tag:blogger.com,1999:blog-9835999918040840812024-03-06T00:21:27.902-08:00TrípodeArte, belleza y hombre.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.comBlogger115125tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-39186388600715825782012-12-20T08:15:00.000-08:002012-12-20T08:15:33.226-08:00La Navidad Realidad de FeLa Navidad realidad de fe<br />
<br />
<br />
La Navidad trasciende la realidad del hombre, el espacio y el tiempo y la misma historia. La Navidad es la dimensión eterna de lo humano y lo divino, inmensidad infinita en la intimidad de Dios eterno. Y el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios no solo porque le infunde un soplo de vida, sino porque el sentido de la familia humana es imagen y semejanza de lo esencial que acontece en la vida divina. Es Cristo el Mesías quien nos revela esta realidad que acontece en su nacimiento al nacer la Navidad. <br />
<br />
Filosofía y poesía mística de la realidad de Cristo hace posible el medio divino de la vida íntima de Dios en el hombre, compartiendo en unidad personal tanto la naturaleza divina como humana. Digo filosofía por amistad a la sabiduría que en su revelación, es El mismo que se proclama hijo de Dios y también se refiere a sí mismo como el hijo del hombre nacido de la Virgen María, siendo desde la eternidad y anteriormente a todo lo creado el hijo de Dios vivo a quien llama Padre con quien tiene la identidad de ser único Dios. La realidad mística de Cristo es su cuerpo místico proyección de la alegoría de la vid y los sarmientos.<br />
<br />
El testimonio de Cristo nos revela la vida de Dios siendo El esa vida de una manera singular, como lo es la del Padre que engendra dando la vida a Él, siendo hijo de sus entrañas paternales. Y lo declara explícitamente y lo refiere a El mismo en la Eucaristía señalando que como su Padre le da la vida esa vida nos la da a nosotros alimentándonos de su cuerpo y sangre que es verdadero manjar y bebida que nutre para la vida eterna.<br />
<br />
La Palabra de Dios escrita después de haber sido revelada en los hechos históricos, proféticos, poéticos, didácticos de la Biblia, al fin de cuentas, está orientada a la revelación y a la misión de Cristo como Mesías. Y esta misión en esencia es la buena nueva de revelarnos el conocimiento de Dios como Padre y su relación filial con Él y con nosotros.<br />
<br />
La oración del Padre nuestro es el testimonio y la síntesis perfecta de su misión. Aunque hace hincapié Cristo declarando al anunciar su partida voy a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Evidentemente lo comprendemos, Cristo es el hijo único natural de Dios y nosotros sus hermanos por gracia hijos adoptivos y coherederos de su gloria. <br />
<br />
Cuando el apóstol Felipe le pregunta y comenta con esta súplica de enséñanos al Padre y esto nos basta, Cristo contesta, quien me ve a mi está viendo al Padre. La revelación de Dios eterno es la de conocer al invisible en sí mismo y desconocido a la mirada de todos, que solamente logramos conocerlo en la realidad personal de su ser por Cristo en El y por El. Lo declara explícitamente diciendo que nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien deciden revelarlo. Y añade, si alguno me ama mi Padre le amará y vendremos para hacer allí nuestra morada. Por ello es que el evangelista comenta que el Verbo se hizo carne y puso su morada en medio de nosotros.<br />
<br />
El cuerpo de Cristo es por excelencia y en realidad el templo mismo de Dios. De allí su desafío a los judíos sobre su autoridad mesiánica diciéndoles, destruid este templo y Yo lo reedificare en tres días. La semilla de la Palabra eterna nace de una Virgen que concibe y acontece su alumbramiento bajo la sombra en su vientre virginal por obra y gracia del Espíritu de Dios. Cristo nace, la Navidad misma y es hijo del altísimo, hijo de Dios. Gran maravilla que la Virgen da a luz con su virginidad inmaculada, siendo virgen antes del parto en el parto y después del parto como privilegio divino y por su honor.<br />
<br />
La alegoría bíblica exclama, nos ha nacido un Niño. Y Cristo en la parábola del sembrador nos hace saber que la palabra de Dios es la semilla. Esta semilla de vida interior es el grano de trigo que debe morir para ser fecundo y finalmente es la vida de Cristo en nosotros. El Apóstol San Pablo pregona morimos con Cristo para resucitar con El. Y también nos dice, no soy yo sino Cristo quien vive en mí. Cristo es la vida de Dios en el hombre por la fe y por el amor. Toda esta realidad mística brota de la Navidad y la resurrección cuando Cristo sin remover la piedra del sepulcro, resucita como lo tenía predicho. <br />
<br />
La realidad de la fe supera todo conocimiento y a Cristo no se le conoce en la realidad de ser quien es sino por la fe. La fe es esencialmente el conocimiento de Dios y de lo divino que se convertirá eventualmente en la visión beatífica de los bien aventurados. La Navidad de fe que como esperanza mostrará su fruto cierto, fruto bendito que vendrá a ser el triunfo eterno del amor divino, siendo la felicidad suprema de Dios nuestra propia felicidad. Donde este Yo allí estarán quienes creyendo en mí compartieron fieles mi propio testimonio. Promesa de Cristo. <br />
<br />
<br />
<br />
Pintando la Navidad<br />
<br />
Espacio de dimisión espiritual de sonetos y un villancico navideño<br />
<br />
La experiencia de Navidad<br />
<br />
En lo profundo de la fe del alma humana la intimidad interior de Navidad es el amor en todo su esplendor.<br />
<br />
La Navidad en concierto es también pictórica visión del ser divino. Cristo es armonía y realidad de la belleza a perfección para quienes creemos en El. En el silencio del alma se convierte en visión beatífica.<br />
<br />
En su intimidad oímos y miramos a Dios eternidad que canta la música del alma en el silencio inefable que divinamente nos encanta.<br />
<br />
La visión de su ser el éxtasis total del pensamiento es belleza del eterno entendimiento y la visión beatífica de Dios.<br />
<br />
El gozo eterno del amor que siendo el bien sumo es la saciedad del alma. Visión cuyo esplendor resplandece en total contemplación divina. La inmensidad de la perfecta belleza esencia y existencia a perfección en el ser infinito.<br />
<br />
Venid benditos de mi Padre al reino de los cielos nacido en Navidad.<br />
<br />
La Navidad es la fe de nacer y renacer en la plenitud del ser, Cristo realmente total.<br />
<br />
<br />
<br />
El Adviento<br />
<br />
Distintos de los nuestros los caminos de Dios son un misterio<br />
<br />
Cristo camino verdad y vida eterna se hace nuestro.<br />
<br />
<br />
<br />
Adviento y Navidad es Dios que viene<br />
<br />
Más que el viento que sopla donde quiere<br />
<br />
Espíritu de amor cuando prefiere,<br />
<br />
Su gracia y libertad cual le conviene.<br />
<br />
<br />
<br />
La fuerza del destino la sostiene<br />
<br />
Busca el alma inmortal que nunca muere<br />
<br />
Hiriéndonos de amor cuando nos hiere,<br />
<br />
La eterna voluntad, a Dios se atiene.<br />
<br />
<br />
<br />
Para Dios es la cosa bien sencilla,<br />
<br />
Llueve el cielo el tesoro de su mina<br />
<br />
Y nace el Salvador, la luz divina.<br />
<br />
<br />
<br />
Luz del mundo que al mundo lo ilumina<br />
<br />
La tierra en paz, crecida su semilla<br />
<br />
La Palabra de Dios, su maravilla.<br />
<br />
La luz del viento,<br />
<br />
Prepara Navidad<br />
<br />
En el Adviento.<br />
<br />
<br />
<br />
La Inmaculada Concepción<br />
<br />
Le pureza de Dios es esencial a su naturaleza<br />
<br />
Lo es a la sombra de su Espíritu cubriendo el vientre virginal de María.<br />
<br />
<br />
<br />
La Palabra de Dios, su encarnación<br />
<br />
Es el cuerpo de Cristo por formar<br />
<br />
Y es privilegio de la concepción<br />
<br />
La pureza de Dios en su lugar.<br />
<br />
<br />
<br />
La sombra del Espíritu va a obrar<br />
<br />
Sobre el misterio de la anunciación,<br />
<br />
De sepultado, va a resucitar<br />
<br />
Cristo glorioso en su resurrección.<br />
<br />
<br />
<br />
Y la Virgen da a luz la eterna voz,<br />
<br />
Concebido y nacido el encarnado<br />
<br />
Ha vencido la muerte y el pecado.<br />
<br />
<br />
<br />
Es la nueva Creación digna de Dios<br />
<br />
Su pureza en el Verbo transformado,<br />
<br />
Cristo, vino a vivir resucitado.<br />
<br />
Le concibió<br />
<br />
Sin pecado original,<br />
<br />
La Inmaculada.<br />
<br />
<br />
<br />
Misión de Cristo<br />
<br />
No he venido a condenar al mundo sino a salvarlo del pecado y la muerte<br />
<br />
Resucitando a la gloria del amor eterno.<br />
<br />
<br />
<br />
Redimir la Creación es plan conciso;<br />
<br />
Venga tu reino de allí de done estás,<br />
<br />
Triunfa el bien sobre el mal Cristo eficaz<br />
<br />
Tu voluntad lo quiere y es preciso.<br />
<br />
<br />
<br />
Fue el amor justamente quien lo hizo<br />
<br />
Siendo Padre del Príncipe de paz <br />
<br />
Emperador del reino, Dios nomás,<br />
<br />
Justicia del amor así lo quiso.<br />
<br />
<br />
<br />
Siendo el Hijo del Padre Cristo amado<br />
<br />
De Virgen nace y muere traspasado,<br />
<br />
La Palabra de Dios es la semilla.<br />
<br />
<br />
<br />
Divino fruto es plena maravilla<br />
<br />
Que resucita siendo sepultado,<br />
<br />
Y a toda la Creación la ha renovado.<br />
<br />
El nace y muere<br />
<br />
Y renueva la Creación,<br />
<br />
Resucitando.<br />
<br />
<br />
<br />
Villancico al Niño Dios<br />
<br />
Desde Miami Florida<br />
<br />
Entonado por ángeles pastores y pecadores<br />
<br />
Redimidos o por redimir.<br />
<br />
<br />
<br />
Cantemos un villancico<br />
<br />
Hoy al hijo de María<br />
<br />
Que esta noche ella ha parido<br />
<br />
Al Niño Dios que es Mesías.<br />
<br />
<br />
<br />
Junto al recién nacido<br />
<br />
Hay amor y hay alegría<br />
<br />
Acerquémonos alegres<br />
<br />
A beber sabiduría.<br />
<br />
Entonamos estos versos<br />
<br />
A luceros infinitos,<br />
<br />
Duerme Niño pequeñito<br />
<br />
Más grande que el universo.<br />
<br />
<br />
<br />
Es de la tierra tu llanto,<br />
<br />
¡Oh divino Emanuel!<br />
<br />
De la Virgen de Israel<br />
<br />
Y del Espíritu Santo.<br />
<br />
<br />
<br />
El Padre que te acaricia<br />
<br />
Cielo y tierra en armonía<br />
<br />
Mientras tu faz sonreía<br />
<br />
De eterno amor, son albricias.<br />
<br />
<br />
<br />
Esta noche es Nochebuena<br />
<br />
Navidad y eterno día,<br />
<br />
Esta eterna poesía<br />
<br />
Son Jesús José y María.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad que nace<br />
<br />
Con Cristo la humanidad entera peregrina en la tierra<br />
<br />
Nacemos y peregrinamos a la vida eterna.<br />
<br />
<br />
<br />
Profético el edicto que es divino<br />
<br />
Compartamos con ellos la jornada<br />
<br />
María y José por Cristo de camino,<br />
<br />
Con ellos pediremos la posada.<br />
<br />
<br />
<br />
Nueve meses estuvo embarazada<br />
<br />
Pacientes soportando desatinos<br />
<br />
Por llegar a Belén, fue su destino,<br />
<br />
La Virgen pare sin dolor cansada.<br />
<br />
<br />
<br />
Nace Cristo con gloria y regocijo<br />
<br />
Del universo el Rey de Dios el hijo,<br />
<br />
Con ángeles que bajan de los cielos.<br />
<br />
<br />
<br />
Los pastores lo adoran, es su anhelo,<br />
<br />
Y de Herodes escapan los estragos<br />
<br />
Adorando también los reyes magos.<br />
<br />
Fue profecía,<br />
<br />
De la Virgen María<br />
<br />
Su nacimiento.<br />
<br />
<br />
<br />
La verdadera Navidad<br />
<br />
Escueta y desnuda realidad que celebra el nacimiento de Cristo<br />
<br />
Es un hecho maravilloso ser gloria de Dios en el cielo y paz de la tierra.<br />
<br />
<br />
<br />
Cristo existe eterno en el Creador<br />
<br />
Y renace con toda la Creación<br />
<br />
Divino sacerdote y redentor,<br />
<br />
Siendo el hijo de Dios en oblación.<br />
<br />
<br />
<br />
Da su vida y se entrega por amor<br />
<br />
A la muerte y a la resurrección,<br />
<br />
Es divina palabra, el salvador<br />
<br />
Y el reino de la paz en su misión.<br />
<br />
<br />
<br />
Los ángeles adoran su destino<br />
<br />
La unión del ser humano y el divino,<br />
<br />
Luz eterna, divina su memoria.<br />
<br />
<br />
<br />
Trasciende la Creación y esa es su historia,<br />
<br />
De todo el universo la victoria<br />
<br />
El es la Navidad de nuestro sino.<br />
<br />
¡Ven Navidad,<br />
<br />
Llamada del destino<br />
<br />
Al ser divino!<br />
<br />
<br />
<br />
La eterna Navidad<br />
<br />
Plenitud del tiempo cuando Cristo nace<br />
<br />
Y toda la Creación del universo que renace eternamente.<br />
<br />
<br />
<br />
Es Nochebuena y Navidad mañana<br />
<br />
Trascendiendo a la fe y a la razón<br />
<br />
La Creación que es divina inspiración<br />
<br />
De Dios, el universo todo emana.<br />
<br />
<br />
<br />
Paz en la tierra de su fondo mana<br />
<br />
Viendo al Hijo de Dios, su encarnación,<br />
<br />
Los cielos triunfan su victoria gana<br />
<br />
El testimonio de su resurrección.<br />
<br />
<br />
<br />
Los ángeles lo aclaman por su gloria<br />
<br />
Y a adorar los pastores han venido,<br />
<br />
Humano a lo divino en Cristo unido.<br />
<br />
<br />
<br />
El pesebre y la paja son su nido<br />
<br />
Y es Belén de Judá reconocido<br />
<br />
Siendo allí que el Mesías ha nacido<br />
<br />
Nochebuena hoy,<br />
<br />
Y Navidad mañana<br />
<br />
Eterna emana.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad esencial<br />
<br />
Esencia de la existencia la Palabra de Dios hacia la plenitud de ser<br />
<br />
Cristo adoración gloria y resurrección de la Nueva Creación.<br />
<br />
<br />
<br />
No absurdo panteísmo, real locura<br />
<br />
Del ser humano en su divinidad,<br />
<br />
Reconozco de Dios la humanidad,<br />
<br />
El, todo en todo en todas sus creaturas.<br />
<br />
<br />
<br />
Supera la razón, se transfigura,<br />
<br />
Convierte el tiempo en eternidad<br />
<br />
Total el universo en la verdad,<br />
<br />
El, Dios y hombre en toda su figura.<br />
<br />
<br />
<br />
Es la esencia de Cristo en Navidad<br />
<br />
Luz del mundo con plena claridad,<br />
<br />
Amor divino y toda su aventura.<br />
<br />
<br />
<br />
Da su vida, entrañable caridad<br />
<br />
De las entrañas de su paternidad,<br />
<br />
Piedra de toque de toda su estructura.<br />
<br />
Nueva Creación<br />
<br />
Y Templo reconstruido,<br />
<br />
¡La Resurrección!<br />
<br />
Homenaje a la Navidad<br />
<br />
Amor eterno homenaje de ser y de nacer<br />
<br />
De morir resucitar y renacer a la vida eterna.<br />
<br />
<br />
<br />
Cielo y tierra se llenan de contento;<br />
<br />
El celebrar de la divinidad<br />
<br />
En beneficio de la humanidad,<br />
<br />
Divino como humano el gran evento.<br />
<br />
<br />
<br />
Dios enciende el divino pensamiento<br />
<br />
Del tiempo en plenitud, la eternidad,<br />
<br />
Luz del mundo y divina claridad<br />
<br />
Al alcance de todo entendimiento.<br />
<br />
<br />
<br />
Entero el universo se derrama<br />
<br />
En cascada de amor, tanto nos ama<br />
<br />
La eternidad partida por mitad.<br />
<br />
<br />
<br />
Beso eterno de amor y de amistad<br />
<br />
La Palabra de Dios, es concebida,<br />
<br />
¡Aleluya y Shalom en paz unida.<br />
<br />
Dios en cascada,<br />
<br />
Partiendo a la mitad<br />
<br />
Su eternidad.<br />
<br />
Navidad plenitud de nacer<br />
<br />
Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación<br />
<br />
La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad para Dios poder nacer<br />
<br />
Como luz de su ser eternamente,<br />
<br />
Padre e Hijo al amarse mutuamente<br />
<br />
Siendo amor personal a su entender.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad para Cristo es renacer<br />
<br />
Y en el hombre ser Dios humanamente,<br />
<br />
Con ser divino en sí divinamente<br />
<br />
Siendo nueva Creación por conocer.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad de los cielos en la tierra<br />
<br />
Es el reino de Dios, no solo historia,<br />
<br />
La misma eternidad divina gloria.<br />
<br />
<br />
<br />
Eterna paz y el triunfo de la guerra<br />
<br />
Sin las huellas del mal, sin nada adverso<br />
<br />
Al cántico de Dios y su universo.<br />
<br />
Nacer del ser<br />
<br />
Y eterno renacer,<br />
<br />
Dios en la Creación.<br />
<br />
Navidad plenitud de nacer<br />
<br />
Que trasciende la historia y el plan del Creador y la Creación<br />
<br />
La plenitud de ser y de nacer que existe en Dios intimidad de Cristo Dios y hombre.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad para Dios poder nacer<br />
<br />
Como luz de su ser eternamente,<br />
<br />
Padre e Hijo al amarse mutuamente<br />
<br />
Siendo amor personal a su entender.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad para Cristo es renacer<br />
<br />
Y en el hombre ser Dios humanamente,<br />
<br />
Con ser divino en sí divinamente<br />
<br />
Siendo nueva Creación por conocer.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad de los cielos en la tierra<br />
<br />
Es el reino de Dios, no solo historia,<br />
<br />
La misma eternidad divina gloria.<br />
<br />
<br />
<br />
Eterna paz y el triunfo de la guerra<br />
<br />
Sin las huellas del mal, sin nada adverso<br />
<br />
Al cántico de Dios y su universo.<br />
<br />
Nacer del ser<br />
<br />
Y eterno renacer,<br />
<br />
Dios en la Creación.<br />
<br />
Navidad la gran espera<br />
<br />
Fe del amor que la vida de Dios es gran espera<br />
<br />
Grito feliz de la esperanza que nunca desespera.<br />
<br />
<br />
<br />
Si amor divino con amor discierno<br />
<br />
La verdad del amor es más verdad,<br />
<br />
Efímero cual soy en realidad<br />
<br />
Momentos de mi ser son algo eterno.<br />
<br />
<br />
<br />
Cristo es luz y encendida claridad<br />
<br />
A pesar de las fuerzas del Averno<br />
<br />
La soberbia y el odio del infierno,<br />
<br />
Es posible iniciar la eternidad.<br />
<br />
<br />
<br />
El Creador, la Creación no es fantasía,<br />
<br />
Su encuentro de felicidad divina<br />
<br />
Lo comparte feliz con su alegría.<br />
<br />
<br />
<br />
Al reino de los cielos nos destina<br />
<br />
La realidad ideal, no la imagina,<br />
<br />
Es la gloria de su sabiduría.<br />
<br />
La Navidad,<br />
<br />
Es divina esperanza<br />
<br />
Que a Dios alcanza.<br />
<br />
Trilogía navideña<br />
<br />
Maravilloso preámbulo que precede a la Navidad<br />
<br />
Y epílogo de amor del amor eterno.<br />
<br />
<br />
<br />
Navidad renacimiento del Verbo<br />
<br />
La eternidad de Dios su intimidad de vida y de amor<br />
<br />
Maravilloso preámbulo de Navidad.<br />
<br />
Sin principio es principio y así es Dios<br />
<br />
La Palabra divina eternamente,<br />
<br />
Es la eterna evidencia de su mente<br />
<br />
Sin sonido es sonido, eterna voz.<br />
<br />
Seguir a Cristo de la luz en pos,<br />
<br />
Es Dios mismo, divino y elocuente<br />
<br />
Su manantial como divina fuente,<br />
<br />
Superior a la espada y a la hoz.<br />
<br />
Es el preámbulo de Navidad<br />
<br />
Que Dios preexiste en la eternidad,<br />
<br />
El Creador, la Creación, todo se asombre.<br />
<br />
Renaciendo en Cristo la verdad<br />
<br />
En el nombre del Padre y por su nombre,<br />
<br />
Nace el Hijo de Dios y se hace hombre.<br />
<br />
Miró y lo quiso,<br />
<br />
Y encarnó el Verbo de Dios<br />
<br />
Humanamente.<br />
<br />
Dios en sí mismo<br />
<br />
La intimidad de Dios es un abismo inmenso<br />
<br />
Infinitamente más alto que los cielos.<br />
<br />
<br />
<br />
Presente en la Creación bella elocuencia<br />
<br />
El ser de la grandeza sobrehumana<br />
<br />
Y vida eterna que infinita emana,<br />
<br />
La Palabra de Dios, tu pertenencia.<br />
<br />
<br />
<br />
Le rindo adoración a tu presencia<br />
<br />
Divina realidad del alma humana<br />
<br />
Descubriendo esa fuerza soberana,<br />
<br />
Eres Dios en tu esencia y existencia.<br />
<br />
<br />
<br />
Tu eternidad de ser plena evidencia<br />
<br />
Es universo de tu inteligencia,<br />
<br />
La visión de tu ser, divino abismo.<br />
<br />
<br />
<br />
Eres luz interior, clarividencia<br />
<br />
Y absoluta verdad, y la eminencia<br />
<br />
En que exulta el amor al amor mismo.<br />
<br />
¡Divino abismo<br />
<br />
Infinito e insondable,<br />
<br />
Dios en sí mismo!<br />
<br />
Navidad divina desnudez<br />
<br />
La riqueza de Dios es para el hombre el amor y la paz<br />
<br />
El reino de Dios y su justicia con la bienaventuranza del bien sumo.<br />
<br />
<br />
<br />
Divina desnudez es su riqueza<br />
<br />
Y honor a la verdad, eso le importa,<br />
<br />
Fue cruda realidad y la soporta<br />
<br />
El pesebre, la paja y la pobreza.<br />
<br />
<br />
<br />
El corazón de Dios, su vena aorta<br />
<br />
El divino Pastor en la dehesa<br />
<br />
Que es Cordero de Dios sobre la mesa,<br />
<br />
Largueza en redimir, no queda corta.<br />
<br />
<br />
<br />
No nos redime plata ni dinero<br />
<br />
Sino Cristo divino mensajero,<br />
<br />
Es luz del mundo, la del Padre eterno.<br />
<br />
<br />
<br />
Palpita gloria todo el corazón<br />
<br />
La nueva sangre de su resurrección,<br />
<br />
El Mesías, su triunfo sempiterno.<br />
<br />
El nace pobre,<br />
<br />
Su rica desnudez<br />
<br />
Es ser divino.<br />
<br />
Amor de Dios la Navidad<br />
<br />
Creación y redención de un mundo nuevo<br />
<br />
Cristo gloria y honor la intimidad de la vida de Dios y el triunfo de su amor.<br />
<br />
<br />
<br />
Cual divino y humano amanecer<br />
<br />
La Palabra de Dios enamorada<br />
<br />
Universo de Dios, mar en cascada<br />
<br />
La Navidad comienza a acontecer.<br />
<br />
<br />
<br />
La persona del Verbo ya encarnada<br />
<br />
Es el Hijo de Dios, Cristo al nacer<br />
<br />
Es sustancia del Padre y renacer<br />
<br />
De una nueva Creación glorificada.<br />
<br />
<br />
<br />
Cristo muere y después resucitado<br />
<br />
Es el grano de trigo fermentado,<br />
<br />
Eterno amor de amor enamorado.<br />
<br />
<br />
<br />
Su divino poder, santificando<br />
<br />
Va la gloria de Dios glorificando,<br />
<br />
Los ángeles y el hombre transformados.<br />
<br />
Cristo es Navidad,<br />
<br />
Epílogo de amor<br />
<br />
Del Hombre Dios.<br />
<br />
Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-37484137911001098012012-07-30T11:43:00.000-07:002012-07-30T11:43:08.001-07:00Realidad de Dios y aspiración del hombreRealidad de Dios y aspiración del hombre
El hombre acontece en el tiempo y Dios en la eternidad. Cristo enfatiza este hecho y deja establecido que el cielo y la tierra pasarán pero su palabra no pasará. El es consciente de existir eternamente como palabra de Dios absoluta y necesaria siendo el hijo del Padre que expresa al ser divino, y a su vez, siendo el hijo del hombre nacido en el tiempo, que conoce y experimenta las vicisitudes del tiempo y el momento de su hora para morir, redimir y resucitar a la gloria eterna del Padre, habiendo sido el maestro cuya misión es presentar la buena nueva del reino de los cielos que no es de este mundo sino pertenece al mundo de Dios.
El conocimiento de la realidad de Dios lo presenta Cristo como una experiencia única que le pertenece exhaustivamente a Él como expresión absoluta suya siendo su Palabra eterna. Este conocimiento lo comparte con quienes dispuestos por la fe desarrollan una relación de amor a Dios, de manera que explícitamente se refiere a ello diciendo que quien le ama guardará su palabra y con el Padre vendrán a tal persona y harán en la interioridad de él su morada. Porque nadie conoce al Padre sino el Hijo y todo aquel a quien quisiere revelarlo. A su vez Cristo da gracias a su Padre porque los misterios del reino de Dios permanecen ocultos y desconocidos a los grandes y soberbios del mundo y determina en su generosa bondad revelar sus inmensas riquezas a los pequeños y humildes ante el mundo, que aunque despreciados o menospreciados, son preferidos y apreciados por Dios.
El conocimiento de Dios lejos de ser una teoría deslumbrante de los grandes pensadores y filósofos de las que han sido grandes culturas de la historia en el pasado, o en el presente y el posible futuro, vino a ser y será la más maravillosa experiencia de los llamados por Cristo a quien le preguntaron inicialmente como discípulos llamados, maestro donde es que moras y él contestó, venid y lo veréis. El convivía con ellos siendo El maestro único y relacionándose con ellos, sus discípulos como un pastor con su rebaño por los caminos y poblados donde vino a ser el escenario de su misión evangelizadora, singularmente la Judea, Galilea, Samaria, los lagos de la región y ciudades bajo el dominio del imperio romano con los gobernantes reyes y procuradores tan conocidos en el evangelio. Todos sus apóstoles dejaron sus oficios y modo de vida para seguir a Cristo y El convivía con ellos. El apóstol que vino a ser el evangelista san Juan, nos da a conocer sus experiencias de Cristo como visionario que amplifica con su estilo peculiar lo que escuchó, miró y palpó del Verbo de Dios hecho carne que puso su morada entre nosotros. Y alude a que Cristo como Verbo de Dios vino a los suyos que no le recibieron, pero a los que sí le reciben y creen en su nombre les hace renacer por el espíritu no según las leyes de la carne y de la sangre, sino según la filiación divina que les convierte en hijos mismos de Dios de cuya plenitud todo recibimos gracia por gracia.
La permanencia de Cristo en medio de sus seguidores existe como promesa sorprendente, ya que a su vez alude a que les conviene su partida como regreso a su Padre de donde ha salido. El promete estar con los suyos hasta el fin de los siglos y a su vez les aconseja estar siempre en alerta a su regreso. En realidad la labor santificadora del Espíritu Consolador dilucida sobre el profundo conocimiento de Cristo y de esta manera lo hace más profundamente presente en los creyentes que se identifican con El orientados a la perfección. El Espíritu de amor que existe entre el Padre y el Hijo, quienes se complacen entre sí con un espíritu de amistad divina complaciente y benevolente, es el mismo santificador que dispone, ilumina, fortalece y les llena de sus siete dones a los bautizados para lograr la realización mesiánica en el cuerpo místico de Cristo, adoración del Padre eterno. La presencia de Cristo persiste como misión evangélica de salvación sirviéndose del trabajo y el testimonio de los que en su amor se aman y aman como Cristo amó, hasta entregar la misma vida en servicio de los demás y para gloria de Dios.
Patrimonio de mi poesía regalo de Dios realidad absoluta con un gran deseo por donarla de mi parte a la humanidad que pertenezco y sobre todo a Dios mismo de quien todo recibimos
Autenticidad del amor de Amistad
Virtud y amistad más allá del olvido
Homenaje a la virtud y a la honesta amistad
Que honestamente virtud y amistad son la belleza del alma
Luz de la mirada y búsqueda de Dios
Orientada a realizar la posibilidad real de un encuentro
Eternamente feliz con la realidad absoluta tan divina como eterna.
La virtud y la dicha
La virtud convierte en realidad
El deseo de ser libre
La rectitud si eliges como vía,
No se fija de más en la apariencia
Ni le mueve egoísta conveniencia,
La verdad es su eterna compañía.
Nada importa sufrir aun la agonía,
Feliz el alma y limpia la conciencia
La virtud se practica con paciencia,
El corazón, palpita en armonía.
Rehúye todo mal y la maldad,
Con la recta intención que no conspira
Y se aparta de error y de mentira.
Con pasión por honor a la verdad
A los ojos de Dios que todo mira,
Prefiere disfrutar su libertad.
Con garantía,
Si practicas la virtud
Serás dichoso.
Amistad feliz
La semejanza recíproca y desinteresada, (similes cum similibus)
Encuentro y descubrimiento de la amistad, (facilime congregantur)
Serás feliz contando con amigos
Solo estarás si el tiempo es nebuloso,
Más allá de las nubes luce hermoso
Brillante el sol, amando a tu enemigo.
Te encuentras solo para estar contigo,
Si descubres al Todopoderoso
En silencio elocuente y venturoso,
La soledad te sirve de testigo.
Es feliz comprenderse y entender
A pesar de que somos desiguales,
Compartir la amistad nos hace iguales.
En la fuente del ser y del saber
Es mayor amistad la de uno mismo
Con la estima de sí sin egoísmo.
La amistad con Dios,
Nos libra de enemigos
Y de egoísmo.
La Palabra de Dios
Se encarna nace y resucita en Cristo
Florece y fructifica eternamente como semilla del reino de Dios
Semilla en plenitud del ser fecundo
Universo y Creación, renacerán,
Pasará cielo y tierra de este mundo
La Palabra de Dios no pasará.
La maldad que penetra tan profundo
Dios con fuego divino extinguirá,
Luz en llama su cielo encenderá
De raíz extinguido el mal inmundo.
Celeste el Paraíso terrenal
La plenitud de Cristo fructifica,
Vida eterna que todo santifica.
Luce eterno su amor, Dios celestial
La Palabra divina en su victoria,
¡Templo, trono y sagrario de la gloria!
Eterna Voz
La palabra de Dios,
¡No pasará!
Poema a la mansión de Dios
Creador y Padre, ¡oh amor inolvidable!
A tu sombra florece la esperanza. Olvidados de ti, ¿quien soy yo para que no se olviden de mi?
Soneto
La ingratitud es indicio de maldad
E iracundo demonio que conspira,
Divina luz de Dios, le pesa y mira
Tinieblas que no ven la claridad.
Dios es el esplendor de la verdad
Verdad que no florece en la mentira,
Ahogada la semilla no respira
Ante el misterio de la iniquidad.
La verdad del amor no está perdida
Y en semilla no debe estar podrida,
La divina mansión es para todos.
Los que elige encuentran acomodo
Y consuelo del alma en cada herida,
¡En verdad Dios es Padre de la vida!
Mansión de Dios
Que existe para todos,
Los elegidos.
El árbol de mi adolescencia
Echó raíces a la orilla
Sobrevivió y es una maravilla
Te plante como a mí en esta orilla
Frente al caudal de la sabiduría,
Aquí en el seminario la semilla
Belleza de mi eterna poesía.
Y en ti creció la misma maravilla
De vida floreciente tuya y mía,
Quijote de la Mancha y de Castilla
Compartes con mi honor la misma vía.
La frente en alto vigoroso creces
Honorable en honor a la verdad,
Nuestras raíces de autenticidad.
Orgulloso de ti, te lo mereces,
Tu recuerdo en futuro en realidad
Me acompañe a la misma eternidad.
¡Que vigoroso
El árbol que plante,
Tronco y raíz!
Cristo plenitud de Dios en el hombre
Dios y hombre en la Nueva Creación
Hombre y Creación perfectamente en Dios
ternamente resucita y crece
Luz del mundo en tinieblas, su semilla
En el tiempo es eterna maravilla,
La Palabra divina no perece.
Vida eterna en el tiempo su presencia
La palabra del hombre que es de Dios,
Encarna en Cristo con su eterna voz
Divina plenitud en su conciencia.
Subir la cruz por mí no le mancilla
Eterna realidad que permanece,
Existo y resucito a quien se humilla.
Hasta el fin de los siglos mi existencia,
Yo en medio de vosotros sigo en pos
Y aseguro por siempre estar con vos.
Hombre y Creación,
Palabra en plenitud
La Voz de Dios.
Realidad eminente
Intimidad de Cristo la conciencia de ser Dios
En esencia y existencia quien comparte lo humano y lo divino
Divina realidad por excelencia
Eres Creador del cielo y de la tierra
Y fuente de la paz, triunfo en la guerra,
Victoriosa bondad en tu presencia.
Eres la vida misma en eminencia
Y perfecta verdad que nunca yerra,
La eternidad de ser en ti se encierra
Cual único absoluto en tu existencia.
Entrañas del amor de Dios eterno
Y en plenitud humana, el ser divino,
Ser Palabra del Verbo es tu destino.
Dios de Dios, luz de luz, el sempiterno
Que ha cerrado las puertas del infierno,
Infinito en la cumbre del camino.
Por eminencia,
La realidad de Dios
En su presencia.
La oración de Cristo
Maestro enseñanos a orar
Que tu oración sea la nuestra
Padre nuestro y de toda la Creación
Que en la tierra lo mismo que en los cielos
Tu voluntad se cumpla a perfección
Con el triunfo de todos tus anhelos.
Tu santo nombre sea la adoración
Con tu reino divino en nuestro suelo,
Que Tu, santificado en oración
Seas la fuente de amor y de consuelo.
Da todos pan, el pan de cada día,
Que cuerpo y alma nutras de alegría
Seguros del perdón que nos concedes.
Si perdonamos perdonarnos puedes
No queremos el mal, Tu, no lo quieres,
De tentación nos libren tus quehaceres.
Obediencia a Dios
Mi Padre, vuestro Padre,
¡Cielos y tierra!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-57919187420490368482012-06-30T07:49:00.001-07:002012-06-30T07:49:38.388-07:00Derroteros de libertad identidad y autenticidad (seguimiento a la Octava Maravilla)Cuarta Parte. Derroteros de libertad identidad y autenticidad
Emigración de México e Inmigración a los Estados Unidos y cuarenta y dos años de mi vida
Exordio cuarto. Libertad gracia y destino
Rapsodia once. Los primeros tres años y el apostolado hispano
El don de la libertad es tan preciado para mí como los otros dos mencionados, corriendo paralelos con la gracia y el destino en manos de Dios. Aunque nunca me he quejado de haber hecho decisiones que atropellen mi libertad, este momento de mi vida lo entendí como el encuentro de una búsqueda de algo que podía convertirse en una sorpresa por esclarecer. Lo que siempre temí que podía acontecerme en el sacerdocio y sobre todo en el celibato durante mi formación clerical aparecía sigilosamente provocando en mí una seria introspección de mí mismo. El objeto de cotejar mis inquietudes entre el ideal y la realidad de identidad y autenticidad de mis sentimientos y los hechos de mi vida a favor de la paz y la satisfacción de lo que acontecía conmigo y mi conciencia era algo imperativo. Mi lealtad al sacerdocio y al celibato era como siempre fue, la mayor ambición de mi vida, no podía aceptar el conformarme comprobar ni siquiera como posibilidad un estado de mediocridad.
Mi propósito era urgente en cuanto a prepararme para evitar el riesgo de envilecerme, sirviendo a la Iglesia por no tener otro medio de sostenerme en la vida que la labor del ministerio sacerdotal, lo cual lo convertiría en miserable rutina ofensiva a la dignidad del ser humano. Al lograr un nuevo objetivo en mi educación académica no exclusivamente clerical, me establecía en un estado de estabilidad y equilibrio para reafirmar o cambiar una nueva decisión posible. Mi aspiración por lograr conseguir el objetivo de un posible doctorado lo veía no como un sueño utópico sino como una realidad posible hacia lo cual estaba dando los primeros pasos en terreno firme.
La visión del pasado nos sirve para dilucidar el presente y proyectar adecuadamente el futuro de nuestra existencia. Y a la luz de Cristo siempre lograremos encontrarnos con la verdad, convertida en realidad cuando tenemos el carácter de escuchar la voz de la conciencia y hacer lo que acordamos satisfaciendo el designio de la voluntad divina. Al fin de cuentas las cosas no pasan como uno quiere, sino como Dios quiere en el contexto de su voluntad permisiva. El espíritu de libertad nos hace capaces de persistir en la lucha de vencer el mal con el bien a sabiendas de que difícilmente ganamos todas las batallas. Sabemos que contando con Cristo si en realidad El cuenta con nosotros, jamás perderemos la guerra y su triunfo en nosotros será nuestra victoria. A mí me pareció que la actitud del papa Juan Veintitrés era adecuada a una solución estadística innegable como posible remedio de quienes como estado de vida, persistían en el ministerio sacerdotal con una doble proyección de hipocresía o de cinismo, contradictorio a la esencia de su función de vida no solo sacerdotal sino básicamente cristiana e inclusive no aceptable a las virtudes naturales requeridas en la sociedad humana. En realidad el emigrar a los Estados Unidos y el objetivo de mis estudios en perspectiva se convirtieron en una realidad en la que vine a demostrar mi punto de vista, no porque ya fuese un plan premeditado, ni porque tuviese que salir de ningún enredo, sino porque paso a paso me pareció en conciencia que las decisiones pertinentes lo eran para cumplir la misión de mi identidad con autenticidad e integridad según mi visión personal y mi conciencia en la presencia de Dios. Oportunamente vendrá el momento de señalar cuáles fueron los motivos presentados a la sagrada mitra y a la santa sede para solicitar mi dispensa y los procedimientos consiguientes.
Creo que este poema refleja mi visión de los valores que me inspiró el sacerdocio como vocación, que vino a insinuarme que los mismos podrían persistir como fuente espiritual dentro de la modalidad de la vida conyugal, como alternativa digna en el sacramento del matrimonio y de la familia, una célula viva de todo el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia.
Cristo y su Iglesia
Plenitud de la Creación
Una sola familia a los ojos de Dios
Engendrado en la cumbre del poder
Es del Padre eterno masculino
Místico cuerpo y castidad su ser,
Cristo el hijo de Dios, varón divino.
Pureza virginal nuestro destino
Y estética de ser hecha a placer
Convertida en eterno femenino,
La Iglesia virgen, Israel mujer.
Vista y oído, olfato, gusto y tacto
Su eternidad divina quien convida,
Divino instante eternidad en acto.
La realidad de Dios no es en abstracto
Por una eternidad eterna vida,
Es amor en persona, Dios de facto.
Amor divino,
De eternidad en acto
Es Dios de facto.
Eran pasadas las nueve de la noche en el aeropuerto de Rochester Nueva York cuando me convencí que ese veintidós de octubre nadie vino a recibirme. Volví a encontrarme en el área de recoger el equipaje con algunos clérigos que vestían a la usanza de los clérigos de la iglesia cuyo alza cuello es llamado también cuello romano.
Creo según logre entender que eran de distintas denominaciones y regresaban a Rochester de una convención de sus iglesias evangélicas que tuvo lugar en la ciudad donde yo hice conexión y que no recuerdo su nombre. Mi dato más consolador era la dirección del convento de las religiosas catequistas guadalupanas de las que sería capellán coadjutor, ya que el padre Antonio Calimeri era en realidad quien les atendía formalmente como tal, siendo el encargado del Obispo del apostolado hispano. Como les era desconocida esa área de la ciudad, ellos que fueron en realidad mi buen Samaritano, acudieron a la rectoría de una iglesia en los alrededores, la de Holy Reedimer. El sacerdote que nos atendió les orientó adecuadamente pues estábamos a dos cuadras del convento y tuvieron la amabilidad de llevarme en su carro hasta la misma puerta. Creo que las religiosas aun estaban en la capilla del convento a mi llegada, y se quedaron maravilladas de verme después de no haber dado conmigo el día o más bien la noche anterior. Yo me entretuve en despedirme de quienes fueron mi buen Samaritano para agradecer su significativo y eficiente servicio. No sé si fue en ese entretanto que se comunicaron con el padre Calimeri. Esa noche me improvisaron una cama en su sala de visitas y fue donde dormí. Ya de mañana me llevaron a presentar con el padre después de celebrar yo la misa en su capilla. El padre era el párroco de una iglesia en el suburbio de East Rochester donde le conocí. Era una gran persona, bondadosa, fina y amable. Me condujo por toda la rectoría, el templo y la casa parroquial mientras me informaba que allí estaría dos días con él. No tenía tiempo de inmediato para llevarme a la parroquia de santa Brígida a presentarme con el padre Francis Vogt, a cargo de esa parroquia cuyo vicario coadjutor era el padre David Heinsler.
Yo salí al pueblecito y fui al correo para conseguir sellos y enviar algunas tarjetas a mis familiares y amigos. Por la tarde a la hora de la cena abrió una botella de vino tinto italiano para celebrar mi llegada y nos agasajamos con un menú que me pareció delicioso, creo que era rost beef el platillo principal y la ensalada italiana no dejaba nada que desear también con aderezo italiano, tal vez a la Calimeri.
El día que estábamos en camino a la parroquia, nos detuvimos en una tienda de artículos religiosos y prendas eclesiásticas, donde yo aproveche para comprar uno o dos cuellos romanos de los que no estaba provisto y un par de camisas negras. La parroquia de santa Brígida originalmente fue construida por la comunidad irlandesa y estaba situada a una cuadra de la calle Saint Paul en frente de la planta cervecera muy famosa como original de Rochester cuyo nombre lo toma del rio Genesee, de cuyo parque se divisa una de las cascadas de dicho rio que desemboca en el lago Ontario. Al llegar estacionó el padre Calimeri su carro en el estacionamiento situado dentro de los edificios de la iglesia, de la escuela y la casa parroquial que da hacia la calle de Hand street que vino a ser mi dirección donde viviría por los siguientes tres años de mi vida. El padre Vogt acordó con el padre Calimeri que mi responsabilidad con la parroquia era la de celebrar misa los domingos y los miércoles como obligación parroquial. Mi residencia allí hacía responsable a la parroquia por mis alimentos, el cuarto de dormir y el aseo de lavandería de mi ropa. Aparte de mi dormitorio, se me permitió instalar una pequeña oficina y lugar de estar al lado del pasillo del área de la planta alta donde estaban otros dos dormitorios, el del padre Vogt y el del padre Heinsler. El cuarto del baño lo compartía con el padre David y seguramente el del padre Vogt debía ser parte también del área de su recámara donde dormía, exclusivo para él. Más tarde me entere de que el padre David tenía otro recinto habitacional entre los de la parroquia que aunque era una casa no muy grande, el la usaba como tal para otros menesteres, excepto para dormir. Los alimentos estaban a cargo del ama de llaves, o house keeper, la señora Kelley, de carácter afable y más bien reservado que locuaz. Generalmente la comida diaria estaba programada entre las dos y las tres de la tarde, y era más formal cuando atendía el padre Vogt y cocinaba Mrs. Kelley, de lo contrario el padre Heinsler estaba seguro de que algo estuviese listo y me llamaba, father Octavio, diner is ready. Ese día de mi presentación el padre Calimeri enfatizó que yo debería atender a todo el procedimiento de asegurar mi seguro medico a lo cual le daban una gran importancia que anteriormente nunca la tuvo en mi vida en México bajo los auspicios de mi padre y ocasionalmente el seminario o la iglesia que se hicieron responsables de mis cuidados de salud en circunstancias más o menos críticas que tuvieron lugar. Se me indicó que yo podía solicitar estipendio de misas solicitadas por ser asignadas, lo cual sería una parte de mi ayuda financiera. Sin ningún previo acuerdo el apostolado hispano en su aspecto sobre todo espiritual que yo atendía en buena parte me retribuía con ciento cincuenta pesos mensuales que subieron a siento setenta y cinco para cubrir los gastos de gasolina cuando tuve mi propio carro. Casi todos los días celebraba la santa misa a domicilio en las casas de las familias hispanas en general según lo solicitaban. Y claro invitaban a amigos, vecinos y conocidos. Sin ningún nombramiento eclesiástico aparte de nuestro mutuo arreglo desde México con la madre Dolores Ochoa y en Rochester con la madre Eugenia superiora del convento, por supuesto con la anuencia del padre Calimeri, yo era el capellán y colaborador del apostolado de las madres catequistas. Todos los días después de celebrar la santa misa en el convento compartíamos el desayuno que a veces era un sabroso almuerzo al que me invitaban. Éramos como una familia y los miércoles que era su día de asueto, porque los fines de semana estaban llenos de actividad apostólica, cuando yo tenía tiempo les acompañaba en sus paseos de los cuales tal vez el más impresionante fue el de conocer y visitar por vez primera las cataratas del Niágara a setenta y cinco millas de Rochester.
No tarde mucho en comprender que mi interés personal de aprender ingles y explorar el procedimiento de inscribirme en Fordham tenía que ser relegado a segundo término. Y no dude en hacerlo, a pesar de que con la orientación del padre Filella, un sacerdote español de la compañía de Jesús que estaba en la universidad de Rochester haciendo un año sabático, logre inscribirme en la universidad de Rochester, aun sin dominar el ingles, en un curso de lógica simbólica, y como oyente en otro de sociología. Por aprender ingles había pagado un pronto de dos cientos cincuenta dólares de la caja de mi tesoro de ahorros a Berlitz, que me hizo un excelente e intensivo programa, garantizando que en un año estaría más que listo para la universidad. La tarea del apostolado hispano era un desafío interesante que no podía rechazar. Las religiosas contaban conmigo y creían que tendríamos éxito para apaciguar el conflicto de los hispanos que habían decidido trabajar infatigablemente en los cursillos, el movimiento familiar y las jornadas de juventud con dos padres españoles que según entendía habían sido echados de la comunidad hispana por política de los americanos, sobre algunos párrocos que les tenían recelo y lograron que el Obispo los echara de su celoso trabajo con los hispanos. Y entre los mismos hispanos estaban divididos a muerte entre los que no entendían sino erróneamente como interés político el que dinero de la iglesia se dedicara a pagar cuarenta mil dólares al año para el líder y la secretaria que debían explorar programas y actividades de ayuda de orden social en necesidades de la comunidad. En cierta manera me sentí como un doctor que no es libre de elegir su agenda ante conflictos de una epidemia que profesionalmente no puede ignorar. A mí me encantó el desafío y trabaje con toda la dedicación que el caso requería. Un caso típico que refleja mi aclaración a la comunidad en una de mis primeras misas de santa Brígida en día domingo, donde los líderes en conflicto venían a espiar y dilucidar qué partido tomaría, yo elegí el tópico de sentido común de analizar la razón primaria de venir al templo, que era la de un encuentro con Dios y no el venir a ver qué clase de bicho era yo. Olvidando que no estaba en México ni hablando a mexicanos, y también ignorando el significado de esta expresión en la jerga lingüística de las expresiones no castizas usada entre los puertorriqueños, más bien en el ambiente popular o callejero, muy distinto al mexicano en asunto a este palabra que nunca tiene ese significado en su sentido figurado. Y aun me quede más confundido con la aclaración a medias de una dama que me advirtió no usar ese término, sin lograr entender que cuando ella no me explicó más, lo único que me dijo fue que se lo preguntase a su marido. No fue necesario cuando casi de inmediato se me abrieron los ojos más grandes que la cara al saber que era algo relacionado con la peculiaridad de identidad de nuestros primeros padres en el paraíso terrenal. En vista de que yo trabajaría más que tiempo completo en el apostolado era necesario que mi estadía legal fuese de residente, y por esta razón tanto el líder del centro hispano como su secretaria se dedicaron seriamente en arreglar la solicitud de mi estadía. Inclusive enviaron recomendaciones de los representantes del gobierno atestiguando que mi trabajo era necesario para atender más de treinta mil puertorriqueños en el área. No era ilógico que pronto formase parte de la mesa directiva de la liga de acción iberoamericana. Y cuando gracias a Dios los líderes en oposición me aceptaron e inclusive trabajaron conmigo en el apostolado, mi relación con unos y otros, logró hacer que entre ellos la suya si no cordial fuese al menos de mayor respeto y tolerancia.
El conocimiento experimental y la participación en convenciones del movimiento familiar cristiano en español, me parece que fueron la clave de que lograsen que ellos comprendieran que eran auténticos lideres de ese movimiento y eran estructuralmente más importantes que el capellán del movimiento, una vez que este como debía ser estuviese en sus manos. Visitamos y participamos en convenciones convocadas en la universidad de Notre Dame, donde fuimos distinguidos por la hospitalidad de los Erviti presidentes del movimiento en Chicago, Y más tarde en Newark, posteriormente en san Antonio y Miami. En el término de tres años habíamos logrado contar con ciento veinticinco matrimonios en acción. Tengo dos anécdotas, casos humorísticos y simpáticos de contar. En san Antonio fuimos a un restaurant mexicano que se llamaba Mario y siendo que había un mariachi le invitamos a cantar, y a petición del público a nuestra mesa, amigo y conocido mío, me pidieron que les cantara acompañado por el mariachi algo mexicano. A mí que me encanta cantar y con todo gusto cante la canción de Alfredo Jiménez que más me gustaba, Ella. Como insistieron en pedirme otra les cante el corrido de Juan Charrasqueado. Cuando regrese del baño me contaron, aunque tal vez fuese una farsa, que el dueño del restaurant preguntaba por mí porque me quería contratar para que cantase el próximo domingo y le tuvieron que explicar que yo era el padre. Lo otro ocurrente es algo que me sucedió y tiene que ver con resolver un problema de grupo tratando de colaborar con la sugerencia del matrimonio líder en remplazar con un cambio un matrimonio que no era funcional en ese grupo. Una señora cuyo nombre apreciativo era Fredie, y se llevaba bien con todo mundo siendo espontáneamente simpática, me respondió con un comentario que refleja lo que digo de su personalidad, aceptando mi sugerencia de entrar en el grupo aludido sin dificultad alguna. Me dijo que estaba bien porque ella era como el muñeco de los siete asientos. Creo que debí omitir mi pregunta o tal vez no, me refiero a que cuando me explicó lo que significaba era que como el susodicho muñeco, de cualquier modo que se le aventara, así mismo ella caería sentada.
A mí me encantaba atender a los cursos de la universidad, aunque se mi hizo imposible seguirlos, sobre todo el de lógica simbólica que exigía una dedicación que no pude darle, porque incluso el curso de ingles lo tuve que cancelar por falta de tiempo en atenderlo. Me hice amigo del rabí líder militante del movimiento zionista que arregló un programa para visitar un kibutz que fue el de Gató, cerca de Najaría y casi en la frontera con el Líbano en Israel. El curso era más o menos por un mes y costaba algo posible a mi estricto y económico presupuesto con cierto aprieto, los mil dólares de los que yo podía disponer con mis mágicos ahorros de siempre. Mi entusiasmo fue mayor pensando que siendo esto en el mes de diciembre, tal vez yo podría visitar la cueva de Belén en fecha tan significativa.
Antes de mi viaje a Israel donde tuve la dicha inolvidable de pasar la navidad del mil novecientos setenta y dos y aun más, de celebrar misa en la cueva de Belén, después de atender a la misa de media noche en la basílica, quiero aludir a una serie de contactos que en perspectiva me dieron oportunidad de relacionarme con mi tío Ricardo que vivía con su familia en el área de Queens de la ciudad de Nueva York. Fue con él y de allí de su casa donde estaba hospedado que me dirigí al puerto aéreo para mi soñado viaje a Israel que también a él le llenó de entusiasmo y a uno de sus vecinos que era un judío amigo suyo. Debo confesar que no recuerdo como conseguí información inicialmente para relacionarme con mi tío Ricardo de quien nos habló tanto mi mamá cuando niños. Pudo ser en mi contacto con mis primos sobrinos suyos, hijos de mi abuelo Emilio que vivían en Cleveland Ohio, a quienes fui a visitar con ocasión de una visita del padre Heinsler, que yendo a visitar a su hermana Katy ya casada con el doctor Sachi en cuya boda yo había concelebrado con David, habiendo sido celebrada en la capilla de la universidad de Rochester. Pudo haber sido también que Memo Meneses primo de mi mamá y casado con una prima hermana de mi papá, a quien muy probablemente salude en su casa en mi primera visita a México viniendo a ver a toda mi familia en Apaseo, pero sobre todo a mi madre a quien deseaba poner feliz haciéndome ella saber cuáles fuesen sus más grandes deseos de hacer realidad para complacerla. Casi le leí el pensamiento cuando le pregunte que si le gustaría ir a la ciudad de México para ver a la tía Luisita, a una prima de la que nos platicaba mucho y nunca habíamos conocido que le llamaba Ricos. Yo convencí a mi padre de seguir este plan y se sorprendieron, sobre todo mi hermana Dolle de tan generosa aprobación de su parte de mi padre que permitió a Dolle que nos acompañase. A mi madre le gustaba mucho que le sacara a pasear porque me decía que yo era muy alegre y le contagiaba mi alegría.
Esta ocasión del viaje al que aludo debió parecerle maravillosa con Dolle que le velaba el pensamiento cuidando de ella, y también por ver a personas que no había visto desde su temprana juventud antes de casarse y dedicarse a nuestra crianza de todos sus hijos. Desde que era más joven yo había manifestado esta extraña informalidad de vez en cuando, de llegar inesperadamente y así mismo partir a donde estuviese radicado, bien fuese el seminario o algún otro lugar donde vine a radicar, dando por terminada mi visita, ser como la humedad al llegar y al partir. Me gustaba llegar con un traje café que colgaba en el ropero hasta cuando regresaba, de manera que me hacían la farsa diciendo que si aun lo veían allí colgado o no, era señal de que aun estaba o ya había partido. Por supuesto que de ordinario no acostumbraba hacer esto, porque recuerdo muy bien de que tanto mi padre como mi madre me daban su bendición sobre todo cuando estaba de regreso a los Estados Unidos.
En el intento de dar validez a mi educación académica en los Estados Unidos, hice trámites en el seminario de Morelia y pude lograr por escrito con el debido testimonio notarial todos los estudios hechos por once años. Esos documentos fueron traducidos del español por una agencia americana autorizada a este objetivo. Finalmente el seminario de saint Bernard evaluó mis estudios cotejando a lo que correspondería en la estructura de la educación americana. Logre obtener un documento que atestiguaba que correspondía mi educación a un bachillerato y en el área de estudios teológicos a un nivel medio entre el bachillerato y la maestría. Toda esta documentación más tarde la enviaría a Albany, cuando trabaje de ayuda de maestro, declarando oficialmente las oficinas pertinentes, que de su parte podía solicitar en cualquier universidad y participar en cualquier programa orientado a una maestría. Esto aun no acontecía cuando visite la universidad de Fordham, aun al margen de posibilidades inmediatas para un ingreso formal, para el cual aun no estaba preparado con el requisito del curso en lógica simbólica y la fluidez en el idioma ingles.
Mis relaciones con el seminario de Saint Bernard me dieron oportunidad de platicar con el rector del seminario que había estudiado en Jerusalén y me ofreció recomendarme, tal vez para hospedarme al hacer una visita a la ciudad y también al monasterio donde él se hospedaba cuando vivió allí. Aunque sí lo hice la segunda vez que visite no lo puede hacer la primera por las peripecias que pase al empeñarme en visitar la cueva de Belén en esta navidad del mil novecientos setenta y dos. Todos los viernes salía del kibutz para viajar por tierra santa y regresar el lunes por la mañana puntualmente a mi trabajo rutinario que se me había señalado. Inicialmente llegamos de los Estados Unidos a Israel y nos hospedamos con un matrimonio israelita muy amable que nos atendió como si fuésemos de la familia. Nos reunimos en la universidad y tuvimos un tour antes de partir para Gató a donde llegamos por la tarde. Nos presentaron a la comunidad del kibutz y nos asignaron nuestro lugar de hospedaje a cada quien y nuestro oficio y el horario. Yo estaba acostumbrado a vivir vida de comunidad que viví once años en un seminario y todo esto no me pareció nada extraño. Conocí esa misma noche un matrimonio mexicano cuyos familiares en la ciudad de México tenían un negocio de relojería especializada en relojes suizos. Me acogieron haciéndome sentir identificado como israelita entre los israelís cuando les comente que mi apellido era de origen judío, pero que yo y mi familia no nos identificábamos como tales. Ellos sugirieron que visitaríamos el Negueb y me presentarían a una hermana de la esposa de este mi nuevo amigo y que tal vez pudiese surgir entre nosotros una mutua atracción por explorar. Ellos no sabían de mi plan de los fines de semana al que he aludido ni que era sacerdote católico. Enterados de que fui asignado a la limpieza de los gallineros se las arreglaron para que fuese más bien al taller de una fábrica donde operaba una máquina automática que lo hacía de torno para perforar artículos de metal. Me dijeron que si esto no me gustaba tal vez podían arreglar algo al aire libre en labores de agricultura. Creo que corrí con buena suerte de haber contado con su amistad que ya no tuve oportunidad de cultivar por lo ocupado que estuve entre el programa y mi actividad vacacional o peregrina por tierra santa. Al final fui uno de los mejores adaptados a la vida del kibutz. Esta fue la primera vez que pensé que tal vez hubiese una posibilidad de hacer mi vida con menos problema sin el ministerio sacerdotal, pero nunca, ni siquiera considerar el dejar mi fe en Cristo y mi amor a la iglesia. Volviendo a las peripecias de Jerusalén con la idea de la navidad en Belén, no contaba con el problema de lograr tener documentos tramitados para entrar primero a la ciudad de Belén y después a la basílica y más todavía de allí poder celebrar en uno de los altares entorno a donde se cree por tradición que estuviese el pesebre donde nació el Niño Dios. Con un amigo y compañero del programa del Kibutz que tenía un hermano sacerdote en Rochester y se interesó en este plan de compartir esa visita de navidad conmigo, logramos tener listos todos los trámites hasta la basílica. Era triste ver que todo mundo que celebraba la venida de Cristo era más bien extranjero de todas partes del mundo, siendo extraño ver a quienes vivían allí como nativos, árabes o israelís tal vez judíos o musulmanes, tener nada que ver con la celebración de tan maravilloso acontecimiento. La liturgia de misa de media noche aunque era una experiencia de paz iba acompañada de cierta inquietud de si podría celebrar en el pesebre. Me arme de toda la astucia e intrepidez que me caracteriza y cuando me percate de los altares y la vestimenta de ornamentos y que aun nadie iniciaba la celebración, yo fui el primero que en diez minutos termine de celebrar la más rápida misa de la que tengo conocimiento en mi vida. Apenas puse atención para cerciorarme de que un monje demasiado contrariado me decía que yo no estaba autorizado para la celebración que ya casi había terminado. Al salir de la basílica nos percatamos de que era imposible encontrar alojamiento en Belén y fuimos afortunados en encontrar manera de volver a Jerusalén, donde repitiéndose la misma historia nos guarecimos del agua porque estaba lloviendo, en un café que debimos de dejar cuando ya debía de cerrar. Se nos ocurrió entrar a un baño turco y preguntar si allí podíamos pasar el resto de la noche hasta el amanecer, y aceptaron acceder a nuestro extraño horario para usar hasta esa hora el baño turco. Yo tenía conmigo un billete de cien dólares, que porque no se humedeciera con el vapor deje en caja con el encargado del negocio. Pero resultó que no lograba dormir, más que por la falta de colchón por la preocupación de no contar más con mi dinero al amanecer. Decidimos con mi amigo probar si me lo devolvían, en lo cual no encontramos dificultad alguna. Yo envolví el billete en una parte de la toalla prefiriendo un billete húmedo tal vez decolorado en mi bolsillo que quedarme con la incertidumbre de quedarme sin nada. Después de la madrugada, tal vez estábamos cerca de alguna mezquita porque oímos el canto o el grito del mujik a la oración y al amanecer salimos en busca del primer autobús de regreso a Najaría, rumbo al kibutz de Gató.
Cuando estudiaba los cursos de teología dogmática en el seminario, recuerdo que aprendí que la fe siendo el don del bautismo y una virtud teologal que se actualiza como acto consciente de creer, al final de cuentas que la fe viene a ser más bien una decisión mucho más que solamente un sentimiento, aunque uno y otro nos venga del alma. Yo nunca tuve dudas de mi fe ni en Cristo, ni en la iglesia ni en el cristianismo católico o la catolicidad del cristianismo. Por eso me quede sorprendido comenzando a pensar lo que había pasado en tierra santa después de dos mil años de conflictos de historia de odios, guerras y sus motivos en la historia, ajenos al mensaje esencial de Cristo y de Dios mismo. ¿Cómo era posible este repudio o desprecio e indiferencia por la salvación del mundo en tierra santa y sobre todo el testimonio histórico y arbitrario del espíritu bélico de quienes hemos heredado la fe de Abraham ignorando la dimensión de amor que le da la muerte en el esplendor de Cristo resucitado?
En vez de seguir elucubrando aproveche para hacer por primera vez en mi vida un verdadero acto de fe decidiendo creer en Cristo y en su iglesia en la que nací y fui bautizado con la fe cristiana y la esperanza de la vida eterna. Y recordando a Cristo le pedí que aumentara mi fe, lo cual me concedió en mi siguiente experiencia al visitar el Tabor en tierra santa. Este viaje lo hice yo solo de Gató a Nazareth donde me hospede en un monasterio frente a la basílica, recordando que fue el lugar de la anunciación y la encarnación de Cristo. Y unos monjes franceses, me invitaron a concelebrar con ellos en francés, con lo poco que sabía. Me hice amigo de un joven judío del Canadá que allí mismo se hospedaba y que visitaría el kibutz donde estaba su novia no lejos del monte Tabor a donde él se dirigía por autobús, de manera que finalmente escalaría hasta llegar al monasterio. Sabiendo que yo era sacerdote católico pensó que tal vez todo nos sería más favorable para nuestro hospedaje. Por cierto que me preguntó si yo creía y practicaba el celibato y quedó sorprendido de que con franca espontaneidad le dije que sí, y me insistió si eso era en realidad posible y yo reitere que hasta la fecha para mí lo era y de los demás yo no era quien le debiera dar ninguna garantía. Nuestra sorpresa fue algo increíble pero cierto, prácticamente nos corrieron y ante mis credenciales de sacerdote me dijeron que yo pensaba que mi chantaje iba a resultar pero que ellos no iban a ser manipulados viendo que yo estaba crenado esta situación para obligarles a algo que ya tenían programado con los peregrinos registrados en sus peregrinaciones. De manera que no tuvimos más, sino que ver como llegábamos al kibutz cerca del monte Tabor en medio de la noche y con la incertidumbre de una región y una época en la que la actividad bélica era más reciente y sospechosa de gente extraña en medio de la noche incierta. Mi compañero que hablaba hebreo hizo la parada a un jeep que nos prestó ayuda para llegar al kibutz. El me presentó a su novia feliz de su visita y deseosa de compartir su habitación con él, sugiriendo que yo ocuparía la de su amiga, a lo cual yo no accedí, precisamente por el tópico de mi celibato. Fueron comprensivos conmigo y yo compartí el pequeño dormitorio como tienda de campaña con mi amigo, cada quien en su rincón. Con la sorpresa de que me percate que bien pronto recibió la visita de su novia quien por la madrugada me dio la gran sorpresa de despertarme apretando mi nariz, afortunadamente para decirme que estaba roncando. Como a las siete de la mañana me dispuse a salir y me preguntó mi amigo a donde iba. Yo le conteste que volvería al Monte Tabor porque deseaba celebrar la santa misa y me despidió comentado que tal vez estaba loco regresando a un lugar donde me habían corrido.
La mañana era esplendida, radiante de sol y el paisaje hermoso con los campos verdes y flores silvestres por doquier, solamente imaginado algún lirio del valle que no logre distinguir, pero de todas formas pensaba con emoción singular que Cristo caminó contemplando este paisaje. De pronto me detuve para asegurar que tenía conmigo mi pasaporte, pensando que sin identificación y sin entender hebreo o árabe estaba al garete de ser nadie conocido de nadie sin manera de darme a conocer. Cuando vi la entrada al conjunto de la construcción del templo y el monasterio me llene de dicha y solicite ser oído en confesión antes de celebrar la santa misa. Le hice saber al padre superior de mi deseo de celebrar con mi alma libre de todo pecado en un lugar tan sagrado, siendo el mayor de mis pecados mi resentimiento hacia el sobre todo, y esto gravándole un poco la conciencia, enfatice que había escandalizado a mi amigo judío aunque yo no era quien para juzgarlo. Él me contestó que mi juicio era muy torpe pensando que todo era allí como de donde yo venía, pero que no era así y en el ambiente de donde ahora me encontraba todo era muy diferente para sobrevivir, y yo debía atenerme a las consecuencias. Debió estar totalmente convencido de su filosofía y la conciencia de sus principios enunciados, porque después de misa aun sin probar alimento ni un plan de a dónde ir, se me ocurrió una brillante idea que dio tremendo resultado. Me percate de una peregrinación de italianos que recién llegaba en autobús y que después de visitar la iglesia se reunió en el comedor para tomar sus alimentos. Yo aborde al chofer y le pregunte si era posible que me uniera a su peregrinación desde ese momento hasta su regreso a Jerusalén, acompañándoles al monte de las bienaventuranzas y demás sitios por visitar, que calculase cuanto debería pagar por todo ello incluidos los alimentos a partir de ese momento, porque no había desayunado nada. Me indicó la cantidad que salde al momento y así mismo al momento se me sirvió con el pan y el vino del Tabor, suficiente alimento para quedar completamente satisfecho del hambre un tanto cuanto retrasada desde el día anterior por la mañana. En Jerusalén antes de reunirme con mi grupo de retorno a los Estados Unidos, después de haber tomado un baño en mi visita al mar muerto y de pasar por lo que fueran las murallas de Jericó, después de visitar la tumba del padre de la fe, Abraham y lo que fuese Betania, explorando el huerto de Getsemaní, el recinto de la cena del Señor y su prisión, el camino de la cruz hasta el calvario pasando por el pretorio y la columna de sus azotes y el santo sepulcro donde celebre la santa misa, todo esto sin la incertidumbre de donde pasar la noche, porque estaba hospedado en el monasterio bajo la recomendación del rector del seminario de Saint Bernard en Rochester que consideraba ya entonces ser como mi casa. Fue una lástima y lo digo con sinceridad sin juicio temerario sino de mí mismo. Leyendo un artículo de una revista me informe que el padre superior del Tabor era un sacerdote muy famoso por sus conocimientos arqueológicos de los lugares sagrados y por su espiritualidad monacal. Yo me quede pensando en mi madre cuando me decía que le pidiera algo que realmente deseaba a Dios para ella, yo que estaba tan cerquita de él y siempre le dije que sí, aunque yo estaba seguro casi sin duda que ella se encontrase mucho más cerca. Pensé que tal vez el sentir de los demás nos logra persuadir de lo que realmente no somos en la presencia de Dios que conoce nuestro corazón y la autenticidad de nuestras obras como frutos de lo que hay allí, dentro de nuestro corazón y muy dentro del alma.
Hay algo que he olvidado en cuanto a las circunstancias pormenorizadas del viaje.
Me impresionó con mucha intensidad por lo autentico del caso. Resulta que esperando transporte público para ir de donde estaba yendo a Jerusalén, me abordó un grupo de chicos y chicas de israelitas tal vez judíos que iban a una boda a Jerusalén. Querían ver si estaba interesado en rentar un carro que nos condujese con mayor rapidez sin seguir esperando por la salida del autobús. Yo acepte con gusto la invitación y lo pase de maravilla porque todos fueron afables en su trato. Una chica mostró especial interés de platicar conmigo y me preguntó si era casado y le dije que no. Ella me dijo que no dejase pasar más tiempo y me invitó con ellos a la boda a la que iban después de ir a orar al muro del llanto sobre la muralla. Yo les acompañe y ore con ellos profundamente impresionado de orar al Dios de Abraham y para mí el de Cristo su descendiente de sangre y Mesías en el que tal vez ellos sin creer creían siendo sinceros. Pero no fui con ellos a la boda. En esa ocasión entrando al mercado y me fije lo que comía el pueblo y por señas pedí lo que pensé me gustaría y me fue mejor de lo esperado. Luego observe que al lado de la muralla por grupos pasaban y volvían a un lugar que no veía. Me acerque y logre pasar y visitar la gran mezquita del profeta que también vino a ser una inesperada y grata sorpresa. Nuestro viaje de regreso tenía un alto en Ámsterdam y el vuelo de KLM nos sugería aprovechar la ocasión de re tomar el vuelo después de algunos días para viajar por la región. Tal sugerencia se me hizo tan tentadora que no la pude resistir y después de un tour por la ciudad tome un tren a París que mucho tiempo atrás deseaba conocer. Mi plan fue que al volver de visitar los jardines y cultivos de bellísimas flores y el área donde le robaron sus terrenos al mar para expandir el de su partía, habría tiempo de visitar con detenimiento lo relacionado con el gran pintor el más genial del claro oscuro Rembrandt. De manera que mi viaje a París se convirtió en un sueño hecho realidad. Mi compañera de asiento en el tren era una bellísima chica holandesa que trabajaba en Barcelona a donde ella se dirigía de regreso de sus vacaciones. Al verle levantarse a tomar algún objeto de su valija que tenía dificultad en alcanzarla y con toda cortesía caballerosamente le atendí, con la sorpresa de que su único defecto que saltó a la vista fue su pierna defectuosa, aparentemente como efecto muy posible de una poliomielitis no resuelta con éxito total. Cuando baje en París ella me recomendó un hotel vecino a la estación ferroviaria como yo deseaba, porque solamente disponía de unos cuantos días para mi regreso, sin saber entonces que después de tomar un bote de Calais a Dover para ir a Londres, volvería a Ámsterdam por tierra después de desembarcar en Róterdam desde la costa inglesa. Lo que más me gustó de París después de celebrar en una capilla en la catedral de Notre Dame fue atender a la Opera para disfrutar la de Tristán e Isolda de Wagner si bien recuerdo. Visite la basílica del Sagrado Corazón y divise el paisaje de París, fui a la plaza de la Concordia y más tarde cometí el error de curiosear por los barrios del Molino Rojo y del Lido a donde invitado a pasar, por mi falta de experiencia o mi curiosidad, me encontré envuelto en conversación con una chica de buen ver, franco española, que me sugirió que le invitase una copa de Champaign. Notando que me estaba enredando en un lío que debía evitar, le dije casi toda la verdad, que fue una linda mentira que me creyó a medias. Esta fue que salí a caminar sin mi cartera y volvería más tarde cuando se desocupase de sus menesteres para atender solamente los míos. Me dijo que creía que lo que deseaba era irme y que no volvería más, lo cual era verdad y así fue. La ironía de París o mejor dicho la de mi persona en París fue la sucedida con el chofer que me condujo al hotel sugiriéndome varios centros nocturnos para visitar que el recomendaba como dignos de visitar. Yo le comente que se lo agradecía pero ya tenía algo comprometido. Nunca anteriormente en mi vida había contado tan rápidamente con tantas sugestivas tentaciones por rechazar, a todos los niveles del placer o de la inmoralidad posible. La más grata y tal vez digna de tratar dentro de cierto coqueteo que yo consideraba infidelidad a mi espíritu sacerdotal, fue el de la sugestiva proposición de una bella guía del tour a los lugares arquitectónicos de mayor interés. En contraste con la chica de la indiscreta cita esta era una hermosa y distinguida dama culta, fina y exquisitamente delicada, siendo yo el único del tour que hablaba español, cuando declaró una hora libre para el almuerzo expresó su deseo de tener la oportunidad de compartir con alguien que también le diese la de practicar su español. Yo estaba en ascuas de decirle, yo soy ese hombre, pero no sabía cómo conducirme en el trato con las damas adecuadamente como gentil caballero tal vez en vista de lo bien que lo hacía como sacerdote. Solamente pude estar en París un día más para atender al museo del Louvre y por la noche al teatro de las Américas para atender un concierto de Katina Ranieri que en su género me gustó, aunque mi gusto en realidad es más bien el de la bella música y la opera. Mi viaje a Londres fue un escape de París, presintiendo que a la larga era lo mejor que debiera hacer. En Londres visite la catedral de Westminster y toda el área de la torre de Londres. En el teatro tuve la oportunidad de ver el Lago de los cisnes. Y había economizado para una comida formal que vino a ser la que comí en el restaurant Charles Dickens a la vera del río Támesis. Casi me arrepentí de tener al mesero frente a mí atendiéndome a servir el vino, prefiriendo y echando de menos estar a mis anchas y comer sin tantas atenciones a las que no estaba acostumbrado. El capricho vino a salirme en la insignificante cantidad de treinta libras esterlinas que era un insulto a mi economía.
Desde luego reavive mi idea original de dedicar mi último día en Ámsterdam en este viaje dedicándolo a ver lo relacionado con la pintura y las memorias de Rembrandt. Por la noche, después de entretenerme por las calles en torno a donde me hospedaba, nuevamente me sentí urgido de emprender la huida y regresar a mi hotel, después de entrar a un bar y beber una cerveza, prefiriendo continuar en compañía de la soledad en la que acostumbraba meditar y reflexionar, no estando solo sino más consciente de mí, conmigo mismo.
Prosiguiendo también con lo concertado con mi tío Ricardo sobre mi regreso, le sorprendí con mi llegada que fue en fecha posterior a la prevista, poniéndole al tanto de mi pequeña odisea por los países y ciudades que visite a mi regreso de Israel. El estaba feliz y orgulloso de mí y se empeñó en que fuésemos a saludar a su amigo judío para departir y compartir mi experiencia en Israel. Yo tenía apuro de llegar a Rochester porque me preocupaba el haberme extendido algunos días más de lo acordado. La mayor novedad fue que mi solicitud de residencia había sido aprobada y debía concertar una entrevista en la embajada americana en México, para proseguir lo requerido del caso relacionado con mi residencia. De manera que debió ser no muy distante a la fecha de mi regreso el tener que ir a mi patria y a mi familia con este propósito, en cierta forma urgente, para continuar mi trabajo con mis credenciales legales en orden. Yo disfrutaba mucho mis visitas con toda su familia. Su esposa Carmen de origen cubano me acogía con un afecto sincero y se interesaba en que me relacionara con sus hijos que más bien que primos eran mis tíos aunque fuesen menores que yo. Marsha vivía con ellos y aun no se casaba, tenía un novio de origen italiano que se llamaba Sam, Elena su hermana tenía tres niños y estaba casada con un señor muy decente y atento de origen suizo. Y Ricardo el mayor de la familia que era ingeniero químico tenía un niño y una niña y su esposa era de origen italiano. La vitalidad y el buen humor de mi tío aunque parezca increíble era un derroche de jovialidad con un excelente sentido de buen humor. El tomaba tiempo libre para pasearme por todo Nueva York. La tía Carmen nos llevaba a la estación del metro y de allí nos íbamos sobre todo a Radio City en Manhattan que estaba en su apogeo de barato y de fabuloso en su programación musical y coreográfica de acuerdo a la doble estación de navidad y de pascua. A mi tío se le iban los ojos y el alma viendo bailar a las rockets que entiendo así se llamaban las bailarinas que caracterizaban maravillosamente el espectáculo de Radio City. Mi tío hacía comentarios admirando su arte y su belleza como si les viese por primera vez en sus mejores años de juventud. Cuando regresábamos a casa en el tren el regresaba como si nada, incansable, y aunque parezca increíble yo era más bien el que pestañaba adormilado en el tren.
También comprobé que hacía honor al relato de mi madre que lo describía exigente y elegante en el vestir. El vestía con mucha propiedad y note que aun en casa solía sentarse correctamente muy erguido y con su corbata de mariposa, aunque enmangas de camisa. En más de dos ocasiones coincidimos en la visita con su sobrino primo de mi madre Memo Meneses, que siendo pianista se ponía al día con las piezas de moda en Nueva York. En una ocasión también coincidimos con Esther mi prima hija de Memo y de una prima hermana de mi padre. Con ella fuimos al cine en México cuando les visitaba antes de emigrar, recuerdo que la película que vimos fue la del tremendo incendio que se titulo Infierno. En Nueva York nos reunimos con Marsha y fuimos a comer al barrio chino una o dos veces. Era muy agraciada y menudita de complexión mi prima Esther, y también en su trato. Cuando me despedí de mi tío y su familia les hice saber que volvería en la primera oportunidad que nunca me faltaba, porque si no venía yo la inventaba.
Yo tenía esperanzas de que el padre español que por haber estado en Cuba tenía problemas de entrar a los Estados Unidos, resolviese su problema, de manera que yo pudiese dedicarme a seguir mi plan original, pero no sucedió oportunamente. Lo digo porque cuando llegó, ya estaba tan envuelto en el apostolado con las organizaciones especializadas que estaban muy activas y yo debía atenderlas mientras nos fuese permitido. Los problemas que surgían eran casi necesarios y lógicos por tener sus raíces en la inestabilidad de una población flotante con un problema de adaptación relacionada con diferencias culturales, lingüísticas, eclesiásticas y de índole civil y estado legal en proceso de legitimidad o no, entre los emigrantes e inmigrantes o puertorriqueños con estado civil legítimo por ser Puerto Rico estado asociado. Formaban la mayor parte de la comunidad hispana establecida en distintas parroquias, esencialmente en su origen de estructura e identidad americana. Mi trabajo no tenía límites parroquiales por la naturaleza del apostolado de ambos movimientos y por nuestra mutua colaboración con las madres catequistas, que trabajaban en todas las parroquias donde habitaban hispanos con necesidades espirituales y demás. El padre David Heinsler se concentraba en el trabajo parroquial de santa Brígida como colaborador incansable del párroco, el padre Vogt, a quienes recuerdo, a David preparando almuerzos de sándwich para los hambrientos menesterosos que llamaban a la puerta, y al padre Vogt, impresionantemente encantado, con su afición por los pescados de todos colores y variadas diversidades, que llenaban la casa parroquial y envuelto en la actividad de la escuela parroquial con las religiosas de Saint Joseph,
siendo mutuos colaboradores en sus actividades diarias. El padre Tracy era el pastor del templo de Mount Carmel, una parroquia vecina, realmente el alma del movimiento cursillista y de la escuela de dirigentes con una proyección fuerte de interés político social por el bien de la comunidad hispana. Nuestra parroquia vecina de Saint Mikel
estaba a cargo del padre Eaman, sacerdote encantador por su afabilidad y dedicación pastoral. El padre Filella en la universidad estuvo celebrando la santa misa de los domingos durante el año de su estadía y después entre otros sacerdotes, lo mismo que en Holy Reedemer y Saint Francis Xavier, a mí también me tocó prestar mi colaboración. Aunque mis actividades de tres años casi estuvieron orientadas a los hispanos de origen puertorriqueño, yo trate de ser receptivo a otros grupos latinoamericanos de manera que no se sintiesen relegados de mis servicios ministeriales. El culto a la virgen de la Caridad se concentraba en la parroquia de san Miguel y el padre Eaman como párroco les prestaba todo su apoyo. A mí me permitió reunir un grupo de matrimonios, especialmente de origen Cubano, a quienes después de identificar como posibles candidatos para santificar su unión con el sacramento del matrimonio, acudían a un retiro de fin de semana que venía a integrar el plan del permiso solicitado. Esta manera de apostolado era similar al programa de retiro conocido como Canaán, aunque menos formal y en cierto modo más práctico de ser flexiblemente controlado en su realización. Hay una anécdota interesante que tuve con un matrimonio que demuestra este punto de vista. Me había hecho amigo de Tito un señor cubano que sabía bastante de mecánica y cosas relacionadas con electricidad. Siempre estaba ocupado en su Taller y cuando le visitaba informalmente, su trabajo no interfería con nuestra charla. Le invite a que acudiese al retiro del que hice alusión y me dijo que tenía un viaje a Miami y no podría acudir, aunque me dio la impresión de mostrar cierto interés. Se lamentaba de que no quería hacer el viaje solo y tenía que buscar quien le acompañara. Considerando que el doctor me había propuesto no hablar por un mes, para identificar esto como posible solución a mi problema que era que sangraba de la garganta, yo le hice una propuesta a Tito. Y se me ocurrió porque en Miami una hermana mía y mis amigas religiosas tal vez pudiesen brindarme la ayuda que necesitaba de un ambiente de silencio que para mi locuacidad se necesitaría un verdadero milagro. De manera que le ofrecí que yo le acompañaría, siempre y cuando acudiese al retiro con su esposa como daba a entender que deseaba hacerlo. Me tomó la palabra y todo se acomodó en su lugar para este propósito, con la increíble sorpresa que a ambos les encantó, solicitaron la bendición de su matrimonio como sacramento y demostraban singular dicha y agradecimiento que yo también agradecí a Dios por gracia tan especial. Ya cuando íbamos de camino me dijo Tito, padre dos cosas le quiero preguntar pero no sé si deba. Yo entre farsa y veras le dije claro que se debe. En realidad una era más bien su comentario de que era increíble que yo le influí en que se volviera a enamorar de su esposa. En realidad su expresión fue más fuerte hacia mí diciendo me hizo que me volviese a enamorar. Le explique que no era yo sino la realidad de ver lo que pasó en su vida, consciente que todo ello era plan de Dios para ser feliz, uno y otro al descubrir como un secreto de amor entre los tres marido y mujer con Dios de por medio, uniéndolos con lazos enlazados por El, que los toma enserio como familia para ser felices como El lo es, lo cual no puede fallar sino cuando los esposos no lo toman tan en serio como Dios. De manera que en seguida vino la pregunta de por qué entonces yo no me había casado.
En vez de hacer una apología de mi amor al celibato y demás, se me ocurrió decirle que tal vez era posible y el tiempo si había de llagar, aun no había llegado. Se podía correr en carretera lo suficiente como para hacer veintiséis horas de Rochester a Miami donde pernoctamos ya casi al entrar a la ciudad en el Holyday in. Lo primero que hizo fue llamar a Rochester y decirles que apuntasen su record. Al día siguiente insistió en que antes de llevarme adonde mi hermana, tenía que ir con él a comer rabo encendido arroz moro y tostones a la calle ocho. Desde entonces siempre que vengo a Miami como rabo encendido, aparte de que mi suegra ha enseñado a mi esposa la manera de cocinarlo a la guatemalteca que no está nada mal. Claro me sirve de testigo de que no he olvidado a mi amigo Tito y por una buena razón. Este asunto del silencio en el convento requería unas vacaciones al aire libre del mar. De manera que me embarque en un pequeño Crucero para visitar casi por una semana varias islas de las Bahamas especialmente Nassau. Mi silencio fue interpretado de loco, para quienes no lograron leer mi razón de no hablar. Me gustaba subir sobre cubierta a ver el mar y sentir el viento, cuando enfiestados todo mundo bailaba. La encargada de entusiasmar la fiesta hizo un comentario que sin duda aludía a mí al decir, we do not need thinkers, but lovers…Un amigo que no lo era ni lo fue sino pretendió serlo tuvo que leer mi explicación escrita cuando me propuso que si gustaba podía sacar su hija a bailar. Más o menos le hice saber mis dos razones ocultando la tercera de que no sabía bailar. Lo máximo fue cuando atendimos un Show de Vegas en Nassau, muy bueno. Yo que compartía la mesa con dos o tres matrimonios les oí comentar, no siendo sordo aunque por entonces mudo, el comentario de que no regrese toda la noche porque me divertí de lo lindo, calladamente. Lo peor fue cuando sin duda otra vez sobre cubierta escuche que alguien dijo, look at the chicken, up there.
Y pensar que todo mi silencio no valió la pena y fui operado de un pólipo en las cuerdas bucales, resultando que contaba con la dicha de que el pólipo no fue maligno pero lo sería casi seguro si continuaba fumando. Automáticamente deje de fumar hasta el presente. Creo que una anécdota, gala de mi ignorancia del ingles y derroche de mi interpretativo fantasear sonoro rebasó la mediada. Aconteció cuando la señora De Sales, maestra de las religiosas que los miércoles me daba clases de conversación en ingles quiso aludir a algo leído por ella en el periódico de lo cual yo no estuve enterado, porque en verdad, no tenía tiempo ni de enterarme de las noticias cuando estaba activo de lleno en el apostolado. El tópico tenía que ver con guerrilleros que en el área de Chapultepec habían lanzado tremendos disparos de armas de fuego. Me despistó por completo la palabra que a mis oídos hispanos sonaba como gorila. Se me hacía absurdo escuchar que gorilas escapados de sus jaulas disparasen por la calles armas de fuego. Nunca logramos entendernos, hasta que al final de mi aprendizaje que tardó bastante, nos reíamos de mi absurda imaginación, o tal vez la inspiración genial sub realista, inspirado en los guerrilleros convertidos en verdaderos gorilas. La ciudad de Rochester se vino a convertir en una ciudad añorada donde sin duda, habre pasado la mayor parte de mi vida, aunque en mis años de ministerio sacerdotal más bien en el área del norte del Down town hacia el lago Ontario conde vivía la mayor parte de los hispanos. Lo más importante de la ciudad para mí en estos días debió ser el Eastman Teatro que conocí por primera vez cuando se presentó la Ópera Carmen de Bizet. Recuerdo que charlando en el centro hispano a donde acudía con frecuencia comentando mi gusto por la opera, la señora Torres que era la secretaria del director mencionó que su hija Liz estudiaba en la escuela y practicaba el canto de algunas aéreas y pensaba participar en un proyecto que requería que atendiese, pero no teniendo con quien ir deseaba saber si yo estaba de acuerdo en acompañarla. José Torres que era el tesorero de la liga iberoamericana y el padre de Liz, pasó a recogerme a la casa parroquial como se había acordado. Lizy, aparecía un poco mayor a sus quince años, y su presencia identificaba el orgullo y el carácter de la mujer hispana de estirpe de España, sobre todo al darse a conocer en su personalidad al poco rato de establecer conversación. Con la seguridad de un adulto y la precocidad de una adolescente, en vez de hablarme de la opera y su interés en el proyecto de la escuela relacionado con la obra, me preguntó tuteándome si yo también pensaba casarme como el padre Bekgling, que era el sacerdote anterior a mí en santa Brígida envuelto con el apostolado hispano. Yo simplemente le conteste que esa no era la razón de mi venida de México, sino mis estudios y el trabajo con los hispanos. Creo que comprendió que no tenía ningún interés en proseguir con ese tópico en la conversación, al percatarse que le insinué que apenas teníamos tiempo para echar una ojeada al programa en nuestras manos, porque ya casi era el momento de que comenzase la orquesta. Preocupada por identificar la llegada de su papá, cuando salimos, al fin de la opera estando en el vestíbulo de salida, explicó que estaba velando. De pronto no entendí a lo que se refería porque en México creo se usa raramente, y en mi caso particular yo nunca escuche esta expresión que es correcta, siendo aplicada al estar esperando a alguien. Se me ocurrió que un símbolo de hispanidad de lo que representa nuestra hispanidad en latino América es la mujer y su hispanidad y su mestizaje, en contraste con el tipo estereotipado anglosajón americano o sus múltiples variedades étnicas. De manera que escribí un poema relacionado a este particular personificando el asunto en poetizar mis impresiones de Liz y la experiencia puertorriqueña en los Estados Unidos. Se lo enseñe a su mamá que lo escribió a maquinilla y lo celebró con agrado. Aracely mi esposa del futuro entonces en este pasado me comentó en una conversación que la familia imaginó que yo estaba enamorado de Liz. Yo le comente que es diferente estar enamorado de alguien en la realidad que en el contexto de amar el arte de la poesía. La verdad es que nunca tuvimos ningún tipo de amistad con Liz y si lo tuve con muchas otras amigas que por cierto invitaría al teatro Eastman en varias ocasiones. Posiblemente mi lealtad fue más bien con la familia Torres tan envuelta en las actividades de ibero conectadas en cierta forma con el apostolado hispano. Alicia Torres, su mamá de Liz me invitó a participar con el grupo de personas que eligieron para escoger en el concurso de habilidades artísticas a la que fuese reina del festival puertorriqueño. Me hizo saber también que Liz cantaría parte del área de una ópera que ahora ya no recuerdo cual sería. Las cualidades de otra jovencita de cuya familia también era muy amigo, podían ser un desafío a las Liz, pero el área de sus habilidades se refería al diseño del vestido al que me siento ajeno comparado con el arte de la belleza de la voz humana. Y honestamente, vote por Liz por esta razón.
