martes, 4 de agosto de 2009

III.-Misterios de Dolor

La Agonía del Señor

Soneto

Divina libertad en cautiverio
Te mueres de dolor sufriendo en serio,
Eres del cielo la sabiduría
Y aparece el infierno en tu agonía.

Tu Oración en el Huerto sin cauterio,
Dios se esconde de ti y es un misterio.
Todo es pena, tinieblas tu alegría,
Suda sangre tu fuego que te enfría.

Eres Hijo de Dios y sin consuelo
Necesitas los Ángeles del cielo,
Siendo fuente de amor tu sed abunda.

Sediento de beber, dolor te inunda
Por la ausencia de Dios, y El te fecunda,
¡Eres fiel, Tu te mueres, no tu anhelo!


Sentenciado a la Cruz

Soneto

Es justo y como justo necesario
Echar la cruz al hombro hasta el Calvario,
Sentenciado a morir por criminales
Por el crimen de todos los mortales.

Clama a Dios la justicia en su Santuario
Y el pecado al Eterno grita a diario,
Tu Castigo es remedio de esos males
Y limpieza que limpia a comensales.

La cruz pesada y el camino largo
Más largo que el camino al infinito,
Es la ofensa y el cuerpo del delito.

Tres caídas, Tu llegas sin embargo,
Jesús, te falta el trago más amargo,
¡Vida y muerte en tu cruz, oh eterno grito!


Flagelación del Señor

Soneto

Si es que tienes poder viene de arriba
Oyó el Procurador, la verdad viva.
Y a Jesús cuyos labios no repelan
Atado a la columna, lo flagelan.

Le castigan y a muerte le condenan
Gran silencio los cielos, ¿eso anhelan?
Si eso quiere su Padre que reciba
Libre el Hijo del Hombre, no lo esquiva.

Se trata de que sufra flagelado
Pagando por la culpa del pecado,
Lo hace suyo por ser el Salvador.

Y por eso será crucificado
El Mesías, que es Cristo Redentor,
¡Derrotado en la cruz, Dios Vencedor!


Cómo espinas coronan mi cabeza

Soneto

Cómo espinas coronan mi cabeza,
Jerusalén, soy paz sobre la tierra,
El hosanna y la palma me interesan
No el odio de la espina que se entierra.

De invencible humildad secreto encierra
El laurel inmortal sobre mi mesa,
Soy Príncipe de paz, no busco guerra
Y batallas proclaman mi destreza.

Si me humillan exaltan mi corona,
Cada espina vibrante el cielo entona
Un sonido como ángeles de gloria.

Celebrando el honor y la victoria
Mi dolor se hace música en su historia,
¡Dios eterno, es mi triunfo y lo corona!


Crucificción y muerte del Señor

Soneto

¡Oh cumbre del momento, al Padre exalto
Y a las tres de la tarde muere el día!
Levantado en su cruz al mediodía
Su muerte terminó en divino asalto.

Las nubes casi negras de cobalto
Oscurecen el alma de María
Y ella es tierra en que muere su alegría,
¡Suba el Sol de justicia, lo más alto!

Alma de Cristo en bello movimiento
Y amor al Padre de la cruz colgado,
Las tumbas, se sacuden bajo el viento.

Sabiendo de su gran advenimiento
Redimido este mundo, El traspasado,
¡Sangre y agua, oh Cristo, tu costado!

No hay comentarios: