previsto Es única verdad que le interesa Y el templo de su cuerpo tiene listo Fiel al Padre, lealtad con entereza. Ya hereda el reino de su eterno Padre, Es Príncipe de paz, divino el Hijo Y resucita Cristo como dijo. Ve el cielo de mis ojos que en ti fijo Hijo del hombre de la Virgen madre, Eterno sacerdote a quien elijo. Yo resucito El templo de mi cuerpo, Gloria del Padre. Plenitud de la gloria Irremisiblemente el plan de Dios Al criterio intachable de verdad Eterna libertad le satisface Hacer el bien y el mal vencer le place A Dios y a Cristo y a la eternidad. La justicia afianzada a la bondad Al plantearse que se hace o se deshace, Viendo el bien ser mayor cual le complace Determina su eterna libertad. Amor elige a quienes han amado Dios glorifica su divinidad, El reino de los cielos lo han logrado. Eligiendo a quienes ha salvado Cristo pleno perfecta claridad Glorifica en su ser la humanidad. Ninguna pena, Lo divino y lo humano La gloria plena. Verdad de Dios Cristo alternativa única de Dios De la Creación y el hombre Cristo es alternativa de unidad Y humanidad entera toda en uno Del hombre universal siglo veintiuno Y el ser humano que ama la verdad. Conmigo o contra mí, la eternidad Del ser humano sin dejar ninguno, Quien es de la verdad a mí lo aúno Ser o no ser, en mi divinidad. Soy torrente de eterna redención Y plenitud de Dios que se derrama, Quien cree en mí encuentra salvación. Recoge o no y así es que desparrama Mi amor que siempre estoy por transferirlo, Yo viene al mundo para redimirlo. Yo soy redención Vida eterna y salvación, Verdad de Dios. El todo ante la nada El tiempo es efímero ante la eternidad Que es la vida y el amor del alma Se sienta o no se sienta acompañado Llegando a la verdad de su presencia Solos quedan el alma y la conciencia, Al final uno muere abandonado. La eternidad sin tiempo, terminado Ante amor inmortal como experiencia, Dios enciende o apaga su existencia De su espacio infinito, no otro lado. Ignorando cenizas, polvo y lodo El amor inmortal es de ese modo, Dios no deja el alma abandonada. Todo mundo al morir queda sin nada Y es posible lograr entonces todo, Vida eterna, del alma enamorada. Feliz o infeliz El alma, todo o nada, Llena de Dios. Cristo visión del Padre eterno Su rostro en que se mira y mutuo amor eterno de Cristo En quien nos mira y nos ama Vida eterna de gloria se reviste Y amor divino de que está provisto El gozo sempiterno siempre visto Perfecto el universo, allí persiste. En el reino de Dios nadie está triste Siendo el místico cuerpo que es de Cristo Creación en plenitud, cual la ha previsto, Para Dios allí existe cuanto existe. Y es lo que mira de la eternidad Trascendencia hipercósmica del mundo Con su eterna mirada en un segundo. Luce Dios con perfecta claridad Todo en Cristo que es luz de la verdad, ¡La cumbre de su ser lo más profundo! No vivo yo, Es Cristo quien vive en mí Si en Dios yo vivo. Visión divina Aspiración profunda del alma a la cumbe del ideal Belleza que no es alucinación sino realidad eterna más que soñada No importa a donde voy de donde vengo Descubro para mí que lo eres todo, No es el alma ceniza, polvo, lodo, Nada puedo temer, yo a ti te tengo. Contigo y a tu lado es de tal modo Alto y profundo en ti yo me sostengo Y sintiendo el abismo me detengo, Me encuentro bien y nunca me incomodo. Ven a mí eternidad que te recibo Cual divino presente en el que vivo, Pasado y el futuro no son nada. ¡Oh belleza del ser lo más deseada! Inextinguible amor cual te concibo En el alma, estando enamorada. Porque te he visto No solo te imagino, ¡Se que en ti existo! En pos de la verdad Epistemología absoluta del ser necesario Axioma ontológico del ser en la contingencia del hombre Certeza de evidente claridad Siendo tú solo parte y elemento, Le pertenece a la divinidad, No la inventas, descubre el pensamiento. Allí es grandeza tu conocimiento Del universo ante la realidad No presumas de pobre entendimiento, Descubre siempre en pos de la verdad. No es tu invento la epistemología Divina fuente de sabiduría, Raíz del ser, poder en