La generosidad de los hispanos en su trato y sentido hospitalario me pareció tal vez sobresaliente entre los puertorriqueños, aunque ya lo es entre todos los demás hispanos. Me di cuenta que son muy bastos en cocinar todos los días, no solamente para los miembros de la familia sino para los que puedan venir. A la llegada a su casa siempre ofrecen un jugo de china o café y no aceptan negativa. A mí que hacía varias visitas al día me creaban un verdadero conflicto, hasta que les tuve suficiente confianza para explicarles mi negativa. Alguien a quien yo siempre trate de reconocer en su generosidad fue a Oscar que gustaba de acercarse a mí para invitarme a su casa o a algún lugar de particular interés como el área de Palmyra donde se organizaba un gran show de los mormones. El me recomendó también para identificar los posibles líderes del movimiento familiar cristiano y solía atender a las casas donde celebraba misa. En una ocasión después de terminar la misa me condujo de regreso a la parroquia y me ofreció un donativo de ciento cincuenta dólares para pagar el seguro de mi primer carro, porque me recomendó que buscando sin duda que encontraba uno de oportunidad, y sería lo que me saldría más caro. Y que le gustaría no verme atenido a esperar a que alguien tuviese que conducirme a donde yo quisiese ir. Un vecino mío y amigo de nombre Mario fue quien me recomendó a su compañero Rafa, mecánico que tenía un Ford Galaxy en venta con la carrocería un poquito en estado deplorable, pero en todo lo demás muy bien, que era lo más importante. Al ir a arreglar este negocio ya oscurecía y al cruzar el área en dirección al garaje me salió como relámpago un perro que por poco e muerde, porque al emprender mi violenta huida choque con una como palanca de algo que interfería con mi huída y dándome en el pecho me hizo caer de sopetón al suelo, con la suerte de que repito el perro estaba amarrado y yo aunque caído, fuera de su alcance. Los comentarios de Mario duraron por todo el tiempo que estuve en Rochester hasta días antes de morir por un problema cardiaco incapaz de superar. La familia Rivera se convirtió con todos sus miembros en mis mejores amigos desde mi llegada a santa Brígida, porque a más de que el papá de la familia conocido como Tasio, era el encargado de la limpieza y menesteres de mantenimiento de la iglesia, su casa era parte de las propiedades de la parroquia y estaba a la del lado del padre David. De manera que a cualquier hora que no estuviese ocupado podía pasar a compartir con ellos y sus amigos allegados que no eran pocos, algunos familiares y los que no como si lo fuesen. Alguien de la familia y sus visitantes, casi siempre estaban entretenidos jugando domino y las chicas si no hacían algún quehacer o trabajo de la escuela, escuchaban música que las más de las veces les hacía emprender la actividad imperativa y recreativa de bailar. La mamá doña Carmen mostraba hacia mí un afecto sincero y como a todo mundo, pero a mí un poco más con su distinción afectuosa estando siempre ocupada me hacía sentir muy bien como en familia. Esta pareja contaba con diez y ocho hijos. Solamente Tom y Delia los mayores estaban casados. Bárbara estudiaba en la universidad en Albany y Anita que se convirtió en alguien que me acompañó al teatro en dos o tres ocasiones, también fue mi discípulo de manejo cuando practicó guiando por primera vez mi Galaxy. Un hermano de Carmen casado con una señora mexicana nos invitó a su granja fuera de Rochester, a donde yo celebre la santa misa. No sé porque tenía que regresar temprano antes de anochecer, y Anita se vino en el carro con alguien más por no sé qué urgencia que también tenía. Yo accedí a que tomara el volante manejando en la brecha, y diciéndome que se sentía segura lleno de nervios le permití guiar unas cuantas millas en la carretera hasta que apareció en el horizonte la panorámica de la ciudad que me hizo pensar que era muy serio el que estaba guiando no solo sin experiencia sino también sin licencia de conducir. Le indique hacer señales y parar al lado de la carretera después de lo cual había terminado su primera y última lección de manejo. El doctor Ricardo Garza de origen mexicano estudiaba en la universidad de Rochester, becado para sacar un doctorado en fisiología del riñón. Creo que me lo presentó una señora mexicana que le conocía, el hecho es que a través suyo reunimos un grupo de estudiantes de post grado en la universidad y celebre por primera vez la santa misa en el departamento de una de las torres de la universidad. Más tarde cuando tuvieron visitas de México me invito a celebrar en su apartamento para un grupo considerable de familiares y vecinos a quienes oí en confesión para que recibiesen la sagrada comunión. Ricardo tenía que hacer prestidigitación financiera para salir adelante aprovechando su presupuesto de una persona para dos, porque su esposa Lupita vivía con él. Fueron tan buenos amigos y tan queridos que les presente a Aracely y les invite a ser mis padrinos de matrimonio cuando vino el momento de que esto aconteciera en mi vida. Ellos se casaron en México pero yo bautice no recuerdo si también a Toño el primero de sus dos primeros hijos, pero sin duda a Gabrielita en la capilla de la universidad. También para el día de la independencia teníamos una celebración con algunos mexicanos en la universidad. Todo esto bajo los auspicios de la virgen guadalupana patrona de la congregación de las hermanitas mexicanas en el apostolado que expandíamos hasta la universidad. Conocí a una chica de Bolivia en las clases de ingles a las que atendí en el RIT ocasionalmente cuando tuve tiempo de atener esas clases. Ella era sobrina del doctor Dávila dentista asociado a Eastman school en sus servicios dentales. Esta chica que se llamaba Roxana también vino a ser una amiga de mis invitadas a los conciertos del Teatro. A veces necesitaba el famoso ride, un aventón a su casa y yo con gusto le ofrecí, compartiendo una amena charla con franca y desinteresada simpatía. En una ocasión su tía hizo un comentario que yo ignore, pero tal vez deterioró nuestra franca y sincera amistad. Fue algo bien simple que a mi parecer podía ser ignorado, siendo una expresión en tono interrogatorio de ustedes, ¿que se traen? Sylvia la prima de Roxana y Roxana misma nos acompañaron en su carro que milagrosamente fue y vino a Niágara Fall en una ocasión en que Ricardo y sus visitas de México organizaron un paseo que gozamos de maravilla. Mi punto de vista de sacerdote con el celibato como ideal y como obligación, no destruía mi masculinidad propia de la dinámica total de mi persona, para disfrutar el singular atractivo de la amistad respetuosa y honesta con las amigas a quienes me sentía atraído recíprocamente con un afecto limpio de amistad autentica. De manera que mis amigas lo sabían porque siempre fui explícito en darles a entender que no tenían nada que temer si lo temían ni que esperar si lo deseaban, en el sentido en que nuestra relación no era sino el de una única, exclusiva, verdadera y autentica amistad.
Resulta que en el festival puertorriqueño encontré a Roxana y charlando me percate de que necesitaba ride a su casa que aceptó de mí. Me desconcertó con su comentario al decirme que me percibía insensible a la repercusión social de mis relaciones que a mí no me afectaban pero sí a las demás personas y aludió a una imagen de que yo tenía un pie sobre un bote y el otro sobre el agua. Eso me hizo pensar si mi amistad que a mí no me perjudicaba si les afectaba a mis amigas lo cual no estaba en mi mano ni en mis buenas intenciones el evitar. Las suspicacias de la gente no me importaban sino el que mi conciencia y mis intenciones fuesen transparentes y bien intencionadas. El único romanticismo si lo fue en mi amistad con esta chica boliviana, pudo ser el poema que compartí con ella espontáneamente cuando lo termine de escribir, inspirado en los sueños culturales de nuestra similitud cultural mestiza en nuestra identidad étnica hispanoamericana, tomando como emblema las montañas del Popocatepetel y el Aconcagua, a pesar de que ella no era ni argentina ni chilena. Por cierto ella fue bien explícita cuando le hice ver la actitud de complejo étnico que menosprecia a los indígenas en la escala de prejuicios sociales, a pesar de poner por las nubes enfatizando que descendemos histórica y culturalmente de la grandeza de los mayas, los aztecas y tal vez los incas. Ella expresó su punto de vista, según el cual tenía bien claro que no le gustaba el mestizaje y prefería identificarse totalmente o como indígena o como blanca más bien de origen europeo que anglosajón americano. No me extrañó cuando me entere que se casó si lo entendí bien, con un dentista suizo, y que se mudó a vivir con él a Suiza. De todas maneras yo quise dejarle con la familia de su tío el doctor Dávila un ejemplar de mi libro de poemas bilingües que publique en el sesenta aniversario de mi vida. Ella y Nelly Crespo, me habían invitado años atrás a una película que ya no recuerdo el nombre, con motivo de mi cumple años, lo que sí recuerdo, era un libro muy simpático de Snooppy, en cuya historia era consolado por su ángel alegrándole la vida con su agradable compañía. Creo que mis mejores amigos puertorriqueños, con quienes aun conservamos una amistad con la lealtad de siempre son Juan y Josefa Hernández, a quienes aconsejado por Oscar invite para ser los presidentes del movimiento familiar cristiano en el que desempeñaron una hermosa labor. Sus hijos a quienes he visto posteriormente como adultos y les vi crecer, me han tratado con verdadera familiaridad y con toda espontaneidad me han presentado con sus amigos como tío suyo en más de una o dos ocasiones. Fue en casa de ellos que conocí a Ramito hijo de la hermana de Josefa que vivía con el resto de la familia en Caguas de Puerto Rico. Ramito frecuentó mi trato y logramos ser muy buenos amigos. El tenía un trabajo muy bien remunerado en General Dynamics, pero lo aborrecía porque su orientación era hacia sus sueños de cantante y guitarrista al estilo hispano de Sandro y del rocanrol. De manera que estando enamorado de su prima Nelly que era gran amiga mía, y habiendo ciertas reticencias en la familia sobre esta relación, mi función era en sí algo compleja. Como Nelly era muy joven el problema de envolver una consulta con sus padres para contar con aprobación en esta relación se hacía más complejo. Lo triste del caso es que Ramito, nos sorprendió de estar enamorado de otra prima más joven con quien determinó vivir por algunos años en Chicago. Esto que resolvió el problema de Nelly complicó el de la vida familiar de la otra chica con la que se fue a vivir y pasado el tiempo el de ella misma. Realmente por ambas circunstancias de la lejanía y del evento nuestra amistad declinó con implícita elocuencia. Algo inolvidable que me sucedió es que anteriormente a este acontecimiento digno de lamentar, mi confianza con Ramito fue tan peculiar que cuando decidí mudarme de la parroquia donde viví tres años, sintiéndome bastante perplejo ante mi propia decisión, el me mudó en su carro con todos mis pequeños haberes a la casa de José Rodríguez, un amigo mío ex monje dominico que me rentó un cuarto de su casa temporalmente como emergencia mientras me mudaba a un apartamento que estaba en proceso de ser desocupado. Le tenía tanta confianza que los días que estuvo en Puerto Rico por una temporada, bastante anterior a mi mudanza a la que me refiero, le sorprendí en Caguas en casa de su familia. Me entere que ellos, todos los miembros de la familia se sentían inciertos sobre la reacción de Maximino el papá de Ramito que no era tan católico como ellos. Se llevaron semejante sorpresa al ver que nos hicimos tan amigos, que él me mostró su variedad de guayaberas y casi me obligó a que eligiera la que más me gustaba y se empeñó en que me la llevara conmigo.
Tuve otros dos matrimonios amigos de dos mexicanas casadas con norteamericanos. El de John y Cristina Mason que tenían la propiedad de una granja en Ontario, se llamaba cerro indio. Ella aceptó mi invitación a pertenecer al movimiento familiar cristiano. John era músico además de granjero y quien tocaba en su iglesia bautista. Generosamente accedió a que celebrase misa en su casa. Cristina me consultó sobre que se podía hacer a la hora de la comunión, porque su esposo no era católico. Yo le dije que le consultara si estaba de acuerdo en platicar conmigo a ese respecto. Le propuse a John que él, como bautista y Cristina y nosotros como católicos cada quien con su creencia en lo que fuese diferente, estábamos de acuerdo en que el Señor declaró que nos daba en alimento según lo que quiso decir cuando dijo tomad y comed esto es mi cuerpo. De manera que a la hora de la comunión en mi opinión el era libre de compartir con nosotros lo que el Señor ofrecía, sobre todo recordando este pasaje de su vida en su propia casa. Está por demás añadir que el comulgó, feliz de compartir con todos los matrimonios el pan del alma y de la vida eterna.
El otro matrimonio amigo por referir era el de los Morris Irene y Alan. Estaban felices porque adoptaron un niño al que me invitaron a bautizar. Alan tenía un carrito GM que iba a guiar desde Rochester hasta Pittsburgh en Pensilvania a donde volaría Irene y se reunirían con unos amigos en su casa, para después cada quien proseguir el viaje a los Ángeles, Irene con el bebe por avión y Alan en su GM. Yo como siempre muy comprensivo con las necesidades del prójimo les dije que aceptaba su invitación y con gusto acompañaría a Allen en su viaje, sobre todo con el interés de visitar el Gran Cañón y compartir con los padres y familia mexicana de Irene que vivían en California. Me impresionó el viaje más de lo imaginado y me sentí fascinado de visitar también el desierto del bosque llamado petrified forest, del que me atreví tomar un pequeño recuerdo en memoria de lo que tal vez fue parte de mi suelo patrio cuando aun no imaginaba que algún día legalmente a más de mexicano sería americano nacionalizado. Los padres de Irene eran un amor y el señor Macías papá de Irene orgullosamente me mostró su Porche negro impecable asegurando que estaba dado como un hecho inevitable el que le acompañase un día a Aguas Calientes, de lo cual ni yo me arrepentiría ni el jamás se olvidaría. Tal vez eso hubiese sucedido si no hubiese formado un hogar y sido dispensado del estado clerical. Lo digo porque en un correo suyo con finísima atención me felicitó deseándome lo mejor, siendo la realidad esperada más que una sospecha, el comprobar que ya no me profesase el mismo aprecio, como la mayor parte de quienes fueron mis amigos, inclusive de entre mis familiares. Irene que tenía una maestría y era una excelente maestra, vino a ser administradora escolar en un distrito de san José en California. Le envié una tarjeta y me contestó comentando que esa noticia de mí hizo su día. También con ella sucedió que terminó en que la distancia hizo distante nuestra amistad, no sin antes enviarme fotos de la niña que bautice hecha una jovencita y otra foto de su hermanita, otra niña que adoptó. Antes de terminar los Morris de deshacerse de todos sus haberes me vendieron un carrito rojo Volgwen en trescientos pesos porque el inmenso catalina que le compre al padre Calimeri ya no daba de sí. En este carrito hice un viaje desde Rochester hasta Lafayette Carolina a donde conduje a Mode Crespo con Freddy su hijo y Nelly su hermana amiga mía. Nos llevábamos de maravilla como amigos y me pidieron ese viaje para visitar a Sory recién casada con Tom hijo de Juanín la esposa de Oscar. Fue mi primer largo viaje y los días que estuve visitando, Nelly me pidió que le ensañase a manejar y se acomodó tan bien con el carrito que me lo compró en cuatrocientos dólares, porque pague cien dólares a un amigo para que lo tuviese recién pintado.
Creo que a todo mundo que me conocía le inquietaba la curiosidad de mi amistad con Nelly, sobre todo lo supe por Aracely, que un día no muy remoto se convertiría en mi compañera, amiga y esposa de toda la vida. Me comunicó que inclusive a familiares de Nelly y a las chicas compañeras del programa secretarial que ella compartía, les inquietaba sin duda mi peculiar amistad con Nelly. A mí no solo no me remordía ni me remuerde la conciencia nuestra amistad, sino que me ufano como entonces me ufanaba, con humano y con cristiano orgullo de decir con toda sinceridad, que jamás imagine posible lograr una relación tan noble, armónica, limpia y desinteresada como esta que experimente con esa jovencita y ella conmigo. La inocente sensualidad de su tierna juventud y nuestra mutua intuición, a más de fascinante, me parecía del Paraíso, porque jamás insinuó ni lejanamente algo que dejase de ser transparente. Mucho menos que estuviese en manera alguna ensombrecido con la suspicacia de lo indigno. Cuando le invitaba a comer me decía que ella se sentía afortunada de tenerme como amigo por el lugar que le daba y la forma en que le trataba como singular caballero, siendo ella una jovencita. Cargaba al hombro su guitarra que sacaba de su estuche y mientras yo guiaba, me cantaba la canción de moda, tal vez la que le hacía desbordar profundos sentimientos por su relación con Ramito y su conflicto patético del que nunca se quejaba. Estoy recordando la que estuvo de moda y también la escuche de Ramón que la cantaba bien, más patética pero menos bella. Era Feelings, feelings of love. A mí se me ocurrió llevar a Ramito conmigo a casa de la familia de Aracely en una ocasión que me invitaron a comer y yo les sorprendí llegando con otro invitado. Según yo sin abuso de confianza, que más tarde Aracely me comentó que si lo fue, aunque no tan grave como el error de pensar que ella se fijase en Ramito. Este error de mi parte se basaba en mi ansiedad de favorecer las circunstancias de comunicación social entre todos mis amigos, con un optimismo en el que no se me ocurría pudiese ofender susceptibilidades que ignoraba. Esperando pasar de la entrada de su cas vimos un retrato de Hugo, hermano de Aracely a quien reconoció Ramito, diciendo que era su amigo. En mi intento de ayudar a ambos, tanto a Ramito como a Nelly a explorar otras alternativas como medio de allanar el conflicto de su relación, sugerí a Ramón y acordó que sí invitaría a un baile que tendría lugar en el adjunto de la iglesia de Saint Francis, a una sobrina de nombre Carmen, cuyos tíos eran mis amigos José y Tany Rodríguez. Me sentí apenado de saber que Ramito se olvidó del compromiso dejando a esta dama en casa de sus tíos con semejante plantón de lo cual yo no salía tan bien parado. Creo que Carmen salió bien remunerada porque el miércoles que tuve libre, le invite a tomar un tour por los parques más bellos entorno a Rochester y posiblemente quedó más que bien servida. Después del padrinaje de mi amistad con su sobrina Carmen me pregunte si la solicitud de don José de que fuese su director espiritual como cursillista que era, lo verificó en sentido inverso, viniendo yo a ser su dirigido. Algo debió de dejar en mi subconsciente o en la puerta entreabierta conscientemente, su comentario de que me aconsejaba a la edad en la que ya estaba, el que tomara en serio considerar solicitar mi dispensa a la Santa sede como él lo había hecho. En términos realistas, antes de comenzar a hacerme viejo. Mi sospecha más tarde fue que mis amigos tíos de Carmen me veían como un buen candidato para ella. Todo esto estaba aconteciendo con una dinámica muy peculiar en muchas direcciones entorno a mi situación, sobre todo con el apostolado hispano. Me sentía satisfecho y orgulloso de mi colaboración. Me asignaron el rollo de sacramentos para un cursillo en que algunos líderes hispanos de la comunidad estaban participando. Recuerdo un joven de apellido Cruz que destacaba en el sector de la política y que me felicitó por haber mantenido el interés en este rollo que vino a tomar nada menos que siete horas el desarrollarlo. Como contraste la reorganización del apostolado hispano planeaba prescindir de nuestro ministerio. A mí me ofrecían cuatrocientos cincuenta dólares y radicar y trabajar únicamente en el área de la parroquia de Saint Michel. El padre Tomás, que sería trasladado a trabajar en Mc Allen me preguntó si deseaba solicitar trabajo donde él. Decidimos no servir a los feligreses como sacerdotes obreros para evitar conflicto con el sistema clerical de la iglesia y crear nuevas divisiones y confusión en la comunidad. Mi sugerencia de centrar los servicios en una parroquia misionera, después de mi experiencia de casi cuatro años, fue totalmente ignorada. Yo pensé que lo mejor era esperar las decisiones y tome un mes de vacaciones en México para explorar mis perspectivas con el Obispo de la diócesis a la que yo pertenecería porque estaba en proceso la reorganización de la arquidiócesis de Morelia a la que yo realmente pertenecía con el permiso de mi trabajo en Rochester.
Rapsodia doce. Lo incidental del destino y el llegar a ser
El misterio de la libertad y la gracia en el contexto de nuestro entender y creer, son realidades imposibles de dilucidar en forma exhaustiva por las conjeturas de la limitación del conocimiento humano. Es impresionante como lo incidental en una armonía que trasciende la coincidencia, puede ser un factor indispensable en la realización de nuestro destino, que parece como un imperativo categórico en su realización para llegar a ser. La vida se convierte como en un juego de naipes en el que si se siguen las reglas, se presentan las opciones de jugar la mejor ficha o la mejor carta posible de jugar. El espíritu de autenticidad y de honestidad y para el creyente la rectitud de intención en las decisiones por hacer, siempre son criterios de verdad para lograr el éxito de la paz, la tranquilidad de alma y la armonía con Dios y la humanidad.
Es increíble que la filosofía del amor, según la interprete al leer el libro de Joane Gitton sobre el amor humano, me indujo a explorar la teoría del amor. La idea era explorarlo como una relación no dentro de los parámetros, sino al margen del atractivo físico, la búsqueda de hacer una decisión de compromiso de amor, y esto, como consecuencia más allá de la ficción del criterio de estar enamorado, lo cual en estricta lógica es una aberración del corazón. Tal equívoco tarde o temprano nos obliga a ver la realidad y crea la necesidad de rectificar y salir del engaño. Lo esencial de la realidad viene a ser por consiguiente amar por decisión. En esta forma el fall in love es superado por la sublimación de amor basada en la verdad, que no tiene sentido de caída sino de elevación humana. Esta barbaridad intelectual, naturalmente se clarifica con el análisis de que el corazón da razones que la razón no conoce, y es así como acontecen todas las historias de amor en la vida humana. El sentido práctico de Carmen le indujo a decirme que ella no exigía demasiado y se conformaba con lo que yo proponía. Me quede desconcertado y tratando de ser caballeroso, me incline a no aclarar el tópico, pensando que valía la pena que yo explorase esta relación, ya que mi plan era incursionar sobre la posibilidad de analizar si mi camino era algo diferente a lo que había vivido en la iglesia, y que por mis planes de solicitar dispensa me convenía explorar. Así fue como sin más ni más, Carmen le platicó a sus tíos que yo me le declare y era mi prometida. Enterados sobre lo de mi viaje a México planeamos que yo conocería a su familia de Miami y a su vez ella me llevaría a visitar a mi hermana religiosa en Belglade en la Florida y de allí volaría a México. Toda su familia que sentía un gran aprecio por José mi amigo, con mayor razón lo proyectó hacia mí por causa de las perspectivas con su hija y me leían el pensamiento para agradarme. Carmen realista y práctica me presentó a sus amigos, uno de ellos que trabajaba en construcción y claro me hizo notar su inquietud de ver en que me ocuparía como medio de vida. Ella participaba con la gerencia en un negocio de venta de alfombras. También estaba ansiosa de presentarme a sus amigas, algunas recién casadas, nada menos que como su prometido. Yo me sentí terriblemente mal cuando nos reunimos con tres parejas, todas ellas amistad suya disfrutando una cena bailable, en torno a las posadas de Navidad en el Hotel Marriott del aéreo puerto. Todas estas parejas, bailando de lo lindo alegremente y yo sin idea de hacerlo, nunca lo había hecho y sin duda Carmen no querría hacer el ridículo conmigo por más que desease bailar. Yo me sentí tranquilo de celebrar la misa cuando visite a Lupita mi hermana religiosa, porque ni ella ni las hermanas del convento sabían del enredo en el que estaba metido y en realidad yo no sentía tener ningún compromiso formal que interfiriese con mi licencia legal y de conciencia para celebrar. Cuando llegó el día concertado me llevó al aeropuerto y me dijo ella y toda la familia que me mantuviera en contacto y esperaban mi regreso. Ansioso de saludar a mi familia en Apaseo, sobre todo a mi madre enferma me entere que mi amigo Ángel de Salamanca venía religiosamente a visitarle y hacerle curaciones porque una llaga que sufría la tenía infectada. Era posible que se requiriese una intervención quirúrgica tal vez en la ciudad de León. Supe que Cristi mi hermana y su esposo Fernando irían al mar, a Manzanillo. Yo les hice saber que si ya estaba libre de atender los ejercicios espirituales a los que parecía debería atender, yo les informaría y pasarían por mi viniendo por Morelia donde yo estaría. Cuando hable con el Obispo de apellido Arcarás que yo había conocido como párroco de la Piedad le hice saber que deseaba someter mi solicitud de dispensa del ministerio y demás como el Papa Juan Veintitrés ofrecía a los sacerdotes interesados. El me sugirió que yo tenía este derecho pero que me sugería que lo reflexionase a fondo en los ejercicios a los que estaba programado de atender. Así lo hice aunque con reserva, por mis temores de siempre, pero en fin, lo haría hasta donde me fuese posible con tal de obedecer o más bien no ignorar el consejo del señor Obispo. Tuve una conversación con el padre Abel Sereno mi celador de recién entrado al seminario, mi amigo cuando vicario de Apaseo de vacaciones en Veracruz, quien ahora era director espiritual del seminario mayor. Hablábamos de lo extraño de un sacerdote, seminarista ejemplar que tenía problemas serios con el Obispo por no aceptar mudarse de parroquia. Su comentario fue que los lazos de la sangre son muy fuertes, como no entendía me aclaró que tenía dos criaturitas suyas en la parroquia. Inmediatamente reafirme proseguir con la invitación a Manzanillo donde redacte mi solicitud de dispensa. Cristy y Fernando pasaron por mí el día siguiente según lo acordado. Les pedí que si podían regresar por Morelia se los agradecería, y como no logre ver personalmente al Obispo Arcaras, le deje en su casa mi solicitud. A mi regreso a Miami me detuve visitando a la familia Lozano en México y nos divertimos como de costumbre en mis visitas, me comunique con Carmen que se sorprendió de mi llamada tan tardía lo cual a mí no me parecía tal, pero a ella sí, mucho más de lo que me imaginaba como me lo habría hacer saber oportunamente. El día anterior a mi partida de Miami para Rochester le invite a un restaurante de lo más elegante, y su problema por mi negligencia de comunicación era tan grande que no pudo pasar bocado del platillo mejor que yo le había insinuado. Ella me dijo que creía que debíamos terminar nuestro plan que ella no podía continuar y me deseaba lo mejor siendo yo un buen hombre que me lo merecía y aun ella misma podría aceptarme si decidiese volver a empezar. Yo francamente me sentí más feliz de su rechazo que de su aceptación original. Fue tan fina y amable que me llevó al aeropuerto sin ningún rencor a pesar del disgusto y de la pena, perfectamente en equilibrio por su generosa comprensión. A pesar de esto yo viví en casa de José y Tany todo Enero hasta que mi casa por rentar estuvo lista a comienzos de Febrero de mil novecientos setenta y cuatro. Es imposible dar el segundo paso sin el primero y creo que esta experiencia me enseñó que en concreto, debía trabajar en adquirir ciertas actitudes de adaptación a una realidad más congruente en mi personalidad relacionada con las expectativas esenciales a los sentimientos naturales y legítimos de la feminidad de las chicas que decidiese pretender dentro de la decencia social y convencional de mi identidad masculina. Estaba decidido a que me enseñasen a bailar y se me ocurrió elegir un grupo de amigas con este propósito siendo explícito en mi objetivo. Tuve cinco amigas y salía cada fin de semana a los lugares que ellas ya conocían o que mis amigos me sugerían. Aracely y su familia vivían a unas cuadras de mi casa en Oxford street, casi éramos vecinos y no sé cómo fue que continuó nuestra relación para que me siguieran invitando a comer a pesar que ya no trabajaba con el apostolado. Sin duda alguna aunque no eran tan apegados a la iglesia como los más de mis amigos puertorriqueños, ellos como todo mundo que me conocía, seguían viéndome como el padre y no sin razón, porque aun no había recibido ninguna respuesta de mi dispensa. Lo que sí era verdad es que ya no desempeñaba mis funciones sacerdotales ni ministeriales intencionalmente, pretendiendo prepararme a otra posible carrera ocupacional y otro estado de vida. El hecho es que yo estaba yendo a visitarles en esta ocasión a la que aludo y sucedió que como feliz coincidencia tenían música de Agustín Lara a la que hice alusión comentando que era la música de mis padres en sus mejores tiempos, y que me gustaría aprender a bailarla. Me cuenta Aracely que ella se estaba enterando de mi conversación desde la planta alta, y fue por ello que intervino y concertó que esa noche íbamos a ir a bailar en compañía de su hermano Hugo, la señora Torres y Marilia que era su hija y novia de Hugo. Por supuesto, fue como Aracely vino a ser mi primera elección como maestra de baile. En cuanto a mi decisión de la propuesta del apostolado hispano hubo algo que me causó una frustración terrible con el sistema del apostolado que al fin de cuentas repercutía con mi santa madre la iglesia a la que ni dejare jamás ni guardare resentimiento por lo acontecido, que por otra parte beneficiaba mis planes. Me llegó en el correo la terminación de mi seguro de salud, sin más ni más. Después de ser educado y conducido rigurosamente a no estar sin seguro viviendo en los Estados Unidos, yo que en México toda la vida viví sin él.
La cosa es que en el dilema de reactivarlo humildemente declarando que aceptaba la propuesta previamente hecha a la que no había respondido, preferí fajarme como hombre y sin soberbia, más bien por satisfacer mi responsabilidad conmigo mismo al margen del cobijo de la iglesia, me determine a comprobar que encontraría trabajo y conseguiría mi seguro. Todo el mes de Febrero toque mil puertas y no encontré trabajo por ningún lado. Me preocupaba porque no quería echar mano de todos mis ahorros para costear casa, vestido y sustento sin trabajo. Finalmente la señora Torres me informó que había llegado a la oficina noticia de un trabajo de ayuda de maestro en la escuela Monroe. Yo que estaba al pendiente de otra propuesta de consejero en un programa vocacional, pensé que sobre todo en mis circunstancias era mejor pájaro en mano que mil volando. Y fue así por ironía de la vida que sin haber terminado un curso de ingles como había programado, me convertí en ayuda de maestro del idioma que no dominaba y aprendía con los mismos muchachos. El sueldo era una miseria y desde el punto de vista económico inmediato, los cheques de asistencia pública a la que jamás aspire ni por imaginación era de mayor cuantía. En Ibero Domingo García que remplazó como director a Jorge Colón me entrevistó para un programa de verano y también me recomendó para un programa tutorial llamado youth teaching youth, todos estos trabajos los necesitaba para aprender a bregar con el mundo laboral, a más de completar mi presupuesto para lograr sobrevivir. Aparte de esto el distrito escolar me aceptó para recabar candidatos a prepararse en obtener el diploma equivalente de educación de high school, esto para mis golosinas y demás actividades recreativas de mis intereses por descubrir. El trabajo que desarrolle como ayuda de maestro pudo haber sido un tormento, pero yo lo convertí en la terapia de la realidad con el propósito de realizar lo que andaba buscando, desprenderme de los privilegios clericales y sin necesidad del alza cuello levantar la cabeza al cielo orgulloso de servir en los más humildes menesteres, sujeto a tantas personas en autoridad sobre mí exigiéndome infinidad de servicios. Desde luego archivar documentos, hacer copias de los mismos, colaborar con los líderes de ambos programas el bilingüe y el de la enseñanza del ingles como segunda lengua, adaptarme a los maestros de español, ingles, ciencias, matemáticas entre otros más que no recuerdo, de acuerdo a la manera en que debía atender la ayuda del grupo en clase, hacer mandados de traer donas, refrescos etcétera cuando me lo ordenaban. Todo esto en vez de hacerme sentir humillado, me regocijaba si no en sí, definitivamente porque me sentía ser yo mismo privado de las prerrogativas y comedimientos para mí, por ser el padrecito representante de Dios. El doctor Cabrera que fue maestro desde su país natal, que fue nombrado monseñor y obtuvo su doctorado a la sombra del servicio a la iglesia y que era un excelente maestro de español, recibía un cheque de casi novecientos dólares quincenales. Yo le conocía porque estaba casado con Edith, una chica que inicialmente estuvo al amparo de las misioneras guadalupanas. El me sugirió que siguiera con la iglesia hasta obtener algún grado de maestría o doctorado para que fuese mejor remunerado. Yo le comente que ese era mi problema y me encantaba, no servirme de la iglesia sino servirle sin interés. Y que no lo entendiera como una majadería hacia él, pero que yo tendría paciencia de lograr a su tiempo por cuenta propia lo que pretendía. El distrito escolar me costeaba créditos de postgrado que yo obtendría participando en cursos educativos que tomaba en Nazareth Collage. Eventualmente podía lograr mi certificación y tal vez de ayuda de maestro lograr enseñar en el aula como maestro. En vez de esto, cuando llegó la oportunidad de trabajar con Ibero en un programa federal de rehabilitación de personas víctimas del vicio de la droga, en el que me ofrecieron el ramo de especialidad en el desarrollo de la familia como recurso de rehabilitación, agradecido renuncie a mi trabajo con el distrito escolar para el desempeño en el trabajo mencionado. Mi salario mejoró notablemente aunque continuó siendo relativamente modesto. En mi proyección académica, considere que la idea del doctorado no era algo que me inquietaba y que más bien me interesaba el trabajo social y prefería estar envuelto con la gente en el realismo de la vida que en la cátedra de una universidad o imbuido en el mundo intelectual. Me entere de que en la universidad de Brockport podía solicitar admisión en un programa de maestría en ciencia de la educación, especializado en consejería para grupos minoritarios y decidí que eso era lo que de inmediato trataría de lograr, contando con el empeño casi una osadía no solo de resolver mis limitaciones sino de lograr el dominio del ingles. Gracias a Dios y con mi esfuerzo y el apoyo de mi amiga, esposa y compañera Aracely, costeado de mi propio peculio logre el objetivo del programa y obtuve mi maestría en mil novecientos setenta y cinco. Mi relación con Aracely a mi entender vino del cielo. Por una buena razón tiene ese nombre que estaba hecho a mi medida. No lo digo como blasfemo sino como una sincera y honesta bendición, el que esta ara que me era tan familiar en la misa diaria, vendría a ser con ella el ara de mi hogar. Ni ella ni mis demás amigas lograron hacer de mí un buen bailador, aunque me defendía. Muchos años atrás Cecilia Lozano me dijo de farsa que todo mundo sabía bailar, siendo cosa de menear el bote con mayor o menor gracia. Es cosa de atreverse. Me imagino que es lo que aprendí. Quien mejor me habló de Aracely sin saberlo ella, puesto que no dijo el nombre y lo supe hasta que la versión de Aracely cotejó en mi memoria este pasaje de mi vida, fue la madre catequista guadalupana llamada María. Se refirió a una chica muy devota que le pidió consejo de cómo encontrar un hombre que valiese la pena para ser su esposa. Ella le dijo que se uniría en oración a ella para conseguirlo. Yo por mi parte prometí a Dios y a mí mismo que las enseñanzas que daba sobre la mujer a quien se debe honrar, sobre todo con un amor digno, sería el objetivo de mi vida si decidía cambiar el estado clerical de celibato por el de matrimonio. Por supuesto, concretamente cohabitaría única y exclusivamente con la mujer que eligiese en la presencia de Dios pidiendo su digna bendición. Mi plan era no determinar nada concreto, sino hasta que lograse mi dispensa. Aunque este sentimiento que respetaba con escrúpulo era autentico, se hizo algo cuya apreciación de autenticidad fue amplificado a partir de mi frustración con el apostolado hispano a mi regreso de México y de mis ejercicios espirituales que no termine. Me había impresionado Aracely particularmente despertando un interés especial entre mis demás amigas con quienes bailaba los fines de semana. No fue ella la única que invitaba a comer, pero sí la única a quien dije que me interesaba de manera muy singular, inclusive que aun podría escogerla entre mis amigas si contase con la dispensa que esperaba. Esto en realidad no fue una declaración, pero si un preámbulo de la misma. No creo que hayamos bebido toda una botella de chianti italiano, como quiera que fue ella se llevó la botella como suvenir. Creo que su mamá se deshizo de ella, al menos fue lo que comentó cuando le pregunte si la había conservado. Nuestra relación se fue haciendo rápidamente más particular, aunque yo fui solicitado como consejero. Le pareció atinado mi consejo de adoptar una o dos creaturitas no por miedo de que Dios le castigase por no cumplir una promesa, sino porque por amor a Él, eso era lo que debía determinar el hacerlo o no. Aunque a mi parecer como era una responsabilidad mutua si pretendía casarse, tal vez esto interfiriese con la posible felicidad de su destino. El otro consejo fue que hiciera ver a sus padres que era propio con el debido respeto, considerando su edad y derecho de tomar ciertas decisiones el hacerlas con el privilegio de su albedrío, en cuanto a ejercitar sus relaciones sociales y tal vez dignamente amorosas con quien le pretendiese. Siendo tan amigos como éramos, si no lo resolvía por cuenta propia, yo con gusto le prestaría mi ayuda para obtenerlo invitándola a salir, simplemente como buenos amigos. Así lo hicimos, aunque tuvimos que tolerar en dos o tres ocasiones la presencia de chaperón de su hermano. Yo le hice saber que si no lograba prescindir de su grata compañía, estaba fallando nuestro cometido y debería dimitir mi plan de ayuda, sin remedio. Yo estaba muy satisfecho con el apartamento donde vivía. Estaba a la derecha de la entrada del primer piso de una casa de tres plantas, con ventanales hacia el porche que le daban vista a la calle Oxford. Podía decirse que aunque estrecho era suficientemente amplio para disponer de lugar para una pequeña joya de escritorio muy lindo, antiguo y tallado en madera, un gran sillón sofá que extendía hasta dar con la estufa cuando lo disponía para dormir, y todo el mismo mueble convenientemente diseñado contaba con la estufa, el zinc para lavar los trastes y un pequeño refrigerador, y entre la puerta asegurada que daba a la estancia de la señora Siger y la pared opuesta estaba una pequeña regadera en excelente estado. Estuve a punto de ser echado del apartamento el segundo mes de mi estancia. La señora Siguer no pudo creer que mi ignorancia fuese tan grande, sino que yo era un pillo verdadero. Cuando me dijo que no había cubierto la renta del segundo mes yo le dije que se cobrase del depósito y ella lo tomó como descarado insulto. Yo le pedí excusas y le ofrecía el pago que se negaba a recibir, hasta que comprobó con el padre Vogt que era verdad que yo no tenía ninguna experiencia de pagar renta y que era persona digna de fiar.
En el mes de junio fui a México porque mi madre estaba muy grave, teniendo que regresar de inmediato por estar a cargo del programa de verano con la agencia de Ibero. Al regresar tuve un percance que me impulsó a reflexionar en la posible urgencia de no atender con un rigor desmedido el no tener respuesta sobre mi dispensa. Lo digo porque uno de mis candidatos para el examen de high school eran los padres de una chica muy atractiva que me conocía muy bien sin ser una de mis amigas con quien salía a bailar. Alguna vez le di ride al Monroe Comunity College donde estudiaba e inclusive le permití que guiara mi carrito rojo volgswagen. Ella me contestó el teléfono y me dijo que me traería la solicitud que ya habían llenado a mi casa. A pesar que le dije que no, porque yo mismo pasaría a recogerlas el día siguiente. En menos de media hora tocaron el timbre de mi apartamento y al abrir me viene a dar cuenta que era ella, que pasó a mi cuarto llevando consigo su uniforme de enfermera en un perchero manuable. Creo que ya casi eran las diez de la noche y espontáneamente, como si nada, me hizo saber que deseaba pasar allí la noche y trató de hacer la cama. Yo trate de guardar mi caballerosidad y hacerle saber que eso no ocurriría por ningún motivo. Ella propuso que no pretendía nada malo y nada pasaría. Yo me hice más explícito y le dije que me conocía como sacerdote y que aunque ya no vivía en la parroquia me merecía y ella de mi parte se merecía el respeto que siempre existió en nuestro trato de amistad y definitivamente entendiera que le sería imposible lograr lo que quería de dormir allí con o sin intención, fuese buena o fuese mala. De manera que al fin se fue y se dio por vencida. Que Dios me perdone, pero ya yo solo me quede lleno de confusión, y no sabía si dominaba en mi la satisfacción de mi honor sacerdotal y de caballero, o el del hombre viejo y renegado, escondido en nuestras entrañas de nuestra animalidad. Creo que fue la noche anterior al cinco de septiembre que recibí una llamada telefónica de casa en México, haciéndome saber que mi madre acababa de morir. Yo hice arreglos para volar el día siguiente por la mañana. Se me ocurrió compartir esta noticia con Aracely a quien llame por teléfono, tal vez preguntándole si me podía llevar al aeropuerto. Ella no lo dudó un instante y me dijo que me recogería antes de las seis de la mañana. No lo pensó dos veces y con el tiempo supe que ni dudó en sugerir a su mamá tomar el autobús, porque estaría conmigo hasta que partiera el avión. Descubrí que le quería más de lo que me imaginaba, porque fue cosa de que espontáneamente, por la razón que fuese o sin ella, cruzó mi espacio y me plantó semejante beso de compasión porque estaba dolido, de cariño o sin duda de amor, porque no dude en comérmela a besos de lo cual me quede sorprendido porque ni imaginaba hacerlo.
Yo supe que de la muerte de mi madre surgía a la vida mi amor conyugal. No ignoraba la Eucaristía que es el misterio más grande y precioso sobre la faz de la tierra. Pero ciertamente a ciencia y conciencia estaba viviendo al margen de identificarme en su ministerio sacramental como se dice, dejando a Dios por Dios, para asegurarme de no estar usando de mi ministerio ni de la conveniencia sicológica y social de la que podía indignamente beneficiarme. La ausencia de mi madre y de mi actividad sacerdotal me impulsó a la necesidad de emprender un estado de vida, de manera que sublimase la animalidad de las entrañas de mi hombría, y sin despreciar el carácter sacerdotal indeleble en mi existencia, integrase mi vida en la intimidad del amor con quien eligiese amar para siempre a una mujer que delante de Dios escogía para ser dos en una sola carne y en el espíritu, como Dios manda.
Rapsodia trece. El carácter de mi sacerdocio y mi amor conyugal
Cuando llegue a Apaseo entre a la sala de la casa en que vivimos en vida de mi madre. Ella, ausente en sus despojos y presente en su memoria, estaba tendida allí en la sala donde recibía visitas y de donde hacía patente haberse ido con Dios que vino a visitarla.
Invite a todos mis hermanos a darnos la mano en torno a ella y rezar la oración que nos había enseñado desde niños. Mil gracias te doy Señor, por la vida y el sustento. Tal vez debí recordar la oración por el descanso del alma de su madre y rezarla por ella que tuvo la devoción a la sábana santa. Señor Dios, que nos dejaste la señal de tu pasión, la sábana santa en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo bajado de la cruz, que por tu muerte y sepultura santa, conocednos Señor, oh piadosísimo Dios que el alma de tu sierva Enriqueta, sea llevada a descansar contigo que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Cuando localice a mi padre en el segundo patio tras de la casa me conmovió con su llanto, y me sentí desconcertado al escuchar su extraña expresión exclamando a mi oído hijo, yo no la mate, repetidas veces. Esto yo lo puse ante el trono de Dios misericordioso, para que bendijese a mi padre, que a su manera creo que en verdad amó a mi madre como amamos todos los seres humanos, en el contexto de nuestra personalidad. A pesar de mis ideas y planes ministeriales era imperativo que al menos en el novenario permaneciera con mi familia para celebrarlo, no solo con el rezo del santo rosario por la noche, sino el de la santa misa por la mañana. No podía ausentarme por más tiempo de mi trabajo en Rochester y a pesar de la resistencia de la familia que esperaba que celebrase por cuarenta días las misas gregorianas, yo me determine en partir por la razón mencionada. Aun así mis hermanas vinieron a mi casita del apartamento en Rochester, insistiéndome en la celebración de las misas gregorianas que yo decline con firmeza, tal vez sin evitar contrariarles. Había hecho arreglo con la señora Siguer que me rentaba para que por cierta cantidad convenida les permitiera usar el espacio al lado de donde mi habitación, solamente por una semana, al fin de la cual yo les hice saber que no podía atenderles, porque tenía muchos compromisos con mi trabajo. Como persistían en permanecer en Rochester les puse en contacto con las hermanitas catequistas y les sugerí pasar un tiempo allí arreglando visitar a Lupita en la Florida, que yo les costeaba el pasaje, y así lo hicimos, sin que por casi toda la vida dejasen de estar resentidas, sin comprender ni aceptar mi alternativa que les hizo sentirse ofendidas. Deseaba comprender su desconcierto en el que se encontraban, pero por fuerza mayor de los planes de mi vida no me era posible otra alternativa. Cuando se fueron encontré que Aracely estaba sentida por no relacionarme con ella como esperaba, y por no presentar a mis hermanas formalmente. Cuando les conoció al fin me daría la razón de lo correcto de mi decisión. A partir de mi regreso de México, mi determinación de trabajar y estudiar en Rochester, con el plan de poner al margen mis responsabilidades ministeriales, afloraba con otra idea casi definitiva y un propósito en perspectiva, el de formalizar una relación seria, con perspectivas al matrimonio con Aracely, como cosa definitivamente bien seria. Sin embargo mi idea no llegaba al punto de hacer una vida común, porque no era algo que cotejaba con el modo de pensar de ninguno de los dos ni de nuestros familiares. Parece que sus padres tenían serias reservas a que formalizara sus relaciones conmigo y le sugerían mudarse de Rochester a California o a Guatemala. Al preguntarle que pensaba al respecto, me hizo saber que su determinación era tan seria como la mía, y ella se iría conmigo por seguirme a donde fuese en el mundo, porque no iba nadie a interferir con el propósito de casarse conmigo. Mi sugerencia fue que sin duda la solución inmediata era presentarles a sus padres nuestro plan de noviazgo dándoles a saber que era mejor contar con su venia que sin ella para el bien de todos. En esta ocasión de plantear a sus padres nuestro recíproco interés y nuestro objetivo bien serio, yo pase por mi apartamento para llamar al padre David Heinsler y platicarle de la formalidad de mi compromiso, supeditado a la dispensa para casarme cuando viniese de Roma. El me sorprendió con un comentario inesperado que vino a ser el punto de partida de una planeación más inmediata. Me dijo que para que esperaba, que él me casaría celebrando misa en casa de Aracely donde también tomaría nuestros votos de compromiso matrimonial cuando Aracely y yo lo tuviésemos acordado. Con este nuevo dato sin muchas especulaciones, elegimos el siete de Noviembre para celebrar nuestro enlace nupcial de la manera propuesta, con la sorpresa de que también el padre Tracy concelebró con el padre David. Después de la ceremonia religiosa a la que atendieron solamente nuestros familiares y testigos, tuvimos una fiesta en el Maple Wood In, donde solíamos bailar con más frecuencia. Departimos con nuestros mejores amigos y compañeros de trabajo a quienes profesábamos mayor estima. Aracely era una perla de mujer y lo sigue siendo, tesoro del fondo del mar en las profundidades de mi ser y brillando y decorando el cielo y el horizonte de mi vida, un verdadero tesoro para agradecer a Dios y disfrutar con satisfacción y orgullo. Todo mundo lo sabía y lo hice explícito en mi brindis de despedida. Realmente, aunque yo sabía que el derecho canónico proponía ciertas normas de validez jurídico eclesiásticas para la validez legal del sacramento, también veía otro aspecto, personal, conyugal, social y espiritual que le daba un valor de real autenticidad basado en la recta intención y responsabilidad consciente de ambos contrayentes ante Dios y la sociedad tanto familiar como civil, y claro conforme a la realidad de la ley fundamental que es la ley de la naturaleza cuyo aspecto en su esencia, nunca deja de tener un sentido divino. Aracely estuvo tan feliz de todo lo acontecido de nuestra boda, que deseaba seguir celebrando tanto gozo en el Hotel Marriott, y cancelar el viaje de bodas a Ottawa en lo cual se sintió más feliz de no haber sido complacida. Mi punto de vista que compartió y aun comparte conmigo es que lo más valioso de la vida es vivir lo más auténticamente posible a los ojos de Dios con la conciencia limpia y la recta intención de lo que hacemos. La vida es una sucesión que va aconteciendo como realización de un destino por lograr, desde el primer beso de amor hasta el encanto de la intimidad única de dos seres humanos que se convierte en la realidad de un solo ser unido por Dios, con El de por medio. Y nuestro amor conyugal orientado a amarnos con fidelidad y lealtad toda la vida, ya tenía raíces en el ser divino por la pureza de nuestra intención de cumplir de corazón sus metas y objetivos. Ser dignos como miembros de la familia de los hijos de Dios, viviendo a la altura y dignidad de lo mejor, sobe todo dando un ejemplo de verdad a nuestros hijos. Esta es la misión feliz en nuestra vida conyugal, con el favor de Dios misión cumplida. Aunque sin duda aun nos falta, un poquito más. La dispensa de Roma llegó con renovación de trámites cuyo seguimiento me exigía repetir la ceremonia del contrato nupcial, debido a la invalidez jurídica. Yo lo vi como una oportunidad de renovar nuestros votos y reafirmar ante Dios, la Iglesia y nuestra familia un compromiso que tenía la garantía sacramental de unirnos a Cristo en su cuerpo místico como la vid a los sarmientos. Para resumir los treinta y ocho años restantes de mi vida en los Estados Unidos a partir de mi matrimonio hasta la fecha, es suficiente una sola frase de la que pudiese resultar un bello libro. Mi vida de trabajo y de matrimonio ha sido un verdadero éxito familiar y profesional, superando todos los debates, porque todo ha sido resuelto a satisfacción, viviendo de fe sin perder la esperanza, invencible en el triunfo del amor de Cristo, vencedor de todo fracaso con la gloria de haber resucitado, El, quien
con nosotros comparte esta realidad suya que hace nuestra con Aracely, total de la mitad de mi vida.
Quita Parte. Corolario poético
Al contemplar mi autobiografía me parece que la verdad de ser en mí es mi aspiración poética, cuya inspiración es el alma de mi vida, intimidad que debe convertirse en la vida de mi alma.
Esto ante la realidad de mi ser, efímero y deleznable, que como pecador redimido y profundamente arrepentido de todo pecado, agradezco a Dios el don de Cristo, de su personal encuentro y la oportunidad de dar un testimonio de nuestra amistad en mi autobiografía.
Toda ella la presento como Coralario poético cuya existencia proyecta su dimensión espiritual hacia la inmortalidad de lo humano y lo divino. La realidad del ser humano me parece más importante en el encuentro de sí mismo, el hombre con su espíritu de lucha y esperanza, mucho más importante que en la nota roja universalmente popular en las noticias de los medios publicitarios del mundo, enfatizando su desgracia, la tragedia o las desdichas de la humanidad, sobre todo cuando derivan como resultado de las fuerzas del mal o la malicia humana. La dimensión espiritual de cada persona es la realidad más importante entre los valores de una axiología autentica en medio de todo el universo. Sobre todo en el contexto de la revelación divina, actualmente en la conciencia de la humanidad toda, de oriente a occidente. El testimonio de la resurrección de Cristo que valora el Cristianismo autentico, se ha difundido a todas las naciones como grandioso destino de la humanidad. Siendo sin duda esta realidad, la realidad suprema de lo humano y lo divino. Más allá de toda cronología la poesía sugiere a Cristo como quien implícita o explícitamente está presente como quien es por excelencia, el medio divino que en Cristo es Dios mismo. Por una parte en toda la creación y el universo, pero singularmente en el universo mismo de Dios con sus ángles todos y profundamente a través suyo, todo Cristo en el hombre.
Enunciando Proemio y el Corolario poético
Dios es inmarcesible en su raíz y en su corola
Eterno florecer como la fuerza de su amor pleno floreciente en Cristo
En flor de eternidad luce su aureola
La belleza de Dios que es poesía
En la luz de su ser, sabiduría,
Faz de Cristo divina su corola.
Divinidad profunda no está sola
De intimidad eterna compañía,
La familia divina en armonía
Es amor infinito entre sus olas.
El Padre es fuente de la eternidad
De intimidad que es suya en su universo,
Caudal inmenso y toda la verdad.
La llama del amor en Dios inmerso
Luz esencial, la misma claridad
Que enciende de su ser la inmensidad.
Es Dios de Dios,
Lucir de luz, de fuego
Amor eterno.
A los ojos de Dios mismo que contempla su belleza en su Palabra divina y en toda la Creación, su grandiosa belleza debe ser eterna poesía, como lo es el integrarse de Cristo en su Yo esencial a su ser divino, a quien apelo humildemente para unir a Cristo mi ser como la aspiración sincera de mi humilde autobiografía. Me complace también compartirla como el florecimiento espiritual de un carisma personal en el que expreso sobre todo la experiencia profunda desde la intimidad de mi conciencia delante de la presencia de Dios. Es mi anhelo compartir la amistad íntima de Cristo en el curso de mi vida. La poesía que pretende lucir espontanea como las estrellas en los cielos y en todo el universo sobre el panorama de mi vida. La poesía de la esperanza que es la visión de la fe y el amor de la gloria inmensa como el triunfo de Cristo del reino de los cielos, plenitud de toda la Creación visible e invisible. La que florece como una eterna primavera espiritual, como el florecer silvestre de todas las praderas del mundo espiritual e incorruptible, como los bien aventurados y los ángeles de Dios. Emulando la nueva Creación y la renovación de un cielo nuevo y una tierra nueva, la que es el encanto de una belleza que brota del germen glorioso de la resurrección. Morimos en Cristo para resucitar con El unidos como la vid y los sarmientos a la plenitud de su ser en la poesía de su cuerpo místico. No siendo nada ni nadie lo somos todo en la realidad de Cristo en quien logramos por su gracia ser lo que debemos ser, no siendo yo cada quien sino Cristo, el único ante Dios y quien vive en nosotros.
Profundidad de la resurrección
Los guardias y la tumba no supieron y un Ángel vino y quitó la piedra
El alma retornó de profundos terrenos y uniéndose a su cuerpo Cristo resucitó.
Más allá de la oruga se desviste
Esplendida la eternidad de ser,
Y el gusano no muere, siempre existe
Metamorfosis del acontecer.
Tiene el alma inmortal tan gran poder,
Del cuerpo se despoja y le reviste
Divina intimidad y eterno ver
De vida eterna como en Dios persiste.
En la tumba profunda eternidad,
Cuerpo y alma de Cristo resucitan
Atrayendo a su ser la humanidad.
En su gloria de ser que es infinita
Se reconoce en su divinidad,
Consciente de su eterna claridad.
Quien como Cristo,
En la gloria de Dios
Su eterno existo.
La gloria incorruptible
La muerte real con el cuerpo divino sin el alma de Cristo
Nos invita a morir en su muerte para resucitar en su vida incorruptible.
Es eterna verdad, cumbre en la ruta
El triunfo de su gloria inconcebible,
Lo que no podía ser lo hizo posible
La victoria al final, no hay más disputa.
Sufriendo hasta morir no hizo imposible,
Su fuerza victoriosa y absoluta
Más allá de la muerte no se inmuta
Y Cristo resucita incorruptible.
Maravilla de ser, maravillosa
La bella perfección de su estructura
Y el divino esplendor en su figura.
Cristo el rostro de Dios, su luz más pura,
La humanidad su cuerpo transfigura
En gloria de su ser esplendorosa.
Mística y real
Divinidad humana,
La gloria de Dios.
Autoridad de la resurrección
Destruid este templo dijo Cristo refiriéndose a su cuerpo
Yo lo reedificare en tres días.
Monumentos sin par han existido
Y el fiel testigo de su proposición
Es testimonio de su resurrección,
No más ruinas que el tiempo haya destruido.
Más que el templo de Herodes reconstruido
Lo es el templo de Dios, no la Creación,
Lo es su cuerpo divino en oración
Que es la casa del Padre resentido.
La octava maravilla que es sin par
No es ingenio del hombre que se inspira
Ni tampoco natura que se admira.
La misma eternidad construye amar
Viendo a Cristo inspirado en quien se mira,
Dios viviente, la piedra es angular.
Inconmovible
Cristo, piedra angular,
Eterno amar.
Paraíso de la eterna cueva
Si en la carne de Adán todos pecamos en la de Cristo
Morimos y resucitamos
El Reino de los cielos está en flor
Y a Adán el Padre eterno lo renueva
Nacida eternidad, Cristo en la cueva
El tiempo lo hace eterno en su esplendor.
Es el Mesías divino Salvador
La luz de Cristo de la Virgen Eva,
Madre de Dios inmaculada y nueva
El dueño de la viña es viñador.
Es bueno como Dios con cada hermano
Y judío el buen Samaritano,
Quien lavando el pecado el alma sana.
Agua viva que brota del desierto
Y del pozo de la Samaritana,
Viva vida de Cristo, ¡no está muerto!
De eterna cueva
Cristo es el Paraíso
Y vida nueva.
Mansión de Dios
Cristo es el Hijo de Dios en plenitud
Y nos hace coherederos compartiendo su hogar y su reino
Casa del Padre y la Mansión de Dios
La Palabra divina en su esplendor,
Espíritu de Dios y eterno amor
Por doquier, el sonido de su Voz.
Casa del Padre tras del Hijo en pos
Tras la oveja perdida del Pastor
Del Mesías del mundo Salvador
La esencia de su Padre y portavoz.
Casa del Padre y de su santo nombre
De los Ángeles todos que se asombren,
Donde el Hijo de Dios reina con El.
Es la casa del Padre y de Emanuel
Por siempre eterno y nuevo Israel,
Su faz, su cuerpo místico en el hombre.
Mansión y casa
Del Padre celestial,
Cristo la llena.
La ciudad de Dios
Escrito en el tiempo para la eternidad
Viviente historia inmortal del libro de la vida
Ciudad de Dios de paz y de oración
Cada instante del tiempo mientras duro
El eterno momento del futuro
Jerusalén de la revelación.
Ciudad de Dios y de su adoración
Del Príncipe de paz eterno y puro
Cuyo es reino sin par, el más seguro
Por la sangre de nuestra redención.
Ciudad de Cristo en que la tierra adora
Al Dios de la Creación universal
Encendiendo los cielos inmortales.
Ciudad de Cristo y su divina hora
De amor eterno y de su eterna gloria
Del Príncipe de paz, ¡feliz victoria!
Ciudad de Dios,
Gloria de los Ángeles
Y paz del Hombre.
La octava maravilla
Resurrección del hombre y triunfo de la paz
Saludo de Cristo y eterna realidad
La fe del corazón todo lo entiende
Dios no hizo el mundo solo al acaso
Destinado no más para el fracaso,
Ser en el mundo, el hombre lo comprende.
Paz en la tierra el cielo tal contiene,
El triunfo de la paz, divino abrazo
Monumento inmortal de eterno trazo,
Octava maravilla se sostiene.
La fe del corazón todo ilumina
Y es luz eterna la visión divina,
Venga el reino de Dios, viva en nosotros.
Octava maravilla sois vosotros
Elegidos de Dios y no habrá otros,
Gloria a Dios que en los cielos no termina.
Y Dios lo exalta
A Cristo que se humilla,
¡Es maravilla!
La belleza de Dios
Lo humano y lo divino a Dios provoca
Poema del amor beso eterno en su boca.
Fuego divino que a escribir me reta
Y eterna hoguera del amor que me ama,
Es del alma inmortal la ardiente llama
Que jamás se consume en luz repleta.
Divina inspiración que amor se llama
Con la pluma en la mano que sujeta
La Palabra en su nota es Dios poeta,
Poema que es la música del alma.
Inspiración que eterna transfigura
La perfecta belleza de su mente,
Se inspira Dios en sí eternamente.
Perfume celestial, divina fuente
Que universos angélicos procuran,
La visión del Creador divina y pura.
Dios en plenitud,
La belleza del hombre
Gloria de Cristo.
Recuerdo en futuro del gran día para el cual nacimos
Teniendo que morir para resucitar
Piedad de mí Señor
En tus manos encomiendo mi espíritu
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
Eterno amor, jamás me desespero
En el medio divino e inmortal,
Por su místico cuerpo celestial
En Cristo vivo a pesar que muero.
Dios lo quiere y por eso yo lo quiero
Despojos de mi cuerpo terrenal
Mercedes de la Virgen del Doral,
Volver aquí, resucitar espero.
Mi alma pertenece al ser divino
Por gracia, libertad y por destino,
Dios me libre del fuego del infierno.
Mansión de vida del amor eterno
En la cumbre del ser, Cristo el camino,
Que me aliente su aliento sempiterno.
Divino hermano
Que has muerto y resucitas,
¡Dame tu mano!
La Pascua de Cristo
Divina semilla que muriendo resucita
Fecundidad de la Palabra viva del Padre y florecer de amor eterno
Eternidad del tiempo y cuanto tiene
La santidad de Dios, poder tan fuerte,
Cristo y su Padre que en amor se entienden
Y es del mundo divino contrafuerte.
Elegidos de Dios son de tal suerte
Que al reino de los cielos les asciende
Fieles a El por compartir su muerte,
Resurrección, la Pascua así trasciende.
Resucita a la gloria el ser divino
Resucitado Cristo, nos deslumbra
Con el triunfo de Dios, nuestro destino.
Eterna luz es Cristo, y nos alumbra
Caminando con El que es peregrino
Camino a Emaús, nuestro camino.
Resurrección
El morir en su muerte,
Nos resucita.
Corolario poético hacia la eterna poesía
Mi autobiografía como preámbulo hacia mi ordenación sacerdotal en poesía
Las bases del humanismo que identifica la axiología de la conciencia
El orden de la naturaleza que presupone la economía de la gracia
Identificar los valores humanos en su proyección a lo divino
El conocimiento y la experiencia de Cristo para experimentar a Dios
La misión de la salvación del mundo y la vida eterna
La espiritualidad y el plan de Dios hacia una eterna poesía
La sonrisa del bien
La ternura del bien sonríe espontáneamente
En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles
Ante el bien que es verdad del corazón
Existe el mal, la humanidad se apura
Porque el mundo prefiere la locura
Del terror que no tiene compasión.
El poder superior de la razón
Es mentira que acaba en la basura
Se impone la verdad que lo asegura,
Triunfa el bien sobre el mal y la traición.
No sabe que su triunfo es su derrota,
Malamente destruye y todo azota
La maldad atrevida que se ríe.
Lealtad del ser supremo se sonríe,
Divino bien, su inconmovible roca
Sabedor sabe el mal que le provoca.
Una sonrisa
Ante el mundo del mal,
Dios lo conjura.
Plenitud de la gloria
Irremisiblemente el plan de Dios
Al criterio intachable de verdad
Eterna libertad le satisface
Hacer el bien y el mal vencer le place
A Dios y a Cristo y a la eternidad.
La justicia afianzada a la bondad
Al plantearse que se hace o se deshace,
Viendo el bien ser mayor cual le complace
Determina su eterna libertad.
Amor elige a quienes han amado
Dios glorifica su divinidad,
El reino de los cielos lo han logrado.
Eligiendo a quienes ha salvado
Cristo pleno perfecta claridad
Glorifica en su ser la humanidad.
Ninguna pena,
Lo divino y lo humano
La gloria plena.
La presencia de Dios
Feliz alumbramiento de toda la Creación
La eternidad en el tiempo.
Manantial de esplendor divina fuente
De luz eterna que nos das la vida,
Agua limpia y pureza que convida
A saciar nuestra sed eternamente.
Palabra de verdad en nuestra mente
De intimidad profunda y escondida,
Las entrañas del ser en su guarida
Que se da a conocer perfectamente.
Paternidad del Padre que ha engendrado
Divina filiación del encarnado
Compartiendo su ser y su existencia.
La vida eterna la del ser amado
Respondiendo al amor enamorado,
La plenitud de Dios y su presencia.
En la Creación
Vida eterna del Padre,
La luz d Cristo.
El nacimiento de siempre
Espíritu de la cultura que brota del alma del pueblo
Veneros que no mueren si se cuidan
La cultura nos hace ser buen trío
Compartiendo comunes los anhelos
De apacenses, tendiendo nuestros vuelos
De alas ligeras e incansables bríos.
El árbol genealógico y sus ríos
De Ojozarco la mata, de ese suelo
Por lo Vázquez del lado de mi abuelo
Ramón y Alberto son parientes míos.
Revivan renaciendo de Apaseo
Las letras y las notas de recreo,
Cultura de la casa en nuestra casa.
Arte y cultura el tianguis de la plaza
Y el folklor musical, la poesía
Y el florecer de la sabiduría.
El nacimiento
Cultura renaciente,
Sea nuestra casa.
Filosofía y poesía
Palabra humana y divina
Sacerdotes del sacerdocio de Cristo
Palabra humana que espontanea brote
Del santuario del ser que es poesía,
Tal vez Antonio, mi amigo sacerdote
A quien encanta la filosofía.
Amor del mundo o su terrible azote
Palabra viva de sabiduría,
Es Cristo entero en su divino lote
La palabra de Dios que se hace mía.
Venid en pos de mí a la eterna mina,
No se pierde conmigo quien camina
Que a todos pertenece mi riqueza.
Se enriquece el que entiende mi pobreza,
Yo me entiendo con Dios, mi luz divina
Es la eterna palabra que ilumina.
Filosofía
Que pertenece a Cristo
Es poesía.
Belleza de la bondad divina
Contemplación eterna del Creador y la Creación
La gloria en plenitud del cuerpo místico de Cristo
Divina providencia en lo provisto
La plenitud magnífica de lleno
De Dios maestría, la del Cristo pleno
No es a la caso, lo tenía previsto.
Creador en la Creación lo nunca visto
El eterno nacido de su seno
Hijo del Padre y del Amor más bueno,
Mirando el cuerpo místico de Cristo.
La Palabra encarnándose en María
Como Madre de Dios del cielo llena,
Tierra fecunda de la gracia plena.
Dios se desborda de sabiduría
Y eternidad de instantes de alegría,
¡Oh infinita belleza, lo más buena!
El plan de Dios
Descubre su belleza,
¡Bondad divina!
La espiritualidad de la carne
Lo efímero se hace eterno
Y la carne incorruptiblemente divina
Palabra que acaricia nuestra piel
De divinas entrañas, cuya lucha
Nos habla del saber que nos escucha
A todo nuestro ser y al alma fiel.
Es divina amistad nuestro Emanuel
De espiritual matriz y angelical pucucha
Del eterno vivir, su vida es mucha,
La del hombre que es Dios, siempre con El.
Palabra que ha anunciado el plan de Dios
Y a los tiempos lo eterno de su voz,
Sublime realidad que Cristo emana.
Paternidad de Dios que nos hermana
Todo luce divina claridad,
Luz eterna de amor a la verdad.
Palabra de Dios
El Verbo se hace carne
En vida humana.
La oración de la Madre que hago mía
El Hijo de tantas lágrimas de su Madre
Consigue el Paraíso de su eterno Padre.
Librado sea del enemigo malo
De malas compañías y ser vicioso,
Cuide al hijo el todo poderoso
Sin pecado al morir, que diga exhalo.
Triunfe el bien sobre el mal y al decir calo
Sea fiel amigo que es lo más honroso,
Traicionar y negar es horroroso
Vivir en gracia el mayor regalo.
No le dejes jamás de estar contigo
Pido siempre le tengas por amigo,
Por tu amor que es el rey de la amistad.
Imposible le venza el enemigo
Siendo amigo por una eternidad,
No hay amigo mejor, Dios de verdad.
Ora mi madre
Como santa Mónica,
Que encuentre a Dios.
La verdadera herencia
Es herencia de Dios su reino y su justicia
Lo demás es añadidura
A los ojos de Dios iluminada
Se sujeta a la ley de conveniencia
Con disfraz de verdad la pertenencia
A una sola familia en su mirada.
Ya todo lo demás no vale nada
Si el Señor es la parte de la herencia
Sin sordera la voz de la conciencia
Ni testigo de lengua engarrotada.
El reino importa más y su justicia
Que asegurarse con su añadidura,
Vive la paz y muere la discordia.
Permanece entre hermanos la concordia
Y amor y paz de Dios en armonía
Que son tesoro de sabiduría.
No está de pleito
La herencia del Señor
A su familia.
La paz de Dios
El divino infinito más profundo que los cielos y los mares
La paz de Dios intimidad del alma.
Quien hizo todo lo hace y lo rehace
El universo y la Creación entera
Los Ángeles y al Hombre cielo y tierra,
La vida eterna y Cristo quien le nace.
El Cuerpo místico en su ser renace
Paz en el alma triunfo de la guerra
Que Dios requiere eterna y verdadera
Tal como al Padre eterno satisface.
Esplendor de la paz deslumbra el cielo
E ilumina en la tierra sus anhelos
Al hacerse su eterna voluntad.
Paz de Dios es del alma el gran consuelo
Amor divino a la humanidad
Del corazón de su divinidad.
Divina paz,
Profundidad del alma
Dios infinito.
Juventud feliz
Reminiscencias de Darío
Juventud eterna y siglo veintiuno.
En el alma inmortal todo mi ser
Divina juventud cuyo tesoro
Alegrándose en Dios a quien adoro
Conmigo siempre, no tiene que volver.
En mi vida me siento acontecer
Viviendo con el ser que me enamoro,
Feliz mi llanto y la alegría que lloro
De mi espíritu eterno florecer.
Divina juventud de mi alegría
Son mis años dorados, no envejecen,
Ni siquiera la muerte me entristece.
Mi eterna juventud rejuvenece
Y el universo y Dios son mi energía
De la fuente de la sabiduría.
Inolvidables,
Quince años de juventud
Son algo eterno.
Cada instante que pasa se nos muere
Aunque el alma no muere jamás
Para bien o para mal
Cada instante que pasa luego muere
Como el día, los meses y los años,
Inmortal en el alma no hay tal daño
Aunque suceda lo que sucediere.
No se muere por más que desespere
El alma espiritual en cuyo paño
La muerte, no termina el desengaño
Ni se logra morir si tal prefiere.
Hay viejos jóvenes que son seniles
Y envejecen en vicios, los más viles,
Muriendo en vida de decrepitud.
Celebremos los años juveniles,
Que en jovial madurez no hay senectud
Disfrutando de eterna juventud.
Instantes de ser
Se mueren con la vida,
Pero no el alma.
Visión de Dios
Beatifica la fe mirando a Dios
Trascendencia de amor la vida eterna en su existencia
La experiencia de fe no suena hueco
Divina realidad cuyo sonido
De universo y Creación hacen el eco,
El alma escucha a Dios en el oído.
Beatífica visión cual golpe seco
Cristalina verdad, plena en sentido,
Ve Amor eterno sin mentira o fleco
Mirarse Dios en sí cual siempre ha sido.
Feliz visión de Dios no es imagino,
El eterno momento de su ser
Es certeza de ver al ser divino.
Son los ojos de Dios mirar de Cristo
La eterna realidad que siempre ha visto,
Plenitud de la gloria en su poder.
Viva la fe,
Con los ojos de Cristo
Mira a Dios.
Mujer soñada
Dimensión de su ser
Aspiración del hombre al femenino eterno
Hecho el prodigio de naturaleza
Toda era ella como el arte vivo,
Delineando el perfil cada motivo
De clásico y barroco en su pureza.
Contemplarse a sí misma le interesa
Soñadores sus ojos, un archivo
Fantástica en mi mente le concibo
De las mil y una noches sobremesa.
Universos de mares y praderas
Dando besos coral todo su ser
Y parpadeando como el anochecer.
Con racimos de bella primavera
Entallada en su cuerpo de palmera,
Sus mejillas color de amanecer.
Sueños del hombre
De eterno femenino,
¡Es la mujer!
Divina Eucaristía de Cristo
Cuerpo y sangre especies de pan y vino
Alimento que nos nutre en el cuerpo místico de Cristo
El evoca los labios del eterno
De su ser la divina subsistencia,
Su cuerpo es pan de eterna consistencia
Y su sangre nos libra del infierno.
Nos nutre en la verdad su ser interno,
Pan y vino y profunda su presencia
Sosteniendo perfecta su existencia
Maná de amanecer, flor del invierno.
Muere en la vida de la Eucaristía
Cuerpo y sangre de amor, el pan y el vino
Del eterno momento que es divino.
Brilla en la cumbre su sabiduría
La libertad de Dios, gracia y destino,
Lo efímero hace eterna poesía.
Su testamento,
Es eterno momento
Y Eucaristía.
Carisma de castidad
Como ángeles de Dios
En el cuerpo místico de Cristo
Encuentro de tu amor cuyas albricias
Son riquezas, tesoros soberanos
De tersa luz que llena de caricias,
Me abundan como ofrenda aquí en mis manos.
Pureza en plenitud, Dios sin malicia
La eternidad del tiempo entre tus planos
Generoso no sabes de codicia
Realidad de mis sueños sobrehumanos.
Cuanto soy te lo doy a manos llenas
Te quiero en ese beso cuando estrenas
Con tu vida el seno virginal.
Bendito fruto de la gracia plena
De azucenas en flor, luz celestial
De Amor en llama y lumbre espiritual.
Es del Dios vivo
La pureza divina
En vida humana.
Mi corazón y la rosa
Ofrenda de amor al llamado de Dios
En la caricia del viento
Veo una rosa sosegada
Sintiendo en mi pensamiento
Acariciar a mi amada.
Y apago el fuego que siento
Por esa niña soñada
Porque a Dios jamás le miento
Respondiendo a su llamada.
No puedo hacer otra cosa
Con el viento que la goza
Que lograrlo sosegar.
Y así decido cortar
Para llevarla al altar
La hermosura de la rosa.
En mi corazón,
Cuando corto la rosa
Es más hermosa.
Mi mano de Dios
El mundo en mis manos
Es libre de salirse de ellas o no
Serán mi viña y Virgen de Israel,
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Con todo el corazón y el pensamiento
Dios con ustedes, Yo soy el Emanuel.
Os vuelvo a mi redil de leche y miel,
De la oveja perdida soy pastor
Y del mundo, Yo soy el salvador,
Y me entrego a morir, todo por él.
Me paro en el camino para ver
Como sale de apuro cada hermano
Soy de todos el buen samaritano.
Con la gracia de Dios y su poder
Y todo el corazón y su saber,
Soy la mano de Dios dando la mano.
A nadie niego
Extenderle mi mano,
La quiera o no.
Pureza de Dios y castidad de Cristo
Ojos limpios de Dios mirándose a sí mismo
El corazón humano
Enamorado de otra Margarita
De eternal juventud no queda exhausto
Y aspira a la belleza infinita
Sin Mefistófeles, divino Fausto.
La pureza divina es exquisita
Maravilla de Dios en Cristo casto
Siendo eterno con El ¿Quién se lo quita?
Si amor divino dice no me basto.
Amor vital y eterno no perece
Uniéndose con Dios en plenitud,
Vida eterna florece y no envejece.
Eternidad de Dios su beatitud
Bondad divina y hermosa juventud
Que eternamente nos rejuvenece.
Perla de Dios,
La belleza de Cristo
No tiene precio.
Fenecido recuerdo
Ilusión que muere sin remedio
Fuego fatuo del amor
En el ocaso de mi amor esquivo
Su rostro fue rosal que se encendía,
Verde la mar, sus ojos poesía,
Fueron sus rasgos como el arte vivo.
Tristes o alegres con o sin motivo
Fuegos fatuos la noche divertía
Y en sus labios carmín se sonreía
El duende de la danza siempre activo.
En el recuerdo del eterno olvido
Donde todas las cosas ya se han ido
El rosal de su rostro está marchito.
Y en la noche sin fin del infinito
Siendo amor ilusión nadie lo alcanza,
De hito en hito perdido en lontananza.
Todo se apaga,
Dejándonos sin nada
El fuego fatuo.
Cristo vida eterna
Gloria del Padre y la luz del mundo
Vida de Dios y del cuerpo místico de Cristo
Revivan los pasajes de mi vida
Rapsodias de alabanza al ser divino,
Vivimos para Dios, eterno sino
Del alma el despertar si está dormida.
Seguir de pie dejando la caída
Y a Cristo unirnos que es nuestro camino
Haciendo nuestro el suyo, su destino,
Dejadas las tinieblas sin salida.
Triunfando de la tumba de tal suerte,
Resurrección y fe, promesa inscrita
Revive mi existencia de la muerte.
Creo en la vida de Dios que es infinita,
Cristo vivo en el alma nunca muere
Gloria eterna del Padre que nos quiere.
Amor eterno,
Como el Padre me quiere
Yo he amado al mundo.
Ambición incomprensible
El alma logra vislumbrar la vida eternal
Aunque las células se mueren
Yo tengo una ambición que nadie me comprende
Porque quiero morir cuando la vida enciende
Su color más ardiente al fuego de mi vida
Cuando el alma en la cumbre entiende la partida.
Quiero ser como el sol tendido en el ocaso
Cuando la vida derrotada es un fracaso
Y Cristo viene, con el triunfo de la muerte
Con el reino de Dios y su divina suerte.
Yo tengo una ambición que solo Dios entiende
La realidad de ser del ser que sobrentiende
Del amor celestial su espíritu fecundo
Divina intimidad de eterno amor rotundo.
Vida de Dios,
Que a Cristo le interesa
Eternamente.
Dimensión del misterio de la muerte
El sentido de morir es posibilidad de vida plena
Fuera o dentro de la tierra prometida
La muerte es ese golpe del crucero
Que abrillanta el misterio de la vida
Es la suerte ante Dios ya conocida
Y el encuentro del alma a su asidero.
Final de la ceniza en el mortero
Mucho más es la tierra prometida
Plenitud de la fe, luz encendida
El destino inmortal y verdadero.
A la gloria de Dios que es infinita
La vida eterna a Cristo resucita
Y a quien muere con El jamás lo olvida.
La firma del eterno al alma inscrita
Se cumple del destino en la partida
Y le juzga el amor, peso y medida.
En su presencia
Somos dignos o no
Si Dios lo afirma.
Intimidad de Dios
En Dios vivimos nos movemos y somos
El en sí mismo y nosotros en El
Dios se hace historia siendo eternidad
Y el hombre existe en El y El en el hombre,
Por Cristo, que es la gloria de su nombre
E instante eterno de su intimidad.
En la existencia de su divinidad
La Creación de los ángeles se asombre
De la eterna Palabra que es renombre,
De encarnación, divina humanidad.
El mar del universo se hace río
En el paisaje de la vida humana,
La cascada divina y soberana.
La existencia de Dios no tiene lío
Existiendo en su ser, en donde existe
Su mente y corazón, y allí subsiste.
Sin ningún lío
El universo es río,
Con Dios en el.
Ofrenda de la Creación
La humanidad de Cristo sacerdote y víctima
Ofrenda de la Eucaristía
La Creación Cristo debe consagrar
Y el reino hacer de Dios de un mundo externo
Divina intimidad, fuerza de amar
La Palabra de Dios, sonido interno.
Toma en sus manos celestial manjar
Al evocar los labios del eterno
La salvación del cáliz por salvar,
Cuerpo y sangre de Cristo sempiterno.
Instante salvador, luz, claridad,
Resurrección la muerte que ha traído
La sangre y agua del costado herido.
La justicia es perfecta caridad
Al inmolarse Cristo, ha redimido
De las entrañas de la eternidad.
Cordero y Pastor
Que inmola y que inmolado,
Redime el mundo.
Lanzados al mundo
La eternidad nuestro destino
Compartiendo con Dios su ser divino
Con Dios y su presencia que me alumbre
Cielo y mar y altamar es mi camino
En todas dimensiones del destino
Tengo la luz y el fuego de su lumbre.
Divina nave de angélicos peritos
Viento divino sopla donde quiere
Y me dejo llevar a donde fuere
Por todos los espacios infinitos.
Siendo el camino, la verdad, la vida
Lo que importa es seguirle como amigo
Y servir como Cristo de testigo.
La luz del mundo eterna y encendida
Divina eternidad, no está perdida,
Dios sabe a dónde voy cuando le sigo.
Ser en el mundo,
Llegar a ser con Dios
Eternidad.
Mi sueño de cristal
El sacerdocio del orden es la orden del sacerdocio
Participación de la acción sacerdotal de Cristo único y eterno sacerdote
Ascienda a ti mi vida vertical
Divinas dimensiones para hacer
Tu voluntad, todo lo que debo ser
En el vuelo de Dios horizontal.
Aquí estoy para ti, no he roto el día
Jardín y jardinero han renacido
Del Paraíso terrenal perdido
Sin mentira o serpiente que extravía.
Sublime Cristo en la cumbre del dolor
Entregando tu vida por amor,
Resurrección eterna e inmortal.
Que se rompa mi sueño de cristal
No permitas, contempla nuestras manos,
Queriéndoles servir a cada hermano.
En Cristo y con El,
Sus manos a la obra
En nuestra manos.
Cristo Mesías
Yo he vencido al mundo y al príncipe de las tinieblas
Quien cree en mí aunque muere vivirá
Luz del mundo y divina claridad
Divino Salvador del ser humano
Los Ángeles te adoran soberano
La humanidad en tu divinidad.
Hijo del hombre y Dios a quien has visto,
Eterno Sacerdote, en tu oración
Consagrando a tu Padre la Creación,
Místico cuerpo e iglesia que eres Cristo.
Quien como Tu eternamente fuerte
Mesías de Israel, nuestro Emanuel,
Dios con nosotros porque eres El.
Plenitud de la gracia y la verdad
Resurrección y triunfo de la muerte
Vida eterna, lo tuyo y nuestra suerte.
Mesías divino
Vences muerte y pecado,
¡Oh eterno rey!
Lo creo de Cristo
En ti creo sin que te mire
Porque en mi fe te estoy mirando
Resurrección de vida en tus hermanos
De pie sobre la cruz tus brazos míos
Que extiendes infinitos como ríos
De eterna salvación, Dios soberano.
Responsable de todos los humanos
Jesús piadoso, rey de los judíos,
Del mundo Salvador de tantos líos
Sentenciado a la cruz de los romanos.
Siendo nada soy nadie para amarte
Escuchando tu voz, sé que me llamas
Diciéndome que mueres porque me amas.
Desde el fono de mi alma yo te amo,
Resurrección y vida, así te llamo
Pidiendo me permitas adorarte.
Así nos amas,
Sé que mueres por todos
De uno en uno.
Soy Dios viviente
Para esto vine al mundo para darles vida
En la abundancia de mi vida eterna
La Palabra de Dios amor y aliento
Para el alma y para el corazón,
Más que el pan su divina nutrición
Es luz divina y feliz entendimiento.
Cuerpo y sangre de Cristo son sustento
Convertido de la crucifixión
En el cantar de la resurrección,
Pan y vino del alma en alimento.
Por la gloria divina y en su nombre
Divino en plenitud yo nutro al hombre,
Yo soy el pan de vida, dijo Cristo.
Y soy la vida eterna aunque se asombren,
Nada importa que nadie lo haya visto
El ser eterno en mí, Yo en quien subsisto.
Soy el milagro
Del alma del creyente,
Y Dios viviente.
Todos sirviendo en Cristo
No es bueno descuidar el anuncio de la palabra del evangelio
Al atender la acción de gracias a la mesa de la eucaristía
Trabajar sin descanso a todos pido
Y me gusta el símbolo del pez,
Del seno de mi Padre Yo he salido
Que es Señor de la viña y de su mies.
Yo he venido a servir no a ser servido
Lavando a mis discípulos los pies
Mostrando la razón de haber venido,
Soy siervo de Iahvé y El es quien es.
Con amor que es cristiano entendimiento
Cuidar de los enfermos no nos pesa
Ni atender al hambriento ni al sediento.
Soy Cristo en plenitud, sabiduría,
La Palabra de Dios pan de la mesa
Y acción de gracias de la Eucaristía.
Siervos de Cristo,
Servimos a su mesa
Al diaconar.
Desolado Consuelo
Piedad de intercesión a Dios
Por ser un pobre miserable pecador
El alma siento toda desolada
Me invade la maldad de los impíos,
Derrama la pureza de tus ríos
Y mi alma quedará purificada.
Te adoro con la sumisión deseada
Me enredo y desenredo en tanto lío
Pecado e ingratitud, todo eso mío,
Abismo de miseria no soy nada.
Ven pureza de Dios límpialo todo
Belleza de adorarte linda cosa
Y el amarte la más maravillosa.
Es tu presencia misericordiosa
Alarde de tu fuerza poderosa,
Tu divino poder, es de ese modo.
Desolación
De mi miseria humana,
Consuelo de Dios.
El Cristo Hipercósmico
Todas las dimensiones que no son su eternidad
Las trasciende Cristo con su divinidad y la gloria de su resurrección
En su momento de la eternidad
Hipercósmico es Cristo en su poder,
Más grandioso que el cosmos en su ser
Trasciende la infinita inmensidad.
Su eterno amor arrasa con lo adverso,
Sobre los muros de su divinidad
Toda la fuerza de su humanidad,
Al oleaje de todo el universo.
Hipercósmico el Cristo que trasciende
Profunda eternidad del ser divino
Hace eterno del hombre su destino.
De la altura del ser, cuando desciende
Y a la gloria de Dios, cuando El asciende,
Todo indica el indicio de su sino.
Es Dios de Dios
Trascendencia de Cristo,
Hipercósmico.
Trascendencia divina
Es la historia de Cristo Dios y hombre
El tiempo eterno proyección hipercósmica al ser divino
Octava maravilla el ser humano
Trascendencia hipercósmica del mundo
Y eternidad del tiempo en Dios fecundo
Su experiencia de hacerse sobrehumano.
Superhombre divino y soberano
Amor divino y su poder rotundo
Dios en el alma hasta lo más profundo,
Cristo el hijo de Dios, en cada hermano.
La luz eterna que deslumbra el cielo
Octava maravilla que trasciende
Su mirada divina, Dios la enciende.
Divino rostro Cristo no está ciego
Ni es robo humano su ambición de fuego,
Dios que trasciende con eterno anhelo.
Luz de la luz
La trascendencia de Dios,
Divino fuego.
Espíritu de Cristo adoración del Padre
Y ofrenda y gratitud de amor eterno
Espíritu sacerdotal de Cristo
Al margen del poder y la riqueza
Mesiánica misión que el Padre ha visto
De acuerdo a la visión de su grandeza.
El huerto en oración claro y previsto
Es única verdad que le interesa
Y el templo de su cuerpo tiene listo
Fiel al Padre, lealtad con entereza.
Ya hereda el reino de su eterno Padre,
Es Príncipe de paz, divino el Hijo
Y resucita Cristo como dijo.
Ve el cielo de mis ojos que en ti fijo
Hijo del hombre de la Virgen madre,
Eterno sacerdote a quien elijo.
Yo resucito
El templo de mi cuerpo,
Gloria del Padre.
Plenitud de la gloria
Irremisiblemente el plan de Dios
Al criterio intachable de verdad
Eterna libertad le satisface
Hacer el bien y el mal vencer le place
A Dios y a Cristo y a la eternidad.
La justicia afianzada a la bondad
Al plantearse que se hace o se deshace,
Viendo el bien ser mayor cual le complace
Determina su eterna libertad.
Amor elige a quienes han amado
Dios glorifica su divinidad,
El reino de los cielos lo han logrado.
Eligiendo a quienes ha salvado
Cristo pleno perfecta claridad
Glorifica en su ser la humanidad.
Ninguna pena,
Lo divino y lo humano
La gloria plena.
Verdad de Dios
Cristo alternativa única de Dios
De la Creación y el hombre
Cristo es alternativa de unidad
Y humanidad entera toda en uno
Del hombre universal siglo veintiuno
Y el ser humano que ama la verdad.
Conmigo o contra mí, la eternidad
Del ser humano sin dejar ninguno,
Quien es de la verdad a mí lo aúno
Ser o no ser, en mi divinidad.
Soy torrente de eterna redención
Y plenitud de Dios que se derrama,
Quien cree en mí encuentra salvación.
Recoge o no y así es que desparrama
Mi amor que siempre estoy por transferirlo,
Yo viene al mundo para redimirlo.
Yo soy redención
Vida eterna y salvación,
Verdad de Dios.
El todo ante la nada
El tiempo es efímero ante la eternidad
Que es la vida y el amor del alma
Se sienta o no se sienta acompañado
Llegando a la verdad de su presencia
Solos quedan el alma y la conciencia,
Al final uno muere abandonado.
La eternidad sin tiempo, terminado
Ante amor inmortal como experiencia,
Dios enciende o apaga su existencia
De su espacio infinito, no otro lado.
Ignorando cenizas, polvo y lodo
El amor inmortal es de ese modo,
Dios no deja el alma abandonada.
Todo mundo al morir queda sin nada
Y es posible lograr entonces todo,
Vida eterna, del alma enamorada.
Feliz o infeliz
El alma, todo o nada,
Llena de Dios.
Cristo visión del Padre eterno
Su rostro en que se mira y mutuo amor eterno de Cristo
En quien nos mira y nos ama
Vida eterna de gloria se reviste
Y amor divino de que está provisto
El gozo sempiterno siempre visto
Perfecto el universo, allí persiste.
En el reino de Dios nadie está triste
Siendo el místico cuerpo que es de Cristo
Creación en plenitud, cual la ha previsto,
Para Dios allí existe cuanto existe.
Y es lo que mira de la eternidad
Trascendencia hipercósmica del mundo
Con su eterna mirada en un segundo.
Luce Dios con perfecta claridad
Todo en Cristo que es luz de la verdad,
¡La cumbre de su ser lo más profundo!
No vivo yo,
Es Cristo quien vive en mí
Si en Dios yo vivo.
Visión divina
Aspiración profunda del alma a la cumbe del ideal
Belleza que no es alucinación sino realidad eterna más que soñada
No importa a donde voy de donde vengo
Descubro para mí que lo eres todo,
No es el alma ceniza, polvo, lodo,
Nada puedo temer, yo a ti te tengo.
Contigo y a tu lado es de tal modo
Alto y profundo en ti yo me sostengo
Y sintiendo el abismo me detengo,
Me encuentro bien y nunca me incomodo.
Ven a mí eternidad que te recibo
Cual divino presente en el que vivo,
Pasado y el futuro no son nada.
¡Oh belleza del ser lo más deseada!
Inextinguible amor cual te concibo
En el alma, estando enamorada.
Porque te he visto
No solo te imagino,
¡Se que en ti existo!
En pos de la verdad
Epistemología absoluta del ser necesario
Axioma ontológico del ser en la contingencia del hombre
Certeza de evidente claridad
Siendo tú solo parte y elemento,
Le pertenece a la divinidad,
No la inventas, descubre el pensamiento.
Allí es grandeza tu conocimiento
Del universo ante la realidad
No presumas de pobre entendimiento,
Descubre siempre en pos de la verdad.
No es tu invento la epistemología
Divina fuente de sabiduría,
Raíz del ser, poder en todo inmerso.
Más allá de la cronología
No procede de la etimología,
La Palabra en que existe el universo.
Palabra y raíz
En que razona el hombre,
El universo.
Sin fama ni gloria del mundo
La historia de la salvación es cada instante del presente futuro de la humanidad
Que se convierte en una eternidad
Que me inspira a escribirle a todo mundo,
Yo ignorado del mundo y de la fama
No soy nada ni nadie a quien aclaman,
Tan solo cuento con mi amor profundo.
No existe el mundo para verlo inmundo,
Y amor divino en encendida llama
Es el de Cristo y salvación proclama,
La pureza de Dios y amor rotundo.
No son nada ni nadie sin el hombre
El universo y toda la Creación,
Dios los hizo por gloria de su nombre.
Plenitud en su Voz, Cristo renombre
La palabra divina en redención
Hasta la cumbre de la resurrección.
El reino de Dios
No es la gloria del mundo,
Lo es de los cielos.
Lo eterno permanece
El tesoro escondido dentro de nosotros
Es la profundidad del reino de los cielos
En dónde está la vida que yo tuve
Sirve acaso vivir si todo acaba,
Dios nos queda en verdad y el alma cava
Los tiempos y lugares en que estuve.
Y eternidad me dice, te retuve
Y la muerte jamás lo menoscaba,
El profundo tesoro que recaba
Divina inspiración que el cielo sube.
El tiempo en plenitud fue profecía
De pureza inmortal, Dios que nos vino
Resucitando en odas de alegría.
Es Cristo nuestra eterna poesía
Divina inspiración y don divino,
La música del alma y su destino.
Divino Cristo,
Eterna poesía
En toda el alma.
Poesía mi esencia ser
Lo que se va me deja todo lo que permanece
Amor y poesía del alma
Se impone para ser reconocida
La inspiración que arroba el sentimiento,
Eternidad del tiempo en un momento
Visión del corazón incomprendida.
Poesía es el alma de mi vida
Y profunda intuición del pensamiento
En las entrañas del entendimiento
Y del alma el vivir que no se olvida.
Universos del alma percibidos,
Vale la pena el haber vivido
Lo divino del ser, su misma esencia.
La inspiración de haberlos comprendido
Sobre todo el amor cuya existencia
Es fuego inextinguible y subsistencia.
