lunes, 31 de octubre de 2011

Trilogía del Poema del Hombre

Trilogía del Poema del Hombre
Proemio a la Trilogía la adoración de Cristo
Cristo es la perspectiva de Dios y el destino del hombre como estética de la belleza en el mundo de la Creación y definitivamente de la Revelación. El es su eterna inspiración encarnada y glorificada en la naturaleza de Dios y en la del hombre, no hecha sino realidad de la sustancia de su ser personal, convertida en la expresión de su Palabra excelsa, divina Poesía y el Salmo de los salmos de su amor y de su vida.
El Ave Fénix de la inmortalidad es una bendición que exalta al hombre hacia su grandeza más sublime de su destino que viene a ser el triunfo de la humillación profunda de su muerte. El hombre del siglo XXI particularmente cuenta con todos los recursos de la Cultura y de la Historia universal del espíritu del ser humano en persistente búsqueda. Su sedienta certeza trata de encontrar una respuesta incuestionable en el tiempo con relación a su inquietud, más que instintiva arrancando de la fe cuya raíz más profunda nace del alma aspirando a lo eterno. Este impulso del alma pertenece al hombre en ambos ámbitos de su destino en el orden de la naturaleza como en el orden sobrenatural. El imperativo categórico superior a la fe de la razón y a la razón de la fe trasciende de lo humano a lo divino de su destino, epopeya del yo humano hacia el Yo divino.
La adoración de Cristo
La plenitud de Dios florece en la Creación
Como hipóstasis de lo humano y lo divino en la totalidad de Cristo
Un segundo del tiempo eternidad
La conciencia de Dios en mi conciencia,
Soberana y eterna su presencia
De su reino profunda intimidad.

La persona de Cristo en realidad
Infinito del ser, su íntima esencia
Y eternamente toda su existencia
En las entrañas de la divinidad.

Nadie más, solo El con El y por El
Absoluta y total resurrección,
Dios con nosotros, divino Emmanuel.

Elegido en la cumbre de Israel
Y elocuente con toda la Creación,
Su presente en eterna adoración.
Dios adorable,
La adoración de Cristo
Es inefable.
Primer escenario. En contraste con la resurrección de Cristo que sin convertirse en cenizas resucita a la inmortalidad el tercer día después de su muerte el símbolo del Ave Fénix que resurge de sus cenizas en un vuelo inmortal viene a expresar el contraste del instinto del alma que identifica sus aspiraciones en el contexto paralelo de Paganismo y Cristianismo.
El Ave Fénix
Instinto de lo eterno
Cristianismo y Paganismo en raudo vuelo

Noción de ser para extinguirme luego
En el cóncavo lado del reverso
De donde nace todo el universo,
Mi vida es rio de la luz y el fuego.

El Ave Fénix vuela en mis cenizas,
Y en la voz del poema de mi verso
Me quedo con la paz y el viento terso,
La muerte en el olvido no me pisa.

Raudo vuelo inmortal de mi alma viva,
Trascienden los espacios más bonitos
Las alas de mi ser lo más arriba.

Sublime eternidad del infinito
No me extingo en verdad, y fue mentira,
Mi vida no se acaba cundo expira.
Lo más arriba,
Infinito el amor
Que nunca expira.
Segundo escenario. La aspiración a la inmortalidad es el contraste del realismo crudo del ser humano que está sujeto a esa realidad de lo temporal en cuyo contexto todo lo que nace termina por morir. El ideal de una vida ideal capaz de convertirse en realidad sin morir o más allá de la muerte no repugna a la axiología de preferir el ser al no ser, el existir al no existir y el vivir al morir. Y Cristo en el contexto de la fe, la esperanza y el amor ha dicho que quien cree en El no muere para siempre.
La inmortalidad
Aparte de la fe el instinto de la belleza
Hace al hombre inmortal

Deja las riendas de la luz del sol
En el carro de todo el universo
Y pisa las estrellas de regreso,
Luzca eterna su luz el gira sol.

Silencio musical en si bemol
En la sangre que fluye de mi verso,
Si espíritu del alma no está preso
Corra el rojo en sus venas del patol.

La eternidad afirma que florece
Sublimando al hombre espiritual
Su lacra de morir y ser mortal.

El alma libre se rejuvenece
De eterna libertad que no envejece,
Sabiendo que el amor es inmortal.
No se marchita
La luz del universo,
Inmarcesible.
Tercer escenario. El nombre de Dios es el signo del Todo poderoso. Lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios. La idea de ser como Dios ha sido el desafío rebelde de no servirle según la expresión de la fuerza del mal expresándose de esa manera no serviré. Sin embargo el mensaje más trascendental de Cristo ha venido a ser hacernos participantes de su vida divina que comparte con su Padre que lo ha engendrado y con El mismo que es el Verbo y la Vida de Dios y también con el Consolador que es el Espíritu en persona de su amor eterno.

En el nombre de Dios
Que bendiga la Creación con vida eterna
El Padre Cristo su Hijo y su Espíritu de Amor

Tú en nosotros, por eso te sentimos
Y somos uno en Ti, ningunos otros,
Tú siempre estás en medio de nosotros
En tu nombre Señor si nos reunimos.

Te escuchamos hablar y percibimos:
Yo estoy aquí en medio de vosotros,
No somos más salvajes como potros
Y humilde el corazón, te bendecimos.

Compartimos la mesa, el pan y el vino
En tu nombre Señor por ti reunidos,
Con ojos de la fe en nuestros oídos.

Eres Dios con nosotros don divino,
Tu amor eterno nos mantiene unidos
Recordando que estamos redimidos.
Ahora y siempre,
Yo estaré con vosotros
Eternamente.
Navidad feliz sigloXXI
Corolario
La existencia del nacimiento de Cristo es necesaria a esta Trilogía del Poema del Hombre de la misma manera que la Navidad tiene como esencia el nacimiento de Cristo. A manera de Corolario termino este breve poemario que justifico al final en el contexto del eterno infinito sin principio ni fin en la trascendencia del tiempo hacia la eternidad a la que pertenece el hombre en el Yo divino.


Navidad feliz siglo XXI
Cuerpo de Cristo maná de los cristianos
Leche y miel de la tierra prometida

Compartamos la tierra prometida
Navidad en familia es Emmanuel
Dios con nosotros con sabor a miel,
Divina leche que nos da la vida.

Compartamos de Cristo la venida
Gloria en los cielos lo proclama a El
Que ha nacido en Belén rey de Israel,
Reine la paz y triunfe bendecida.

Compartamos divina la amistad
De Dios niño por una eternidad,
En medio de esta noche eterno día.

Compartamos de Dios su intimidad
Que nos llena de gozo y alegría
Del manantial de su sabiduría.
Del Niño Dios
La tierra prometida,
Sabor a miel.

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