todo inmerso. Más allá de la cronología No procede de la etimología, La Palabra en que existe el universo. Palabra y raíz En que razona el hombre, El universo. Sin fama ni gloria del mundo La historia de la salvación es cada instante del presente futuro de la humanidad Que se convierte en una eternidad Que me inspira a escribirle a todo mundo, Yo ignorado del mundo y de la fama No soy nada ni nadie a quien aclaman, Tan solo cuento con mi amor profundo. No existe el mundo para verlo inmundo, Y amor divino en encendida llama Es el de Cristo y salvación proclama, La pureza de Dios y amor rotundo. No son nada ni nadie sin el hombre El universo y toda la Creación, Dios los hizo por gloria de su nombre. Plenitud en su Voz, Cristo renombre La palabra divina en redención Hasta la cumbre de la resurrección. El reino de Dios No es la gloria del mundo, Lo es de los cielos. Lo eterno permanece El tesoro escondido dentro de nosotros Es la profundidad del reino de los cielos En dónde está la vida que yo tuve Sirve acaso vivir si todo acaba, Dios nos queda en verdad y el alma cava Los tiempos y lugares en que estuve. Y eternidad me dice, te retuve Y la muerte jamás lo menoscaba, El profundo tesoro que recaba Divina inspiración que el cielo sube. El tiempo en plenitud fue profecía De pureza inmortal, Dios que nos vino Resucitando en odas de alegría. Es Cristo nuestra eterna poesía Divina inspiración y don divino, La música del alma y su destino. Divino Cristo, Eterna poesía En toda el alma. Poesía mi esencia ser Lo que se va me deja todo lo que permanece Amor y poesía del alma Se impone para ser reconocida La inspiración que arroba el sentimiento, Eternidad del tiempo en un momento Visión del corazón incomprendida. Poesía es el alma de mi vida Y profunda intuición del pensamiento En las entrañas del entendimiento Y del alma el vivir que no se olvida. Universos del alma percibidos, Vale la pena el haber vivido Lo divino del ser, su misma esencia. La inspiración de haberlos comprendido Sobre todo el amor cuya existencia Es fuego inextinguible y subsistencia. Eterno amor, Inextinguible fuego Y poesía. Estética divina en el hombre La belleza de Dios que a El mismo le fascina Es el reino de Dios deslumbrante fascinación de Cristo Es de Dios en el hombre la figura Que se eleva a su ser como es el mismo Dimensión de infinito en su humanismo La estética más bella en su estructura. Y Cristo que en su ser se transfigura Con amor desde el fondo de su abismo, Y auténtico, con Cristo el Cristianismo Del abismo a la cumbre de esa altura. La belleza de Cristo siendo humana, Perfecta y pura en el ser divino La Creación perfecciona en su destino. Por divina es belleza soberana, Y amar o no es cielo o es infierno, Por supuesto que existe amor eterno. Visión divina, Su estética fascina De amor eterno. Conciencia del trabajo El hombre nace para trabajar como el ave par volar Y ambos para emigrar Dios no quiere las cosas de ese modo, Fealdad del ser humano la avaricia Soberbia que acumula por codicia Y vicios atascados entre lodo. Las cosas sirven para el bien de todos Y humildad se somete a la justicia Hermandad que comparte sin malicia, Derecha rectitud sin un recodo. Compartiendo con todos entre hermanos La virtud hace hermoso al ser humano, Contra pereza, está la diligencia. Trabajar por vivir es la conciencia Del ser humano dándose la mano, Gran deber, sin ninguna diferencia. A donde irá El trabajo del hombre, Dios bien lo sabe. Cien años de soledad No solo Latinoamérica sino la humanidad entera Sin la presencia autentica del cristianismo Narrada en deslumbrante poesía De las letras es gloria y muy horondo La horripilante historia de García, La desgracia latina, cala hondo. Destructivo poder vuelto manía La estirpe en su raíz se arranca a fondo Como acontece al general Buendía, Evidente tragedia de Macondo. Corrompida familia y sociedad No es problema latinoamericano, Frustración, la terrible eternidad. Bananera banal, problema humano, Remedios, ilusión sin realidad Entre el incesto y la promiscuidad. Gran poesía Cien años de