Eterno amor,
Inextinguible fuego
Y poesía.
Estética divina en el hombre
La belleza de Dios que a El mismo le fascina
Es el reino de Dios deslumbrante fascinación de Cristo
Es de Dios en el hombre la figura
Que se eleva a su ser como es el mismo
Dimensión de infinito en su humanismo
La estética más bella en su estructura.
Y Cristo que en su ser se transfigura
Con amor desde el fondo de su abismo,
Y auténtico, con Cristo el Cristianismo
Del abismo a la cumbre de esa altura.
La belleza de Cristo siendo humana,
Perfecta y pura en el ser divino
La Creación perfecciona en su destino.
Por divina es belleza soberana,
Y amar o no es cielo o es infierno,
Por supuesto que existe amor eterno.
Visión divina,
Su estética fascina
De amor eterno.
Conciencia del trabajo
El hombre nace para trabajar como el ave par volar
Y ambos para emigrar
Dios no quiere las cosas de ese modo,
Fealdad del ser humano la avaricia
Soberbia que acumula por codicia
Y vicios atascados entre lodo.
Las cosas sirven para el bien de todos
Y humildad se somete a la justicia
Hermandad que comparte sin malicia,
Derecha rectitud sin un recodo.
Compartiendo con todos entre hermanos
La virtud hace hermoso al ser humano,
Contra pereza, está la diligencia.
Trabajar por vivir es la conciencia
Del ser humano dándose la mano,
Gran deber, sin ninguna diferencia.
A donde irá
El trabajo del hombre,
Dios bien lo sabe.
Cien años de soledad
No solo Latinoamérica sino la humanidad entera
Sin la presencia autentica del cristianismo
Narrada en deslumbrante poesía
De las letras es gloria y muy horondo
La horripilante historia de García,
La desgracia latina, cala hondo.
Destructivo poder vuelto manía
La estirpe en su raíz se arranca a fondo
Como acontece al general Buendía,
Evidente tragedia de Macondo.
Corrompida familia y sociedad
No es problema latinoamericano,
Frustración, la terrible eternidad.
Bananera banal, problema humano,
Remedios, ilusión sin realidad
Entre el incesto y la promiscuidad.
Gran poesía
Cien años de soledad,
Banal historia.
El criterio de la verdad
La verdad nos hace libres y es clara
Ante toda sospecha de error o de mentira
La verdad sospechosa si se mira
No encuentre lo que le desacomoda
Ni cuida el que dirán o de la moda,
La sospecha aclarada, se retira.
La virtud siempre triunfa cuando aspira
Y hace real la verdad y la acomoda
No pecando en verdad, aunque incomoda
Sin sospecha, sin duda, sin mentiras.
Por bien de la verdad que es necesario
Ser cortes con amigos y la gente,
No requiere dejar de ser valiente.
El hacer lo ordinario extraordinario
Al bien de la verdad le es pertinente
Y el honor verdadero y más decente.
Es la verdad
La que nos hace libres
Y siempre amigos.
La música y el alma
Es elocuencia angelical música del alma
Visión sublime que rompe en notas de sonidos la palabra
Los ángeles de Dios se transfiguran
En sonidos y notas de oración
A la cumbre del ser, divina altura
De profunda y sublime adoración.
Realidad que supera la razón
La música del alma que es tan pura
La razón sin razón, el corazón,
Amor en demasía que es locura.
Amor tocata y fuga en su estructura,
Sonidos que se escapan del infierno
Con poder musical ante el averno.
La música es divina aunque tortura
O invade plenamente de ternura,
Momentos inmortales, son eternos.
Dios inmortal
Y el sonido del alma,
Amor divino.
The music and the soul
Angelical eloquence is music in the soul
The vision of the sublime where word gets broken in the notes of the divine
Too much of love is real and truly madness
The reason without reason of the heart,
The purity itself the sound of art
Is reality, is beautiful and greatness.
It is the very top of being highest
Like the angels of God, transfiguration
Of sounds divinely reaching near the fares
Sublime profound, it’s God in adoration.
The power of inspiration within self,
Love, might be touch and run, its own structure
Being notes and sounds the escaping hell itself.
Within the eternal now of the future
Flying to heavens flies to nest of love,
Tender or torture the serpent or the dove.
Divine love
It is the sound of the soul,
¡Oh eternal God!
Dios familia del ser
Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser
Como Creador acción creadora de ser
Bella increada oración como salterio
Sol eterno y zenit que no declina
Profundidad sin fin que no termina
Del reino de los cielos y su imperio.
La intimidad de Dios es un misterio
Inagotable manantial y mina
De amor eterno y realidad divina
Y el ser en pleno con su vida en serio.
Arquetipo de vida familiar
El ser divino y su total esencia
Y el inmenso infinito en su existencia.
Plenitud esencial para engendrar
Consciente de su ser en su presencia
De amor filial, paternidad de amar.
Amor renace
Paternidad que nace,
Pleno en su ser.
La dicha de la paz
La guerra por la paz sobre la tierra
Es triunfo de la vida celestial
No me puede servir tanto en el alma
Escribir y entender la vida mía
Manantial que me inspira poesía,
La dicha de la paz, más que la fama.
El fruto del amor del sol en llama
Raíz de eternidad, no fantasía,
Árbol en flor de la sabiduría
Divina inspiración, a esto me llama.
Milicia de la vida terrenal
Divino florecer, vida divina
De la gracia de Dios que me fascina.
En el Verbo lo eterno es inmortal
La palabra del ser, siendo germina
Vida eterna, la vida celestial.
La eternidad,
Comparte el ser divino
Nuestro destino.
Al santo Cristo de la cruz d piedra
Inconmovible roca de la fe Cristo en la cruz
Que con amor eterno resucita y nos salva.
Divina salvación el alma medra
La esperanza de ti que no se cansa
Y aquí está Cristo en su cruz de piedra,
La paciencia de Dios que no descansa.
¡Oh mortal que caminas como hiedra
Para abrir su costado con tu lanza,
Despójate del miedo que te arredra
Por haber traicionado su confianza!
Su voz del corazón está llamando
Al morir en la cruz crucificado,
Amor eterno lo ha resucitado.
Cristo el hijo de Dios nos sigue amando
Con amor inmortal que nos conmueve,
¡La roca de la fe jamás se mueve!
Cristo en la cruz
Que eterno resucita,
Nos sigue amando.
Riqueza del Creador y la Creación
La riqueza de Dios es brindis de amor y poesía
En el banquete de su sabiduría
Agua viva divina tal parece
Que da vida, que nutre y acaricia,
Vive el justo de fe y en ella crece
Dichoso el corazón y su alma limpia.
Pierde a Dios quien se llena de soberbia,
Pobre mundo el que existe en la inmundicia
Y es riqueza sin Dios, todo es miseria
Porque al hombre destruye su malicia.
Cristo eterno es divina beatitud,
La riqueza de Dios toda en su mina
De eterno manantial fuente divina.
Lo humano y lo divino en plenitud
La riqueza de Dios es poesía,
En el banquete de su sabiduría.
Humildemente
Cristo, siendo el más pobre,
Riqueza de Dios.
La oblación de Lupita
Alguien que vivió el milagro sin queja
Y amó la vida en tan larga enfermedad heroicamente
Amor de Dios se inmola en esa pena
Nacer, vivir, luciendo hasta morir
Con la fe y el deseo de vivir,
Mientras Dios da la vida, siempre es buena.
Gratitud de vivir jamás se apena
Lo que importa ante Dios es bendecir
Lo malo se hace bueno al elegir,
Mientras Dios la regala no es ajena.
Lo entendamos o no El lo comprende
Es cosa del destino el don divino,
Las cosas pasan como a Dios conviene.
La llama de la fe el amor la enciende
Y unida el alma a Cristo todo entiende,
Es cosa de la fe, no lo adivino.
Nuestra oblación
En la muerte de Cristo,
Morir y vivir.
La riqueza
Sus puntos de vista
El temporal y el eterno
Los bienes y los males, cuanto tienes
En tus manos los tienes recibidos,
No reniegues ni des por maldecidos
Tienen mucho de bueno si te avienes.
Vence el mal con el bien, todos son cienes
Según la Providencia convenidos,
Dalos siempre por siempre bendecidos
De donde Dios los mira, son tus bienes.
La paciencia de Job se ve pequeña,
Cristo muere y nos da la contraseña
Ciento por uno y la vida eterna.
Divina roca e inconmovible peña
Verdad de Dios que la verdad enseña,
Que el amor es la vida sempiterna.
Más a los demás,
Es la riqueza de Dios
Y la de Cristo.
Eternidad y el bien sumo
Atesorad en el cielo
Sin orín sin polilla ni robo
Paternidad de Dios que engendra el ser
Masculina eminencia y femenina
De fuerza maternal plena y divina,
Amor en plenitud digno de ver.
Cristo el hijo de Dios, en El encarne
Su riqueza infinita, no termina
La palabra de Dios, eterna mina
Verbo divino su divina carne.
Ser amigo de Dios, punto y aparte.
La buena nueva su divina historia
De perfecta y eterna trayectoria.
El reino de los cielos lo reparte,
Divina filiación, El, la comparte
Y el hombre es heredero de su gloria.
Con Dios aparte
Tener la mejor parte,
El sumo bien.
El Hombre
Grito de la mujer que debe dar a luz porque el hombre no es el hombre
Poema que no es solo poesía sino esencia de la filosofía humana
Liberación femenina varón y hembra integración del hombre en la mujer
Ideal, la realidad verdad, de amar
Derecho sin machismo ni recodo,
La humanidad no se hunda en ese lodo,
Ven cantar de cantares sin errar.
Con el mismo derecho en su lugar
Macho y hembra es el hombre y lo es en todo
Y enemigos no son de ningún modo,
La fuerza bruta debe terminar.
Realizar la verdad cual debe ser
Es el sueño del hombre, don divino,
Hacer al hombre, un todo por lograr.
Integración por ser es el hogar
Masculino elemento y femenino,
El hombre es uno y otro en la mujer.
Y existe el hombre,
Como varón y hembra
En la mujer.
Amor y vida
Realidad del hombre es el amor inmortal
Cada instante del tiempo lo hace eterno
Valiendo todo sobre todo, amor
Es verdad, que la vida vale nada
Se va la luz, quedándose apagada
La conciencia de ser en su esplendor.
Apegarse a la vida es un error,
Sin desprecio y jamás desesperada
Visión de fe del alma iluminada,
No teman, dijo Cristo sin temor.
Vida eterna es la vida verdadera,
No muere para siempre cuando muere
Quien comparte conmigo y quien me quiere.
Si a las cosas del mundo me prefiere
El amor, es divina primavera,
Florecer de los cielos por doquiera.
No hay que temer
Que el triunfo del amor
Nos da la vida.
Inspiración de Dios
Desde la cumbre de la ciencia y de la fe
Visión de Dios y el universo
El tiempo pasa y queda la verdad
Que es de Dios en el fondo su presencia,
Vida eterna de Cristo en su existencia
Tan inmensa como la eternidad.
La conciencia de Dios que nos alumbre
Viviente en plenitud, pleno entender,
Profundo el universo de su ser
Su divino escalar hasta la cumbre.
Fe divina es visión y es conocer
La cumbre de entender y del saber,
Unida el alma a la divinidad.
Es divino esplendor cual lo merece,
Eterno el Yo de Cristo y permanece
En la belleza de la humanidad.
Cristo en plenitud,
Inspiración de Dios
Y poesía.
Visión de libertad
La esperanza de vida es inmortal
Mensaje de la paz del medio oriente
Puede mirar a Buda frente a frente,
Cristiana, la cultura espiritual.
Equilibrio de fuerza universal
Su serena expresión luce elocuente,
Lo mira la cultura de occidente
El Buda en su perfil, paz oriental.
Nada importa el dolor, mueren las olas,
Divina humanidad es una sola
Y espíritu de Dios la eternidad.
Cristo y Buda y el hombre que se inmola
Somos grito que grita libertad,
Liberación, la luz de la verdad.
Perfil de Buda
Y en Cristo frente a frente,
Paz y libertad.
Temporalidad eterna de Cristo
He venido para que tengan vida en abundancia
Dimensión de la misión en la visión de Cristo
Milagro del mirar de su retina
Que mirando perdona los pecados,
Dios que puede quitar el palo dado
Presente eternidad, fuerza divina.
El pasado que existe en el pasado
Encanta recordar y nos fascina,
En el futuro, cuando se adivina
Memoria e ilusión siendo llamados.
El divino poder se extralimita,
Para el hombre es inmensa en su amplitud
La inmensidad divina y su actitud.
A la gloria de Dios que es infinita
Cristo vivo que muere resucita,
Maravilla del tiempo en plenitud.
Es Cristo eterno,
Pasado, y el futuro
Maravilloso.
Dios familia del ser
Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser
Como Creador acción creadora de ser
Bella increada oración como salterio
Sol eterno y zenit que no declina
Profundidad sin fin que no termina
Del reino de los cielos y su imperio.
La intimidad de Dios es un misterio
Inagotable manantial y mina
De amor eterno y realidad divina
Y el ser en pleno con su vida en serio.
Arquetipo de vida familiar
El ser divino y su total esencia
Y el inmenso infinito en su existencia.
Plenitud esencial para engendrar
Consciente de su ser en su presencia
De amor filial, paternidad de amar.
Amor renace
Paternidad que nace,
Pleno en su ser.
La realidad de Dios
Por la fe la Palabra de Dios es la semilla
Que florece en el alma divina maravilla
En la belleza de la poesía
Las neuronas del hombre oyen a Dios
Escuchando el sonido de su Voz,
Más que un concepto de filosofía
El reino de los cielos en el alma
Plenitud de los tiempos, aun no visto,
Realidad de la fe que existe Cristo
Que es triunfo del amor, divina palma.
Solo Él sabe su eterna realidad
Visión beatífica de eternidad,
El concepto de Dios nunca es “El mismo”.
Su presencia en el alma y la bondad
Del amor, amor eterno de amistad,
¡Profunda realidad, todo ese abismo!
Realidad de Dios
La visión de sí mismo,
¡La fe del alma!
Cristo y la riqueza
Haced amigos de riquezas de la iniquidad
Es el bien de la humanidad y la divinidad
La de Dios es riqueza espiritual
Y a pesar de ser suyas las riquezas
Es riqueza de Cristo su pobreza,
No explotadas del mundo material.
Mano abierta de Dios naturaleza
Providente supliendo necesario
Casa, vestido y alimento a diario,
El bien de todos es que le interesa.
Es mal no hacer el bien, a Dios parece,
La pobreza de espíritu mantiene
La riqueza que da y que sostiene.
Dios lo mira y el cielo lo merece
La riqueza que da de lo que tiene,
Hacer el bien es bien que no perece.
La riqueza
Mano abierta de Dios,
Naturaleza.
Adoración de Cristo
Sufragio efectivo su Misión
No vino a condenar al mundo sino a salvarlo
Personal plenitud de eterna vida
En la cumbre del ser, la eterna gloria
Divino florecer, pascua florida
El triunfo de la paz, es su victoria.
El Padre de los cielos nos convida
Al momento supremo de la historia,
Realidad del amor, luz encendida
La eternidad del tiempo, su memoria.
Con el hijo de Dios nos alimenta
La Palabra divina, nos sustenta,
Pan del alma encarnada en voz de Dios.
Es verdad más que hechizo de su voz,
Del cordero, la real inmolación
Que se consuma en la resurrección.
Divina oblación
De adoración al Padre,
Cristo se inmola.
El fruto del amor
Del árbol de la vida divino paraíso
Justamente Cristo rehace la justicia y la paz
Equilibrio perfecto del Señor
Su justicia excelsa es honorable,
Equidad justiciera y saludable
La divina invención del Salvador.
Es la gloria del Padre eterno amor
Divino ser, divinamente amable,
Para el ángel y el hombre el adorable
De Dios honor, sublime pundonor.
De las entrañas de la eternidad
Cristo triunfa del mal, vence al infierno,
Cada instante del tiempo lo hace eterno.
Es flor divina de la humanidad
De la raíz de su divinidad,
Por amor, es su fruto sempiterno.
Cristo, rehízo
La justicia y la paz
Del Paraíso.
La Pascua de Cristo
Divina semilla que muriendo resucita
Fecundidad de la Palabra viva del Padre y florecer de amor eterno
Eternidad del tiempo y cuanto tiene
La santidad de Dios, poder tan fuerte,
Cristo y su Padre que en amor se entienden
Y es del mundo divino contrafuerte.
Elegidos de Dios son de tal suerte
Que al reino de los cielos les asciende
Fieles a El por compartir su muerte,
Resurrección, la Pascua así trasciende.
Resucita a la gloria el ser divino
Resucitado Cristo, nos deslumbra
Con el triunfo de Dios, nuestro destino.
Eterna luz es Cristo, y nos alumbra
Caminando con El que es peregrino
Camino a Emaús, nuestro camino.
Resurrección
El morir en su muerte,
Nos resucita.
Cristo y su Iglesia
Plenitud de la Creación
Una sola familia a los ojos de Dios
Engendrado en la cumbre del poder
Es del Padre eterno masculino
Místico cuerpo y castidad su ser,
Cristo el hijo de Dios, varón divino.
Pureza virginal nuestro destino
Y estética de ser hecha a placer
Convertida en eterno femenino,
La Iglesia virgen, Israel mujer.
Vista y oído, olfato, gusto y tacto
Su eternidad divina quien convida,
Divino instante eternidad en acto.
La realidad de Dios no es en abstracto
Por una eternidad eterna vida,
Es amor en persona, Dios de facto.
Amor divino,
De eternidad en acto
Es Dios de facto.
Liberación divina
Yo soy la luz del mundo que vence las tinieblas
Y el buen Pastor que da la vida por sus ovejas
A Dios se inmola el pascual cordero,
Se trata del poder de los infiernos
Y cadenas y puertas del averno,
Libertad, para el hombre prisionero.
Se trata del Pastor, su amor sublime,
Del reino de los cielos que es eterno
Con la vida del Verbo sempiterno,
Cuya sangre, derrama y nos redime.
Se trata de la gran sabiduría
Del único maestro que es Mesías,
La Palabra de Dios en carne humana.
Y también de la fuerza soberana
Que venciendo la muerte, resucita
A la gloria inmortal, que es infinita.
Nuestro redil
El reino de los cielos,
Cristo, Pastor.
Saeta de Miami
A Miami sin antología
Lo que los poetas no recitaron
Al jardín del Edén tú lo conmueves
Atlántico y Caribe dando vueltas
De estrellas y horizonte aguas revueltas,
Belleza de Miami, tal te mueves.
Del Paraíso pórtico el que vuelve,
Miami, tú que acoges los poetas
No puedes ignorar esta saeta
Ni a su Madre ni al Cristo que te absuelve.
Floreces como fiesta de colores,
Tus vicios y virtudes son tu herida
Del placer y las penas de la vida.
Saeta de jardines de las flores
Dios derrocha su bolsa de valores,
Divina juventud, pascua florida.
El Paraíso,
Florida de las flores
Pascua florida.
Miami and the arrow
For you what poets did not recite to Miami
In the anthology
You have a touch on the gardens of Eden
With the Caribbean and Atlantic waters,
Miami dressing beautiful, colores
Depicting so the memories of heavens.
The Portico of Paradise a broken narrow
Of the opening wideness of your bay
The inspiration of poets, welcome to stay,
Though, ¿it could be without a missing arrow?
Your vices and your virtue are tu herida
From pleasures and the pain de la vida,
Come arrows of love, the blooming of Easter.
Be welcome Christ, come, youthful come divine
In joy of harmony, brothers and sisters
Florida of flowers, ¡la Pascua Florida!
It is Paradise
All Florida of flowers,
¡O bloom of Easter!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-51405252317727147392012-06-30T07:42:00.002-07:002012-06-30T07:42:56.325-07:00Espiritu Sacerdotal (seguimiento a Octava Maravilla)Espíritu Sacerdotal
Presencia de Cristo en la vida humana
Tercera Parte
Tercer Exordio a la misión ministerial
Mi vida sacerdotal
Cristo desempeña su función sacerdotal y su realeza mesiánica de acuerdo al plan divino con su mirada persistente y su oído alerta a cumplir la voluntad y los designios de su eterno Padre.
En contraste con la personalidad de David sacerdote y rey y profética figura suya de Cristo Mesías, su sacerdocio y su realeza en Cristo acontecen al margen del poder político de Israel bajo la hegemonía romana y ajeno también su espíritu sacerdotal al margen de la casta sacerdotal que está a cargo de las actividades y de la vida del templo judío reconstruido por el rey Herodes.
La palabra del hombre es la expresión de su realidad humana y la palabra divina la expresión de la realidad de Dios. Fue en este contexto en el que desde el punto de vista de Dios y el hombre Cristo comentó diciendo al apóstol Pedro que no venía de la carne o de la sangre sino de la revelación de su Padre, de Dios mismo, el responderle que El era el Cristo hijo de Dios vivo y añadió en el mismo contexto que solo El, Cristo es quien tiene palabras de vida eterna. Esta realidad divina y humana en Cristo se convierte en la plenitud de la máxima expresión de Dios y el hombre cuya presencia se ratifica como nuevo y eterno testamento garantía de la plenitud de los tiempos que hará presente a Cristo en la vida humana hasta la consumación de los siglos principio integral de vida eterna. Gracias al espíritu sacerdotal de Cristo en acción de gracias la víspera de su pasión y muerte en que instituye como Eucaristía la cena de pascua, Cristo realiza su acción sacerdotal en que se ofrece como ofrenda y víctima de propiciación haciendo realidad mística la realidad de su muerte por acontecer. Y esto a su vez entregando su cuerpo y sangre como alimento de vida eterna al trascender a una realidad espiritual la realidad alimenticia material del pan y el vino convertidos en pan de ángeles y pan del alma humana y sangre que redime al mundo. La realidad de Dios en Cristo no tiene la inmensidad del universo ni de toda la Creación que se expande en el tiempo cuyos únicos límites cósmicos espaciales chocan sin duda ante la presencia de la eternidad. La intimidad de Dios es hipercósmica como la del alma humana, como la dimensión de Cristo, como la vida eterna que esencialmente es la vida de Dios. El aspecto del espíritu sacerdotal ratifica el testimonio del amor como una realidad divina y humana más poderosa que la vida y que la muerte capaz de servirse de ella para lograr el triunfo del amor que es la fuerza omnipotente y gloriosa del amor más puro que purifica todo como expectativa digna de Dios al lograr la resurrección y con ella la eterna gloria. Verdadero mana es Cristo alimento de rocío celestial antes del eterno amanecer El es el pan vivo que baja del cielo que nutre la vida divina nacida del Padre para demostrar que no solo de pan vive el hombre sino de la palabra viva cuya abundancia redunda en plenitud de vida eterna. Y es así como Cristo por amor da la vida por sus amigos estableciendo una amistad divina y humana, porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio hijo cuya sangre derramada y muerte de cruz redime del pecado, triunfa de la muerte y ofrece gloria y resurrección no solo a Cristo sino a todos sus discípulos que en verdad creen en El. De manera que compartiendo su pasión y muerte también comparten su resurrección y su gloria. Y todavía hay más en lo que Cristo se desborda en generosa plenitud al decir a sus apóstoles haced esto en memoria mía anunciando mi muerte hasta que vuelva. Estas poderosas palabra humanas y divinas hacen posible que los apóstoles y sus auténticos seguidores como ellos verdaderos seguidores también de Cristo logren el milagro supremo de personificar al mismo Cristo renovando el misterio de su pasión, muerte y resurrección gloriosa al compartir con Él y todos los creyentes el misterio de la Eucaristía divino viático para quienes morimos y resucitamos en la fe de cada día compartiendo el pan del amor en la hermandad de Cristo vivo en medio de nosotros cumpliendo su promesa noche y día con perspectivas ciertas a la vida eterna. Toda esta realidad si se ratifica en seguir a Cristo como camino, verdad y vida en la que el amor real a nuestro prójimo es continuidad del suyo lo mismo que su amor al Padre haciendo siempre y en todo, la voluntad divina, entonces viviremos un paraíso que es el de la nueva Creación de la gloria del cielo en la tierra.
Rapsodia séptima
Trece años de ministerio sacerdotal
La misión del ministerio sacerdotal se convirtió en el objetivo sagrado de mis ideales como testimonio fidedigno del amor de Cristo que me eligiese llamándome a servirle como había llamado y elegido a sus primeros discípulos a quienes invitó a ser pescadores de hombres. De los cuatro sacerdotes ordenados conmigo el veintidós de Diciembre de mil novecientos sesenta, mi nombramiento a la parroquia de Cuerámaro, fue el primero, teniendo que remplazar a Donaciano Franco, seminarista ordenado sacerdote y designado a esa parroquia con dos años de anterioridad a mi ordenación y a mi nombramiento. Yo les comunique a todos mis amigos y compañeros la noticia a la hora de la cena diciéndoles que me tendrían a la orden en Cuerámaro y casi todos explotaron en una gran carcajada, aunque yo no lo hice ni consciente ni intencionalmente olvidando que era una expresión que usábamos con sentido picaresco referente a no estar por completo vestidos. En realidad no era una de las parroquias más lejanas ni más pobres de la Arquidiócesis de Morelia. Aunque mi padre que tuvo el generoso comedimiento de llevarme por primer vez que me presente al señor Cura don José Barbosa estaba un poco confuso de la situación del camino que era una brecha toda llena de baches y de terracería y el estaba guiando su carro dominguero. Creo que hubiese preferido que permaneciera en Morelia como gatito de angora de la catedral en el corazón del arzobispado, cosa que hubiese sido toda mi desdicha en contra de mis ideales de servir a los más pobres y menesterosos. Posiblemente las intenciones del señor Rector en este nombramiento aconsejando al señor Obispo y al secretario de la sagrada mitra debieron ser las de prepararme en la rutina de la vida sacerdotal y en la administración de la parroquia con perspectivas a mis cargos del futuro. El señor Cura vivía relativamente solo acompañado por su tía creo que le llamaba Cholita y un joven cuya edad rayaba entre los veinte y veintidós años y era el factótum, házmelo todo en todo tipo de actividades que incumbían a sus necesidades rutinarias del señor Cura, relacionadas con el negocio de la casa y de la parroquia. En realidad sí lo tenía muy bien adiestrado y era muy perspicaz y eficiente sobre todo por parecer adivinarle el pensamiento y estar siempre puntual e incondicionalmente a sus órdenes. No recuerdo si por cortesía mi padre fue o no invitado a compartir la mesa en la casa parroquial, y no guardando memoria de que así fuese casi tengo por seguro que mi padre atentamente declinó la invitación porque en realidad siempre estaba ocupado con asuntos pendientes y no era inclinado a socializar sino en raras ocasiones. Casi estoy seguro de que sí se enteró de que temporalmente yo me hospedaría en la casa parroquial con el señor Cura, mientras las cosas se ponían en su lugar y yo eventualmente me mudaría a mi propia casa que me orientaría en conseguir. La casa parroquial estaba a vuelta de esquina del templo por la calle del agua que así se llamaba porque una acequia recorría toda esa calle desde la entrada hasta la salida del pueblo. Pasada la entrada a la casa a mano izquierda había una puerta que daba a la sala y a mano derecha pasando un cancel estaba un cuarto dispuesto para mí que tal vez pudiera haber sido para las visitas posibles que yo nunca conocí. Estos cuartos como otros tres más a mano izquierda de la entrada, uno el del señor Cura contiguo a la sala y a mano izquierda haciendo esquina el primero, era el aposento de Rafael que así se llamaba el ayudante que hacía de todo, al que me he referido, y a su lado el cuarto de Cholita la tía del seño Cura. Todo este contingente de cuartos, estaban en torno a un patio más bien pequeño, que los cuartos lo eran, como lo eran también el comedor y la cocina al frente opuesto a la entrada de la casa. Olvide los pormenores de mi primera comida pero sí recuerdo que después de la siesta en vez de dirigirse a la notaría como era su costumbre el señor Cura me condujo a la sacristía y a visitar la fábrica del templo aun por terminar aunque lo más necesario parecía terminado para celebrar el culto y los actos litúrgicos propios de la parroquia. También a cuadra y media del templo pero en la calle paralela a la del agua estaba el colegio parroquial y la casa de las religiosas que lo atendían, que también me llevó a visitar creo desde ese primer día. Yo vivía en las nubes ajeno a cualquier plan de organizar mi vivienda imaginando que el señor Cura estaría disfrutando de mi alegre compañía. Pero sorprendentemente para mí e ilógicamente para él lo que yo pensaba, en realidad no era así. Sí que era todo lo contrario, aunque me tomó casi tres meses para ver la evidencia con contundencia irrevocable. El primer mes viéndome con algún dinero que remuneraba mi trabajo le invite a mi casa de mis padres y también a Querétaro sin que el supiese mis intenciones que sin duda le sorprendieron. Y la sorpresa más grande fue que se quedó con los ojos cuadrados viendo que todo me lo gaste en libros para hacer mi pequeña biblioteca cuando él esperaba ver comprase algo siguiendo mis planes que en realidad no los tenía para poner mi casa de la que aun no disponía y cuyas luces no aparecían por ninguna parte de mi mente. El era de buen comer lo mismo que yo, y mientras estuve compartiendo con él en su casa también su comedor, el más bien que yo subió considerablemente de peso. Le encantaban los chistes que le contaba y celebró uno de mis poemas en el que yo me había inventado la palabra luminagua, combinando luz y agua en la gota de rocío que se suponía era el alma humana con la presencia de Dios. El me llamó el padrecito luminagua y yo nunca lo tome a mal, más bien de buena fe todo lo contrario. En las noches después del rosario antes de dirigirnos a su casa hacíamos una visita de breve adoración al santísimo sacramento del que era muy devoto. Después de la merienda con frecuencia nos dirigíamos a la sala y escuchábamos algún disco de buena música antes de irnos a dormir. Todo caminaba viento en popa y yo sin entender que tenía la obligación de poner iniciativa en lo de poner mi casa. Increíble mi torpeza o negligencia para las cosas prácticas de adaptarme a la vida del mundo por mi iniciativa. Ni siquiera se me ocurría comprar una bicicleta y alquilaba una para atender el servicio de mi ministerio en las rancherías más cercanas. Resulta que Cholita murió y en medio de la noche mi cuarto se convirtió en el de velorio. Yo no me daba aun por aludido hasta que al regresar del sepelio ya tenía una cama dispuesta en una casita al lado de la acequia de la calle del agua no lejos a la del señor Cura adonde fui a parar voluntariamente a fuerzas, según resultó de las circunstancias de mi vida. Todo esto fue providencial para que mi familia tomara cartas en el asunto de darme la mano en preparar mi casa en forma más adecuada aunque tal vez por uno o dos meses me las arregle por cuenta propia y abrí las puertas a todos mis amigos, especialmente a los del equipo de futbol a quienes entrenara fabulosamente el padre Donaciano a quien yo jamás haría la más lejana sombra por su personalidad y habilidad futbolística casi legendaria desde el mismo Seminario. Teníamos dos o tres cajas de refrescos y mi casa se había convertido en un club, hasta que mi madre vino a ponerme masetas, pájaros y le dio a todo el gusto del hogar. Yo tuve que despedir a mis amigos, sobre todo porque mis hermanas se turnaban en hacerme compañía y estaban a cargo de dos gentiles sirvientas que me recomendó el señor cura. El siempre me llevó la cuenta de todos mis gastos siendo los mayores el de los meses en que dispuso para mí de un ropero y un escritorio de los que había comprado para las rancherías en los cuartos que se hospedaban los padres vicarios cuando las atendían. Yo tenía problema con el prudente y atinado manejo del dinero. Sentía verdadera repugnancia a hacer una lista de todo lo que hacía para que me pagara y nunca puede hacerlo como él pretendía. La primer vez que mi madre estuvo al cuidado de la casa por una semana, les hizo saber a las sirvientas que a mí me gustaba mucho el chile negro y les enseño a prepararlo como ella sabía. Cuál sería mi sorpresa cuando al regresar de la casa de mis padres a donde regrese a mi madre de su relativamente breve visita, la primera comida que suponía tendrían lista las sirvientas no era sino un plato de chile negro, ya que yo ni me acorde de darles para el gasto ni ellas me lo pidieron. Por supuesto que esto jamás tuvo que repetirse. En realidad ni la casa por sus quehaceres ni tampoco yo mismo requeríamos de dos sirvientas para nuestros menesteres, pero ellas se sentían orgullosas de su trabajo y yo seguía la corriente por el cauce de lo determinado por el señor cura a este respecto. La vida misma resolvió este asunto porque una de ellas que después colegí estaba enamorada, le dio por platicar y alagar con singular entusiasmo la alegría y el feliz encanto de los cantos de los pajaritos de mi madre, y así nos dio la sorpresa de no presentarse al trabajo un lunes al final del fin de semana, por haberse ido con su novio en contra de todas las recomendaciones del señor encargado de la cura de su alma. La primera de mis hermanas que me hizo pie de casa fue la primera que contrajo matrimonio y que le vino en suerte ser la quinta de la familia. Ella no compartía ni por excepción el trabajo de mi hermana mayor en ayudar a mi padre en su negocio del comercio y se convirtió en alguien que era el brazo derecho y el paladar exquisito de mi madre para asuntos de cocina ya que sazonaba los alimentos casi como ella. Nos entendíamos de maravilla, fue la que esperaba que fuese hombre cuando nació y por no serlo y yo no aceptarlo como debía, la convencí cuando era más pequeña de aprender a jinetear los becerritos del corral estimulada por diez centavos que le daba y que me arrojó a la cara en su primera caída, teniendo que ser confrontado por mis padres por lo que sin duda era culpa mía. Nos entendíamos tan bien y compartía con tanta satisfacción nuestro modo de vida que me propuso terminar sus relaciones con su novio para dedicarse a servirme como pie de casa de por vida. Yo la persuadí a que de ninguna manera podría pensar en esto porque ella tenía su camino y yo el mío, aparte de que su pretendiente era el mejor partido que entonces pudiera soñar y en realidad se amaban, siendo un excelente caballero y la ambición de todas las damas casaderas, circunstancias que no podía garantizar que se repitiera esto en su vida. Y así fue como yo, que habiendo sido monaguillo acompañaba al padre Ayala a los pedimentos de los novios en perspectiva de celebrar su amor uniéndose por el sacramento del matrimonio, en el caso de mi hermana Elena hice el primer pedimento de mi primera hermana según las tradiciones y costumbres, ya ordenado sacerdote. Por supuesto yo también fui el testigo del sacramento de su matrimonio y quien celebró la santa misa de sus nupcias conyugales.
A mi hermana Enriqueta que era dos años menor que Elena le tocó en suerte suplir las funciones que mi madre le había asignado anteriormente a convertirse en a recién casada. Enriqueta era particularmente sociable y al poco tiempo de estar conmigo vino a ser tan popular por sus actividades sociales y su simpatía que en vez de ser la hermana del padre era yo conocido como el padre hermano de Enriqueta. Su carácter era alegre y festivo y aunque cantaba bien bailaba mucho mejor. De manera que la presente a una chica de la que no recuerdo el nombre, pero sé que estudiaba baile de ballet en una academia de Irapuato y tenía la ambición o de ser profesional o de ser maestra, o una y otra cosa a la vez. Yo le sugerí a mi hermana que ensayaran el Huapango de ballet de Pablo Moncayo con miras a presentarlo en el teatro parroquial que tenía programada una actividad cuyo motivo ya no recuerdo. Esto a mí me parecería formidable y así lo hicieron con resonado éxito. Nunca supe a ciencia cierta si mis hermanas se hacían de amistades por cuenta propia y estas amistadas compartían esa amistad también conmigo o viceversa, o tal vez una combinación de una y otra cosa. Recuerdo que Dolle mi hermana mayor vino a pasar algunos días conmigo a la casa de Cuerámaro y yo le presente a la familia de don Antonio Hernández que atendía un negocio siendo dueños de una zapatería en frente del jardín principal. La mayor de la familia más o menso de la misma edad de mi hermana hicieron entre sí una linda amistad. Recuerdo que la hacienda de Tupátaro a cinco o diez minutos de Cuerámaro improvisó un ruedo para una tienta de ganado bravo que según eso ya había existido en la región y estaban en proceso de ver si fuese o no restablecida. El hecho es que fuimos invitados a atender y el matador invitado a la tienta, claro no para matar sino para dar vida al evento, era nada menos que Manuel Capetillo en toda su plenitud. Todas las chicas y no tan chicas del medio estaban locas por verlo sin exceptuar a mi hermana y su nueva amiga. También recuerdo que en el casco de esa hacienda vinieron a vivir unos ganaderos del norte de los estados, no recuerdo si Monterey o Chihuahua, porque otra perspectiva de la hacienda estaba relacionada con engorda de ganado. Parece ser que uno de estos vaqueros se enamoró de Raquel y mi hermana naturalmente participó como confidente y tal vez consejera de estas relaciones que olvido si llegaron o no a feliz término. Este rancho de Tupátaro es especialmente inolvidable porque estando yo dando misiones en el mes de septiembre en torno a la fiesta de san Miguel Arcángel que era el patrón, vino mi madre de visita para compartir conmigo mi veinticinco aniversario de nacimiento en el que casi me saque la lotería. En esa fecha mi padre me obsequió algo que no me esperaba, mi primer carro flamantito un vochito precioso, el carro del pueblo alemán un volsvaguen color pistache con real olor a nuevo. Mi madre se hizo cargo de completar el obsequio con un juego de copas como desquite de la carestía de tantas cosas de que carecía mi casa sin ninguna cristalería ni mueble adecuado en que hacerlas lucir. Fue en esta hacienda donde el caballerango estaba autorizado a permitirme ensillar el hermoso alazán del dueño de la propiedad que raramente se presentaba en la hacienda. Allí convide a montar a mis amigos primos de mi cuñado Davicito esposo de Elena. Los dos primos fueron pretendientes de Enriqueta que se casó en primeras nupcias con Ernesto cuyo primo era Che Luis el hijo del charro Luis. Es digno de referir el caso de mi carestía de simples vasos, refrigerador y una jarra decente para servir el agua. Resulta que la primera vez que estos jóvenes estuvieron de visita les invitamos a compartir más bien que una comida formal un simple bocado informal de cortesía. Yo que siempre pregunto lo que se me ocurre sin pendiente del qué dirán le pregunte a mi hermana que esos vasos y esa garra tan elegante de donde había salido y ella que es muy ingeniosa comentó que también era una sorpresa de casa que me tenía guardada. En realidad lo había conseguido de las vecinas con quienes ya había estableció amistad. La cosa es que lo que sí no pudo ocultar fue el montón de arena mojada que teníamos en la cocina para mantener el agua fresca a falta de refrigerador. Fue también Tupátaro de donde tengo dos anécdotas que contar. Uno es que me quede desconcertado la primera vez que terminada la misa me despedía la gente que venía a dejar limosna que yo colectaba en una charola como es costumbre. De pronto una viejecita no tan viejecita se paró de puntillas y me plantó tremendo beso en la mejilla con el comentario halagador de que me gusta el lindo padrecito que nos han mandado. Y creo no violar el sigilo de confesión con esta breve historia. Se trata de un famoso guajolote que habiendo sido encontrado sin dar con su dueño se empeñó alguien que lo encontró en que yo me lo llevase. Como se empeñó tanto estuve de acuerdo y le dije que yo lo tendría por algún tiempo para ver si encontraba o no el dueño. Poco tiempo después esta persona a la que me refiero que vino a confesarse me dijo, me acuso padrecito que se me perdió mi guajolote y se lo regalaron a usted hace tiempo y yo dije que ya se lo habría comido y no dejaría ni los huesitos. Yo se lo regrese de inmediato, sin hacerle saber que no se si las contagiaría o no, pero tres o cuatro gallinas en el corral de la casa murieron y el único que sobrevivió fue el famoso guajolote.
Enriqueta mi hermana me preguntó si podía invitar a una de sus amigas de entre las muchas amistades que tenía en Apaseo para pasar una temporada de visita en nuestra casa de Cuerámaro, yo estuve de acuerdo y Teresa Servín hermana de un compañero de primaria compartió unos días como mi hermana lo deseaba. Contiguo a mi cuarto que daba a la calle del agua hacia el interior de la casa estaba el cuarto de mis hermanas, en este tiempo ocupado por Enriqueta. Ella ya había invitado a pernoctar a una de sus amigas de Cuerámaro con quien simpatizaba. Era una chica bastante joven que inútilmente pretendía el presidente municipal que era soltero. Resulta que su mamá de esta chica que era muy piadosa se enfermó y yo le fui a llevar a casa la sagrada comunión llevándome tremenda sorpresa de ver en el buró de la cama contigua a la de la enferma nada menos que una fotografía mía que por supuesto yo nunca regale a nadie de la familia mucho menos a esta amiga de mi hermana. A pesar de mis imprudencias espontaneas por aclarar las cosas, preferí ser prudente hacerme de la vista gorda y pasar esto por alto para evitar un enredo del caso con los feligreses o con mi misma hermana. La aventura del cerro Colorado que así se llamaba la ranchería más distante de la Parroquia, aconteció precisamente entorno a los días de la visita que tuvo mi hermana que invitó a su amiga a venir con nosotros. Ya no recuerdo como conseguí caballo para ellas. Lo que nunca se me olvida es que un señor amigo mío de apellido Paz que tenía una propiedad en el cerro con este rumbo de la lejana ranchería, tenía también un lindísimo caballo retinto demasiado brioso y vigoroso como noble, según mi criterio entusiasta de buen charro. Me fascinaba montarlo. El dueño era muy gentil y siempre me lo prestaba como si se sintiera complacido de que yo lo montara. No sé si el caballo tendría algún nombre pero yo le puse Venado de las montañas, porque caminaba por los caminos cerriles o montañosos ligero como una flecha que se lanza al viento. No tengo la menor duda de que el ángel de mi guarda me cuidaba muy de cerca, porque en medio de la llanura trate alguna vez de colear un tierno novillo al que en realidad no logre ni agarrarle la cola con firmeza, pero bien pude haber tropezado con el cruzándosele al caballo en la carrera sin tener la oportunidad de estarlo narrando ahora mismo. Lo que aconteció a nuestro regreso en esa ocasión fue que salimos del rancho al atardecer acompañados por el acompañante que se encargaba de guiarnos. En cierta área del camino yo me aparte del grupo y baje del caballo por unos minutos pensando al montarlo de nuevo que seguiría hacia el grupo de mi familia que me acompañaba pero no sucedió así. Yo estaba equivocado de la presteza con que avanzaba, ignorando que incidentalmente estaba por esos alrededores el potero del dueño que fue para donde apuntó el caballo dejándome perdido en medio del cerro. Tuve la suerte que finalmente nos encontramos el caballo y yo, la ladera del cerro con un camino más ancho que era a donde iba a dar la vereda por donde andaba perdido. Estaba seguro que el guía y mi familia me estarían esperando en casa a mi llegada, pero no fue así. Vinieron llegando dos horas más tarde y se pusieron felices de encontrarme. Habían regresado al rancho y despertado gente en busca mía por todo el cerro, seguros de que el caballo me hubiese matado creyendo que sin duda yo ya sería su segunda víctima, lo cual no fue así en manera alguna. Toda esta historia vino a terminar casi al amanecer. El padre Marcos Vélez y su hermana me pretendían calmar aunque hasta que llegaron quienes me creían en el otro mundo, estuvieron tan preocupados como yo.
Más cercana a la parroquia había la ranchería de Sarteneja donde en dos o tres ocasiones monte una yegua alazana tres cuartos de milla. Como lucía preciosa con su cuello elegantemente enarcado y sobre todo con un andar tan saleroso, la gente le vino a poner el nombre de Panchita, que era el de una señora de Cuerámaro que reflejaba en su andar la alegría festiva de vivir asemejándose la una a la otra según este parecer. Y en el rancho de la Joya que era el más grande de la Parroquia también monte un primoroso animal y no teniendo tiempo para pasear en él lo corrí y lo hice rallar al estilo charro mexicano varias veces, escandalizando a varios amigos del dueño que en nombre del dueño comentaban que iba a quedar escarmentado cuando se enterara del trato que le di a su consentido corcel. Fue en la Joya donde recordando a mi modelo ideal de sacerdote el santo cura de Ars tuve que responder a la obligación de confesar a todo el rancho al fin de la misión o ejercicios espirituales que impartí yo solo por mi cuenta sin la ayuda de casi nadie sino el buen Dios. No me pude parar del confesonario sino para mal comer un bocado y estuve ocupado casi sin parar por diecisiete horas corridas. Lástima que no logre continuar ese tren de vida porque sin duda ni mis consejos eran tan sabios ni mi carisma tan maravilloso. Ahí encontré la sabia lección de un penitente ejemplar que con fervor edificante me hizo sentir la delicadeza con Dios cuando usaba este estribillo, me acuso de que yo no he querido ofender nunca a Dios, pero como la ley de Dios hila muy delgado, me acuso de esto aquello y lo demás allá por si hubiese faltado. En realidad resulta que no había cometido un solo pecado lo cual tengo la impresión que era una realidad por la sencillez y sinceridad con que lo decía.
Cuando visitaba las rancherías a donde iba a celebrar la santa misa mi prioridad era oír en confesión a las personas que desearan comulgar y después visitar a los enfermos y llevarles la sagrada comunión a más de lo cual también me aseguraba de que hubiese un grupo de catequistas que preparase niños para la primera comunión. Esta agenda no se armonizaba con mi regreso puntual para juntar la limosna los días domingos en la misa de once o doce en que se llenaba todo el templo. Yo no tomaba muy en serio esta prioridad del señor Cura y le hice pasar malos ratos de intensa cólera más de una vez, aunque esta no era mi intensión. Me costó mucho trabajo llenar el vacío que dejó la personalidad del padre Franco tanto con los jóvenes de la acción católica, sobre todo con los futbolistas como también con las señoritas de la acción católica. Eventualmente aceptaron las características de mi personalidad con espíritu de sincera amistad y creo que aunque no tuve oportunidad de proseguir mi ministerio por más de un año logre percatarme del cambio de actitud hacia mí diferente a cuando llegue. Esto se hizo especialmente notorio cuando me organizaron una comida de despedida en la hermosa huerta del Platanal donde el barítono de vigorosa voz a quien llamábamos Gonsa me despidió con el canto de las golondrinas. El señor Cura se distinguía por manejar la Parroquia con un orden tan grande como su espíritu de autoridad. El ejemplo clásico era que si las parejas que estaban por casarse se habían fugado por cuenta propia les exigía casarse de negro, cosa que duramente les era soportable. También les privaba de misa en las rancherías que no pagaban los gastos de mobiliario, como confesonarios o algunos otros muebles que consideraba necesarios para el servicio del personal de los servicios litúrgicos o sus ministros. Yo que estaba más orientado a no exigir lo requerido para administrar sino más bien a atender con afecto y simpatía a los feligreses, tuve que hacerme de la vista gorda en ocasiones como esta a la que me refiero. Me hice de la vista gorda y el oído duro con un comentario halagador de gratitud hacia mí tan amigable con la gente sencilla. Ojalá esto fuese verdad toda mi vida de ministerio. Se refirió a sus ganados y singularmente a las cabras, que no las maltratan ni les tiran pedradas, porque así se sienten agradecidas y crían mejor a sus crías y abundan más en la leche que dan.
Había un rancho rumbo al Colorado que se llamaba el Salero a donde debía pernoctar, porque venía gente de varias rancherías que llegaban también desde el día anterior a la celebración de la santa Eucaristía para poderse confesar y comulgar, volviendo a sus casas no tan tarde para que no le cogiera la segunda noche. Yo cometí el error de no verificar que los ornamentos que como costumbre traía consigo el encargado de acompañar al sacerdote los hubiese traído. Y esto me pasó por coger la delantera en el brioso y bello caballo que me encantaba montar. Yo ponía dentro de una mochila cuyos tirantes colgaba a la silla de montar seguro de que no faltaba mi sotana, ni el vino ni las hostias. Con las prisas de ir a descansar después de confesar hasta muy noche y también por la mañana, al ir a disponer los ornamentos me percate de que no habían llegado y viéndome sin ellos inmediatamente mande al encargado para que los consiguiera de parte del señor Cura. Llegó de regreso entre tres y cuatro de la tarde con el mensaje de que me regresara sin decir la misa. Yo de inmediato deseche semejante orden pensando que era injusto para la gente ser castigada de esa manera cuando el castigo era exclusivamente de mi propiedad. Les explique que si estaba faltando en desobedecer en mi conciencia me sentía obligado a hacerlo y que para la santa misa no eran indispensables los ornamentos sino el pan y el vino para consagrarlos y darles la sagrada Eucaristía. El señor Cura salió de vacaciones a Acapulco pasando por Morelia donde sin duda consiguió mi cambio de parroquia casi inmediato, sin duda ya le había colmado el plato como él decía de mí, este padrecito luminagua. Fue interesante mi primera experiencia ministerial que terminó lo mismo que se inició sin esclarecer el sentido del chiste que reímos tanto el señor Rector del Seminario como el señor cura Barbosa. Yo les comentaba que el primer párroco para un vicario es como la experiencia de hacer un caballo a la rienda, y ellos no me entendieron quien era quien lo hacía de caballo montado y quien manejaba la rienda si el cura o el vicario. Con tanta duda yo también me quede dudoso y confundido.
Corolario poético
La realidad de mi trabajo ministerial siempre estuvo llena de idealismo y poesía. Mi realidad poética absorbe el Proemio y el Epílogo de mi autobiografía que podrán verse amplificados en el gran final como el Corolario poético de la esencia y la existencia de mi vida. Esto lo deseo hacer notar porque la poesía de mi vida desborda de fervor, como autenticidad y sinceridad de un gran ideal, el de una entrega plena y total a la mística del celibato, que hasta mi elección por la vida conyugal, me identificaba con la pureza sacerdotal de Cristo, como humilde aspiración a su ministerio orientado a la salvación del mundo. Al fin de cuentas me propuse aprender a confrontar la divergencia del ideal de la espiritualidad y la doble realidad por verificar, midiéndome a mí mismo en mi capacidad de actualizar lo que soñaba, proyectándome a sí mismo hacia la realidad universal y total del sacerdocio eterno de Cristo que no es ajena a la vida conyugal convertida en sacramento de vida.
Rapsodia octava. Rumbo a la parroquia de Huaniqueo en Michoacán
El párroco de Huanuqueo don Jesús Juárez era un hombre de Dios en su integridad varonil llena de austeridad y en su rectitud y sentido de autentica espiritualidad sacerdotal. No podía ser más afortunado si en realidad deseaba la orientación como modelo a seguir de quien sinceramente desea servir a Cristo en el sacerdocio. El había trabajado como vicario en la parroquia de Apaseo y conocía y apreciaba a mi familia. Además conservaba viva la imagen de mi tierra natal porque su hermano Juan Juárez y su familia vivían allí y naturalmente se seguían frecuentando. El padre Juárez tenía especiales lazos de amistad con el padre Manuel Castro, con quien yo hacía consultas sobre mi vida espiritual como seguimiento a su dirección en este terreno hasta mi ordenación sacerdotal. El se ofreció a acompañarme personalmente en mi primera entrevista y llegamos a saludarle desde el seminario de donde partimos hasta la parroquia a la que yo había sido nombrado como vicario. Por cierto yo iba manejando el carro volgsvaguen que mi padre me había obsequiado. Me entere de que iba a ser bien venido como miembro de su familia prácticamente, viviendo bajo el mismo techo de la misma casa donde él vivía y donde a la entrada también tenía la notaría parroquial. Sus familiares le hacían pie de casa, y eran su mamá, dos hermanas y la maestra de la escuela parroquial y en tiempo de vacaciones un sobrino, a más del hermano de la maestra cuya estadía era menos corta que la de su sobrino del padre Juárez. Después de mi visita inicial el regreso a mi nueva parroquia tardó un poco más de lo programado, primeramente porque yo pedí una semana para hacer mis ejercicios espirituales en la abadía de san Benito relativamente cerca del seminario donde vendrían a visitarme ambos sacerdotes directores espirituales el padre Castro del seminario mayor y el padre Pérez-Gil del menor, a quienes invite a que me ofreciesen su orientación espiritual y ellos fueron magnánimos en corresponder a ella. Y además porque tuve un percance trágico que me complicó hasta cierto punto la misma vida, no porque yo la hubiese perdido, sino una pobre niña de escasos doce años que desgraciadamente atravesó intempestivamente la carretera detrás de un autobús parado a la orilla de la carretera al lado inverso al que yo cruzara con el autobús al lado en la dirección contraria a la que él se dirigía. Ni siquiera tuve oportunidad de frenar como reacción a mis reflejos porque fue cosa de un segundo verla sobre el carro y luego sus ojos inmensos en frente de los míos que no tocaron en realidad el parabrisas. Lo más rápido posible estacione el carro a la orilla de la carretera y me acerque corriendo a donde la estaban atendiendo a punto de recostarla al lado de donde el camión, fuera de la carretera. Yo tuve la impresión inmediata de que murió instantáneamente y fui al carro para traer los santos oleos y ponerme el alzacuello que tenía en el asiento contiguo al del chofer, esto en medio de los insultos de una pobre mujer que era la abuela de la niña y que se imaginó que estaba por emprender la huída. Quedó inmensamente sorprendida cuando me vio regresar con el alzacuello y los santos oleos que me dirigía a administrarle y en el entretanto de los pasos que nos dirigían a la nietecita me dijo que era la presidenta de la acción católica y en vez de seguirme maldiciendo maldijo a todos los demonios que eran nuestros reales enemigos y principal razón de lo acontecido en semejante desgracia. Yo me puse a rezar el santo rosario a la orilla de la carretera y alguien de un carro particular vino hacia mí preguntándome si se me ofrecía algo y yo le indique avisar a las autoridades de la población cercana que era la pequeña ciudad de Huriangato Guanajuato para iniciar los trámites que competen a la autoridad municipal mientras esperaba lo que tuviese que proseguir con la intervención del personal policiaco de caminos. No recuerdo si fue también a quien entere de que comunicara la desgracia a mi padre en mi casa de Apaseo. Enterado de que la niña que recién perdió la vida dejó a su madre enferma y que estaba terriblemente angustiada con lo sucedido fui a su casita para tratar de darle hasta donde fuese posible algún consuelo implorando el auxilio divino para ella y su hijita y lamentando con conmiseración la terrible tragedia.
Allí permanecí hasta que intervinieron las autoridades que me condujeron a la inspección de policía y al juzgado de Huriangato. No lo recuerdo pero creo que fue ahí donde eventualmente nos encontramos mi papá y yo y el venía acompañado de mi tío Toño Jiménez, que guardaba muy buenas relaciones políticas con diputados del estado. Estas conexiones son muy importantes para asuntos legales que se desarrollan con mayor agilidad y mejor ventura en las desventuras. Como resultado de las negociaciones iniciales, arreglaron que en vez de ser detenido en la cárcel lo iba a estar en toda la población bajo la custodia inmediata del señor inspector de policía que me hospedó en su casa remplazando mi encarcelamiento hasta el lunes en que se tramitaron los requerimientos legales para estar libre bajo fianza mientras se determinaba el arreglo jurídico y la determinación del juez a cargo de mi caso. De manera que ese lunes proseguí a Morelia y me hospede en la Abadía benedictina vecina al seminario donde estuve una semana en ejercicios espirituales terminados los cuales vino finalmente a terminar también mi pequeña y terrible odisea y llegue a mi destino de trabajo ministerial a la parroquia de Huaniqueo y con el señor cura Juárez.
La dinámica familiar en casa del padre Jesús Juárez era de armonía y espiritualidad ejemplar. Sus tres hermanas y la maestra vestían con la discreción austera de la modestia más sobria de imaginar tal vez más allá de lo que sugiere el espíritu cristiano dentro de lo que propone el monacal. Y la madre, en la familia se destacaba no solo por su edad avanzada sino sobre todo por una fortaleza que personificaba el espíritu conservador y tradicional de las costumbres y las virtudes cristianas casi acérrimas. No hubo una sola ocasión en tres años que compartí la mesa con el padre en que alguien más de la familia tomase los alimentos con nosotros. Tenían la cocina tradicionalmente mexicana limpísima y estando al lado del comedor nos servían los alimentos recién cocinados y con la temperatura ideal, sobre todo el café con leche de la mañana y el caldo de la comida. Las tortillas recién terminadas de hacer y los guisos sobrios y sabrosos con su sabor natural moderadamente condimentados. Yo nunca tuve que dar ni medio centavo por todas estas atenciones y servicios que tal vez balanceaban el presupuesto de mis gastos que era modesto en vista de que la parroquia no contaba con los fondos suficientes para costear los gastos de un padre vicario. Entiendo que el señor cura que tenía sus cerdos de engorda echaba mano de estas ganancias para este gasto realmente perteneciente al presupuesto parroquial que sobra decirlo era muy apretado. Yo no tengo la mínima queja de tacañería de ninguna índole en el tópico de la economía. Tanto el señor cura como yo siempre estuvimos conformes con lo que él me ofrecía sin el más insignificante problema de ambas partes. La familia también estaba a cargo del aseo de mi ropa, de mi cuarto que tenia la puerta de salida y entrada al lado del comedor y una ventana siempre cerrada que daba al corral. Cuando tuve mi caballo propio me permitieron usar la caballeriza adyacente a la casa, aunque eventualmente conseguí de una familia amiga nuestra que fueron propietarios del rancho de la Cañada, una caballeriza de la que hacía uso don Germán que la tenía sin ocupar. Considerando que el padre Juárez también tenía su propio caballo, me pareció y así fue que la situación vino a ser más desahogada para ambos animales de este modo. Mis relaciones con toda la familia eran excelentes basadas en un mutuo respeto y una cordialidad no afectada ni exagerada. La autoridad del señor cura marcaba las directrices de sus actividades con la misma actitud que ejercía en su función de párroco de toda la parroquia como su gran familia de la que era celosamente responsable. Era evidente que su celo apostólico se nutría de una profunda vida de oración. Su personalidad austera estaba afianzada no solo en su espíritu de fe sino también en lo vigoroso de su hombría que podía interpretarse como el lado virtuoso del vicio del machismo, en lo cual no hay ningún error sino la integridad consigo mismo de ser todo un hombre. Nos llevábamos de maravilla y nunca hubo ni el menor tropiezo en nuestras relaciones, tal vez por su gran virtud llena de comprensión y tolerancia hacia mí.
El atrio del templo situado a una cuadra de la casa parroquial tenía en el centro una hermosa cruz tallada en cantera con los pasajes o símbolos de la pasión. La fábrica de la construcción total se presentaba como una basílica sin crucero y de dimensiones bastas no solo en amplitud sino también en altura. La imagen más venerada era la de un santo Cristo que tenía su propia capilla y al lado del presbiterio estaba una sacristía en armonía con las dimensiones del templo, guardadas las proporciones que son de suponer. Está de más por decir que la pulcritud y la limpieza impecable del templo, superaba la peculiar característica con que se cuidaba con gran celo la casa parroquial. Todos los días nos turnábamos en la celebración de la santa misa por la mañana y el rezo del santo rosario al atardecer. Con respecto a atender el culto y las actividades catequísticas y otras actividades ministeriales en las rancherías hacíamos algo parecido. El padre Juárez se empeñó en atender las rancherías de la Cañada y Tecacho, cuya feligresía era más humilde y apegada a la Iglesia y sus tradiciones. A mí me encomendó casi con una responsabilidad total para desenvolver mi inquietud y celo pastoral, las rancherías situadas al lado opuesto hacia la ciénaga en contraste con las anteriores orientadas al lado opuesto que era el de las montañas entre el Tzirate lejano cerca de Coeneo y la Leonera vecina a Tendeparacua que era una vicaría independiente de nuestra parroquia. El nombre de las rancherías a mi cargo eran la Puerta de Jaripitiro y pasando el Ojo de agua, las Piedras y Huapeo el pueblecito de Mansa.
En la época de mi estancia la parroquia de Huaniqueo se encontraba antagonizada por un ambiente en el que la energía de sus habitantes estaba fuertemente polarizada en profundo conflicto de actitud hacia la presencia y la labor del clero y de la iglesia. Parece ser que un incidente puede ser interpretado correctamente como posible señal de que este conflicto ya tenía viejas raíces. Se sabía y se contaba entre la gente que un sacerdote había sido golpeado públicamente a media plaza después de ser obligado a entregar las llaves de donde depositaba las semillas del diezmo que fuera saqueado arbitraria y violentamente. También había rumores que parecían fundados y estos eran más recientes de que dos sacerdotes habían dejado mujeres e hijos abandonados en la cabecera de la parroquia y en algunas rancherías. Aparte de todo esto el espíritu liberal anticlerical era característico entre empleados públicos, a pesar de que por ejemplo don Antonio Hernández que era secretario municipal era un católico sincero de comunión diaria y padre de un sacerdote recién ordenado. Era típica casi en todo Michoacán pero sobre todo en Morelia la actitud anticlerical de la universidad de san Nicolás y los estudiantes llamados nicolitas y Huaniqueo contaba con algunos de ellos. El abuso de quienes estaban en cierta posición representativa de poder o superioridad con cierto poder educativo, político, social o religioso no era exclusivo al pasado ni a los incidentes relacionados con el clero, siendo algo que estaba vigente en el tiempo en el que yo trabaje en la parroquia. Y sobre todo creaba un espíritu de adversidad, de enemistad y de odio agresivo cuya actitud radical y militante estaba enraizada en la ideología de trayectoria comunista y laica implantada fuertemente en el tiempo particularmente de don Lázaro Cárdenas mistificado por algunos de sus fanáticos adeptos. Naturalmente la mejor respuesta a todo esto era el que nosotros miembros y representantes vivientes del clero y de la iglesia como sus ministros, teníamos el imperativo incondicional de ser testigos ejemplares del mensaje de Cristo más que con la palabra con el ejemplo sin tacha alguna. Yo trate de hacer lo mejor posible no solo pensando en Cristo como modelo sino también en la virtud singular del padre Juárez. Tal vez tuve aciertos pero prefiero señalar mis errores para enfatizar la persistente lucha de mi espíritu por superar mis tendencias temperamentales y apegadas fuertemente a la fragilidad humana de mi naturaleza y personalidad.
Era un jueves santo y nos quedamos a hacer adoración del santísimo sacramento que siempre pero en este día sobre todo celebra la presencia más definitiva de Cristo en medio de nosotros. Era increíble lo que nos debía de suceder. Un nicolaita provocativo y burlón nos tildó de cobardes curas y no sé que más interponiéndose en nuestro camino, yo lo tome del pecho sobre la camisa y le di un rodillazo en los bajos con este comentario, esto es para que veas que no somos tan cobardes. Lo deje quejándose adolorido y gracias a Dios no intentó con persistir en la reyerta. Realmente este escenario en mi mente pudo ser algo realmente hecho o imaginado tan vehementemente que lo di por hecho. En otra ocasión el maestro del rancho de la puerta que hacía alarde de brabucón vituperando a los curas me dijo en medio del camino cuando yo iba a caballo, yo a usted lo admiro como hombre pero como cura se puede ir al otro mundo. Yo siguiendo su fantochada, comente, es mejor que usted se valla con cuidado porque este hombre del que habla también es el cura y sin remedio. El siguiente caso se refiere al odio violento como prejuicio. Yo invite a dos amigos de la parroquia a un cursillo de cristiandad en la parroquia de Zacapu. El día o más bien la noche que llegamos no tuve oportunidad de encerrar mi camioneta en el garaje y la estacione al lado de la entrada de la casa parroquial. Mi sorpresa fue que al ir a celebrar la misa al abrir la puerta de la calle me sorprendió ver el parabrisas hecho pedazos y era verdad por increíble que me pareciera. Pero el colmo vino a ser algo que por negligencia médica casi me muero de una peritonitis crítica a punto de explotar. Yo padecía desde mi adolescencia en el seminario de agudos cólicos que atendía esporádicamente cuando se convertían en un dolor insoportable. Iban y venían por temporadas y nunca me cure ni me trate con seriedad. Era la noche de un sábado en que el señor cura estaría fuera atendiendo las rancherías que acostumbraba atender y a mí me tocaba atender las de la parroquia y en esta ocasión a los adoradores de la adoración nocturna que a duras penas termine de confesar. Me fui a dormir sin poder conciliar el sueño por el dolor que no pude soportar más, a altas horas de la madrugada. Toda la familia en la casa parroquial se despertó y viendo que no me calmó ningún remedio casero fueron a despertar a dos maestras sobrinas del Doctor Tito Gómez que cuando llamaron no me quiso atender, tal vez entre otras razones por cierto anticlericalismo o por el orgullo de identificarse entre la casta liberal, en este caso malentendida hasta el extremo, sobre todo por su profesión. Las maestras según supe después tuvieron que tomar por asalto su dispensario saltando por la azotea, ya que eran vecinos y consiguiendo una inyección para calmar el dolor que sí trabajó y me trajo alivio. Fue de notar que la persona que me inyectó fue la partera del lugar y dio ocasión a que mis compañeros sacerdotes me hicieran la broma preguntándome si era verdad que fueron mellizos. Por larga temporada desde recién llegado a la parroquia el señor Cura había establecido como obligación de los representantes que él eligió de las rancherías el que viniesen para conducirme a sus ranchos viniendo por mí. Recuero que yo establecí una verdadera amistad con dos de ellos. Américo el encargado de la Puerta de Jaripitiro y Arturo del rancho de Mansa. Ellos también hacían arreglos de donde tomaba mis alimentos y pernoctaba cuando se hacía necesario. Sus familiares de ambas familias establecieron también conmigo un especial afecto y trato de amistad. A pesar de que el rancho de la Puerta era mucho más grande y tenía más habitantes, las personas que acudían al templo para la santa misa y otras actividades piadosas o sacramentales, era considerablemente reducido. La mayoría de las personas de este lugar, excepto algunas familias muy católicas, eran reacios y conscientes adversarios del culto y de las actividades ministeriales del clero y de la iglesia, esto desde el tiempo de la persecución y el cardenismo. En Mansa no era así, sino por el contrario era notorio que teniendo menos población casi toda la gente participaba del culto de la santa misa, sobre todo los domingos, y también acudían de más pequeños ranchos vecinos. Sin embargo, carecían de un templo y el culto tenía lugar en alguna casa particular que en más de una ocasión presentó serios conflictos para proseguir en el lugar. Sobre todo el que se originó como resultado de lo sucedido y sus serios inconvenientes por narrar. Recuerdo el patio de la casa de esta familia en la que cuando estábamos celebrando unas misiones, el dueño fue asesinado a quema ropa a tiro de pistola y el sospechoso que tomó justicia en sus manos, según se murmuraba por asunto de honor andaba huido, y todo este enredo no era indiferente al propósito de la comunidad para reunirse tranquilamente en paz en donde antes del incidente no existía este problema. Un señor que era conocido como don Maca nos prestó un pequeño lote que estaba al lado de su casa en el centro de la población y allí casi en medio de la calle por algún tiempo estuve celebrando la santa misa y atendiendo a quien lo pedía en confesión. Yo me hice particular amigo de este señor y lo convencí de que nos vendiera a la comunidad su pequeño predio a un precio casi simbólico y terminó por donarlo si en verdad yo creía que era factible su construcción. Para esto hay que hacer notar que a mí me encantaba un santo Cristo de tamaño conveniente para poderlo traer de la casita de su dueña a donde se celebraba la misa, era realmente precioso como una joya de arte por su finura bella y su expresión exquisita y delicada. La señora dueña del Cristo también me ofreció donarlo en caso de que yo lograse llevar a feliz término el proyecto de una capilla. El hecho es que puse toda mi energía y creatividad en movimiento y con el apoyo de los comisionados y catequistas logramos la construcción del templo. Yo le dedique un poema grabado en piedra al santo Cristo de la cruz de piedra a quien desprendí de su cruz que me pareció un tanto deteriorada y en un ventanal triangular de ónix que mande hacer con una cruz negra de mármol y sus clavos de plata fue colocado como ventanal que hacía lucir sus líneas bellamente con los tonos de luz que le daban el ónix preciosamente transparente. Esta ranchería de Mansa celebraba como fiesta del pueblo los días patrios del quince y dieciséis de septiembre. En vista que la devoción al santo Cristo arraigó de lleno en la comunidad convenimos en que siendo el patrón del lugar el santo Cristo celebrarían su festividad religiosa los días catorce de septiembre de cada año, día de la santa cruz. Cuando la capilla estuvo terminada yo invite a las madres catequistas guadalupanas en cuya congregación misionera mi hermana Lupita era miembro viviente, consagrada con el nombre de Violeta. La madre Dolores accedió a que diéramos una misión por una semana para establecer la fiesta patronal y bendecir formalmente la capilla que esencialmente parecía terminada. Esta bendición de Dios de mi trabajo ministerial, es algo más que entre otras Dios me concedió y he llevado en mi corazón con singular afecto. Algo irónico al respecto es que después de algunos años toda la capilla fue renovada y reconstruida y ampliada por iniciativa de quienes fueron mis catequistas y las catequistas del lugar. Digo ironía porque el dueño que donó el terreno según supe les comentaba, ya verán lo que tendrá que decir el padre Esquivel cuando se entere que acabaron con su capilla. En verdad me llenó de satisfacción el que lo hicieron porque puso evidencia su dedicación y celo apostólico de lograr algo iniciado por mí y renovado por ellas con el apoyo de toda la feligresía sin el mínimo requerimiento de parte mía. Creo que esto fue el fruto del interés de los padres de estas chicas cuyo liderazgo se afianzó con la educación que asimilaron a fondo en la escuela de campesinas de la Labor localizada en la cercanía de la parroquia de mi pueblo natal ciudad de Apaseo el Grande. Esta experiencia de estas chicas, María Elena Tovar y Aida González de Mansa y Amparito Zavala de la Puerta, hija de Américo fueron realmente señal de un gran triunfo que me permitió la divina Providencia como respuesta de verdadera confianza de los padres de estas chicas por la confianza que yo estratégicamente me fui ganando de ellos demostrándoles también una señalada confianza. La oportunidad de promoverla y de que se desarrollase fue el invitar a mis hermanas que me visitaban de Apaseo a que conviviesen en sus casas como familiares durante el tiempo de su estadía. María Elena hija única de don Chema Tovar dio el paso inicial, cuando le permitió viajar y visitar la escuela con ocasión de una visita que hizo a mi casa invitada por una de mis hermanas. Más tarde Don Chema personalmente invitado por mí se hospedó en la casa de mis padres con motivo de trasladar un becerro fino que crecería como semental y que me obsequió mi cuñado Ernesto para la construcción de la capilla. Yo no recuerdo si lo vendí a Chema que estuvo interesado en tenerlo, porque creo no haberlo rifado como lo hice con el caballo retinto que para el mismo propósito de la capilla me obsequiara mi tío Prócoro. La experiencia de Chema gran amigo mío y todo un caballero, honor del rancho de Mansa y veterinario práctico con gran clientela pasó una noche que no fue del todo venturosa. Como me tenía gran confianza y tanto él como yo éramos muy francos me contó como en medio de la noche se levantó para ir al baño y no pudo regresar a la cama por temor al perro que estaba pendiente de él a la salida del baño. Ya pasado el apuro nos moríamos de risa al recordarlo y felizmente su regreso deseado con el sueño de ver crecer un hermoso novillo fue más venturoso. A mí se me ocurrió que la hermosa yegua que montaba podría mejorar la raza si tuviese un lindo potrillo que crecería entre el ganado en los terrenos de pasto de los que era dueño don Chema. Yo sabía de la historia de un caballo famoso semental en la región de san José de Gracia en los límites de Michoacán y Jalisco. Y no sé en qué arte pero me informe que su dueño era un sacerdote amigo de don Lázaro Cárdenas que sabiendo que el caballo se despaletilló y en vez de sacrificarlo se lo dio como regalo. Fue así como Arturo mi amigo de Mansa con ayuda de su hermano el Chino emprendieron el viaje de ida y vuelta, ellos en su camión de redilas y yo como vigía en mi carrito Volgsvaguen. Este fue el origen de la estrella una linda yegüita que de recién nacida quedó huérfana, porque la granada que era la yegua madre desgraciadamente murió de septicemia. La familia de los Sánchez que contaba solamente con dos hombrecitos, Enrique el mayor y su hermano Antonio tres o cuatro años menor del que yo fui padrino de primera comunión, tenía como cabeza de familia a la medre que se llamaba Margarita y era principal responsable de sostener a la familia, con escasos recursos bien limitados a pesar de ser dueños de la propiedad de Jesús María. El padre dejó el hogar desde algunos años anterior a nuestra llegada del señor cura y mía. Las cuatro hermanas mayores que los niños, no podían hacer gran cosa para aliviar el problema y resolver la dificultad de una escasa economía. De manera que cuando la hermana mayor cuyo nombre era Aidé solicitó mi consejo de si debiera o no trasladarse a Morelia en busca de trabajo y contó con todo mi apoyo. Aunque yo estaba un tanto escaso de recursos le facilite una cantidad moderada pero significativa ante sus circunstancias. Y cuando a los dos o tres meses vino de visita y trató de saldar la ayuda entendiendo que yo me sentí con cierta molestia ante mi deseo de ayudarle, vino a sorprenderme en su siguiente visita con una linda estatua de un hermoso caballo levantado en las patas traseras y lindamente agarrado de la brida por una amazona posando a su lado. Todas estas chicas que eran de muy buen ver e inteligentes siguieron a la mayor en busca de futuro en la misma ciudad de Morelia. Recuerdo que Margarita trabajó en una papelería y le estaba yendo bien según me platicó mi hermana Lourdes que se hizo su amiga. Casi todos los días al ir a misa o salir del rosario nos encontrábamos por estar a la pasada del templo a la casa parroquial y siempre fueron muy atentas y amables. En realidad mi única amistad con ellas era por mi yegua la granada a la que consentían con un poco de trébol cuando yo la paseaba al regreso de mis visitas que hacía a las rancherías, y termine por ser su cliente, pues esta pastura que venía de su propiedad, era una de las fuentes de su economía.
El señor cura había elegido como sacristán a un joven cuyo nombre no recuerdo bien, creo que era Miguel y le llamábamos el chino por el estilo de su pelo. Este joven era muy amigo de varias personas y familias clave en la comunidad de Huaniqueo, tanto de quienes tenían que ver en asuntos civiles como eclesiásticos, de manera que era un excelente recurso informativo para el señor cura que amigablemente lo tenía al día sin rayar en la chismografía. Casi todas las familias respetaban y reconocían al señor cura por su integridad y por su labor educativa y su vida ejemplar. Por las mismas o parecidas razones que el doctor, el receptor de rentas presumía militar en la extrema política opuesta, y al parecer con puntos de vista muy recalcitrantes en contra de la personalidad y lo que representaba la persona del señor cura a quien consideraba adversario, tal vez su enemigo. Don Jesús Juárez era consciente de esto y evitó a toda costa cualquier fricción con gran prudencia en su juicio, pero con gran valor en su proceder que jamás dio muestras de incertidumbre o la más lejana sombra de temor en lo que a su juicio era lo que debía hacer, lo cual siempre hacía como cumplimiento de su deber. Por alguna razón todas estas personas como el señor receptor con tendencias liberales me saludaban amablemente y aun con cierta simpatía, sin mostrar señales de hostilidad, incluyendo al doctor Tito a quien nunca confronte en mi favor por faltar a su juramento ante Hipócrates, de quien tal vez no tuviese ni noción. A pesar de que se suponía que yo debiera vivir en extrema modestia, limitado de toda clase de bienes materiales por la situación de la economía parroquial, no sé ni cómo pero al fin de cuentas en los tres años de mi estadía conté con el uso de mi carro Volkswagen, una camioneta Dodge y casi cuatro caballos contando con la cría de la Granada. Yo no tenía para comprar ni sostener adecuadamente el mantenimiento de ninguno de ellos y sin embargo mal que bien nunca a nadie nos faltó nada. Recuerdo que a la muerte de la Granada mi tío que me la obsequiara me prestó una yegua fina con una tremenda charrasqueada en la cara y junto al ojo izquierdo, pero que le afeaba solamente un poco sin afectarle la vista. Cuando me regaló para la capilla un caballo retinto que rifamos en Mansa, se la llevó de regreso a petición mía sabiendo que eventualmente terminaba mi estadía en la parroquia. Y a todo esto olvidaba que también tuve una motocicleta que cuando manejaba en Zacapu la montaba con mi amigo Héctor de quien decían nuestros compañeros sacerdotes que era más loco que yo por hacerlo. Este gran amigo no solo era cuerdo sino finísimo conmigo, pues cuando me invitaba a comer a su casa, su mamá se lucía con sus mejores platillos y él me ofrecía para que eligiera de entre varios vinos. Casi cada mes nos veíamos en la conferencia sacerdotal y cuando me presentó sus amistades, sus amigos se hicieron excelentes amigos míos. Sobre todo la familia Lara me apreciaba y permitió que su hijo Ramón, un excelente muchacho que pidió acompañarme a visitar mi familia. Tuvo la suerte de que se lo permitieron disfrutando lindamente de la experiencia de tres días de visita por el Bajío del estado de Guanajuato. Héctor también me acompañó y en vez de tres días en veinticuatro horas hicimos un viaje parecido solamente para hacer rendir un negocio con el padre Manuel Camacho que nos rentó su carro para atender a al cantamisa, de nuestro amigo David Silva que fue celebrado en la ciudad de Jiquilpan. Nosotros dejamos de atender el banquete por el propósito al que me he referido, al fin del cual nuestro gran éxito fue el de terminar rendidos de cansancio de tan largo viaje en tiempo tan corto. Hay una experiencia inolvidable con este grupo de amigos de Zacapu que se entusiasmaron a escalar la montaña de donde se divisa toda la laguna de Cuitzeo y se levanta sobre la vicaría de Tendeparacua vecina a Huaniqueo. Nos extraviamos en el camino y solamente escalamos hasta la cumbre donde se suponía nos reuniésemos todos, nada más una mujer Cristina mi hermana y casi también Luz María Lara hermana de Ramón que estuvo por llegar pero se sintió agotada. Y de hombres logramos escalar hasta la cumbre un joven de la familia Ibarrola, Héctor y yo, Ramón se quedó atendiendo a su hermana a nuestro regreso. Los perdidos solo llegaron a medio camino según nos contaron al reunirnos en el punto de partida.
En la parroquia de Zacapu había unas religiosas dedicadas a su especialidad de servicio social que atendían maravillosamente un dispensario médico en toda la parroquia. La congregación tenía su casa madre en los Ángeles de los Estados Unidos en California. Héctor me platicó que me invitaba a acompañarlo y ya lo había propuesto a la madre Celina a cargo de esta visita con algunas chicas interesadas en conocerles. Héctor me dijo que se sentía mejor si yo le acompañaba y en pocos días hice todos los arreglos convenidos aceptando su invitación.
El camino en autobús fue tremendamente largo hasta Tijuana de donde partimos a san Diego que fue la primera ciudad donde pernoctamos del lado americano para preparar el viaje a los Anglas. Contemplamos el primer atardecer del punto más saliente del litoral del Pacifico en donde se encuentra la base naval cerca de donde estábamos. También visitamos el zoológico como famoso punto de interés en la ciudad. Llegamos a los Ángeles y nos dirigimos a san Fernando y santa Mónica visitando los lugares de las misiones franciscanas que fue recordar la memoria del gran misionero que si no lo era bien debía, ser san Junípero. En la llegada a ambos conventos se nos dio una sincera y cordial acogida acompañada de un convivio para dar oportunidad de que las chicas conversaran y socializaran en un ambiente juvenil. En los Ángeles visitamos su famoso acuario y el área vacacional en las montañas. A mí me impresionó la visita al monasterio de Vayermo donde conocí a algunos monjes del Tíbet que allí residían indefinidamente, habiendo sido arrojados fuera de su tierra milenaria y sagrada por la invasión comunista china. En esos momentos jamás podía ni imaginar que muchos años después cuando atendí los votos conyugales de mi hija, al dirigir en alta voz una breve alocución mencionando en el monasterio tibetano los nombres de Dios y de Cristo, fui también invitado a salir por los monjes temerosos de la vigilancia china. Partimos para san Francisco para conocer la universidad de Berkeley y la hermosa área de san Rafael. En la universidad conocí un padre dominico que nos dio a conocer un programa de desarrollo humano de la comunidad en que los muchachos participaban en el verano y años después yo le invitaría a venir a la ciudad de Salamanca del lado de la refinería a que nos visitasen para experimentar recíprocamente el posible éxito de su programa. Enviaron nada menos que cuarenta personas sobre todo estudiantes acompañados por una familia. El puente del golden gate como meciéndose allí sobre la bahía aparece a guisa de un palomar de ensueño de seres humanos mirando a la inmensidad sobre el inmenso Pacífico, y pasando luego a visitar el Sausalito, allí donde me prometí regresar sin haberlo planeado, lo cual hice muchos años después en viaje con mi esposa que nunca en aquel entonces soñé tener.
En honor a la verdad no recuerdo con plena certeza cuando fue que negocie el cambio de mi carrito volgswagen y me hice de la camioneta pick up de la Dodge. Conjeturo que el trato lo hice en una agencia de carros en Zacapu con un amigo cuyo nombre no logro recordar, creo que su apellido era Sanromán. Lo que sí recuerdo es que hizo el cursillo conmigo y los otros dos nuevos cursillistas que invite de Huaniqueo. El fue muy gentil conmigo, y siempre le agradezco algo que guardo en mi memoria, que en cierta ocasión que venía con mi hermana Enriqueta del Bajío se nos ponchó una llanta y ya avanzada la noche tuvo la amabilidad de hospedarnos en su casa para el día siguiente emprender nuestra marcha a Huaniqueo. Debió motivarme a este cambio el hecho de que el señor cura se hizo de una camioneta de la inernational y naturalmente considerando el estado de los caminos de brecha que tenía yo también que recorrer me convencí de la conveniencia de este cambio. Así fue como me despedí de mi primer carro que por poco va a dar conmigo al lago de Patzcuaro por aquella curva con grava que tome y me fui derrapando hasta que dio semejante voltereta. Gracias a Dios terminó del lado de la cuneta a la ladera de la montaña en vez de seguir hacia el lago del lado contrario a considerable altura. La maravilla de este incidente fue que me serene y logre abrir la portezuela del chofer que estaba hacia arriba en vez de la orientación normal, tanto ella como yo en vez abrir hacia el lado y de sobre el piso y con tremenda abolladura sobre el techo que apenas logre salir. Estaba con las luces prendidas y no recuerdo si el motor ya estaba apagado o yo lo apague. El hecho es que calcule que si lo poníamos sobre las llantas evitaría la intervención de los federales de caminos. Entonces busque el lugar más estratégico para detener a alguien que me diera la mano en el percance y a diez o quince minutos de tratarlo paró un camión de carga cuyo chofer no se en que arte pero como resultado de su ingenio y nuestro esfuerzo logramos seguir el plan de ponerlo sobre las cuatro ruedas. Él le checó el aceite y me dijo que lo echara a andar y sucedió que el motor trabajó de maravilla conmigo como soterrado y hecho medio nudo sobre el asiento por el problema del techo, pero logre llegar a la parroquia donde el señor cura me esperaba desde más temprano muy preocupado, y más impresionado al ver el estado del carro, pero yo sin ningún golpe ni lastimado en ninguna forma. Tal vez a él le fuera más necesaria la copa de coñac que me ofreció casi hasta los bordes. Increíble como sacerdote y como amigo.
Las visitas del cardenal Posadas a Huaniqueo y la de mi padre fueron tal vez las más gratas e increíbles que tuve de la estadía en esta parroquia y en la casa del señor cura donde vivía. Recuerdo en particular estas dos visitas porque tuve que conseguir ropa tanto para el entonces padre Posadas como para mi papá, aunque fue por diferentes razones. Fue fácil entusiasmar al padre Juan Jesús a acompañarme por dos días a Mansa a donde aceptó que lo haríamos yendo a caballo. En vista de que la ropa, sobre todo los pantalones de casimir le eran muy incómodos y no apropiados para montar, se me ocurrió y le dije que yo le conseguiría unos de dril para que viera si se sentía mejor. Pensé que don Octavio Huerta que era alto y fornido y de complexión parecida la de uno a la del otro, sería la persona indicada para solicitar lo que necesitaba, a lo cual el accedió de buen grado teniendo un gran éxito mi plan, porque mi amigo que me acompañaría se quedó feliz después de probárselos y ya no se los quitó sino hasta el final de nuestra jornada.
Yo estaba feliz de sentirme acompañado de tan apreciable y digna compañía y mi maestro inolvidable y más honorable amigo que he tenido en mi vida me daba la grata impresión de disfrutar esta linda y sencilla experiencia, no solo no mostrando ni fatiga ni fastidio sino todo lo contrario, su excelente humor y su amabilidad franca y espontanea hacia toda la gente que deseaba saludarle y conocerle. Arturo siempre me seguiría preguntando o comentando recordándole con el orgullo de haberlo conocido. Nunca pudo entender cómo fue posible que lo hubiesen acecinado siendo la persona según su apreciación más digna, noble y sencilla que hubiese conocido. La ropa que necesitó mi padre tuve que comprarla en una tienda de ropa vecina a donde vivíamos. Yo me empeñe en que convenía que compartiera conmigo por donde yo andaba acaballo y ya que le interesaba la compra de lenteja le dije que era muy conveniente que podíamos ir por la ruta de los sembradíos hacia la ciénaga por donde estaban los plantíos. Mirando al cielo nublado argumentó que sin duda llovería y mi comentario fue que esos nublados estaban así casi todos los días y no llovía a diario, de manera que era improbable que lloviese. Como las más de las veces según mi abuelo decía que yo era el único que sacaba a mi padre de sus casillas, de manera que montó conmigo a caballo de ida y vuelta como por tres horas, con el inconveniente de que ya cuando estábamos por llegar de regreso se soltó el más terrible aguacero mojándonos hasta la medula de los huesos. Lo interesante de este asunto es que sí hizo negocio y envió a mi tío Bernardo acompañado de mi tío Alfonso de visita en Apaseo manejando dese allí hasta el rancho de la Puerta, donde cargaron después de pesar toda la lenteja comprada. Carlos mi hermano que estuvo visitándome por una temporada de sus últimas vacaciones del seminario, porque fue su segundo año y ya no regresó, aprovechó el viaje a casa y se fue con ellos. Yo no supe de sus peripecias del regreso de las que más tarde me enteraron, porque también los cogió un aguacero que hizo lodazal la terracería del camino y tuvieron que usar yuntas de bueyes y un tractor para salir del atascadero.
Mi padre no entendía que mis labores ministeriales de sacerdote tuviesen que ser en lugares tan insignificantes y complicados, contrastando con otro ambiente social y económico mejor desarrollado y alguna que otra vez me dio a entender si tal vez yo no tuviese la capacidad de desenvolverme en ese ambiente, siendo esta la razón de lo que él consideraba ser una desventaja para mí. La verdadera realidad es que a mí me salía del corazón el deseo de servir en estos ambientes más humildes o más complicados y lo consideraba como algo que yo prefería como Cristo lo hubiese preferido. Yo le hable al señor cura a este respecto y le sugerí si podría considerar que me alternara con él y si lo consideraba pertinente trataría de ayudarle en la posible construcción de una capilla en la ranchería de Tecacho a lo cual nunca hizo comentario alguno y yo ya no le insistí más. A partir de entonces empecé a considerar si mi aprendizaje en otros ramos del apostolado sería algo que me beneficiaría para servir a la iglesia en distintos terrenos y diferentes ambientes, especialmente en el movimiento familiar cristiano y en los encuentros conyugales que estaba interesado en aprender. Esto lo platique al Obispo Salvador Martínez Silva que me ordenó sacerdote y a los pocos días aconteció mi cambio para la parroquia de san Antonio que anteriormente era una vicaría a cargo del padre Rafael Campusano de familia charra y famoso jinete del seminario, una y otra cosa cotejaba en un panorama nada extraño, que se relacionaba con mi currículo vacacional, con mi tradición familiar y con mis aficiones. Algunos de mis amigos me preguntaron que me querían complacer haciéndome una despedida y yo les dije que era muy difícil de realizar lo que quería. Ellos se empeñaron en saberlo y les dije que quería ir hasta la punta del Tzirate a tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar y compartir mi música favorita en un pasa día con un almuerzo de lo que se les ocurriese poder llevar. Naturalmente solamente lograron entusiasmar a tres personas más que eran músicos que tocaban instrumentos difíciles de cargar, pero lo hicieron muy a mi pesar, ya que no los pude disuadir que eso era una puntada que se me ocurrió como sueño ideal casi imposible y no como algo real que lo tomaron tan en serio. En realidad me sentí mortificado de ver cuando las subidas se tornaron más difíciles de escalar, ver como se pasaban un instrumento, más grande y estorboso de manipular que el violín en sus dimensiones. Aparte de este inconveniente el frío de la cumbre apenas soportable nos obligó a comer de prisa para regresar antes del anochecer. Valla que fue una despedida maravillosa, de la que lo mejor era el paisaje de la laguna de Patzcuaro y las montañas más altas de Michoacán y alguna que apuntaba hacia el Bajío.
Hay algo que no puedo ignorar y que especialmente tengo que agradecer al padre Juárez. Se trata de la forma exitosa en que me ayudó para lograr lo imposible haciéndolo posible. Tiene que ver con Carlos mi hermano que sin duda nació con buena estrella, aparte de que Dios le dotó con una inteligencia perspicaz y una personalidad más que regularmente agradable. Resulta que al salir del seminario estudió la secundaria en Apaseo y sus documentos no fueron procesados puntualmente para ser procesados con las expectativas de una preparatoria para la universidad más seria y formal, cosa que el con la ayuda de mi padre y alguien de la secundaria quedaron de hacer en las oficinas de Guanajuato. Yo por mi parte estaría tramitando su solicitud a la casa Loyola en Guadalajara bajo la dirección y los auspicios de los padres jesuitas. Claro, esto requirió convencer a mi padre de invertir en mi hermano si realmente quería exigir de él que tuviera éxito en sus estudios en vez de perder el tiempo sin real interés en una preparatoria sin demanda hacia él y sin la seriedad mutua de ser productivo y trabajar duro para hacer valer lo invertido y el éxito de su futro profesional. Estoy orgulloso de que lo logre y mi padre decidió costearle sus estudios a ese nivel aunque tal vez por su economía pareciese desproporcionado. El padre Juárez estudió con los jesuitas en Montezuma en los Estados Unidos y fue amigo íntimo del hermano Grajales encargado de procesar la documentación de los aspirantes a la casa Loyola. Los documentos requeridos estuvieron listos hasta después de la fecha límite para ser aceptado y no parecía que existiera forma de resolver el problema porque la matrícula lo mismo que las oficinas para el caso estaban cerradas y nuestra solicitud de prórroga fue rechazada. El padre contactó al hermano Grajales que nos citó en determinado día y hora para introducir más o menos clandestinamente los documentos para hacer acontecer el sorprendente milagro de que sin nadie saberlo de quienes debían y si creyendo todo lo contrario, Carlos estaba inscrito habiendo sido misteriosamente matriculado y estando en la lista de quienes habían sido aceptados. Hasta la fecha él, Carlos no se imagina lo que nos hizo sentir, cuando viajamos desde la madrugada con Rafael, excelente chofer hermano de Arturo y entrando al edificio para arreglar la entrevista desapreció con mi carrito Volkswagen apareciendo hasta las mil quinientas de nuestra tensión nerviosa por el desaparecido que no estaba listo para aparecer donde y cuando debía. Lo bueno es que casi todas las verdes a través de los años las convirtió en maduras, logrando ser no solo un hombre de bien, sino una persona brillante con una gran personalidad empresarial y un éxito capaz de beneficiar no solo a sus clientes sino al personal feliz de trabajar en su empresa. Yo me siento satisfecho de lo poco o mucho que colabore en una labor fraternal placenteramente imperativa a través de algunos años más en que se sintiera apegado a mí, orgulloso de favorecer su desarrollo humano y calificaría también axiológico en cuanto que con palabras y hechos hasta donde pude compartí con él lo importante del sentido de valores universales que son la base de un éxito verdadero en la vida, en la conciencia y en la sociedad. Ya hare mención de esto en sus futuras visitas, venturas y aventuras, a Dios gracias sin desventuras, donde me encontraría después de Huaniqueo que fue en la ciudad de Salamanca.