soledad, Banal historia. El criterio de la verdad La verdad nos hace libres y es clara Ante toda sospecha de error o de mentira La verdad sospechosa si se mira No encuentre lo que le desacomoda Ni cuida el que dirán o de la moda, La sospecha aclarada, se retira. La virtud siempre triunfa cuando aspira Y hace real la verdad y la acomoda No pecando en verdad, aunque incomoda Sin sospecha, sin duda, sin mentiras. Por bien de la verdad que es necesario Ser cortes con amigos y la gente, No requiere dejar de ser valiente. El hacer lo ordinario extraordinario Al bien de la verdad le es pertinente Y el honor verdadero y más decente. Es la verdad La que nos hace libres Y siempre amigos. La música y el alma Es elocuencia angelical música del alma Visión sublime que rompe en notas de sonidos la palabra Los ángeles de Dios se transfiguran En sonidos y notas de oración A la cumbre del ser, divina altura De profunda y sublime adoración. Realidad que supera la razón La música del alma que es tan pura La razón sin razón, el corazón, Amor en demasía que es locura. Amor tocata y fuga en su estructura, Sonidos que se escapan del infierno Con poder musical ante el averno. La música es divina aunque tortura O invade plenamente de ternura, Momentos inmortales, son eternos. Dios inmortal Y el sonido del alma, Amor divino. The music and the soul Angelical eloquence is music in the soul The vision of the sublime where word gets broken in the notes of the divine Too much of love is real and truly madness The reason without reason of the heart, The purity itself the sound of art Is reality, is beautiful and greatness. It is the very top of being highest Like the angels of God, transfiguration Of sounds divinely reaching near the fares Sublime profound, it’s God in adoration. The power of inspiration within self, Love, might be touch and run, its own structure Being notes and sounds the escaping hell itself. Within the eternal now of the future Flying to heavens flies to nest of love, Tender or torture the serpent or the dove. Divine love It is the sound of the soul, ¡Oh eternal God! Dios familia del ser Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser Como Creador acción creadora de ser Bella increada oración como salterio Sol eterno y zenit que no declina Profundidad sin fin que no termina Del reino de los cielos y su imperio. La intimidad de Dios es un misterio Inagotable manantial y mina De amor eterno y realidad divina Y el ser en pleno con su vida en serio. Arquetipo de vida familiar El ser divino y su total esencia Y el inmenso infinito en su existencia. Plenitud esencial para engendrar Consciente de su ser en su presencia De amor filial, paternidad de amar. Amor renace Paternidad que nace, Pleno en su ser. La dicha de la paz La guerra por la paz sobre la tierra Es triunfo de la vida celestial No me puede servir tanto en el alma Escribir y entender la vida mía Manantial que me inspira poesía, La dicha de la paz, más que la fama. El fruto del amor del sol en llama Raíz de eternidad, no fantasía, Árbol en flor de la sabiduría Divina inspiración, a esto me llama. Milicia de la vida terrenal Divino florecer, vida divina De la gracia de Dios que me fascina. En el Verbo lo eterno es inmortal La palabra del ser, siendo germina Vida eterna, la vida celestial. La eternidad, Comparte el ser divino Nuestro destino. Al santo Cristo de la cruz d piedra Inconmovible roca de la fe Cristo en la cruz Que con amor eterno resucita y nos salva. Divina salvación el alma medra La esperanza de ti que no se cansa Y aquí está Cristo en su cruz de piedra, La paciencia de Dios que no descansa. ¡Oh mortal que caminas como hiedra Para abrir su costado con tu lanza, Despójate del miedo que te arredra Por haber traicionado su confianza! Su voz del corazón está llamando Al morir en la cruz crucificado, Amor eterno lo ha resucitado. Cristo el hijo de Dios nos sigue amando Con amor inmortal que nos conmueve, ¡La roca de la fe jamás se mueve! Cristo en la cruz Que eterno resucita, Nos sigue amando. Riqueza del Creador y la Creación La riqueza de Dios es brindis de amor y poesía En el banquete de su sabiduría Agua viva divina tal parece Que da vida, que nutre y acaricia, Vive el justo de fe y en ella crece Dichoso el corazón y su alma limpia. Pierde a Dios quien se llena de soberbia, Pobre mundo el que existe en la inmundicia Y es riqueza sin Dios, todo es miseria Porque al hombre destruye su malicia. Cristo eterno es divina beatitud, La riqueza de Dios toda en su mina De eterno manantial fuente divina. Lo humano y lo divino en plenitud La riqueza de Dios es poesía, En el banquete de su sabiduría. Humildemente Cristo, siendo el más pobre, Riqueza de Dios. La oblación de Lupita Alguien que vivió el milagro sin queja Y amó la vida en tan larga enfermedad heroicamente Amor de Dios se inmola en esa pena Nacer, vivir, luciendo hasta morir Con la fe y el deseo de vivir, Mientras Dios da la vida, siempre es buena. Gratitud de vivir jamás se apena Lo que importa ante Dios es bendecir Lo malo se hace bueno al elegir, Mientras Dios la regala no es ajena. Lo entendamos o no El lo comprende Es cosa del destino el don divino, Las cosas pasan como a Dios conviene. La llama de la fe el amor la enciende Y unida el alma a Cristo todo entiende, Es cosa de la fe, no lo adivino. Nuestra oblación En la muerte de Cristo, Morir y vivir. La riqueza Sus puntos de vista El temporal y el eterno Los bienes y los males, cuanto tienes En tus manos los tienes recibidos, No reniegues ni des por maldecidos Tienen mucho de bueno si te avienes. Vence el mal con el bien, todos son cienes Según la Providencia convenidos, Dalos siempre por siempre bendecidos De donde Dios los mira, son tus bienes. La paciencia de Job se ve pequeña, Cristo muere y nos da la contraseña Ciento por uno y la vida eterna. Divina roca e inconmovible peña Verdad de Dios que la verdad enseña, Que el amor es la vida sempiterna. Más a los demás, Es la riqueza de Dios Y la de Cristo. Eternidad y el bien sumo Atesorad en el cielo Sin orín sin polilla ni robo Paternidad de Dios que engendra el ser Masculina eminencia y femenina De fuerza maternal plena y divina, Amor en plenitud digno de ver. Cristo el hijo de Dios, en El encarne Su riqueza infinita, no termina La palabra de Dios, eterna mina Verbo divino su divina carne. Ser amigo de Dios, punto y aparte. La buena nueva su divina historia De perfecta y eterna trayectoria. El reino de los cielos lo reparte, Divina filiación, El, la comparte Y el hombre es heredero de su gloria. Con Dios aparte Tener la mejor parte, El sumo bien. El Hombre Grito de la mujer que debe dar a luz porque el hombre no es el hombre Poema que no es solo poesía sino esencia de la filosofía humana Liberación femenina varón y hembra integración del hombre en la mujer Ideal, la realidad verdad, de amar Derecho sin machismo ni recodo, La humanidad no se hunda en ese lodo, Ven cantar de cantares sin errar. Con el mismo derecho en su lugar Macho y hembra es el hombre y lo es en todo Y enemigos no son de ningún modo, La fuerza bruta debe terminar. Realizar la verdad cual debe ser Es el sueño del hombre, don divino, Hacer al hombre, un todo por lograr. Integración por ser es el hogar Masculino elemento y femenino, El hombre es uno y otro en la mujer. Y existe el hombre, Como varón y hembra En la mujer. Amor y vida Realidad del hombre es el amor inmortal Cada instante del tiempo lo hace eterno Valiendo todo sobre todo, amor Es verdad, que la vida vale nada Se va la luz, quedándose apagada La conciencia de ser en su esplendor. Apegarse a la vida es un error, Sin desprecio y jamás desesperada Visión de fe del alma iluminada, No teman, dijo Cristo sin temor. Vida eterna es la vida verdadera, No muere para siempre cuando muere Quien comparte conmigo y quien me quiere. Si a las cosas del mundo me prefiere El amor, es divina primavera, Florecer de los cielos por doquiera. No hay que temer Que el triunfo del amor Nos da la vida. Inspiración de Dios Desde la cumbre de la ciencia y de la fe Visión de Dios y el universo El tiempo pasa y queda la verdad Que es de Dios en el fondo su presencia, Vida