Me complazco en poner al día la inspiración que me determinó a dejar un mensaje como testimonio de mi misión sacerdotal en Mansa y Hunaniqueo dedicando un poema al santo Cristo de la Cruz de piedra, como símbolo de la roca de los salmos que identifica a Dios como roca inconmovible de salvación.
Al santo Cristo de la cruz d piedra
Inconmovible roca de la fe Cristo en la cruz
Que con amor eterno resucita y nos salva.
Divina salvación el alma medra
La esperanza de ti que no se cansa
Y aquí está Cristo en su cruz de piedra,
La paciencia de Dios que no descansa.
¡Oh mortal que caminas como hiedra
Para abrir su costado con tu lanza,
Despójate del miedo que te arredra
Por haber traicionado su confianza!
Su voz del corazón está llamando
Al morir en la cruz crucificado,
Amor eterno lo ha resucitado.
Cristo el hijo de Dios nos sigue amando
Con amor inmortal que nos conmueve,
¡La roca de la fe jamás se mueve!
Cristo en la cruz
Que eterno resucita,
Nos sigue amando.
Finalmente terminare con una alusión a mi actividad ministerial en esta época de mi vida aludiendo a dos experiencias simbólicas de gozo y de pena, elementos que de lo particular a lo universal siempre acompañan nuestras experiencias vividas. Comienzo con lo de la pena para después sentir en la boca un poquito más el sabor agradable del gozo y su placer. Fueron dos o tres horas de camino abrupto en la oscuridad, como si me hubiesen vendado los ojos, solamente en la distancia se veían unas cuantas lucecitas de una pequeña ranchería que se llamaba las Piedras. Yo que estaba dando misiones en Mansa, debí venir a Huaniqueo a celebrar misa ese domingo por la tarde, para después regresar ese mismo día y continuar con la responsabilidad de la misión.
Para llegar más pronto tome el camino más difícil que era el que más me gustaba. Se llamaba el espinazo del diablo y esa noche temía que me hiciese una mala pasada de los tormentos del infierno. Era una subida complicada por lo abrupto de la vereda tanto para subir como para bajar a pie o a caballo hacia arriba o hacia abajo muy desnivelada. Todo esto y sobre todo el bello panorama para mi gusto personal, me fascinaba. La cosa fue que la noche sin luna se me vino encima y confiaba en la buena vista de mi cabalgadura que era la yegua charrasqueada. Resulta que después de tratar y tratar por mil maneras de hacer brincar a la yegua una acequia en realidad no demasiado ancha, se amachó con una terquedad más grande de la que se tuviese reunida la de todos los machos y mulas del mundo, y no logre hacerla brincar. Use la cuarta, las espuelas y hasta el freno dejándola solo con bozal y nada. Finalmente la amarre de un árbol aparte del camino que no fuese vista fácilmente si lograse ser vista en esa oscuridad y trate de seguir la vereda que casi no se distinguía en medio del cerro. Fue terrible cuando me sucedió lo que temía y fue que vine a parar al lado del arroyo donde definitivamente no era posible caminar. Así y con todo me sirvió de orientación mirando en la próxima lejanía las lucecitas de la ranchería. Me caí mil veces y me levante cien mil dando más que pasos, los traspiés sin fin, que deje de contar. Me perdía y me volvía a encontrar hasta que después de dos o tres horas sentí que oía los ladridos de los perros que no me daban el consuelo que más necesitaba para entrar al caserío en busca de ayuda. Logre acercarme a la casita de un amigo, muy buen charro, que se llamaba Celso y me conocía y estimaba. No podía acercarme demasiado por temor a los perros y gritaba su nombre con todos mis pulmones. Alguien debió irle a advertir de mi llamada que atendió después de haberme desgañitado a gritos. Pero padre que anda haciendo por aquí, que le ha pasado. Cuando le entere de mi desventura de inmediato fue y ensilló dos caballos y en menos de media hora ya estábamos de regreso. La sin vergüenza yegua se merecía una charrasqueada en el otro ojo si se pretendiese recordarle el resto de su vida de mi desgracia. No tuvo ningún empacho en brincar la zanja de inmediato y sin problema alguno detrás de los otros caballos, Celso la llevaba cabestreando. Llegamos, pasada la media noche a la casa de Chema que estaba incierto imaginando y preguntándose qué habría pasado conmigo. Y en realidad no había pasado nada, sino un percance de la vida.
Todos los años en torno al mes de septiembre en el otoño el paisaje visto desde la altiplanicie camino a Mansa a través de los potreros y pastizales para ganado es una maravilla que se extiende a la vista ante el espectáculo de todos los colores de los girasoles sobre todo color de rosa en miles de contrastes y diversas tonalidades en el inmenso panorama de toda la ciénaga.
Me sentía lleno de feliz nostalgia saboreando en un futuro venidero el recuerdo de todos los presentes, sintiendo que el que estaba viviendo tal vez era el último de ellos. Y esta experiencia era apenas la obertura de un extraordinario día en que finalmente estaba por conocer la hacienda del Cuatro vecina a Mansa donde se había trasladado la ganadería de toros bravos de san Mateo tan admirada y reconocida en la historia de la fiesta brava de mi inolvidable patria y sobre todo de mi familia aficionada a los toros desde las generaciones más antiguas de la rama de mis mismos abuelos paternos. El caporal responsable se daba a conocer con el nombre del Santanero. No debíamos de ir para entrar a los pastizales de la ganadería sino Arturo y yo guiados sigilosamente por el Santanero que parecía medir con el olfato los terrenos de los toros y el secreto de sus reacciones estando entre la manada o solitarios alejados de ella. Yo sentía una sensación formidable de arrogante atrevimiento ante lo impredecible, pero confiaba en el conocimiento y la serenidad cautelosa y a la vez connatural por su oficio del caporal que gentilmente accedió a mi deseo de permitirnos experimentar esta atrevida aventura. Nos señaló todos los ejemplares del siguiente encierro para la corrida de Octubre en Guadalajara que yo no me perdería por todo el oro del mundo. Y cuando llegó la ocasión creo que me interese más en identificar a los toros que los lances de los toreros. Como debía regresar a resolver mis pendientes en la parroquia, disfrute como un derroche de plenitud estética cabalgar por la montaña viendo el paisaje del atardecer tan bello o mucho más que el de la mañana con la puesta del sol y después del paulatino advenimiento del atardecer y la caída del sol contemple el encenderse la noche infinita llena de estrellas tan lejanas. Me hubiese gustado contar con la eternidad para despedirme de Mansa.
Rapsodia nueve. Seis años de ministerio en Salamanca
Exordio tercero. Axiología de los valores sacerdotales como ideal
Y su actualización a la realidad.
Todas las actividades laborales del ser humano comparten la misma dignidad, en cuanto que son un servicio para el bien personal y social de la humanidad incorporándolas dentro del orden de la naturaleza como que es la obra del Creador y su divina Providencia. El ideal puede ser considerado como una meta inagotable de estímulo hacia un objetivo de perfección que estimula a su actualización en un contexto en el que jamás se extingue, siendo fuente de inspiración y realización en la vida humana. En este sentido la actitud laboral dignifica a la persona no por la categoría del oficio y sus funciones en sí mismas sino por la recta intención y la autenticidad de realización de parte de quien decide desempeñar la actividad o el oficio que se propone. Si eres un barrendero tu objetivo es ser el mejor barrendero del mundo, y sin duda serás más digno que si fueses un magistrado y tu propósito no fuese el de ser el mejor magistrado del mundo. El destino del hombre es tan grandioso como lo define Cristo. Sed perfectos como es perfecto mi Padre celestial. Aunque parce absurdo. ¿Quién puede realmente ser tan perfecto como Dios el único absoluto y necesario en su esencia y existencia?
Nadie como Tú agota el ideal
De ser quien eres, ¡perfecta realidad!
¡Oh ser divino de tu divinidad
Y único absoluto, tu ser real!
Nuestro ideal debiera ser el de orientarnos por este hecho de la fe y de la razón iluminado por la luz del mundo que es Cristo y que declaró para todo mundo: “sed perfectos como mi Padre celestial es perfecto.” Y algo similar enuncia la filosofía idealista de la crítica de la razón práctica en el postulado maravilloso de actuar de tal manera que nuestro comportamiento, en este caso laboral, sea tal que sirviese de modelo de comportamiento a cada quien en el mundo que desempeñase tal función o tal oficio. “Vivere summe Deo” y “Ad majorem Dei gloriam” son un corolario de esta increíble e inmensa verdad anunciada por Cristo y realizada por El.
Experiencia en la parroquia de san Antonio
A sabiendas de que toda comparación es odiosa me atrevo a decir que el ejemplo del padre Juárez en su función sacerdotal tenía este espíritu y dentro de su propia personalidad cada quien con lo suyo, lo mismo sucedía con Rafael Campusano con quien compartiría mi ministerio sacerdotal en la vicaría que fue y vino a ser parroquia de san Antonio, realmente, una verdadera parroquia adyacente a la más antigua de la ciudad de Salamanca, llamada del Señor del Hospital, dentro de la jurisdicción de la arquidiócesis de Morelia. Yo había conocido a Rafael Campusano desde mi experiencia de seminarista y recuerdo que venía con el grupo de filósofos del seminario mayor al menor, cuando nos reuníamos para la lectura de las notas obtenidas en los estudios de nuestra formación académica al final del año. También le recuerdo porque en Erongarícuaro a más de montar en los jaripeos, más de una ocasión le vi a caballo y me imagino que fue de allí de donde se me ocurrió la idea de cultivar una relación de amistad con quienes en el pueblito, eran dueños de buenos caballos. Con respecto a lo que debería aprender de él en cuanto a mi trabajo que lógicamente era la colaboración del suyo, el tópico era de esencial importancia y de sumo interés, relacionado con la responsabilidad asignada oficialmente por la sagrada mitra de la arquidiócesis, haciéndome corresponsable con el de la cura de almas adjunta a la actividad de nuestro ministerio en ese lugar. El padre Adolfo Garduño había sido su colaborador anterior a mi nombramiento, de manera que lógicamente yo estaba asignado a fungir satisfactoriamente en lo que habrían sido sus obligaciones, que me pertenecían desde el día de mi llagada según él lo decidiera. Había tres templos en los que se celebraba la liturgia y uno en construcción, al cual yo fui asignado como colaborador con la persona asignada que vivía a media cuadra del templo dedicado a san Martín de Porres, y era la señora Ogarita, una fina y distinguida persona esposa de don Gustavo Ugarte que trabajaba en la refinería. Los otros tres templos eran desde luego, el del Sagrado Corazón aun no terminado del todo, pero en completa actividad en el corazón de la refinería, tan importante como el de san Antonio que era realmente el templo parroquial, con la notaría al lado del templo como parte de la construcción adyacente en la planta alta y baja con la casa parroquial y el cuarto de una pequeña imprenta. Finalmente había el templo más antiguo que era el de san Gonzalo al lado de la vía del ferrocarril, entre lo que fue la población de Salamanca inicialmente sin esta área como lugar en el cual se estableció la refinería. Este templo tenía un atrio que fungió como cementerio, y aun se veían una serie de tumbas que parecían las ruinas de lo que antes fueron. La liturgia y actividad religiosa no era tan intensa en san Gonzalo, como la de los otros templos de la parroquia, al menos en el tiempo que yo estuve trabajando con el padre Campusano. Entiendo que tal vez por disposición de el mismo, en esa área del cementerio actualmente está la tumba en la que yacen los despojos venerables del padre Campusano, de lo cual me entere por una visita que hice al padre Paco García a cargo de san Gonzalito, quien fue compañero de estudios del padre Rafael. El, siempre estuvo delicado de salud, a pesar de su singular fortaleza. Dado el caso de que compartíamos los alimentos a diario, yo me percate que con demasiada frecuencia tenía problema para pasar con normalidad los alimentos, y eventualmente tuvo que someterse a una traqueotomía, sin un alivio significativo. El estuvo hospitalizado en la ciudad de México, y sucedió que un día nos propusimos ir a visitarle. Yo conduje en mi carro a la pareja que era responsable del movimiento familiar cristiano, el matrimonio de Jorge y Margarita Amor, tal vez más ansiosos que yo de verle. Algo que nunca pudieron olvidar y con frecuencia me lo recordaban, aludiendo al caso e intercalando un tono de seriedad y broma, comentando que todo el camino se sintieron con los nervios de punta, porque les pregunte que si un carro que percibía en la distancia iba o venía. Esto me hace recordar algo similar, el de otro acontecimiento relacionado a este que me sucedió con René Muñoz que había filmado la película de san Martín de Porres. Cuando le invitamos con Ogarita, accedió en venir a colaborar y en ir al mercado donde se organizó una colecta para la construcción del templo a cargo de nosotros para su construcción y dedicado a este santo. Yo que tenía que regresar a las doce en punto que era la última llamada a la misa que iba a celebrar en el templo de san Antonio, logre llegar exactamente a tiempo. El debía estar desvelado y quizás durmió después de haberlo recogido en el hotel de la Soledad de Morelia, unos minutos antes de las once del día. Su pregunta a la llegada fue, oiga padre un burro que vi cruzar la carretera sí se atravesó o estaba soñando.
El padre Campusano tenía muy bien organizadas todas las actividades de la parroquia que eran de distinta índole y reflejaban su sentido de orden y su creatividad, inspirada en su celo apostólico y sus dotes singulares, sobre todo marcadas por el carisma de su personalidad. Yo giraba en torno a su programa de acción lo mejor que podía, tratando de no interferir con sus objetivos, sobre todo los más esenciales que llevaban su sello personal. El siempre estuvo a cargo de compartir la tarea de enseñar a los feligreses que atendían a la misa de la mañana en san Antonio y les daba unos puntos de meditación. Su liderato de ambos movimientos el del movimiento familiar cristiano y el del cursillo de cristiandad y sobre todo el tercero, para la juventud, que era el de la organización del grupo scout, era evidente y admirable en cuanto que se caracterizaba por un perfecto equilibrio de manera que sus líderes asumían un sentido de responsabilidad como si todo dependiese de ellos, y sin ignorar su dependencia bien consciente en conexión y armonía con el liderato del padre. El sentido espontaneo y natural de una constante comunicación parecía ser su secreto del éxito de estos movimientos, que parecían moverse y se movían en realidad como inspirados por él y fortalecidos por el entusiasmo de su inspiración y celo autentico de hacer el bien. Mi interés de aprender contaba con una escuela viva, que me sirvió para una labor que el destino o la providencia me, pusieron al frente de lo que tuve que hacer años más tarde en el apostolado hispano en la ciudad de Rochester Nueva York. Algo muy interesante del padre en su estilo más concreto de educar y hacer el bien, relacionado con su creatividad laboral, sucedía con sus programas laborales. Yo conocí dos de ellos, uno el de imprenta del cual era responsable un joven que en realidad bien muchacho, conocido con el nombre de Goyo. El se encargaba de la impresión de la hoja dominical y algunas otras impresiones que tenían lugar bajo la revisión del padre. Y el otro programa de las colmenas y la miel a cargo de mi gran amigo y siempre extraordinario amigo de don Rafael el famoso gato Ibáñez, que con esta experiencia se introdujo y se preparó para otros cometidos que le presentó la vida. Estos dos ejemplos atestiguan esa realidad, relacionada con su determinación de poner más que un grano de arena en el futuro de los muchachos, que cuando mostraban interés el siempre les brindaba la mejor ayuda.
Algo que nunca olvidare fue la emergencia que tuve sobre mi problema del dolor del vientre, que en este caso se diagnosticó como una verdadera emergencia. Una hora más tarde de no ser operado de inmediato por el doctor y cirujano de nuestra familia en el sanatorio Margarita de Querétaro, en cualquier momento, estaba por convertirse mi apendicitis en una terrible peritonitis de la que no me hubiese salvado. Fue el comentario del doctor Paulín al terminar mí operación. Mi padre había decidido que me atendiesen en Querétaro y lo prefirió a la Refinería en su hospital o mejor dicho, al hospital de la refinería que sugiriese el padre Rafael. Cuando desperté de la anestesia, vi primero que a nadie al padre Campusano acompañado por el gato Ibáñez, siendo una experiencia que recuerdo con gratitud y nunca olvidare. Como tampoco olvido que en el cuarto vecino al mío, había un recién nacido que lloró toda la noche, de manera que yo me escape del hospital y me fui a casa la mañana siguiente, ignorando la queja de que me había ido sin pagar. Claro que mi padre jamás me permitió robar. Por las dudas señalo que esto es una broma de la vida, aunque parecería verdad sospechosa.
Yo nunca fui tan querido como el padre Rafael ni pretendía serlo, aunque de vez en cuando me sentí distinguido de manera peculiar por algunas de mis amistades, como las del restaurante de la Toscana situado entre san Antonio y el Sagrado Corazón, que me distinguieron con un afecto extraordinario que databa de mi niñez, ya que la señora Elena me llamaba compadre porque nos hicimos compadres un martes de carnaval, siendo yo un escuincle y ella toda una deslumbrante señorita de mi pueblo natal. Se casó con el señor Tenorio y eran los dueños de su negocio y les iba muy bien. Yo me sentí alagado de ser invitado a celebrar la santa misa y dar la primera comunión a su hijita mayor. No tengo la más mínima queja de todos los feligreses que amaban de verdad al padre y a mí también me ofrecían su afecto y trato cordial. Otro amigo que conocí fue don Justino Arriaga, que conocía muy bien a mi padre y habían hecho negocios que muy pronto supe por experiencia también los haría conmigo. El tenía un carro Valiant precioso, con asientos de piel de cubo en rojo, de color blanco la carrocería y el toldo cubierto en color negro. Lucía elegantísimo y aunque ofendía la modestia de la que tal vez yo careciese, me gustó tanto que cerré el negocio saliendo de mi camioneta Dodge, que no me era tan necesaria como me fue en Hunainiqueo. El comentario de la hoja dominical hizo alusión a esto en sociales, comentando que el padre Esquivel mandó pintar las calles de Salamanca para desfilar con su carro Valiant Acapulco. El padre Campusano que de vez en cuando recibía a su hermano de visita, también tuvo la gentileza de recibir a mi hermano Carlos en más de una ocasión. Carlos gozaba de lo lindo el que yo le consintiese y con gusto complaciese los más de sus gustos. Desde luego que uno de sus favoritos era el de pedirme las llaves del carro Valiant, para darse una vueltecita que resultaría ser tremenda vuelta hasta el Jaral cerca de Cortazar, corriendo el carro en carreras que siempre ganaba poniéndole gas avión según muy tarde me informe, porque un mecánico me dijo al medirle la presión de que este carro está sobre corrido. El disfrutaba de manejar una moto marca Islo que yo tenía, y Patricia que era novia de Mario, mataba de celos al novio prefiriendo a Carlos, para divertirse solo como amigos paseando en la moto con él. Y no tuvo más remedio que aprovechar su mayor experiencia con ocasión de un baile en Petróleos. El propósito fue sin duda de evitar las preferencias de su novia en el baile, e invitó a Carlos a un trago en la barra, de manera que se convirtió al fin de cuentas en su primera borrachera de la que yo me entere, porque cuando llegó estuvo volviendo el estómago el resto de la noche. Es interesante el aspecto poético de sus aventuras de mi hermano, que se le declaró a Beatriz Amor, hija del ingeniero Amor y Margarita, recitándole un soneto que yo había escrito muchos años atrás y no sé como paró en sus manos. Mi contacto familiar con mis padres y hermanas en Apaseo era mucho más frecuente que en las parroquias anteriores. Mi madre que tenía gran sentido del humor en ciertas ocasiones me sorprendió con su criterio más rígido de lo que me imaginaba. En una ocasión en que vino a visitarme yo salí al atriecito del templo de san Antonio en playera, y doña Guille me hizo la farsa de chiflarme desde el balcón, sin saber ni imaginar que mi madre se percató de esto mismo que yo mismo ni notaba y que me dejó sorprendido por su reacción, al oírle haciendo un comentario de verdadero desagrado. Yo le dije que era algo del todo inocente y me dijo que no le veía ninguna gracia. Este atriecito de san Antonio se estaba convirtiendo en un lugar de conflicto para mi mamá, porque habiendo sido vista por alguna feligrés, yo le platique de esta persona que se vino a confesar y me hizo este comentario, que creo puedo compartir sin revelar el sigilo ya que sin decir el pecador digo el pecado que ni siquiera lo es aunque no a juicio de mi madre que si lo fue y muy grave. Se trata de que el penitente confesara que había visto a una señora que me diera un beso al saludarme y pensó esta señora debe ser la mamá del padrecito porque está tan trompudita como él. Increíble pero cierto, ella se sintió ofendidísima, más seriamente de lo que yo imaginaba.
En una de mis visitas a mi familia me recordé de mi experiencia de los amigos anónimos de la universidad de Berkeley que tenían un grupo en Apaseo. Parece ser que el doctor Cabrera apoyaba el proyecto y tal vez lo promovería porque conoció a su esposa que pertenecía a este grupo anteriormente, se enamoró y se caso con ella que se mudó a vivir en mi tierra apasense dese los Estados Unidos. Lo mismo que al doctor Cabrera aconteció con Nacho Estrella casado con Coleta, una americana de este grupo que también repitió la misma historia. Judy la esposa de Toño Oliveros primo mío era un caso parecido. Estaban buscando familias para que apoyasen el programa y yo motive a la mía de Apaseo, sobre todo, a Dolle mi hermana y a mi papá que una vez que aceptaron tuvieron a Jaky, una chica de los Ángeles que formó parte de la familia ese verano. En estas circunstancias le propuse al padre Campusano el proyecto para Salamanca considerando que desarrollaban una labor social y que la comunidad tradicional de la parroquia era pobre, en contraste con las familias petroleras, bien las de los ingenieros en el aspecto profesional o de los obreros con sus plantas que les garantizaban estabilidad laboral y económica. Pensé que un movimiento de conciencia social podría acarrear algún beneficio a la integración comunitaria. Como resultado aceptó que le entrevistase el padre capellán del grupo y llegaron a un acuerdo para que ese verano el proyecto se estableciera en la parroquia de san Antonio. El ingeniero Amor y su familia a instancias mías aceptaron a Joane Prola, una chica de origen hispano italiano de san Francisco a quien conocí en Apaseo y quien iba a pertenecer al grupo de Salamanca. Ellos estuvieron felices con ella y sin queja alguna viéndole como modelo en la familia, hasta que vinieron sus primeros compañeros que le invitaron a Acapulco a donde ella invitó a amigos mexicanos que estaban de vacaciones de la universidad, y a partir de entonces comprendieron que era necesario hacer algunos ajustes después de los días de sus sueños dorados. Yo me hice amigo de Tom que apenas había cumplido sus dieciocho años y lo invite a cabalgar en el rancho de don Justino, que tenía hospedada en su rancho a toda una familia que vino con el grupo de Salamanca. Tom corría por el monte con mucho entusiasmo y no controlando su cabalgadura, se metió entre unos matorrales bien altos y llenos de espinas, de manera que se bajó del caballo y en calzoncillos, bajo el sol estuvo observando lo espinado que estaba, tratando de sacarse las más que podía. Me parecía interesante la ansiedad de Tom por ponerse una borrachera con tequila, para celebrar sus dieciocho ya que no tenía prohibido el uso del alcohol. Yo, recordando que sin escrúpulos lo había abusado por primera y única vez a los ocho años. Contrastes de cultura y de personalidad tal vez... Un amigo suyo que no dejó en mi memoria su nombre si dejó la imagen real de la reacción de los muchachos americanos ante la guerra de Vietnam, cuando dijo que no tenía otra alternativa que la de morir en la guerra de muerte rápida, o decidir la muerte paulatina del matrimonio. Don Justino me hizo el comentario de que haciendo números, la inversión del proyecto pudiera ser más fructífera con otras alternativas. El hecho es que mi impresión personal fue que los muchachos tenían más juntas y reuniones que hechos reales, lo cual tal vez lo justificaba el de que su objetivo inmediato, no eran estos sino el de promover el liderato y el espíritu de comunidad, responsable del desarrollo del bien común en la sociedad para identificar sus problemas y bregar en resolverlos. Creo que ellos, se beneficiaban mucho más que la comunidad con esta experiencia. El hecho fue que el movimiento lo mismo que el proyecto que terminó su visita, concluyó totalmente, y ya no tuvo ninguna otra oportunidad.
Lo que para mí era una nueva experiencia ya era viva realidad cuando yo llegue a la parroquia, y esto era el modus vivendi familiar del padre con la presencia de la familia Velázquez, bajo el liderato de su matrona que era la famosa señora doña Guille, así llamada por afecto, apreciativo de doña Guillermina y con un tono de sana ironía, la señora Williams, cuyo título, no sé de dónde se originó. El padre Campusano era su adoración, sentimiento compartido por toda su familia sin excluir a su marido don Isauro y por supuesto a todos y cada uno de sus hijos e hijas incluyendo a Carmelita, que se recibió de Arquitecto y andaba explorando entre otras cosas trabajo por la Argentina. Tengo la impresión que no exagero si digo que el gobierno y actividad parroquial, se movía no solo entre san Antonio y sus templos, sino que también estaba de por medio la casa de la familia Velázquez. Y todo esto con un sello de sincero sentido apostólico romano de apoyo incondicional a la labor del padre, realmente extraordinaria. A mí me costó trabajo adaptarme a esta dinámica, que contrastaba radicalmente con la que viví en Hunaiqueo con el padre Juárez, con su familia y con el ambiente parroquial. Como el padre Campusano se ausentaba por temporadas más largas por su enfermedad, el padre Navarrete acostumbraba venir a ayudar desde el tiempo del padre Garduño en mi lugar entonces siendo vicario de san Antonio. Yo conocía muy bien a Kiko Nava, que así le llamábamos, y era nuestro portero de fut bol en mis inicios de futbolista, cuando llegue al seminario, yendo el tres años delante de mí en su llegada, pero compartiendo con nosotros más pequeños con toda naturalidad, dada la dificultad que sobrellevaba como si nada, a pesar de las consecuencias de una poliomielitis no superada desde su niñez. Yo le tenía en gran estima que era nada comparándose con la estima en que le tenía la familia Velázquez que suspiraba por su llegada. Francamente mi sentido de virilidad no era para adaptarme indefinidamente a los arrumacos, que tal vez estaba cansado de sobrellevar. Conociendo mi temperamento me di cuenta de que las cosas podían tener una confrontación que era más prudente evitar. No quiero acusar a nadie de ninguna mala intención en sus relaciones amistosas y familiares. La verdad es que no casaban conmigo, siguiendo el decir de mi padre de no hacer cosas buenas que parezcan malas ni viceversa. Como Patricia hija de doña Guille era la consentida del padre Campusano, la hermana menor que por cariño llamaban la Chulina había sido consentida del padre Garduño y en sus visitas, lo era del padre Navarrete. En medio de esta dinámica yo me sentía candidato ridículo de consentir y tal vez disputar ocultamente la primacía sentimental a la llegada del padre Navarrete y todas estas ridiculeces por ser aclaradas podrían acarrear efectos preferibles de evitar. Tal vez yo sentía ahogarme en un vaso de agua y aun así lo preferí evitar.
Considero que esto no sería para el bien de la parroquia, pero desde mi punto de vista era algo que yo veía como un mal menor como solución, con la necesidad de ponerlo en mejores manos. Hable en Morelia con el padre Castro que me recomendó que fuese más prudente y no consultara con el señor Sotelo encargado de los negocios de la mitra, que a mi parecer era a quien competía el asunto de ver por la parroquia ante la serie de problemas que según yo veía requerían mi ausencia temporal o definitiva tal vez inmediata. Yo persistí con la idea de que es mejor un grito a tiempo que cien después y hable con el señor Sotelo, exactamente presentado el asunto tal cual descrito y estuvo de acuerdo conmigo, en que me tomara unos días libre y el solucionaría la situación de la atención a la parroquia. Antes de terminar el año recibí mensaje de la sagrada mitra. Se me ordenaba presentarme al señor cura Luis Flores como vicario suyo asignado a la parroquia del Señor del Hospital de la ciudad de Salamanca a su responsabilidad.
Comentario sobre un viaje a Nueva Orleans
Me he olvidado si sucedió al final de mi estancia en san Antonio o al inicio de mudarme a Salamanca. Me refiero al viaje que hice con el padre Juan Posadas que también invitó al padre Manuel Pérez- Gil a Nueva Orleans y que iniciamos volando de Morelia a Matamoros. Allí saludamos al padre Sabás Magaña, recién consagrado Obispo de esa diócesis de Matamoros. Y aparte de él un compañero mío de estudios, Simón Ríos que trabajaba en esta diócesis, nos ofreció también su acogida hospitalaria y nos invitó a ciertas excursiones o incursiones del lado americano visitando Harlyngen y san Antonio. Un sacerdote americano amigo mío de cuyo apellido me olvide, el padre George quien era capellán militar, nos invitó a cenar en la base naval de san Antonio Texas siendo exclusiva para los militares, haciéndonos sentir realmente este ambiente tan exclusivo. Recuerdo que la visita del presidente Kennedy estaba programada para el siguiente día en san Antonio, después de su llegada a Dallas, lo cual no tuvo lugar por la tragedia de su terrible muerte. Esto aparentemente estuvo a punto de complicarnos nuestro regreso a Matamoros, si se cerrase la frontera lo cual no aconteció. Y al tiempo de emprender nuestro vuelo a nueva Orleans del aeropuerto de Brownsville, tampoco tuvimos ninguna dificultad. El plan del viaje era de visitar a la familia de Bob Redman y Anita Iturbide hermana de la señora Cristina Iturbide viuda de Bernal y vecina nuestra desde cuando yo era seminarista, que vivía bien cerca del seminario. En realidad no sé si el padre Pérez- Gil o más bien el padre Posadas fuese su director espiritual o simplemente su amigo. El día que llegamos al aeropuerto nos recibieron cordialmente y después de asignarnos nuestras habitaciones para descansar del viaje acordamos que nos llevarían a la iglesia a la que ellos acudían, donde celebraríamos la santa misa por la mañana. El sacerdote que era el colaborador del párroco a cargo de la rectoría parroquial, nos invitó a un tour que nos ofreció dar en un avión a su disposición en el aeropuerto, volando sobre el Mississippi y sus ramificaciones panorámicas en el delta del río hacia el mar. Quiero dejar bien claro lo sorprendente, el padre a quien me refiero era quien piloteaba este avión y lo hizo a la perfección, por supuesto que aceptamos su invitación y el tour fue una verdadera maravilla feliz .Yo comparaba mi afición de disponer de mi hermosa yegua, cabalgando por los campos y montañas de las aéreas donde trabajaba con el placer de este sacerdote coadjutor que disponía de su avioneta, y guardadas las proporciones, me sentía dichoso de lo mucho que modestamente con lo propio y le brindaba a mis amigos y familiares algo parecido dentro de mis posibilidades. Nos tocó compartir con esta bella familia la celebración del día de gracias. Me quede impresionado de la responsabilidad tomada tan en serio por el señor de la casa de partir y repartir el pavo y hacerlo con tanta destreza. No podía imaginar ni a mi padre ni a mí mismo, eventualmente en mi propia familia el poder hacer lo mismo, que para hacerlo se requiere la convicción cultural y el espíritu de la tradición para hacerlo tan bien. Los niños tuvieron muchos proyectos de tarea para hacer que andando el tiempo observe en mis propias hijas cuando atendieron a la escuela parroquial en Rochester Nueva York. El señor Redman a más de ser representante elegido no sé si al Congreso o al Senado también daba o había dado enseñanza en una cátedra en la universidad de Tubinga. Las señoras que fueron de compras al centro de la ciudad y a las aéreas de prestigio comercial, nos invitaron en caso de que gustásemos hacer alguna compra, y nos invitaron a compartir el típico lunch o almuerzo ligero en el área de las tiendas. La que más recuerdo es la de Maison Blanch. Me pareció extraño y a la vez particularmente peculiar lo del padre Pérez-Gil, que compró dos o tres perfumes para regalo, y que después observando los escaparates de bellísimas joyas, comentó que raramente se les compraban a las esposas, y más bien eran compradas para las amantes de los enamorados capaces de costearlas. No estoy seguro de su autoridad en este tópico que no pertenecía a la dirección espiritual, pero es posible que su sicología del ser humano le diera ciertas credenciales. Nuestro regreso a México fue en vuelo directo de Nueva Orleans a la ciudad de México, y como nuestra visita a la calle Bourbon me pareció un tanto superficial, eventualmente regrese con mi familia para disfrutar del gusto típico de la música, la cocina y el ambiente nocturno con su característica nostalgia, el sabor a Francia que es una gala de Nueva Orleans, esto ya cuando estaba radicado en Rochester Nueva York algunos años después.
Rapsodia diez. Parroquia de Salamanca cinco años de ministerio.
El señor cura Luis Flores tenía fama de ser una persona de inteligencia nada común. Tal vez esto fuese verdad pero a mí me impresionó más por su sincera franqueza y sentido humano de la realidad. Contaba con una serenidad que me atrevo a identificar como socarrona en el buen sentido de la palabra si lo tiene, y además me parecía verle capaz de conservar dicha serenidad a toda prueba. De pronto yo no tenía adonde hospedarme porque las casitas adjuntas a la parroquia en la esquina de Pípila cien que sería mi casa más tarde aun no estaban listas para ser ocupadas y serían respectivamente para el padre Alcántar y el padre Tapia, anteriores a mí. Había un cuarto tal vez disponible para mí en el centro de ancianos de una localidad llamada la Conferencia que atendían unas religiosas. El padre Téllez capellán de la hermosa parroquia barroca llamada antigua, que no vivía allí, sino en esos cuartos de la Conferencia, de los cuales tenía que decidir si uno de ellos fuese una posibilidad para mí si no lo ocupaba y entonces podría disponer de él y claro, seríamos verdaderos vecinos. De manera que fue allí que me instale, no recuerdo si de inmeiato o después de algún tiempo, porque el padre Antonio Tapia me había rentado un cuarto de su casa, lo cual pudo ser, pues recuerdo que viví allí una temporada y debió ser antes de ir a vivir a la Conferencia. La parroquia que atendía el señor cura Flores no tenía los programas de pastoral que caracterizaban a la de san Antonio, y el cuadro de trabajo que mire delante de mis responsabilidades ministeriales eran más bien orientadas al sistema de lo tradicional. La práctica de la santa misa, el santo rosario, la administración de los sacramentos y la organización de la catequesis. Una vez a la semana nos turnábamos el visitar los hospitales y llevar a los enfermos la sagrada comunión. Y fue interesante que el padre Eusebio Hernández en Huaniqueo, más concretamente en Mansa, estuviese continuando la labor que yo emprendí y que en Salamanca yo hiciese lo mismo, tratando de hacer lo mejor posible lo que él había tenido a su cargo. El señor cura Flores me asignó para los días sábados atender la catequesis del Molinito, un barrio que no teniendo capilla, esta era remplazada para la actividad catequética de los sábados por una localidad, la del gran patio de la casa de la señorita Estela, siendo ella y yo recíprocos colaboradores de este apostolado. Me encargaron como peculiar labor la instrucción religiosa, tenía la responsabilidad de todos los ranchos de la parroquia que eran decenas de contar. El padre Eusebio había organizado el programa de alfabetizar con el sistema de Lubbock que tome como responsabilidad reactivar. Algo que organizaba también el padre Eusebio a través del año era la peregrinación a pie al Tepeyac, que era propia de casi todas las parroquias de la Arquidiócesis y puso a mi cargo el señor cura la de la parroquia de Salamanca. Mi estrategia fue la de identificar los líderes anteriores y reavivar su interés por renovar su espíritu de colaboración apostólica, contando con mi determinación de una mutua colaboración, hacia los mismos objetivos de servicio, lo mejor posible, como ya lo habían hecho anteriormente con el sacerdote encargado. Básicamente todo estaba resultando muy bien, aunque naturalmente había una cantidad considerable de cosas por actualizar, reavivar y amplificar, y muchas veces adaptar a nuevas circunstancias. Sarita la encargada anterior de la alfabetización, definitivamente declinó envolverse en el proyecto, pero su colaboradora Lupe Aguirre que fuese según ella demasiado joven para el cargo, se convenció de mi punto de vista relacionado con su entusiasmo por el programa y su previa experiencia en el mismo, de manera que determinó trabajar en el proyecto con absoluta determinación, a pesar de que entendía más de alfabetización que de catequesis, las cuales actividades me negué a diversificar y se comprometió a colaborar en una como en la otra. Yo contaba con los jueves y los domingos de la semana para esta actividad sin presupuesto alguno. De manera que me deshice de mi Valiant Acapulco y me hice de un carro Volkswagen parecido al primero que me compró mi padre de recién ordenado. Tenía un amigo Lupe Ríos, arrendador de caballos que trabajaba con don Florencio, hombre rico famoso por sus bellos ejemplares. El, Lupe, tenía una camioneta pick up no nueva pero en buenas condiciones y con la intervención de Lupita la monjita de la familia y Dolle que manejaba la economía domestica y comercial de mi padre y algo que me quedaba en mi bolsillo, logre adquirir la dicha camioneta tan necesaria para catequesis y alfabetización. Logramos reunir un grupo de treinta a cuarenta entusiastas jóvenes interesadas en trabajar en el programa que requería no solo la enseñanza sino también la preparación sistemática para enseñar tanto la catequesis como la alfabetización. En cada rancho había una chica encargada del pequeño grupo que como equipo aprendía y enseñaba a la vez bajo la dirección de un liderato de mutua responsabilidad entre las catequistas visitantes y las locales. Esto con sus altas y sus bajas se mantuvo en operación por los cinco años de mi estadía en mi trabajo ministerial educativo de las rancherías. Durante el año también era necesario organizar kermeses y programas musicales para colectar fondos para la clausura de las actividades al final de cada año. Lupita Aguirre era la líder especializada en alfabetizar y yo en catequizar con especial interés en la preparación de los niños a su primera comunión. Alguna vez no puede estirar el tiempo para regresar a la misa de la tarde algún domingo y pase el bochorno de ver el templo inmenso completamente lleno, y en espera de mí, con la pena de que más de quince minutos en estas circunstancias es más que demasiado. Para las actividades de la peregrinación se salía a colectar tres meses antes del día de salida, curiosamente esto coincidía con que el Tamborcito que era todo un personaje y el líder en este aspecto de la peregrinación, contaba con un amigo que ordenaba ley seca a su hábito de tomar, para poder llegar a pie hasta los pies de la Virgen del Tepeyac. La gente dormía en más de una ocasión a la intemperie en jornadas diarias de treinta o cuarenta kilómetros y yo recuerdo que en alguna de las etapas me tocó dormir al lado del gallinero. Para quienes critican esta devoción se me ocurren dos ideas bien contundentes, una es que parte de nuestra identidad cultural de Europa, España y los pueblos indígenas pre coloniales, sobre todo México que se fundó como Tenochtitlán, tienen en las entrañas de su cultura el peregrinar. Y por otra parte soy testigo de que sin la orientación y el encause positivo de espiritualidad, el mismo fenómeno histórico, social y cultural tiende a degenerar en la embriaguez y la promiscuidad degenerando en el vicio del alcohol y la prostitución. Por otra parte, el peregrinar propicia el espíritu de desprendimiento y la visión peculiar de oriente y occidente de liberación budista y cristiana de la humanidad y de cada hombre, lo digo por experiencia, se tiene una oportunidad de ser actualizado en ello, con las características de la identidad mexicana que ama de verdad a la Virgen guadalupana.
Otra de mis actividades en el orden docente se proyectó a la colaboración de enseñanza en la escuela preparatoria de la que el ingeniero Contreras, sobrino del señor cura fue nombrado director. Me invitó a dar clases de latín y filosofía y yo acepte de buen grado. Pedrito el sobrino de la señora Reyes a quien yo llevaba la sagrada comunión, se graduó como arquitecto y tuvo oportunidad de ver a Carlos mi hermano en el área del Campestre celayense donde trabajaba en alguna construcción y me mandó saludos, recordando con gratitud como Carlos le sirvió de tutor en matemáticas en sus años de preparatoria por recomendación mía. Otro alumno que me preguntó si le recordaba como mi estudiante ya que era imposible le olvidase por la calamidad que era, fue Gustavo Ugarte el hijo de Ogarita que encontré en una cenaduría de Petróleos a donde fui a cenar con Cristy mi hermana y su familia. No lo podía reconocer por su apariencia tan distinta habiendo enfermado del corazón y habiendo estado al borde de la muerte, realmente recuperado pero con las huellas de esa temible experiencia.
Honrado por algo sorprendente me sentí sorprendido con algo que me sucedió relacionado con mis actividades docentes. Esto fue cuando atendiendo a misa vespertina en el Señor del Hospital en una de mis visitas que acostumbraba hacer viniendo de los Estados Unidos donde vivía, al salir del templo, una joven me interceptó para saludarme y hacerme saber que yo le di clases de filosofía. Y yo que pensaba que solamente sería recordado por mi ministerio propiamente sacerdotal, quede verdaderamente sorprendido. Incidentalmente tenía conmigo algunos ejemplares de mi último libro de sonetos cervantinos y se lo obsequie haciéndola sentir complacida de algo de lo que yo también me sentí complacido.
El tiempo en que viví en la Conferencia me facilitó varias cosas relacionadas con mi interés ministerial y personal, aparte de pernoctar allí. Las religiosas se hicieron cargo del aseo de mi ropa de lavandería y de prepararme los alimentos cada día, claro por una cantidad previamente convenida satisfactoria recíprocamente, para ellas y para mí. También se nos dio oportunidad de reunirnos con el grupo de catequistas para ciertas actividades relacionadas con el desarrollo del programa de nuestras actividades de catequesis y alfabetización. Mis relaciones con los ancianos más bien eran esporádicas, pero cuando por casualidad manifestaban algún interés por conversar me agradaba prestarles atención si no estaba muy urgido de tiempo. La persona que más recuerdo era una viejecita que usaba un bordón para caminar y en una ocasión que escuchábamos una música sin saber de de donde viniese, pero se distinguía con toda claridad la canción del cafetal, ella me detuvo pidiéndome que le viese bailar, porque esa había sido su canción favorita cuando fue joven y pudo disfrutar la vida.
El padre Téllez dejó de vivir en la Conferencia, arreglando su casa adyacente a la parroquia antigua. Y fue entonces que el padre Antonio Tapia con quien viví una temporada en la planta baja de la casa al lado del templo del Señor del Hospital, acordó conmigo y el señor Cura que yo me podía mudar allí, de La Conferencia y del sector que deseaba ocupar y anteriormente ocupamos el padre Téllez y yo. Fue así como finalmente logre disponer de un lugar conveniente para poner mi casa con el apoyo de mi familia como lo hicimos en mi primera parroquia de Cuerámaro al inicio de mi ministerio. El señor cura contaba con otros cuatro sacerdotes a su cargo para administrar la labor ministerial de la parroquia. Tres hermanos sacerdotes que eran el padre Edmundo, el mayor, Miguel y el menor de los Vargas al que llamábamos abuelito en el seminario y creo se llamaba José Luis y además, el padre Enrique Alcántar que sería mi vecino por algunos años y que vivía en la planta alta de la casa donde yo empezaría a vivir. También debo referirme a una capellanía muy antigua localizada en el barrio de Nativitas, estaba el padre Vázquez a cargo de ella quien por un tiempo vivió allí y ya era mayor de edad y como todos los nombrados, estaba bajo la supervisión eclesiástica del señor Cura Flores. Yo acostumbraba confesarme con él, no precisamente porque no me escuchase, pretendiendo yo que ignorase mis pecados.
La familia de mi compañero de seminario Félix de la Peña en Salamanca, se convirtió en mi mejor vecino. Su casa estaba a media cuadra de la mía en la avenida Revolución entre el Señor del Hospital y el templo de san Agustín, derroche del arte barroco con sus altares churriguerescos cargados de belleza más rica que el oro. Doña Estelita viuda del señor de la Peña era ya conocida desde nuestros años de seminario, como una bella persona, y toda su familia se vino a convertir en mi mejor amiga de entre todas las demás que tuve en Salamanca. Jaime el hermano menor vivía ahí y trabajaba para la Montrose y en el sindicato, pero no Félix que siempre vivió en México como estudiante de abogacía y después como prominente abogado. Olivia era la hermana mayor y Estela la menor y ya tenemos nombrada completa la familia. Mi padre me contó que unas tías hermanas del sacerdote tío de estas chicas y hermano de don Pancho que así era conocido su padre, habían sido sus maestras de primeras letras cuando vivían en Apaseo. A toda la familia le presente a mi madre y hermanas, y también compartieron cultivando la misma amistad lo mismo que conmigo. Cuando mi primo Enrique me invitó para la celebración de su boda en la población de Tecomán del estado de Colima mi madre y mi hermana mayor Dolle me acompañaron a la boda y le sugerí a Estelita que era bienvenida a compartir esta invitación, ya que mi madre venía con nosotros. Ella en su lugar prefirió mandar a Olivia ya que también venía mi hermana. De manera que tuve la oportunidad de disfrutar en mi Valiant Acapulco el primer viaje largo, que ya mi hermano tenía entrenado para las carreras. Nos vinimos por Guadalajara hasta Barra de Navidad y Melaque donde pernoctamos en dos cuartos distintos, las damas en su lugar y yo en el mío en un lindo hotel frente al mar, y la mañana siguiente salimos después del desayuno pasando por el área de Guallavitos, y llegamos hasta Tecomán pero no en carro sino en autobús, pues en el área del camino sinuoso ya al oscurecer, se le atravesó un becerro a Dolle que iba al volante y el carro ya no estuvo en condiciones de seguir rodando y se quedó en un taller que nos recomendó mi primo Enrique conocedor de medio mundo en toda el área y sus alrededores. La boda fue magnífica y nosotros lo pasamos muy bien disfrutando de los días restantes antes de volver recibiendo los atentos favores de mi prima Celia casada con el doctor Quevedo de las mejores familias de Colima. Ellos nos llevaron de regreso a casa en su propio carro, hasta la ciudad de la Piedad en Michoacán, ya mucho más cerca de Salamanca a donde tomamos uno de alquiler para remplazar los servicios de nuestro carro en el taller de Tecomán. Ya contaba con una buena razón para regresar a recogerlo tan pronto estuviera listo, lo cual hice, por supuesto ya cuando Enrique también lo estaba para recibirme en su regreso de bodas y de su luna de miel. Fue tan generoso que se hizo cargo de todos los gastos de la compostura. Era su manera esplendida de ser que mi esposa llama gamonal y él se preciaba de serlo, sobre todo conmigo que a más de primos éramos amigos de la infancia. Nos parecíamos muchísimo sobre todo por los aires de familia, porque mi fisonomía era mucho más de los Díaz que de los Esquivel lo mismo que la suya, original de los Díaz. Me hacía la farsa de que le encantaba dar a besar su mano a las chicas lindas que lo confundían conmigo en sus visitas a nuestro pueblo natal. Y cuando venía de vacaciones me ofrecía las llaves de su carro para que dispusiese de él a todo mi antojo en lo cual yo trate de ser moderado, prefiriendo planear mis vacaciones compartiendo con él y su familia. Le encantaba filosofar como se decía de Pícolo de la Mirándola, de omi re scibile, de todo lo discutible, sobre todo cuando compartía lo largo de la plática con lo largo de la bebida. Yo siempre procure y lo logre, mantener la sobriedad esperada. Imitaba a mi padre que como comerciante proyectaba su amistosa personalidad para el logro feliz y lucrativo de sus negocios. Siendo el mío el del reino de Dios en mi apostolado trataba a los fieles a mi responsabilidad con el trato mejor y una actitud de franca y espontanea simpatía que nos favorecía recíprocamente tanto a mí como a mis feligreses. Había un señor encargado de hacer arreglos para la misa en un rancho, que era conocido con el sobre nombre de “el pirul”. Yo estaba ya en la casa, en donde me atendían mis hermanas a la hora de comer. Era la costumbre no excederse en las provisiones de la cocina, viendo que se cocinara básicamente lo que se consumía. Yo le dije a la sirvienta que permitiera pasar al señor que tocó a la puerta preguntando por mí y le invite un taco y a que se sentara a la mesa donde comíamos mi hermana y yo atendidos por la sirvienta. Se ponía sobre la mesa un cesto con una servilleta que cubriese las tortillas para que permaneciesen calientes. Le dije a la sirvienta que le preparara un taco que le preparó y al ver que era de frijoles se me quedó viendo y me dijo, si viera padrecito que yo también se comer carnita…No tuve más que disculparme sabiendo que ya casi terminábamos de comer y consumimos el guisado, excepto tal vez el de la sirvienta que comía cuando terminaba de servirnos a la mesa. Creo que él me entendió esa parte de mi explicación, pero no el que las tortillas estuviesen cubiertas bajo la servilleta. Lo digo porque cuando termine la misa en su rancho y vino el almuerzo, me acercó el tazcal lleno de tortillas diciéndome, ándele padrecito tome todas las que guste, que yo no las escondo. El pirul era muy avispado y yo lo note desde que se sentó a la mesa en mi casa cuando escuchando como acostumbraba hacerlo, en esta ocasión tal vez una sinfonía, creo que era la quinta de Beethoven, cuando los sonidos eran más vivamente sonoros, tan peculiar en esta sinfonía, se le avispaba la mirada como a un animalito que se alerta sorprendido prevenido para lo que tal vez sucediere. A mi solían sucederme cosas realmente sorprendentes. Recuerdo aquella vez que perdí mis lentes y me olvide donde los deje, como en otras ocasiones que preguntando por ellos los llevaba puestos. Esta vez viniendo de los Prietos a caballo, iba a entregar un caballo al rancho de don Justino donde deje mi carro. El caballo era duro de obedecer la rienda y ya estaba tarde para llegar a tiempo a la parroquia ese domingo por la tarde. Resulta que le solté la rienda a toda carrera y el caballo desbocado tomó la ruta sobre la carretera que temiendo cruzara a tanta velocidad, preferí dejarme caer con la suerte que no sufrí ninguna lastimadura sobre el zacatal y la tierra nada endurecida. Yo di mis lentes por perdidos, pero alguien los trajo a la sacristía según me informaron más tarde y me los pusieron sobre el mismo altar. Toda la vida andaba de prisa y no tenía tiempo a veces suficiente para peinarme, gracias a Dios o desgraciadamente aun no estaba calvo. Lo digo porque Chuchita Flores que atendía la venta de no sé qué cosa de devociones junto al bautisterio, sabiendo que me veía de cerca, no me dijo nada antes de los bautismos. Yo le pregunte si me había visto y me dijo que sí. Al preguntarle porque no me advirtió recién bañado y de prisa ver que llevaba todo el pelo húmedo y enmarañado, me respondió comentando que el que es buen mozo comoquiera aparece. Esto no me dejó muy convencido de nada de lo que le preguntaba. Mi entusiasmo por el apostolado fue bendecido y siempre conté con las catequistas que necesitaba y se alegraban de la labor apostólica convencidas de que hacer algo por el bien de los demás en el nombre de Dios vale mucho más la pena que una vida de molicie o de placer, aburrida y llena de poltronería. La familia del ingeniero Aguirre y su señora esposa padres de Lupita la apoyaban con gran entusiasmo incondicionalmente y disfrutaban ver que ella invitaba a su hermana Moni y a la más pequeña que le seguía, todas ellas con el mismo entusiasmo que les contagiaba. Celebraron los días de orientación que llegaron a feliz término, dándoles el curso de alfabetización a las hermanas de la Peña y sus amigas las Páez en la casa misma de doña Estelita. Yo también me quede sorprendido de todas ellas sabiendo que no simpatizaban del todo. El señor cura no encontró difícil convencerme de no envolver en este apostolado a mis amistades de Petróleos, a pesar de que no creí que Campusano dijese nada en contra, no solo por su nobleza sino también porque el contaba con matrimonios de nuestra parroquia en su apostolado. Yo negocie chachareando tres distintas camionetas que al final de cuentas por experiencia concluí que la primera, la Ford era la más práctica y conveniente. Me dio pena renegociar, pero con sinceridad explique mis puntos de vista y mis equivocaciones a la vez del objetivo apostólico de mi trabajo que era mi único negocio y en nombre de mi apostolado fui escuchado. El mayor problema era que la camioneta de doble tracción era una traición por la sobra de pesadez que era falta de ligereza y abundante gasto de gasolina que no valía la pena sino todo lo contrario. A pesar de todo siempre estuve en acción y nunca me faltó para la gasolina a pesar de ir y volver por todos los ranchos trayendo, llevando y recogiendo catequistas y alfabetizadores. También aprendí a gustar las actividades de alegrar la vida de los ranchos con una especie de karaoke fuese con el acompañamiento de una banda que no faltaba en las diversas localidades, o más seguro con el toca discos y el amplificador, pero siempre eran acogidos y estimulados los cantantes a participar o a pedir sus canciones. Al fin de cuentas todo el pueblo sobre todo los niños, eran felices con el evento de la catequesis y el propósito de los adultos por aprender a leer y escribir.
Mi madre me visitaba raramente y las pocas veces que lo hizo estaba en ascuas por regresar con el pendiente de haber dejado solo a mi papá. Yo siempre conté, no solo con el apoyo sino con el ascendiente de mis padres que tenían en gran aprecio mi trabajo y la misión sacerdotal.
Más de una ocasión me vi en necesidad de invitar a mi mismo padre a reflexionar sobre pendientes que afectaban la armonía familiar, todos relacionados en una o en otra forma con el hecho de la madurez de quienes requerían una moderación urgente de su espíritu de autoridad tal vez inadecuadamente, fuera de la funcionalidad constructiva de la armonía de la familia. Yo no era ningún juez sino el instrumento de analizar esta realidad en la que sin duda yo mismo tenía mis propias debilidades. Desgraciadamente los desafíos de la vida tienen sorpresas imprevisibles o casi imposibles de resolver y que solo resuelve la misma experiencia con la posibilidad de rectificar, corregir y tal vez reconstruir nuestros errores en la vida. No lo digo solo por mi padre y por mí sino por toda la familia. La verdad es que casi éramos una familia en auge por lo que nos iba aconteciendo. Yo tuve la suerte para mi provecho y el de ellas, que bajo los consejos y dirección de mi madre casi todas sus hijas casaderas practicaron conmigo sus deberes hogareños rutinarios de economía familiar. De la casa en Salamanca salieron para el altar y el hogar recordando a Elena en Cuerámaro y siguiendo su modelo, primero Yola que se casó con Alfredo, luego Enriqueta con Ernesto y Cristina con Fernando, cada hermana Esquivel con cada hermano Oliveros. Yola de plano se enseñó a cocinar conmigo, no que yo le enseñase nada de cocina sino por comerme lo que cocinaba, sobre todo el platillo favorito de Alfredo que era carne molida, que se veía fea en un caldo muy sabroso que en conjunto contaba con la ventaja de que sabía muy bien se viera como se viera. Enriqueta y Cristina tenían excelente experiencia en la cocina y en la limpieza de la casa que con la ayuda de la sirvienta nunca dejaban nada por desear. Ernesto no logró terminar su receso vacacional de noviazgo y regresó antes de lo convenido con Enriqueta listo para el matrimonio que se celebró antes que el de Yolanda, aunque no así el pedimento, que siguiendo mi estrategia se solicitó anteriormente para que mi papá no tuviera oportunidad de comentar del largo tiempo, lo del noviazgo de Yola que siendo desde la niñez sobrepasaba el de todas mis hermanas. El único inconveniente de Enriqueta y mío que tuvo que resolver sin saberlo yo, fue el colaborar con su astucia genial y original cuando ella me pidió cierta cantidad de dinero por su cumpleaños cuya fecha yo ignoraba, alegando que lo quería como obsequio en dinero al contado cuyo plan tuvo gran éxito. De esa manera resolvió tranquilamente pagar la multa de un accidente en la camioneta que no sabía guiar y lo hizo sin mi autorización y sin que yo me enterase de nada. Cristi estaba contenta de invitar a Fernando a compartir con nosotros pues trabajaba como ingeniero petrolero en Petróleos de la refinería de Salamanca. No salía nada caro preparar una jarra extra de agua fresca que le encantaba y la consumía toda por sí solo. Como el estilo de Cristi era más sofisticado podía gastar lo de todo un mes en una semana y por ello sabía bien que nuestro estilo no podía ser tan sofisticado. Yo siempre tuve una preferencia especial por la güera mi hermana que se llamaba Lourdes, y precisamente por eso le hice saber que debía estar los fines de semana con la familia en Apaseo, no estoy seguro si su interés por Angelito el doctor Arredondo que tenía novia en Cortazar y aun así le atraía, tuviese que ver con ello deseando continuar conmigo esos días. En cualquier forma yo nunca quise que mis hermanas viesen como un compromiso conmigo el atenderme si interfería con sus planes con total libertad y oportunidad para decidir el destino de su vida. Por esta razón ninguna de mis hermanas participó en el programa de apostolado. Creo que la güerita alguna ocasión acompañada por Olí de la Peña visitó el rancho de la Ordeña, ni siquiera recuerdo con que motivo, pero me consta por una fotografía que recuerdo haber visto en algún álbum que no he vuelto a ver, por lo que sé que estuvo en esa ranchería pero no por razón de la catequesis. Yo tuve la impresión de que tal vez la güerita estuviese recelosa de mi amistad con la familia de las muchachas de la Peña, y más bien con Olí que con Estela, aunque a ella igual que a mí nos encantaba jugar a la canasta en su casa las más de las noches, aunque también raramente venían a jugar en nuestra casa. Como yo tenía una amistad muy especial con el gato Ibáñez a quien yo recomendé con el gerente general de Díaz Córdoba ex compañero de seminario Jesús Martín del Campo que le dio la oportunidad de trabajar con la compañía, resultando también un excelente empleado digno de la gerencia en Salamanca, tal vez en gran parte por eso, me obsequiaba una inmensa canasta navideña, y Carlos y yo con la güerita organizábamos una opulenta cena en casa con abundancia de buen vino y sus delicadeces como acompañantes, diversidad de quesos y demás. La costumbre de la familia Esquivel había sido reunirse para la cena de fin de año y mis hermanas compartían más bien este motivo de la cena navideña acompañándose con sus novios a donde preferían ir. Yo tenía muchos amigos en Salamanca y no podía atender a todas sus invitaciones, de manera que empecé a quedar mal con todas, compartiendo mejor en casa con mi hermano y mi hermana. Hubo dos ocasiones si mal no recuerdo en que tuvimos que viajar a México con la familia de la Peña, una fue por la graduación de Félix que terminó su carrera de abogado, y la otra fue por cuestión de salud porque doña Estelita no remediaba su problema con el que llevaba lidiando bastante tiempo con una pierna demasiado enferma por cuyo tratamiento ya le había acompañado a atender una cita a León. En estas circunstancias tuve oportunidad de tratar con Samuel Bernal que seguía la misma carrera de la abogacía, pero con todos los azares y conflictos por los que corrió su fama nada halagüeña de peripecias seriamente negativas. Yo lo lamentaba porque llegó a ser el mejor amigo que jamás volví a tener uno igual, entre mis compañeros. No se compara por ningún lado con alguien que es mundo aparte como amigo y me refiero a la amistad con mi incomparable maestro amigo el cardenal Posadas que fue el mejor de los amigos de mi vida que aun estoy echando de menos.
Hubo una convención a la que no logre atender a pesar de haber ido a Morelia con ese propósito, entiendo que tenía por tema el espíritu de un mundo mejor. Yo que recién llegaba al seminario me ofrecí a llevar en mi carrito Volkswagen recién estrenado a unas religiosas guadalupanas de la congregación en la que haría votos mi hermana Lupita o recién los había hecho y no recuerdo si ya se había ido a Miami a donde trabajó algún tiempo antes de mi estadía en los Estados Unidos. Ellas iban de regreso a su convento. Tome la carretera hacia el bosque en el área de los arcos de cantera de san Miguel y unas cuadras antes de llegar en una luz intermitente, esperaba la oportunidad de cruzar, creo que fue precisamente donde sufrió su trágico accidente el padre Juan Abascal de feliz memoria. Resulta que calcule bien y después de un largo rato de espera decidí hacerlo anteriormente a que pasara un autobús que se acercaba, sin contar con que una motocicleta en estampida rebasaría el autobús a toda velocidad sin poder ser vista la moto ni prevista por el hecho de que el autobús interfería su visibilidad. Ante el impacto que gracias a Dios lanzó moto y motociclista a gran distancia de la rodada de mi carro que solo tuvo una no escandalosa abolladura, y que yo estacione al lado inmediato de la carretera para cerciorarme del estado del atropellado que estaba no malparado, sino recostado con un tobillo roto sin más serias consecuencias. Cuando iniciaron los de la patrulla su interrogatorio yo les hice saber que yo era el chofer del carro que golpeó al chico en la motocicleta y me condujeron a la inspección de policía permitiéndome pasar la noche en el hospital vecino a la capellanía de la Inmaculada, atendida por el padre Sierra que fue mi maestro de seminario. Claro confiaron en mi palabra de que me presentaría la mañana siguiente a la inspección a primera hora, lo cual hice con toda puntualidad. En todo esto tuvieron que ver los sacerdotes que habían venido del seminario a verme a la inspección esa noche, entre ellos recuerdo al padre Flores paisano mío quien me hizo saber que el señor obispo Martínez Silva estaba dispuesto a cubrir la fianza para que yo saliera con libertad condicional hacia el juicio el día siguiente de la noche del accidente. Estuve detenido hasta las dos de la tarde que era la hora límite para no ser encarcelado, pero mi supuesto abogado no logró el intento sino hasta las cinco de la tarde que ya había sido encarcelado. Cuando llegue a la prisión me reconoció el policía a cargo de vigilar que yo siguiera correctamente los procedimientos requeridos. Era nada menos que Mercedes del rancho del Quinceo, que sabía que yo como el también era un buen jinete montador de toros y me dijo, pero padrecito que anda haciendo usted por aquí, me da mucha pena decirle, pero por favor se va a tener que quitar sus zapatos como parte de lo que se ordena hacer y yo estoy a cargo. Le explique que yo lo comprendía y luego que termine fui conducido a mi celda ante los reos dispersos en un patio hacia la entrada del edificio, que exclamaron al verme vestido con mi traje negro pero sin el alza cuello, baño a ese pachuco, y luego no llores cuñado. Una vez que me enseñaron mi celda no tuve tiempo de irme a cambiar de ropa porque estuve platicando con los reos de lo que me había pasado y les invite a rezar el ángelus a una imagen de la virgen de Guadalupe, colgada en una de las paredes, y les dije que yo visitaba las cárceles pero que esta vez era diferente porque yo era uno de ellos. Creo que se sintieron conmovidos y a su manera contentos de lo que les había dicho y de que estuviese con ellos. Porque unos cuantos minutos después escuche mi nombre en la voz de mando que era el grito de una orden, el reo Octavio Esquivel que se acerque a la reja. Oí comentarios de los reos diciendo, ya ve padrecito ya vienen por usted y nos quedamos solos. No puedo decir que me quede con ganas de quedarme para pasar la noche con ellos, pero era verdad su presentimiento y ya ni me acuerdo donde pase esa noche pero no en la cárcel. Supe que el licenciado Estrada Iturbide casado con la sobrina del padre Pérez- Gil cuyo nombre era Carmelita e hija de don Pancho, en cuya casa pernoctamos la noche anterior a nuestra partida de México para nuestro viaje a Mérida, este licenciado era el que hacía la defensa de mi víctima siendo que más bien yo fui la suya a pesar de su tobillo roto. El manejaba sin licencia por otro accidente anterior que ya había tenido, y era hijo de un gerente muy prominente y ponderado en el banco cuyo nombre o no supe o no lo recuerdo. El hecho es que esto facilitó mi libertad y el éxito que tuve en el empeño de recobrar mi carro sin ninguna multa y aun la misma fianza que todo mundo daba por perdida. Para esto me puse en contacto con el padre Margarito a quien fui a buscar hasta Puruándiro donde estaba y me lo traje a Morelia haciéndome favor de tratar mi caso con la esposa del gobernador Rivera que ordenó al secretario particular arreglar ambas cosas mencionadas anteriormente, lo de la entrega del carro y de la fianza. Experimente que las buenas relaciones tienen más poder que el dinero y que las mejores son con Él, el de allá arriba que tiene gente buena acá abajo.
En el área de Nativitas a algunas cuadras de la capilla que atendía el padre Vázquez había una escuela católica al cuidado de religiosas que atendían la niñez de los hogares de recursos económicos de menor cuantía, algunos demasiado pobres, que de los del alumnado de escuelas de mejor condición socio económica como la escuela Josefa Ortíz de Domínguez, regularmente atendida para servicios litúrgicos y sacramentales, sobre todo en torno a los viernes primeros de mes. Por esta razón me propuse por mi iniciativa particular prestar estos mismos servicios como se acostumbraba en dicha escuela mencionada. El padre Vázquez solía visitarles por su proximidad esporádicamente y yo me comprometí a hacerlo sistemáticamente los viernes primeros de mes. Fue allí donde conocí a la madre Amelia Loya que tal vez era la más joven y entusiasta, sobre todo en las actividades que requerían de su energía y jovialidad. Esto lo digo por la gracia con que enseñaba en sus ensayos de baile a las jovencitas cuando preparaban sus actividades de clausura. Yo le platique que estaba por editar mi primer libro que titule El Poema del Alba y el Umbral del Ocaso que ella me ayudó a copiar en maquinilla y ordenarlo adecuadamente para la imprenta. En estas pláticas me refirió también como ella tenía un carrito como yo, pero se lo vendieron para comprar un autobús de transporte de los niños a la escuela, no sé si en Salamanca o en otro lugar. Cuando estuve dando misiones en el rancho de los Lobos me insinuó que le gustaría visitar la misión y yo le invite satisfecho de que le impresionó el trabajo que hacía. Me refirió que tendría que hacer unas encuestas en barrios de la ciudad donde se sentía insegura y yo le ofrecí que arreglando mi calendario tal vez le acompañaría y así lo hice dejándole muy agradecida. El hecho es que habíamos hecho una bonita amistad. Yo siempre fui muy derecho en responder a sus consultas con la mayor honestidad. La mejor experiencia en esto fue cuando comentó que a veces se sentía ajena al grupo de religiosas y consideraba que tal vez debiera cambiar de congregación. Mi respuesta fue que reflexionara tomando en cuenta la recta intención y el espíritu apostólico de Cristo que prefirió escoger a los apóstoles que no eran los grandes filósofos de la historia sino humildes pescadores y le encantaba con más frecuencia servir a los pobres que compartir con los ricos y acomodados. En fin, que mi opinión sobre su trabajo apostólico de consagración al servicio de la iglesia de Dios estaba en lo que a Cristo más le agradaba y mejor le parecía si así lo decidía, lo cual venía a ser casi la clave para todo. A ella le gustaba mi punto de vista y creo que le sirvió.
De las chicas que me ayudaban en la catequesis de los ranchos las Aguirre y las de la Peña, olvidando las Páez que nunca decidieron colaborar, se identificaban bajo el punto de vista socio familiar como de clase media alta, lo cual a mí no me importaba pero tampoco podía ignorar, tratando de que siempre existiese la armonía y buena actitud y el espíritu de apostolado en el grupo que formaban con las catequistas de condición social de menor jerarquía dentro de lo convencional del criterio humano más o menos mundano. Las antipatías o la celotipia que surgieron siempre fueron cosa resuelta favorablemente por el bien de la paz y la concordia. Carmelita Hernández que había trabajado con el padre Alcántar como catequista anteriormente solicitó trabajar en el grupo que dirigía, con el inconveniente de que no tomó el curso para enseñar alfabetización. Para que tuviese oportunidad de catequizar logró hacer su labor los días jueves que tenía lugar la catequesis en el área de las rancherías de los Prietos donde las catequistas locales podían mantener vivo el trabajo de alfabetizar. Irma Leticia su hermana a quien conocí desde su adolescencia en la escuela donde la hermana Loya impartía clases también quiso colaborar con su hermana Carmelita en la catequesis y ambas hacían una excelente labor. Sus padres eran excelentes cristianos, fervorosos y envueltos en la acción católica de la Parroquia. Eran originarios de Aguascalientes y emigraron a Salamanca tal vez por los recursos laborales de refinería. Tuve dos sirvientas de las cuales tuve también la satisfacción de verles trabajar los sábados en la catequesis del Molinito de donde eran vecinas, una de ellas era novia del presidente de la acción católica se llamaba Providencia y mi hermana Enriqueta le llamaba Provi y le tenía gran estima. La otra era Estela que se interesó en aprender a escribir a máquina y graduarse de secretaria, yo le obsequie mi máquina de escribir que casi no usaba. Como yo no soy precisamente un experto en cuestión de instalaciones de sonido y menesteres relacionados con este asunto, siempre identifique los chicos aficionados a las bandas de música de las localidades a quienes estimule para que colaborasen con las actividades relacionadas con las kermeses y nunca me faltó su asistencia que tanto necesitaba.
Mis hermanas que se casaron consecutivamente con sus novios hermanos, me dejaron como único recurso para atender la responsabilidad de mi casa a mi hermana Lourdes, la güerita que vino a ser la más jovencita de mis colaboradoras y la más celosa en velar por mi bienestar y compartir mis actividades artísticas, recreativas y culturales. Alguna vez en Guadalajara disfrutamos desde luego el gusto del folklore musical del mariachi en san Pedro Tlaquepaque, con la corrida de toros por la tarde y el teatro Degollado por la noche con el recital de poemas dramatizados de García Lorca y el baile del flamenco con la voz siguiendo la guitarra del cante jondo. En nuestra visita a México acudimos a una excelente representación de Hamlet en el castillo de Chapultepec y visitamos a la familia Lozano que tenían una linda mansión en el olivar de los padres rumbo al desierto de los leones, a quienes no había visitado desde la época de soltería de mi hermana Elena que me parece fue quien me acompañó cuando fui invitado a la celebración del matrimonio de Miguel Lozano. No estoy seguro si vino también conmigo a México cuando con motivo de la olimpiada el teatro de bellas artes representó obras clásicas de tragedia griega en el idioma original que aunque estudie dos años era más lo que imaginaba que lo que realmente entendía, aunque su sonoridad si fue interpretada como que armonizaba con la fuerza de la tragedia en acción. La dedicación de la güerita en casa desde todos los puntos de vista no dejo nada por desear, sobre todo nuestros retos con o sin las amistades de la familia de la Peña. Ella era una apasionada de la canasta uruguaya.
La experiencia más patética familiar que experimentamos anteriormente a esta agradable experiencia en compañía de mi hermana Lourdes, aconteció unos meses anteriores cuando mi hermana Cristi me atendía y aun no contraía matrimonio. Enriqueta mi hermana casada con Ernesto habían logrado llenar los anhelos de mi madre de verles tan felices, no solamente por lo bien integrados que se realizaban como esposos, sino también por la dicha de verles como padres orgullosos y felices de su primer hijo de diez y ocho meses y su futura nietecita en el vientre materno por seis meses y tres por nacer. Como contraste a tanta dicha una feliz noche que se convirtió en tremendamente trágica fue la que aconteció después de haber compartido como acostumbraban una alegre visita fraternal en casa de Yola y Alfredo que vivían en Celaya, que se despidieron sin la más lejana idea de la terrible desgracia que estaba por acontecer a unos cuantos kilómetros después de pasar el puente de tres guerras sobre el río Lerma. Era bien conocida esa curva, pero no pudieron eludir el carro que por inexplicable razón se les echó encima sacándoles del pavimento y haciendo que el carro en que iban Ernesto, Enriqueta con su nenita dentro del vientre y el pequeño Ernesto sufrieran las horribles consecuencias del accidente. Ernesto que iba manejando sobrevivió dos o tres días en emergencia con los órganos internos incapaces de funcionar y murió de un paro respiratorio, yo le visite en dos oportunidades en el hospital. El pequeño Ernesto con sus piernitas atadas en alto sanó en dos semanas de las costillas fracturadas completamente recuperado. Y la pobre hermana mía Enriqueta con las piernas deshechas tardaría casi un año con la esperanza en reaprender a caminar compitiendo con su hijito que dio sus primeros y demás pasos antes que su mamá. Todo el embarazo y el alumbramiento, no había logrado levantarse de la cama. El doctor Alcocer especialista en reconstrucción ósea temía que sucediera el riesgo que existía y se convirtiera en un caso de esquizofrenia el que no se le informase a Enriqueta sobre la muerte de su esposo Ernesto lo cual ella ignoraba. Mi plan fue hacerlo siguiendo un proceso gradual que resultara como un mal menor el hecho de su muerte. Le informe de inmediato que sería intervenido en sus pulmones por problemas respiratorios muy serios. El día siguiente le dije que pusiera todo de su parte por sanar porque su esposo estaba impedido de trabajar de por vida y la tiste realidad era que ella tenía que recuperarse para hacer lo mejor que pudiese por su familia. Ella exclamó, ay Dios mío, preferiría que nuestro Señor lo recogiera. Al día siguiente me arreglaron a Ernestito y cuando la fui a visitar le dije que gracias a Dios su niño ya estaba muy bien y que su padre como se lo pidió a Dios ya había pasado a mejor vida. Claro que la pena fue tremenda, pero con terapia de la realidad y la oración de todos se le hizo más llevadera. Cristi y yo estuvimos a cargo de Ernestito, de manera que el ambiente de nuestro hogar en Salamanca contaba con todos los elementos y el sabor propio de una verdadera familia, para el bien del niño que había perdido la presencia de su padre de por vida y de la atención de su madre por una temporada larga como lo requería su recuperación fundamental de la mamá.
En esta época que vino a ser la del santo padre el papa Juan Veintitrés en la iglesia católica y en la aspiración de un mundo mejor al día, el papa del adyurnamiento de la iglesia propuso algo a lo que yo no me sentí indiferente, a la posibilidad de procesar mi dispensa del celibato con el propósito tal vez de formar un hogar o de proyectarme en otras posibilidades. Y aunque contemple esta idea solamente como una futura posibilidad, volvió a la carga en mi mente la idea de sentirme libre de elegir mis alternativas en la vida cotejando mis experiencias reales como satisfactorias de autentica realización de lo que realmente pretendía personalmente. Me sentía como producto de una ecuación cuyos factores fuesen los materiales que absorbí en mi persona por la educación programada por el gobierno del partido institucional laico de la revolución y la iglesia católica. Empecé a sentir la aspiración intelectual y la inquietud por integrarme a una educación realmente universal de la cultura de la historia del saber de la humanidad con criterio cuya amplitud abarcara otros puntos de vista de la visión y de la realización del ser humano cotejado con el fenómeno de la revelación y el Cristianismo y de Cristo mismo. Tenía en mente la posibilidad de lograr un doctorado en filosofía dentro y tal vez mejor fuera de mi patria y lo más probable en los Estados Unidos por su determinación sobre el valor de la libertad. Vi que en mi patria contaba con mil dificultades por la educación laica que anulaba el valor objetivo de mi educación al margen de la obligación de estar estrictamente en regla con la incorporación formulada por estatutos dictaminados por el sistema educativo. Y fue así que me propuse investigar hasta diseñar un plan que me abriera las puertas a la universidad de Fordham en Brooklyn de la ciudad de Nueva York donde vivía un tío mío hermano de mi abuelo don Emilio Prieto Díaz. Era mi tío Ricardo que fue tan admirado por mi madre.
Con todas estas cosas en mente me llegó una circular de la mitra ofreciéndome una vicaría en Tacícuaro, una población vecina a la ciudad de Morelia cercana a la parroquia de Capula.
En vista de que el texto de la circular tenía una frase que se refería a si estaba interesado en la proposición del nombramiento pregunte si era real o convencional la propuesta. De manera que con esta coyuntura logre permanecer en Salamanca hasta que tuve la oportunidad de presentar mi plan de estudios al nuevo arzobispo don Manuel Martín del Campo. Un compañero mío Rubén Calderón vino a ser quien ocupó mi lugar haciéndose cargo de la vicaría.
La clave de mi plan vino de la madre Dolores Ochoa que me informó que en Rochester Nueva York las hermanas misioneras cuya superiora allí era la madre Eugenia necesitaban como san Antonio una vela un sacerdote que les ayudara a su misión sirviendo en categoría de capellán para ellas y que colaborase en una parroquia en que atendían feligreses hispanos celebrando la santa misa dos días de la semana domingos y miércoles y finalmente prestase su colaboración con los cursillistas dando alguna charla de motivación y orientación en su apostolado una vez por semana. Yo me ofrecí a ser ese sacerdote en el entendimiento de que me hospedaría en la casa parroquial donde tomaría mis alimentos y me sería permitido todo el tiempo libre posible para prepararme en lo que requería mi necesidad de aprender ingles y tomar algunos cursos en la universidad orientados a incorporarme a Fordham University eventualmente. La idea de solicitar apoyo de la Unesco para conseguir una beca posible para la universidad de Fordham me la sugirió el embajador Jesús Cabrera. Y mi tío Ricardo que vivía en Queens de Nueva York me informó que allí podía lograr aprovechar excelentes oportunidades para estudiar un doctorado en filosofía. Con la idea de tener como salvaguarda de la influencia del ambiente americano y sus costumbres en un mundo peligroso para mis valores morales de clérigo, pensé que era más conveniente que estuviera a la sombra de la vida parroquial, esto me facilitó la aceptación del arzobispo para darme la licencia solicitada.
Trate de organizar mi economía y explorando con mi padre en una charla le comentaba que mi formación sacerdotal desde el punto de vista financiero fue una ganga comparándola con la de Carlos, que tal vez pudiese si quisiese apoyarme hasta donde le fuere posible en mi plan de estudios que proyectaba. Resulta que salí tras corneado apaleado, porque no solo no quiso obsequiar a Carlos mi hermano mi carro Borwrd casi nuevecito que tanto le gustaba a Carlos, sino que le dio el Chebrolet Malibu que el usaba. Yo le vendí mi carro a un dentista en muy buen precio que le entregaría ya cuando llegara la fecha de mi viaje a los Estados Unidos que estaba bien próxima, para el mes de octubre del mil novecientos setenta y estábamos a fines de agosto. Debiendo ir con los peregrinos en peregrinación a México al Tepeyac, deje el carro en el patio de la casa, desgraciadamente cuando regrese a recogerlo estaba hecho pedazos porque mi papá se los prestó a la Güerita y a Martita mi hermana que gracias a Dios salieron ilesas del accidente, no como mi carro. Mi madre me prohibió terminantemente que discutiera con mi padre lo del incidente previendo que nos enredásemos en serios problemas, yo se lo prometí y nunca le dije ni media palabra ni el tampoco, ni mucho menos vi ni medio céntimo de consolación. En realidad yo le debía muchos más favores aparte del de la vida.
Todos mis pequeños bienes quedaron a cargo de mi hermano, creo que del carro lo único de valer era el motor y los muebles de casa y la televisión que vendí a mis amistades él lo colectó así como mi libro recién terminado de editar que no tuve tiempo de pasar a recoger. Todo eso que no era como la fortuna que solicitase de mi padre Carlos, fue la mía la que quedó en sus manos. Lo de la fortuna es una alusión a sus sueños de emprender que aun no habían establecido ningún record sino el de su proyección visionaria de los negocios. De esto estaba bien convencido. Aunque me sugirió que hablásemos con mi papá para que le confiase su capital con este propósito de acrecentarlo, creo que lo convencí que eso no iba a trabajar con el dilema que le propuse. Si fuese verdad le dije, que lo que piensas es verdad, no creo que mi padre esté en disposición de evidenciar el hecho de que tú has hecho tan prontamente lo que él no lograse en toda su vida. Y si no lo cree, ya ni hablar, no necesita ninguna explicación.
Me despedí de mi familia de Apaseo y estuve en México, en la casa de los tíos David y Gloria esperando tener todos los documentos en regla con mi pasaje a Rochester para el veintiuno de octubre día en que me esperaban las religiosas para recibirme en el aeropuerto de Rochester. Francamente no se qué inconveniente aconteció, pero no me fue posible volar sino hasta el día siguiente veintidós de octubre, con la buena fe de que mi tía me daría la mano como se ofreció llamando por teléfono a las religiosas que no estaban informadas y yo no había logrado contactar. Esto me daría ocasión a hacer de mi llegada a Rochester el inicio de una verdadera aventura.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-80543324754417070192012-06-29T09:34:00.001-07:002012-06-29T09:34:17.668-07:00Tesoro de Cristo Paternidad y Amor divinoTesoro de Cristo Paternidad y amor divino
En el contexto de la historia de la humanidad contamos con la existencia de Cristo que se presenta en el mundo como Palabra viva de Dios. Y en medio de todas las culturas de la historia se identifica con el testimonio de las escrituras sagradas del pueblo de Israel, que ratifica ser palabra escrita que hay que escudriñar con profundidad para conocerle mejor y comprender el mensaje viviente de su palabra viva. Más de dos mil años después de Cristo para quienes creemos en el, esta realidad de su palabra escrita ha persistido como testimonio fidedigno no solamente reconociendo como escrituras sagradas las del pueblo de Israel como antiguo testamento, sino también todos los libros del nuevo testamento que aluden a la vida de Cristo, desde luego a la buena nueva de su evangelio y a la historia de la iglesia naciente. Esto a partir de la experiencia de Pentecostés, consciente como comunidad cristiana de ser familia viva de los hijos de Dios en unión al cuerpo místico de Cristo. De manera que en relación con esta fuente viva de la sabiduría humana y divina, que conocemos actualmente como la sagrada biblia, nos encontramos estar sustentada integrando tres factores esencialmente característicos en su autenticidad. Desde luego la intervención reveladora de Dios que determina comunicarse con el hombre en forma extraordinaria a las fuerzas naturales en el contexto de un propósito suyo. Y a partir de esta realidad hacer posible reflejar su autoría escrita bajo el influjo de su inspiración, intercalando el objetivo de su revelación y contando con la realidad contrastante de las limitaciones propias de la imperfección humana. El elemento más característico en este particular es el de la tradición legítima como garantía de autoridad relacionada con la autenticidad del mensaje divino al ser humano por un medio que es humano y divino. Finalmente el apoyo laborioso y bien fundado de la sana hermenéutica como recurso de interpretación adecuada. Cristo como hombre identificó la objetividad axiológica de los valores humanos que aprecia en su criterio el ser humano como un tesoro digno de singular aprecio. Y basado en esta observación nos hizo saber que para el hombre donde está su tesoro allí está también su corazón. Orientando este postulado a su mensaje del reino de Dios nos enseñó que debemos atesorar tesoros imperecederos que Dios atesora donde ni el orín ni la polilla les corroen ni ladrón alguno será capaz de despojarnos de ellos. Y si nosotros los creyentes nos familiarizamos con los motivos que expresa Cristo para actuar y hacer todo el bien que pasó haciendo a través de su vida, nos percatamos de que su valor primordial y de mayor aprecio, verdadero tesoro de su corazón y su persona, fue su relación filial hacia su Padre de quien intuyendo con absoluta certeza su voluntad divina, correspondió a la perfección con sumisión plena el complacer perfectamente hacer su voluntad sabiendo a su vez que él como hijo era objeto de su eterna complacencia.
El objetivo primordial del pueblo escogido fue el de preservar la fe en el monoteísmo y la relación con el Dios vivo de la Creación y de los salmos, cuya perspectiva culmina con el advenimiento del Mesías. Y la persistencia y fidelidad del Dios de Israel se sobrepuso a la infidelidad, el olvido y la ignorancia de un pueblo que no supo que el Mesías prometido había nacido en Belén de Judá bajo la hegemonía del imperio romano y que unos reyes del Oriente le buscaban para adorarlo. Previamente la virgen María y su esposo José, descendientes del vástago de Jesse y de la familia del rey David, habían sido testigos de los misterios de la Anunciación y de la Encarnación de Cristo por obra del mismo Espíritu de Dios convirtiendo a una virgen en madre al ser cubierta por la sombra acogedora y generadora de su acción divina en la naturaleza humana y en la persona de Cristo, nacido en la eternidad de su Padre y en el tiempo orientado a nacer de la Virgen María. Después de las vicisitudes de la vida infantil de Cristo y su familia que le vieron nacer en un pesebre y que tuvieron que huir a Egipto eludiendo los intentos homicidas de Herodes, a su regreso se establecieron en el pueblito de Nazaret en la región de Galilea. Y el Verbo de Dios que había venido a los suyos y los suyos no le recibieron se presenta a visitar el templo de Jerusalén siendo un adolescente que perdido y hallado en el templo por sus padres define explícitamente su conciencia mesiánica, explicando a sus padres que comprendan que su misión y su deber es dedicarse al servicio en la casa de su Padre. Este pasaje es inmensamente significativo en relación con la conciencia y el testimonio de Cristo cuyo tesoro es la paternidad y el amor divino. Y esta misma realidad la hará patente al inicio de su vida pública, el estruendo de la voz de su Padre que al igual que en el misterio de la Transfiguración al ser Cristo bautizado en el Jordán por el Bautista, reitera que Cristo es su hijo amado en quien tiene todas sus complacencias y a quien debemos escuchar. Y el mismo Cristo persiste en reafirmar este testimonio de su filiación divina preguntando a sus apóstoles quien dicen ellos que es El, y comentando la respuesta de Simón Pedro que le dice ser el Hijo de Dios vivo, Cristo comenta que esto no lo ha expresado sino por revelación de su Padre que está en los cielos. El Evangelio de san Juan, visionario de Cristo y discípulo amado, alude a Cristo como el Verbo de Dios hecho carne de cuya plenitud todos recibimos. Y desde el mismo inicio nos hace saber que en el principio era el Verbo y el Verbo ya era Dios y estaba en Dios, que en él estaba la luz que es la vida de los hombres y que por él fueron hechas todas las cosas. La relación más explícita de Cristo con su Padre, acontece como testimonio de Cristo aludiendo a la institución eucarística diciendo que diferente al mana del desierto, el mismo es el pan del cielo y que como su Padre le dio vida él en su oración sacerdotal expresa que nos da su carne y sangre como alimento de vida eterna. Al fin de cuentas en su oración sacerdotal de la pascua ora porque la unión que existe entre él y su Padre por los vínculos de amor sea una misma, al unir en ellos a quienes su Padre le ha entregado para hacerlos suyos a la manera que se pertenecen mutuamente por amor.
Cristo no solamente se refirió a él como hijo de Dios sino también como el hijo del hombre. La maravilla de su preexistencia eterna es más maravillosa por venir a ser como uno de tantos entre los hombres y decidir convertirse en un reo de nuestros pecados e inmolarse al Padre como víctima de propiciación y redención. Al ver al que traspasaron brotó de su costado sangre y agua, derramada por nuestra salvación. No fuimos comparados con oro ni plata sino con esa sangre redentora de Cristo, el tesoro de su corazón.
Tratándose del amor divino de Cristo se trata de un mandamiento nuevo cuya alabanza es superior a la lengua angelical y con la generosidad sin par, la de amar a nuestros mismos enemigos, de lo cual él, Cristo da testimonio fehaciente hasta morir en la cruz perdonando, implorando perdón para quienes le martirizaban y en medio de su queja de abandono total con magnanimidad ofreciendo el Paraíso. El amor de Cristo trasciende no solo todo egoísmo sino el amor carnal que termina con la muerte, un amor que es amor cristiano de caridad y amistad divina que nos introduce a la vida íntima de Dios. Este amor hizo que la sangre de los mártires se convirtiese en semilla de fe que convirtió todo un imperio al cristianismo. Es el cumplimiento de lo que dijo Cristo de que cuando fuese levantado en alto todo lo atraería hacia él.
Si era una realidad que la cultura greco romana y el helenismo habían creado una mitología cuya fantasía fascinante creó un Olimpo y humanizó dioses y divinidades, singularmente estableciendo a Zeus o Júpiter como padre de los dioses y a Afrodita y Eros o Venus y Cupido como dioses del amor, el cristianismo remplazaría incomparablemente esta cultura con la cultura del mensaje y el testimonio vivo de Cristo, luz del mundo, paz de la tierra mensajero de justicia y de amor. Y si el amor erótico tal vez humanizaba los instintos de la propia conservación y de la especie humana, el amor de amistad y benevolencia, de justicia y fraternidad universal de Cristo lo trasciende incomparablemente con el triunfo de Cristo que ha vencido el mundo, el pecado y la muerte con su amor eterno su propia resurrección y eventualmente la de toda la Creación.
Trípticos a la riqueza de Dios
Si mis caminos no son vuestros caminos
Tampoco mi riqueza
El problema de Cristo
En su plenitud de florecer no ver lo que quiere ver: justicia, paz y amor universal
Que en las vicisitudes del tiempo fructifican hacia la plenitud de la eternidad
Si ha propuesto ganar la vida eterna
Ganancia superior al mundo entero
Espíritu de Dios, que lo discierna,
Oyendo a Cristo su justicia quiero.
A justicia social corta las piernas
Dinero absurdo, con poder y pero,
Soberbia y avaricia son mancuerna
De injusticia y malicia en desespero.
Justicia quiere amor cual le interesa,
La miseria del mundo en su riqueza
Hace al rico epulón ser inhumano.
Cristo enseña a vivir en la pobreza
Prefiriendo ser buen samaritano,
Vence el mal con el bien, siempre en su mano.
Es rico epulón,
La injusticia del mundo
El Anticristo.
Violenti rapiunt
Con audacia inaudita
El reino d los cielos se captura
Es éxito de Cristo eterna suerte
Dios con nosotros, llamándose Emanuel
Se muere para resucitar en El,
No es fracaso el triunfo de su muerte.
Heredero de Dios El quiere verte,
Shalom, salud de paz a todo aquel
Elegido a la tierra de Israel,
Hace tuyo lo suyo al conocerte.
Siendo fiel a la tierra prometida
Para todo el que logra su destino,
La riqueza de Dios es don divino.
Su eterna plenitud que te ilumina
Te mira en Cristo y en su luz divina
No permite que pierdas el camino.
Arrebatando
El reino de los cielos,
Violenti rapiunt.
La vida en calma
El don de la paz de Cristo es el don supremo del Consolador
Fruto de la redención y la resurrección
Su eterno corazón nadie lo engaña
Y a Dios le pertenece el alma humana
Por amor que es su fuerza soberana,
Cosa alguna, jamás le desengaña.
No le parece a Cristo cosa extraña
Dejarse herir el corazón que emana
La pureza de Dios que el alma sana,
Divina claridad que nada empaña.
Fiel sirve a la verdad la luz del alma
La eternidad amando con esmero,
De nada sirve al hombre el mundo entero.
La paz del corazón es lo primero
Sirviendo a los demás amor sincero,
Siendo amigo de Dios, tu vida en calma.
Les doy la paz
Que inunda de consuelo
Y es don del cielo.
El día del Padre
Fuente de amor y manantial de vida eternal
La paternidad de Dios
Convierte en Padre a Dios Creador
La realidad de Cristo en la Creación.
Hace el reino de Dios
Ser la familia de los hijos de Dios
Cristo esclarece esta eterna verdad
De la intimidad de su Padre y de su inmenso mutuo amor.
La vida de Dios
Nos hace participes de la paternidad divina
A todos los padres de la tierra.
“Tríptico a la paternidad de Dios”
Padre y Maestro
Uno solo es vuestro Padre Dios
Y uno solo vuestro Maestro Cristo
Cristo es luz que deslumbra al enemigo
Y Palabra de Dios en que creemos,
Es vida de su Padre a quien queremos,
Maestro de verdad, es nuestro amigo.
El vientre de la tierra es nuestro ombligo
Somos tiempo y espacio, así nacemos,
Crecemos preguntando y aprendemos,
Nuestras madres nos sirven de testigo.
Soy la luz de su rostro y de su mente,
El día que no se apaga, eterna Voz,
Dios Padre en mí, Maestro únicamente.
Quien me mira ve al Padre ciertamente
Soy el encanto de la luz de Dios,
De todo soy verdad, eternamente.
Únicamente
Dios Padre y Yo Maestro,
Eternamente.
Paternidad de Dios
Eternidad sobre el tiempo
La intimidad de Dios explícita y perfecta realidad plena
Por ser el Padre se declara en Guerra
Desafiando posibles e imposibles,
Dios que es Creador del cielo y de la tierra
Y del mundo visible e invisible.
El hijo de su amor muere y lo entierra,
Resucita a la gloria, fue posible
Que entregase la vida, lo increíble,
Misterio de verdad que Cristo encierra.
Es eterna verdad ser todo nuestro
Y enseñanza de Cristo que es maestro,
Amor total de Dios, es verdadero.
Mi Padre celestial sin duda es vuestro
Diciendo a quien elige, yo te quiero,
Porque ama el mundo y me entrega entero.
Creador y Padre
Así ama Dios al mundo,
Dando a su Hijo.
En la plenitud de Dios
En la plenitud de Cristo Dios todo hace eterno
La Creación los ángeles y el hombre
No en pedazos, unido el universo
Lo tiene Dios, no existe en el vacío
Viniendo caudaloso como un río
Con música en el alma de mi verso.
Dentro de mí lo siento y no lo quiebro
Su inmensidad penetra estando allí
Con el reino de Dios dentro de mí,
Mi corazón lo siente y lo celebro.
Transparente en la luz, la luz más pura
Eterno cada instante se sostiene
Con todo cuanto vaga y se detiene.
Universo y Creación en su figura
Todo es Cristo que en Dios se transfigura,
La plenitud de ser su ser la tiene.
Cristo es su voz
Y plenitud de Dios,
Eternamente.
“Tríptico al amor”
Trillizo de sensualidad erotismo del universo
Si me ordenas amor me desordeno
Erotismo del universo
El caos y la existencia desordenado amor
Desafío del orden de ser y renacer del hombre
Cual lava se desliza con presura
Razón sin la razón del corazón,
Sangre y carne, volcán en erupción
De amor en demasía que es locura.
Serena inmensidad que se apresura
En vientos de tormenta y de pasión,
Oleaje, formidable inundación
Y amor que el infinito transfigura.
Erótico el amor del universo
La humanidad persiste aunque se enferma,
El óvulo es la cumbre del esperma.
Palpita el erotismo de mi verso
Como encuentro vibrante de placer
Del hombre y la mujer, un solo ser.
Erótico amor
Del hombre y la mujer,
Pasión de ser.
El caos del amor
Son un abismo el hombre y la mujer
Desorden del amor que ordena amar
Infinito universo de los cielos
Estrellas como esperma de luceros,
El caos del amor es verdadero
Ovulando en la cumbre sus anhelos.
Caminamos por todos los senderos
De la noche, inmensa en sus desvelos
Desnudando el amor, sus siete velos,
Desnuda plenitud del yo te quiero.
Todo y nada en el fondo del abismo
El beso del amor es infinito,
Amor, me abismo en ti y me precipito.
Embriagante perfume del placer
Desorden del amor que ordena el mismo,
¡Ven encuentro del hombre en la mujer!
Orden, desorden
En el caos del amor,
¡Nuestra existencia!
El beso del amor
Bésame amor con el beso de tu boca
Más suave que espumante vino y ungüento derramado
Hechizo de los labios que se tocan
Es el beso del hombre y la mujer,
Secretos de misterio que en la boca
Son ungüento y el vino del placer.
Realidad del amor, amor de facto
Entregarse uno a otro es menester,
En el más generoso de sus actos
Descubren el encanto de su ser.
Los besos de tu boca son albricias
Y ungüento derramado de caricias,
Si se compran se pagan con desprecio.
Siendo besos de amor no tienen precio
Y surgen del Edén, no son exilio,
Revive el Paraíso en un idilio.
Amor humano
Del hombre y la mujer,
Beso divino.
La eminencia del amor
Dimensión de Amor bosquejo erótico que trasciende la dimensión del Eros
Como aspiración de amor divino hacia la espiritualidad mística en la plenitud de Cristo
Esplendor en el orden y poesía sublime de la belleza plena
Dios santidad del amor
Eternidad en el tiempo que por amor
No inventa a Cristo lo engendra en la Creación del hombre
Esplendor en el orden es su sino
La santidad de Dios es un abismo,
Profunda intimidad, la de sí mismo
En la cumbre de todos sus caminos.
Beso eterno de amor el ser divino,
Amor de Dios, trasciende en misticismo
Más allá que el efímero erotismo
La eternidad de ser, es su destino.
Inextinguible fuego su existencia
Del caos de la nada, polvo y lodo
Inventa la Creación y lo hace todo.
Vida eterna en la luz de su presencia
Más allá de la causa y el efecto
Perfecta perfección, todo perfecto.
A perfección
Comparte la Creación,
Su amor divino.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-4342936361674640302012-03-31T16:06:00.000-07:002012-03-31T16:08:25.621-07:00Enunciando Proemio y el Corolario poeticoDios es inmarcesible en su raíz y en su corola<br />Eterno florecer como la fuerza de su amor y el florecer de Cristo<br /><br />En flor de eternidad luce su aureola<br />La belleza de Dios que es poesía<br />En la luz de su ser, sabiduría,<br />Faz de Cristo divina su corola.<br />Divinidad profunda no está sola<br />De intimidad eterna compañía,<br />La familia divina en armonía<br />Es amor infinito entre sus olas.<br />El Padre es fuente de la eternidad<br />De intimidad que es suya en su universo,<br />Caudal inmenso y toda la verdad.<br />La llama del amor en Dios inmerso<br />Luz esencial, la misma claridad<br />Que enciende de su ser la inmensidad.<br />Es Dios de Dios,<br />Lucir de luz, de fuego<br />Amor eterno. <br /><br /> A los ojos de Dios mismo que contempla su belleza en su Palabra divina y en toda la Creación su grandiosa belleza debe ser eterna poesía al integrarla en Cristo a su Yo como algo esencial posible de integrarse a su ser divino humildemente unida a Cristo como la aspiración sincera de mi humilde autobiografía. Me complace también compartirla como el florecimiento espiritual de un carisma personal en el que expreso sobre todo la experiencia profunda como conciencia íntima de la presencia de Dios que anhelo compartir consciente de la amistad íntima de Cristo en el curso de mi vida. La poesía luce espontanea como las estrellas en los cielos y en todo el universo sobre el panorama de mi vida. La poesía de la esperanza es la visión de la fe y el amor de la gloria inmensa como el triunfo de Cristo del reino de los cielos, plenitud de toda la Creación visible e invisible. Florece como una eterna primavera espiritual como el florecer silvestre de todas las praderas del mundo espiritual e incorruptible como los bien aventurados y los ángeles de Dios. Emulando la nueva Creación y la renovación de un cielo nuevo y una tierra nueva, el encanto de su belleza brota del germen glorioso de la resurrección. Morimos en Cristo para resucitar con El unidos como la vid y los sarmientos a la plenitud de su ser en la poesía de su cuerpo místico. No siendo nada ni nadie lo soy todo en la realidad de Cristo si logro por su gracia ser lo que debo ser no siendo yo sino Cristo quien vive en mí.<br /> <br />Profundidad de la resurrección<br />Los guardias y la tumba no supieron y un Ángel vino y quitó la piedra<br />El alma retornó de profundos terrenos y uniéndose a su cuerpo Cristo resucitó.<br /><br />Más allá de la oruga se desviste<br />Esplendida la eternidad de ser,<br />Y el gusano no muere, siempre existe<br />Metamorfosis del acontecer.<br />Tiene el alma inmortal tan gran poder,<br />Del cuerpo se despoja y le reviste<br />Divina intimidad y eterno ver<br />De vida eterna como en Dios persiste.<br /><br />En la tumba profunda eternidad,<br />Cuerpo y alma de Cristo resucitan<br />Atrayendo a su ser la humanidad.<br /><br />En su gloria de ser que es infinita<br />Se reconoce en su divinidad,<br />Consciente de su eterna claridad.<br />Quien como Cristo,<br />En la gloria de Dios<br />Su eterno existo.<br /> <br />La gloria incorruptible<br />La muerte real con el cuerpo divino sin el alma de Cristo<br />Nos invita a morir en su muerte para resucitar en su vida incorruptible.<br /><br />Es eterna verdad, cumbre en la ruta<br />El triunfo de su gloria inconcebible,<br />Lo que no podía ser lo hizo posible<br />La victoria al final, no hay más disputa.<br />Sufriendo hasta morir no hizo imposible,<br />Su fuerza victoriosa y absoluta<br />Más allá de la muerte no se inmuta<br />Y Cristo resucita incorruptible. <br /><br />Maravilla de ser, maravillosa<br /> La bella perfección de su estructura<br />Y el divino esplendor en su figura.<br /><br />Cristo el rostro de Dios, su luz más pura,<br />La humanidad su cuerpo transfigura<br />En gloria de su ser esplendorosa.<br />Mística y real<br />Divinidad humana,<br />La gloria de Dios.<br /><br />Autoridad de la resurrección<br />Destruid este templo dijo Cristo refiriéndose a su cuerpo<br />Yo lo reedificare en tres días.<br /><br />Monumentos sin par han existido<br />Y el fiel testigo de su proposición<br />Es testimonio de su resurrección,<br />No más ruinas que el tiempo haya destruido.<br />Más que el templo de Herodes reconstruido<br />Lo es el templo de Dios, no la Creación,<br />Lo es su cuerpo divino en oración<br />Que es la casa del Padre resentido.<br /><br />La octava maravilla que es sin par<br />No es ingenio del hombre que se inspira<br />Ni tampoco natura que se admira.<br /><br />La misma eternidad construye amar<br />Viendo a Cristo inspirado en quien se mira,<br /> Dios viviente, la piedra es angular.<br />Inconmovible<br />Cristo, piedra angular,<br />Eterno amar.<br /><br />Paraíso de la eterna cueva<br />Si en la carne de Adán todos pecamos en la de Cristo<br />Morimos y resucitamos<br /><br />El Reino de los cielos está en flor<br />Y a Adán el Padre eterno lo renueva<br />Nacida eternidad, Cristo en la cueva<br />El tiempo lo hace eterno en su esplendor.<br />Es el Mesías divino Salvador<br />La luz de Cristo de la Virgen Eva,<br />Madre de Dios inmaculada y nueva<br />El dueño de la viña es viñador.<br /><br />Es bueno como Dios con cada hermano<br />Y judío el buen Samaritano,<br />Quien lavando el pecado el alma sana.<br /><br />Agua viva que brota del desierto<br />Y del pozo de la Samaritana,<br />Viva vida de Cristo, ¡no está muerto!<br />De eterna cueva<br />Cristo es el Paraíso<br />Y vida nueva.<br /><br />Mansión de Dios<br />Cristo es el Hijo de Dios en plenitud<br />Y nos hace coherederos compartiendo su hogar y su reino<br /><br />Casa del Padre y la Mansión de Dios<br />La Palabra divina en su esplendor,<br />Espíritu de Dios y eterno amor<br />Por doquier, el sonido de su Voz.<br />Casa del Padre tras del Hijo en pos<br />Tras la oveja perdida del Pastor<br />Del Mesías del mundo Salvador<br />La esencia de su Padre y portavoz.<br /><br />Casa del Padre y de su santo nombre<br />De los Ángeles todos que se asombren,<br />Donde el Hijo de Dios reina con El.<br /><br />Es la casa del Padre y de Emanuel<br />Por siempre eterno y nuevo Israel,<br />Su faz, su cuerpo místico en el hombre.<br />Mansión y casa<br />Del Padre celestial,<br />Cristo la llena.<br /><br />La ciudad de Dios<br />Escrito en el tiempo para la eternidad<br />Viviente historia inmortal del libro de la vida<br /><br />Ciudad de Dios de paz y de oración<br />Cada instante del tiempo mientras duro<br />El eterno momento del futuro<br />Jerusalén de la revelación.<br />Ciudad de Dios y de su adoración<br />Del Príncipe de paz eterno y puro<br />Cuyo es reino sin par, el más seguro<br />Por la sangre de nuestra redención.<br /><br />Ciudad de Cristo en que la tierra adora<br />Al Dios de la Creación universal<br />Encendiendo los cielos inmortales.<br /><br />Ciudad de Cristo y su divina hora<br />De amor eterno y de su eterna gloria<br />Del Príncipe de paz, ¡feliz victoria!<br />Ciudad de Dios,<br />Gloria de los Ángeles<br />Y paz del Hombre.<br /><br /> La octava maravilla<br />Resurrección del hombre y triunfo de la paz<br />Saludo de Cristo y eterna realidad<br /><br />La fe del corazón todo lo entiende<br />Dios no hizo el mundo solo al acaso<br />Destinado no más para el fracaso,<br />Ser en el mundo, el hombre lo comprende.<br />Paz en la tierra el cielo tal contiene,<br />El triunfo de la paz, divino abrazo<br />Monumento inmortal de eterno trazo,<br />Octava maravilla se sostiene.<br /><br />La fe del corazón todo ilumina<br />Y es luz eterna la visión divina,<br />Venga el reino de Dios, viva en nosotros.<br /><br />Octava maravilla sois vosotros<br />Elegidos de Dios y no habrá otros,<br />Gloria a Dios que en los cielos no termina.<br />Y Dios lo exalta <br />A Cristo que se humilla,<br />¡Es maravilla!<br /> <br />La belleza de Dios<br />Lo humano y lo divino a Dios provoca<br />Poema del amor beso eterno en su boca.<br /><br />Fuego divino que a escribir me reta<br />Y eterna hoguera del amor que me ama,<br />Es del alma inmortal la ardiente llama<br />Que jamás se consume en luz repleta.<br />Divina inspiración que amor se llama<br />Con la pluma en la mano que sujeta<br />La Palabra en su nota es Dios poeta,<br />Poema que es la música del alma.<br /><br />Inspiración que eterna transfigura<br />La perfecta belleza de su mente,<br />Se inspira Dios en sí eternamente.<br /><br />Perfume celestial, divina fuente<br />Que universos angélicos procuran,<br />La visión del Creador divina y pura.<br />Dios en plenitud,<br />La belleza del hombre<br />Gloria de Cristo.<br /><br />Recuerdo en futuro del gran día para el cual nacimos<br />Teniendo que morir para resucitar<br /><br /> Piedad de mí Señor<br />En tus manos encomiendo mi espíritu<br />Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo<br /><br />Eterno amor, jamás me desespero<br />En el medio divino e inmortal,<br />Por su místico cuerpo celestial<br />En Cristo vivo a pesar que muero.<br />Dios lo quiere y por eso yo lo quiero<br />Despojos de mi cuerpo terrenal<br />Mercedes de la Virgen del Doral,<br />Volver aquí, resucitar espero.<br />Mi alma pertenece al ser divino<br />Por gracia, libertad y por destino,<br />Dios me libre del fuego del infierno.<br />Mansión de vida del amor eterno<br />En la cumbre del ser, Cristo el camino,<br />Que me aliente su aliento sempiterno.<br />Divino hermano<br />Que has muerto y resucitas,<br />¡Dame tu mano! <br /><br />Corolario poético hacia la eterna poesía<br />Mi autobiografía como preámbulo hacia mi ordenación sacerdotal en poesía<br />Las bases del humanismo que identifica la axiología de la conciencia<br />El orden de la naturaleza que presupone la economía de la gracia<br />Identificar los valores humanos en su proyección a lo divino<br />El conocimiento y la experiencia de Cristo para experimentar a Dios<br />La misión de la salvación del mundo y la vida eterna<br />La espiritualidad y el plan de Dios hacia una eterna poesía<br /><br /> La sonrisa del bien<br />La ternura del bien sonríe espontáneamente<br />En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles<br /><br />Ante el bien que es verdad del corazón<br />Existe el mal, la humanidad se apura<br />Porque el mundo prefiere la locura<br />Del terror que no tiene compasión.<br /><br />El poder superior de la razón<br />Es mentira que acaba en la basura<br />Se impone la verdad que lo asegura,<br />Triunfa el bien sobre el mal y la traición.<br /><br />No sabe que su triunfo es su derrota,<br />Malamente destruye y todo azota<br />La maldad atrevida que se ríe.<br /><br />Lealtad del ser supremo se sonríe,<br />Divino bien, su inconmovible roca<br />Sabedor sabe el mal que le provoca.<br />Una sonrisa<br />Ante el mundo del mal,<br /> Dios lo conjura.<br /><br />Plenitud de la gloria<br />Irremisiblemente el plan de Dios<br /><br />Al criterio intachable de verdad<br />Eterna libertad le satisface<br />Hacer el bien y el mal vencer le place<br />A Dios y a Cristo y a la eternidad.<br /><br />La justicia afianzada a la bondad<br />Al plantearse que se hace o se deshace,<br />Viendo el bien ser mayor cual le complace<br />Determina su eterna libertad.<br /><br />Amor elige a quienes han amado<br />Dios glorifica su divinidad,<br />El reino de los cielos lo han logrado.<br /><br />Eligiendo a quienes ha salvado<br />Cristo pleno perfecta claridad<br />Glorifica en su ser la humanidad.<br />Ninguna pena,<br />Lo divino y lo humano<br />La gloria plena.<br /><br />La presencia de Dios<br />Feliz alumbramiento de toda la Creación<br />La eternidad en el tiempo.<br /><br />Manantial de esplendor divina fuente<br />De luz eterna que nos das la vida,<br />Agua limpia y pureza que convida<br />A saciar nuestra sed eternamente.<br /><br />Palabra de verdad en nuestra mente<br />De intimidad profunda y escondida,<br />Las entrañas del ser en su guarida<br />Que se da a conocer perfectamente.<br /><br />Paternidad del Padre que ha engendrado<br />Divina filiación del encarnado<br />Compartiendo su ser y su existencia.<br /><br />La vida eterna la del ser amado<br />Respondiendo al amor enamorado,<br />La plenitud de Dios y su presencia.<br />En la Creación<br />Vida eterna del Padre,<br />La luz d Cristo.<br /><br />El nacimiento de siempre<br />Espíritu de la cultura que brota del alma del pueblo<br />Veneros que no mueren si se cuidan<br /><br />La cultura nos hace ser buen trío<br />Compartiendo comunes los anhelos<br />De apacenses, tendiendo nuestros vuelos<br />De alas ligeras e incansables bríos.<br /><br />El árbol genealógico y sus ríos<br />De Ojozarco la mata, de ese suelo<br />Por lo Vázquez del lado de mi abuelo<br />Ramón y Alberto son parientes míos.<br /><br />Revivan renaciendo de Apaseo<br />Las letras y las notas de recreo,<br />Cultura de la casa en nuestra casa.<br /><br />Arte y cultura el tianguis de la plaza<br />Y el folklor musical, la poesía<br />Y el florecer de la sabiduría.<br />El nacimiento<br />Cultura renaciente,<br />Sea nuestra casa.<br /><br />Filosofía y poesía<br />Palabra humana y divina<br />Sacerdotes del sacerdocio de Cristo<br /><br />Palabra humana que espontanea brote<br />Del santuario del ser que es poesía,<br />Tal vez Antonio, mi amigo sacerdote<br />A quien encanta la filosofía.<br /><br />Amor del mundo o su terrible azote<br />Palabra viva de sabiduría,<br />Es Cristo entero en su divino lote<br />La palabra de Dios que se hace mía.<br /><br />Venid en pos de mí a la eterna mina,<br />No se pierde conmigo quien camina<br />Que a todos pertenece mi riqueza.<br /><br />Se enriquece el que entiende mi pobreza,<br />Yo me entiendo con Dios, mi luz divina<br />Es la eterna palabra que ilumina.<br />Filosofía<br />Que pertenece a Cristo<br /> Es poesía.<br /><br />Belleza de la bondad divina<br />Contemplación eterna del Creador y la Creación<br />La gloria en plenitud del cuerpo místico de Cristo<br /><br />Divina providencia en lo provisto<br />La plenitud magnífica de lleno<br />De Dios maestría, la del Cristo pleno<br />No es a la caso, lo tenía previsto.<br /><br /> Creador en la Creación lo nunca visto<br />El eterno nacido de su seno<br />Hijo del Padre y del Amor más bueno,<br />Mirando el cuerpo místico de Cristo.<br /><br />La Palabra encarnándose en María<br /> Como Madre de Dios del cielo llena,<br />Tierra fecunda de la gracia plena.<br /><br />Dios se desborda de sabiduría<br />Y eternidad de instantes de alegría,<br />¡Oh infinita belleza, lo más buena!<br />El plan de Dios <br />Descubre su belleza,<br />¡Bondad divina!<br /><br />La espiritualidad de la carne<br />Lo efímero se hace eterno<br />Y la carne incorruptiblemente divina<br /><br />Palabra que acaricia nuestra piel<br />De divinas entrañas, cuya lucha<br />Nos habla del saber que nos escucha<br />A todo nuestro ser y al alma fiel.<br /><br />Es divina amistad nuestro Emanuel<br />De espiritual matriz y angelical pucucha<br />Del eterno vivir, su vida es mucha,<br />La del hombre que es Dios, siempre con El.<br /><br />Palabra que ha anunciado el plan de Dios<br />Y a los tiempos lo eterno de su voz,<br />Sublime realidad que Cristo emana.<br />Paternidad de Dios que nos hermana<br />Todo luce divina claridad,<br />Luz eterna de amor a la verdad.<br />Palabra de Dios<br />El Verbo se hace carne<br />En vida humana.<br /><br />La oración de la Madre que hago mía<br />El Hijo de tantas lágrimas de su Madre<br />Consigue el Paraíso de su eterno Padre.<br /><br />Librado sea del enemigo malo<br />De malas compañías y ser vicioso,<br />Cuide al hijo el todo poderoso<br />Sin pecado al morir, que diga exhalo.<br /><br />Triunfe el bien sobre el mal y al decir calo<br />Sea fiel amigo que es lo más honroso,<br />Traicionar y negar es horroroso<br />Vivir en gracia el mayor regalo.<br /><br />No le dejes jamás de estar contigo<br />Pido siempre le tengas por amigo,<br />Por tu amor que es el rey de la amistad.<br />Imposible le venza el enemigo<br />Siendo amigo por una eternidad,<br />No hay amigo mejor, Dios de verdad.<br />Ora mi madre<br />Como santa Mónica,<br />Que encuentre a Dios. <br /><br />La verdadera herencia<br />Es herencia de Dios su reino y su justicia<br />Lo demás es añadidura<br /><br />A los ojos de Dios iluminada<br />Se sujeta a la ley de conveniencia<br />Con disfraz de verdad la pertenencia<br />A una sola familia en su mirada.<br /><br />Ya todo lo demás no vale nada<br />Si el Señor es la parte de la herencia<br />Sin sordera la voz de la conciencia<br />Ni testigo de lengua engarrotada.<br /><br />El reino importa más y su justicia<br />Que asegurarse con su añadidura,<br />Vive la paz y muere la discordia.<br />Permanece entre hermanos la concordia<br />Y amor y paz de Dios en armonía<br />Que son tesoro de sabiduría.<br />No está de pleito <br />La herencia del Señor<br />A su familia.<br /><br />La paz de Dios<br />El divino infinito más profundo que los cielos y los mares<br />La paz de Dios intimidad del alma.<br /><br />Quien hizo todo lo hace y lo rehace<br />El universo y la Creación entera<br />Los Ángeles y al Hombre cielo y tierra,<br />La vida eterna y Cristo quien le nace.<br /><br />El Cuerpo místico en su ser renace<br />Paz en el alma triunfo de la guerra<br />Que Dios requiere eterna y verdadera<br />Tal como al Padre eterno satisface.<br /><br />Esplendor de la paz deslumbra el cielo<br />E ilumina en la tierra sus anhelos<br />Al hacerse su eterna voluntad.<br />Paz de Dios es del alma el gran consuelo<br />Amor divino a la humanidad<br />Del corazón de su divinidad.<br />Divina paz,<br />Profundidad del alma<br />Dios infinito.<br /><br />Juventud feliz<br />Reminiscencias de Darío<br />Juventud eterna y siglo veintiuno.<br /><br />En el alma inmortal todo mi ser<br />Divina juventud cuyo tesoro<br />Alegrándose en Dios a quien adoro<br />Conmigo siempre, no tiene que volver.<br /><br />En mi vida me siento acontecer<br />Viviendo con el ser que me enamoro,<br />Feliz mi llanto y la alegría que lloro<br />De mi espíritu eterno florecer.<br /><br />Divina juventud de mi alegría<br />Son mis años dorados, no envejecen,<br />Ni siquiera la muerte me entristece.<br />Mi eterna juventud rejuvenece<br />Y el universo y Dios son mi energía<br />De la fuente de la sabiduría.<br />Inolvidables,<br />Quince años de juventud<br />Son algo eterno.<br /><br />Cada instante que pasa se nos muere<br />Aunque el alma no muere jamás<br />Para bien o para mal<br /><br />Cada instante que pasa luego muere<br />Como el día, los meses y los años,<br />Inmortal en el alma no hay tal daño<br />Aunque suceda lo que sucediere.<br /><br />No se muere por más que desespere<br />El alma espiritual en cuyo paño<br />La muerte, no termina el desengaño<br />Ni se logra morir si tal prefiere.<br /><br /> Hay viejos jóvenes que son seniles<br />Y envejecen en vicios, los más viles,<br />Muriendo en vida de decrepitud.<br />Celebremos los años juveniles,<br />Que en jovial madurez no hay senectud<br />Disfrutando de eterna juventud.<br />Instantes de ser<br />Se mueren con la vida, <br />Pero no el alma.<br /><br />Visión de Dios<br />Beatifica la fe mirando a Dios<br />Trascendencia de amor la vida eterna en su existencia<br /><br />La experiencia de fe no suena hueco<br />Divina realidad cuyo sonido<br />De universo y Creación hacen el eco,<br />El alma escucha a Dios en el oído.<br /><br />Beatífica visión cual golpe seco<br />Cristalina verdad, plena en sentido,<br />Ve Amor eterno sin mentira o fleco<br />Mirarse Dios en sí cual siempre ha sido.<br /><br />Feliz visión de Dios no es imagino,<br />El eterno momento de su ser<br />Es certeza de ver al ser divino.<br />Son los ojos de Dios mirar de Cristo<br />La eterna realidad que siempre ha visto,<br />Plenitud de la gloria en su poder.<br />Viva la fe,<br />Con los ojos de Cristo<br />Mira a Dios.<br /><br />Mujer soñada<br />Dimensión de su ser<br />Aspiración del hombre al femenino eterno<br /><br />Hecho el prodigio de naturaleza<br />Toda era ella como el arte vivo,<br />Delineando el perfil cada motivo<br />De clásico y barroco en su pureza. <br /><br />Contemplarse a sí misma le interesa<br />Soñadores sus ojos, un archivo<br />Fantástica en mi mente le concibo<br />De las mil y una noches sobremesa.<br /><br />Universos de mares y praderas<br />Dando besos coral todo su ser<br />Y parpadeando como el anochecer.<br />Con racimos de bella primavera<br />Entallada en su cuerpo de palmera,<br />Sus mejillas color de amanecer.<br />Sueños del hombre<br />De eterno femenino,<br />¡Es la mujer!<br /><br />Divina Eucaristía de Cristo<br />Cuerpo y sangre especies de pan y vino<br />Alimento que nos nutre en el cuerpo místico de Cristo<br /><br />El evoca los labios del eterno<br />De su ser la divina subsistencia,<br />Su cuerpo es pan de eterna consistencia<br />Y su sangre nos libra del infierno.<br /><br />Nos nutre en la verdad su ser interno,<br />Pan y vino y profunda su presencia<br />Sosteniendo perfecta su existencia<br />Maná de amanecer, flor del invierno.<br /><br />Muere en la vida de la Eucaristía<br />Cuerpo y sangre de amor, el pan y el vino<br />Del eterno momento que es divino.<br />Brilla en la cumbre su sabiduría<br />La libertad de Dios, gracia y destino,<br />Lo efímero hace eterna poesía.<br />Su testamento,<br />Es eterno momento<br />Y Eucaristía.<br /><br />Carisma de castidad<br />Como ángeles de Dios<br />En el cuerpo místico de Cristo<br /><br />Encuentro de tu amor cuyas albricias<br />Son riquezas, tesoros soberanos<br />De tersa luz que llena de caricias,<br />Me abundan como ofrenda aquí en mis manos.<br /><br />Pureza en plenitud, Dios sin malicia<br />La eternidad del tiempo entre tus planos<br />Generoso no sabes de codicia<br />Realidad de mis sueños sobrehumanos.<br /><br />Cuanto soy te lo doy a manos llenas<br />Te quiero en ese beso cuando estrenas<br />Con tu vida el seno virginal.<br />Bendito fruto de la gracia plena<br />De azucenas en flor, luz celestial<br /> De Amor en llama y lumbre espiritual.<br />Es del Dios vivo <br />La pureza divina<br />En vida humana. <br /><br />Mi corazón y la rosa<br />Ofrenda de amor al llamado de Dios<br /><br />En la caricia del viento<br />Veo una rosa sosegada<br />Sintiendo en mi pensamiento<br />Acariciar a mi amada.<br /><br />Y apago el fuego que siento<br />Por esa niña soñada<br />Porque a Dios jamás le miento<br />Respondiendo a su llamada.<br /><br />No puedo hacer otra cosa <br />Con el viento que la goza<br />Que lograrlo sosegar.<br /><br />Y así decido cortar<br />Para llevarla al altar<br />La hermosura de la rosa.<br />En mi corazón,<br />Cuando corto la rosa<br />Es más hermosa.<br /><br />Mi mano de Dios<br />El mundo en mis manos<br />Es libre de salirse de ellas o no<br /><br />Serán mi viña y Virgen de Israel,<br />Yo soy la vid y ustedes los sarmientos<br />Con todo el corazón y el pensamiento<br />Dios con ustedes, Yo soy el Emanuel.<br /><br />Os vuelvo a mi redil de leche y miel,<br />De la oveja perdida soy pastor<br />Y del mundo, Yo soy el salvador,<br />Y me entrego a morir, todo por él.<br /><br />Me paro en el camino para ver<br />Como sale de apuro cada hermano<br />Soy de todos el buen samaritano.<br />Con la gracia de Dios y su poder<br />Y todo el corazón y su saber,<br />Soy la mano de Dios dando la mano.<br />A nadie niego<br />Extenderle mi mano,<br />La quiera o no.<br /><br />Pureza de Dios y castidad de Cristo<br />Ojos limpios de Dios mirándose así mismo<br />En el corazón humano<br /><br />Enamorado de otra Margarita<br /> De eternal juventud no queda exhausto,<br />Y aspira a la belleza infinita<br />Sin Mefistófeles, divino Fusto.<br />La pureza divina es exquisita<br />Maravilla de Dios, en Cristo casto,<br />Siendo eterno con El, ¿Quien se lo quita?<br />Si amor divino dice yo me basto.<br />Amor vital y eterno no perece<br />Uniéndose con Dios en plenitud,<br />Vida eterna florece y no envejece.<br />Eternidad de Dios su beatitud<br />Bondad divina y hermosa juventud<br />Que eternamente nos rejuvenece.<br />Perla de Dios<br />La Belleza de Cristo,<br />No tiene precio.<br /><br />Pureza de Dios y castidad de Cristo<br />Ojos limpios de Dios mirándose así mismo<br />En el corazón humano<br /><br />Fenecido recuerdo<br />Ilusión que muere sin remedio<br />Fuego fatuo del amor<br /><br />En el ocaso de mi amor esquivo<br />Su rostro fue rosal que se encendía,<br />Verde la mar, sus ojos poesía,<br />Fueron sus rasgos como el arte vivo.<br /><br />Tristes o alegres con o sin motivo<br />Fuegos fatuos la noche divertía<br />Y en sus labios carmín se sonreía<br />El duende de la danza siempre activo.<br /><br />En el recuerdo del eterno olvido<br />Donde todas las cosas ya se han ido<br />El rosal de su rostro está marchito.<br />Y en la noche sin fin del infinito<br />Siendo amor ilusión nadie lo alcanza,<br />De hito en hito perdido en lontananza.<br />Todo se apaga,<br />Dejándonos sin nada<br />El fuego fatuo.<br /><br />Cristo vida eterna<br /> Gloria del Padre y la luz del mundo<br />Vida de Dios y del cuerpo místico de Cristo<br /><br />Revivan los pasajes de mi vida<br />Rapsodias de alabanza al ser divino,<br />Vivimos para Dios, eterno sino<br />Del alma el despertar si está dormida.<br /><br />Seguir de pie dejando la caída<br />Y a Cristo unirnos que es nuestro camino<br />Haciendo nuestro el suyo, su destino,<br /> Dejadas las tinieblas sin salida.<br /><br />Triunfando de la tumba de tal suerte,<br />Resurrección y fe, promesa inscrita<br />Revive mi existencia de la muerte.<br />Creo en la vida de Dios que es infinita,<br />Cristo vivo en el alma nunca muere<br />Gloria eterna del Padre que nos quiere.<br />Amor eterno,<br />Como el Padre me quiere<br />Yo he amado al mundo.<br /><br />Ambición incomprensible<br />El alma logra vislumbrar la vida eternal<br />Aunque las células se mueren<br /><br />Yo tengo una ambición que nadie me comprende<br />Porque quiero morir cuando la vida enciende<br />Su color más ardiente al fuego de mi vida<br />Cuando el alma en la cumbre entiende la partida.<br /><br />Quiero ser como el sol tendido en el ocaso<br />Cuando la vida derrotada es un fracaso<br />Y Cristo viene, con el triunfo de la muerte<br />Con el reino de Dios y su divina suerte.<br /><br />Yo tengo una ambición que solo Dios entiende<br />La realidad de ser del ser que sobrentiende<br />Del amor celestial su espíritu fecundo<br />Divina intimidad de eterno amor rotundo. <br />Vida de Dios,<br />Que a Cristo le interesa<br />Eternamente.<br /><br />Epilogo de la primera parte de mi biografía<br />Coralario poético continua<br /><br />Dimensión del misterio de la muerte<br />El sentido de morir es posibilidad de vida plena<br />Fuera o dentro de la tierra prometida<br /><br />La muerte es ese golpe del crucero<br />Que abrillanta el misterio de la vida<br />Es la suerte ante Dios ya conocida<br />Y el encuentro del alma a su asidero.<br />Final de la ceniza en el mortero<br />Mucho más es la tierra prometida<br />Plenitud de la fe, luz encendida<br />El destino inmortal y verdadero.<br />A la gloria de Dios que es infinita<br />La vida eterna a Cristo resucita<br />Y a quien muere con El jamás lo olvida.<br />La firma del eterno al alma inscrita<br />Se cumple del destino en la partida<br />Y le juzga el amor, peso y medida.<br />En su presencia<br />Somos dignos o no<br />Si Dios lo afirma.<br /><br />Intimidad de Dios<br />En Dios vivimos nos movemos y somos<br />El en sí mismo y nosotros en El<br /><br />Dios se hace historia siendo eternidad<br />Y el hombre existe en El y El en el hombre,<br />Por Cristo, que es la gloria de su nombre<br />E instante eterno de su intimidad.<br />En la existencia de su divinidad<br />La Creación de los ángeles se asombre<br />De la eterna Palabra que es renombre,<br />De encarnación, divina humanidad. <br />El mar del universo se hace río<br />En el paisaje de la vida humana,<br />La cascada divina y soberana.<br />La existencia de Dios no tiene lío<br />Existiendo en su ser, en donde existe<br />Su mente y corazón, y allí subsiste.<br />Sin ningún lío<br />El universo es río,<br />Con Dios en el.<br /><br />Ofrenda de la Creación<br />La humanidad de Cristo sacerdote y víctima<br />Ofrenda de la Eucaristía<br /><br />La Creación Cristo debe consagrar<br />Y el reino hacer de Dios de un mundo externo<br />Divina intimidad, fuerza de amar<br />La Palabra de Dios, sonido interno.<br />Toma en sus manos celestial manjar<br />Al evocar los labios del eterno<br />La salvación del cáliz por salvar,<br />Cuerpo y sangre de Cristo sempiterno.<br />Instante salvador, luz, claridad,<br />Resurrección la muerte que ha traído<br />La sangre y agua del costado herido.<br />La justicia es perfecta caridad<br />Al inmolarse Cristo, ha redimido<br />De las entrañas de la eternidad.<br />Cordero y Pastor<br />Que inmola y que inmolado,<br />Redime el mundo.<br /><br />Lanzados al mundo<br />La eternidad nuestro destino<br />Compartiendo con Dios su ser divino<br /><br />Con Dios y su presencia que me alumbre<br />Cielo y mar y altamar es mi camino<br />En todas dimensiones del destino<br />Tengo la luz y el fuego de su lumbre.<br />Divina nave de angélicos peritos<br />Viento divino sopla donde quiere<br />Y me dejo llevar a donde fuere<br />Por todos los espacios infinitos.<br />Siendo el camino, la verdad, la vida<br />Lo que importa es seguirle como amigo<br />Y servir como Cristo de testigo.<br />La luz del mundo eterna y encendida<br />Divina eternidad, no está perdida,<br />Dios sabe a dónde voy cuando le sigo.<br />Ser en el mundo,<br />Llegar a ser con Dios<br />Eternidad.<br /><br />Mi sueño de cristal<br />El sacerdocio del orden es la orden del sacerdocio<br />Participación de la acción sacerdotal de Cristo único y eterno sacerdote<br /><br />Ascienda a ti mi vida vertical<br />Divinas dimensiones para hacer<br />Tu voluntad, todo lo que debo ser<br />En el vuelo de Dios horizontal.<br />Aquí estoy para ti, no he roto el día<br />Jardín y jardinero han renacido<br />Del Paraíso terrenal perdido<br />Sin mentira o serpiente que extravía.<br />Sublime Cristo en la cumbre del dolor<br />Entregando tu vida por amor,<br />Resurrección eterna e inmortal.<br />Que se rompa mi sueño de cristal<br />No permitas, contempla nuestras manos,<br />Queriéndoles servir a cada hermano.<br />En Cristo y con El,<br />Sus manos a la obra<br />En nuestra manos.<br /><br /><br />Cristo Mesías<br />Yo he vencido al mundo y al príncipe de las tinieblas<br />Quien cree en mí aunque muere vivirá<br /><br />Luz del mundo y divina claridad<br />Divino Salvador del ser humano<br />Los Ángeles te adoran soberano<br />La humanidad en tu divinidad.<br />Hijo del hombre y Dios a quien has visto,<br />Eterno Sacerdote, en tu oración <br />Consagrando a tu Padre la Creación,<br /> Místico cuerpo e iglesia que eres Cristo.<br />Quien como Tu eternamente fuerte<br />Mesías de Israel, nuestro Emanuel,<br />Dios con nosotros porque eres El.<br />Plenitud de la gracia y la verdad<br />Resurrección y triunfo de la muerte<br />Vida eterna, lo tuyo y nuestra suerte.<br />Mesías divino<br />Vences muerte y pecado,<br />¡Oh eterno rey!<br /><br />Lo creo de Cristo<br />En ti creo sin que te mire<br />Porque en mi fe te estoy mirando<br /><br />Resurrección de vida en tus hermanos<br />De pie sobre la cruz tus brazos míos<br />Que extiendes infinitos como ríos<br />De eterna salvación, Dios soberano.<br />Responsable de todos los humanos<br />Jesús piadoso, rey de los judíos,<br />Del mundo Salvador de tantos líos<br />Sentenciado a la cruz de los romanos.<br />Siendo nada soy nadie para amarte<br />Escuchando tu voz, sé que me llamas<br />Diciéndome que mueres porque me amas.<br />Desde el fono de mi alma yo te amo,<br />Resurrección y vida, así te llamo<br />Pidiendo me permitas adorarte.<br />Así nos amas, <br />Sé que mueres por todos<br />De uno en uno.<br /><br />Soy Dios viviente<br />Para esto vine al mundo para darles vida<br />En la abundancia de mi vida eterna<br /><br />La Palabra de Dios amor y aliento<br />Para el alma y para el corazón,<br />Más que el pan su divina nutrición<br />Es luz divina y feliz entendimiento.<br />Cuerpo y sangre de Cristo son sustento<br />Convertido de la crucifixión<br />En el cantar de la resurrección,<br />Pan y vino del alma en alimento.<br />Por la gloria divina y en su nombre <br />Divino en plenitud yo nutro al hombre, <br />Yo soy el pan de vida, dijo Cristo.<br />Y soy la vida eterna aunque se asombren,<br />Nada importa que nadie lo haya visto<br />El ser eterno en mí, Yo en quien subsisto.<br />Soy el milagro<br />Del alma del creyente,<br />Y Dios viviente.<br /><br />Todos sirviendo en Cristo<br />No es bueno descuidar el anuncio de la palabra del evangelio<br />Al atender la acción de gracias a la mesa de la eucaristía<br /><br />Trabajar sin descanso a todos pido<br />Y me gusta el símbolo del pez,<br />Del seno de mi Padre Yo he salido<br />Que es Señor de la viña y de su mies.<br />Yo he venido a servir no a ser servido<br />Lavando a mis discípulos los pies<br />Mostrando la razón de haber venido,<br />Soy siervo de Iahvé y El es quien es.<br />Con amor que es cristiano entendimiento<br />Cuidar de los enfermos no nos pesa<br />Ni atender al hambriento ni al sediento.<br />Soy Cristo en plenitud, sabiduría,<br />La Palabra de Dios pan de la mesa<br />Y acción de gracias de la Eucaristía.<br />Siervos de Cristo,<br />Servimos a su mesa<br />Al diaconar.<br /><br />Desolado Consuelo<br />Piedad de intercesión a Dios<br />Por ser un pobre miserable pecador<br /><br />El alma siento toda desolada<br />Me invade la maldad de los impíos,<br />Derrama la pureza de tus ríos<br />Y mi alma quedará purificada.<br />Te adoro con la sumisión deseada<br />Me enredo y desenredo en tanto lío<br />Pecado e ingratitud, todo eso mío,<br />Abismo de miseria no soy nada.<br />Ven pureza de Dios límpialo todo<br />Belleza de adorarte linda cosa<br />Y el amarte la más maravillosa.<br />Es tu presencia misericordiosa<br />Alarde de tu fuerza poderosa,<br />Tu divino poder, es de ese modo.<br />Desolación<br />De mi miseria humana,<br />Consuelo de Dios.<br /><br />El Cristo Hipercósmico<br />Todas las dimensiones que no son su eternidad<br />Las trasciende Cristo con su divinidad y la gloria de su resurrección<br /><br />En su momento de la eternidad<br />Hipercósmico es Cristo en su poder,<br />Más grandioso que el cosmos en su ser<br />Trasciende la infinita inmensidad.<br />Su eterno amor arrasa con lo adverso,<br />Sobre los muros de su divinidad<br />Toda la fuerza de su humanidad,<br /> Al oleaje de todo el universo.<br />Hipercósmico el Cristo que trasciende<br />Profunda eternidad del ser divino<br />Hace eterno del hombre su destino.<br />De la altura del ser, cuando desciende<br />Y a la gloria de Dios, cuando El asciende,<br />Todo indica el indicio de su sino.<br />Es Dios de Dios <br />Trascendencia de Cristo,<br />Hipercósmico.<br /><br />Trascendencia divina<br />Es la historia de Cristo Dios y hombre<br />El tiempo eterno proyección hipercósmica al ser divino<br /><br />Octava maravilla el ser humano<br />Trascendencia hipercósmica del mundo<br />Y eternidad del tiempo en Dios fecundo<br />Su experiencia de hacerse sobrehumano.<br />Superhombre divino y soberano<br />Amor divino y su poder rotundo<br />Dios en el alma hasta lo más profundo,<br />Cristo el hijo de Dios, en cada hermano.<br />La luz eterna que deslumbra el cielo<br />Octava maravilla que trasciende<br />Su mirada divina, Dios la enciende.<br />Divino rostro Cristo no está ciego<br />Ni es robo humano su ambición de fuego,<br />Dios que trasciende con eterno anhelo.<br />Luz de la luz<br />La trascendencia de Dios,<br />Divino fuego. <br /><br />Espíritu de Cristo adoración del Padre<br />Y ofrenda y gratitud de amor eterno<br /><br />Espíritu sacerdotal de Cristo<br />Al margen del poder y la riqueza<br />Mesiánica misión que el Padre ha visto<br />De acuerdo a la visión de su grandeza.<br /><br />El huerto en oración claro y previsto<br />Es única verdad que le interesa<br />Y el templo de su cuerpo tiene listo<br />Fiel al Padre, lealtad con entereza.<br /><br />Ya hereda el reino de su eterno Padre,<br />Es Príncipe de paz, divino el Hijo<br />Y resucita Cristo como dijo.<br /><br />Ve el cielo de mis ojos que en ti fijo<br />Hijo del hombre de la Virgen madre,<br />Eterno sacerdote a quien elijo.<br />Yo resucito<br />El templo de mi cuerpo,<br />Gloria del Padre.<br /><br />Plenitud de la gloria<br />Irremisiblemente el plan de Dios<br /><br />Al criterio intachable de verdad<br />Eterna libertad le satisface<br />Hacer el bien y el mal vencer le place<br />A Dios y a Cristo y a la eternidad.<br /><br />La justicia afianzada a la bondad<br />Al plantearse que se hace o se deshace,<br />Viendo el bien ser mayor cual le complace<br />Determina su eterna libertad.<br /><br />Amor elige a quienes han amado<br />Dios glorifica su divinidad,<br />El reino de los cielos lo han logrado.<br /><br />Eligiendo a quienes ha salvado<br />Cristo pleno perfecta claridad<br />Glorifica en su ser la humanidad.<br />Ninguna pena,<br />Lo divino y lo humano<br />La gloria plena.<br /><br />El Cristo Hipercósmico<br />Todas las dimensiones que no son su eternidad<br />Las trasciende Cristo con su divinidad y la gloria de su resurrección<br /><br />En su momento de la eternidad<br />Hipercósmico es Cristo en su poder,<br />Más grandioso que el cosmos en su ser<br />Trasciende la infinita inmensidad.<br /><br />Su eterno amor arrasa con lo adverso,<br />Sobre los muros de su divinidad<br />Toda la fuerza de su humanidad,<br /> Al oleaje de todo el universo.<br /><br />Hipercósmico el Cristo que trasciende<br />Profunda eternidad del ser divino<br />Hace eterno del hombre su destino.<br /><br />De la altura del ser, cuando desciende<br />Y a la gloria de Dios, cuando El asciende,<br />Todo indica el indicio de su sino.<br />Es Dios de Dios <br />Trascendencia de Cristo,<br />Hipercósmico.<br /><br />Verdad de Dios<br />Cristo alternativa única de Dios<br />De la Creación y el hombre<br /><br />Cristo es alternativa de unidad<br />Y humanidad entera toda en uno<br />Del hombre universal siglo veintiuno<br />Y el ser humano que ama la verdad.<br /><br />Conmigo o contra mí, la eternidad<br />Del ser humano sin dejar ninguno,<br />Quien es de la verdad a mí lo aúno<br />Ser o no ser, en mi divinidad.<br /><br />Soy torrente de eterna redención<br />Y plenitud de Dios que se derrama,<br />Quien cree en mí encuentra salvación.<br /><br />Recoge o no y así es que desparrama<br />Mi amor que siempre estoy por transferirlo,<br />Yo viene al mundo para redimirlo.<br />Yo soy redención<br />Vida eterna y salvación,<br />Verdad de Dios.<br /><br />El todo ante la nada<br />El tiempo es efímero ante la eternidad<br />Que es la vida y el amor del alma<br /><br />Se sienta o no se sienta acompañado<br />Llegando a la verdad de su presencia<br />Solos quedan el alma y la conciencia,<br />Al final uno muere abandonado.<br /><br />La eternidad sin tiempo, terminado<br />Ante amor inmortal como experiencia,<br />Dios enciende o apaga su existencia<br />De su espacio infinito, no otro lado.<br /><br />Ignorando cenizas, polvo y lodo<br />El amor inmortal es de ese modo,<br />Dios no deja el alma abandonada.<br /><br />Todo mundo al morir queda sin nada<br />Y es posible lograr entonces todo,<br />Vida eterna, del alma enamorada.<br /> Feliz o infeliz<br />El alma, todo o nada,<br />Llena de Dios.<br /><br />Cristo visión del Padre eterno<br />Su rostro en que se mira y mutuo amor eterno de Cristo<br />En quien nos mira y nos ama<br /><br />Vida eterna de gloria se reviste<br />Y amor divino de que está provisto<br />El gozo sempiterno siempre visto<br />Perfecto el universo, allí persiste.<br /><br />En el reino de Dios nadie está triste<br />Siendo el místico cuerpo que es de Cristo<br />Creación en plenitud, cual la ha previsto,<br />Para Dios allí existe cuanto existe.<br /><br />Y es lo que mira de la eternidad<br />Trascendencia hipercósmica del mundo<br />Con su eterna mirada en un segundo.<br /><br />Luce Dios con perfecta claridad<br />Todo en Cristo que es luz de la verdad,<br />¡La cumbre de su ser lo más profundo!<br />No vivo yo, <br />Es Cristo quien vive en mí<br />Si en Dios yo vivo.<br /><br />Visión divina<br />Aspiración profunda del alma a la cumbe del ideal<br />Belleza que no es alucinación sino realidad eterna más que soñada<br /><br />No importa a donde voy de donde vengo<br />Descubro para mí que lo eres todo,<br />No es el alma ceniza, polvo, lodo,<br />Nada puedo temer, yo a ti te tengo.<br />Contigo y a tu lado es de tal modo<br />Alto y profundo en ti yo me sostengo<br />Y sintiendo el abismo me detengo,<br />Me encuentro bien y nunca me incomodo.<br />Ven a mí eternidad que te recibo<br />Cual divino presente en el que vivo,<br />Pasado y el futuro no son nada.<br />¡Oh belleza del ser lo más deseada!<br />Inextinguible amor cual te concibo<br />En el alma, estando enamorada.<br />Porque te he visto<br />No solo te imagino,<br />¡Se que en ti existo!<br /><br /><br />En pos de la verdad<br />Epistemología absoluta del ser necesario<br />Axioma ontológico del ser en la contingencia del hombre<br /><br />Certeza de evidente claridad<br />Siendo tú solo parte y elemento,<br />Le pertenece a la divinidad,<br />No la inventas, descubre el pensamiento.<br /><br />Allí es grandeza tu conocimiento<br />Del universo ante la realidad<br />No presumas de pobre entendimiento,<br />Descubre siempre en pos de la verdad.<br /><br />No es tu invento la epistemología<br />Divina fuente de sabiduría,<br />Raíz del ser, poder en todo inmerso.<br /><br />Más allá de la cronología<br />No procede de la etimología,<br />La Palabra en que existe el universo.<br />Palabra y raíz<br />En que razona el hombre,<br />El universo.<br />Sin fama ni gloria del mundo<br />La historia de la salvación es cada instante del presente futuro de la humanidad<br />Que se convierte en una eternidad<br /><br />Que me inspira a escribirle a todo mundo,<br />Yo ignorado del mundo y de la fama<br />No soy nada ni nadie a quien aclaman,<br />Tan solo cuento con mi amor profundo.<br /><br />No existe el mundo para verlo inmundo,<br />Y amor divino en encendida llama<br />Es el de Cristo y salvación proclama,<br />La pureza de Dios y amor rotundo.<br /><br />No son nada ni nadie sin el hombre<br />El universo y toda la Creación,<br />Dios los hizo por gloria de su nombre.<br /><br />Plenitud en su Voz, Cristo renombre <br />La palabra divina en redención<br />Hasta la cumbre de la resurrección.<br />El reino de Dios<br />No es la gloria del mundo,<br />Lo es de los cielos.<br />Lo eterno permanece<br />El tesoro escondido dentro de nosotros<br />Es la profundidad del reino de los cielos<br /><br />En dónde está la vida que yo tuve<br />Sirve acaso vivir si todo acaba,<br />Dios nos queda en verdad y el alma cava<br />Los tiempos y lugares en que estuve.<br /><br />Y eternidad me dice, te retuve<br />Y la muerte jamás lo menoscaba,<br />El profundo tesoro que recaba<br />Divina inspiración que el cielo sube.<br /><br />El tiempo en plenitud fue profecía<br />De pureza inmortal, Dios que nos vino<br />Resucitando en odas de alegría.<br /><br />Es Cristo nuestra eterna poesía<br />Divina inspiración y don divino,<br />La música del alma y su destino.<br />Divino Cristo,<br />Eterna poesía<br />En toda el alma.<br /><br />Poesía mi esencia ser<br />Lo que se va me deja todo lo que permanece<br />Amor y poesía del alma<br /><br />Se impone para ser reconocida<br />La inspiración que arroba el sentimiento,<br />Eternidad del tiempo en un momento<br />Visión del corazón incomprendida.<br /><br />Poesía es el alma de mi vida<br />Y profunda intuición del pensamiento<br />En las entrañas del entendimiento<br />Y del alma el vivir que no se olvida.<br /><br />Universos del alma percibidos,<br />Vale la pena el haber vivido<br />Lo divino del ser, su misma esencia.<br /><br />La inspiración de haberlos comprendido<br />Sobre todo el amor cuya existencia<br />Es fuego inextinguible y subsistencia.<br />Eterno amor,<br />Inextinguible fuego<br />Y poesía.<br /><br />Estética divina en el hombre<br />La belleza de Dios que a El mismo le fascina<br />Es el reino de Dios deslumbrante fascinación de Cristo <br /><br />Es de Dios en el hombre la figura<br />Que se eleva a su ser como es el mismo<br />Dimensión de infinito en su humanismo<br />La estética más bella en su estructura.<br /><br />Y Cristo que en su ser se transfigura<br />Con amor desde el fondo de su abismo,<br />Y auténtico, con Cristo el Cristianismo<br />Del abismo a la cumbre de esa altura.<br /><br />La belleza de Cristo siendo humana,<br />Perfecta y pura en el ser divino<br />La Creación perfecciona en su destino.<br /><br />Por divina es belleza soberana,<br />Y amar o no es cielo o es infierno,<br />Por supuesto que existe amor eterno.<br />Visión divina,<br />Su estética fascina<br />De amor eterno.<br /><br /><br />Conciencia del trabajo<br />El hombre nace para trabajar como el ave par volar<br />Y ambos para emigrar<br /><br />Dios no quiere las cosas de ese modo,<br />Fealdad del ser humano la avaricia<br />Soberbia que acumula por codicia<br />Y vicios atascados entre lodo.<br /><br />Las cosas sirven para el bien de todos<br />Y humildad se somete a la justicia<br />Hermandad que comparte sin malicia,<br />Derecha rectitud sin un recodo.<br /><br />Compartiendo con todos entre hermanos<br />La virtud hace hermoso al ser humano,<br />Contra pereza, está la diligencia.<br /><br />Trabajar por vivir es la conciencia<br />Del ser humano dándose la mano,<br />Gran deber, sin ninguna diferencia.<br />A donde irá<br />El trabajo del hombre,<br />Dios bien lo sabe.<br /><br />Cien años de soledad<br />No solo Latinoamérica sino la humanidad entera<br />Sin la presencia autentica del cristianismo<br /><br />De las letras es gloria y muy horondo<br />Narrada en deslumbrante poesía<br />La horripilante historia de García,<br />La desgracia latina, cala hondo.<br /><br />La estirpe en su raíz se arranca a fondo<br />Destructivo poder vuelto manía<br />Como acontece al general Buendía,<br />Evidente tragedia de Macondo.<br /><br />Frustración de terrible eternidad<br />Corrompida familia y sociedad,<br />No es problema latinoamericano.<br /><br />Entre el incesto y la promiscuidad<br />Bananera banal, problema humano,<br />Remedios de ilusión sin realidad.<br />Gran poesía<br />Cien años de soledad,<br />Banal historia.<br /><br />El criterio de la verdad<br />La verdad nos hace libres y es clara<br />Ante toda sospecha de error o de mentira<br /><br />La verdad sospechosa si se mira<br />No encubre lo que le desacomoda<br />Ni cuida el qué dirán o de la moda,<br />La sospecha aclarada, se retira.<br /><br />La virtud siempre triunfa a cuanto aspira<br />Y hace real la verdad y la acomoda<br />No pecando en verdad, aunque incomoda,<br />Sin sospecha, sin dudas ni mentiras.<br /><br />Por bien de la verdad que es necesario,<br />Ser cortes con amigos y la gente<br />No requiere dejar de ser valiente.<br /><br />El hacer lo ordinario extraordinario<br />Al bien de la verdad le es pertinente,<br />Y el honor verdadero y más decente.<br />Es la verdad<br />La que nos hace libres<br />Y siempre amigos.<br /><br />La música y el alma<br />Es elocuencia angelical música del alma<br />Visión sublime que rompe en notas de sonidos la palabra<br /><br />Los ángeles de Dios se transfiguran<br />En sonidos y notas de oración<br />A la cumbre del ser, divina altura<br />De profunda y sublime adoración.<br /><br />Realidad que supera la razón<br />La música del alma que es tan pura<br />La razón sin razón, el corazón,<br /> Amor en demasía que es locura.<br /><br />Amor tocata y fuga en su estructura,<br />Sonidos que se escapan del infierno<br />Con poder musical ante el averno.<br /><br />La música es divina aunque tortura<br />O invade plenamente de ternura,<br />Momentos inmortales, son eternos.<br />Dios inmortal<br />Y el sonido del alma,<br />Amor divino.<br /><br />The music and the soul<br />Angelical eloquence is music in the soul<br />The vision of the sublime where word gets broken in the notes of the divine<br /><br />Too much of love is real and truly madness<br />The reason without reason of the heart,<br />The purity itself the sound of art<br />Is reality, is beautiful and greatness.<br /><br />It is the very top of being highest<br />Like the angels of God, transfiguration<br />Of sounds divinely reaching near the fares<br />Sublime profound, it’s God in adoration.<br /><br />The power of inspiration within self,<br />Love, might be touch and run, its own structure<br />Being notes and sounds the escaping hell itself.<br /><br />Within the eternal now of the future<br />Flying to heavens flies to nest of love,<br />Tender or torture the serpent or the dove.<br />Divine love<br />It is the sound of the soul,<br />¡Oh eternal God!<br /><br />Dios familia del ser<br />Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser<br />Como Creador acción creadora de ser<br /><br />Bella increada oración como salterio<br />Sol eterno y zenit que no declina<br />Profundidad sin fin que no termina<br />Del reino de los cielos y su imperio.<br /><br />La intimidad de Dios es un misterio<br />Inagotable manantial y mina<br />De amor eterno y realidad divina<br />Y el ser en pleno con su vida en serio.<br /><br />Arquetipo de vida familiar<br />El ser divino y su total esencia<br />Y el inmenso infinito en su existencia.<br /><br />Plenitud esencial para engendrar<br />Consciente de su ser en su presencia<br />De amor filial, paternidad de amar.<br />Amor renace<br />Paternidad que nace,<br />Pleno en su ser.<br />La dicha de la paz<br />La guerra por la paz sobre la tierra<br />Es triunfo de la vida celestial<br /><br />No me puede servir tanto en el alma<br />Escribir y entender la vida mía<br />Manantial que me inspira poesía,<br />La dicha de la paz, más que la fama.<br /><br />El fruto del amor del sol en llama<br />Raíz de eternidad, no fantasía,<br />Árbol en flor de la sabiduría<br />Divina inspiración, a esto me llama.<br /><br />Milicia de la vida terrenal<br />Divino florecer, vida divina<br />De la gracia de Dios que me fascina.<br /><br />En el Verbo lo eterno es inmortal<br />La palabra del ser, siendo germina<br />Vida eterna, la vida celestial.<br />La eternidad,<br />Comparte el ser divino<br />Nuestro destino. <br />Al santo Cristo de la cruz d piedra<br />Inconmovible roca de la fe Cristo en la cruz<br />Que con amor eterno resucita y nos salva.<br /><br />Divina salvación el alma medra<br />La esperanza de ti que no se cansa<br />Y aquí está Cristo en su cruz de piedra,<br />La paciencia de Dios que no descansa.<br /><br />¡Oh mortal que caminas como hiedra<br />Para abrir su costado con tu lanza,<br />Despójate del miedo que te arredra<br />Por haber traicionado su confianza!<br /><br />Su voz del corazón está llamando<br />Al morir en la cruz crucificado,<br />Amor eterno lo ha resucitado.<br /><br />Cristo el hijo de Dios nos sigue amando<br />Con amor inmortal que nos conmueve,<br />¡La roca de la fe jamás se mueve!<br />Cristo en la cruz<br />Que eterno resucita,<br />Nos sigue amando.<br />Riqueza del Creador y la Creación<br /> La riqueza de Dios es brindis de amor y poesía<br />En el banquete de su sabiduría<br /><br />Agua viva divina tal parece<br />Que da vida, que nutre y acaricia,<br />Vive el justo de fe y en ella crece<br />Dichoso el corazón y su alma limpia.<br /><br />Pierde a Dios quien se llena de soberbia,<br />Pobre mundo el que existe en la inmundicia <br />Y es riqueza sin Dios, todo es miseria<br />Porque al hombre destruye su malicia.<br /><br />Cristo eterno es divina beatitud, <br />La riqueza de Dios toda en su mina<br />De eterno manantial fuente divina.<br /><br />Lo humano y lo divino en plenitud<br />La riqueza de Dios es poesía,<br />En el banquete de su sabiduría.<br />Humildemente<br />Cristo, siendo el más pobre,<br />Riqueza de Dios.<br />La oblación de Lupita<br />Alguien que vivió el milagro sin queja<br />Y amó la vida en tan larga enfermedad heroicamente<br /><br />Amor de Dios se inmola en esa pena<br />Nacer, vivir, luciendo hasta morir<br />Con la fe y el deseo de vivir,<br />Mientras Dios da la vida, siempre es buena.<br /><br />Gratitud de vivir jamás se apena<br />Lo que importa ante Dios es bendecir<br />Lo malo se hace bueno al elegir,<br />Mientras Dios la regala no es ajena.<br /><br />Lo entendamos o no El lo comprende<br />Es cosa del destino el don divino,<br />Las cosas pasan como a Dios conviene.<br /><br />La llama de la fe el amor la enciende<br />Y unida el alma a Cristo todo entiende,<br />Es cosa de la fe, no lo adivino.<br />Nuestra oblación<br />En la muerte de Cristo,<br />Morir y vivir.<br />La riqueza<br />Sus puntos de vista <br />El temporal y el eterno<br /><br />Los bienes y los males, cuanto tienes<br />En tus manos los tienes recibidos,<br />No reniegues ni des por maldecidos<br />Tienen mucho de bueno si te avienes.<br /><br />Vence el mal con el bien, todos son cienes<br />Según la Providencia convenidos,<br />Dalos siempre por siempre bendecidos<br />De donde Dios los mira, son tus bienes.<br /><br />La paciencia de Job se ve pequeña,<br />Cristo muere y nos da la contraseña<br />Ciento por uno y la vida eterna.<br /><br />Divina roca e inconmovible peña<br />Verdad de Dios que la verdad enseña,<br />Que el amor es la vida sempiterna.<br />Más a los demás,<br /> Es la riqueza de Dios<br />Y la de Cristo<br />La realidad de Dios<br />Por la fe la Palabra de Dios es la semilla<br />Que florece en el alma divina maravilla<br /><br />Escuchando el sonido de su voz<br />Es un concepto de la filosofía<br />Y la belleza de la poesía,<br />Las neuronas del hombre, hacen a Dios.<br /><br />El reino de los cielos en el alma<br />Plenitud de los tiempos, aun no visto<br />Realidad de la fe que existe Cristo<br />Que es triunfo del amor, divina palma.<br /><br />Solo Él sabe su eterna realidad<br />Visión beatífica de eternidad,<br />El concepto de Dios, nunca es El mismo.<br /><br />Su presencia en el alma y la bondad<br />Del amor, amor eterno de amistad,<br />¡Profunda realidad, todo ese abismo!<br />Realidad de Dios<br />La visión de sí mismo,<br />¡La fe del alma!<br />Paternidad y el bien sumo<br />Atesorad en el cielo<br />Sin orín sin polilla ni robo<br /><br />Paternidad de Dios que engendra el ser<br />Masculina eminencia y femenina<br />De fuerza maternal plena y divina,<br />Amor en plenitud digno de ver.<br /><br />Cristo el hijo de Dios, en El encarne<br />Su riqueza infinita, no termina<br />La palabra de Dios, eterna mina<br />Verbo divino su divina carne.<br /><br />Ser amigo de Dios, punto y aparte.<br />La buena nueva su divina historia<br />De perfecta y eterna trayectoria.<br /><br />El reino de los cielos lo reparte,<br />Divina filiación, El, la comparte<br />Y el hombre es heredero de su gloria.<br />Con Dios aparte<br />Tener la mejor parte,<br />El sumo bien.<br />El Hombre<br />Grito de la mujer que debe dar a luz porque el hombre no es el hombre<br />Poema que no es solo poesía sino esencia de la filosofía humana<br />Liberación femenina varón y hembra integración del hombre en la mujer<br /><br />Ideal, la realidad verdad, de amar<br />Derecho sin machismo ni recodo,<br />La humanidad no se hunda en ese lodo,<br />Ven cantar de cantares sin errar.<br />Con el mismo derecho en su lugar<br />Macho y hembra es el hombre y lo es en todo<br />Y enemigos no son de ningún modo,<br />La fuerza bruta debe terminar.<br />Realizar la verdad cual debe ser<br />Es el sueño del hombre, don divino,<br />Hacer al hombre, un todo por lograr.<br />Integración por ser es el hogar<br />Masculino elemento y femenino,<br />El hombre es uno y otro en la mujer.<br />Y existe el hombre,<br />Como varón y hembra<br />En la mujer.<br /><br />Amor y vida<br />Realidad del hombre es el amor inmortal<br />Cada instante del tiempo lo hace eterno<br /><br />Valiendo todo sobre todo, amor<br />Es verdad, que la vida vale nada<br />Se va la luz, quedándose apagada<br />La conciencia de ser en su esplendor.<br /><br />Apegarse a la vida es un error,<br />Sin desprecio y jamás desesperada<br />Visión de fe del alma iluminada,<br />No teman, dijo Cristo sin temor.<br /><br />Vida eterna es la vida verdadera,<br />No muere para siempre cuando muere<br />Quien comparte conmigo y quien me quiere.<br /> <br />Si a las cosas del mundo me prefiere<br />El amor, es divina primavera,<br />Florecer de los cielos por doquiera.<br />No hay que temer<br />Que el triunfo del amor <br />Nos da la vida.<br /><br />Inspiración de Dios<br />Desde la cumbre de la ciencia y de la fe<br />Visión de Dios y el universo<br /><br />El tiempo pasa y queda la verdad<br />Que es de Dios en el fondo su presencia,<br />Vida eterna de Cristo en su existencia<br />Tan inmensa como la eternidad.<br /><br />La conciencia de Dios que nos alumbre<br />Viviente en plenitud, pleno entender,<br />Profundo el universo de su ser<br />Su divino escalar hasta la cumbre.<br /><br />Fe divina es visión y es conocer<br />La cumbre de entender y del saber,<br />Unida el alma a la divinidad.<br /><br />Es divino esplendor cual lo merece,<br />Eterno el Yo de Cristo y permanece<br />En la belleza de la humanidad.<br />Cristo en plenitud,<br />Inspiración de Dios<br />Y poesía.<br />Visión de libertad<br />La esperanza de vida inmortal<br />Mensaje de la paz del medio oriente<br />Puede mirar a Buda frente a frente,<br />Cristiana, la cultura espiritual.<br /><br />Equilibrio de fuerza universal<br />Su serena expresión luce elocuente,<br />Lo mira la cultura de occidente<br />El Buda en su perfil, paz oriental.<br /><br />Nada importa el dolor, mueren las olas,<br />Divina humanidad es una sola<br />Y espíritu de Dios la eternidad.<br /><br />Cristo y Buda y el hombre que se inmola<br />Somos grito que grita libertad,<br />Liberación, la luz de la verdad.<br />Perfil de Buda<br />Y en Cristo frente a frente,<br />Paz y libertad.<br /><br />Temporalidad eterna de Cristo<br />He venido para que tengan vida en abundancia<br />Dimensión de la misión en la visión de Cristo<br /><br />Milagro del mirar de su retina<br />Que mirando perdona los pecados,<br />Dios que puede quitar el palo dado<br />Presente eternidad, fuerza divina.<br /><br />El pasado que existe en el pasado<br />Encanta recordar y nos fascina,<br />En el futuro, cuando se adivina<br />Memoria e ilusión siendo llamados.<br /><br />El divino poder se extralimita,<br />Para el hombre es inmensa en su amplitud<br />La inmensidad divina y su actitud.<br /><br />A la gloria de Dios que es infinita<br />Cristo vivo que muere resucita,<br />Maravilla del tiempo en plenitud.<br />Es Cristo eterno,<br />Pasado, y el futuro<br />Maravilloso.<br /><br />Dios familia del ser<br />Intimidad personal de sí mismo su plenitud de ser<br />Como Creador acción creadora de ser<br /><br />Bella increada oración como salterio<br />Sol eterno y zenit que no declina<br />Profundidad sin fin que no termina<br />Del reino de los cielos y su imperio.<br /><br />La intimidad de Dios es un misterio<br />Inagotable manantial y mina<br />De amor eterno y realidad divina<br />Y el ser en pleno con su vida en serio.<br /><br />Arquetipo de vida familiar<br />El ser divino y su total esencia<br />Y el inmenso infinito en su existencia.<br /><br />Plenitud esencial para engendrar<br />Consciente de su ser en su presencia<br />De amor filial, paternidad de amar.<br />Amor renace<br />Paternidad que nace,<br />Pleno en su ser.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-75786260873458114342012-03-31T15:36:00.000-07:002012-03-31T15:40:48.213-07:00La Octava MaravillaTrascendencia hipercósmica del mundo<br />Anécdotas de mi vida<br />Del celibato sacerdotal al matrimonio cristiano<br /><br />Prólogo del Autor<br /><br />Amigo lector, ahora que te considero un nuevo amigo quiero hacerte saber que he conversado con mis amigos y familiares y algunos que no lo son siendo como si lo fuesen, y por eso al comunicarme contigo, te participo sobre el tópico de nuestra conversación. Tratábamos de identificar el porqué, por quien y para que publicaría o no este libro, autobiografía de mi vida. Te hago saber que al fin de cuentas de lo que hablamos, descubrí lo más importante que me interesa. Me puse a pensar que Dios es una maravilla en cada ser humano, no solo como individuo sino en la dimensión de la realidad histórica de toda la humanidad. Toda ella es un problema serio para el mismo Dios y para el hombre, a pesar de lo cual estoy seguro que con espíritu de fe creemos que Cristo lo ha resuelto y nos entusiasmamos en resolverlo sabiendo que El, siendo Dios mismo es tambien el mejor amigo del hombre. Me parece que la presencia de Dios se trasluce en el medio divino de la vida de cada quien que le descubre, lo cual es posible si el alma humana se abre a la experiencia de Dios, siendo esto lo que enuncia Cristo al decir que su reino lo establece dentro del ser humano y de la humanidad en la interioridad de la vida del alma. El libro de Job nos señala que la vida del hombre es milicia sobre la faz de la tierra y se debe vivir con espíritu de fe bregando con el bien y el mal con la esperanza cierta de una victoria final en medio de triunfos y derrotas. El justo vive de fe. Recuerdo el mejor consejo de mi padre que jamás olvido de permanecer fuerte en la fe e invencible en la lucha. La fe en Dios como la de Abraham se amplifica en la visión de Cristo que persiste en indicarnos que de nada sirve al hombre ganar el mundo entero si menosprecia como objetivo principal el triunfo de lograr la plenitud gloriosa de la vida del alma que viene a convertirse en el privilegio de ser elegido eternamente al reino de Dios que se gana en el mundo pero que no le pertenece, porque el reino el de Cristo, el de Dios y el del hombre no es de este mundo. Invencible la fe visión del plan de Dios que eleva al hombre y a la humanidad en Cristo cuya redención se verifica eternamente en la plenitud de la resurrección y de la gloria. Que otra visión del destino del hombre es capaz de parangonarse al plan de Dios que anuncia al mundo que el cielo y la tierra pasarán pero no el mensaje ni la misión de su palabra.<br />Amigo lector, para terminar mi prólogo voy a transcribir para ti el comentario del padre Antonio Téllez que me hizo el honor de presentar “Poesía de la Esperanza” epopeya del ser humano al Yo divino en la Feria del Libro de Guadalajara el tres de Diciembre del dos mil once. Pensé que también vendrá al caso compartir contigo en el prólogo estos dos sonetos inspirados con este particular propósito de introducir para ti la epopeya de mi vida hacia el Yo divino.<br />1.- El lenguaje es “la casa del ser” y la estancia donde se siente mejor “como un dios, casi dios” es en la estancia de la Poesía (Schlaiermacher, Heidegger, Gadamer)<br /> 1.1.- Octavio hace honor, dignifica, crea lenguaje para arropar al hombre, darse el hombre en pluralidad de horizontes el más propio, el más digno, sentirse, comportarse, ser casi un dios. Platón lo afirma en la República: para convivir los hombres en la ciudad es necesario que sean dioses o, al menos, conducirse como si lo fueran.<br />1.2.- El lenguaje como instrumento comunicador de ideas, hechos y sentimientos, un medio eficaz en los procesos terapéuticos de la interioridad y exterioridad del hombre, en lo privado y lo público, en lo individual y social, en los dramas individuales y colectivos. El hombre como cúmulo de posibilidades de diálogo, de comunicación de conversación para debatir, discurrir, tomar acuerdos y disentir con toda dignidad y libertad en el arduo y sinuoso camino de la búsqueda, encuentro y actuación de la verdad.<br />1.3.- Solo la palabra, el lenguaje, posee la fuerza esperanzadora de volver a la realidad, de respetarla, estimarla y desarrollarla. Sólo la palabra nos volverá a capacitar para abrir nuestras bocas y nuestros oídos interiores y exteriores para volver a escucharnos, para volver a entendernos, aceptarnos y, de ser posible, ponernos de acuerdo en los océanos y universos por donde deambulamos confundidos, perplejos, extraviados.<br />2.- Torrencial inquietud inquisitiva.<br />Estruendo de sed, sed del alma <br />Con filosofía, con esperanza, con poesía.<br />2.1.- Es necesario volver a la realidad, pero no a cualquier realidad, sino a la realidad más sublime, excelsa, sagrada, la realidad del espíritu humano con sed de edificación de la personalidad moral, en ara de la búsqueda y encuentro de sí mismo y del otro en el horizonte de lo que hay de interior más digno y libre en el hombre: su mente, su conciencia y su corazón, levanta el vuelo hacia el horizonte de lo místico que da y confiere sentido a lo que el hombre siente, piensa, dice y habla con unidad y coherencia, con intención de voluntad buena, no fingida ni simulada, con certeza verdadera que explica y justifica la existencia humana.<br />2.2.- Es preciso apuntalar la esperanza de que el día de mañana todo puede ser distinto, de que existe un porvenir que ya está aquí en lo tangible de cada día pero todavía no llega a la plenitud de la vida humana.<br />2.3.- Requerimos de la buena palabra poética que nos reavive el ánimo para volver a soñar sueños nuevos, para imaginar un mundo que vuelva a ser niño, un mundo en que sea posible lo imposible.<br />3.- El sueño de esperar es poesía.<br />3.1.- Vivimos y duramos entre la espera y la esperanza, pero siempre en la condición de pastores cuidando de que no se nos aplace la esperanza, no queremos seguir siendo un país, una familia, una ciudad, una comunidad bucólica, un continente de esperanzas aplazadas (dice el poeta Neruda) : tal vez el año que viene, quizás el sexenio siguiente, puede que el siglo venidero y sin ser los pastores de nuestro ser porque lo hemos confiado a pastores mercenarios y espúreos se nos frustra la esperanza quedándonos en “la dicha fugaz e inicua de perder el tiempo”( R. Leduc) y las ocasiones de crecernos y desarrollarnos en las alturas del espíritu.<br />3.2.- El poeta que presentamos nos lleva de verso en verso de palabra en palabra a alturas insospechadas del multiforme horizonte del espíritu, de su moralidad, de su espiritualidad, de su mística.<br />3.3.- Somos filosofía, somos esperanza, somos poesía; ellas son el arsenal para vivir la muerte y para morir la vida. Volvamos a filosofar, reforcemos la esperanza con el vigor del espíritu, volvamos a ejercer la intransferible, irrevocable e irrenunciable vocación de ser poetas como lo testimonia Octavio en Poesía.<br /><br />Antonio Téllez Martínez, osa.<br /><br /><br />Sin fama ni gloria del mundo<br />La historia de la salvación es cada instante del presente futuro de la humanidad<br />Que se convierte en una eternidad<br /><br />¿Que me inspira a escribirle a todo mundo?<br />Yo ignorado del mundo y de la fama<br />No soy nada ni nadie a quien aclaman,<br />Tan solo cuento con mi amor profundo.<br /><br />No existe el mundo para verlo inmundo,<br />Y amor divino en encendida llama<br />Es el de Cristo y salvación proclama,<br />La pureza de Dios y amor rotundo.<br /><br />No son nada ni nadie sin el hombre<br />El universo y toda la Creación,<br />Dios los hizo por gloria de su nombre.<br /><br />Plenitud en su Voz, Cristo renombre, <br />La palabra divina en redención<br />Hasta la cumbre de la resurrección.<br />El reino de Dios<br />No es la gloria del mundo,<br />Lo es de los cielos.<br /><br />El sueño de la inmortalidad<br />Deseos de inmortalidad del alma humana la realidad de Cristo<br />Árbol de la vida cuya plenitud tiene raíz en su divinidad hacia la vida eterna<br /><br />Todo es una ilusión que ya pasada<br />Deja todas las cosas como están,<br />Los sueños de inmortalidad se van<br />Y en este mundo, no se queda nada.<br /><br />La muerte nunca tiene coartada<br />Nadie ignora que algún día morirá,<br />Realidad inmortal, resucitará,<br />En la fe de que Cristo volverá.<br /><br />Frutos de amor que ve la eternidad<br />Despertar de los sueños inmortales<br />La profunda raíz de la verdad.<br /><br />Realidad de los sueños, se hacen reales<br />Renovados de Cristo en sus ideales<br />Siendo el árbol de la divinidad.<br />No vivo yo,<br />Por el don de la fe<br />Cristo, vive en mí.<br /><br /><br />Sinopsis<br />Baluarte ante lo efímero la eternidad de Cristo<br />El pasado ya no existe y cada vez menos lejano el futuro pronto se convierte en pasado<br />Solamente existimos en cada instante del presente<br />El recuerdo de un futuro inmemorial como momento eterno se identifica en Cristo<br />Este momento es el de la Eucaristía testamento y testimonio nuevo y eterno<br />La humanidad puede nutrirse de este alimento manjar divino del cuerpo místico de Cristo<br />Ven Cristo eterno Y divino presente.<br />El hombre como fenómeno humano de la existencia se descubre a sí mismo en su hipótesis del tiempo y de la eternidad como teoría de la realidad posible cuyo análisis va analizando a través de un proceso de aspiraciones de su propia epistemología que al final de cuentas más que teoría de conocimiento vine a ser un verdadero artículo imperativo del espíritu sobre la materia de la fe viva. La realidad de creer en sí mismo le exige el aceptar la dimensión de otra realidad superior que le induce hacia ese imperativo absoluto de creer en Dios. Esto lo convierte en objetivo de su vida si decide ser sincero y autentico con la verdad en la autenticidad de su existencia para lograr su destino cuya dimensión es humana y divina.<br />Autenticidad de Dios en el hombre<br />Es la verdad de la autenticidad de Cristo<br />Cuya divinidad es la gloria de la humanidad que Dios mismo nos descubre.<br /><br />Evidente el axioma de que existe<br />Lo efímero en su ser sin consistencia,<br />Se pregunta el porqué de su existencia<br />Y en su ser, si es posible que subsiste.<br />La posible verdad de que persiste<br />Buscando responder con insistencia<br />Descubre contestando su conciencia<br />Sabiendo o por saber en qué consiste.<br />Hay un dato esencial a la verdad<br />Que supera la duda y sus recodos<br />Con la intuición de su autenticidad.<br />Lo autentico del ser es de ese modo<br />En el espíritu de la unidad,<br />Una sola verdad lo integra todo.<br />Es autentico<br />Que Cristo es el enviado,<br />Dios lo descubre.<br /><br /><br />Primera Parte<br />Realidad del hombre en el cuerpo místico de Cristo<br />Y autobiografía.<br />Exordio.<br />Existe una octava maravilla del mundo en cada hombre cuya autenticidad se realiza como primordial espectáculo delante de Dios y del mundo que hace historia. La historia que se escribe en el libro de la vida. Ese gran día acontece la evidencia total y el inevitable presente compareciendo ante el Creador el ser humano como creatura responsable de su sino y su destino ante la realidad del ser divino. No es cosa solamente de juzgar la vida como teoría de la existencia. Es la verdad real que se ha vivido como práctica de vida vivida con responsabilidad o sin ella. En el contexto de lo que llamamos naturaleza humana los seres humanos aprendemos a ser conscientes de lo que somos y de lo que debemos ser. Aprendemos también el lenguaje que viene a ser como la casa de nuestro ser con las diversas dimensiones que nos competen sean como individuos, como familia y como sociedad en la existencia de nuestra especie y su posible trascendencia. Nuestra realización de seres humanos depende absolutamente de ser creados desde antes de nacer, cuando nacemos y a través de nuestro crecimiento necesario. Solamente así es posible el subsistir de nuestra existencia. Y esta experiencia viene a ser el punto de partida de esa realidad imperativa, absoluta e imprescindible de que somos creaturas capaces de intuir el fondo de esta realidad definitivamente imperativa y correlativa de la idea del Creador en el contexto de la existencia, Dios, autor del ser y de la naturaleza humana.<br />Ha sido proyección histórica de la humanidad que inicialmente se origina del humanismo de la cultura helénica del pueblo griego, elegir siete maravillas del mundo como realización que destaca entre las tantas que son singular orgullo y admiración grandiosa del espíritu creador que maravilla al ser humano. Estas siete maravillas se han hecho objeto de verificación y divergencia genérica en la cultura universal del humanismo actual en el siglo veintiuno a través de la historia en variadas y diversas dimensiones del arte, la belleza y la naturaleza misma. El título único y exclusivo como octava maravilla del mundo de lo humano y lo divino por antonomasia pertenece a Cristo como paz de la tierra y gloria de los cielos. El es la persona cuya misión de Dios y hombre verdadero tiene una proyección eterna fuera y dentro del cosmos antes y después del tiempo y de todo el universo, perteneciendo al reino de los cielos en su altura y profundidad, intimidad eterna, grandiosa e infinita en la plenitud absoluta del ser y de su ser. Y esta elección como octava y absoluta maravilla única, se origina de las entrañas mismas de Dios.<br />Y para el hombre viene a ser divinamente admirable su participación vital como autentica realidad de esta octava maravilla al poderse convertir en miembro viviente del cuerpo místico de Cristo. La realidad de Cristo nos propone a Dios no solo como Creador sino como Padre de manera que en esta pequeñez de la tierra casi imperceptible en el universo existe la vida humana y divina. Nacidos de la madre tierra más que nacer de nuestras madres nacemos de la voluntad de Dios con la Navidad, morimos con la Pascua y resucitamos con la gloria de Cristo, en la milicia de su ser y en la realización de su plenitud que proyecta adentrar la humanidad en su cuerpo místico uniéndonos a su ser eternamente. El reino de Dios está en medio de nosotros y dentro de nosotros y es Cristo mismo que se convierte en nuestra propia vida uniéndonos a la suya que es eterna, la vida de su Padre, en El y también esa vida nuestra en nosotros. Y todo esto acontece en un encuentro personal de mutua integración y perfecta amistad inquebrantable entre la persona humana que somos y la persona divina de su ser y nuestro ser o desgraciadamente deja de acontecer. La sabiduría de Dios que justifica o condena al hombre tiene una proyección universal que solo a Él le pertenece y es absurdo para el hombre pretender juzgar al ser divino para justificarlo o condenarlo o tal vez para negarlo. Tras de las puertas infernales tras de las cuales se pierde toda esperanza, se lamenta haberlo pretendido, eternamente. A través de la vida de cada hombre está la misteriosa fuerza del espíritu de Dios que pretende salvarlo con el poder de su amor y su misericordia siendo la salvación tan maravillosa como la gloria de Cristo. El gran error no es que Dios nos deja de su mano sino que nosotros los seres humanos nos dejemos de la mano de Dios.<br />Primera Parte prosigue en mi autobiografía<br /> Pasajes de mi vida hacia el encuentro con Cristo. El, quien es razón de la existencia humana para todos y cada uno de los seres humanos familia de los hijos de Dios.<br />Rapsodia uno sobre los preámbulos de nacer.<br />Ahora más que nunca después de setenta y cinco años me gusta más el nombre que me escogió la abuela paterna. No fue el de mi padre a pesar de ser el primer nieto varón de su descendencia. En la familia por una y otra rama del árbol genealógico no había habido nadie que se llamara Octavio. A no ser que nuestras raíces latinas profundicen tan hondo y sin saberlo en este árbol de nuestros ancestros el octavo hijo de algún latino, verdaderamente muchos siglos atrás, fuese llamado con este nombre por ser el octavo hijo de familia. Irónicamente mi hermano que se llama Carlos como mi padre, sí es el octavo hijo de nuestra familia. Evidentemente siendo un gusto en verdad inmenso el saber cuál es la octava maravilla que ha podido hacer Dios mismo, no es la razón de mi gran alegría por mi nombre la que fuese de mi abuela por importante que lo fuere para ella. La razón de mi alegría es incomparable, con todo el respeto que se merece abuela y bisabuela en su propósito de honrar la memoria del Dr. que atendió a la bisabuela madre, este Dr. cuyo nombre era Octavio y que a su parecer, lograse arrebatarla de las garras de la muerte. Estoy seguro de que mi abuela me comprendería y estaría de acuerdo conmigo, suponiendo que valorase como es debido lo que significa el bautismo cristiano en su dimensión espiritual. Ella y mi abuelo fueron mis padrinos de bautismo. <br />Mi abuela materna Dolores Rueda de Prieto Díaz murió en la ciudad de México con la ilusión de vivir en lo que hoy es Apaseo el Grande, que es la tierra paterna y mi tierra natal. Ella, mi abuela fascinada por un lugar donde sobreabundase el agua ni lo llegó a conocer ni supo de su historia pre colonial bajo el influjo de aztecas, tarascos y otomíes, ni tampoco se imaginó de la Casa Grande gloria del barroco mexicano, casa que rentaría mi abuelo Emilio que sobrevivió a la abuela. El interés primordial de ambos había sido ese la abundancia de agua. En sus entornos el famoso manantial del Nacimiento daba origen a sus bosques de sabinos. Sus acequias favorecían la multitud de huertos con todo género de árboles frutales y una inmensa variedad de flores tanto ornamentales, decorativas o silvestres que eran el orgullo de toda la región. Mi abuelo según explicaba mi madre pretendía complacer a su querida esposa y tenía tramitado su ascenso de la estación ferroviaria de la hacienda de Cazaderos cerca de San Juan del Río a la estación de mi pueblo de Apaseo. El padre de mi madre don Emilio y según entiendo también su padre don Félix así como otros miembros de sus descendientes fueron empleados ferrocarrileros desde su juventud. Fue así como mi abuelo materno, don Emilio Prieto-Díaz recientemente viudo vino a tomar el cargo de jefe de estación con la responsabilidad de una familia de siete hijos huérfanos de madre. Mis padres se complacían en platicarnos de la familia sorprendiéndonos particularmente lo de la abuela Dolores cuya muerte aconteció como terrible sorpresa, al margen de los planes familiares ya que murió en la sala de operaciones en una operación quirúrgica que aconteció como emergencia. Orgullosa mi madre se deleitaba contando de su mamá Enriquetita por quien ella fue llamada Enriqueta, que en realidad era su abuela por parte de padre y vivía inicialmente con la familia allí en Apaseo y era una linda viejecita de pelo rojizo y ojos azules. Tenían que sentarla en una periquera, silla alta, para peinarle su cabellera que le daba hasta los tobillos. A los dos o tres años de las nupcias de mi abuelo que se casó con una prima de mi padre, mis padres también contrajeron matrimonio. Sobre todo mi madre y a veces también mi padre aludían con frecuencia a su noviazgo en la conversación familiar. Nos contaban de cómo siendo novios en ese entonces con el propósito de verse, mi padre tenía que venir a caballo por la noche desde la Hacienda de Ameche donde trabajaba como joven administrador y de cómo fue asaltado en cierta ocasión. Pero valió la pena correr ese riesgo con tal de ver a mi madre.<br /> Yo memorice desde mis primeros años sobre el lugar donde nací. Me imagino que también mi hermana mayor habría nacido allí. Era la casa de don Maclovio situada al frente de la Casa Grande en el mero corazón de mi terruño de Apaseo. Y debió ser una casa pequeña para la gran familia casi patriarcal que mi abuelo logró más tarde mantener por nueve años en el lugar donde se mudaron con su familia y la nuestra a dos cuadras de la Casa Grande a vuelta de la esquina de Terán sobre lo que históricamente fue el camino real y entonces la calle Morelos. Recuerdo siempre esa dirección inolvidable de toda mi niñez, Morelos 80, diez veces el ocho como simbólica fascinación.<br />A través de mi vida infantil aprendí las oraciones del amanecer, las del anochecer y las de acción de gracias después de los alimentos. Son bellísimas no solo por su contenido esencial sino por su sabor castizo. El idioma más propio de la oración para comunicarse con Dios es el de todas las lenguas, entendido que lo que Dios busca es la sinceridad del alma y la humildad del corazón. Me imagino que el mismo Dios estaría de acuerdo que le gusta el español, para quien aprendiese del gusto de la poesía de los místicos españoles. Sobre todo el saborear del misticismo amoroso, profundo y apasionado acompañado de la sinceridad del corazón. Yo por mi parte me admiro de tan bella síntesis teológica de estas oraciones en que palpitan con vivacidad única los misterios del Cristianismo que profundizaría en mis estudios de teología. Recuerdo ahora y creo que alude esta oración a esa realidad de toda mi vida, la realidad de que desde aquel entonces nos mostró su generosidad la Divina Providencia. “Gracias te doy Señor por la vida y el sustento. Tú nos lo das por quien eres. No porque yo lo merezca. La Divina Providencia se extienda en cada momento para que nunca nos falte casa, vestido y sustento.” Esta fe y confianza en la Divina Providencia ha caracterizado a nuestra familia toda la vida para la mutua satisfacción del buen Dios que se complace de ser reconocido y por parte nuestra, nos convertimos en beneficiados agradecidos de sufragar nuestras necesidades satisfactoriamente a través de los años de nuestra existencia.<br /><br />Rapsodia dos. Nueve años de mi infancia.<br />La casa de Morelos 80 fue donde se estableció como familia patriarcal don Prócoro Esquivel y doña Guadalupe Oliveros de Esquivel, mis abuelos paternos con sus cuatro hijos solteros, con sus dos hijas casaderas y con la pareja de mis padres ya casados, don Carlos Esquivel y doña Enriqueta Díaz de Esquivel y conmigo y mi hermana Dolores dos años mayor que yo. Era una casa inmensa como pequeña finca dentro del pueblo. Era propiedad de Conchita Manríquez que vivía también como parte de la familia hospedada en su cuarto vecino a la pequeña casa donde vivíamos nosotros, y estaba situada a mano izquierda de nuestra casita localizada a la derecha de Conchita y a la izquierda de la entrada de la casa inmensa donde habitaban mis abuelos y mis tíos solteros, conformando todo una misma unidad. Cuando digo inmensa no exagero ni tampoco cuando me refiero a la casa como una pequeña granja. Recuerdo la entrada decorada con unos cuadros con motivos bucólicos en verde y dorado sobre la pared en frente de la entrada a la pequeña estancia donde habitábamos la familia Esquivel Díaz. Pasada la entrada principal había un patio central convertido en jardín hogareño entre dos corredores con arcada en forma de portal. A mano derecha había una inmensa sala que por un tiempo albergaba no uno sino hasta dos pianos. Contiguo a la sala estaba un pasillo y la entrada a la recámara de mis abuelos y al lado dos cuartos albergue de mis tíos, no lo recuerdo pero debía haber otro más para mis tías. Al lado opuesto de este contingente estaba el comedor y la cocina y a mano derecha la entrada a un primer corral donde había el pozo para disponer de agua un cuarto de los retretes de madera y unos trojes para almacenar pastura y el corral en torno para otras aves de corral y las gallinas. El segundo corral era el de las vacas, de las cabras y de los caballos, contingente al cual se comunicaba por una puerta de golpe. Luego seguía un pasaje abrupto que se le llamaba la higuera, la nopalera y un camino hacia un frondoso árbol frutal que se llenaba de moras y era el vigía de donde se divisaba el alfalfal siempre verde a campo abierto cuyo límite era una acequia siempre llena de agua que corría felizmente del Nacimiento a la Calzada y a todos los huertos y sembradíos de los campos de esta región donde lindaba el caserío del pueblo por un camino bordeado de fresnos y callejones adyacentes. El corral de las vacas y las cabras tenía su propia salida con un portón paralelo a la entrada principal. Antes de la salida sobre la pared a un lado había una puerta que comunicaba con el comedor de nuestra pequeña casita y la pared del frente tenía una entrada que comunicaba a un cuarto en ruinas, con todos los techos caídos. Contiguo al comedor estaba nuestra cocina con sus hornillas de carbón y un patiecito al lado con el jazmín que mi madre adoraba. Al lado proseguía una sola recámara para nuestra pequeña familia. Los ventanales que daban a la calle el del comedor y el de la recámara mantienen un recuerdo especial para mí por anécdotas a los que más tarde voy a referirme.<br />La crianza que me dieron mis padres con el apoyo de todo el contingente familiar durante estos primeros nueve años de mi vida tuvo los pros y los contras que conlleva siempre la experiencia de la vida infantil en búsqueda de identidad y en la formación inicial del carácter y la personalidad. Ahora relaciono casi con clarividencia la dinámica de la familia y el efecto que logró en mí la herencia y el ambiente como factores de mi identidad. No era precisamente un niño de buena índole a pesar de mi inclinación natural a la lealtad y a tratar a toda costa de ser fiel a la verdad con espontanea sencillez. Recuerdo en relación con este tópico aquella anécdota de mi niñez. Aconteció en torno al mes de mayo, el mes de María y de ofrecer flores, con ocasión de una visita a una linda huerta de sabinos, nogales con un gran columpio que en particular atraía mi atención. Sin duda que mi madre y su hermana la tía Telle, como yo también lo estaban pasando de lo mejor ya que a las siete de la noche que pretendíamos salir de la huerta ya estaba cerrada y no había manera de salir. Afortunadamente encontramos una escalera y como decía mi madre haciendo un poder aunque fuese de palo, nos ingeniamos para salir. La advertencia de suma importancia que me repitieron varias veces fue de no decir a mi padre que fuimos a esa huerta y mucho menos que nos encerraron. Cuando mi padre me preguntó como la habíamos pasado yo le comente con toda espontaneidad que no fuese a pensar que fuimos a esa huerta y mucho menos que nos encerraron. Como soy optimista quiero pensar que aun no tenía uso de razón y que más bien que ser una tontería la falta de malicia en este caso me identifica simplemente como alguien inclinado a decir la verdad con espontaneidad.