eterna de Cristo en su existencia Tan inmensa como la eternidad. La conciencia de Dios que nos alumbre Viviente en plenitud, pleno entender, Profundo el universo de su ser Su divino escalar hasta la cumbre. Fe divina es visión y es conocer La cumbre de entender y del saber, Unida el alma a la divinidad. Es divino esplendor cual lo merece, Eterno el Yo de Cristo y permanece En la belleza de la humanidad. Cristo en plenitud, Inspiración de Dios Y poesía. Visión de libertad La esperanza de vida es inmortal Mensaje de la paz del medio oriente Puede mirar a Buda frente a frente, Cristiana, la cultura espiritual. Equilibrio de fuerza universal Su serena expresión luce elocuente, Lo mira la cultura de occidente El Buda en su perfil, paz oriental. Nada importa el dolor, mueren las olas, Divina humanidad es una sola Y espíritu de Dios la eternidad. Cristo y Buda y el hombre que se inmola Somos grito que grita libertad, Liberación, la luz de la verdad. Perfil de Buda Y en Cristo frente a frente, Paz y libertad. Temporalidad eterna de Cristo He venido para que tengan vida en abundancia Dimensión de la misión en la visión de Cristo Milagro del mirar de su retina Que mirando perdona los pecados, Dios que puede quitar el palo dado Presente eternidad, fuerza divina. El pasado que existe en el pasado Encanta recordar y nos fascina, En el futuro, cuando se adivina Memoria e ilusión siendo llamados. El divino poder se extralimita, Para el hombre es inmensa en su amplitud La inmensidad divina y su actitud. A la gloria de Dios que es infinita Cristo vivo que muere resucita, Maravilla del tiempo en plenitud. Es Cristo eterno, Pasado, y el futuro Maravilloso. Dios familia del ser Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser Como Creador acción creadora de ser Bella increada oración como salterio Sol eterno y zenit que no declina Profundidad sin fin que no termina Del reino de los cielos y su imperio. La intimidad de Dios es un misterio Inagotable manantial y mina De amor eterno y realidad divina Y el ser en pleno con su vida en serio. Arquetipo de vida familiar El ser divino y su total esencia Y el inmenso infinito en su existencia. Plenitud esencial para engendrar Consciente de su ser en su presencia De amor filial, paternidad de amar. Amor renace Paternidad que nace, Pleno en su ser. La realidad de Dios Por la fe la Palabra de Dios es la semilla Que florece en el alma divina maravilla En la belleza de la poesía Las neuronas del hombre oyen a Dios Escuchando el sonido de su Voz, Más que un concepto de filosofía El reino de los cielos en el alma Plenitud de los tiempos, aun no visto, Realidad de la fe que existe Cristo Que es triunfo del amor, divina palma. Solo Él sabe su eterna realidad Visión beatífica de eternidad, El concepto de Dios nunca es “El mismo”. Su presencia en el alma y la bondad Del amor, amor eterno de amistad, ¡Profunda realidad, todo ese abismo! Realidad de Dios La visión de sí mismo, ¡La fe del alma! Cristo y la riqueza Haced amigos de riquezas de la iniquidad Es el bien de la humanidad y la divinidad La de Dios es riqueza espiritual Y a pesar de ser suyas las riquezas Es riqueza de Cristo su pobreza, No explotadas del mundo material. Mano abierta de Dios naturaleza Providente supliendo necesario Casa, vestido y alimento a diario, El bien de todos es que le interesa. Es mal no hacer el bien, a Dios parece, La pobreza de espíritu mantiene La riqueza que da y que sostiene. Dios lo mira y el cielo lo merece La riqueza que da de lo que tiene, Hacer el bien es bien que no perece. La riqueza Mano abierta de Dios, Naturaleza. Adoración de Cristo Sufragio efectivo su Misión No vino a condenar al mundo sino a salvarlo Personal plenitud de eterna vida En la cumbre del ser, la eterna gloria Divino florecer, pascua florida El triunfo de la paz, es su victoria. El Padre de los cielos nos convida Al momento supremo de la historia, Realidad del amor, luz encendida La eternidad del tiempo, su memoria. Con el hijo de Dios nos alimenta La Palabra divina, nos sustenta, Pan del alma encarnada en