<br /> Creo que mi inclinación a la agresividad desde mi niñez es un tópico urgente para tenerlo bajo control, advertido por el decir de mi madre de que genio y figura hasta la sepultura. La anécdota de violencia que más recuerdo de mi remota niñez se refiere a mi método de usar mis votas mineras para protegerme de la burla de mis compañeros o de uno que otro burlesco pisotón, tal método que fue agrediendo las espinillas de quienes me provocaban. El comentario de una madre que preguntó a su hijo si yo era quien le había agredido fue un sorprendente no te dejes, coge un puñal y méteselo en la barriga. A pesar de que el mensaje era tan agresivo yo persisto en ser precavido y tener la ira bajo control afortunadamente por otra razón superior. <br />El mueble más importante por antiguo, fuerte y hermoso de nuestra pequeña casa era el juego de comedor que conserva en perfecto estado hasta la fecha mi hermana mayor. La mesa se ha conservado integra y todas las sillas originales se han perdido pero no el hermoso aparador, la vitrina ni el trinchador, todos ellos orgullo de mi madre con su cristalería a través de los años que felizmente a pesar de su terrible enfermedad siempre disfrutó. Recuerdo tres interesantes anécdotas en el comedor. La primera a la que quiero aludir no es para acusar a mi hermana de tramposa sino para aclarar mi situación ante mi madre que me decía que aprendiera de la niña que sí comía todas sus verduras. Resulta que un día se me ocurrió inspeccionar con curiosidad debajo de la mesa y llame a mi madre para enseñarle las verduras depositadas sobre una como tablita de madera allí debajo en esa área frente al lugar donde mi hermana se sentaba a la mesa. Tal vez me lo deban agradecer porque ya no perdió más la oportunidad privándose de las ricas vitaminas que le hacían falta para su desarrollo. Este comedor y en el singularmente la ventana que daba a la calle, fue testigo de mi perezoso atrevimiento con respecto a mi trabajo de escoger los frijoles. De la ración indicada por mi madre la mitad escogía y la otra mitad la arrojaba a la calle por la ventana, hasta que mi padre se extrañó de encontrar frijoles en ese lugar con una constancia que no dejó de crear sospechas, que bien pronto quedarían aclaradas en detrimento de mi holgazanería. Más interesante que andar hurgando en el comedor me encantaba hacerlo tras el ropero de mi madre donde ella tenía un secreto baúl con su traje de matrimonio, tal vez como reliquia del recuerdo. Ella me enseñó la tradicional costumbre de economía infantil llenando de monedas una alcancía. Se trata de mi gato consentido que ya casi estaba hasta el tope lleno de monedas. Un buen día no del todo bueno fui encontrando los pedazos de barro de mi gato sin un centavo para mi desdicha, allí en el dichoso baúl. Mi madre me consoló con la idea de que el gato de mi alcancía tuvo una riña con el gato de la casa y habiendo sido derrotado el ganador se tragó toditito mi dinero. Gracias a Dios ese dinero completó el pago de una visita del Doctor que vino a ver a mi hermana menor enferma de cuidado. Hay recuerdos infantiles que tal vez quedando en mi subconsciente los hago más bien conscientes por la tradición familiar de compartir recuerdos de nuestra primera infancia, sobre todo los más ocurrentes. Quiero aludir a aquella ocasión en que estando enfermo el Doctor vino a verme y al estar auscultando notó mi escapulario y me peguntó para que lo quería quedando tanto él como mi familia sorprendidos de que le respondí que para que Dios me cuidase de las malas lenguas. En otras ocasiones las historias son interesantes en sí mismas.<br />Sucedía en mis días de recién nacido que la señora Conchita, dueña de la casa y nuestra vecina inmediata me tomó un gran cariño y estuvo pendiente a tenerme en brazos tanto como ella quiso y yo lo pedía y no consentía oírme llorar. Mi tía Tere que era la menor moría de deseos de tomarme en brazos lo cual no le era permitido por su tierna edad. Era la menor de las hermanas de mi padre. Viendo nuestra celosa y dedicada vecina que no estaba en mi cuna se puso a buscarme sin lograr encontrarme por ninguna parte hasta que escucharon mi llanto tras la puerta de la sala de la casa de mis abuelos que fue donde mi tía Tere me escondió para evitar ser sorprendida de andar cargando con tan hermosa y delicada prenda como por cierto lo fuese yo en mi temprana vida. Algo cómico que aconteció incidentalmente y mi padre disfrutaba mucho de referir no fue una travesura infantil intencionada. Aconteció alguna vez al estarme cambiando los pañales mi madre y fue que yo como un geiser infantil la empape toditita a mi pobre mamá con una loción perfumada de penetrante aroma a ácido úrico infantil. Y pensar que esto se hereda hasta mi segunda generación como me refiere mi hija menor según dice ha sucedido con sus hijos mellizos que son mis honorables y lindos nietos quienes más de una vez le han repetido la misma farsa. <br />Hay recuerdos de la primera infancia de la vida que parecen ser provocados y se despiertan desde el subconsciente a través de recordar las experiencias viendo repetidamente objetos relacionados como el álbum de fotografías, o las prendas de vestir y sus colores o el tipo de tela o el estilo de las mismas que ha quedado en la memoria incipiente en su hábito de retener. Esto me acontece con mi traje de mi confirmación que era de terciopelo rojo. Recuerdo también que mi padrino don Vicente Mendoza de Apaseo el Alto me obsequió los únicos cinco pesos que me diese que fueron para mí como incipiente fortuna. Estoy seguro que mi madre los puso en mi alcancía que ya no fue la del gato de barro. Otra manera de puntualizar en mi memoria los recuerdos de mi niñez es reflexionando comparativamente mi edad con la edad de mis hermanas que más o menos nos llevamos dos años de diferencia. Por ejemplo mi hermana Lupita dos años menor que yo, ha sido la más lloroncita de mis hermanas y tuvimos que darle el bien merecido sobrenombre de llorona a pesar de que esto la ponía enojada pero más bien triste poniéndose a llorar con más ganas al escucharlo. Estoy seguro de que más bien que la siguiente hermana Yolanda fue Lupita la que en más de una ocasión dejaba a mi madre casi exhausta de paciencia sin parar de llorar fuese por sana o por enferma. Lo inolvidable de Yolanda según me creo es algo que no nos causó la felicidad que pretendieron nuestros padres cuando nació el día de los Santos Reyes por lo cual se gastaron el presupuesto en un gran regalo obsequiándonos una hermanita la noche del cinco de Enero aunque el efecto comenzara tal vez algunos días antes por ambos preparativos, de manera que en vez de juguetes había tres bolsos de dulces con una gran paleta de chocolate atada a la bolsa con un lindo moño de varios colores. Antes de que aclarase la luz del amanecer recuerdo haberlas visto en la penumbra sobre la máquina de coser de mi madre que estaba frente a la ventana que daba a la calle quedando esa imagen para siempre en mi memoria. En realidad creo que yo fui el más resentido y no mis hermanas a las que yo hacía este comentario de resentimiento infantil entre farsa y veras más de una sola vez. El siguiente relato se refiere a algo de lo que doy gracias a Dios y se trata de que siempre, me he sentido perfectamente identificado con mi masculinidad. Y me sorprendió más tarde en mi vida saber que hay un porcentaje de hormonas masculinas y femeninas en nuestro organismo cuyo equilibrio tiene que ver con la autenticidad de nuestra virilidad en el hombre o lo peculiar de la mujer en nuestra transformación somática y fisiológica a partir sobre todo de nuestra adolescencia. La anécdota por describir tiene que ver con una serie de cosas que me sorprende hayan acontecido aunque me las explico a satisfacción. Mi hermana mayor tenía su propia cama obsequio de mis abuelos que tal vez perteneció a sus hijos o hijas cuando su etapa infantil. En cuanto a mí se refiere entiendo según recuerdo que yo dormía al lado de mi madre que siempre estaba criando a un bebe menor que yo que tenía su propia cuna. El caso es que mis padres no me convencían que era tiempo que durmiese con mi padre bajo las circunstancias que no me convencían hasta que me dijeron que si no lo hacía un día amanecería convertido en mujercita. Santo remedio desde entonces por una temporada hasta que tuve mi propia cama empecé a dormir con mi padre. El otro asunto de mi identidad masculina pudiera haber sido de mayor cuidado. Aparentemente si no fuese que en realidad mi personalidad testificase todo lo contrario desde aquel entonces, lo que pasó lo interpreto como precocidad resentida relacionada con la atención por la que competimos desde niños en el ambiente familiar. Viendo que mi madre se empeñaba en el peinado de mis hermanas y acostumbraba decorarles al irlas peinando o al terminar su peinado con interesantes y llamativos moños de distintos colores yo le pregunte que porque a mí no me hacía esos moños. Ella espontáneamente me respondió que porque yo era niño y yo aun a la fecha me sorprendo de mi pregunta insistiendo sobre el tópico al decirle, y porque yo no ero una niña, textualmente. Es una fortuna el que mi espíritu de libertad que rallaba en los límites del libertinaje que profesaba de vez en cuando me lanzó fuera de casa para relacionarme con chicos de mi sexo como amigos, ya que siempre estuve rodeado de niñas en casa con mi padre constantemente ocupado fuera y yo con la compañía de ocho hermanas y mi querida madre. A este propósito de mi tendencia y espíritu precoz de libertad inquisitiva menciono la historia de mi primera riata infantil de charro mexicano que parece me trajeron de San Juan del Río. En vista de que me inicie en investigar los alrededores de la pequeña casa en torno a la gran casa y a veces salirme a la misma calle y a las casas vecinas, mi madre siempre ocupada sobre todo cuando lavaba me ataba de un pilar junto a la enredadera de su jazmín haciendo un lazo en mi cintura con mi propia pequeña riata. Un día que no me vio clandestinamente me le escape y ella al no verme más por allí cerca se asomó para verificar que de hecho no estaba allí y lo único que encontró fueron mis pantalones amarrados por la riata ya que me salí en calzoncillos a indagar por la misma calle donde finalmente me encontrara. La expresión andar de callejero que tenía una seria interpretación negativa para mis padres era un posible riesgo para mí por mi curiosidad de lo desconocido y mi temeridad de hacer más o menos lo que me venía en mente tarde o temprano cuando se presentase la oportunidad. En realidad esto de la calle que sí vendría a ser un problema más tarde, en mi vida infantil de entonces fue solamente un incidente que de algún modo daba indicios de algo que aun estaba por esperar. Mi radio de acción por investigar no había cubierto aun la casa de mis abuelos que de inmediato esperaba a lo que seguiría que sería lo de indagar mis inmediatos vecinos después de mis familiares. Era imperativo familiarizarse con la trayectoria de nuestra casita cruzando los patios hacia el primer corral para llegar al retrete único para ambas familias porque estaba situado como deje descrito anteriormente en esa área del lugar de la casa de los abuelos. Yo no recuerdo que la red de entubamiento de agua existiera entonces en nuestras viviendas, sujetos incondicionalmente para el servicio de agua a la del pozo y de la acequia cercana. Los límites convencionales de nuestras casas estaban bien definidos de manera implícita sin causar problemas gracias a lo bien equilibrado que acontecía nuestro parámetro de acción por una buena relación familiar de casi excelentes vecinos. Yo tarde más de lo razonablemente imaginado en entender los secretos de mi mamá y mi abuela cuando me pedía mi madre que fuese a pedirle un poco de tenme acá y ella, mi abuela me decía, sí hijito siéntate en esa sillita que ahora te lo voy a buscar. Cuando convenía en el tiempo pertinente de mi regreso o me informaba de que no lo podía encontrar y tal vez no lo tenía o me daba cualquier bobería. Algo que me interesaba hacer comedidamente por ayudar a mi abuela según yo, era sorprenderla con los huevos de las gallinas que acababan de poner. Ella ya sabía de sus gallinas ponedoras y las encerraba en un utensilio para ese propósito que era un cajón rectangular de lámina que contaba con cinco o seis compartimientos como trampa que tenían una especie de cortina de lámina con sus agujeros, esa trampa también se podía abrir y cerrar fácilmente sin que la gallina pudiese salir. Mi familia hacía fiesta a la anécdota de algo que alguna vez yo le dije a una gallina que no había puesto aun y tal vez era mi estribillo consuetudinario decirles a las demás, “ya poniste huevo, no has ponido nada y allí te quedarás.”<br />Las relaciones con la familia de mi abuelo materno aparecen casi tan solo esporádicamente comparándoles con la de mis abuelos paternos y su familia. Hay un pormenor que me hace pensar que esto no fue así inicialmente y que prefiero reservarme. Sin embargo hay otro algo a lo que sí quiero referirme y es que creo identificar lo que definiría como el primer gesto de la autoridad paterna sobre los dos primeros niños de la familia que entonces éramos Dolle mi hermana mayor y yo. Y esto nos lo refería mi madre y es que en esa ocasión de aquel entonces nuestro primo Enrique hijo de mi abuelo materno casado con una prima de mi padre como ya he referido, quien venía siendo también nuestro tío que me llevaba un año siendo mayor pero aun estando en el proceso de aprender a hablar les llamaba a mi madre Teta y a mi papá Tallo, naturalmente enterado en su capacidad infantil de alguna manera de que sus nombres eran Carlos y Enriqueta. Fue así como nosotros, mi hermana y yo dimos en llamarles de la misma manera que nuestro primo hasta que intervino mi padre haciéndonos saber que ya no habría más para nosotros sus hijos lo de llamarles Tallo y Teta porque a partir de entonces deberíamos entender y consiguientemente llamarles papá y mamá. Esto en realidad no lo recuerdo sino por referencia como lo que sí recuerdo vivamente ser experiencias vividas son escenas muy gratas que debieron ser realmente incipientes a nuestra memoria infantil y era uno como juego travieso lleno de singular cariño por parte de mi padre. Tal vez sobre el fin de semana que no tenía que ir a la oficina de gobierno donde trabajaba en la secretaría. Le gustaba hacernos reír con las cosquillas de su barba sin rasurar sobre nuestras mejillas con expresiones de halagüeña y tierna algarabía paternal poco comunes en la personalidad más bien seria de mi papá.<br />Algo muy importante de referir de mi abuelo Cocorito que se llamaba Prócoro es sobre su magnanimidad. Le llamamos así todos los nietos con especial cariño, me refiero a sus nietos por la rama Esquivel. Fue con nosotros muy generoso, con sus primeros nietos y más tarde con todos los demás. A mi hermana y a mí que le veíamos casi todos los días nos acostumbraba obsequiar un centavo como cariñosa dádiva que se convirtió en costumbre. En esos días las monedas comunes de cambio mínimo eran entre uno y diez centavos menos comunes las de dos que las de cinco centavos. Mi hermana mayor no conforme más con un centavo prescindiendo de él hizo entender a mi abuelo que esperaba un poco más y él le regaló una moneda de dos centavos que rechazó ella también como indicio de que esperaba la de cinco centavos que no logró. Yo que recogí la de dos contando con las dos anteriores ya tenía cuatro y me sentí orgulloso de casi llegar a los cinco centavos que ella deseaba. Es verdad que la economía familiar infantil se sujeta a evolución lógica tanto de la edad del consumidor como de los cambios del valor de la moneda y mi abuelo sin elucubraciones ofrecía amable y generosamente algo que desde su inicio le salía espontaneo de su corazón generoso en un estímulo que competía primordialmente más bien a mi padre. Creo que su persistente generosidad de darnos una moneda de cinco centavos esporádicamente durante la semana y diez centavos de domingo aconteció hasta que ya pasaba yo los nueve años que considero como la segunda parte de mi infancia anterior a mi adolescencia.<br /> Mis aventuras en explorar toda la gran casa fueron con un joven vaquero que además era responsable de la pastura que consistía en el rastrojo de la cosecha del maíz y en la alfalfa que cortaba del alfalfal del gran solar de la parte trasera de la casa. La experiencia más atractiva que recuerdo fue la de acompañarle cuando iba de cacería con su escopeta de municiones que aderezaba para disparar con pólvora una vez que rellenaba el cañón. Las más de las veces lo que le interesaba era el de casar güilotas que de inmediato desplumaba y exponía adecuadamente sobre las brazas de una lumbrada que improvisaba con leños y ramas secas que encontraba en el contorno por donde andábamos de casería. El ya estaba provisto de sal y después de salarlas me invitaba a compartir con él. No sé porque pero esas lumbradas me hacían pensar en los sacrificios de los personajes que iba conociendo en historia sagrada en mis primeras clases de la escuela parroquial. Me ponía a ver si el humo subía o se esparcía al derredor atribuyendo más que a la dirección del viento a la idea de si a Dios le complacía o no la ofrenda como nos contaban sucedería con las ofrendas de Caín y Abel hermanos protagonistas del bien y del mal. <br />Mis relaciones con mis tíos eran afables y amistosamente varoniles. Me encantaba que me tomaran ambas manos cuando una vez agachado habiendo introducido mis brazos entre mis piernas ellos me daban la vuelta hasta la altura de su cara haciéndome dar una gran maroma fenomenal. Algo que se pasó de la raya y pudo haberme dejado sin vida fue el simulacro de fusilamiento con un rifle de calibre veintidós que uno de mis tíos estuvo a punto de disparar. Afortunadamente se le ocurrió revisar si estaba cargado y resultó que sí, asustándose en gran manera de lo que estuvo a punto de acontecer. En tiempo de las cosechas yo hacía de las mías en grande sobre el rastrojo o la paja en los trojes del corral que se amontonaba a gran altura que me gustaba escalar y tirarme rodando volviendo a subir y repetir lo mismo hasta el cansancio. Y sobre los costales repletos de maíz o de frijol sobre los que brincaba incansablemente como un saltimbanqui que casi parecía ser profesional. Mis tíos eran aficionados a armar sus papalotes bien grandes, a veces hechos de manta y con el armazón de carrizo que tal vez para volar requerirían un vendaval. Yo siempre eche de menos con quien volar un papalote más discreto de manipular y en esta diversión como en la de pescar nunca tuve éxito con la experiencia que disfrutaban mis tíos mayores que yo, y yo, sin poder disfrutar.<br />Mi amistad con mi primo Enrique tal vez era lo que hacía posible raramente la oportunidad de relacionarnos con la familia política de mi madre. En una ocasión mi hermana y yo estuvimos visitando y nos sentamos a la radio a atender un programa infantil de particular interés. Cuando nos dimos cuenta ya estaba oscureciendo de manera que al llegar a casa recibimos un fuerte castigo y nos ordenaron ponernos de rodillas y quedar hincados en el comedor. El comedor estaba a oscuras y yo percibía por una rendija de la puerta al corral cierta luminosidad movediza entre la sombra que me hizo pensar y exclamar que era el demonio. Mi hermana se asustó más que yo y salimos dando gritos en busca de nuestros padres que estaban en casa de mis abuelos sin que nosotros nos hubiésemos percatado de ello. A partir de entonces las visitas a la casa de mi abuelo materno de mi parte fueron esporádicas y nulas según entiendo por parte de mi hermana. <br />En frente de nuestra casa vivía la familia de Don Ramón Mejía un señor que tuvo fama de rico y de que pagaba en oro no solo en México donde estudió sino aun en la cantina que frecuentase. Estaba casado con la Sra. Doña Amelia conocida mejor como Melita quien habiendo estudiado piano en París y dado algún concierto en Bellas Artes de la ciudad de México en verdad lo tocaba de maravilla. Este matrimonio vecino tenía tres hijos de familia, un hombre, Paco y dos mujeres, Lupita y Chavelita Mejía. Para el propósito de jugar y crecer felizmente con inolvidable amistad la cuestión vino a ser el comenzar porque se nos iba el tiempo a Dolle mi hermana y a mí en visitar de manera que teníamos que espiar la ausencia de nuestro padre en casa para que no supiese de nuestra hora de salida o de llegada. Se nos pasaba el día sin sentir. Y no era tanto por la música que en cuanto a mí toca el mayor provecho de ella en ese entonces fue el que se me quedó en el cerebro penetrando hasta en el subconsciente para disfrutarla después toda una vida de todo corazón. Lo digo porque hasta la fecha el escuchar melodías sobre todo de Chopin es lo mismo que volver a los años de mi infancia. La diferencia de edad no me favorecía compartir con Paco bastante mayor que las tres niñas y yo, en cuanto a edad Lupita y Dolle eran casi de la misma edad lo mismo que nos sucedía entre Chavelita y yo. El contraste en la manera de vestir en casa, era notorio entre los papas y mamas Esquivel y los Mejía. Sobre todo Don Ramón que usaba botas altas mineras y un pantalón de pana gruesa con bombachos laterales de la rodilla a la cintura y uno como sobre parche bien cortado en la parte trasera del pantalón y un sombrero cuyo estilo identifique más tarde y que en mi pueblo le llaman “saracov” y era color kaki. Me daba la impresión de ser una persona alta y fornida tal vez por el contraste con mi pequeñez de infante frente a alguien extraño en su atavío para mi experiencia de entonces. Algo parecido me acontecía al ver la manera de vestir lo más frecuentemente en su casa a la señora Melita a quien la recuerdo con una bata que me parecía llamativa por el barroco de su diseño contrastando en su color entre el blanco y el azul. La manera de vestir de mis padres no tenía la peculiaridad formal de la informalidad de estar en casa y tanto como mi padre, mi madre y también nosotros vestíamos la ropa del diario, y en nuestro caso el uniforme de la escuela o compartiendo la costumbre peculiar de la ropa del domingo o de salir. Teníamos Dolle y yo unos abrigos idénticos de hermosa lana azul marino con sus botones dorados y su escudo de marinero muy elegantes que siempre me parecieron a mí de buena clase comparados con las demás prendas de vestir. Me imagino que la tía Luisita de la ciudad de México, con quien vivió mi madre antes de su venida a Apaseo, se quiso realmente lucir en su visita deseando mostrarle su gran cariño a ella como a nosotros sus primeros sobrinos nietos por el lado de su media hermana ya ausente de nuestro mundo. Volviendo a la experiencia de nuestros días en la casa de los Mejía quiero mencionar que gracias a Dios fui afortunado cuando me tomaban como paciente y echando mano a las inyecciones que se suponía ser inyectadas a Don Ramón cuando estuvo enfermo, me las inyectaban a mí solamente frotándome la solución lo cual sin duda me hacía un niño afortunado. En realidad no lo fui siempre y me refiero a dos ocasiones. Una cuando invitaban a Dolle al Peñón, una propiedad en el cerro donde pasaban los días de vacaciones pero no me incluían a mí por ser un niño. Y la otra en la que a pesar de ser niño demostré ser todo un hombre muy digno o mejor ignorante caballero. A Dolle y a Lupita se les ocurrió ser nuestras madrinas de matrimonio y que Chavelita y yo nos íbamos de viaje de boda a Acapulco. Al subir a un carro de mulas abandonado en el corral de la casa no sé en qué forma sufrí un accidente cayendo en cima de un tremendo clavo que me hizo un orificio más que considerable en la parte lateral superior del muslo izquierdo bien cerca de la región glútea. Las madrinas volvieron a hacer de enfermeras y para detenerme la sangre me ataron la pierna en torno a la entrepierna con una pieza de tela nada limpia con que ataban un trapeador. Fueron días y meses de cuidados los de mi madre que por largo tiempo me curó la herida lavándome con agua de malva hasta su exitosa cicatrización que me dejó una cicatriz indeleble y un recuerdo inolvidable.<br /> Los vecinos de la casa al lado del cuarto en ruinas y del corral de las vacas tenían un camión de pasajeros que todos los días de la semana salía temprano y regresaba tarde y lo manejaba su mismo dueño Don Luis Primo haciendo la ruta del camino viejo de Apaseo a Querétaro. Me refiero a este camión que se llamaba “el Fargo” porque cuando estaba aprendiendo a leer creí que había un error en el gran letrero al lado del autobús y debía ser “el Faro”. La esposa de Don Luis se llamaba Juanita Cabrera de Primo y era una señora tan afable y bondadosa como mi madre. El hijo menor de la familia cuyo nombre es Alfonso dos años mayor que yo y que tenía una personalidad dominante me imagino que determinó el que mi padre no veía con buenos ojos que tuviese amistad con él. Ahora al recordar comprendo que tenía razón. Aunque nunca me invitó a fumar siendo yo tan pequeño si me percataba de que el escondía una cajetilla de cigarros de marca “Soberbios” de los que fumaba su padre. El los tenía en su escondite en el segundo piso que como el cuarto contiguo de mi casa a la suya también estaba en ruinas. Desde esa azotea se veía todo el corral de mi casa hasta el alfalfal y la acequia. La tía Pacita actualmente viuda de mi tío Bernardo con quien formó un hermoso hogar me recordaba una anécdota que yo ya ni tenía en mente teniéndolo en el olvido de mi memoria. Se trata de lo que me dijo de su hermano Alfonso en una ocasión que yo estaba haciendo una payasada burlona dando pasos solemnes frente a él, comiéndome un pan, tal vez el que Conchita me acostumbraba obsequiar y yo pretendía saborearlo sin invitarle a probar. Entonces el muy majadero de su hermano, cito lo que me dijo su hermana, me pidió que se lo mostrase de cerca dándole con la mano de modo que me lo tiró al suelo. La amistad con Alfonso acusa una de mis debilidades de aspirar a establecer relaciones con mayores que yo, lo cual me acarrearía serios problemas en mi madura infancia que pudieron tener peores consecuencias de las que quiero creer el Ángel de mi guarda y la Divina Providencia me libraron. Aparte del camión “Fargo” lo que más llamaba mi atención de la casa de mis vecinos es que tenían un pozo del que sacaban agua con un mecanismo de mano que al manipularlo por una palanca hacía subir el agua por bombeo. También me llamaba la atención un árbol de granado cuyos frutos Santitos, una viejecita familiar y muy importante en casa de los Primo cubría con un bolso de papel. Las granadas a punto de madurar las declaraba su derecho a la propiedad usufructo de su generoso granado. Mis primas que son las hijas de la tía Pacita se admiran de que yo les informe de una expresión típica de su abuela Juanita. Cuando conversaba usaba como estribillo una exclamación muy suya de la que ellas ni sabían, acostumbraba introducir su “es decir que….” en el contexto casi de cada conversación. Y yo mismo me quedo admirado de tantas cosas que recuerdo de estos vecinos y como ato y desato relaciones familiares y acontecimientos que ahora entiendo. En particular que el estilo de casas antiguas y la relación familiar de estas cuatro familias emparentadas en primera línea indican la antigüedad con que habían echado raíces en mi tierra natal. Estas eran las casas de Don José Estrella casado con una hermana de Don Luis Primo, Don Carlos Muñoz-Ledo casado con una hermana de Juanita llamada Rosalía y Don Jesús Cabrera hermano de Juanita casado con doña Margarita hermana de don Carlos. Actualmente la casa de los Primo sigue en pie o más bien a gatas por la triste condición en que se encuentra como un fantasma del ayer. Pepe Primo hermano soltero de Pasita vive allí y no se ha borrado en mi memoria y le recuerdo cuando se quebró un bazo y estaba en tratamiento con un entablillado que tenía pendiente una bolsa de arena que no sé porque tenía que cargar. Pepe acostumbraba invitarnos con Alfonso su hermano a darnos toques eléctricos con una maquinita que los originaba al maniobrar con rapidez una manivela y a veces para hacerlos más intensos metía los mangos de metal en un lavamanos con agua. Al lado de los Primo vivía un señor que me impresionaba como alguien siniestro porque le faltaba un brazo, y en la casa contigua vivía el matrimonio de Socorrito y su marido cuyo nombre no recuerdo si era Antonio pero sí recuerdo que era el organista de la Iglesia Parroquial. Allí vivían también Benita y Sofía que tenían una tiendecita a la entrada de la casa y todos ellos daban la impresión de convivir como familiares. Más tarde en la vida cuando Chavelita y su esposo Pedro heredaron esa propiedad que compró Melita me entere de que Don Basilio el abuelo de mi Cocorito originalmente era el dueño de esa propiedad y que una hija adoptiva suya el mismo Don Basilio la había puesto a vivir allí. También mi padre comentó alguna vez que su tío Genaro de Ojo Zarco le platicó de esa casa y le dijo que se le heredaría a él eventualmente sin entrar en pormenores reales sobre este asunto. Lo peculiar de los dueños de Ojo Zarco con relación a nuestro árbol genealógico es que don Francisco Vázquez y doña Guadalupe Ojeda que fueron los dueños de quienes se tiene referencia más remota fueron los padres de José Trinidad Vázquez cuya hija Ascensión vino a ser la esposa de don Basilio abuelo de mi abuelo Prócoro a quien ya me he referido. Don Carlos el hijo de don Basilio y padre de mi abuelo se casó con una hija de José Vázquez hermano de José Trinidad de manera que por el lado de los Vázquez se duplicó el parentesco de los descendientes Esquivel de Ojo Zarco. Entre las pocas casas de doble piso que se edificaron en Apaseo, si no interprete mal lo que escuche, había otra cuyos altos estaban en ruinas donde vivían unos compañeros míos de la primaria que se apellidaban A paseo, y entendí que fue casa de Don Carlos el abuelo paterno de mi padre. Esto que me imagino es algo que sabría a ciencia cierta si lo hubiese platicado con mi abuelo Cocorito cuando salíamos a andar a caballo los sábados, yo en una yegüita que me compró mi padre y me la vendió cuando reprobé el cuarto grado en la escuela. Lo que sí me platicó en aquel entonces fue que su papá Don Carlos hijo de Don Basilio en una mala época en que no había trabajo y las cosechas del temporal fueron pésimas determinó limpiar el pedregal del cerro de Jocoqui dejando como recuerdo a través de los años una región notoria en el cerro por las muchas mojoneras que formaron las piedras amontonadas. El doble propósito de este proyecto fue que la gente tuviese trabajo y el cerro, más terreno de sembradío.<br />De las pocas casas de dos pisos en mi pueblo natal a la que guardo especial cariño y recuerdo con afecto es la que llamábamos familiar y orgullosamente la casa de altos. No se puede parangonar ni lejanamente con la Casa Grande que rentó mi abuelo materno para él y su familia antes de mudarse a la que definitivamente compró. En esa gran joya del barroco mexicano yo pase una noche como consecuencia de un accidente en el que me descalabre por andar tratando de cogerme de la varilla del volantín de los caballitos de los juego mecánicos que por temporadas se establecían en la explanada frente a la Casa Grande. Mi aventura de la casa de altos me parece interesante de recordar porque me revela la dinámica de mi sicología infantil a tan temprana edad. No sé cuál de las dos anécdotas sucedería primero relacionada con la invitación que sus hermanas solteras hacían a mi madre para comer en familia invitando a mi abuelo Emilio a la casa de altos donde ellas vivían. Quiero suponer que la primera fue aquella en la que estando mi abuelo Emilio en la cabecera opuesta de la mesa de manera que yo estaba a ojos vistos para él en el lugar donde yo comía. El me preguntó al verme coger el plato alzándolo con una mano para servirme en la cuchara el poco caldo que quedaba, ¿niño, quien te ha enseñado a hacer esto? Yo tranquilamente le conteste, ¡mi mamá! No estoy seguro cual sería la reacción de los comensales ante mi abuelo que era tan estricto en las reglas de urbanidad. El caso de la segunda invitación fue la del chasco y la frustración que yo tuve al saber que los niños comeríamos en la cocina y no en la mesa donde solamente se sentarían los adultos que disfrutarían de una mesa tan elegantemente dispuesta para celebrar el cumpleaños de mi tío Porfirio el mayor de los hermanos de mi mamá. Allí sobre la mesa de la cocina había una botella de tequila san Martín. No sé como analizar la información que habría yo almacenado en mi consciente o subconsciente que me impulsara a hacerlo, el hecho es que lo hice y bebí pretendiendo que me había emborrachado de inmediato, cosa que en realidad no sucedió sino hasta que subí a la planta alta y me viene rodando escaleras abajo habiendo vuelto el estómago. No me acuerdo de nada más, sino hasta el día siguiente que no supe más consecuencias del acontecimiento. <br /> Volviendo a los eventos de nuestro diario vivir en la pequeña casa nuestra de Morelos 80 quede de referir anécdotas que nos pasaron a mi mamá y a mí. Esto precisamente junto a la ventana, donde a través de los visillos nos ocultaban de mirones de la calle y nos permitían observar desde dentro lo que estaba pasando allá en el mundo de fuera. Me cuenta mi madre que sucedió un buen día en torno a la novena de la Natividad que era la fiesta del templo de la Pastorcita a una cuadra de donde vivíamos que pasó un vehículo e incidentalmente yo le pregunte que quienes iban en el. Ella me contestó que era el Sr. Cura de la Parroquia y que también iba con él su mamá doña Pachita. Dice mi madre que entonces yo le hice el siguiente comentario diciéndole que cuando ella ya tuviera canas en su cabeza igualmente que el Sr. Cura y su mamá ella iría conmigo en un automóvil. No sé si fue una verdad real o de su imperativa ensoñación, pero el hecho es que se convirtió en realidad eventualmente pasados algunos lustros. Fue allí también donde se hizo célebre en la familia mi respuesta sobre que haría yo en la vida cuando fuese mayor y les conteste que si seguía la guerra yo me metería de cura porque no quería que me mandaran a la guerra y si no seguía me casaría. Algo similar que en cierta forma vino a ser un comentario profético que hizo la señora Tina que le lavaba ropa a mi madre fue el que al verme rondando en torno a mi madre cuando platicaba con ella dijo mire este niño ya verá que cuando sea grande será un cura cevil queriendo decir civil. La verdad es que ordenado sacerdote católico por el carácter sacerdotal para siempre logre obtener mi dispensa de ser clérigo convirtiéndome a querer o no en un cura civil. Allí también aconteció un peligroso incidente en el que poco faltó para que perdiese un ojo. Mi madre gustaba de hacerse un peinado en el que me impresionaba algo que ella llamaba su rol al lado de uno de los parietales de su cabeza. Yo le molestaba haciéndole la farsa de tocarle el pelo diciéndole ¡ay mamá, tu rol! Y ella que estaba cociendo siguiéndome el juego me hacía como que me pinchaba con la aguja. Como yo brincaba como mono de resorte entusiasmado con la farsa quede pinchado precisamente en la frente bien cerca del ojo quedándoseme prendida la aguja. Y en seguida corrí a la casa de mi abuela acusando traidoramente tal vez a mi madre por lo que me había pasado. Es la única vez que escuche a mi abuela Lupita reprender a mi pobre mamá que sin duda se sintió inmensamente avergonzada. Gracias a Dios no me pasó nada en el ojo y descubrí que tratándose del instinto de mi propia conservación ni mi madre se escapaba.<br />Al recordar este incidente que voy a referir me avergüenzo y arrepiento de haberles hecho a mis hermanas esta mala pasada según se verá de lo que se trata y que hice con Enrique mi primo. Creo que es uno de los momentos de mi vida en los que la parábola del trigo y la cizaña me sientan a la medida al permitir que la malicia penetrase en mi alma. No recuerdo si fueron solamente mis hermanas nuestras víctimas o también algunas amigas que colaboraron en la labor de colectar los cascarones, de llenarlos de confeti o agua florida y de pintarlos de colores y cubrirlos con papel de china también de distintos colores. Todo esto lo tenían guardado para el martes de carnaval en una alacena y Enrique mi primo y yo nos lo llevamos casi todo clandestinamente de manera que cuando vinieron a buscar no encontraron nada. Comprendo que esto fue a más de un grave hurto una verdadera villanía. Y pensar que ni siquiera me logro acordar de las consecuencias y el castigo por haberlo hecho. Tampoco recuerdo a ciencia cierta si aceptamos la responsabilidad de lo que hicimos o negamos socarronamente el haberlo hecho. <br />Habiendo nacido en Septiembre de mil novecientos treinta y seis tal vez fue a principios del cuarenta o del cuarenta y uno que se iniciaron intentos de que atendiese a la escuela. Recuerdo por los utensilios que usaba de mi primera experiencia escolar infantil que era como un simulacro de escuela el kínder donde atendía y que ya de alguna manera era y vendría a ser parte de la escuela parroquial. Lo digo porque la enseñanza era solamente para un grupo de pequeñines que teníamos nuestro cajón de madera como pequeño escritorio, una silla de baja altura y de tejido de tules y una pizarra manual y algunos gises para escribir sobre ella. Creo que de la casa a la que inicialmente atendimos fuimos trasladados al colegio de las niñas donde las religiosas del Verbo encarnado impartían la educación primaria a las niñas de la escuela parroquial. Esto no duró más de un año según creo. Me parece recordar que fue entonces que oí por vez primera cuando se decía que visitaría la escuela el Inspector de Guanajuato y que escondiésemos los libros de Historia sagrada prohibidos por la ley del gobierno. Lo que no entiendo es que no se para que le tenía en mi equipaje escolar si aun no sabía leer. Cuando partimos del Colegio de las niñas a la escuela parroquial para niños que se vino a llamar Colegio Particular Guanajuato su Director no era entonces Don Jesús León sino alguien que se apellidaba Estrada creo que su nombre era Jesús y era de Querétaro, hermano de Juan Estrada un matador de toros que fue bueno pero no tan famoso. Mi primara maestra fue la señorita Guadalupe Estrada hermana del torero y del señor director de la escuela. Ella me quería mucho a tal punto que me dejó sin mi traje azul de enanito que me gustaba muchísimo con su cascabel en la punta de cada pie, con el salí en la fiesta de representación de fin de año, por supuesto a ella le gustaba también. A esta maestra la eche mucho de menos de manera que más bien que de mis siguientes maestros me acuerdo de los libros de lectura que siguieron al que fue un método onomatopéyico de enseñanza y los siguientes según el curso fueron el Poco a poco al que seguía el Adelante. Y el que más me gustó y el último que leía en primaria fue el Corazón diario de un niño de Edmundo de Amisis cuyos tópicos infantiles tenían su sabor italiano en lo cultural y social, naturalmente estaban relacionados con la identidad de su autor que era de Italia.<br />En contraste con mi hermana mayor que fue una estudiante excelente desde el principio hasta el fin de su educación académica yo iba de mal en peor y todo diagnosticaba y pronosticaba un seguro fracaso escolar. Ella siempre terminaba el año con bandas de excelencia o de honor y lo reitero yo yendo de mal en peor reprobé el cuarto año de primaria. Mi padre queriéndome estimular me había comprado una linda yegüita ya que me había regalado su silla de montar de su niñez. Yo era tan mal calculador que escuchando cuando negociaba la compra le pedían cien pesos y el mi padre ofrecía noventa. Y me decía para mis adentros si no se ponen de acuerdo yo lo puedo arreglar con un peso de diferencia, lo cual era incorrecto porque de noventa a cien la diferencia no es uno sino diez. Definitivamente no tuve más remedio que resignarme cuando la vendió y me quede con el consuelo de montar la linda yegua alazana que el montaba y yo lo podría hacer cuando estaba disponible, generalmente el fin de semana. En ese entonces no me explicaba la razón de mi fracaso académico ni me imaginaba que en gran parte no era mi culpa debido a mi personalidad hiperactiva y con gran deficiencia en la capacidad de concentrarme y retener y atender al proceso general de proseguir el método del modo de aprender. Haciendo memoria me acuerdo que mi imaginación ante el libro de lectura al ver los grabados por ejemplo de un tren, me sugería inventarme una historia con la que fantaseaba, de manera que pretendía al ir inventando mi propia historia hacer creer que leía en vez de leer lo que estaba escrito. <br />Cuando se trató de hacer la primera comunión con mi hermana Dolle no la pude hacer por no poder memorizar el Señor mío Jesucristo a pesar de los repasos de mi madre conmigo al lado de su máquina de coser. Ni siquiera estoy seguro si me lo aprendí cuando vine a hacer mi primera comunión con Lupita mi hermana menor cuando cumplí los nueve años. La señorita Imelda que fue madrina de Lupita nos dio clase de catecismo en su casa para prepararnos debidamente. Fue en su clase donde por primer vez me sentí atraído por conceptos metafísicos como el de la nada cuando Dios hizo toda la Creación. Más tarde en la vida tuve la oportunidad de entender que se aprenden ciertas cosas por un proceso de intuición. Capte la idea del concepto de eternidad con el ejemplo de quien la visitó un segundo y cuando regresó ya el tiempo había pasado infinidad de años encontrándose el personaje en cuestión en un mundo desconocido. Me impresionó mucho cuando me dijeron acercándome a una fogata que encendieron que ese fuego solo era pintado y que el fuego real que si quemaba con verdadero tormento era el del infierno. Mas no por eso tarde en dejar de hacer de las mías como fue cuando me subí al nogal de la casa de la señorita Imelda presumiendo al coger las nueces que no era necesario que me aprendiese el catecismo para lograr tenerlas y comerlas. Mi padrino de primera comunión fue mi tío Prócoro hermano de mi padre. El siempre me demostró la seriedad con que tomaba ser mi padrino por la manera afectuosa de tratarme y lo increíblemente generoso que fue conmigo toda la vida. El sabía dar de corazón y sin medida. La donación más generosa que me hizo fue la de una yegua alazana muy fina, precioso animal muy caro que mi tío Bernardo me hizo favor de trasladar de nuestro pueblo natal a la Parroquia de Huaniqueo un pueblito de Michoacán entre las montañas y la gran ciénaga de la ciudad de Zacapu. Eso fue muchos años después de mi primera comunión, precisamente dos años después de mi ordenación como sacerdote en diciembre del mil novecientos sesenta.<br />Todos mis tíos me mostraron especial afecto como su primer sobrino varón entre todos los sobrinos. Y con respecto a mi padre a pesar de sus diferencias entre ellos también mis tíos le mostraron singular respeto por ser el mayor de los hermanos. Por nueve años las obligaciones de mi padre se intercalaban en esa responsabilidad de responder a su función de primogénito de su familia de origen y padre del nuevo hogar que estaba iniciando. El se levantaba bien temprano para hacerse cargo de la ordeña de cabras y vacas y de que la leche estuviese a disposición presta para que mi abuela pudiera hacer el reparto correspondiente de la que se vendía y la que se gastaba en una y otra familia. Y así mismo tomaba la delantera en los asuntos de las siembras. Inclusive él, mi padre, consiguió que mi abuelo que fue fiel administrador de hacienda y leal al gobierno de don Porfirio se beneficiara con terrenos del ejido que el gobierno repartió a los que venían a ser ejidatarios dentro del nuevo sistema ejidal. Me entere por mi madre y también por mi padre que lo comentaba de que cuando la campaña política para la elección presidencial entre el general Almazán y Ávila Camacho el mi padre estaba de lleno metido en la campaña política en todo el estado. Más tarde ya mayor yo leí un artículo sobre esa campaña que hacía referencia a polvos de aquellos lodos, en que la idea central fue que Almazán ganó de facto la elección pero por gestiones políticas se convino en permitir un triunfo del general Ávila Camacho que no fue resultado de la verdadera realidad democrática. En torno a esta realidad histórica yo tengo mi pequeña historia que contar. Sucede que mis tíos estaban arreglando el techo de nuestra casa por las goteras que en tiempo de lluvia se revisaba que no fuesen a perjudicar. Yo estaba entretenido con mis juguetes en el patio y sentía que me tiraban de la azotea piedrecillas que caían a cierta distancia de mí. Y como en otras ocasiones vine a mi madre con mi historia elaborada de mi imaginación diciéndole que unos Avilacamachistas me estaban tratando de apedrear. Tal vez ese fue el mensaje de mi abuela a mi padre cuando nos mudamos de casa cada quien a la suya haciéndole ver que su prioridad era con su familia y que la política en realidad no le estaba permitiendo salir adelante con el bien de la familia. Hay tantas cosas de mi niñez que reviven en mi memoria cuando paso por la calle donde me crie y son inolvidables. Algunas grotescas, otras estéticas y artísticas y algunas infantiles con dejos de espiritualidad. Lo más grotesco que me pasó fue aquel domingo en que mi tía Nena esposa de mi tío Toño y hermana de mi papá, la que me regalaba dulce de membrillo cada cumple años y entonces estaba a la ventana de nuestra casa abierta de par en par platicando con mi madre, y le dice, mira Queta aquel niño que viene llorando, parece Tavo, que le pasaría, lo tiraría Enrique que lo carga sobre sus hombros…ellas viniendo a mi encuentro me repiten esas preguntas y yo continuo con mi llanto más fuerte hasta que descubren un olor muy desagradable y me dicen, mira nada más muchachito sucio, ahora te llevamos al pozo y te damos un baño de asiento. Mi comentario es el que fue entonces si mal no recuerdo que estando bajo la urgencia de mi necesidad deje la clase de la doctrina del domingo y por mi cuenta me vine a casa y no logre llegar a tiempo. Con respecto a lo estético y artístico me quiero referir a las tertulias en la sala de mis abuelos donde la tía Belina hermana de mi abuela cantaba algunas partes de aéreas de Opera que ella sabía y la canción de Ay y me quede sin fe que también cantaba por la radio. Y lo más maravilloso que es como un vivo sueño vivido despierto cuando paso por esa calle, son los valses y nocturnos de Chopin y tantos otros compositores clásicos de la bella música de piano tocada por Melita que aún resuenan en mis oídos del recuerdo en mi memoria recordando y saboreando el pasado en el presente ahí donde crecí. Con respecto a la espiritualidad infantil revivo en mi mente y tal vez en mis oídos una conversación con Chavelita mi amiga de la niñez cuando sentados en el pretil de la banqueta al pie de la ventana en donde yo tiraba el frijol que debería escoger. El asunto tenía que ver con que ella me decía que era morenita como la virgen guadalupana y por eso su color era más lindo que el mío. A lo cual faltando a la caballerosidad debida yo le respondí que yo pensaba que mi color era más lindo porque se parecía al del Niño Dios. Me imagino que estuvo de acuerdo aunque el asunto ni es ni era evidente en verdad. Aunque actualmente ya no estoy tan seguro de descender o no de la raza judía analizando mis apellidos. El apellido Esquivel pudiese tener esa raíz y también el Díaz según me acaba de comentar la doctora que me trata mi problema de rosácea. Ella es judía y se apellida Florez con z y no con s siendo esto según me ha hecho saber la diferencia entre ladinos o marranos judíos y los cristianos unos y otros de identidad española. En realidad la relación familiar más íntima que importa con Cristo Dios y hombre no tiene nada que ver no solo con el color sino ni con las leyes de la carne y de las de la sangre siendo con el espíritu mismo de Dios con quien sí tiene que ver según lo implica el comentario de Cristo cuando se pregunta respondiéndose a sí mismo que su madre y sus hermanos son quienes hacen la voluntad de su Padre celestial. Desgraciadamente por más esfuerzos de preparación y aprendizaje para mi primera comunión, mi experiencia vivencial de un encuentro profundo y personal con la vida divina, me temo que si acaso llegaría en aquel gran entonces solamente a la periferia de mi alma sin trascendencia sicológico espiritual sobre mi inmadura niñez. Dios en su divina providencia tenía otro momento dispuesto para este propósito que llegaría a mi vida cuando estaba por terminar mi educación primaria y mi actividad de monaguillo.. <br />Mi madre fue la persona más beneficiada con la mudanza por acontecer. Ella fue calada como el oro en el crisol por nueve años de adaptación al modus vivendi de su nuevo hogar. Había pasado de su soltería de hija mayor a quien nada le faltaba sino su madre que recién había muerto. Con ella a más de un empleo estable y bien remunerado de mi abuelo materno que garantizaba estabilidad financiera contaban también con los ingresos de su propia tienda abarrotada de mercancía de la que podía disponer para sus propios menesteres personales y familiares. A mi madre le era ajena otra experiencia en el ambiente familiar, donde estaba sujeta a una economía en conflicto con un gobierno centralizado en manos de mi abuela paterna cuya prioridad no éramos nosotros. Con eso y todo, la relación con mi abuela no solo fue buena sino ideal y de maravilla por la prudencia, nobleza y calidad humana de mi madre.<br />Mi padre que dejó de ser empleado tuvo que lanzarse a prosperar como comerciante con la responsabilidad de hacerse de un capital en perspectiva para poder negociar y a la vez lograr como lo hizo hacerse de una nueva vieja casa por renovar. Su fortaleza de los dos especialmente de mi madre era la vida de oración familiar. Ella tenía un bello cuadro de Nuestra Señora de los Dolores sin duda en memoria de su madre que llevó ese nombre. Tenía también un Sagrado corazón de quien yo le pregunte que quien era ese Señor y me respondió que el Señor juez lo cual es la mayor de las verdades según el gran San Juan de la Cruz que nos dice bellamente que en el atardecer de la vida seremos juzgados por ese gran amor. El misterio del amor de Dios que arde en el corazón del hijo que nos redimió. Su historia de mi madre en ese entonces se sintetiza en el verso con el que nos arrullaba de recién nacidos teniendo que hacer lo de la Virgen en sus quehaceres cuando la Virgen lavaba y san José tendía y el niño lloraba de frío que sentía.<br />Antes de abrir el libro del recuerdo de lo que viví en la casa a donde nos estábamos mudando quiero referir una serie de cosas interesantes que se me escaparon de la pluma y de la tinta de mi memoria y tengo una lista de ellas. Espero que no me este repitiendo sobre lo que me pasó con Dolle a quien yo no podía tocar como a las demás de mis hermanas según lo que ya dije del pétalo de la rosa. Mi opción imperativa era decidirme por dar el chisme o la queja a mi madre y así fue como en esta ocasión que le dije a mi mamá mira que la niña me está pegando a lo cual respondió pues no se deje. Dicho y hecho yo tomando en serio su consejo ajusticie a Dolle diciéndole después del hecho, ya ves chiquita como yo también se echar leña. Lo otro que me parece hermoso de recordar son los dichos de mi madre siempre llena de quehacer tratando de eludir ser interrumpida con mi constante preguntar con mis porque a lo que ella respondía sin titubear por lo dulce de la azúcar y lo amargo del café, cosa muy atinada porque en realidad las cosas son como son y conviene a todo mundo ser consciente de ello, referente a lo cual mi padre no mi madre solía decir al pan pan y al vino vino. Me imagino que esta otra respuesta de mi madre caía como anillo al dedo si la pregunta no tenía lugar por una buena razón y es cuando me respondía al que es esto o aquello con la expresión tones para los preguntones. Y algo lindo cuando caminábamos por la banqueta y yo le decía mamá dame la mano y ella contestaba toma mi vida, esa, creo que es la respuesta que más me gustaba. También me es grato recordar sus canciones de Cazaderos creo yo, como aquella de yo ya me voy para la luz a ver un amor que tengo…Y otra que me gusta y que la recuerdo cantar sentado en una silla chiquita de tule que había en la cocina no se si se la oí a ella o a la sirvienta y decía chaparrita de mi vida no me vallas a olvidar que si Dios me da licencia contigo me he de casar. Esta anécdota que me pasó con Lupita la tengo bien clara en mi memoria y la recuerdo muy bien porque yo vestía como traje de domingo uno azul cielo con rayitas blancas y azul subido que me gustaba mucho. Estando yo muy bien puesto, apuesto y parado a la puerta del zaguán se dirigió Lupita hacia mí pidiéndome domingo y yo le conteste, vaya con esta, nada más ven un catrín y a pedir dinero. Con años de anterioridad a esto olvide aludir a lo que nos sucedió a Dolle y a mí viniendo de la panadería de la rinconada que estaba al lado de la Casa Grande y fue cuando calló una verdadera tormenta sin parar que inundó las calles. Mi padre salió a buscarnos encasquetado en unas mangas de hule desesperado de no saber de nuestro paradero. Anduvo por las calles dándole el agua hasta arriba de la rodilla. Ya que amainó el aguacero repasando la calle de la panadería a nuestra casa le vieron los dueños de casa donde nos guarecimos quedándonos dormidos, que era de la familia Cárdenas. Le preguntaron al verlo pasar señor don Carlitos si está buscando a sus niños aquí están vamos a despertarles porque están dormidos. A mi padre le volvió el alma al cuerpo. Terminada mi lista me dirijo en mi biografía ahora sí a donde nos mudamos tranquilamente toda nuestra familia sin haber ido a parar a nuestro barrio arrastrados por la tormenta con mi hermana, porque a este barrio se le dio el nombre de el de los charcos y era donde corría más abundante el caudal de agua acumulada por las calles cuando llovía a torrentes.<br /><br />Rapsodia tres. Cuatro años de mi adolescencia.<br /> Después de once años de matrimonio mis padres iban a independizarse de la familia patriarcal con cuatro hijos y el quinto recién nacido o por nacer, aunque más bien por el número eran hijas ya que yo era el único varón a esa fecha. Esa casa de mis padres pertenecía a la misma calle de Morelos como a una cuadra y media de donde vivíamos antes de mudarnos, su número era el ciento siete. Mi deseo de conocerla se hizo realidad un día sábado que mi papá no iba a la oficina ni yo a la escuela y me dijo que le acompañara porque iría a poner unos vidrios en las puertas de la sala. La casa era mucho más grande que la que habitábamos como unidad familiar los Esquivel Díaz pero mucho más pequeña que la inmensa casa donde vivíamos todos los descendientes entonces de la pareja Esquivel Oliveros. Tenía nuestra casa nueva que lo era solo por ser renovable de hecho siendo aun vieja con un zaguán grande y antiguo que se abría con una señora llave de hierro bien pesada, que competía con el peso de la pistola que portaba mi padre o mi abuelo. Ese peso había encontrado un buen competidor en la llave tan difícil de cargar, sobre todo para mi madre. Dos señoras o señoritas de edad avanzada eran nuestras vecinas inmediatas y estoy casi seguro que antes de dividir la propiedad nuestra puerta debió ser la entrada principal para la casa de ellas y la nuestra porque los indicios de una ventana no del todo cerrada con ladrillos y otros más en la construcción alterada así lo sugerían. Mi padre se la compró a un señor de apellido Lazarini creo que su nombre era don Vicente y me parece que a más de ser pariente de nuestras vecinas era el padre de los amigos de mis tíos con quienes volaban sus tremendos papalotes. El primer cuarto al lado derecho de la entrada necesitaba mucha luz y la primera modificación fue la de abrir una ventana que le iluminó suficiente y se convirtió en la sala de nuestra casa. En seguida venía una serie de tres cuartos primero el inmediato a la sala que vino a convertirse en la recámara de mis padres y el segundo que se dividió en dos recamaras para mis hermanas y para mí. Yo por fin logre tener mi propia cama que herede de mis tíos. La siguiente pieza estaba a un nivel más alto y vino a ser el comedor quedando al fondo de todos estos cuartos. En frente de toda esta construcción se encontraba el patio a donde daban las canales que salían de la parte superior y externa de lo alto de las paredes que arrojaban el agua que se acumulaba en exceso sobre los techos en tiempo de lluvia. Lo que era el comedor tenía al lado un portal bien techado y sostenido por un arco que unía el comedor a la cocina. A mano derecha de este portal estaba una puerta que daba al primer corral y en seguida a esa puerta se encontraba el pozo con agua muy escasa parece que también con cierto inconveniente por la vecindad aunque no inmediata a la fosa séptica. Al lado del pozo estaba la entrada a la cocina con hornillas de carbón y dos como rinconeras de mampostería en cuya base se almacenaba carbón o leña o grandes tinajas para el agua y en la parte superior cazuelas de barro o las ollas de la cocina. La distancia de la cocina al comedor y el diseño antiguo hizo imperativa una modificación de manera que a lo más después de dos años se realizó esa modificación adecuada al uso de la estufa de gas, refrigerador y con una pequeña ampliación hacia el patio se unió el nuevo comedor a la cocina conservando la ventana que comunicaba al corral. Recuerdo también que en el lugar del pozo se construyó más tarde el baño con moderada actualización al agua entubada y a los servicios discretos de la modernidad de esos días y las posibilidades de mi familia. El corral inmediato era para las gallinas y las cabras. A mano derecha al pasar la puerta de salida había un tejaban, un chiquero para cerdos y enseguida el retrete de la casa antigua que usamos anteriormente al arreglo del baño sobre el pozo. Entre el pasadizo al corral de las vacas que estaba techado había un local para pastura a mano izquierda y la caballeriza a mano derecha que finalmente mi padre convirtió en trojes para sus semillas. El corral de las vacas era muy grande y al lado de la caballeriza se hizo un pequeño corralillo para los becerros que estaban criando las vacas lecheras. Tengo entendido que las vacas eran propiedad de mi abuelo que no tuvo espacio para ponerles corral o establo en su nueva casa y las cabras eran de mi padre y por algún tiempo también de su hermano mi tío Alfonso que decidió mudarse con su familia a la ciudad de México. El hecho es que esto de los animales le causó un inconveniente a mi madre y a nuestra familia porque siendo estrecho el frente de nuestra casa no había más que una sola entrada y salida tanto para sus huéspedes con uso de razón como para los irracionales. A pesar de lo cual mi madre siempre decoró y adornó lindamente su gran patio lleno de sol y de luz con hermosas plantas y lindas macetas que había que cuidar a la entrada y salida de los animales por todos los días de los años que vivió allí. Recuerdo que ella mi madre también se ingenió para sacar provecho a lo soleado de su gran patio poniendo semejante tendedero. Y como le encantaban sus pájaros con los que con tono alegre competía en sus lindos cantos con los mejor entonados y se fue haciendo de sus favoritos canarios y un lindo cenzontle que alternaba los más lindos cantos compitiendo también con su consentido clarín. Ella siempre veía el lado bueno, noble y generoso de la vida más allá de todo egoísmo disfrutando del bien que hacía a los demás. Yo no tenía tanta nobleza y siempre me quejaba de mis quehaceres. Desde levantarme más temprano para ir a la panadería por el pan calientito casi recién salido del horno. Lo bueno es que siendo siempre goloso y mi madre lo sabía tenía derecho de comerme en el camino dos piezas de pan extra que eran la ganancia que daban en la panadería por cada peso de pan. Lo malo no era tanto regar sus macetas como acarrear el agua en cubetas para regarlas o llenar la tina para cuando alguien se tenía que bañar y aun no había el agua entubada que vino a ser mi salvación. Por cierto, recuerdo que el rastro municipal estaba a un par de casas de la nuestra y era de allí de donde acarreaba el agua mientras no llegase aun el sistema de tubería hasta mi casa. A veces también me tocaba tirar la basura y cuando reusaba hacerlo mi madre no me permitía visitar a mis amigos que más de una vez lo hicieron por mí encaprichado de no hacerlo, por supuesto sin que mi madre se enterase. En esto de tirar la basura tuve un incidente que causó un gran disgusto a nuestras vecinas. Sucedió que un día me encontré un pájaro negro rondando por los ponederos de las gallinas, yo me acerque a él y en vez de volar me dio la impresión de que intentó quererme picar. De inmediato fui busque y encontré semejante piedra que le lance y lo dejó sin vida. Yo le informe a mi mamá que seguramente se andaría comiendo los huevos de las gallinas y por eso lo ejecute y para que no me picara. Cuando lo puse al lado de la calle esperando lo recogiera el carro de la basura lo identificaron nuestras vecinas consternadas, era un cuervo que tenían como mascota. Todo esto fue información que resultó después de un largo tiempo que nos dejaron de hablar a la familia.<br /> Uno de los amigos con quienes inicie cierta amistad me invitó a jugar en el atrio de la iglesia parroquial una tarde a la salida de la escuela. Recuerdo que había un promontorio de arena donde nos pusimos a jugar. Como a las seis y media que comenzaron a repicar me dijo que ya se tenía que ir a revestir para el santo rosario y yo sin preguntar me fui siguiéndolo hasta la sacristía sin cuidarme de tener un comportamiento más moderado. Cuando me llamó el Sr. Cura que estaba allí dentro y yo no me había percatado de su presencia, al llamarme pensé que me llamaría la atención. En vez de eso me preguntó que si me gustaría ser acólito se lo hiciera saber a mis padres y que les diera el mensaje de que él deseaba hablar con ellos. Fue así como entre los diez y los once años me inicie como monaguillo, sin saber aquello de que si quieres que tu hijo sea un pillo mételo de monaguillo.<br /> El horario se me hizo más complicado cuando me hice monaguillo, y lo fui por tres años hasta que me fui al Seminario, debiendo cumplir la obligación de acolitar por la mañana la santa misa y por las noches atender al santo rosario. De manera que comencé a temprana edad a servir al altar sirviéndome a la vez un poquito también de tal servicio según aquello de que el que sirve al altar tiene derecho a vivir de él. Mi madre me inculcaba el ahorro desde el tiempo del gato de barro y me daba cinco centavos para un jamoncillo de leche que compraba en la tienda de los Buenrostro, casi todo lo demás se iba incluyendo mis domingos del abuelo y de mis tíos en algo que ella se empeñó en que yo participara que le llamaban la tanda. Se trataba de rifar lo que se colectaba a través del año esporádicamente de manera que todos se beneficiaban de su cooperación cuando se sacaban la famosa tanda que por turnos les iba tocando. Yo nunca olvido el gran acontecimiento de cuando me tocó a mí. Fue una lección para toda mi vida de lo que se logra manejando adecuadamente cada quien su economía. Siempre que me llevaban de compra no lograba que me comprasen lo que yo prefería porque era muy caro y había mucha familia. También se me hacía difícil entender que yo no disfrutaba del privilegio de viajar en tren como mi primo Enrique que lo hacía y sin pagar por ser hijo del jefe de Estación y yo nada aunque fuese su nieto. Me empeñe en que me llevasen de compras a Querétaro. Después de sentirme orgulloso de comprar con mi dinero sin tanteos de dimes y diretes el mejor traje que me gustó y el mejor calzado y sus ajuares pertinentes de camisa y calcetines, todo de lo mejor, vino mi capricho de regresar a la casa por el ferrocarril. Mi madre no logró convencerme con ruegos y súplicas sobre los inconvenientes relacionados con la tardanza del tren que no era tanto de fiar en sus horarios como lo era el autobús. Yo no me convencí pensando que era mi única oportunidad de lograr lo que tanto ambicionaba y así fuimos a parar en casa hasta la media noche con la preocupación, el disgusto y los reproches de mi padre, pero nos regresamos por tren. Con respecto a lo de la escuela yo debí terminar la primaria a los doce años si no hubiese repetido el cuarto año de manera que estuve listo para los cursos que debería seguir mi educación secundaria y preparatoria hasta los trece años. La idea de mi padre era que eventualmente estudiase en el Colegio de la Escuela Medico Militar por la conveniencia de tener una profesión y una carrera militar que también según interpretaba se llevaba bien con mi carácter fuerte y mi personalidad. Aunque de niño cuando fui más pequeño muchas amigas de mi madre decían que era lástima que no hubiese sido una linda niña por lo fino y el buen diseño de mi ceja, lo rosado y terso de mi piel, lo rubio de mi cabello y mis bien hechas piernas, yo siempre prefería ser un niño bien hombrecito y escuchaba con gusto que también me decían lo que con frecuencia mi mamá me repetía sobre que siendo hombre debía tener las tres efes que era el ser feo, fuerte y formal y que mejor manera de lograrlo que en el Colegio militar. Resulta que los planes de Dios eran diferentes en ambas cosas por orden de la naturaleza y de su divina gracia. Esto como diré a su debido tiempo a mí mismo me calló de sorpresa.<br /> Cuando cursaba el tercer grado de primaria dos comentarios de la señorita Mandujano se añadieron a uno anterior y otro posterior como datos a mis problemas escolares. El primero fue en el segundo grado cuando me caracterizaron de ser un danzante por nunca estar en mi lugar teniendo la maestra que amarrarme al pupitre con la toalla de limpiar el pizarrón en repetidas ocasiones. Los otros comentarios del tercer curso tenían que ver con mi descuido de hacer con cuidado y con limpieza mis trabajos de escritura y aritmética y sobre todo de dibujo y geometría pero era peor sobre todo en caligrafía y ortografía haciendo que fuera bien merecida la expresión de la maestra diciendo “pero niño mira nada más “las porcancias” que has hecho”. Lo otro tenía que ver con una mala costumbre de morder el brazo de mi compañero Pancho Ibarra que se sentaba al lado mío y a quien le apodamos el triste por su ojo con una cicatriz que daba la impresión de tristeza. La maestra no tuvo que ver con mi sobrenombre a este respecto porque me llamaron por ello con el nombre de nuestro perro más querido que jamás mordió a nadie y se llamaba el bobi. En realidad las perspectivas para la carrera militar daban mucho que desear pero no para el plan de mi padre que no daba su brazo a torcer, aunque eventualmente no tuvo más que hacer cuando me determine sorpresivamente para mí y para ellos que decidía irme al Seminario con la idea de ser ordenado sacerdote católico para salvar almas.<br />La rutina de mi círculo de acción era de mi casa a la parroquia y a la escuela y lo que yo lo agrandase con mi iniciativa a veces temeraria. Los horarios eran bien claros por parte de la institución escolar y parroquial y en cuanto a la casa tenía que pedir permiso para cualquier iniciativa que interfiriese con la llegada inmediata de la salida de la escuela o la del rosario, aunque me toleraban que llegase hasta las nueve de la noche. Recuerdo dos ocasiones en las que ahora veo que me pase de la ralla con verdadera temeridad. Es verdad que había aprendido muy bien a montar a caballo y nada menos que mi abuelo uno de los mejores charros de la charrería en sus tiempos de juventud famoso por lo bien que montaba a la perfección fue quien me ensañase a montar en mis salidas de los sábados desde que contaba mis siete años. También es verdad que mis padres me permitían ensillar y salir en la yegua alazana que montaba mi padre. Me gustaba salir el día sábado para irme a bañar al rancho de la bombita de unos parientes que me permitían usarlo a mi propia discreción de lo cual estaban enterados los encargados del lugar. Mi primer abuso fue el de no ver inconveniente en irme con un grupo de jóvenes que me invitaron a acompañarles a caballo hasta el Nacimiento con la idea de seguir un paseo de las señoritas de la Acción Católica que iban en autobús de día de campo. Todo fue de maravilla porque por mi edad yo era bien venido y me sentía en otro mundo por ser el único del grupo de a caballo que podía estar en torno a ellas y prestarles mi caballo para montar, debido a los usos y costumbres de esos días. Lo malo fue que se nos hizo noche de regreso porque los caballos no tienen ruedas ni motor y fui llegando a mi casa bien pasada la media noche entre la una y dos de la mañana sin que mis padres supiesen por donde andaba.<br />Posiblemente mi padre no se quedaba corto con la cueriza que me daba que también eran usos y costumbres de corrección tradicional por la envergadura del abuso. La segunda ocasión fue un poco más seria. Mi padre trajo a la casa un caballo retinto de linda estampa tal vez para su negocio de compraventa y me advirtió que no era para ensillar por mí, sobre todo porque no era de fiar siendo espantadizo y difícil de controlar. Yo pensé que tal vez lo podía convencer para montarlo pero el sábado que tenía planeado ir a la bombita en el caballo que teníamos de visita mi padre no llegó a comer. Todavía recuerdo que ya los ganados de pastar estaban de regreso al llegar al crucero donde cruzaba el tren casi a la puesta del sol donde me encontré al charro Luis que me invitó a ir con él a la bomba del rancho de Jocoqui, ya que mi tío Bernardo lo estaba esperando porque debían entrenar una yegua muy fina que estaban haciendo a la rienda. Yo sentí que era un insulto no hacer caso a su invitación. Lo interesante del caso es que yo me crecí en mi orgullo charro porque mi tío me pidió montar a las ancas del caballo que yo montaba y tirándose de inmediato a los reparos yo permanecí sobre la silla y mi tío calló entre caído y medio parado al suelo con los tientos de la silla en las manos. La cosa trágica es que para mí las horas vinieron a ser una eternidad y nuevamente llegue a casa pasada la media noche. Recuero que mi padre me preguntó que donde andaba y le respondí que con el charro Luis y mi tío Bernardo y recuerdo esa cuereada con el comentario que hizo diciéndome que nada de nada, ni san Luis ni san Bernardo, y que era esa buena cuereada lo que yo me merecía. Otras de mis tardanzas que ameritaba cuereada era cuando me iba al cine sin permiso eludiendo mi asistencia al rosario. Sobre todo cuando la película era de episodios y no me decidía a salirme para llegar a las nueve sino casi a las once de la noche. Llegaba a casa con todo oscuro y tenía que tocar seguro de lo que venía, pero yo era malo de entender a la mala y por la buena tampoco hacía gran caso. Toda esta dinámica conflictiva de mi personalidad era en parte por mi espíritu de independencia que confundía con el libertinaje y tal vez también un desquite a mi frustración de estudiante casi fracasado que como añadidura me identificaba como estero tipo con el grupo de los rebeldes y antisociales hacia el fracaso. Lo digo porque desde más temprano aun en mi vida escolar con mis ideas de macho y sabelotodo ante niños que destacaban por pusilánimes y conservadores e inocentes yo era una mescla de buen saber y de malicia no sé si connatural o aprendida de mis malas compañías. Recuerdo el caso de uno de mis compañeros del tercer grado que me dijo que estaba feliz porque la cigüeña le había traído una hermanita. Mi respuesta fue una pregunta un tanto injuriosa cuando le dije eres tan tarugo que aun no sabes cómo nacen los niños. Y claro le di toda una cátedra dejándole con la boca abierta. Yo estaba acostumbrado a andar por el corral de casa y ver nacer los cabritos, los becerritos, los puerquitos, todo muy natural y dentro del tabú del sexo la lógica de ver cada dos años que una comadrona tenía que atender a mi madre que me obsequiaba con nuevas hermanitas. Y cuando el tópico era el desplante de hombría y de valentía me encantaba colaborar al apostolado del macho mexicano que veía en las películas que no se raja en un desafío sin eludir la fama de marica sino se comporta como macho. La más divertida y cómica de las peleas en el puente colorado donde eran los buenos pleitos fue el que concerté entre los dos compañeros inimaginables para el pleito, los extremadamente moderados por no decir escasos de recursos al estándar de lo macho como se espera del hombre con hombría. Nadie ni yo mismo lo podía creer. Uno de ellos sin quitarse la mochila se le echó encima al otro cerrando los ojos y sacando la lengua tirando manadas a tontas y a locas. Y el otro que era pesado de movimiento y de peso parecía piñata a la que no se atinan los garrotazos. No sé qué espíritu tenía en mí que detestaba lo que yo veía como cobardía y lo tenía que confrontar por ser yo tan atravesado. Cuando me tocó tener cierta jerarquía entre los monaguillos para organizar sus actividades le indique a este mismo niño de la mochila y el pleito que era timorato y miedoso que fuese al segundo piso del curato a donde estaba la cocina para poner carbón preparando el incensario. Yo con mi malicia y el propósito de espantarlo me escondí en la escalera y cuando oí pasos me arroje sobre quien yo pensé debía ser él con un tremendo guau, pero para mi sorpresa yo viene a ser el asustado al verme frente a un desmesurado bulto de negro que era nada menos que el Sr. Cura. Y en verdad yo fui quien demostré mi cobardía quitándome la sotana roja y la cota blanca para eludir verme ante el Sr. Cura. Este contraste ante el machismo para aprender a ser prudente y moderado estuvo lleno de lecciones que yo nunca aprendía. Yo detestaba el pantalón corto y calcetines hasta la rodilla en la niñez y los pantalones llamados uniones con botones dorados y un barquito o algo similar. Mi madre finalmente me compró lo que quería, unas camisas a cuadros y unos pantalones vaqueros. Tuve la mala suerte de que jugando con centavos de cobre que metíamos en una solución con ácido con que se limpiaban los candeleros uno de mis compañeros monaguillos me salpicó mis pantalones con ese acido agujerándolos. Un amigo que influía mucho sobre mí que jugaba con nosotros me preguntó que si dejaría que las cosas se quedasen así. De manera que yo, entre vengarme del mal que me hicieron queriendo o sin querer y por impresionar a mi amigo decidí algo que se convirtió en una barbaridad que yo no preví. Encontré una botella rota de cerveza y la mezcle con un poco de agua y acido y espiando al compañero que daño mi pantalón le arroje el líquido por la espalda al pasar. Esto me costó una expulsión de monaguillo por uno o dos meses y la más rotunda cuereada de la que me protegí con un par de piedras que me puse en los bolsillos traseros de mi pantalón. Todo ese cuadro de comportamiento explica el caso de mi escasa aplicación escolar y la repetición del cuarto grado. Sobre todo si añado a todo lo descrito mi afición a las canicas que también me hacían llegar a casa casi a la hora de comer, difícilmente se me hacía posible llegar puntual a las tres de la tarde a la escuela. Mi padre pensó que una posible solución podría ser inscribirme en la Escuela del Gobierno. El Director don Baldomero Guerrero era también un magnífico maestro y el mayor Mangino Ruíz el encargado de la instrucción militar, a ellos les habló de mí mi padre y de sus planes sobre mi educación, esperando tal vez fuesen más eficientes en ayudarme a salir adelante. Recuerdo que el mayor me invitó a su oficina de la Presidencia municipal y me puso un ejemplo que yo realmente no comprendí a pesar de lo cual lo use para explicar a mis hijas que sí me entendieron haciéndoles un análisis exhaustivo de lo que les daba a entender. El Mayor ponía una caja de cerillos sobre su escritorio que la movía hacia la orilla poco a poco hasta que yo comprendiera que estaba a riesgo de caer cuanto más se acercaba a la orilla. No sé porque no me explicó que yo era esa caja en la orilla con mis deficiencias sobre mi deber y mi mal proceder y podía caer más hondo que los cerillos al piso. Tal vez pensó que a buen entendedor pocas palabras bastan, pero yo no era un buen entendedor. Mis aventuras belicosas habían ido en aumento y peleaba con grandes y pequeños. Siempre defendiendo mi terreno de pequeño macho bravo y en la iglesia al servicio de Dios sin que repercutiese en mi conducta por mejorar o no empeorar. En realidad mi respeto por lo sagrado era algo que aprendí de mi familia comenzando por el respeto a Dios, a sus ministros y a las actividades de culto y de la palabra de Dios. Mis iniciativas personales se reducían a algo aparentemente trivial pero muy significativo por la relación personal. Al pasar por la ante sacristía había un cuadro de la virgen de Guadalupe y otro al subir las escaleras a la casa parroquial y yo por mi cuenta les daba su incensada por mi propia iniciativa. Era algo nada importante pero muy significativo por ser algo propio como de un llamado interior. Desgraciadamente ahora me considero haber estado como el burro del aguador, cargado de agua y muerto de sed porque ni tenía una experiencia real de Dios ni un influjo serio de Cristo y sus enseñanzas sobre mis tendencias belicosas o libertinas. Fue así como la señora muy respetable que vino a ser suegra de mi primera hermana que contrajo matrimonio con su hijo mayor me catalogó como un pelado por el baño que les di a sus dos hijos vestidos con su traje de primera comunión en un charco de agua por andarme pidiendo a mis hermanas. Tal vez me sentía el zorro plateado cuando finalmente tuve una batalla campal precisamente en la esquina de su casa de dos hermanos compañeros monaguillos y el hermano de la sirvienta la que resultó ser víctima de un accidente en que se disparó una escopeta que traían entre manos echándome a mí la culpa del accidente. Yo me sorprendí de que me hiciesen culpable porque éramos amigos y me invitaron a jugar en su casa jugando con un arco a Guillermo Tel. Ellos recargaron su escopeta cargada a la pared de la azotea donde jugábamos y la sirvienta se sentó a la orilla de la azotea a tejer mientras jugábamos cuando se calló y se disparó la escopeta estando yo bien retirado de la misma. Me imagino que cuando fueron ante el Doctor estando yo ausente se protegieron echándome a mí la culpa. Volviendo a la confrontación belicosa que tuve resulta que no sé como gane la partida porque ellos tocaron a la puerta de su casa, me arrojaron arena y se metieron corriendo a su casa como si yo fuese el diablo a pesar que tal vez la divina providencia me ayudó a que se pusiera punto final al pleito. Había un muchacho chaparro que ya tenía quince años y naturalmente su constitución muscular no podía parangonarse con la de mi edad y yo sabía que lo mejor era evitar confrontarlo por el lado de la violencia. Para que no fuera a haber tal confrontación hicimos un pacto de amistad porque yo le aconseje como convencer a una niña de que lo aceptara en sus aspiraciones de noviazgo regalándole una caja de chocolates de los más finos. El quedó muy agradecido porque no esperaba tener éxito en su empresa pero sí que la tuvo y yo el éxito de nuestra relación.<br />Mi mejor amigo entre los monaguillos tenía una huerta en su casa y me invitaba a comer limas que nos encantaban. El también ensillaba una yegua colorada y con frecuencia nos poníamos de acuerdo para visitar el Molino donde mi tío Bernardo trabajaba y también su papá que además visitaba un rancho que yo creía era de su propiedad y estaba más allá de la ciudad de Celaya a donde también me convidaba. El y yo compartíamos nuestras ideas machistas que sacábamos de las películas de los hacendados y de los personajes enamorados en los que el charro enamorado era mujeriego pero a la vez también un caballero con la mujer que tomaba en serio para ser su esposa formal. Mi amigo era mucho más alto que yo y tenía mucha influencia sobre mí. Las dos aventuras a las que me voy a referir tienen que ver con mi debilidad según y conforme con el decir de que tanto peca el que mata la vaca como el que le detiene la pata. Resulta que mientras sus hermanas se arreglaban en el salón de belleza de Celaya nosotros nos entreteníamos en el jardín. De pronto casi al mismo tiempo vimos una cartera sobre la banca pero él la tomó primero e hicimos el trato de repartirnos el dinero y el también se quedaría la cartera. Tal vez como a los quince minutos después de este evento vino un señor muy apurado preguntando por su cartera diciendo que no tenía dinero para el autobús y mi amigo le dijo que no que no había visto ninguna cartera. Allí fue donde yo tenía cierta lástima del hombre en problema pero prefiriendo quedar bien con mi amigo y quedarme con lo que me tocó ni siquiera hice el intento de invitarlo a hacer lo debido regresando la cartera al pobre hombre. Lo otro más peligroso fue que me convenció que le pidiera a una muchacha mucho más alta que yo que si quería ser mi novia. Era de un barrio humilde y se suponía que no era la posible dama de mi caballerosidad. Resulta que ella me dio un sí inmediato y la empezamos a visitar. Ella debió tener pretendientes de mayor edad porque ante una seria confrontación el pretendiente nos sacó un tremendo puñal y no me acuerdo ni cómo pero arreglamos resolver el asunto sin necesidad de pleito tal vez con el acuerdo de la muchacha y el pretendiente proponiendo que le prefería a él resultando eso en nuestro favor. La niña de la que yo estaba platónicamente enamorado no era la más agraciada según mis amigos pero yo la había idealizado y nuestra relación fue lo más platónico que existió jamás. Yo deje escrito que no tenía nada que ver con ella cuando me fui al Seminario y no sé cómo mi escrito llegó a manos de personas que me contaron de lo que escribí. Yo supe que en su familia no acostumbraban darles su domingo y le hice saber por mi hermana Lupita que yo le enviaría un peso de domingo que entendí lo aceptó. Fue comiquísimo enterarme que mi hermana me comentó que en efecto ella religiosamente cumplió su cometido por más de un año y que se sentía en obligación de hacerlo porque a mí una enamorada me enviaba chocolates de su dulcería que ella mi hermana los disfrutó y jamás me lo dijo ni me dio uno solo para probar. Es increíble lo de mi novia platónica que la única deferencia hacia mí por el noviazgo era la de poderla seguir a la distancia cuando iba por el atole a la plaza. Tal vez yo me conforme por la tranquilidad de no tener problemas ni líos ni nada que tuviese que ver con posibles puñaladas salvo las de un amor ideal. Mi madre me inculcaba con gran celo el respeto a la dignidad de la mujer y la responsabilidad del hombre de tratarla como es debido a alguien bien nacido cuyo deber es portarse como un caballero. Yo que tenía que lidiar a diario con la complejidad femenina de ocho hermanas con frecuencia era víctima de tan delicada responsabilidad. Dos frases sintetizan mi línea de conducta y eran que a la mujer no se le maltrata ni con el pétalo de una rosa y que el que le pone la mano encima es un cobarde. Cuando había una acusación era bien difícil no ser culpable. Desgraciadamente sufrí una tremenda experiencia en una ocasión en que una de mis hermanas muy enojada conmigo ni sé por qué razón se rasguñó la cara acusándome de que yo lo había hecho y tuve que ser castigado sin merecer el castigo. Estoy seguro que otras veces sí lo merecí porque como varón en mi trato recio a veces era tosco sin intentarlo y cuando perdía la paciencia tal vez aun majadero. El ejemplo que ilustra todo esto es algo que sucedió de la siguiente manera. Yo elegí como mía la silla que no pertenecía al mueble del comedor y nadie prefería por parecerles fea. Todas mis hermanas tácitamente consintieron en ello. Sucedió que Lupita se encaprichó un día en que ella se sentaría en mi silla y en medio del forcejeo se llevó un golpe con la silla en la nariz y no sé por qué motivo a más de sangrar se desvaneció y yo me puse nervioso y comencé a gritar no te mueras negrita. Mi madre me mandó traer al Dr. Y recuerdo que un compañero de la escuela que encontré por la calle me preguntó que si no iría a la escuela y mi respuesta fue que creía que no porque mi hermana se estaba muriendo. Al fin de cuentas no encontré al doctor en su casa ni fue necesaria su visita porque con el aroma de un lienzo humedecido en alcohol sobre la nariz volvió en sí y se puso a comer en la silla que quería. Yo lamentaba no tener la oportunidad de participar en montar en los jaripeos o hacer las suertes de la charrería que ameritaban el reconocimiento de las damas o reinas que adornaban a los jinetes con alguna presea floral en su sombrero o prendido algún trofeo a la camisa del lado del corazón. Esa era una de las razones por las que ansiaba ser mayor. Como me fui al Seminario ese sueño nunca logró realizarse. Aunque no fue en vano lo serio que fui en practicar el jineteo por mi propia cuenta para que jamás mi padre tuviese que darme otro regaño no sé si hasta una cuereada por no quedármele a un becerro como me sucedió a los ocho años que monte en la fiesta del Herradero en el rancho del Peñón. Yo debía honrar y resguardar el nombre de los Esquivel que siempre tuvieron los mejores charros. Sobre todo yo tenía que hacer honor a mi tío Prócoro que también era mi padrino y que a más de ser un gran jinete toreaba de maravilla mano a mano con el famoso güero Muñoz-Ledo. El reconocimiento que no tuve de las lindas madrinas de charros de mi pueblo lo tuve de la tradición del Seminario. En un pueblo indígena Napízaro se llamaba, los inditos nos organizaban cada año que estábamos de vacaciones una fiesta con tradicional jaripeo, sabrosa cena de uchepos y riquísimo queso. De manera que casi por once años reafirme mi fama de buen jinete sin ninguna caída. A más de la charrería nuestra familia era apasionada de la fiesta brava como popularmente se titula a la fiesta de la corrida de toros. Mi padre me invitó por primera vez a una corrida cuando yo tenía ocho años. Fue entonces que estrene un sombrero de fieltro color café que ya no le venía a mi tío Humberto y mi abuela me lo regaló. Ya con más experiencia sobre lo que significa una corrida también me acuerdo de que tuve la fortuna de ver un mano a mano de Manolete y Lorenzo Garza en la plaza de Irapuato cuando tenía doce años. Mi padre se veía en mí por ser el único hombre hijo varón y sin duda quería hacer de mí un aficionado apasionado de la tauromaquia como lo era él y toda la familia por tradición. Yo por mi parte siempre tuve un gran reconocimiento a la personalidad de mi padre a quien profese un singular respeto que nos inculcó mi madre y su autoridad de padre. Su virtud más sobresaliente fue la de ser un trabajador y luchador infatigable que jamás se daba por vencido. Pienso que logró triunfar sacando siempre adelante a la familia dentro de su tino y más allá de sus limitaciones humanas. Sin su espíritu de ahorro y determinación creativa nunca hubiese logrado afianzarse con determinación inconmovible en lograr una economía indispensable para el caso de establecerse como comerciante solvente en sus operaciones. Esto a ojos vistos vino siendo una realidad palpable cuando mi hermana mayor terminó su carrera de comercio y se hizo una colaboradora incondicional y su mano derecha en el negocio de las semillas. Ellos abrieron un comercio al menudeo en lo que le llamaron la bodeguita de donde podían proyectar compra venta de semillas al mayoreo que sin duda eran más lucrativas. A partir de la fecha en que Dolle empezó a trabajar con mi padre la estabilidad económica que siempre fue crítica para mi madre en los gastos del hogar logró resolver sus penurias. Mi padre estuvo más desahogado y ágil para movilizarse en su trabajo disponiendo de un vehículo que remplazó su costumbre de moverse a caballo. Primero compró un hermoso coche cupe de la Plymouth modelo treinta y seis de color azul que se abría de la parte trasera para convertirse en un lindo convertible con un asiento trasero para dos que estaba descubierto al aire libre. Recuerdo que desde entonces siempre que pude anduve con mi padre acompañándole sin importarme lo que durase arreglando sus negocios y yo tuviese que esperarlo en el coche indefinidamente. En una ocasión entiendo que tenía un trato sobre una partida de mulas y yo espere donde estacionó el carro cerca del Gómez que era una cantina en Celaya donde a veces se reunían a discutir acuerdos de negocios los comerciantes. Mi padre se desocupó bien tarde de manera que al llegar a la entrada del pueblo ya eran casi las siete de la noche, hora en la que pasaría el tren en el crucero sobre la carretera para entrar al pueblo. Resulta que el carro se quedó sin poderlo echar a andar más en medio de los rieles del ferrocarril y no había manera de lograr sacarlo de esa trampa hasta que mujeres que venían de regreso de una acequia sobre el río donde estuvieron lavando nos ayudaran a empujar y dichosamente por cinco o diez minutos escapamos tremendo choque con el tren. Lo que había sucedido es que se le rompió el radiador en un percance que habíamos tenido previamente y estaba sin gota de agua. Fue un gran triunfo para mi padre que no había tenido oportunidad de enseñarse a manejar en el carro de la familia de mi abuelo porque siempre lo manejaba mi tío Alfonso que era sereno y tranquilo de temperamento en contraste con mi padre con fama de nervioso. Definitivamente sin este aprendizaje no podría llegar muy lejos en su lucha por establecerse como comerciante, lo cual orgullosamente vino a ser su más productiva identificación laboral. El padre Fausto González era un sacerdote de mucha sencillez y humildad, incansable trabajador cuyo apostolado a los ranchos lo hacía por cuenta de su transportación personal en una tremenda motocicleta parecida a la de la policía. Mi madre le tenía especial afecto y recuerdo que me mandaba a llevarle un bocado típico de la cuaresma que era un postre de cuyo nombre no tengo memoria pero sé que no era capirotada y sí era de pan queso y una especie de miel que le salía delicioso. A mí nunca me invitó a acompañarle en su moto porque siempre invitaba a Jerónimo Cabrera que era un niño y también un acólito modelo totalmente diferente a mí por obediente moderado y conservador. No sé en que estuvo que un día se accidentó y fue a parar de cabeza en el piso del camino con la nariz y parte de la cara inflamada y raspada del golpe que se dio. Menos mal que se libró de algo peor de lo que no se libró el padre que años más tarde parece ser que confundiéndolo con algún policía un camión se le echo encima a la moto y lamentablemente perdió la vida. Recuerdo que esta noticia se dio a conocer en el Seminario cuando yo ya era seminarista. Entonces recordé al padre Fausto a quien también trate de cerca no solo como monaguillo sino también porque él fue con quien mi padre hizo arreglo para que yo me hiciese miembro de la Vanguardia que era un brazo de la acción católica juvenil para menores tal vez pre-adolecentes. El padre Fausto nos llevaba a jugar futbol a los Sabinos más allá de la estación atravesando el puente de tablas que cruzaba el río. Recuerdo también que a mí me costó trabajo entrar a la primera reunión de los sábados y solo me asomaba y no entraba porque me sentía cohibido. Mi padre me preguntaba que si ya me había alistado y yo no encontraba que responderle hasta que por fin me decidí y le entere de que ya pertenecía al grupo de los vanguardistas quedando satisfecho de que cumplí este cometido.<br />Yo no recuerdo de si mi padre se enteró o no, pero mi experiencia extraña en torno al plan de que me enseñara a hablar ingles sí que lo fue. Lo digo porque en vez de aprender ingles yo fui quien enseñe a hablar español a mi maestra americana y preferí ganar propinas ayudando a inyectar pollos. Don Teno Tapia y su esposa Luisita, una evidente típica rubia americana diferente al típico mexicano de la apariencia de su esposo, eran una bella pareja que se radicó en Apaseo cambiando su estadía de los Estados Unidos por la de mi pueblo natal. Entre otros negocios tal vez tenían el de los pollos, establecido en el corral de mi casa de antaño en Morelos ochenta precisamente en el corral con salida y entrada al lado de donde fuese nuestro comedor. La señora Luisita estaba más interesada que yo en aprender el español que lo practicaba de plácemes conmigo, yo por mi parte nunca hacía las tareas ni me interesaba en practicar ingles ni lo aprendía y claro prefería colaborar en lo que se presentaba y me gustaba hacer con o sin propina. Ni mi padre ni yo nos imaginamos jamás, que pasaría la mayor parte de mi vida en los Estados Unidos practicando el idioma en mi trabajo como en mi afición por la poesía en el ambiente americano cuando me hice miembro de una organización cuyo nombre era el mundo de la poesía, en ingles, the world of poetry.<br />En mil novecientos cuarenta y ocho el primero de Septiembre al fin logre tener mi primer hermano hombre. Ya era justo que mi padre tuviera el heredero de su nombre. Más vale tarde que nunca, lo digo por cuanto en realidad no tendría oportunidad de compartir con él. Por cierto ni la niñez a la que el llegaba y de la que yo me estaba despidiendo, como tampoco de convivir con él a quien tanto había deseado que viniera al mundo, puesto que me fui a vivir a Morelia el siguiente año de que nació el pequeño Carlos, por irme a estudiar al Seminario. Ya en casa habían nacido previamente para seguir la lista de bebes niñas como posibles doncellas, mis hermanas Elena que seguía a Yolanda la de los Santos Reyes cuyo nombre era el mismo de mi tía Nena hermana mayor de mi padre. Luego Enriqueta por supuesto el nombre de mi madre y en seguida Cristina anterior a Carlos cuyo nombre lo eligió mi madre por el particular afecto a su mejor amiga Cristy Mendoza que vivía en Mayorazgo y era hermana de un apacense que vino a ser ilustre dramaturgo y maestro egregio de la universidad de México cuyo nombre era Héctor Mendoza. Mis hermanas Lourdes y Marta Eugenia como mi hermano Sergio Antonio que murió de una incurable neumonía antes de cumplir un año nacieron durante mis primeros años en el Seminario. <br />Ese año de mil novecientos cuarenta y ocho conocí a un sacerdote que se llamó Agustín Ayala. Había terminado su educación clerical con los sacerdotes jesuitas en el Seminario de Moctezuma en los Estados Unidos y fue asignado como padre vicario a la Parroquia de Apaseo. El fue el sacerdote a quien Dios puso en mi camino y vino a convertirse providencialmente en la persona que diera ocasión a la magia cuyo secreto logró viniese de las manos de Dios hasta las mismas entrañas de mi alma lo que reconozco como el milagro de mi conversión. Nos conocimos cuando yo recién había dado mi propia incensada a la imagen de la virgen de Guadalupe que está en la escalera que conduce a la casa parroquial. Lo que más influyó en mi inmediata simpatía hacia él fue que me preguntó si me llamaba Margarito, nombre que no me gustaría sino por el nombre de la dama de mis sueños platónicos de entonces cuyo nombre era Margarita. El padre Ayala se hospedó por un tiempo en un cuarto del segundo piso del Curato mientras lograba mudarse a la casa en la que viviría con su madre Angelinita y con su hermana Soco. Ellos eran parientes cercanos del Sr. Gallardo que tenía un negocio de aparatos electrónicos y artículos decorativos en la ciudad de Irapuato. Creo que sus visitas de los días libres eran con su tío y casi siempre se proveía de discos de música clásica y algún interesante adorno decorativo como el que me mostró y yo recuerdo aun como lo describía. Era un león de bronce, mediana estatua para su escritorio y al describirlo enfatizaba la musculatura del animal y su majestuosa presencia. Ahora me pongo a pensar que esta experiencia representa la orientación de su personalidad que influiría para hacerme ver el punto de vista estético de las cosas y de la vida misma. El se sentía orgulloso de ser un poeta que tenía relaciones de amistad con artistas y escritores que ocasionalmente se veían en la ciudad de Cuernavaca como Lilia Díaz, Carlos Pellicer y entiendo también Diego de Rivera y la señora Frida. Yo me convertí en su monaguillo consentido y me pedía acompañarlo al rezo del santo rosario en el templo de la Preciosa Sangre que estaba situado al lado de la huerta de don Pancho Ruíz. Nuestra amistad le condujo a verse en una situación apurada. Resulta que había un nogal al lado de la propiedad sagrada y la huerta de manera que él no sabía que ese nogal fuera o no parte de la huerta. Yo me subí al árbol a sacudir las ramas para obtener las nueces que él iba recogiendo. Desde el árbol note que don Poli que cuidaba la huerta venía hacia nosotros y yo me descolgué por una rama gritándole córrale que allí viene don Poli. La verdad no recuerdo como resolvió este embarazoso incidente. Lo que sí recuerdo es que este sacerdote amigo mío me invitaba a actividades de monaguillo que debían ser una excepción y él me remuneraba mejor que el acolitar de las demás actividades litúrgicas como la santa misa y también el santo rosario. Estas eran las peticiones de novias para el matrimonio. Yo no entiendo con qué razón era mejor remunerado pero me sentía orgulloso y satisfecho de acompañarle en estos menesteres orientados a los matrimonios de la feligresía. Yo tuve un amigo acólito que era terrible y dio un gran cambio yéndose de hermano marista aunque más duró en irse que en regresar y volver a sus andadas o empeorar en ellas. Por un tiempo con sus pláticas y comentarios trataba de hacerme caer en la cuenta de que mi vida necesitaba un cambio radical pero yo no lo tomaba en serio. Mi idea de la vocación al celibato era que estas personas no tenían verdadera noción de su virilidad ni de los placeres legítimos o no del amor del hombre a la mujer. Mi estándar de valores lo dictaba el machismo mexicano ratificado y amplificado en las películas típicas del cine mexicano de la época del que yo soñaba ser un protagonista en mi vida real. Esto en combinación con las sugerencias de mi padre a que proyectara mi vida hacia la carrera médico militar me tenían preparado para responder que ya que terminaría el sexto grado el siguiente paso no tenía nada que ver con ir al Seminario con la idea de meterme de cura. Esto me parecía absurdo y me burlaba diciendo que a quien se le ocurre prescindir del amor a las mujeres. El padre Ayala como respuesta a mi apreciación relacionada al asunto de la vocación sacerdotal que venía al caso cuando hablaban sobre los que se irían al Seminario era un comentario un tanto burlesco o irónico diciéndome que yo iba a ser un medico cimarrón lo cual no entendía a fondo sobre lo que me quería decir y me parecía que ese comentario no armonizaba con el punto de vista de mi padre. Yo me sentía alagado de que me invitaba a su casa y me ponía distinta música, desde luego la popular mexicana que a él también le gustaba como corazón tú dirás lo que hacemos lo que resolvemos etc. Lo primero que comencé a gustar aparte de la música ranchera fueron los valses que ya los oía tocar a la banda de mi pueblo en el jardín como sobre las olas o Dios nunca muere. Luego las sílfides y la danza de las horas que me recordaban la primera niñez y el piano de Melita y finalmente queriendo yo identificarme con sus gustos pretendí que ya me gustaba la Petrushca de Stravinski que en realidad logre gustar muchos años después en el Seminario. Todo esto parecía afinarme el alma para ser receptivo al mensaje de la llamada de Dios. Recuerdo como me comenzó a leer la obra de José M. Pemán sobre el divino impaciente con las personalidades en acción de conversión de san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier. El momento cumbre fue cuando conversaban aquel pasaje en el que Cristo comenta que de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma. Y otra reflexión de las postrimerías sobre vida muerte, infierno o cielo. En este contexto la dinámica de todo en conjunto se convirtió en una especie de intuición luminosa que me hacía ver con una luz casi clarividente la grandeza y el valor del alma humana y que valía la pena lo que fuere por salvar almas en el mundo del pecado en el que sin duda yo estaba envuelto. De manera que comencé con la inquietud que eventualmente le exprese a mi madre diciéndole que se me estaba ocurriendo irme al Seminario. Ella habló a mi padre y su comentario fue decir ese muchacho no tiene patas para gallo, no sabiendo que si me faltaban patas era porque me sobraban espolones o más bien si lo sabía pero teníamos distinto modo de entender. Cuando ya estaba más cerca la fecha de ir a Morelia a tomar un examen para solicitar la entrada al Seminario yo le dije a mi madre que si no contaba con el apoyo de mi padre yo usaría mis ahorros y me iría por cuenta propia de manera que mi padre terminó por consentir en que yo prosiguiera con el plan del examen al cual siguió la ida al Seminario el día ocho de Diciembre de 1949 en que llegue a San José de la montaña donde estaba situado el Seminario Tridentino de la arquidiócesis de Morelia. <br /><br />Segundo exordio<br />Once años de Seminario y mi ordenación sacerdotal<br />El sentido de la individualidad de cada ser humano como persona y el sentir consciente de su intención, marcan la autenticidad de lo que quiere hacer y determina ser en su experiencia de vivir la realidad de lo que es su propia vida, puesto que finalmente como persona, siempre será responsable por ello. La responsabilidad humana que aprendemos como individuos y como sociedad se conjuga en realizarnos contando con tres factores que podemos considerar de capital importancia y son los de nuestra libertad que cuenta con la gracia de Dios y ambas nos proyectan hacia la realización de nuestro propio destino. Esos tres factores en su dimensión de espiritualidad particularmente hacia el encuentro y la experiencia personal con Dios toman una trascendencia que dentro de la axiología de los valores categóricamente supera todas las demás dimensiones. De acuerdo a nuestra fe cristiana que ilumina la luz de la razón, el Dios que ha creado la humanidad y la ha redimido es el único juez de vivos y muertos y de su destino inmortal como de su alma. Definitivamente el espíritu de fe nos induce a tomar una actitud de humildad para entender que el criterio de Dios supera en grado infinito el nuestro. De manera que para dilucidar la acción de Dios en nuestra vida como individuos, como familia y sociedad y como especie del género humano consideramos una doble economía que gobierna la Providencia divina en conexión con el don de su gracia y la realización de nuestro destino. Y aunque hay una economía ordinaria que nos ha dado a conocer Dios y nos sirve para entendernos con El, también hay la otra extraordinaria tal vez más compleja a nuestro humano entender más difícil o aparentemente aun imposible de comprender. Debemos aceptar que en el contexto de la historia de la salvación dentro de los límites de nuestro saber y entender somos incapaces de limitar a nuestra capacidad y posibilidades las del saber y del poder en las acciones de Dios y su providencia divina. El mismo Cristo en los momentos más difíciles de su destino puso su voluntad en manos de su Padre desde la agonía hasta el momento de entregar su espíritu a sabiendas de su visión de la resurrección.<br />La presencia divina de Dios en el medio divino se realiza en el mundo a través del cuerpo místico de Cristo que vive presente a través de la acción de su espíritu cuya acción es la de santificar el alma humana actualizando la realización del misterio de la redención. En la vida de cada ser humano la acción de la gracia divina como elemento sobrenatural es un misterio que por supuesto solo Dios lo entiende plenamente. Y también es entendido en el grado que Dios dispone al darlo a entender a cada quien que lo recibe. Una de las experiencias más profundas de la gracia acontece en el alma humana cuando sucede en profundidad como un llamado vigoroso el don de la conversión a Dios. La conversión requiere un cambio radical en el modo de pensar y en la actitud de vivir y la manera de vivir en Dios y para Dios con la determinación de complacerlo en todo como El quiere incondicionalmente. La gracia ejerce una doble acción de un encuentro único entre la dinámica de Dios y la del hombre hacia objetivos característicos orientados a la salud del alma y a la gloria de Dios. Todo esto como vivencia de conversión se convierte en la maravilla de una constante búsqueda de Dios por toda la vida. En mi caso de ir al Seminario por obra de la gracia de Dios la intención de ser ordenado sacerdote fue significativa. Sin embargo descubrí que el significado fabuloso del valor del alma humana y la intimidad de amistad personal con Dios eran de una validez autentica y en sí mismas grandiosas ante Dios mismo por serlo en ellas mismas. Sobre todo la mística del celibato como consagración de mi mismo solamente a Dios en cuerpo y alma y con un amor total angelical y divino le dieron una perspectiva incomparable a mi nuevo punto de vista por compartir y por ser que fuese como el de Cristo el amor mío en el suyo, consagrado en amor a su Padre eterno y a la Iglesia como verdadera y única esposa. Aparte de mi formación académica, moral e intelectual todas estas actitudes y modo de pensar como ideal de ser y llegar a ser requerían mi formación sacerdotal de once años en el Seminario. A esto se refieren para mi entender el mensaje de dos lemas en cantera y color rojo y negro del gran patio del Seminario que proclaman el “Vivere summe Deo” lo cual es una aspiración de algo de siempre para la lucha de la iglesia y el sacerdocio en el mundo, agregando “Alios ventos vidi aliasque procelas”. Vivire en el grado más alto para Dios y He visto otros vientos y otras tempestades. <br />Rapsodia cuarta. Seminario Menor, cuatro años de latín y uno de filosofía.<br />Con el rumbo a las Lomas de Santa María a pocos kilómetros de la ciudad de Morelia pasando el barrio de Carrillo y por la carretera que va cruzando entre el parque a mano izquierda y el aeropuerto a mano derecha y llegando al estadio hecho de pura cantera, bien sea caminando o yendo en autobús o transporte público o privado, se encontraba la casa de cristal y al lado la subida del número de escalones de cantera que aun no termino de contar por donde se llega todavía al Seminario Tridentino de la Arquidiócesis de Morelia en San José de la Montaña. A unos cuantos metros de terminar de subir las escaleras, está la entrada al Seminario Menor que cuando lo conocí era solo el que había. Estaba sin el Seminario Mayor que años después fue construido al lado superior y a poca altura separado el uno del otro por la cancha de futbol. Cuando estuvo listo se trasladó allí de donde estuvo anteriormente por algunos años, que fue en el área del claustro antiguo de los carmelitas al lado del templo del Carmen en la ciudad de Morelia. El patio de entrada al Seminario Menor era relativamente pequeño con un servicio de baño a mano derecha de la entrada, y a unos cuantos pasos estaba ubicada el área donde se encontraba el fogón y el horno de la panadería con dimensiones de cierto aprieto no muy desahogadas para el trabajo del panadero que amasaba y cocía pan a diario para cerca de trescientos y tantos alumnos de la división de mayores y menores en el Seminario. Desde la entrada se veía al frente el gran comedor y sus cristales de ventanas que permitían ver lo cerca y lejos de sus entornos, desde el jardín de san José con su hermosa estatua del santo y Jesús adolescente, de allí con mejor perspectiva se divisaban los paisajes de de la ciudad de Morelia y el lindo barroco de los templos y edificios de cantera de la ciudad colonial que yo sentía ser breve lejanía consciente de que en lontananza a mucha mayor distancia en esa dirección estaba mi terruño natal. A mano derecha del comedor estaba el torno de la cocina que atendían las religiosas pasionistas creo que allí mismo al lado de la gran cocina vivían en su convento. Al lado de donde estaba el torno a unos pasos había la puerta de entrada al comedor de los padres que era relativamente pequeño comparado con el de todos los seminaristas pero aquel con mucha mejor comida que el nuestro. EL comedor de los padres tenía otra puerta de salida de donde se veía bien inmediata la misma estatua de san José con el jardín al frente y a mano derecha por un pasillo se comunicaba con la construcción más grande de un gran patio convertido también en cancha de basquetbol con arcada rectangular tanto en el primero como en el segundo piso que eran nuestros dormitorios por los cuatro costados. De uno y otro lado del patio que miraba a la ciudad había escalones para bajar a una banqueta entre los salones de estudio y clases a cuyo lado estaba la hermosa capilla con un extenso coro con su altar y retablo en mármol y el hermoso cuadro de la Virgen de Guadalupe en la parte superior y centrado como el altar para la santa misa. Todo este contingente de construcciones estaba rodeado de un espacio a campo casi abierto decorado de plantas y prados que daban la impresión de un jardín informal. Creo que a través de los años en el Seminario Menor estuve en los distintos dormitorios y conviví con mis amigos compañeros y maestros o bedeles por todas las aéreas sintiéndome familiar a todos los rincones del Seminario. Los cuatro primeros años de Latín se enfatizaba el estudio y el aprendizaje de esta lengua viva en la iglesia católica y en los seminarios de entonces. Familiarizarse con los clásicos latinos y el humanismo greco romano su literatura poesía e historia era fundamental, como la espina dorsal de nuestra preparación humanista. A pesar de que todos mis maestros fueron buenos algunos fueron realmente magníficos y maravillosos, los mejores aun vinieron a ser verdaderos amigos. La estructura básica de la formación tenía dos pilares de autoridad, una era la disciplinar a cargo del Vicerrector en el Seminario Menor porque esto correspondía al Rector de todo el Seminario que radicaba en el Mayor. Y tanto en uno como en el otro Seminario el pilar espiritual era el padre espiritual. Yo siempre tuve buenas relaciones con todos ellos lo cual me ayudó muchísimo en lograr que las bases de mi formación vinieran a ser en realidad profundamente sólidas y vigorosas como mi carácter y los ideales de mi vida. Como daba una impresión inmediata de mi inquieta hiperactividad y falta de moderación y de celo por seguir con puntualidad tan estrictas reglas naturalmente faltando al reglamento mismo el vicerrector encargado de disciplina comentó que yo tal vez duraría allí escasamente algunas semanas. En cambio el padre espiritual se refirió a este comentario diciendo que casi de seguro yo duraría allí por los once años de formación como en realidad aconteció. El movimiento de la comunidad de una parte a otra rutinariamente debía ser en filas y en silencio desde que Dios amanecía hasta el anochecer. Los domingos y jueves podíamos hablar en el comedor los tres tiempos de nuestra alimentación y solamente escuchábamos música clásica que se instalaba bajo la responsabilidad del encargado del micrófono y las bocinas en la cabina preparada a ese propósito por el seminarista a cargo. Fue así como después de once años me hice un verdadero fanático de la música clásica que prefiero aun al folklore mexicano y latinoamericano que me sigue gustando hasta la fecha aunque no con la misma pasión que la música clásica. Las horas más largas de recreo diariamente nos daban oportunidad de practicar varios deportes como el básquet bol y el espiro bol y los jueves y domingos el deporte más importante y popular que era el futbol. Yo disfrute mucho participando en todos los deportes destacando mejor que en los demás en el futbol de manera que logre aunque solamente por un año pertenecer a la primera fuerza del equipo Atenas del Seminario activo en la liga municipal de Morelia. Casi siempre estuve en la segunda fuerza porque era un medio con buena derecha aunque más competitivo que creativo y brillante. Algunos seminaristas que conocí y tuve por amigos habían tenido la experiencia de vida comunitaria, orientados a venir a la del Seminario, experiencia que yo nunca había tenido y preferí no tener por sentirme capaz de lograr lo que debía yendo a donde debía según lo había determinado. Creo que me adapte muy bien a esta vida aunque no sin problemas, resultado de mi espíritu de independencia aunado a mi buena voluntad con la convicción personal de aprender a ser disciplinado motivado por la idea de agradar a Dios e imitar a Cristo en su espíritu de obediencia. Me parecieron fantásticos y de maravilla los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola por una semana inmediatamente a mi llegada. Creo que estaba preparado para aprovecharme de ellos como secuela providencial de mi conversión a Dios en serio bajo el influjo de la gracia y en el contexto de la vocación de san Francisco Javier aconsejado por san Ignacio en el feliz encuentro que tuvieron en la universidad de París si mal no lo entiendo. Algo que nunca pensé encontrar en un seminario y que detestaba de verdad, fue mi terrible experiencia relacionada con la malicia que no podía entender con respecto a la tendencia mal intencionada de la amistad personal de mayores con menores. Para mí y mi experiencia de macho independiente que me ufanaba de pertenecer esporádicamente a su grupo y compartir con adultos experiencias en las que reafirmaba mi hombría, con quienes ya casi eran verdaderos adultos, me parecía absurdo lo que estaba descubriendo. Una relación de esta naturaleza me parecía algo horripilante, ya que degradaba mi identidad masculina, implicando una relación en la que los mayores tenían como novia a los menores que les llamaban “molca”, aunque nunca supe la razón que lo justificara, aunque verifique que se trataba de reemplazar al menos sicológica y emocionalmente la función emocional tal vez erótica, a saber si sexual de la mujer ausente en ese entorno. Yo tuve que bregar solo con mi fortaleza de mi masculinidad este asunto que en el ambiente del Seminario tal vez tenía algo de tabú pero era un secreto a voces y ahora me maravillo de no haberlo discutido ni analizado con mi director espiritual. Tal vez como decía Sancho Panza, eso mejor ni menalle, y digo yo añadiendo el comentario de que lo sucio apesta. Recuerdo mis sobrenombres y la razón porque me los pusieron a través de mi niñez y toda mi vida. Nos insultábamos a veces como sucede entre niños y hermanos sin que esto me afectase tanto como en el Seminario, a pesar que tuve cuando niño en casa, más que bastante para lidiar con mis mismas hermanas y ellas conmigo. Me llamaban enojadas bobi porque a veces tuve la mala costumbre de morder, nagual porque me gustaba entrar a la cocina y hacer tacos calientitos con la nata del frijol de cazuela, Roque porque me compraron un abrigo que yo presumía por haber sido comprado en la tienda de don Roque, míster Truman porque un padre Ibarrola que visitó la parroquia cuando yo era monaguillo dijo que me parecía a ese presidente, pero llamarme gringa o pocha en el Seminario me enfurecía por parecerme un insulto imperdonable a mi dignidad de hombre varonilmente macho y siempre lo fui hasta con altivez. Yo era capaz de darme a puños con Marciano y todos los pesos completos si me llamasen así solamente porque en un Seminario había el fermento degenerativo de la mariconería no lo iba a tolerar. Me consuelo por otra parte porque fui siempre conocido y llamado el güero Esquivel como continuidad a como me llamaron de niño en mi pueblo por mi color, el Canelo. Y cuando en la división de menores fui de los grandes me llamaban Kalú por parecerles decentemente salvaje como el personaje de las caricaturas, y según los más pequeños tal vez aun vigoroso.<br /> En contraste con este tópico abominable de las “molcas” y sobrenombres femeninos que aun me da rabia por lo injurioso que se me hacía, tuve la dicha de disfrutar de la amistad de magníficos maestros, que eran verdadero baluarte de grandeza humana y excelentes modelos de inspiración y emulación por proseguir los mejores ideales, para convertirlos en realidad tanto en la dimensión de los valores humanos como divinos. Uno de los mejores amigos de mi vida que me distinguió de manera fehaciente con su singular amistad fue el Cardenal de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo de feliz memoria a quien conocí antes de ser ordenado sacerdote y vino a ser mi maestro y yo uno de sus alumnos en la clase de Geografía en el primer año de latín en el Seminario. Fueron sorpresas increíbles de la vida las que compartimos siempre con el gusto de la verdadera amistad. El influjo que ejerció en mi educación cultural superó al interés por el mundo de la Geografía sobre el mundo y el universo al introducirme en el gusto superior por el humanismo y la literatura. A mí no me gustaba la lectura y esto desde mi niñez más remota por hiperactivo y distraído. El se empeñó en que yo iba a leer toda la Ilíada y me prestó un bello ejemplar en piel de esa obra magistral del inmortal Homero. Su estímulo era claro conciso y directo cuando le comentaba que me aburría e impacientaba de leer porque sin intentarlo al momento de la lectura sin darme cuenta ya estaba pensando en otra cosa. EL me respondía tu sigue leyendo que eventualmente te gustará. Siendo mi maestro de español en el segundo de latín tuve la mala suerte que resultó buena de que me echara de su clase por un mes. Esquivel te callas o te pongo veinte puntos malos, y me los puso con la advertencia de que no me llamaría más la atención cuando casi segundos después me dijo que estaba fuera de clase por un mes. No sé si fue metódico el plan de doble efecto ni si de antemano lo pretendía por lo bien que salió. Me dio para leer durante ese mes fuera del salón el libro de las aventuras de Tom Soyer que me leí en el pasillo triado de barriga antes de terminar el mes. Fue el primer libro que leí de cabo a rabo en mi vida y me identifique con el espíritu travieso, aventurero e inquieto del sobrino de la tía Poli. Su secretario informal del padre Posadas y compañero de clase amigo mío Abel Suarez tenía llave de su cuarto y con discreción nos daba oportunidad de oír música clásica en su pequeño tocadiscos dentro de su cuarto. Recuerdo que tenía siempre cerca el disco de Cherezada que nos gustaba escuchar. Creo que el segundo libro que me prestó para leer el padre Posadas fue sobre un sacerdote jesuita amante de la metafísica cuyo nombre no estoy seguro si era Jaime pero si tengo certeza de que su apellido era Castiello. A la Virgen santísima le llamaba la madre de la metafísica o nuestra señora de la metafísica, me imagino que sería por ser ella la madre de Dios que es el ser por antonomasia. Entiendo que la familia de este sacerdote era muy acomodada y el murió en un accidente en su carro Porche de carreras si mal no recuerdo, algo parecido a lo que aconteció a la gran estrella de la juventud rebelde James Dean.<br /> EL padre espiritual Manuel Perez-Gil que también vino a ser nombrado y fungió como Arzobispo fue mi maestro de español el primer grado de latín. El también me brindó el privilegio de ser su amigo. Me encantó que nos recitaba los sonetos de los clásicos españoles y que nos estimulaba a memorizarlos y yo memorice algunos de los más bellos viendo que son una verdadera oración como el Pastor que con tus silbos amorosos y el clásico No me mueve Señor para quererte el cielo que me tienes prometido. Y todavía agradezco inmensamente a este íntegro sacerdote que era una persona extraordinaria en su fineza de trato, su comprensión y la mágica empatía de sus consejos y sensibilidad para orientarme y sentirme seguro y responsable pero sobre todo generoso en el trato personal con Dios. Recuerdo dos incidentes en los que me sentí edificado por la manera fervorosa y realmente edificante como administraba los sacramentos, en este caso a un obrero que resultó mortalmente lesionado en el área vecina al Seminario que se llamaba los filtros. Inmediatamente después de saber de la desgracia me invitó a ir en su compañía para poner los santos oleos a este trabajador moribundo. Me impresionaba sobre todo experimentar el contraste de rigidez del Sr. Vice rector con sus reglas inflexibles y la espontaneidad del padre espiritual en sacarme del Seminario para acompañarle sin ninguna de las formalidades de los permisos para salir. Una tarde la sesión de consejería se extendió de su cuarto donde atendía estas sesiones y salimos en su carro hasta el lago de Patzcuaro en el area de Chupícuaro desde donde estuvimos admirando una bella puesta de sol. El me explicaba lo que era el fenómeno del perihelio del sol que cuando ya se ha ocultando del horizonte se sigue mirando si mal no entiendo por ilusión óptica. Esta actitud y trato tan fino me hacían sentir su espíritu de libertad dentro de una dinámica de comportamiento con un criterio tan abierto y espontaneo en el que saboreaba la enseñanza de que la letra de la ley y de las reglas matan y el espíritu da vida. Todas las mañanas después de las oraciones de rutina en la Capilla y antes de la santa misa nos enseñaba la manera de hacer oración mental dándonos una plática con los puntos de meditación, todo esto con un estilo muy interesante y atractivo para nuestra edificación y nuestra acética espiritual. Mi experiencia con otro sacerdote excepcional no fue tan venturosa porque implicó una fuerte sacudida que trajo a mi memoria el temor de reprobar el segundo de latín, que no se cómo lo resolvió porque no reprobé. Yo detestaba el álgebra. No me interesaba en entender la tontería para mí de quebrarme la mente bregando con letras equivalentes a números y más de una vez arroje igual que lo hice escogiendo frijoles en mi niñez, arroje el libro de texto en la materia referida por la ventana lo más lejos posible. Por supuesto teniendo después que irlo a recoger. El problema al que aludía el padre Castro era el de mi calificación inaceptable en la materia a la que me he referido del álgebra. En el contexto de la conversación me daba a entender que era falta de responsabilidad a mi vocación y a mi capacidad de aprender que sí tenía más que mediana, y el que tuviese que reprobar. El hecho es que esto no se materializó en un hecho real y yo inicie el siguiente curso como si nada logrando destacar en trigonometría que para algunos era más difícil. En este caso descubrí algo muy peculiar fuera de toda lógica, pero tal vez dentro del perímetro de la sicología. El maestro de trigonometría que tenía fama de ser extraordinariamente inteligente, el padre Joaquín Campos también secretario de la Sagrada Mitra, que fue quien me examinó para entrar al Seminario, me pareció tal vez el mejor maestro que nunca tuve por la espontaneidad con que seguía su manera y tal vez su método de enseñar que no puedo describir de ninguna otra manera sino comentando que aprendía lo que explicaba con una naturalidad increíble. El era temiblemente enérgico y bastante nervioso y en su clase se podía escuchar el vuelo de una mosca. Hay una anécdota de lo que como una verdadera ironía sucedió en su clase cuando preguntando sobre el teorema de Pitágoras tres alumnos consecutivamente respondieron que no lo sabían, a lo cual el sentenció que el próximo que dijese que no lo sabía estaba fuera de clase y con nota de pésimo. Resulta que cuando dijo, el que sigue, escucho él y toda la clase como respuesta, lo ignoro y toda la clase explotó en tremenda carcajada sin ningún comentario de parte del padre Campos por cumplir su amenaza. Todo mundo decía que el tercer año era especialmente difícil y a mí me fue tan bien que no solamente proseguí sacando notas trimestrales de muy bien sino que en este grado logre para sorpresa mía recordar los tiempos de mi niñez, cuando mi hermana lograba sus bandas de honor y yo estaba satisfecho al fin, aunque sorprendido de verdad con mi primer diploma de honor en aplicación. Con respecto a mis amistades recuerdo que naturalmente decidí no tener amistad con compañeros mayores que yo. Nos hicimos muy amigos un grupo de cuatro de la misma edad que aunque compartíamos también peleábamos discutiendo a diario por lo que nos apodaron los cuatro de la vida airada. Una vez que me culturice con la dinámica de realidades axiológicas de la vida de Seminario y su estructura sistemática me parecía estar adaptado a ella y me sorprendió una ocasión en que me mandó llamar el Vicerrector sorprendiéndome de la acusación de que yo intimidase a los menores que yo sin poder detectar a que se refería. Se trataba de un chico con el que según yo nos llevábamos de maravilla porque a mí me agradaba su originalidad que lo hacía especialmente popular. Le pusieron por sobrenombre la clave porque siempre decía que todo era cuestión de tres catorce veintiuno y aplicar la clave y todo saldría bien. Como no entendía de que arrepentirme o disculparme ni de quien se trataba, el Vicerrector me hizo saber que este niño un año menor que yo me acusó de que cuando estábamos en fila usando el baño del mingitorio, yo le empuje el brazo para que orinase su mano cosa que en verdad no recuerdo sin negar que tal vez sí lo habría hecho, puesto que este niño me acusó de hacerlo. Yo aprendí que en mi conciencia pude haberlo hecho como una broma, que a veces nos hacíamos en general sin considerarlo como algo grave sino como una travesura, aunque de mal gusto sin duda. <br />Mi espíritu belicoso jamás desaparecía como lo relato enseguida. Todos los días comulgábamos en la santa misa y teníamos oportunidad de ser oídos en confesión. Resulta que la noche anterior al caso en cuestión, al entrar al dormitorio ya que nos íbamos a dormir el compañero delante de mí me dio con la puerta en la cara y en vez de acusarle me tome el asunto por mi cuenta enredándonos a golpes hasta que nos separaron. Cuando me fui a confesar me dieron de penitencia que después del desayuno le pidiese disculpas, cosa que trate de cumplir religiosamente con la sorpresa de que no se hizo posible, porque con precaución se puso en guardia tratando de enredarme de nuevo en otra reyerta que entonces sí logre evitarla.<br />Mis tendencias a la violencia me hicieron pensar que la raza de mi padre tal vez era como la de las ganaderías de toros bravos porque yo no me arredraba en pleitos y no ponía peros por mi tamaño por pelear con los más grandes que yo, aunque a veces no salía tan bien parado. El colmo fue cuando empecé a sacar diploma en conducta por mi buen comportamiento y me dieron el cargo de ver por el orden en el dormitorio, me acostumbre a llevar conmigo la llave del mismo. Había un condiscípulo tan inquieto como yo que a mi parecer me estaba tomando el pelo sistemáticamente burlándose de mí e ignorando lo que le decía. Creo que me colmó el plato diciéndome un sobre nombre que yo no toleraba por ningún motivo, y con un movimiento reflejo de violencia, teniendo la llave del dormitorio colgando de una cadena en mi mano, le di un golpe en la misma cabeza con la misma llave de manera que sufrió un descalabro no muy serio pero fue descalabro. Lo inaudito fue que ese mes también saque diploma de buena conducta, haciéndome esto sentir particularmente indigno y avergonzado.<br />La ira es uno de los siete vicios capitales, cuando no se gobierna con la paciencia, tampoco equilibra esa energía proyectándola a cualquier alternativa en armonía con el equilibrio y la serenidad de la paciencia, que favorece el bien del espíritu y la salud del alma para vivir en paz. El problema es que del dicho al hecho hay un gran trecho y la virtud es fácil de entender en un momento pero el practicarla es una lucha de toda la vida. Saber que Dios detesta la ira y desprecia al iracundo me impulsa a perseverar con paciente persistencia a luchar siempre en imitar a Cristo que nos invita a la mansedumbre y humildad que practicó toda su vida. Es un camino que urge no dejar ni quedar caído en él, sino levantarse siempre con espíritu de esperanza en la victoria, sabiendo que el que persevera alcanza. Agradezco a Dios el que me encaminó al Seminario para ponerme en órbita llenándome de fe y de confianza, para seguir en pos de Cristo, costase lo que costara desde aquel entonces y hasta el fin de mi vida.<br />El primer año que pase la Navidad lejos de mi familia no me afectó tanto como el segundo en que sí sentí la nostalgia de las posadas extrañando mi tierra y mi familia. El comentario de mi padre espiritual me surtió un efecto increíble de por vida. Solamente me dijo que si el Niño Dios dejó los cielos de su Padre por la tierra, no había razón de que yo me quejara. Dese entonces comencé a escribir mis primeros versos de felicitación de Navidad a guisa de tarjetas. Una poesía de las que más me gustan habla de que El Dios Niño ha nacido de la eternidad y ha partido la noche a la mitad, y que en la cascada de la Navidad Dios derrama el mar infinito que se hace un río, derramándose como cascada en lo profundo de nuestra alma. Me encantaba compartir mis poemas con el Padre Juan Jesús Posadas, y coincidía conmigo, diciéndome que esta o aquella imagen le gustaba, y aun comentaba también que es increíble lo que se nos ocurre a los poetas. Otra gran satisfacción navideña era ir a los conciertos de los niños cantores de Morelia en su apogeo, bajo la dirección del maestro Romano Picuti venido de Italia a Morelia afectado por su terrible experiencia de la guerra. Se murmuraba que la primera vez que oyó los típicos cuetes mexicanos estallar fue y se metió debajo de su cama. En cambio yo me quedaría hasta el amanecer sin pensar soñando en ella, sino en el gusto que sentía escuchando sus conciertos. En una ocasión tuvimos la dicha de escucharles en el claustro de lo que fue el convento del Carmen, ya entonces el Seminario Mayor, donde después del concierto tuvimos una cena familiar. Uno de mis amigos Carlos Altamirano sobrino carnal de nuestro Arzobispo, le preguntó a Valencia que así se llamaba el solista de los niños cantores sentado a nuestro lado en la cena, le pregunto si conocía a su tío y lógico, su respuesta fue otra pregunta, la de quién era su tío a lo cual Carlos le informó que era el Arzobispo. Este mismo Carlos era uno de los cuatro amigos que formábamos el grupo de los de la vida airada y ya nos lo devorábamos por su pregunta un poco más que ridícula.<br />La correspondencia que tuve con mi padre me era especialmente grata y ahora comprendo los motivos. Mi padre redactaba para sus negocios que consideraba naturalmente una gran prioridad en su tiempo y en su vida, gracias a Dios. Con frecuencia decía esa expresión casi siempre cuando no podía hacer algo por falta de tiempo porque estaba ocupado en sus negocios. De manera que consciente de esto, yo agradezco el tiempo que me dedicó haciéndome sentir importante, con la evidencia escrita de ser parte del negocio de su vida y el de la mía. Aparte de lo mencionado, tengo que decir que siempre me mandaba un giro para mis pequeños gastos, dándome el privilegio de comprar mis utensilios y golosinas bien en la tienda del Seminario, o utilizando el servicio del en carguero que traía encargos casi cada semana de Morelia. Siendo pequeño, podía solicitar que un acompañante mayor fuese conmigo a la ciudad personalmente. Recuerdo aquella vez en que tal acompañante cuidando de mi bolsillo mejor que yo, se negó a comprarme con mi dinero un mamey que yo realmente quería y no me permitió comprarlo por demasiado caro. Estaba ansioso por ser mayor para pedir permiso logrando ir por cuenta propia a mis asuntos pendientes en Morelia que nunca me faltaron. Recuerdo que los más urgentes fueron los que me invente para ver las lindas colegialas saliendo de sus escuelas y regresando a sus casas por la calle real que es la bellísima avenida Madero. Después conocí un soneto que inspiró al canónigo don Francisco Alday, poeta de exquisito gusto clásico, me sorprendió y le sorprendí, en el que dijo cual era la razón de mi salida que no era por las que daba sino por estas razones: “quiero decir lo que a las cinco en punto, eres en la confluencia de tus calles, flexible andar, multicolor conjunto, coro de risas y trigal de talles…Evidentemente se trata de Morelia, la que tantísimo me gustaba.<br />Compartir las visitas de familia que me hacían una o dos veces por año más que gustarme me fascinaba. La familia iba mejorando económicamente y se notaba por el vehículo que mi padre manejaba. Dese la camioneta café claro en que vinieron a su primera visita, cuando al visitarme tenían que pernoctar en el hotel Oseguera por razón de que la carretera no estaba lista para ir y volver de la visita en el mismo día, hasta la de aquel lindo carro estudebequer azul al que nuevecito le abolle una linda polvera, con todo el dolor de mi corazón y la furia de mi padre por dejarme manejarlo. Creo que esa es la historia de la mayoría de los padres y los hijos y yo no podía ser la excepción, ni tampoco mi padre deseoso de que yo aprendiese y yo de aprender.<br />El tópico de la alimentación es algo de lo que no me gusta hablar pero lo debo hacer en honor a la verdad. La comida se pasaba de ser pobre por la calidad de los productos cocinados y no por deficiencia la más mínima de parte de quienes cocinaban. Un seminarista muy original definía su menú y contaba con el privilegio de integrar huevos a su dieta del propio bolsillo familiar, lo describía: frijoles con huevo por la mañana y huevo con frijoles en la comida y finalmente con otra expresión más fuerte sin duda vulgar, frijoles a fuerza por la noche…Yo añadiría por fortuna o desafortunadamente rellenos de gorgojos cocidos, fabulosa vitamina. En cuestión de pan adiós pan de azúcar que tanto me gustaba, conformándome por once años con mitad de sema plana y una mitad de bolillo por la mañana, un cuartito de leche para cuatro y agria no pocas veces. Yo que nunca quise leche sola sin café recién ordeñada de las cabras o las vacas de casa ahora aun la agria me parecía manjar. En vacaciones mi madre me dijo Tabo, te prepare tu arroz de leche que tanto te gusta y yo le comente, yo como eso del diario en el Seminario. Ella me preguntó extrañada y de donde cogen tanto huevo y tanta leche para tantos alumnos. Yo serena y naturalmente le respondí que el arroz era sin leche y sin huevo.<br /> Cuando termine el tercer curso de Latín al pasar al cuarto grado, estando entre los quince y diez y seis años me mudaron a la división de mayores y eche de menos a mis mejores amigos, sobre todo a Samuel Bernal de Puruándiro, excelente futbolista lo mismo que como estudiante capaz e inteligente y un verdadero personaje por su sentido del humor. Era un año menor que yo en edad y también en el curso académico, yo iba un año adelante. Lo bueno es que al año siguiente vino a la división de mayores, y tuve la satisfacción de convivir y pasar el tiempo disfrutando nuestra sana y alegre amistad, solamente por un año ya que después del primero de filosofía, me debía mudar al Seminario Mayor que estaba en la ciudad.<br />Las excursiones de lo que llamábamos paseos de todo el día podían ser al Balneario de Zinapecuaro o a los aserraderos de la sierra, tan lejos como lo que en el Seminario era conocido como el Pico Azul para el paseo de la división de menores o el bien lejano a Chorro Prieto, exclusivo para la división de mayores y no para todos sino para los de muy buena condición física. A mí me encantaba caminar por la sierra entre pinos, arroyos y quebradas con sorprendentes cascadas y panoramas preciosos de la sierra. Creo que fue en el segundo de Latín cuando ya estábamos a cierta distancia para llegar de regreso al Seminario Menor de un paseo que dimos al Pico Azul a donde yo habría ido por primera vez, cuando nos ordenaron detenernos a la orilla de un arroyo donde deberíamos rezar el rosario. A mí me gustaba estar cerca del agua y me senté con mis amigos al lado inmediato del arroyo. A cierta distancia, como a tiro de piedra sobre un promontorio que hacía lomita, se sentaron un grupo de compañeros entre quienes estaba un alumno recién ingresado ese año que se llamaba Trinidad y era conocido como Trino el aguerrido. Por un buen rato no sé hasta que misterio del rosario nos estuvo lanzando piedrecillas, que a veces me llegaban a mí y yo volviéndome a verles les hice señas de que pararan de molestar, lo cual no aconteció. Cuando mi paciencia llegó al colmo, de repente cogí un guijarro y se los arroje de manera que alcanzó a dar precisamente en la cabeza de Trino a quien descalabre. Pararon de rezar el rosario para atenderlo y sin terminarlo regresamos al Seminario. Yo me sentí avergonzado y temeroso de ser juzgado por atreverme a ser justiciero sobre algo que le pertenece a la justicia divina, que era absurdo que yo tomase en mis manos sin ningún derecho y de manera tan arbitraria. Tuve que bregar con las consecuencias de mi falta avergonzado y arrepentido por haberla cometido. Lo malo es que me preocupaba el que mi arrepentimiento no fuese suficientemente sincero, porque volvía a la carga, procediendo con violencia. <br />Este camino de la sierra años después lo hice a caballo con el fotógrafo del Seminario Simón Ríos para la revista Futuro que presentaría un pequeño artículo sobre el Señor Cortes nombrado obispo. No sé a ciencia cierta si el Obispo era nacido o estuvo allí durante su ministerio como sacerdote, me refiero al poblado de Túmbisca en los límites de la sierra, donde parecía iniciarse la explanada a la tierra caliente. El hecho es que conseguí dos caballos uno brioso para mí y el otro bastante manso para el fotógrafo que no sabía mucho de a caballo. No sé cómo me las arregle pero me los prestó el papá del padre Castro que pertenecía a la sociedad de los charros de Morelia. Tuvimos que madrugar, para regresar a horas de la madrugada habiendo cabalgado poco más de diez y siete horas a caballo de ida y vuelta, con escaso tiempo para nuestros alimentos de pasa día. Encontramos una cueva que tenía unas como manos pintadas sobre el techo de la cueva a la que penetraba suficiente luz para distinguirlas, y el señor fotógrafo desafiando el problema con su técnica y su arte logró una fotografía en la que se notaban bien a la vista las dichas manos y la publicó en la revista con ese título, las manos pintadas de la cueva de Túmbisca. No recuerdo precisamente la edad, pero fue entre los diez y seis y diecisiete años que vine a formar parte entre el número de los seminaristas de la división de mayores, siendo yo de los menores otra vez. Estoy seguro de que el tercer año aun estaba entre los menores, pero no el cuarto, ya no. Desde el punto de vista académico, tengo que comentar que el programa del cuarto año de latín añadía el estudio del griego y de la física y la química a la enseñanza. El padre Juan Posadas nos daba clase de literatura de los clásicos latinos y prefería a Cesar del Rubicón y la Galia que al Cicerón del foro y a Horacio de las odas mucho más que a Virgilio de la Eneida. No sé cómo ni porque pero en esa clase aprendí dos cosas para toda la vida como guía para hacer mi juicio personal no solo en el mundo literario sino en la misma vida. Eso también lo relaciono con una cita a un autor del que no recuerdo más que su apellido y esa cita es la de un artículo de un señor Chamorro que dijo no conocer que habría dentro del corazón de un malvado pero que en el mejor de entre los hombres, su corazón, era capaz de los más negros pensamientos. Lo otro que es una maravilla de sencillez se refiero a la definición del gran polemista don Marcelino Menéndez y Pelayo tan admirado por don Juan Jesús Posadas. Y me sentí beneficiado experimentando como por una visión lo que significa y lo que implica en diferentes tópicos de axiología el definir que el estilo es el hombre. Ninguna de las otras tres novedades del cuarto curso me causó especial alegría como me aconteció en el quinto grado y primero de filosofía precisamente con la filosofía. Me agradó la perceptiva literaria y bastante menos el estudio de la biología. Yo siempre tuve excelentes notas con lo que me gustaba, sobre todo que coincidía que también los maestros eran una maravilla, sobre todo en el primero de filosofía por ejemplo, Alberto Carrillo toda una personalidad en sí mismo y en el aula hablando de filosofía. El recién había venido de la universidad de Comillas en Lovaina. Me impresionó como nos presentó la epistemología del nóumeno y el fenómeno, el panorama de la lógica, la crítica y la metafísica más allá de la mente, todo eso me tocaba el alma. Yo veía y armonizaba dentro de mí la armonía del universo del prodigio de la razón pura y la ontología del ser, a pesar de negar el gran filósofo la metafísica como ciencia, al despertar de su sueño dogmático, tal vez sin el discernimiento del contexto de los diferentes criterios sobre lo que es la ciencia en distintas dimensiones del espíritu. La crítica de la razón pura y todo el idealismo kantiano y el alma de lo trascendental y sobre todo la crítica de la razón práctica y su ética formidable, me parecían maravillosas como otro punto de vista para completar desde una nueva perspectiva, de donde no logró ver quizás ni el doctor angélico Tomás de Aquino, ni Aristóteles o Platón. Nunca olvido aquello de obrar de tal manera que tu comportamiento sea norma universal.<br />Pasando a los deportes quiero señalar que aunque me gustaba lograr serlo, yo no pensé lograr formar parte de los atletas del Seminario. Me impresionaba verlos cada año en lo que llamábamos y era un festival gimnástico al que atendía en persona el Señor Arzobispo. Me las arregle para que me admitieran a los ensayos sobre las barras paralelas y hacer la escuadra, la plancha como controlar en la mecida el cuerpo vertical sobre las paralelas. Por lo visto todo eso resultó aceptable porque me sentí orgulloso de pertenecer al grupo de atletas y presentarme con ellos en el festival de la gimnasia. Fue entonces que experimente un cambio en mi estructura somática, empezando por tener que comer con mayor cuantía subiendo de peso cambiando la estructura de un cuerpo y piernas veloces, para correr y saltar con menos ligereza por un cuerpo muscular y de más ancha estructura de la que tuve anteriormente, cuando algunos de mis amigos con cierta razón me decían el flaco. El padre Manuel Ponce, mi maestro de literatura los dos primeros años de filosofía era el otro poeta más reconocido como tal del Seminario, aparte del Señor Alday, para mi gusto tal vez de más profunda y austera poesía. El padre Posadas con su agudo sentido del humor comentaba que uno de sus primeros libros que el padre Ponce publicase y que tituló el Jardín Increible debería haberlo titulado solamente increíble. Yo se que le gustaba y admiraba su poesía y me parece que lo que implicaba en este chiste debiese referirse a su estilo que lo identificaba más con la poesía de vanguardia. El caso es que fue el padre Ponce quien compuso el himno al Seminario que cantábamos el día de la gimnasia y en mis añoranzas de entonces yo lo sigo cantando pensando en los azares de mi vida. Me gusta la estrofa que comienza con luz de ayer luz de hoy, sol atrida, vencedor en las luchas del orden, del amor de la flor de la vida, pura imagen del ser viviente, en nuestros pasos en nuestra frente, deja que brille la rectitud. De alguna manera creo desde mi subconsciente, esto ha sido una experiencia real no solo de mi formación sino de la vida, que sigue martillándome a mí y yo a ella para esculpir la imagen del hombre que quiero ser, realizando mis ideales de siempre. No quiero eludirlo, aunque me adelanto varios años, voy a referir que el Padre Ponce me hizo favor, siguiendo la sugerencia del ya entonces Obispo de Cuernavaca, y de antaño mi maestro y amigo el Padre Posadas, reitero, me hizo favor de programar una tertulia literaria para presentar a un pequeño grupo mi libro titulado Antología Bilingüe, que fuese editado primero para celebrar el aniversario de plata en oro de mi natalicio. También lo tuve conmigo para compartirlo en la convención internacional de poetas del mundo, en lo que se llamó en ingles The World of Poetry.<br />Rapsodia quinta. En el Seminario Mayor dos años en el Carmen<br />Volviendo a la vida del Seminario debo aludir a mi experiencia relacionada con mi obligación cívica de ciudadano mexicano para cumplir con el servicio militar lo cual tuvo lugar el año de transición del Seminario Menor al Mayor donde yo proseguiría a estudiar otros dos años de filosofía ya recién cumplidos mis diez y ocho años de edad. Lo primero que tuve que hacer fue alistarme al servicio en mi tierra natal como lugar de origen y tramitar lo requerido para cumplir el servicio dentro de la jurisdicción de Morelia donde estaba radicado por mis estudios. Aparte del deber cívico y el cumplimiento con la ley como valores éticos la urgencia de cumplir con el servicio era el obtener la cartilla de servicio militar que acreditaba todo lo mencionado y era requerido como documento incondicional para muchos otros trámites cívicos y legales hasta ser dado de alta después de un buen número de años, entre ellos por ejemplo la adquisición del pasaporte. Eso de la cartilla a pesar de tenerlo en orden, eventualmente no fue suficiente con una sorpresa eventual que tuve que dilucidar al tiempo de tramitar mi residencia en los Estados Unidos. Todas las gestiones por tramitar cumplieron su cometido de acuerdo a lo planeado para lo del servicio militar. De manera que ya listo mi asunto para dar el servicio en Morelia, solamente tuve que practicar el adiestramiento militar sistemático de marchar y demás por un mes ya que fui aceptado para formar parte del grupo de conscriptos orientados a representar la milicia juvenil en el ámbito deportivo. Y con las conexiones y recomendaciones de mis amigos excelentes atletas compañeros del grupo de atletas de gimnasia en el Seminario fui admitido en el equipo que entrenaba el lanzamiento del disco y de la bala. Clasifique en el tercer lugar en la región de Morelia y debería competir eventualmente en Guadalajara para la competencia nacional. Hay una anécdota por referir cuando recibí la condecoración del tercer lugar. Era bien sabido de mis compañeros atletas entre los conscriptos que yo era seminarista. Y cuando las chicas elegidas para el propósito de ponerme la banda vinieron a mí hicieron bulla coreando que me diesen un beso que era algo que sin duda me ruborizaba. Aunque sí me ruborizó me percate de sentirme alagado. En la competencia de Guadalajara no clasifique para la nacional sobre todo porque yo no sé cómo fueron aceptados a la competencia algunos remisos de Colima cuya edad pasada de los diez y ocho naturalmente les daba gran ventaja sobre mí que recién los cumplí y en realidad yo no era tan corpulento. <br />El Seminario Mayor me pareció como un local de paracaidistas desarrapados que improvisaron un lugar para habitar allí clandestinamente a pesar de que tenía un singular y significativo encanto. Todo este problema lo creó el propósito que sería el triunfo definitivo de la filosofía liberal laica sobre los conservadores tradicionalmente católicos y las leyes rígidas de la reforma de terminar con la iglesia católica enfocándose a terminar con el clero. Era difícil imaginar todo lo que había allí tras las paredes que ocultaban la diversidad de edificios originalmente un convento carmelita bastante amplio y con unos arcos de incomparable belleza arquitectónica. Al abrir la puerta de entrada de la calle que estaba al lado del atrio del templo del Carmen dando la impresión de ser una de las casas adyacentes a esa área que sí lo era, se encontraba una salita y un jardincito muy acogedor al que le llamábamos la pagoda y solía usarse como recibidor informal. A mano izquierda había un muro de cantera en cuyo rincón se improvisó una cancha de bol y bol y al frente de la misma unos baños sanitarios y también otro baño para ducharse que contaba con dos regaderas. El vigoroso arco o arcada única a la vista sobre la planta baja daba la impresión de marcar la entrada a una cueva con un laberinto que no lo era sino pasillo de la planta baja hacia varios recintos del convento hasta llegar a los arcos mencionados que al lado izquierdo formaba el lado de la pared que sostenía nuestra capilla en realidad parte integral de la construcción del templo adyacente al convento carmelitano. Para subir a la planta alta lo que era entrada a la aparente cueva tenía una escalinata a mano izquierda que conducía a la parte superior del claustro con un primer pasillo que a mano derecha al terminar la escalinata lo dividía artificiosamente del resto del pacillo un torno que daba comienzo al área donde se había improvisado la cocina. A mano izquierda como a cincuenta metros se bifurcaba el pasillo que a mano derecha continuaba con cuartos que eran celdas de los monjes convertidas en oficinas del Rector y algunos maestros y daban a un patio inmenso donde se veía lo que de convento expandido estaba convertido en la terminal de autobuses. Siguiendo hacia el frente de este pasillo en vez de tomar a su derecha había una puerta relativamente grande que daba entrada a un amplio recinto que podía servir de comedor, de salón de clase y de pequeño teatro de actividades de la comunidad o de escenario de teatro. Al fondo a mano derecha comunicaba con otras dos celdas que servían de salón de clase. Estos dos recintos tenían puertas interiores para salir a la azotea que formaba el techo en forma de cuadro y era la explanada del bellísimo claustro con sus preciosos arcos. El corredor que comunicaba con las celdas que tenían vista a la terminal antes de llegar al fondo daba también vuelta hacia la derecha y comunicaba con una gran escalinata de cantera que estaba cancelada por ser ajena al uso de las habitaciones del Seminario pero era parte del edificio del convento y siguiendo de frente sin bajar esa escalinata había un gran dormitorio donde pernoctábamos la mayor parte de los alumnos. Se había improvisado uno como tapanco donde dormían algunos estudiantes de teología ya por ordenarse, entre ellos el padre Juan Posadas que protagonizó una anécdota cómica muy simpática. Sucede que en la parte inferior del tapanco dormía uno de sus compañeros muy ocurrente y se dice que ya tenía por costumbre esperar a que el padre Posadas que dormía en el piso de arriba hiciera un ruido dejando caer su segundo zapato señal de que ya se habría quedado dormido. En una ocasión en que se quedó dormido sin dejar caer el segundo zapato que no hizo el acostumbrado ruido, tuvo como consecuencia que don Robe que así le llamaban al compañero en cuestión, no pegó el ojo en toda la noche esperando el escuchar caer el segundo zapato con su peculiar ruido.<br />La experiencia de vivir en la ciudad con las actividades del servicio militar y el ir por las calles a los campos de fut bol a distintos lugares donde entrenábamos o competíamos en la serie de juegos de la liga para el campeonato municipal nos hacía sentir ser parte del mundo real y de la sociedad del mundo laico no solo no clerical sino de todo mundo en general. Yo me sentía capaz de funcionar atraído por ambos, aunque con el deseo de experimentar ser un estudiante no necesariamente ligado con el mundo del clero y sus objetivos ministeriales. Yo quería estar seguro de tener una experiencia vivida y asegurarme de mi elección de ser ordenado. Sobre todo porque una vez terminada la filosofía los siguientes estudios enfatizando la teología y otras materias específicamente de índole clerical para el sacerdocio y su ministerio requerían el que yo tuviera certeza y claridad sobre mi decisión para ser ordenado sacerdote y dedicarme de por vida a su ministerio frente a otras posibilidades como alternativa. Mis directores espirituales nunca vieron con buenos ojos esta inquietud enfatizando que el criterio de mi recta intención de entregarme a Dios y a su servicio era más que suficiente y que otras alternativas implicaban en cierto modo una infidelidad a mi vocación. Con esta idea como comentario y consejo de mis guías espirituales desalenté a mi padre que precisamente tenía en perspectiva la compra de Querendaro una antigua propiedad rural cerca de Morelia cuyo propietario se empeñaba en cerrar el negocio de compra venta ofreciéndole todas las oportunidades conducentes a negociar con el con mayor interés haciendo un magnífico negocio especialmente con mi padre basándose en su record financiero y administrativo. Yo le dije a mi padre que no contara conmigo porque mi objetivo era bien claro orientado al sacerdocio. <br />Este año de mi servicio militar fue particularmente diferente a todos los demás por mis actividades diferentes a la rutina que tuve anteriormente. El capitón Barrera me designó para entrenarme como instructor y entrenar a las chicas de un Colegio Cásares que desfilaría para las fiestas patrias, de lo cual informe al señor Rector contando con su anuencia para hacerlo. Cuando se aproximaba el 30 de Septiembre el capitán me indicó que quería que yo desfilase con el Colegio y yo le indique que estaría fuera de Morelia en la población de Erongarícuaro cerca del lago de Patzscuaro a donde iría todo el Seminario de vacaciones. El señor rector me llamó un día a su despacho para informarme del plan con el comentario de que ya me echaste encima la intervención del capitán Barrera. No se hasta que punto tenía razón porque en realidad yo explique que en este asunto todo dependía de la decisión del señor Rector pero yo también tenía mis razones para que las cosas así sucedieran. Yo pensaba que me regocijaría después del desfile celebrando mi natalicio atendiendo a la corrida de toros a la que ya había atendido más de una ocasión que mi padre me visitaba. Y así sucedió aunque con otro inconveniente que aconteció de la siguiente manera. El padre espiritual mi ex director espiritual del seminario menor estaba por ir a Erongáricuaro a principios de semana y me ofreció a que le acompañara y me fuese con el dentro de uno o dos días, yo acepte su invitación pensando que no habría ningún inconveniente de parte del señor Rector en que llegase con el pero no fue así y me recriminó por no tomar un autobús y regresar de inmediato el día siguiente del desfile.<br />Tal vez la segunda semana de mi regreso supe que mi abuelo materno Emilio estaba seriamente enfermo en la ciudad de Colima donde radicaba por haber trabajado en esa estación en su categoría de jefe cuando estaba sano. Sabiendo que mi papá siempre se encontraba muy ocupado en sus negocios y tendría dificultad en llevar a mi madre yo le pedí permiso al señor Rector de acompañarla y ya no regresar sino hasta el fin de vacaciones en casa donde pasábamos un mes después de nuestra estadía en Erongarícuaro y tanto él como yo de buena fe así lo dejamos concertado. Cuál sería mi sorpresa cuando mi padre se negó rotundamente y me dijo que cuando juzgase pertinente el mismo la llevaría. Yo me sentí responsable de representar a mi madre tal vez por mi deseo personal también de viajar a Colima y conocer el mar, porque cuando mi padre homenajeaba a mi madre llevando a toda la familia yo estaba en el Seminario y nunca podía acompañarles y yo deseaba ansiosamente no solo visitar a mi abuelo y primos sino conocer el mar. Aunque no contaba con suficiente dinero para el viaje y no podía regresar al seminario con mi paño de lágrimas y el ridículo de mi historia me fui a Guadalajara con esperanza de viajar a Colima con Enrique mi primo a quien no encontré por estar en Colima y ya casi sin dinero fui llegando a Colima a donde nunca había ido con la sorpresa que Enrique a quien más confianza tenía de los parientes se había ido a Guadalajara. Mi tío Emilio hermano carnal de mi madre no medio hermano, trabajaba con mi abuelo y después por sí mismo en el exprés del ferrocarril y gentilmente me obsequió un par de zapatos mocasines un pantalón blanco diría yo playero y cincuenta pesos que me hicieron el milagro de la multiplicación de los panes para encontrarme de regreso con Enrique en Guadalajara finalmente.<br />Gustavo mi primo con quien anteriormente no tuve casi ninguna relación me acompañó a Cuyutlán a la ola verde donde conocí el mar por primera vez. Nos fuimos en un autobús partiendo de Colima con destino a Cuyutlán y de allí a la playa de Santiago en Manzanillo. Ante mis penurias y el gusto de nadar en el mar, no tuve la ocasión favorable para disfrutar a mis anchas el placer estético de la grandiosidad del mar. Cuando nos dio hambre compramos galletas saladas y una lata de sardina que me parecía blasfemo comer estando en el mar con tan ricos mariscos pero muy caros para nuestra casi miserable economía. Sería uno o dos años después que en una charla en casa yo hice el comentario de cómo había crecido mi primo Enrique y que manos tan grandes tenía preguntando mi padre y tú cuando has visto a Enrique desde que te fuiste al Seminario y yo no tuve ningún empacho en ponerle al tanto de lo acontecido.<br />Ya que he tocado el tópico de Erongarícuaro me parece pertinente recordar algunas de mis experiencias por compartir de los años anteriores de mis vacaciones ahí con todo el Seminario. A mí me fascinó siempre conocer a los inditos tarascos desde la primera vez que visite Patzcuaro con mi papá no estoy seguro si cuando nos vinimos a examinar para entrar al Seminario o más bien entorno a las fechas de cuando me visitaba. A él le encantaba ir sobre todo porque uno de sus platillos favoritos fue el pescado blanco de Patzcuaro. No me había imaginado que conviviría con los inditos tarascos en su entorno más íntimo y personal como familia y como pueblo tratándonos con plena confianza y afecto de amistad sobre todo en la catequesis misionera y en los ejercicios espirituales y participaciones religiosas y culturales cotidianas y festivas. Yo me inicie en este aprendizaje cuando recién comencé a dar catecismo bajo la preparación del padre Sotelito que era un sacerdote tan sencillo como inteligente. Mi problema teológico que recuerdo fue cuando les explicaba sobre la virgen que daría a luz por obra del Espíritu santo y luego me quede pensando si era correcto decirles que el espíritu santo fuese el papá del niño Dios como consecuencia siendo que el Padre celestial evidentemente era el Padre de Cristo. No sé si esto que refiero era solo un chiste que se contaba o fue realidad, el caso se refiere al de preguntar en clase la pregunta del catecismo de que cuantos dioses haya la que se respondía que un solo Dios verdadero y en caso de un indito que contestó respondió que petatada y media. Resulta que vi en más de una casa petates colgados en la pared con estampitas y cuadros y retratos de vírgenes y santos. Tal vez a eso se refería la respuesta. Teníamos por costumbre los días de paseo y eran frecuentes ya que eran vacaciones de alquilar canoas por uno o dos pesos y remar lago adentro donde nos tirábamos de clavado y divertíamos remando y nadando. En una ocasión que alquilamos entre yo y otros tres de mis amigos una canoa grande nos fuimos rumbo a Janitzio y nos sorprendió una tormenta que nos llevó cerca de Chupícuaro vieniendo a regresar milagrosamente cuando amainó el viento tres o cuatro horas más tarde de lo previsto ya cuando iba a anochecer. Los inditos de Napízaro nos organizaban un jaripeo cada año y a veces también los de Uricho. Yo siempre jineteaba y tras Rafael Campusano mayor que yo también y de familia de charros de Morelia, goce como el fama de buen jinete por muchos años. Con el inconveniente para mi hermano que estuvo dos años en el Seminario y sintiéndose comprometido trató una sola vez que no se repitió por quedar más bien que malparado bien tumbado ya que nunca bregó en su vida ni se aficionó a esto de jinetear.<br />Cuando yo fui encargado de la catequesis en el pueblito de Uricho sucedió algo digno de contar. Fue el caso de que organice un retiro de ejercicios espirituales por toda la semana para preparar la confesión y comunión el día de san Francisco patrono del lugar. Resulta que es el caso de que una vez confesados no se embriagarían para celebrar la fiesta y ya me lo habían hecho saber. Yo arregle con el Señor Rector que al atardecer vendrían algunos de los sacerdotes a atender las confesiones y ya se oscurecía y nadie venía. Yo conseguí una bicicleta y llegue al comedor de los padres que terminaban su merienda y le reitere al Señor Rector lo que sucedería y de inmediato les dijo a todos los padres que viniesen al templo de Uricho para el propósito indicado. Visitamos casa por casa invitándoles a venir de manera que se confesó casi todo el pueblo. Al día siguiente ya era hora de la última llamada para la misa solemne y el gran arco que se supone estar en pie a la entrada del templo seguía tendido sobre el suelo del atrio. Cuando pregunte qué estaba pasando el encargado del templo me comentó que no lo levantaría nadie porque eso solo lo hacía la botella valiente y nadie podía tomar. Conocía dos inditas muy simpáticas y les encantaba platicar sobre su vida sobre todo del tiempo de los cristeros. Y ambas hermanas nana María y nana Florentina estaban de acuerdo en lo que decían de que no se levantaron en armas por católicas sino porque les gustaban los carambasos. A los inditos les encanta ofrecer lo que cultivan en sus huertas. Resulta que se dio el caso de que hubo confirmaciones y el Señor Obispo se hospedó en la casa de un indito que tenía llena de las nueces de su huerto toda su mesa y viendo que el Señor Obispo no comía le dijo ándale tata Obispo devórate las nueces que es mejor que sean para ti que para tener que echarlas a nuestros puercos. Yo me imagino que hay una barrera cultural e idiomática entre el español y el tarasco que se presta a confusiones. Como la que aconteció al padre Castro cuando un indito lo iba a pasar de tierra firme a la isla de Jarácuaro y le advirtió que se moviera hacia la parte superior de la canoa porque tienes un agujero atrás y te vas a mojar todo con el canoa. Cuando ya ordenado sacerdote atendí a confesar en un pueblo de inditos, una indita me sentenció ser responsable de sus pecados al decirme te acuso padrecita que has estado con siete hombres. Y otra anécdota que sucedió a un amigo mío en una de las islas del lago donde daba misiones siendo el caso que era muy quisquilloso en cuanto a sus alimentos pensando que tomando leche estaría resuelta su inconveniencia de otros alimentos pidió más leche y el indito que lo atendía le respondió que el mujer ya no daba más explicando también que no le iban a dar leche de animal al padrecito. Uno de los atractivos más fascinantes de vacacionar entre la sierra de montañas y los lagos de Patzcuaro y Zirahuen fue el de escalar hasta el pico de sus más altas montañas como la del Huaca pián, el Chivo y el mismo Tzirate a más de tres mil metros sobre el nivel del mar. Yo los escale todos con mis amigos que compartían esta afición. Siendo otra experiencia fabulosa el que otros dos de mis amigos conmigo hicimos buenas relaciones con personas de Erongarícuaro que tenían lindos caballos y nos los prestaban sin alquiler para ir de paseo de lago a lago de donde estábamos radicados hasta el lago de Zhirauen donde a mi me encantaba atravesar de lado al lado el área de la rinconada donde el verde peculiar de sus bellas aguas era más intenso tal vez por la profundidad o la sombra de la montaña. Hice en este lago un record de tres horas de nadar sin parar en la compañía de alguien que me cuidaba desde la canoa. Mi amigo Benjamín Fernández el más intelectual de mis amigos tenía especial amistad con el párroco de Erongarícuaro Joaquín Altamirano y se llevaba bien con toda la familia y a través de su amistad yo también vine a convertirme en amigo de todos ellos. Con el tiempo nos visitaríamos estando ellos en Morelia y yo en la Florida en nuestra casa de vacación en un tiempo compartido o en Rochester Nueva York. El padre Altamirano me hacía la farsa de que cuando las parejas se casaban en tiempo de ejercicios no pagaban el arancel y corría la voz de que se esperasen a casarse en tales ejercicios cuando yo los daba para eludir la paga. También me hacía la farsa de que yo les dije que para chivos los de mi pueblo en Aapseo el Grande, por la fama de los chivitos al pastor, más deliciosos en esos días que los de cualquier otro lugar. A mí me encantaba su sentido del humor en su familia sobre todo su hermana Engracia que siempre tenía una nueva frase célebre a la que se refería diciendo palabas que me encontré en un librito de sabiduría, y no se refería al de las sagradas escrituras.<br />Creo que fue el tercer año de filosofía cuando compre mi primera y única bicicleta que tuve en el seminario. Mi padre estaba en mejor situación económica pero a mí se me ocurrió que siendo él un buen comerciante yo debía aprender algo de él y así me las arregle para hacer un negocio suficientemente lucrativo como para costear por mi cuenta a más de la bicicleta que más me gustara también un traje color plateado que deseaba tener. El sacerdote sacristán de la catedral era dueño del establo y del rancho de su familia y yo descubrí que plantaba sus terrenos con alfalfa y le platique que mi padre era un comerciante que negociaba en esa semilla y por mi conducto podría conseguir de la mejor semilla y al mejor precio. Le pedí a mi padre que me diera el precio más favorable posible para mi amigo el padre, creo Ramón se llamaba. Este negocio fue una maravilla porque yo trate de lucrar lo más que pude con la satisfacción de los tres interesados en el negocio que al decir de mi padre es señal de un buen negocio cuando todas las partes quedan satisfechas como nos aconteció a los tres. Yo necesitaba mi bicicleta para los paseos al kilómetro veinticuatro de la carretera a México. No hasta el área de las mil cumbres que era lo más bello del camino pero sí hasta el caserío de Pontezuelas siendo este paseo aunque discreto pero era de lo más lindo. Raras veces compartía los alimentos con mis amigos porque me gustaba la soledad del bosque, explorar todas las veredas y caídas de agua o pequeñas cataratas hasta el cansancio. Entonces me tiraba a dormir una siesta hasta que me despertara el hambre y me comía mis tacos que no me importaban lo frio que estuviesen con el estómago hambriento y vacío, me proveía de la más deliciosa salsa como lo es la del hambre. La vez que me invitaron a cocinar en la sierra se les ocurrió preparar un trozo de carne de cerdo a la leña que parecía nos sabría muy sabroso por el tiempo y la atención que acaparó siendo eso lo que empleó todo nuestro tiempo de paseo. Cuál sería la sorpresa al gustarlo y descubrir que tenía un sabor a caramelo siendo la razón que quien se encargó de salarlo confundió la sal con el azúcar. No creo que este incidente fuera la razón de mi estilo de paseo sino que aunque me agrada la comida bien calientita como es debido prefería lo otro no necesariamente por holgazanería aunque es verdad que nunca me agradó la idea de cocinar como a algunos de mis amigos. Tenía que estar listo para mi regreso ya no en autobús desde que logre tener mi bicicleta y esto requería estar seguro de que no me quedara sin la claridad de la luz solar hasta llegar al seminario.<br />En la ciudad de Morelia yo ya conocía de vista dos o tres lindas jovencitas que veía de vez en cuando porque me complacían entre todas las demás. Salían a la hora de salida del Motolinía Colegio al cual atendían y yo calculaba esa hora merodeando por los arcos o el jardín de Villalonjín. A ellas me gustaba verlas por cuenta propia y no sé cómo me las arregle pero logre saber cómo se llamaban sin que jamás me dirigiese a ellas sino de vista y nunca de palabra. En una ocasión me detuvieron unos compañeros del seminario que iban a pie y yo en mi bici de regreso de un partido de fut bol de la Unidad Morelos cerca de los arcos y me señalaron un carro de la Chrysler color verde pidiéndome que lo siguiera. Aunque no sabía el porqué lo seguí y a más de que lo alcance lo pase y cuando llegaron al seminario me preguntaron a quien había visto en el carro y les dije que no me fije y soltaron la carcajada admirados porque se hicieron la idea que era una chica a quien yo le gustaba. Creo que mi hermano que solamente estuvo dos años en el seminario sí tuvo su noviecita aunque no estoy tan seguro de ello. Yo en esto aunque siempre me han encantado las mujeres bellas también siempre fui muy delicado debido a mi fidelidad personal a Cristo respecto a mi vocación que se orientaba al celibato con toda su proyección de espiritualidad hasta donde me lo permitía la inquietud y las hormonas de mi adolescencia y de mi juventud o en fin de mi naturaleza humana contrastando con mi aspiración de consagrarme en cuerpo y alma a la pureza del ser divino. Aquí estribaba la razón de mis dudas porque tomando este tópico con autenticidad sincera detestaba engañarme con la hipocresía o el cinismo que son los polos opuestos de una consagración falsa a Dios a quien yo nunca le quería fallar en honor a la verdad. Era tan exagerado o delicado según yo que ni siquiera acepte que mis hermanas me enseñasen a bailar en el ambiente familiar cuando lo intentaron más de una vez. Esta incertidumbre me persiguió otra vez al contemplar regresar al seminario después de las vacaciones del séptimo año en el que al iniciar el siguiente curso iniciaría con él los estudios de la teología. Analizando sobre los ejercicios espirituales ya sabía que tópicos de que días ejercían un influjo en mi sicología espiritual para tomar la alternativa de mis decisiones y por eso se me ocurrió que la mejor solución sería evitarlos y fue así como se inició el conflicto de que no regresaría al seminario. En seguida se rumoró esto entre mis compañeros comentando uno de ellos que sí regresaría porque me observaba en la iglesia no solo yendo a misa sino haciendo meditación. Yo descubrí entonces que esta actitud hacia mi relación con Dios y mi vida espiritual no estaba encadenada a la vocación sacerdotal exclusivamente sino a la realización de mi amistad con Dios como experiencia autentica de mi alma en Cristo mismo y nada más como relación esencial de cristiano consciente de la vida divina con plena autenticidad.<br />Mi madre se sintió consternada con mi noticia sobre todo porque estaba delicada de salud. Mi padre se puso furioso porque se sintió burlado de lo que me había propuesto de Querendaro el año anterior y me echó en cara que yo lo había engañado todos esos años en el seminario por eludir otras responsabilidades siendo un convenenciero. Estaba tan seguro de su punto de vista que me corrió de casa diciéndome que el día de regresar al seminario me fuera sin hacérselo saber a mi madre que estaba enferma. Yo no le dije absolutamente nada como comentario y me sentí incomprendido y desolado. Y he aquí mi segunda experiencia de Dios como proceso de conversión. No era una voz que me dijera nada era un profundo sentimiento interior sin desprecio por mi padre cuyo apoyo sentía no necesitar de cuya ausencia no solo no me lamentaba sino me enorgullecía con digno orgullo de la influencia del sentido de Dios en toda el alma haciéndome sentir el contraste de mi padre que parecía tan insignificante ante la poderosa presencia de la paternidad de Dios haciéndome sentir ser mi verdadero y único padre en el sentido que enseña Cristo cuando nos dice que solo uno es nuestro padre el suyo del cielo y uno solo nuestro maestro que es el Cristo, El mismo. Y todo esto más allá de cualquier preocupación de lo que sucedería con un sentimiento de confianza inexplicable racionalmente analizando las circunstancias de la realidad humana sabiendo sin saber que me encontraba dentro de una realidad providencial del medio divina de la divina providencia que me llenaba de tranquilidad sin precedente, porque sentía no preocuparme nada a pesar de no tener enfrente absolutamente ninguna alternativa sino que Dios estaba conmigo. <br />Trece años después de mi ordenación se repitió el mismo escenario en mi vida con otros resultados que no lamento sino todo lo contrario lo agradezco a la providencia divina. Pero en esta ocasión sucedieron las cosas para resolverse de la siguiente manera. Mi padre había tenido cierta amistad o trato amistoso con el ecónomo del seminario actual entonces que era el padre Victorino Álvarez. Ellos se entendían muy bien sobre todo en el asunto relacionado con la economía de las semillas según me imagino. El hecho es que a mí me sorprendió que lo recibió en la sala precisamente en estos días de mi crisis informativa y la actitud entre mi padre ante esa realidad relacionada con lo que yo quería hacer en mi vida. La sugerencia de los dos fue de darme apoyo en lo que yo determinase pero que su recomendación era de que primero fuese de regreso al seminario e hiciese los ejercicios espirituales para hacer una mejor decisión que era precisamente lo que yo había intentado evitar. Yo considere que si la providencia de Dios permitió este desarrollo en los eventos no debiera encerrarme dentro de una actitud de capricho y tal vez llegase a la conclusión que pretendía distinta de la de mis dos padres espirituales del seminario menor y del mayor. Así fue que acordó mi padre que se puso de plácemes de que el mismo me llevaría de regreso al seminario mayor que ya había establecido el primero de teología en el nuevo edificio de san José de la montaña.<br />Mi padre se extrañó de la actitud alegre y positiva que yo manifestaba de regreso al seminario y comentó preguntándome que parecía que yo tal vez era algo veleta. El no se imaginaba que intencionalmente evite encapricharme en mi primera decisión de no volver al seminario ignorando o contradiciendo el consejo del padre Victorino por la sencilla razón de que yo si estaba convencido de que me interesaba el sacerdocio como vocación y el llamado de Dios a consagrarme a Él con sinceridad con la mística del celibato. El señor Rector estaba complacido de mi regreso y le comentó a mi padre que le informaría si yo decidía no continuar en el seminario después de los ejercicios espirituales lo cual yo ya presentía que no iba a acontecer.<br />Recuerdo que cuando nos vimos en su cuarto de la rectoría comentó que yo estaba más fuerte que un toro en la fortaleza de mi vocación al sacerdocio.<br />Rapsodia sexta. Cuatro años de teología. Seminario mayor san José de la Montaña.<br />Una mirada retrospectiva a este momento de mi vida no me aclara la llamada del destino que la encuentro bien esclarecida en cuanto que yo personalmente en mi conciencia en la que creo encontrar mi intimidad de Dios con mi alma nunca me encontré confundido gracias a su cuidado paternal que con su gracia divina me iluminaba el corazón con la rectitud de intensión que le complace. Todo lo que pudo juzgarse sin bases reales como negativo no tenía ningún fundamento y el hecho es que el espíritu de fe y la rectitud de mi intención en atender lo que quise interpretar designio divino se convirtió en una bendición de Dios para entregarme de lleno a madurar mi conversión y mi vocación sacerdotal para servir a Dios y a la iglesia consciente de la economía de la gracia divina según la doctrina teológica que me enseñaron. Después de los ejercicios espirituales a los que no deseaba atender sino hasta haberlo reconsiderado como sugerencia del padre Victorino y asentimiento de mi padre y consentimiento mío propio, logre poner al margen mi deseo de explorar tener un paréntesis de mi vida de seminario y me enfoque con determinación inquebrantable y vigorosa a prepararme con gran empeño y la mayor seriedad posible para la ordenación sacerdotal y su ministerio. La estructura de este programa tenía como paso inmediato cuatro años de teología. El bagaje de recursos de conocimiento, adiestramiento y entendimiento a este propósito era programado sistemáticamente por el currículo de las materias programadas en diversas ramificaciones de aprendizaje educativo intelectual, espiritual, cultural y litúrgico por nombrar las que me vienen en mente y me son más familiares. El énfasis de todas lógicamente era de índole clerical propio de la formación eclesiástica. A pesar de mi buena voluntad y de la autenticidad de mis ideales por el sacerdocio, por imitar a Cristo y complacer a Dios nunca me distinguí como un estudiante que destacara por ser brillante y considerablemente dedicado y aplicado para lograrlo. Creo que esto no era parte de la estructura de mi personalidad, aunque tal vez estoy despistando cierta apatía y descuido con tendencias negligentes de mi persona en esta materia. Puede ser que aconteciera lo que decía mi madre a lo que ya he aludido anteriormente de que genio y figura hasta la sepultura. Y esto quiere decir que desde niño, adolescente, joven, adulto maduro y lo que sigue en la escala siempre sucede que hago las cosas de mejor manera a mi manera. Lo interesante es que tarde o temprano llego a donde se supone que debería de llegar. El tópico que más me apasionó fue el de la espiritualidad y nuevamente encontré en la vida de formación la orientación y el apoyo amistoso y espontaneo de excelentes maestros y en este caso me recuerdo del padre Posadas. El me prestó para leer Semillas de Contemplación, la Montaña de los siete círculos y el hombre que se entendió con Dios de Tomás Merton. Yo por cuenta propia con mi limitada economía compre las obras de san Juan de la cruz y santa Tersa de Jesús y una obra teológica de un teólogo alemán que me gustó y se titula los misterios del Cristianismo y también mi favorito que pensé que el autor Romano Guardini fuese italiano pero no fue así, resultó que también era alemán. Yo no me explico muy bien la razón pero esta forma de aprendizaje me interesaba más y creo que me aprovechaba mejor como vivencia que las materias teológicas del currículo formal. Yo con toda naturalidad llevaba conmigo a la capilla para meditar la biografía de Cristo de Giovani Papini que a mi parecer me aprovechaba para encontrar a Cristo en su dimensión de espiritualidad para edificación de mi alma. El padre Juan Abascal doctor en sagrada escritura creo que doctorado en el Bíblico de Roma era un verdadero rabino de las escrituras sagradas orientado con un discernimiento de criterio científico muy exigente y escrupuloso con sus fichas clasificadas pormenorizadamente para demostrar el criterio científico de todo cuanto postulaba. Era simpático a mi parecer aunque bastante fanático como un rabino y bellamente apasionado de la revelación y de la inspiración divina. Creo que fue el maestro que más me impresionó de mis maestros de mis cursos de teología. Desgraciadamente aunque le di de mi sangre no logre contar con la dicha de colaborar exitosamente en salvarle la vida. El murió trágicamente como resultado de un accidente automovilístico en un crucero de la avenida Ventura Puente y la carretera de los arcos al parque de Morelia, cuando estaba en toda la plenitud de su madura juventud biológica, bíblica, cultural y espiritual. Su sangre era de mi tipo y me dio gran satisfacción darle de la mía, aunque no logró estabilizar lo esencial de su sistema vital y cuando parecía convalecer para sanar tristemente perdió la vida. Con este motivo escribí un poema que publicó el periódico fundado por el padre Carrillo, mi maestro de filosofía que anteriormente he mencionado, este periódico le llamó Comunidad Cristiana, y mi poema era un soneto cuyo título no recuerdo. Lo que sí puedo recordar son los primeros versos de la primera estrofa del soneto que decían la muerte es ese golpe del crucero/que abrillanta el misterio de tu vida/es la suerte de Dios ya conocida/la de tu alma afianzada a su asidero. Todo mundo que le conocíamos lo lamentamos sobre manera porque era una promesa intelectual y espiritual no solo como maestro sino sobre todo como autentico sacerdote. El me dio oportunidad de retener en mi memoria para toda la vida la frase de un gran escritor francés creo era Carlos Peguy que se convirtió al catolicismo y no recuerdo en cuales de sus obras fue en la que expresó que todo lo que empieza por mística termina en política. También le gustaba conversar sobre Paul Claudel otro católico convertido del mundo intelectual francés. De este escritor lo que guarde en mi memoria fue la bella idea de una de sus obras en la que enfatiza como algo digno de gran reconocimiento, que consideraba ser el de celebrar como un acontecimiento digno el de las cruzadas para que la Cristiandad como los cruzados lograse besar el santo sepulcro como algo de lo más sagrado que pertenece al Cristianismo. Y también he retenido en el corazón lo del sabor del terruño masticando la tierra en el paladar para sentirse profundamente humano lo cual casi siempre recuerdo cuando visito mi pueblo de antaño hoy la pequeña ciudad de Apaseo el Grande en el estado de Guanajuato. Los salmos en francés tal vez como cántico recitado con sabor del más autentico gregoriano de los monjes de Solemnes o de voces infantiles que nos invitaba a escucharlos de sus grabaciones es algo que también merece ser recordado al recordarlo a él y aludir al que más me gustaba que es el del Señor es mi pastor nada me puede faltar. <br />Haciendo una introspección de mi jerarquía de valores he descubierto como el común denominador de todos ellos con el que más me identifico que es el de la autenticidad. Puede ser que lo que hay en mí de espontaneo y natural que suple lo que yo catalogaría como mis defectos que no me identifican como alguien de buena índole sí equilibran los pros y contras de mi persona o por ser o por querer ser un hombre autentico conmigo mismo, con mi conciencia, con mis semejantes y sobre todo con el gran Dios que es la eminencia de su autenticidad. Me parece que mi identificación con mis maestros que vinieron a ser verdaderos amigos me atraían precisamente por esto, porque percibía su autenticidad. En una situación del ser humano como ser ideal existiendo en abstracto como utopía del mundo, ese mundo ideal podemos imaginarle teniendo todas las virtudes, o todos los vicios, polarizados en esa supuesta persona, lo cual es algo que en la realidad no existe de esta manera. Sin embargo el hombre real como realidad de dinámica de realización individual y social de ser humano real, equilibra, o debe equilibrar su personalidad siendo autentico en practicar la virtud y superar el vicio y vencer el mal con el bien. En este contexto es en el que mi punto de vista es el de que el valor clave tanto en el mundo natural de la naturaleza como de la gracia o sobre natural, la autenticidad y el propósito de lograr de hecho ser autentico es esencial en la realización de los valores que son validez autentica del ser humano como humano y posiblemente como divino. También descubrí que en la perspectiva de mi realización para llegar a ser un sacerdote autentico con las características autenticas de lo que la iglesia propone como condición fundamental en nombre de Dios mismo debía eludir el caer en el vicio de la ira con la virtud de la paciencia y el de la castidad para superar la lujuria. Resulta que el planteamiento teórico puede ser magnífico pero resulta inútil si no se ejecuta y es puesto en acción según aquello de que del dicho al hecho hay mucho trecho. Mi madre acostumbraba esta expresión que me servirá de introducción para aludir a una anécdota que evidencia el postulado que he propuesto y es que para muestra basta un botón a pesar de que en mi historia ya llevo mostrando varios botones sobre las variantes del mismo asunto que no deja de estar en cuestión. Había en el grupo de filósofos un seminarista que se apellidaba Esquivel y aunque no éramos amigos nos llevábamos bien y yo le decía tocayo. Siendo yo encargado del torno era la tradición establecida con consentimiento implícito entre nosotros que por esa razón de ser encargado como tal tenía ese cargo distintos privilegios que en este caso lógicamente me pertenecían. En este caso se trataba de disponer de lo que le llamábamos especiales que era la comida de los sacerdotes o celadores que tenía cosas extras que la generalidad de los seminaristas no disfrutaba. En el caso a que aludo ya se iba a cerrar el torno porque el horario de operar había recién terminado. Entonces yo estaba a la mesa bien distante del torno y mi tocayo Esquivel llegó con un especial sin especial solamente con los alimentos que a todos nos daban. Cuando me lo trajo a mí le dije que faltaba lo especial y me contestó que no lo sabía que eso era todo lo que tenía. Yo considerando que tal vez se habría servido de ello, queriendo evitar el argumento le dije que no me hablara más del asunto porque no quería llegar a un pleito y que ya no se me pusiera más en frente. El no entendió insistiendo en su punto de vista y le dije que era la última vez que lo oiría porque se me estaba subiendo la cólera, pero no entendió y volvió a la carga. Entonces yo me levante de la mesa y le di tremendo puñetazo en la nariz con toda la fuerza de la cólera de verme burlado. Me sentí burlado por mí mismo porque estaba con la idea de solicitar la tonsura de las órdenes menores y mi conducta me ponía en un ridículo de hacerlo. El señor Rector que no residía aun con nuestro grupo sino en la ciudad de Morelia necesitaba estar enterado de lo sucedido lo más pronto posible. Yo por mi cuenta cogí mi bicicleta y me fui hasta la rectoría para informarle de lo que había hecho y me sentía avergonzado de haberlo hecho. El me dijo que regresara al seminario y trataría el asunto en la siguiente clase de historia de la filosofía de la que él era el maestro. A de más me recomendó que me cuidara de que hubiese una reacción que me sorprendiera de la parte agredida y saliera más mal prado. Cuando llegó el día de clase nos puso a los dos Esquivel ante toda la clase y nos hizo cierto análisis de nuestro comportamiento. No sé porque no logro recordar nada del proceso de su análisis, tal vez porque todo lo que pasó era ajeno a lo que yo esperaba ya que no sufrí represalia violenta ni de mi tocayo agredido ni un castigo del Rector a pesar de que en realidad yo cometí un asalto agresivo inaceptable a la ley civil, moral y religiosa. Yo le dije a mi padre espiritual que mi temperamento y descontrol, efecto de la ira me parecía impropio de los modales del sacerdote y del sacerdocio y que entre otras fallas esta me preocupaba y él me insistió en que la meditación de la pasión de Cristo me iba a servir si en realidad quería despejar este problema e imitar a Cristo que nos invitó precisamente a practicar esta virtud cuando dijo aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Todos los días hacía mi vía crucis y seguía siendo un desafío a la mansedumbre cuando sentía la rabia aunque creo que sí logre eludir mis actos de violencia aunque no para siempre. La otra virtud que me tenía preocupado con relación al sacerdocio era la castidad. Mi idealismo y mi visión del amor contrastando el enamorar a una chica y demás comparado con identificarme con Cristo y consagrarme a Dios como El en cuerpo y alma porque era uno de quienes tenían el privilegio de ser de sus elegidos, era como decirme si elegía un centavo o una tremenda lotería. Lo que pasaba era que mi atracción y mi ilusión por el matrimonio eran igualmente cosa válida y espiritualmente bella en el cuerpo místico de Cristo. Pensé que no logrando llegar a sentirme como un ángel en esto de la castidad, me repugnaba que no aceptara mi hombría frustrada y llegara a traicionar mi compromiso con Dios y mis principios con una vida falsa, hipócrita o cínica que acontece entre algunos miembros del clero pudiendo yo ser uno de ellos. Por supuesto que en todos los estados y el de ambos sacramentos existe siempre el riesgo de no agradar a Dios y por ello según entendí no tenía escapatoria según aquello de san Pablo de que el que está caído se levante y el que está de pie cuide de no caer, de lo cual no hay absoluta garantía sino practicar ante Dios la humildad y la confianza y tomar en serio la fidelidad a hacer su voluntad ante todo y sobre todo. En conclusión tenía que tenerme paciencia y no descuidar la acética para que la mística no fuera una ilusión vacía sino una realidad en el cuerpo místico de Cristo y el servicio sacerdotal decorado divinamente con la joya de los elegidos a la castidad.