voz de Dios. Es verdad más que hechizo de su voz, Del cordero, la real inmolación Que se consuma en la resurrección. Divina oblación De adoración al Padre, Cristo se inmola. El fruto del amor Del árbol de la vida divino paraíso Justamente Cristo rehace la justicia y la paz Equilibrio perfecto del Señor Su justicia excelsa es honorable, Equidad justiciera y saludable La divina invención del Salvador. Es la gloria del Padre eterno amor Divino ser, divinamente amable, Para el ángel y el hombre el adorable De Dios honor, sublime pundonor. De las entrañas de la eternidad Cristo triunfa del mal, vence al infierno, Cada instante del tiempo lo hace eterno. Es flor divina de la humanidad De la raíz de su divinidad, Por amor, es su fruto sempiterno. Cristo, rehízo La justicia y la paz Del Paraíso. La Pascua de Cristo Divina semilla que muriendo resucita Fecundidad de la Palabra viva del Padre y florecer de amor eterno Eternidad del tiempo y cuanto tiene La santidad de Dios, poder tan fuerte, Cristo y su Padre que en amor se entienden Y es del mundo divino contrafuerte. Elegidos de Dios son de tal suerte Que al reino de los cielos les asciende Fieles a El por compartir su muerte, Resurrección, la Pascua así trasciende. Resucita a la gloria el ser divino Resucitado Cristo, nos deslumbra Con el triunfo de Dios, nuestro destino. Eterna luz es Cristo, y nos alumbra Caminando con El que es peregrino Camino a Emaús, nuestro camino. Resurrección El morir en su muerte, Nos resucita. Cristo y su Iglesia Plenitud de la Creación Una sola familia a los ojos de Dios Engendrado en la cumbre del poder Es del Padre eterno masculino Místico cuerpo y castidad su ser, Cristo el hijo de Dios, varón divino. Pureza virginal nuestro destino Y estética de ser hecha a placer Convertida en eterno femenino, La Iglesia virgen, Israel mujer. Vista y oído, olfato, gusto y tacto Su eternidad divina quien convida, Divino instante eternidad en acto. La realidad de Dios no es en abstracto Por una eternidad eterna vida, Es amor en persona, Dios de facto. Amor divino, De eternidad en acto Es Dios de facto. Liberación divina Yo soy la luz del mundo que vence las tinieblas Y el buen Pastor que da la vida por sus ovejas A Dios se inmola el pascual cordero, Se trata del poder de los infiernos Y cadenas y puertas del averno, Libertad, para el hombre prisionero. Se trata del Pastor, su amor sublime, Del reino de los cielos que es eterno Con la vida del Verbo sempiterno, Cuya sangre, derrama y nos redime. Se trata de la gran sabiduría Del único maestro que es Mesías, La Palabra de Dios en carne humana. Y también de la fuerza soberana Que venciendo la muerte, resucita A la gloria inmortal, que es infinita. Nuestro redil El reino de los cielos, Cristo, Pastor. Saeta de Miami A Miami sin antología Lo que los poetas no recitaron Al jardín del Edén tú lo conmueves Atlántico y Caribe dando vueltas De estrellas y horizonte aguas revueltas, Belleza de Miami, tal te mueves. Del Paraíso pórtico el que vuelve, Miami, tú que acoges los poetas No puedes ignorar esta saeta Ni a su Madre ni al Cristo que te absuelve. Floreces como fiesta de colores, Tus vicios y virtudes son tu herida Del placer y las penas de la vida. Saeta de jardines de las flores Dios derrocha su bolsa de valores, Divina juventud, pascua florida. El Paraíso, Florida de las flores Pascua florida. Miami and the arrow For you what poets did not recite to Miami In the anthology You have a touch on the gardens of Eden With the Caribbean and Atlantic waters, Miami dressing beautiful, colores Depicting so the memories of heavens. The Portico of Paradise a broken narrow Of the opening wideness of your bay The inspiration of poets, welcome to stay, Though, ¿it could be without a missing arrow? Your vices and your virtue are tu herida From pleasures and the pain de la vida, Come arrows of love, the blooming of Easter. Be welcome Christ, come, youthful come divine In joy of harmony, brothers and sisters Florida of flowers, ¡la Pascua Florida! It is Paradise All Florida of flowers, ¡O bloom of Easter!