<br />A mí me fascina la espiritualización de la materia en la cumbre de la misa de Cristo sobre la montaña de todo el universo compartiendo la visión de Tailar de Chardan en la plenitud del medio divino. La visión del pasado de la humanidad y del hombre, el fenómeno humano en la densidad máxima de la biosfera y la plenitud de la noosfera partiendo hacia el punto omega de la cumbre del medio divino convierte todos los tesoros de ciencia, filosofía y teología en la realidad de la sabiduría de Cristo y a los misterios del Cristianismo en el florecer de la vida y el amor de Dios dentro de Dios mismo. Esta realidad me interesa en mi experiencia del sacerdocio infinitamente más que la posible ambición del honor y del poder dentro de la jerarquía. Yo tomaba a pecho el espíritu de obediencia con la sencillez de mi madre que decía de la autoridad como principio de orden que si a una escoba se le daba tal función había que obedecerla. De la misma manera tomaba a pecho lo de negarme a mí mismo y preferir lo que siguiendo el ejemplo de Cristo fuese grato a Dios con preferencia a lo que tal vez yo deseara con egoísmo o por hedonismo personal. Y no es que fuera virtuoso sino que no quería engañarme a mí mismo por identificar en donde estaba lo autentico de la verdad. Desgraciadamente mi sentido de la acética a pesar de que estrictamente debe ser siempre práctica hasta lograr sus objetivos gustaba más de dilucidar y analizar la acética como teoría que de cumplir sus objetivos.<br /> Recuerdo que en tiempo de semana santa nos programaban para atender a servicios litúrgicos en distintos conventos. Yo había visto a una monjita de rasgos similares a los de las madonas de Rafael y sabía en qué convento estaba y veía como algo indigno de mi honestidad hacer arreglos para que me pusieran en la lista para atender los servicios en ese convento aunque fuese a duras penas y en contra de lo que en realidad se me ocurría. Si se trataba de atender al programa de la catequesis rural me empeñe en que me pusieran en dicho programa para atender la catequesis en una población bien lejana con rumbo a la sierra a donde se tenía que ir desde el oscuro amanecer para regresar al anochecer por la lejanía contando con atender las clases de niños, niñas, señoritas, los jóvenes, las señoras y los adultos que se llevaba desde la llegada hasta el regreso todo el día sin descanso. Hacer eso me llenaba de una alegría interior a pesar del mucho trabajo que implicaba. Y todavía más tengo que decir sobre lo de practicar el espíritu de obediencia y de fe de hacer lo que más agrada a Dios viendo su voluntad en las órdenes del superior aunque no nos viese, porque Dios sí que siempre nos está viendo. El Rector nos instruía y nos sugería usar el alza cuello desde que éramos ordenados minoristas. Y se me ocurrió agradar a Dios yendo todas esas horas de camino a Atecuaro que así se llamaba aquel centro el más lejano de la catequesis, sin quitarme el alza cuello en el camino a pesar del sudor con un solazo increíble.<br />Lo interesante de todo esto es que como llegaba tan noche y coincidía con que el padre Posadas celebraba la misa más tarde en el templo de san Diego de la ciudad de Morelia, me demostraba ser tan abierto y generoso como siempre y me trataba como amigo y me sentaba en el comedor de los padres a compartir la cena. Algunas ocasiones nos quedábamos platicando ya en medio de la noche a la salida del patio, porque yo siempre tenía que compartir o preguntar sobre la relación de la filosofía moderna y la teología escolástica de bases aristotélicas de santo Tomás de Aquino ante las nuevas realidades y puntos de vista sobre todo del existencialismo como vivencia de la verdad de estar en el mundo en el que Cristo sufrió la casi desesperación de su agonía mortal y el éxtasis de su resurrección. Este es solo un ejemplo de nuestros tópicos que me parecen interesantes pero que no se daban ni en el lugar ni la hora permitida por el reglamento. El señor Rector me mandó llamar y me reconvino sobre este asunto diciéndome, pues sí güero Esquivel muy buen chamaco tú y muy buen chamaco el padre Juan Posadas pero me están violando el reglamento. Perdón por la expresión pero esto fue efecto del chisme del padre Nicanor. En una de sus llegadas ya de noche saludó con un tono con garraspera de inconformidad al vernos charlando. Yo lo conocía con sus debilidades, que eludí referirlas al Rector por no tajiversar las cosas y presumir de chismoso y evite todo comentario.<br /> Yo tenía una vitalidad muy vigorosa y un gran entusiasmo de vivir con plenitud lo que nos ofrece el don incomparable de la vida y si estaba en boga hice mía la expresión de vivir al máximo disfrutando ese don de Dios que no nos debe entristecer sino llenar de alegría. Me gustaba experimentar la sensualidad en el buen sentido de la expresión y de hecho aludiendo a esto no aludía implicar sino a la ironía de no tomar tan a pecho el espíritu de mortificación de la acética de la vida espiritual. Esto que no era virtud, no implicaba el problema de convertirle en ninguno de los vicios capitales. Con respecto a complacerme en la sensualidad me sucedió ser advertido por alguien de que el padre espiritual había terminado una sesión con alguien más y me mandaba llamar y yo comente en son de farsa, díganle al padre espiritual que ahora estoy muy ocupado disfrutando de mis chocolates y entregado a la sensualidad. Todo mundo en la tiendita donde hacíamos nuestras compras soltó la carcajada y les gustó mi comentario que se hizo algo popular entre los seminaristas no tan beatos y con sentido del humor un poquito picaresco. Un mes antes de mi tonsura me fui a Morelia a un estudio de fotografía y me tomaron una foto que contrasta con el estado natural de mi calvicie no tardía. Parece que lo sabía y quería probar que mi pelo era abundante, y ya sin el de por vida, podía presumirlo con la onda que se me hacía recordando el rol con el que yo fastidie a mi madre en mi niñez. Cortarle a uno el pelo y hacer la tonsura es un rito que simboliza el desprendimiento de las vanidades del mundo como lo exige Cristo y la iglesia a quienes siendo llamados desean ser sus discípulos y seguirle en servir al reino y a las nuevas del evangelio por la salvación del mundo. Mi amigo Samuel Bernal siguiendo mis pasos se decidió más tarde a solicitar también las órdenes menores y no pasó de allí a pesar de que yo creí que ordenado de diácono o subdiácono podría acompañarme en mi canta misa cosa que no sucedió porque salió del seminario para correr un sin número de aventuras y finalmente estudiar abogacía en la misma universidad que Félix de la Peña amigo suyo y mío que también salió del seminario. Samuel fue mi mano derecha cuando me hicieron responsable de la catequesis de la parroquia de la Merced. El ser nombrado a este encargo requiere una seria responsabilidad porque se trata de atender a la instrucción religiosa de todas las rancherías de la parroquia de la Merced y organizar y supervisar la operación nombrando los seminaristas encargados y supervisar el trabajo en acción por todo el año y el trabajo más intenso de la clausura con la preparación inmediata de primeras comuniones y demás asuntos de fin del año del periodo de la catequesis. Yo no pude lograr cuando llegó la fecha de la clausura conducirla a feliz término por mi cuenta porque en esa fecha estuve en el hospital donde me operaron del ojo izquierdo de emergencia. El accidente sucedió como la muerte del Mejía de Lorca a las cinco de la tarde pero no en una corrida de toros sino en un jaripeo y claro no me morí. El jaripeo fue organizado a mis instancias porque no me creían ser verdad que yo era jinete viéndome como el padrecito al margen de este tipo de actividades. El problema fue que había llovido y el terreno del jaripeo estaba convertido en muchas áreas hechas un lodazal donde el toro que montaba se resbaló y al levantarse conmigo arriba pero aunque sin caerme sí con una posición inconveniente echada la cara hacia su testuz del toro en cuyo movimiento de enderezarse me partió el párpado con más cuidado que un bisturí sin sacarme el ojo gracias a Dios. Esto se lo dije al doctor en son de broma diciéndole que me tocó por suerte un toro muy inteligente. Mi comentario fue hecho precisamente en la sala de operaciones. El señor Rector desahogó tal vez su reacción o frustración de lo acontecido diciéndome el güero del ojo bizbirindo porque el párpado cogió su tiempo en moverse con normalidad. Alguien de mi pueblo que atendió al festival gimnástico y me vio con semejante parche le informó a mi familia de manera que al día siguiente vinieron a verme para cerciorarse de lo que me sucedió y mi madre me hizo jurar que nunca volvería a jinetear y yo la complací hasta la fecha.<br />Otro accidente menos serio pero interesante lo experimente pisando un clavo de dimensión considerable que estaba entre una madera que recién habían desprendido de algún lugar y sobresalía de una tabla con la punta hacia arriba y la planta del pie se me infectó y los fomentos del enfermero no me quitaban la hinchazón. Ya se acercaba la fecha de ir a México por la peregrinación de la Virgen de Guadalupe a la que yo tenía arreglado atender por primera vez. Dos días antes de partir le pedí al enfermero que me abriera la piel para que saliera el líquido me imagino de lo sanguinolento ya infectado y afortunadamente gane más de lo que perdí con esa herida porque se terminó lo hinchado y con un zapato de tela me aliste diligente y pude atender a ver a la Virgen y visitar a mi tía Lupe que vivía a unas cuadras del santuario de la Villa. Teniendo permiso de estar algunos días con mis familiares en México antes de regresar a Erongaricuaro donde estábamos de vacaciones aproveche para divertirme y el tío Manuel esposo de mi tía Pana me invitó a los locales de la estación de radio de la XEWW donde atendí para escuchar cantar a los churumbeles de España y a una cantante de canciones mexicanas famosa aunque no la más famosa, se llamaba María de Lourdes y me gustaron ambos como cantaban los cantantes españoles y la cantante mexicana. <br />Con ocasión a esta visita a México participando con el seminario desde las vacaciones y yendo en la peregrinación de la Arquidiócesis de Morelia a visitar a nuestra Señora la Virgen de Guadalupe en el templo de la basílica del Tepeyac, no solo visite a la Virgen sino que a más de compartir con mi tía Pana hermana de mi padre casada con el tío Manuel a quien visite y con quien me hospede, también me relacione con una red de familiares y amigos que viven en la capital. Los más cercanos a la basílica y también a la casa de mi tía Pana a donde llegue eran la tía Gloria prima hermana de la tía Pana y su esposo el tío David Hernández y su familia de cuatro hijos y una hija. No recuerdo si la tía Tere hermana menor de mi papá ya se había establecido en una colonia vecina desde entonces o tal vez no aun, porque ella contrajo matrimonio con un hermano del tío David que se llamaba Pancho Hernández y tanto uno como otro eran admirables como personas. Pudo ser que en esta visita también visite a la señora Mariquita esposa de don Bartolito que eran suegros de mi tío Alfonso y amigos de mi papá que les pasaba a saludar cuando tenía que ir a México por el negocio de sus semillas. Recuerdo que alguna ocasión le acompañe cuando niño y estuvimos en el hotel Rioja cerca del zócalo y la catedral y fuimos a desayunar al restaurant de la Blanca que eran uno y otro los lugares relacionados con su estadía y tuve el gusto de conocerlos en ese entonces de cuando era niño. Más tarde algunos años habían pasado ya y regrese a hospedarme en la casa de Mariquita por la cercanía a la catedral y al palacio nacional donde se me ocurrió que yo quería presenciar un día de la noche anterior al diez y seis de septiembre el grito de la independencia desde el balcón de palacio por el mismo presidente. No recuerdo si fue entonces que uno de los nietos de Mariquita amigo y primo de Cecilia Lozano también nieta de Mariquita me llevó a saludar a la familia de Micaelita y don Agustín Lozano que conocí en mi niñez cuando venían de la capital a visitar la familia de mi tío Poncho gozando de la hospitalidad acogedora de mis tíos Toño y Nena hermana de mi papá. Recuerdo de ese entonces sobre todo a la Tete que era la mayor de la familia y a Botín que desgraciadamente murió en un accidente de carro que entiendo que le atropelló causando una horrible pena a toda la familia. Todos ellos formaron la red de mis visitas amistosas cuando visitaba México antes y después de mi estadía en los Estados Unidos.<br />El enfoque de mis estudios de teología se hizo más intenso en los salmos cuando me preparaba para recibir la orden del subdiaconado que fue cuando inicie mi voto de castidad y continuó con mayor dedicación al recibir el diaconado cuando ya debía rezar el oficio divino y administrar el sacramento del bautismo. Cada vez que gradualmente mis ordenaciones en proceso seguían hacia el sacramento del orden sacerdotal iban en ascenso, yo componía un poema de recordatorio que imprimía en una estampita y lo compartía con mis amigos, mis familiares y mis compañeros. Mi hermano Carlos que ya para entonces estuvo en el seminario donde estudió por dos años creo que fue el que mejor opinión tuvo de mis poesías, las leyese o no. Lo digo porque uno de mis compañeros celadores que era bedel y lo supervisaba y parece ser que también le dio clase me contó algo que hizo celebre el acontecimiento y parce ser que esto estaba basado en que yo escribía poesías. En uno de sus deberes de no sé qué clase debía dar el nombre de dos personas celebres que conociese y el apuntó mi nombre que según él era famoso por lo de mi poesía. Debo aludir regresando al momento y circunstancias que propiciaron el hecho de que mi hermano estudiase estos dos años en el seminario. Fue a instancias de mi madre que estaba impactada de por vida en el efecto que tuvo en todo, mi conducta como persona y como estudiante y sobre todo mi convicción de la vocación y mi celo en ella, en una palabra el cambio radical que ejerció para mí el influjo del seminario y la formación que me daba lo que le hizo insistir en que yo viera y orientara y aconsejara a mi hermano de irse al seminario. Mi escrúpulo en intervenir era que al seminario solo se debe ir si acontece el fenómeno de la experiencia de la vocación si no resultaría nulo y tal vez pernicioso lo que ella pretendía. Se me ocurrió la idea de poner a consideración de mi hermano de escasos doce años lo que pensaba hacer de su vida en relación de lo que quisiera estudiar para lograr ser lo que decidiera hacer en su vida profesional o laboral. Que aunque temprano ya estaba terminado la primaria y necesitaba pensar y decidir algo relacionado con esa posible realidad. Lo invite a subir al coche de mi padre y lo lleve a la Villita de donde se divisa la explanada del bajío hasta Celya. Le dije abiertamente que mi mamá tenía deseos de que él como yo estudiase en el seminario y le explique que yo estaba de acuerdo solo que él así lo decidiera seguido a la consideración que le iba a sugerir para aceptar o no hacerlo. Le hice ver que lo mínimo que necesitaba hacer era tener como sincera actitud el reconocer que se interesaba en explorar lo que Dios quería de su vida incluyendo por lo menos ver la posibilidad del sacerdocio si así lo decidía al reflexionar sobre este asunto en el seminario, ya que al momento no tenía noción sobre el particular. En esto quedamos y todo lo demás quedó en sus manos y de la familia bajo la tutela de mi madre. Es interesante este comentario al que me refiero del contraste de la sicología diferente de Carlos y la mía para tomar decisiones en este asunto particular de lo que él y yo hemos charlado. El preguntó al padre espiritual de manera sucinta si podía salvar su alma tanto si fuese ordenado sacerdote como si no lo hiciese y el padre espiritual cabal y puntualmente le respondió que sí. A lo cual el mi hermano sencillamente respondió que entonces decidía que estaba listo para marchar del seminario. Cuando yo consideraba esa cuestión no podía hacer caso omiso aunque quisiera, se me hacía imposible ignorar la opinión de mis padres espirituales que era que Dios me llamaba a servirle en el sacerdocio y me necesitaba aunque respetase mi libertad y se me hacía imposible negarme y hacer lo que como alternativa yo podía decidir diferente a lo que me aconsejaban. El tópico no era la salvación que por supuesto es lo que más me interesa, sino también complacer a Dios en lo que Él prefería de mí cuando yo dudaba si eso también era preferencia mía. <br />Antes de referir mi experiencia de cuando ascendería los tres escalones hacia el orden sacerdotal como sacramento en la iglesia católica romana, quiero aludir a mi experiencia de compartir con mis amigos sacerdotes que veía como modelo, aunque yo aun no era uno de ellos no habiendo sido ordenado. Voy a referir mi experiencia con ellos en nuestros viajes al mar yendo de vacaciones, disfrutando de estar al margen de la estructura del seminario y sus reglas y disciplina. Me siento orgulloso de que siendo mayores que yo e ilustres personalidades, me aceptasen como amigo de verdad. El padre Abel Sereno también me distinguía con el honor d su amistad. El fue mi celador cuando recién llegue al seminario y ya ordenado sacerdote fue vicario coadjutor en la parroquia de mi pueblo natal. Yo charlaba con él y compartía mis escritos y poesías que le gustaban y me estimulaba a que las publicase en un libro como anteriormente lo hacía con mis estampitas lo cual eventualmente puse en práctica. En una de estas charlas tocó el tópico de las vacaciones y que teniendo una hermana religiosa en Veracruz a quien pensaba visitar era yo bien venido de acompañarle. No me lo dio dos veces y compartí con el este hermoso viaje con doble alegría porque a él también le fascinaba el mar. Visitamos casi todas las playas con sus distintos atractivos sobre todo donde era posible nadar más a nuestras anchas. El me explicaba sus observaciones y teorías sobre el movimiento del mar en sus distintos niveles y el conflicto de corrientes más profundas y la resaca. Sobre todo la actitud de mantener serenidad y no desesperar cuando la corriente le tomara a uno mar adentro. Desgraciadamente con todas sus teorías el años más tarde en su vida murió ahogado y no se supo lo que aconteció aparte de que la última vez que fue visto se estaba asoleando en una roca y cuando se perdió de vista por largo tiempo pasó demasiado sin ser encontrado hasta ya muy tarde flotando ya ahogado sobre el mar. El fue una gran pérdida para familiares y amigos y en el mismo seminario mayor de donde fue director espiritual fue profundamente echado de menos por su trágica muerte. La visita nuestra lejos de una tragedia fue inmensamente placentera como visita familiar y también como experiencia gastronómica porque coincidíamos no solo con el gusto por el mar sino también por la gastronomía de la cocina de la pesca marítima no solo de pescado a la parrilla sino de camarones y mariscos. El padre Posadas y el padre Pérez-Gil también me honraron con este tipo de amistad siendo ellos más amigos cuando yo ya era un poco mayor que en mi niñez adolescente del seminario. Lo digo porque siendo vecinos de cuartos tuve la impresión de que eran muy conscientes de aquello de que buenos vecinos suelen tener buenas paredes. No imagine que haríamos dos viajes extraordinariamente interesantes, uno a Mérida siendo seminarista y el otro a Nueva Orleans en los Estados Unidos ya ordenado sacerdote. En este momento de mi relato me concreto solamente al viaje de Mérida. Ellos sabían, como lo enfatizó con más vehemencia el padre Pérez-Gil que yo resentía el no conocer toda esta región de la patria en el sur este del país a pesar de las muchas ocasiones que mi familia visitaba estando yo dentro del período de clases en el seminario. Entiendo que el interés de ellos como el mío era primordialmente el descanso y el deseo de un hermoso viaje durante las vacaciones. Me parece que ellos dos admiraban por su personalidad y su labor eclesiástica al arzobispo de la arquidiócesis de Yucatán conocido como el señor Ruiz Solórzano a quien también visitarían aparte de visitar más formalmente a las religiosas catequistas guadalupanas que establecidas en Morelia como casa central les conocían muy bien y tenían amistad con las superioras como capellanes o directores espirituales de algunas de ellas y tal vez consejeros de la congregación. No recuerdo si en esta ocasión también volamos de Morelia a México como cuando nuestra visita a Nueva Orleans, aunque creo que más bien nos fuimos con el padre Pérez-Gil a México en su carro porque nos hospedamos en la casa de su hermano Francisco que radicaba en México. Yo solamente conocía a Gabriel su hermano que radicaba en Morelia en la famosa casa de los Pérez-Gil frente a la plaza de armas al lado de la catedral de Morelia. La visita de México fue solo para pernoctar porque el día siguiente partimos para Veracruz en el mismo carro en el que vinimos de Morelia. La idea del plan era llegar a Coatzacoalcos partiendo de Veracruz para tomar el tren a Mérida. Pero sucediendo que había un norte algo violento con fuertes vientos y lluvia abundante el padre Pérez-Gil propuso cancelar el viaje a Mérida. Yo me sentí muy frustrado y les insistía en que las cosas no eran tan graves y podríamos tomar un autobús a Coatzacoalcos, y el comentó irónicamente que lo que yo quería era plantar los pies donde mi padre los había plantado. No sé como yo que no se suponía que tuviese ni voz ni voto de tomar decisiones los convencí de que si la mañana siguiente amanecía con sol y sin lluvia podríamos proseguir de acuerdo a mi sugerencia y lo aceptaron. Cual sería su sorpresa que amaneció una mañana con el cielo azul el sol deslumbrante y nada de lluvia. De manera que nos dirigimos a la central de autobuses y tomamos un autobús para Coatzacoalcos donde compramos nuestros boletos del tren rumbo a Mérida. Recuerdo que cuando llegamos a Campeche no sé cómo nos las arreglamos para visitar el puerto con su fuerte y sus murallas y las memorias de las intervenciones de los piratas que históricamente hacían de las suyas siendo recordados por sus lamentables fechorías. Ya en Mérida se nos ocurrió alquilar una calesa tirada por un caballo cuyas riendas en manos del cochero lo dirigieron al convento de las religiosas que contaba con una construcción adyacente dedicada a los visitantes como en el caso lo éramos nosotros. La madre superiora Dolores Ochoa era una religiosa de personalidad apuesta, enérgica y vigorosa orientada a la acción de sus múltiples actividades quien a su vez tenía un trato afable y jovial que comunicaba un particular sentimiento de autentica amistad. No sé si era cosa del destino aunque lo fue de la providencia porque a partir de esta visita nuestra relación favoreció el que establecimos una relación de mutua ayuda basada en nuestra amistad para el beneficio de los feligreses de una de las parroquias que más tarde yo atendí y tuvieron urgente necesidad de la actividad catequística y misionara a la que su congregación está mayormente dedicada. La reverenda madre superiora estaba ocupada en el traslado de una imagen muy estimada del Arzobispo de México Luis María Martínez que para este entonces ya había pasado a mejor vida y había donado esta preciosa imagen a las madres catequistas aunque estaba en temporal visita con las religiosas del Espíritu Santo de donde sería trasladada de acuerdo al arreglo de las madres superioras de ambas congregaciones. Este evento en el que yo me vi envuelto invitado por la madre Dolores creo que sirvió de inicio a nuestra buena relación. De manera que todo esto de alguna manera también sirvió para la orientación a mi hermana que entró en la congregación de las catequistas guadalupanas y llevó como religiosa el nombre de Violeta por sugerencia de la madre Dolores. AL señor arzobispo Ruíz y Flores lo visitamos en su casa con la peculiaridad que comentó que carecía de recámara porque no le era necesaria puesto que dormía en una gran hamaca suspendida a media sala de esta área que tal vez en su caso debía ser para el uso que le daba algo muy particularmente suyo. EL Señor Arzobispo nos invitó a comer al puerto de Progreso donde pasamos una tarde muy agradable regresando hasta el anochecer. Después de una visita al área de las ruinas de los mayas regresamos por avión a Veracruz y de allí a Morelia y a nuestros respectivos hogares. Este viaje sería como un preámbulo al que años después haríamos felizmente a Nueva Orleans.<br />Una de las ilusiones de los seminaristas es la oportunidad de visitar sus familiares y su pueblo natal no solo cada año durante las vacaciones, sino cuando se ofrece la ocasión de tener especial privilegio de hacerlo por alguna razón especial. Por ejemplo como fue mi caso relacionado con la ordenación, previa al canta misa del padre Jerónimo Cabera. El se ordenó tres años antes de que yo me ordenara ya que todo ese tiempo es el que inició sus estudios en el seminario antes que yo. Cuál sería mi mala suerte y mi frustración al cerciorarme de que ese privilegio se iba a suspender a partir de la fecha asignada a su cantamisa y de ahí en adelante.<br />Yo que trataba de poner en práctica el espíritu sobrenatural de lo que iba pasando en cada acontecimiento de mi vida tenía planeado interpretar esto con resignación sin decir ni hacer nada en absoluto sino la voluntad de Dios aceptando lo determinado por las autoridades del seminario. Resulta que mi silencio en el asunto me trajo como consecuencia que ya llevaba dos noches sin dormir peleando conmigo mismo por decir o hacer algo y no tuve más remedio que hablar con el Señor Rector. Le dije exactamente lo que me estaba ocurriendo y su reacción fue pedirme que me tendiera boca arriba en el piso de su oficina y poniéndome unos periódicos entre el abdomen y el diafragma me hacía presión con el pie indicándome respirar hondo y expeler el aire siguiendo el ritmo de mi respiración. No recuerdo cuanto duró esto aunque no fue tanto pero se mi hizo largo por no entender de que se trataba. Cuando me ordenó levantarme me dijo ahora sí güero Esquivel dígame otra vez d su asunto porque ya estaba temiendo me cogiera a golpes con la presión de la energía que se cargaba cuando llegó. Lo hice como me lo pidió y me respondió que reflexionara con tranquilidad lo que iba a decidir contando con su permiso si fuese o no lo que decidía pero que conservara la paz y tratara de estar relajado sin tanta tensión y regresara a hablar con el ya que estuviera listo sobre lo que había decidido. A los dos días regrese y le dije que creía que podría bregar mejor con el hecho de no ir pero si el asunto estaba de verdad en mis manos yo prefería lo contrario. El de inmediato respondió pues entonces contaba con el permiso de ir. En torno a este problema sucedió que se intercaló un estado de agotamiento físico de manera que la solución posible era que necesitaba relajarme de mis tensiones y me dieron un plazo que alargó mi estadía en casa más tiempo del que era necesario para atender al cantamisa solamente. La vida nos pone a veces en situaciones irónicas porque recuerdo que mi padre y mi hermana formaron parte de la comisión para ir a Morelia a felicitar al Señor Arzobispo con motivo de la Pascua y estando yo con ellos en casa se presentaba el caso como secuela natural que yo les acompañara y así lo hice. Mi hermana también invitó a una de sus mejores amigas que estaba por contraer matrimonio y que tocaba el piano de maravilla. De regreso de este viaje de un día para otro nos invitó a su casa porque ella sabía que me encantaba como tocaba la patética de Beethoven y después de su amable concierto nos prestó un disco para que escuchásemos la patética. Resulta que de regreso de una visita a mi tío Jerónimo que administraba un rancho cerca de Santa Cruz de Juventino Rosas donde anduvimos felizmente a caballo también nos acompaño y a más del paseo tuve la oportunidad de escuchar también tocar por ella el claro de luna del mismo músico genial. Creo que mi relajamiento del seminario iba por muy buen rumbo. Entre mis amistades de hermanas religiosas mi madre me había mencionado que con las religiosas carmelitas había unas religiosas de Apaseo que eran monjas de clausura de la familia Jiménez, creo por parte de don Rafael Jiménez que seguramente era su papá de ellas, parece ser que ellas eran dos, yo solamente recuerdo a la madre Mercedes. No se permitía pasar dentro del convento y ellas venían a un cancel y se comunicaban con uno a través de una reja, la reja de la clausura. Cuando supieron que ya se acercaba el tiempo de mi ordenación me ofrecieron preparar la mayor parte de mi ajuar o vestidura sacerdotal, especialmente los ornamentos que constaban de la casulla y la estola que hacían un juego armonioso con el paño que iba como cubierta sobre el cáliz, y la estola anterior a la casulla sobre el cuello cayendo de los hombros abajo. La tela era de muaré y sobre ella iban los bordados de hilo dorado que parecía de metal y los motivos también bordados en forma de cruz por el lado de la espalda con un motivo que me parecía bello y no sé cómo es que lo olvide, aunque creo que era de ángeles adorando en estado de oración. El alba al igual que la cota fue un bello obsequio de mi madre que me las preparó con su tejido maravilloso, ya que le fascinaba tejer y repito lo hacía de maravilla, eran una preciosidad. El cáliz estuvo bajo la responsabilidad de un orfebre de Puebla y era algo muy original de lo que a mí se me ocurrió. Tenía como base inferior correspondiendo a la copa en la parte superior que simbolizaba la cúpula de san Pedro en Roma la misma forma de una casi media esfera con los motivos de los cuatro evangelistas y un tronco símbolo del árbol de la vida con un Cristo crucificado que crecía con él. La patena con un dibujo grabado de Cristo alimento de vida eterna en la cena eucarística y bebida de salvación con la inscripción en griego de la frase de Cristo que más me fascina de la oración sacerdotal, por ellos me consagro a mí mismo para que ellos sean consagrados en la verdad. <br />Cuando me ordene de subdiácono vino mi madre por supuesto con mi padre y recuerdo que le acompañaba mi tía Leonor la menor de sus hermanas. Yo me sentí satisfecho de contar también con alguien que casi nunca había tratado y escasamente conocía. MI tía Leonor comentaba que mi madre era la mayor y la buena de la familia y ella la menor y la mala, lo cual no es verdad porque también ella es una linda y bella persona. Lo demuestra el hecho de su comprensión hacia mí. Sucede que yo cometía el error de pensar que todo lo que a mí me gustaba también le gustaba a todo mundo que tenía que ver de cerca conmigo. En este caso después de terminadas las ceremonias litúrgicas y felicitaciones con toma de fotografías me preguntaron lo que sugería hacer y yo sugerí un día de campo en donde inicia la sierra que era a donde yo iba de paseo en bicicleta sobre el kilómetro veinticuatro de donde después de comer podríamos ir a visitar el Temascal y la panorámica de donde se divisan las montañas hasta el área de la tierra caliente. Todo mundo estaba por complacerme y estuvieron de acuerdo. Ya que encontramos un lugar para dejar el carro lo mejor estacionado yo me empeñe en ir a una linda cascada no muy retirada, pero localizada a campo traviesa del camino. Ni me fije que mi tía Leonor calzaba sus zapatos de tacón y me ofrecí en llevarla conmigo tomándome el brazo. Cuál sería mi sorpresa cuando se me desprendió del brazo cayendo a medio barbecho con los zapatos y tacones enterrados que se tuvo que descalzar. Esto no interfirió con pasarla bien sentándonos a comer a la sombra del primer árbol con el que nos cruzamos. Para ser ordenado de diácono no pasó mucho tiempo porque una vez que estaba en el proceso de ser sacerdote quería lograr mi objetivo sin tantas dilaciones. Tenía el pendiente que como nunca me gustó la clase de derecho canónico y no hice el último examen ausente por estar enfermo pensé que esto me podía acarrear un problema, pero corrí con la suerte de que no fue así. El diaconado fue interesante en cuanto que propició el que fuese designado para dar mis primero ejercicios espirituales a una comunidad de feligreses de campesinos en una vicaría a cargo del padre Salvador Canchola que fue mi celador en el seminario. Recuerdo que era un pueblito cerca de san Nicolás de los agustinos al pie del cerro del Culiacán cerca de Salvatierra. Me parece que este lugar donde daría mis ejercicios espirituales se llama Gervasio Mendoza. Yo me dedique a visitar casa por casa invitando a estos ejercicios. Resulta que el maestro se identificaba como liberal y anticlerical lo cual yo lo pase por alto y echando mano de mi mejor diplomacia le invite cortésmente. Uno de los católicos más fervientes con espíritu cristero estaba enterado de mi invitación a este maestro y viendo que no había atendido nuestro ferviente y celoso cristiano andando un poco tomado quiso hablar conmigo en privado para hacerme la siguiente pregunta, dígame padrecito si quiere que me lo ilumine, queriendo decir me lo elimine. Yo lo mande a dormir pidiéndole que se quedara tranquilo y que el día siguiente, deberíamos hablar del asunto. Encontré el pasaje en que algunos de sus apóstoles se quejan a Cristo de no haber sido bien venidos cuando les envió a predicar la buena nueva y no habiendo recibido la acogida esperada le sugerían hacer caer fuego del cielo contra ellos. Creo que ya comprobado estar en su sano juicio acogió como propio dejar en manos del plan de Dios la respuesta a su llamado. Otras actividades propias del diaconado era atender bautismos lo cual hice en la parroquia de Erongarícuaro por primer vez y rezar o recitar responsos en lo que estuve ocupado toda la tarde hasta el anochecer en el campo santo de mi pueblo natal el día de difuntos de ese año que fui ordenado diácono. Cuando me pedían el responso me preguntaban cuanto debían dar de limosna por ser rezado o cantado y yo les dije que no importaba que lo que ellos quisieran dar. Un monaguillo estaba provisto de una mochila de cuero que yo le proporcione y allí depositaban lo que querían según observe ser lo que se acostumbraba. Nunca me imagine que en la mochila se hubiesen colectado la cantidad que me escandalizó nada menos que de ochocientos pesos. Creo que era demasiado para un diácono novato en tan poco tiempo de súplicas al Señor que de todos modos contaban con mi fervor con dinero o sin él. En realidad no sé si a los demás sacerdotes les fue igual o lo que ahora me sospecho es verdad, de que les calló bien mi desinterés en su limosna. Mi plan de ordenación si estuviese en mis manos hubiese sido antes de que terminara el mil novecientos sesenta, porque estaba enterado que mis abuelos cumplían sus bodas de oro a finales de enero del siguiente año y yo quería que en esa fecha fuese el cantamisa. Yo le exprese este deseo al señor Rector haciéndole ver que lo que habían visto en mí era lo que había y en mi opinión me parecía infundado dar largas a mi ordenación esperando que fuese otra persona de lo que era en las aéreas de mi personalidad que bien les era conocida. Que mis defectos o mis virtudes que alguna tendría no me habían informado que crease algún conflicto que interfiriese en mi ordenación o al menos no estaba enterado ni me lo habían señalado o puesto a ver como algo por resolver. El señor Rector me informó que presentaría solicitudes hasta que el señor Obispo lo requiriese y por eso no podría garantizarme nada al respecto. Ante esta situación me sucedió que fui enviado a la ciudad de Yuriria a diaconar en no recuerdo que festividad y casualmente el señor Obispo auxiliar Salvador Martínez Silva nos invitó a regresar con él a Morelia. En la conversación me preguntó que cuando pensaba ordenarme y yo le informe todo lo que he referido de este asunto con el señor Rector. Entonces me preguntó si yo me iría a servir como vicario a donde él me ordenara aunque fuese al pueblito más pobre y lejano, y yo le dije que entendiendo que haría promesa de obediencia al Obispo iría donde me mandara y por eso era que deseaba ordenarme sacerdote. El me dijo que le dijese al señor Rector que podía hacer mi solicitud y él me ordenaría en diciembre para que yo cantara mi primera misa en enero en las bodas de oro de mis abuelos. Como consecuencia de todo esto convencí a mi padre que me autorizara a organizar el evento y naturalmente calló en la cuenta que el presupuesto era tal vez de un calibre mayor al de sus posibilidades. Yo le inste a ajustar el presupuesto con el mayor de sus deseos pensando en la satisfacción que daba no solo a mí sino a mis abuelos y toda la familia y que yo le aligeraría la carga con alguna ayuda de otros familiares y amigos. Claro contaba con mi madre y mi abuela, que tenían un gran influjo en las decisiones de mi padre ya que el señor cura de mi pueblo también se desvivía por colaborar con mi plan. Fue así como se logró lo inimaginable y todo el seminario mayor viajó a mi pueblo contando con el coro que no cantaba nada mal sino todo lo contrario. Atendieron a un banquete en la casa paterna de inmenso patio dispuesto para ser protegido en caso de lluvia, personalidades eclesiásticas y distinguidos amigos míos como el señor Rector aparte del Señor Obispo y otros más de mis catedráticos y padres espirituales desde luego el padre Pérez-Gil y no recuerdo si también el padre Manuel Castro, especialmente es digno de ser mencionado el padre Juan Jesús Posadas que me hizo el honor de hacerse cargo de la predicación. Mis paisanos sacerdotes el padre Muñoz-Ledo y el padre Jerónimo Cabera fungieron como diácono y subdiácono celebrando yo, claro como sacerdote celebrante nada menos que de mi canta misa. El padre José de la Luz Ojeda y el padre Samuel Lemus compartieron con el maestro Oropesa un concierto literario musical de música sagrada y poesía sacerdotal en el teatro Oliveros de la población. El famoso organista Oropesa tocó el órgano pidiendo fuese traído para este propósito de la ciudad de Morelia. En el banquete ya iniciado llegó aunque un poco tarde nuestro distinguido amigo de México Agustín Lozano con un amigo y compadre suyo de la ciudad de Puebla que era un excelente violinista, y el nos amenizó el banquete bellamente con una o dos obras clásicas para violín que no supe identificar. Acudieron por supuesto familiares y amigos de mis abuelos orgullosos tanto de mi como sacerdote también de sus bodas de oro. Todos los seminaristas cuyo número sobrepasaba la posibilidad de actualizar su participación en el banquete disfrutaron de un recreativo y alegre pasa día con mole mexicano el baño de la alberca y el folklore musical, de manera que lo pasaron muy bien de verdad. Mis abuelos lucieron como nunca felices y contentos y mi hermana Marta Eugenia la más pequeña de la familia celebró dichosamente su primera comunión. Yo me sentía muy tranquilo y feliz sin una exaltación que perturbara en lo más mínimo la gran realidad de mi sacerdocio realidad superior a tan lindo y distinguido homenaje. Días después me entere del comentario del padre Pérez-Gil sobre una frase del sermón del padre Posadas que introdujo su pieza oratoria diciendo que estábamos ante dos ejemplares esposos etcétera. El comentario fue una observación de que el padre Posadas pasó por alto decir de que ganadería. En mi opinión todos sabíamos que era de los Esquivel Oliveros, una de las mejores por su bravura y su nobleza de la cual discreta y modestamente, con legítimo orgullo yo me considero un vástago de ella. Todo mundo que compartimos en mi canta misa nos sentimos enfervorizados por el don del sacerdocio católico romano por su plenitud espiritual del amor místico de Cristo a la iglesia a la humanidad y a la gloria de su Padre eterno de quien es sacerdote y víctima. La maravilla es que el sacerdote católico lo personifica a él, al mismo Cristo al consagrar, evocando en su nombre los labios del eterno sobre la eucaristía. Y la maravilla de la liturgia es la apoteosis del culto a Dios igual o mejor que el de los ángeles en los cielos. En mis palabras de agradecimiento solamente comente que me sentía como el jumento que Cristo montara en su entrada a Jerusalén el día que nosotros conocemos como domingo de ramos. Yo regrese a Morelia repasando en el corazón con la ilusión y el ideal de servir a la iglesia y dar gloria a Dios mi frase favorita de morir cada día para vivir eternamente, preparándome para mi primer nombramiento como vicario al servicio de la parroquia de Cuerámaro, situada a una salida de la carretera a Guadalajara entre Irapuato y la Piedad.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-50895316772453862982012-03-31T15:34:00.000-07:002012-03-31T15:36:25.373-07:00Espiritu SacerdotalPresencia de Cristo en la vida humana <br /><br />Tercera Parte<br />Exordio a la misión ministerial<br />Mi vida sacerdotal <br />Cristo desempeña su función sacerdotal y su realeza mesiánica de acuerdo al plan divino con su mirada persistente y su oído alerta a cumplir la voluntad y los designios de su eterno Padre.<br />En contraste con la personalidad de David sacerdote y rey y profética figura suya de Cristo Mesías, su sacerdocio y su realeza en Cristo acontecen al margen del poder político de Israel bajo la hegemonía romana y ajeno también su espíritu sacerdotal al margen de la casta sacerdotal que está a cargo de las actividades y de la vida del templo judío reconstruido por el rey Herodes.<br />La palabra del hombre es la expresión de su realidad humana y la palabra divina la expresión de la realidad de Dios. Fue en este contexto en el que desde el punto de vista de Dios y el hombre Cristo comentó diciendo al apóstol Pedro que no venía de la carne o de la sangre sino de la revelación de su Padre, de Dios mismo, el responderle que El era el Cristo hijo de Dios vivo y añadió en el mismo contexto que solo El, Cristo es quien tiene palabras de vida eterna. Esta realidad divina y humana en Cristo se convierte en la plenitud de la máxima expresión de Dios y el hombre cuya presencia se ratifica como nuevo y eterno testamento garantía de la plenitud de los tiempos que hará presente a Cristo en la vida humana hasta la consumación de los siglos principio integral de vida eterna. Gracias al espíritu sacerdotal de Cristo en acción de gracias la víspera de su pasión y muerte en que instituye como Eucaristía la cena de pascua, Cristo realiza su acción sacerdotal en que se ofrece como ofrenda y víctima de propiciación haciendo realidad mística la realidad de su muerte por acontecer. Y esto a su vez entregando su cuerpo y sangre como alimento de vida eterna al trascender a una realidad espiritual la realidad alimenticia material del pan y el vino convertidos en pan de ángeles y pan del alma humana y sangre que redime al mundo. La realidad de Dios en Cristo no tiene la inmensidad del universo ni de toda la Creación que se expande en el tiempo cuyos únicos límites cósmicos espaciales chocan sin duda ante la presencia de la eternidad. La intimidad de Dios es hipercósmica como la del alma humana, como la dimensión de Cristo, como la vida eterna que esencialmente es la vida de Dios. El aspecto del espíritu sacerdotal ratifica el testimonio del amor como una realidad divina y humana más poderosa que la vida y que la muerte capaz de servirse de ella para lograr el triunfo del amor que es la fuerza omnipotente y gloriosa del amor más puro que purifica todo como expectativa digna de Dios al lograr la resurrección y con ella la eterna gloria. Verdadero mana es Cristo alimento de rocío celestial antes del eterno amanecer El es el pan vivo que baja del cielo que nutre la vida divina nacida del Padre para demostrar que no solo de pan vive el hombre sino de la palabra viva cuya abundancia redunda en plenitud de vida eterna. Y es así como Cristo por amor da la vida por sus amigos estableciendo una amistad divina y humana, porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio hijo cuya sangre derramada y muerte de cruz redime del pecado, triunfa de la muerte y ofrece gloria y resurrección no solo a Cristo sino a todos sus discípulos que en verdad creen en El. De manera que compartiendo su pasión y muerte también comparten su resurrección y su gloria. Y todavía hay más en lo que Cristo se desborda en generosa plenitud al decir a sus apóstoles haced esto en memoria mía anunciando mi muerte hasta que vuelva. Estas poderosas palabra humanas y divinas hacen posible que los apóstoles y sus auténticos seguidores como ellos verdaderos seguidores también de Cristo logren el milagro supremo de personificar al mismo Cristo renovando el misterio de su pasión, muerte y resurrección gloriosa al compartir con Él y todos los creyentes el misterio de la Eucaristía divino viático para quienes morimos y resucitamos en la fe de cada día compartiendo el pan del amor en la hermandad de Cristo vivo en medio de nosotros cumpliendo su promesa noche y día con perspectivas ciertas a la vida eterna. Toda esta realidad si se ratifica en seguir a Cristo como camino, verdad y vida en la que el amor real a nuestro prójimo es continuidad del suyo lo mismo que su amor al Padre haciendo siempre y en todo, la voluntad divina, entonces viviremos un paraíso que es el de la nueva Creación de la gloria del cielo en la tierra.<br /><br />Rapsodia séptima<br />Trece años de ministerio sacerdotal<br />La misión del ministerio sacerdotal se convirtió en el objetivo sagrado de mis ideales como testimonio fidedigno del amor de Cristo que me eligiese llamándome a servirle como había llamado y elegido a sus primeros discípulos a quienes invitó a ser pescadores de hombres. De los cuatro sacerdotes ordenados conmigo el veintidós de Diciembre de mil novecientos sesenta, mi nombramiento a la parroquia de Cuerámaro, fue el primero, teniendo que remplazar a Donaciano Franco, seminarista ordenado sacerdote y designado a esa parroquia con dos años de anterioridad a mi ordenación y a mi nombramiento. Yo les comunique a todos mis amigos y compañeros la noticia a la hora de la cena diciéndoles que me tendrían a la orden en Cuerámaro y casi todos explotaron en una gran carcajada, aunque yo no lo hice ni consciente ni intencionalmente olvidando que era una expresión que usábamos con sentido picaresco referente a no estar por completo vestidos. En realidad no era una de las parroquias más lejanas ni más pobres de la Arquidiócesis de Morelia. Aunque mi padre que tuvo el generoso comedimiento de llevarme por primer vez que me presente al señor Cura don José Barbosa estaba un poco confuso de la situación del camino que era una brecha toda llena de baches y de terracería y el estaba guiando su carro dominguero. Creo que hubiese preferido que permaneciera en Morelia como gatito de angora de la catedral en el corazón del arzobispado, cosa que hubiese sido toda mi desdicha en contra de mis ideales de servir a los más pobres y menesterosos. Posiblemente las intenciones del señor Rector en este nombramiento aconsejando al señor Obispo y al secretario de la sagrada mitra debieron ser las de prepararme en la rutina de la vida sacerdotal y en la administración de la parroquia con perspectivas a mis cargos del futuro. El señor Cura vivía relativamente solo acompañado por su tía creo que le llamaba Cholita y un joven cuya edad rayaba entre los veinte y veintidós años y era el factótum, házmelo todo en todo tipo de actividades que incumbían a sus necesidades rutinarias del señor Cura, relacionadas con el negocio de la casa y de la parroquia. En realidad sí lo tenía muy bien adiestrado y era muy perspicaz y eficiente sobre todo por parecer adivinarle el pensamiento y estar siempre puntual e incondicionalmente a sus órdenes. No recuerdo si por cortesía mi padre fue o no invitado a compartir la mesa en la casa parroquial, y no guardando memoria de que así fuese casi tengo por seguro que mi padre atentamente declinó la invitación porque en realidad siempre estaba ocupado con asuntos pendientes y no era inclinado a socializar sino en raras ocasiones. Casi estoy seguro de que sí se enteró de que temporalmente yo me hospedaría en la casa parroquial con el señor Cura, mientras las cosas se ponían en su lugar y yo eventualmente me mudaría a mi propia casa que me orientaría en conseguir. La casa parroquial estaba a vuelta de esquina del templo por la calle del agua que así se llamaba porque una acequia recorría toda esa calle desde la entrada hasta la salida del pueblo. Pasada la entrada a la casa a mano izquierda había una puerta que daba a la sala y a mano derecha pasando un cancel estaba un cuarto dispuesto para mí que tal vez pudiera haber sido para las visitas posibles que yo nunca conocí. Estos cuartos como otros tres más a mano izquierda de la entrada, uno el del señor Cura contiguo a la sala y a mano izquierda haciendo esquina el primero, era el aposento de Rafael que así se llamaba el ayudante que hacía de todo, al que me he referido, y a su lado el cuarto de Cholita la tía del seño Cura. Todo este contingente de cuartos, estaban en torno a un patio más bien pequeño, que los cuartos lo eran, como lo eran también el comedor y la cocina al frente opuesto a la entrada de la casa. Olvide los pormenores de mi primera comida pero sí recuerdo que después de la siesta en vez de dirigirse a la notaría como era su costumbre el señor Cura me condujo a la sacristía y a visitar la fábrica del templo aun por terminar aunque lo más necesario parecía terminado para celebrar el culto y los actos litúrgicos propios de la parroquia. También a cuadra y media del templo pero en la calle paralela a la del agua estaba el colegio parroquial y la casa de las religiosas que lo atendían, que también me llevó a visitar creo desde ese primer día. Yo vivía en las nubes ajeno a cualquier plan de organizar mi vivienda imaginando que el señor Cura estaría disfrutando de mi alegre compañía. Pero sorprendentemente para mí e ilógicamente para él lo que yo pensaba, en realidad no era así. Sí que era todo lo contrario, aunque me tomó casi tres meses para ver la evidencia con contundencia irrevocable. El primer mes viéndome con algún dinero que remuneraba mi trabajo le invite a mi casa de mis padres y también a Querétaro sin que el supiese mis intenciones que sin duda le sorprendieron. Y la sorpresa más grande fue que se quedó con los ojos cuadrados viendo que todo me lo gaste en libros para hacer mi pequeña biblioteca cuando él esperaba ver comprase algo siguiendo mis planes que en realidad no los tenía para poner mi casa de la que aun no disponía y cuyas luces no aparecían por ninguna parte de mi mente. El era de buen comer lo mismo que yo, y mientras estuve compartiendo con el en su casa también su comedor, el más bien que yo subió considerablemente de peso. Le encantaban los chistes que le contaba y celebró uno de mis poemas en el que yo me había inventado la palabra luminagua, combinando luz y agua en la gota de rocío que se suponía era el alma humana con la presencia de Dios. El me llamó el padrecito luminagua y yo nunca lo tome a mal, más bien de buena fe todo lo contrario. En las noches después del rosario antes de dirigirnos a su casa hacíamos una visita de breve adoración al santísimo sacramento del que era muy devoto. Después de la merienda con frecuencia nos dirigíamos a la sala y escuchábamos algún disco de buena música antes de irnos a dormir. Todo caminaba viento en popa y yo sin entender que tenía la obligación de poner iniciativa en lo de poner mi casa. Increíble mi torpeza o negligencia para las cosas prácticas de adaptarme a la vida del mundo por mi iniciativa. Ni siquiera se me ocurría comprar una bicicleta y alquilaba una para atender el servicio de mi ministerio en las rancherías más cercanas. Resulta que Cholita murió y en medio de la noche mi cuarto se convirtió en el de velorio. Yo no me daba aun por aludido hasta que al regresar del sepelio ya tenía una cama dispuesta en una casita al lado de la acequia de la calle del agua no lejos a la del señor Cura adonde fui a parar voluntariamente a fuerzas, según resultó de las circunstancias de mi vida. Todo esto fue providencial para que mi familia tomara cartas en el asunto de darme la mano en preparar mi casa en forma más adecuada aunque tal vez por uno o dos meses me las arregle por cuenta propia y abrí las puertas a todos mis amigos, especialmente a los del equipo de futbol a quienes entrenara fabulosamente el padre Donaciano a quien yo jamás haría la más lejana sombra por su personalidad y habilidad futbolística casi legendaria desde el mismo Seminario. Teníamos dos o tres cajas de refrescos y mi casa se había convertido en un club, hasta que mi madre vino a ponerme masetas, pájaros y le dio a todo el gusto del hogar. Yo tuve que despedir a mis amigos, sobre todo porque mis hermanas se turnaban en hacerme compañía y estaban a cargo de dos gentiles sirvientas que me recomendó el señor cura. El siempre me llevó la cuenta de todos mis gastos siendo los mayores el de los meses en que dispuso para mí de un ropero y un escritorio de los que había comprado para las rancherías en los cuartos que se hospedaban los padres vicarios cuando las atendían. Yo tenía problema con el prudente y atinado manejo del dinero. Sentía verdadera repugnancia a hacer una lista de todo lo que hacía para que me pagara y nunca puede hacerlo como él pretendía. La primer vez que mi madre estuvo al cuidado de la casa por una semana, les hizo saber a las sirvientas que a mí me gustaba mucho el chile negro y les enseño a prepararlo como ella sabía. Cuál sería mi sorpresa cuando al regresar de la casa de mis padres a donde regrese a mi madre de su relativamente breve visita, la primera comida que suponía tendrían lista las sirvientas no era sino un plato de chile negro, ya que yo ni me acorde de darles para el gasto ni ellas me lo pidieron. Por supuesto que esto jamás tuvo que repetirse. En realidad ni la casa por sus quehaceres ni tampoco yo mismo requeríamos de dos sirvientas para nuestros menesteres, pero ellas se sentían orgullosas de su trabajo y yo seguía la corriente por el cauce de lo determinado por el señor cura a este respecto. La vida misma resolvió este asunto porque una de ellas que después colegí estaba enamorada, le dio por platicar y alagar con singular entusiasmo la alegría y el feliz encanto de los cantos de los pajaritos de mi madre, y así nos dio la sorpresa de no presentarse al trabajo un lunes al final del fin de semana, por haberse ido con su novio en contra de todas las recomendaciones del señor encargado de la cura de su alma. La primera de mis hermanas que me hizo pie de casa fue la primera que contrajo matrimonio y que le vino en suerte ser la quinta de la familia. Ella no compartía ni por excepción el trabajo de mi hermana mayor en ayudar a mi padre en su negocio del comercio y se convirtió en alguien que era el brazo derecho y el paladar exquisito de mi madre para asuntos de cocina ya que sazonaba los alimentos casi como ella. Nos entendíamos de maravilla, fue la que esperaba que fuese hombre cuando nació y por no serlo y yo no aceptarlo como debía, la convencí cuando era más pequeña de aprender a jinetear los becerritos del corral estimulada por diez centavos que le daba y que me arrojó a la cara en su primera caída, teniendo que ser confrontado por mis padres por lo que sin duda era culpa mía. Nos entendíamos tan bien y compartía con tanta satisfacción nuestro modo de vida que me propuso terminar sus relaciones con su novio para dedicarse a servirme como pie de casa de por vida. Yo la persuadí a que de ninguna manera podría pensar en esto porque ella tenía su camino y yo el mío, aparte de que su pretendiente era el mejor partido que entonces pudiera soñar y en realidad se amaban, siendo un excelente caballero y la ambición de todas las damas casaderas, circunstancias que no podía garantizar que se repitiera esto en su vida. Y así fue como yo, que habiendo sido monaguillo acompañaba al padre Ayala a los pedimentos de los novios en perspectiva de celebrar su amor uniéndose por el sacramento del matrimonio, en el caso de mi hermana Elena hice el primer pedimento de mi primera hermana según las tradiciones y costumbres, ya ordenado sacerdote. Por supuesto yo también fui el testigo del sacramento de su matrimonio y quien celebró la santa misa de sus nupcias conyugales.<br /> A mi hermana Enriqueta que era dos años menor que Elena le tocó en suerte suplir las funciones que mi madre le había asignado anteriormente a convertirse en a recién casada. Enriqueta era particularmente sociable y al poco tiempo de estar conmigo vino a ser tan popular por sus actividades sociales y su simpatía que en vez de ser la hermana del padre era yo conocido como el padre hermano de Enriqueta. Su carácter era alegre y festivo y aunque cantaba bien bailaba mucho mejor. De manera que la presente a una chica de la que no recuerdo el nombre, pero sé que estudiaba baile de ballet en una academia de Irapuato y tenía la ambición o de ser profesional o de ser maestra, o una y otra cosa a la vez. Yo le sugerí a mi hermana que ensayaran el Huapango de ballet de Pablo Moncayo con miras a presentarlo en el teatro parroquial que tenía programada una actividad cuyo motivo ya no recuerdo. Esto a mí me parecería formidable y así lo hicieron con resonado éxito. Nunca supe a ciencia cierta si mis hermanas se hacían de amistades por cuenta propia y estas amistadas compartían esa amistad también conmigo o viceversa, o tal vez una combinación de una y otra cosa. Recuerdo que Dolle mi hermana mayor vino a pasar algunos días conmigo a la casa de Cuerámaro y yo le presente a la familia de don Antonio Hernández que atendía un negocio siendo dueños de una zapatería en frente del jardín principal. La mayor de la familia más o menso de la misma edad de mi hermana hicieron entre sí una linda amistad. Recuerdo que la hacienda de Tupátaro a cinco o diez minutos de Cuerámaro improvisó un ruedo para una tienta de ganado bravo que según eso ya había existido en la región y estaban en proceso de ver si fuese o no restablecida. El hecho es que fuimos invitados a atender y el matador invitado a la tienta, claro no para matar sino para dar vida al evento, era nada menos que Manuel Capetillo en toda su plenitud. Todas las chicas y no tan chicas del medio estaban locas por verlo sin exceptuar a mi hermana y su nueva amiga. También recuerdo que en el casco de esa hacienda vinieron a vivir unos ganaderos del norte de los estados, no recuerdo si Monterey o Chihuahua, porque otra perspectiva de la hacienda estaba relacionada con engorda de ganado. Parece ser que uno de estos vaqueros se enamoró de Raquel y mi hermana naturalmente participó como confidente y tal vez consejera de estas relaciones que olvido si llegaron o no a feliz término. Este rancho de Tupátaro es especialmente inolvidable porque estando yo dando misiones en el mes de septiembre en torno a la fiesta de san Miguel Arcángel que era el patrón, vino mi madre de visita para compartir conmigo mi veinticinco aniversario de nacimiento en el que casi me saque la lotería. En esa fecha mi padre me obsequió algo que no me esperaba, mi primer carro flamantito un vochito precioso, el carro del pueblo alemán un volsvaguen color pistache con real olor a nuevo. Mi madre se hizo cargo de completar el obsequio con un juego de copas como desquite de la carestía de tantas cosas de que carecía mi casa sin ninguna cristalería ni mueble adecuado en que hacerlas lucir. Fue en esta hacienda donde el caballerango estaba autorizado a permitirme ensillar el hermoso alazán del dueño de la propiedad que raramente se presentaba en la hacienda. Allí convide a montar a mis amigos primos de mi cuñado Davicito esposo de Elena. Los dos primos fueron pretendientes de Enriqueta que se casó en primeras nupcias con Ernesto cuyo primo era Che Luis el hijo del charro Luis. Es digno de referir el caso de mi carestía de simples vasos, refrigerador y una jarra decente para servir el agua. Resulta que la primera vez que estos jóvenes estuvieron de visita les invitamos a compartir más bien que una comida formal un simple bocado informal de cortesía. Yo que siempre pregunto lo que se me ocurre sin pendiente del que dirán le pregunte a mi hermana que esos vasos y esa garra tan elegante de donde había salido y ella que es muy ingeniosa comentó que también era una sorpresa de casa que me tenía guardada. En realidad lo había conseguido de las vecinas con quienes ya había estableció amistad. La cosa es que lo que sí no pudo ocultar fue el montón de arena mojada que teníamos en la cocina para mantener el agua fresca a falta de refrigerador. Fue también Tupátaro de donde tengo dos anécdotas que contar. Uno es que me quede desconcertado la primera vez que terminada la misa me despedía la gente que venía a dejar limosna que yo colectaba en una charola como es costumbre. De pronto una viejecita no tan viejecita se paró de puntillas y me plantó tremendo beso en la mejilla con el comentario halagador de que me gusta el lindo padrecito que nos han mandado. Y creo no violar el sigilo de confesión con esta breve historia. Se trata de un famoso guajolote que habiendo sido encontrado sin dar con su dueño se empeñó alguien que lo encontró en que yo me lo llevase. Como se empeñó tanto estuve de acuerdo y le dije que yo lo tendría por algún tiempo para ver si encontraba o no el dueño. Poco tiempo después esta persona a la que me refiero que vino a confesarse me dijo, me acuso padrecito que se me perdió mi guajolote y se lo regalaron a usted hace tiempo y yo dije que ya se lo habría comido y no dejaría ni los huesitos. Yo se lo regrese de inmediato, sin hacerle saber que no se si las contagiaría o no, pero tres o cuatro gallinas en el corral de la casa murieron y el único que sobrevivió fue el famoso guajolote. <br />Enriqueta mi hermana me preguntó si podía invitar a una de sus amigas de entre las muchas amistades que tenía en Apaseo para pasar una temporada de visita en nuestra casa de Cuerámaro, yo estuve de acuerdo y Teresa Servín hermana de un compañero de primaria compartió unos días como mi hermana lo deseaba. Contiguo a mi cuarto que daba a la calle del agua hacia el interior de la casa estaba el cuarto de mis hermanas, en este tiempo ocupado por Enriqueta. Ella ya había invitado a pernoctar a una de sus amigas de Cuerámaro con quien simpatizaba. Era una chica bastante joven que inútilmente pretendía el presidente municipal que era soltero. Resulta que su mamá de esta chica que era muy piadosa se enfermó y yo le fui a llevar a casa la sagrada comunión llevándome tremenda sorpresa de ver en el buró de la cama contigua a la de la enferma nada menos que una fotografía mía que por supuesto yo nunca regale a nadie de la familia mucho menos a esta amiga de mi hermana. A pesar de mis imprudencias espontaneas por aclarar las cosas, preferí ser prudente hacerme de la vista gorda y pasar esto por alto para evitar un enredo del caso con los feligreses o con mi misma hermana. La aventura del cerro Colorado que así se llamaba la ranchería más distante de la Parroquia, aconteció precisamente entorno a los días de la visita que tuvo mi hermana que invitó a su amiga a venir con nosotros. Ya no recuerdo como conseguí caballo para ellas. Lo que nunca se me olvida es que un señor amigo mío de apellido Paz que tenía una propiedad en el cerro con este rumbo de la lejana ranchería, tenía también un lindísimo caballo retinto demasiado brioso y vigoroso como noble, según mi criterio entusiasta de buen charro. Me fascinaba montarlo. El dueño era muy gentil y siempre me lo prestaba como si se sintiera complacido de que yo lo montara. No sé si el caballo tendría algún nombre pero yo le puse Venado de las montañas, porque caminaba por los caminos cerriles o montañosos ligero como una flecha que se lanza al viento. No tengo la menor duda de que el ángel de mi guarda me cuidaba muy de cerca, porque en medio de la llanura trate alguna vez de colear un tierno novillo al que en realidad no logre ni agarrarle la cola con firmeza, pero bien pude haber tropezado con el cruzándosele al caballo en la carrera sin tener la oportunidad de estarlo narrando ahora mismo. Lo que aconteció a nuestro regreso en esa ocasión fue que salimos del rancho al atardecer acompañados por el acompañante que se encargaba de guiarnos. En cierta área del camino yo me aparte del grupo y baje del caballo por unos minutos pensando al montarlo de nuevo que seguiría hacia el grupo de mi familia que me acompañaba pero no sucedió así. Yo estaba equivocado de la presteza con que avanzaba, ignorando que incidentalmente estaba por esos alrededores el potero del dueño que fue para donde apuntó el caballo dejándome perdido en medio del cerro. Tuve la suerte que finalmente nos encontramos el caballo y yo, la ladera del cerro con un camino más ancho que era a donde iba a dar la vereda por donde andaba perdido. Estaba seguro que el guía y mi familia me estarían esperando en casa a mi llegada, pero no fue así. Vinieron llegando dos horas más tarde y se pusieron felices de encontrarme. Habían regresado al rancho y despertado gente en busca mía por todo el cerro, seguros de que el caballo me hubiese matado creyendo que sin duda yo ya sería su segunda víctima, lo cual no fue así en manera alguna. Toda esta historia vino a terminar casi al amanecer. El padre Marcos Vélez y su hermana me pretendían calmar aunque hasta que llegaron quienes me creían en el otro mundo, estuvieron tan preocupados como yo.<br /> Más cercana a la parroquia había la ranchería de Sarteneja donde en dos o tres ocasiones monte una yegua alazana tres cuartos de milla. Como lucía preciosa con su cuello elegantemente enarcado y sobre todo con un andar tan saleroso, la gente le vino a poner el nombre de Panchita, que era el de una señora de Cuerámaro que reflejaba en su andar la alegría festiva de vivir asemejándose la una a la otra según este parecer. Y en el rancho de la Joya que era el más grande de la Parroquia también monte un primoroso animal y no teniendo tiempo para pasear en él lo corrí y lo hice rallar al estilo charro mexicano varias veces, escandalizando a varios amigos del dueño que en nombre del dueño comentaban que iba a quedar escarmentado cuando se enterara del trato que le di a su consentido corcel. Fue en la Joya donde recordando a mi modelo ideal de sacerdote el santo cura de Ars tuve que responder a la obligación de confesar a todo el rancho al fin de la misión o ejercicios espirituales que impartí yo solo por mi cuenta sin la ayuda de casi nadie sino el buen Dios. No me pude parar del confesonario sino para mal comer un bocado y estuve ocupado casi sin parar por diecisiete horas corridas. Lástima que no logre continuar ese tren de vida porque sin duda ni mis consejos eran tan sabios ni mi carisma tan maravilloso. Ahí encontré la sabia lección de un penitente ejemplar que con fervor edificante me hizo sentir la delicadeza con Dios cuando usaba este estribillo, me acuso de que yo no he querido ofender nunca a Dios, pero como la ley de Dios hila muy delgado, me acuso de esto aquello y lo demás allá por si hubiese faltado. En realidad resulta que no había cometido un solo pecado lo cual tengo la impresión que era una realidad por la sencillez y sinceridad con que lo decía.<br />Cuando visitaba las rancherías a donde iba a celebrar la santa misa mi prioridad era oír en confesión a las personas que desearan comulgar y después visitar a los enfermos y llevarles la sagrada comunión a más de lo cual también me aseguraba de que hubiese un grupo de catequistas que preparase niños para la primera comunión. Esta agenda no se armonizaba con mi regreso puntual para juntar la limosna los días domingos en la misa de once o doce en que se llenaba todo el templo. Yo no tomaba muy en serio esta prioridad del señor Cura y le hice pasar malos ratos de intensa cólera más de una vez, aunque esta no era mi intensión. Me costó mucho trabajo llenar el vacío que dejó la personalidad del padre Franco tanto con los jóvenes de la acción católica, sobre todo con los futbolistas como también con las señoritas de la acción católica. Eventualmente aceptaron las características de mi personalidad con espíritu de sincera amistad y creo que aunque no tuve oportunidad de proseguir mi ministerio por más de un año logre percatarme del cambio de actitud hacia mí diferente a cuando llegue. Esto se hizo especialmente notorio cuando me organizaron una comida de despedida en la hermosa huerta del Platanal donde el barítono de vigorosa voz a quien llamábamos Gonsa me despidió con el canto de las golondrinas. El señor Cura se distinguía por manejar la Parroquia con un orden tan grande como su espíritu de autoridad. El ejemplo clásico era que si las parejas que estaban por casarse se habían fugado por cuenta propia les exigía casarse de negro, cosa que duramente les era soportable. También les privaba de misa en las rancherías que no pagaban los gastos de mobiliario, como confesonarios o algunos otros muebles que consideraba necesarios para el servicio del personal de los servicios litúrgicos o sus ministros. Yo que estaba más orientado a no exigir lo requerido para administrar sino más bien a atender con afecto y simpatía a los feligreses, tuve que hacerme de la vista gorda en ocasiones como esta a la que me refiero. Me hice de la vista gorda y el oído duro con un comentario halagador de gratitud hacia mí tan amigable con la gente sencilla. Ojalá esto fuese verdad toda mi vida de ministerio. Se refirió a sus ganados y singularmente a las cabras, que no las maltratan ni les tiran pedradas, porque así se sienten agradecidas y crían mejor a sus crías y abundan más en la leche que dan.<br />Había un rancho rumbo al Colorado que se llamaba el Salero a donde debía pernoctar, porque venía gente de varias rancherías que llegaban también desde el día anterior a la celebración de la santa Eucaristía para poderse confesar y comulgar, volviendo a sus casas no tan tarde para que no le cogiera la segunda noche. Yo cometí el error de no verificar que los ornamentos que como costumbre traía consigo el encargado de acompañar al sacerdote los hubiese traído. Y esto me pasó por coger la delantera en el brioso y bello caballo que me encantaba montar. Yo ponía dentro de una mochila cuyos tirantes colgaba a la silla de montar seguro de que no faltaba mi sotana, ni el vino ni las hostias. Con las prisas de ir a descansar después de confesar hasta muy noche y también por la mañana, al ir a disponer los ornamentos me percate de que no habían llegado y viéndome sin ellos inmediatamente mande al encargado para que los consiguiera de parte del señor Cura. Llegó de regreso entre tres y cuatro de la tarde con el mensaje de que me regresara sin decir la misa. Yo de inmediato deseche semejante orden pensando que era injusto para la gente ser castigada de esa manera cuando el castigo era exclusivamente de mi propiedad. Les explique que si estaba faltando en desobedecer en mi conciencia me sentía obligado a hacerlo y que para la santa misa no eran indispensables los ornamentos sino el pan y el vino para consagrarlos y darles la sagrada Eucaristía. El señor Cura salió de vacaciones a Acapulco pasando por Morelia donde sin duda consiguió mi cambio de parroquia casi inmediato, sin duda ya le había colmado el plato como él decía de mí, este padrecito luminagua. Fue interesante mi primera experiencia ministerial que terminó lo mismo que se inició sin esclarecer el sentido del chiste que reímos tanto el señor Rector del Seminario como el señor cura Barbosa. Yo les comentaba que el primer párroco para un vicario es como la experiencia de hacer un caballo a la rienda, y ellos no me entendieron quien era quien lo hacía de caballo montado y quien manejaba la rienda si el cura o el vicario. Con tanta duda yo también me quede dudoso y confundido. <br />Corolario poético<br />La poesía de mi vida estaba desbordante de fervor, autenticidad y sinceridad con una entrega plena y total a la mística del celibato que me identificaba con la pureza sacerdotal de Cristo como humilde aspiración a su ministerio orientado a la salvación del mundo. También fui aprendiendo a confrontar la divergencia del ideal de la espiritualidad y la doble realidad por verificar midiéndome a mí mismo en mi capacidad de actualizar lo que soñaba. <br /><br /><br />Rapsodia octava rumbo a la parroquia de Huaniqueo en Michoacán<br />El párroco de Huanuqueo don Jesús Juárez era un hombre de Dios en su integridad varonil llena de austeridad y en su rectitud y sentido de autentica espiritualidad sacerdotal. No podía ser más afortunado si en realidad deseaba la orientación como modelo a seguir de quien sinceramente desea servir a Cristo en el sacerdocio. El había trabajado como vicario en la parroquia de Apaseo y conocía y apreciaba a mi familia. Además conservaba viva la imagen de mi tierra natal porque su hermano Juan Juárez y su familia vivían allí y naturalmente se seguían frecuentando. El padre Juárez tenía especiales lazos de amistad con el padre Manuel Castro, con quien yo hacía consultas sobre mi vida espiritual como seguimiento a su dirección en este terreno hasta mi ordenación sacerdotal. El se ofreció a acompañarme personalmente en mi primera entrevista y llegamos a saludarle desde el seminario de donde partimos hasta la parroquia a la que yo había sido nombrado como vicario. Por cierto yo iba manejando el carro volgsvaguen que mi padre me había obsequiado. Me entere de que iba a ser bien venido como miembro de su familia prácticamente, viviendo bajo el mismo techo de la misma casa donde él vivía y donde a la entrada también tenía la notaría parroquial. Sus familiares le hacían pie de casa, y eran su mamá, dos hermanas y la maestra de la escuela parroquial y en tiempo de vacaciones un sobrino, a más del hermano de la maestra cuya estadía era menos corta que la de su sobrino del padre Juárez. Después de mi visita inicial el regreso a mi nueva parroquia tardó un poco más de lo programado, primeramente porque yo pedí una semana para hacer mis ejercicios espirituales en la abadía de san Benito relativamente cerca del seminario donde vendrían a visitarme ambos sacerdotes directores espirituales el padre Castro del seminario mayor y el padre Pérez-Gil del menor, a quienes invite a que me ofreciesen su orientación espiritual y ellos fueron magnánimos en corresponder a ella. Y además porque tuve un percance trágico que me complicó hasta cierto punto la misma vida, no porque yo la hubiese perdido, sino una pobre niña de escasos doce años que desgraciadamente atravesó intempestivamente la carretera detrás de un autobús parado a la orilla de la carretera al lado inverso al que yo cruzara con el autobús al lado en la dirección contraria a la que él se dirigía. Ni siquiera tuve oportunidad de frenar como reacción a mis reflejos porque fue cosa de un segundo verla sobre el carro y luego sus ojos inmensos en frente de los míos que no tocaron en realidad el parabrisas. Lo más rápido posible estacione el carro a la orilla de la carretera y me acerque corriendo a donde la estaban atendiendo a punto de recostarla al lado de donde el camión, fuera de la carretera. Yo tuve la impresión inmediata de que murió instantáneamente y fui al carro para traer los santos oleos y ponerme el alzacuello que tenía en el asiento contiguo al del chofer, esto en medio de los insultos de una pobre mujer que era la abuela de la niña y que se imaginó que estaba por emprender la huída. Quedó inmensamente sorprendida cuando me vio regresar con el alzacuello y los santos oleos que me dirigía a administrarle y en el entretanto de los pasos que nos dirigían a la nietecita me dijo que era la presidenta de la acción católica y en vez de seguirme maldiciendo maldijo a todos los demonios que eran nuestros reales enemigos y principal razón de lo acontecido en semejante desgracia. Yo me puse a rezar el santo rosario a la orilla de la carretera y alguien de un carro particular vino hacia mí preguntándome si se me ofrecía algo y yo le indique avisar a las autoridades de la población cercana que era la pequeña ciudad de Huriangato Guanajuato para iniciar los trámites que competen a la autoridad municipal mientras esperaba lo que tuviese que proseguir con la intervención del personal policiaco de caminos. No recuerdo si fue también a quien entere de que comunicara la desgracia a mi padre en mi casa de Apaseo. Enterado de que la niña que recién perdió la vida dejó a su madre enferma y que estaba terriblemente angustiada con lo sucedido fui a su casita para tratar de darle hasta donde fuese posible algún consuelo implorando el auxilio divino para ella y su hijita y lamentando con conmiseración la terrible tragedia. <br />Allí permanecí hasta que intervinieron las autoridades que me condujeron a la inspección de policía y al juzgado de Huriangato. No lo recuerdo pero creo que fue ahí donde eventualmente nos encontramos mi papá y yo y el venía acompañado de mi tío Toño Jiménez, que guardaba muy buenas relaciones políticas con diputados del estado. Estas conexiones son muy importantes para asuntos legales que se desarrollan con mayor agilidad y mejor ventura en las desventuras. Como resultado de las negociaciones iniciales, arreglaron que en vez de ser detenido en la cárcel lo iba a estar en toda la población bajo la custodia inmediata del señor inspector de policía que me hospedó en su casa remplazando mi encarcelamiento hasta el lunes en que se tramitaron los requerimientos legales para estar libre bajo fianza mientras se determinaba el arreglo jurídico y la determinación del juez a cargo de mi caso. De manera que ese lunes proseguí a Morelia y me hospede en la Abadía benedictina vecina al seminario donde estuve una semana en ejercicios espirituales terminados los cuales vino finalmente a terminar también mi pequeña y terrible odisea y llegue a mi destino de trabajo ministerial a la parroquia de Huaniqueo y con el señor cura Juárez.<br />La dinámica familiar en casa del padre Jesús Juárez era de armonía y espiritualidad ejemplar. Sus tres hermanas y la maestra vestían con la discreción austera de la modestia más sobria de imaginar tal vez más allá de lo que sugiere el espíritu cristiano dentro de lo que propone el monacal. Y la madre, en la familia se destacaba no solo por su edad avanzada sino sobre todo por una fortaleza que personificaba el espíritu conservador y tradicional de las costumbres y las virtudes cristianas casi acérrimas. No hubo una sola ocasión en tres años que compartí la mesa con el padre en que alguien más de la familia tomase los alimentos con nosotros. Tenían la cocina tradicionalmente mexicana limpísima y estando al lado del comedor nos servían los alimentos recién cocinados y con la temperatura ideal, sobre todo el café con leche de la mañana y el caldo de la comida. Las tortillas recién terminadas de hacer y los guisos sobrios y sabrosos con su sabor natural moderadamente condimentados. Yo nunca tuve que dar ni medio centavo por todas estas atenciones y servicios que tal vez balanceaban el presupuesto de mis gastos que era modesto en vista de que la parroquia no contaba con los fondos suficientes para costear los gastos de un padre vicario. Entiendo que el señor cura que tenía sus cerdos de engorda echaba mano de estas ganancias para este gasto realmente perteneciente al presupuesto parroquial que sobra decirlo era muy apretado. Yo no tengo la mínima queja de tacañería de ninguna índole en el tópico de la economía. Tanto el señor cura como yo siempre estuvimos conformes con lo que él me ofrecía sin el más insignificante problema de ambas partes. La familia también estaba a cargo del aseo de mi ropa, de mi cuarto que tenia la puerta de salida y entrada al lado del comedor y una ventana siempre cerrada que daba al corral. Cuando tuve mi caballo propio me permitieron usar la caballeriza adyacente a la casa, aunque eventualmente conseguí de una familia amiga nuestra que fueron propietarios del rancho de la Cañada, una caballeriza de la que hacía uso don Germán que la tenía sin ocupar. Considerando que el padre Juárez también tenía su propio caballo, me pareció y así fue que la situación vino a ser más desahogada para ambos animales de este modo. Mis relaciones con toda la familia eran excelentes basadas en un mutuo respeto y una cordialidad no afectada ni exagerada. La autoridad del señor cura marcaba las directrices de sus actividades con la misma actitud que ejercía en su función de párroco de toda la parroquia como su gran familia de la que era celosamente responsable. Era evidente que su celo apostólico se nutría de una profunda vida de oración. Su personalidad austera estaba afianzada no solo en su espíritu de fe sino también en lo vigoroso de su hombría que podía interpretarse como el lado virtuoso del vicio del machismo, en lo cual no hay ningún error sino la integridad consigo mismo de ser todo un hombre. Nos llevábamos de maravilla y nunca hubo ni el menor tropiezo en nuestras relaciones, tal vez por su gran virtud llena de comprensión y tolerancia hacia mí. <br />El atrio del templo situado a una cuadra de la casa parroquial tenía en el centro una hermosa cruz tallada en cantera con los pasajes o símbolos de la pasión. La fábrica de la construcción total se presentaba como una basílica sin crucero y de dimensiones bastas no solo en amplitud sino también en altura. La imagen más venerada era la de un santo Cristo que tenía su propia capilla y al lado del presbiterio estaba una sacristía en armonía con las dimensiones del templo, guardadas las proporciones que son de suponer. Está de más por decir que la pulcritud y la limpieza impecable del templo, superaba la peculiar característica con que se cuidaba con gran celo la casa parroquial. Todos los días nos turnábamos en la celebración de la santa misa por la mañana y el rezo del santo rosario al atardecer. Con respecto a atender el culto y las actividades catequísticas y otras actividades ministeriales en las rancherías hacíamos algo parecido. El padre Juárez se empeñó en atender las rancherías de la Cañada y Tecacho, cuya feligresía era más humilde y apegada a la Iglesia y sus tradiciones. A mí me encomendó casi con una responsabilidad total para desenvolver mi inquietud y celo pastoral, las rancherías situadas al lado opuesto hacia la ciénaga en contraste con las anteriores orientadas al lado opuesto que era el de las montañas entre el Tzirate lejano cerca de Coeneo y la Leonera vecina a Tendeparacua que era una vicaría independiente de nuestra parroquia. El nombre de las rancherías a mi cargo eran la Puerta de Jaripitiro y pasando el Ojo de agua, las Piedras y Huapeo el pueblecito de Mansa.<br />En la época de mi estancia la parroquia de Huaniqueo se encontraba antagonizada por un ambiente en el que la energía de sus habitantes estaba fuertemente polarizada en profundo conflicto de actitud hacia la presencia y la labor del clero y de la iglesia. Parece ser que un incidente puede ser interpretado correctamente como posible señal de que este conflicto ya tenía viejas raíces. Se sabía y se contaba entre la gente que un sacerdote había sido golpeado públicamente a media plaza después de ser obligado a entregar las llaves de donde depositaba las semillas del diezmo que fuera saqueado arbitraria y violentamente. También había rumores que parecían fundados y estos eran más recientes de que dos sacerdotes habían dejado mujeres e hijos abandonados en la cabecera de la parroquia y en algunas rancherías. Aparte de todo esto el espíritu liberal anticlerical era característico entre empleados públicos, a pesar de que por ejemplo don Antonio Hernández que era secretario municipal era un católico sincero de comunión diaria y padre de un sacerdote recién ordenado. Era típica casi en todo Michoacán pero sobre todo en Morelia la actitud anticlerical de la universidad de san Nicolás y los estudiantes llamados nicolitas y Huaniqueo contaba con algunos de ellos. El abuso de quienes estaban en cierta posición representativa de poder o superioridad con cierto poder educativo, político, social o religioso no era exclusivo al pasado ni a los incidentes relacionados con el clero, siendo algo que estaba vigente en el tiempo en el que yo trabaje en la parroquia. Y sobre todo creaba un espíritu de adversidad, de enemistad y de odio agresivo cuya actitud radical y militante estaba enraizada en la ideología de trayectoria comunista y laica implantada fuertemente en el tiempo particularmente de don Lázaro Cárdenas mistificado por algunos de sus fanáticos adeptos. Naturalmente la mejor respuesta a todo esto era el que nosotros miembros y representantes vivientes del clero y de la iglesia como sus ministros, teníamos el imperativo incondicional de ser testigos ejemplares del mensaje de Cristo más que con la palabra con el ejemplo sin tacha alguna. Yo trate de hacer lo mejor posible no solo pensando en Cristo como modelo sino también en la virtud singular del padre Juárez. Tal vez tuve aciertos pero prefiero señalar mis errores para enfatizar la persistente lucha de mi espíritu por superar mis tendencias temperamentales y apegadas fuertemente a la fragilidad humana de mi naturaleza y personalidad.<br />Era un jueves santo y nos quedamos a hacer adoración del santísimo sacramento que siempre pero en este día sobre todo celebra la presencia más definitiva de Cristo en medio de nosotros. Era increíble lo que nos debía de suceder. Un nicolaita provocativo y burlón nos tildó de cobatdes curas y no se que más interponiéndose en nuestro camino, yo lo tome del pecho sobre la camisa y le di un rodillazo en los bajos con este comentario, esto es para que veas que no somos tan cobardes. Lo deje quejándose adolorido y gracias a Dios no intentó con persistir en la reyerta. Realmente este escenario en mi mente pudo ser algo realmente hecho o imaginado tan vehementemente que lo di por hecho. En otra ocasión el maestro del rancho de la puerta que hacía alarde de brabucón vituperando a los curas me dijo en medio del camino cuando yo iba a caballo, yo a usted lo admiro como hombre pero como cura se puede ir al otro mundo. Yo siguiendo su fantochada, comente, es mejor que usted se valla con cuidado porque este hombre del que habla también es el cura y sin remedio. El siguiente caso se refiere al odio violento como prejuicio. Yo invite a dos amigos de la parroquia a un cursillo de cristiandad en la parroquia de Zacapu. El día o más bien la noche que llegamos no tuve oportunidad de encerrar mi camioneta en el garaje y la estacione al lado de la entrada de la casa parroquial. Mi sorpresa fue que al ir a celebrar la misa al abrir la puerta de la calle me sorprendió ver el parabrisas hecho pedazos y era verdad por increíble que me pareciera. Pero el colmo vino a ser algo que por negligencia médica casi me muero de una peritonitis crítica a punto de explotar. Yo padecía desde mi adolescencia en el seminario de agudos cólicos que atendía esporádicamente cuando se convertían en un dolor insoportable. Iban y venían por temporadas y nunca me cure ni me trate con seriedad. Era la noche de un sábado en que el señor cura estaría fuera atendiendo las rancherías que acostumbraba atender y a mí me tocaba atender las de la parroquia y en esta ocasión a los adoradores de la adoración nocturna que a duras penas termine de confesar. Me fui a dormir sin poder conciliar el sueño por el dolor que no pude soportar más, a altas horas de la madrugada. Toda la familia en la casa parroquial se despertó y viendo que no me calmó ningún remedio casero fueron a despertar a dos maestras sobrinas del Doctor Tito Gómez que cuando llamaron no me quiso atender, tal vez entre otras razones por cierto anticlericalismo o por el orgullo de identificarse entre la casta liberal, en este caso malentendida hasta el extremo, sobre todo por su profesión. Las maestras según supe después tuvieron que tomar por asalto su dispensario saltando por la azotea, ya que eran vecinos y consiguiendo una inyección para calmar el dolor que sí trabajó y me trajo alivio. Fue de notar que la persona que me inyectó fue la partera del lugar y dio ocasión a que mis compañeros sacerdotes me hicieran la broma preguntándome si era verdad que fueron mellizos. Por larga temporada desde recién llegado a la parroquia el señor Cura había establecido como obligación de los representantes que él eligió de las rancherías el que viniesen para conducirme a sus ranchos viniendo por mí. Recuero que yo establecí una verdadera amistad con dos de ellos. Américo el encargado de la Puerta de Jaripitiro y Arturo del rancho de Mansa. Ellos también hacían arreglos de donde tomaba mis alimentos y pernoctaba cuando se hacía necesario. Sus familiares de ambas familias establecieron también conmigo un especial afecto y trato de amistad. A pesar de que el rancho de la Puerta era mucho más grande y tenía más habitantes, las personas que acudían al templo para la santa misa y otras actividades piadosas o sacramentales, era considerablemente reducido. La mayoría de las personas de este lugar, excepto algunas familias muy católicas, eran reacios y conscientes adversarios del culto y de las actividades ministeriales del clero y de la iglesia, esto desde el tiempo de la persecución y el cardenismo. En Mansa no era así, sino por el contrario era notorio que teniendo menos población casi toda la gente participaba del culto de la santa misa, sobre todo los domingos, y también acudían de más pequeños ranchos vecinos. Sin embargo, carecían de un templo y el culto tenía lugar en alguna casa particular que en más de una ocasión presentó serios conflictos para proseguir en el lugar. Sobre todo el que se originó como resultado de lo sucedido y sus serios inconvenientes por narrar. Recuerdo el patio de la casa de esta familia en la que cuando estábamos celebrando unas misiones, el dueño fue asesinado a quema ropa a tiro de pistola y el sospechoso que tomó justicia en sus manos, según se murmuraba por asunto de honor andaba huido, y todo este enredo no era indiferente al propósito de la comunidad para reunirse tranquilamente en paz en donde antes del incidente no existía este problema. Un señor que era conocido como don Maca nos prestó un pequeño lote que estaba al lado de su casa en el centro de la población y allí casi en medio de la calle por algún tiempo estuve celebrando la santa misa y atendiendo a quien lo pedía en confesión. Yo me hice particular amigo de este señor y lo convencí de que nos vendiera a la comunidad su pequeño predio a un precio casi simbólico y terminó por donarlo si en verdad yo creía que era factible su construcción. Para esto hay que hacer notar que a mí me encantaba un santo Cristo de tamaño conveniente para poderlo traer de la casita de su dueña a donde se celebraba la misa, era realmente precioso como una joya de arte por su finura bella y su expresión exquisita y delicada. La señora dueña del Cristo también me ofreció donarlo en caso de que yo lograse llevar a feliz término el proyecto de una capilla. El hecho es que puse toda mi energía y creatividad en movimiento y con el apoyo de los comisionados y catequistas logramos la construcción del templo. Yo le dedique un poema grabado en piedra al santo Cristo de la cruz de piedra a quien desprendí de su cruz que me pareció un tanto deteriorada y en un ventanal triangular de ónix que mande hacer con una cruz negra de mármol y sus clavos de plata fue colocado como ventanal que hacía lucir sus líneas bellamente con los tonos de luz que le daban el ónix preciosamente transparente. Esta ranchería de Mansa celebraba como fiesta del pueblo los días patrios del quince y dieciséis de septiembre. En vista que la devoción al santo Cristo arraigó de lleno en la comunidad convenimos en que siendo el patrón del lugar el santo Cristo celebrarían su festividad religiosa los días catorce de septiembre de cada año, día de la santa cruz. Cuando la capilla estuvo terminada yo invite a las madres catequistas guadalupanas en cuya congregación misionera mi hermana Lupita era miembro viviente, consagrada con el nombre de Violeta. La madre Dolores accedió a que diéramos una misión por una semana para establecer la fiesta patronal y bendecir formalmente la capilla que esencialmente parecía terminada. Esta bendición de Dios de mi trabajo ministerial, es algo más que entre otras Dios me concedió y he llevado en mi corazón con singular afecto. Algo irónico al respecto es que después de algunos años toda la capilla fue renovada y reconstruida y ampliada por iniciativa de quienes fueron mis catequistas y las catequistas del lugar. Digo ironía porque el dueño que donó el terreno según supe les comentaba, ya verán lo que tendrá que decir el padre Esquivel cuando se entere que acabaron con su capilla. En verdad me llenó de satisfacción el que lo hicieron porque puso evidencia su dedicación y celo apostólico de lograr algo iniciado por mí y renovado por ellas con el apoyo de toda la feligresía sin el mínimo requerimiento de parte mía. Creo que esto fue el fruto del interés de los padres de estas chicas cuyo liderazgo se afianzó con la educación que asimilaron a fondo en la escuela de campesinas de la Labor localizada en la cercanía de la parroquia de mi pueblo natal ciudad de Apaseo el Grande. Esta experiencia de estas chicas, María Elena Tovar y Aida González de Mansa y Amparito Zavala de la Puerta, hija de Américo fueron realmente señal de un gran triunfo que me permitió la divina Providencia como respuesta de verdadera confianza de los padres de estas chicas por la confianza que yo estratégicamente me fui ganando de ellos demostrándoles también una señalada confianza. La oportunidad de promoverla y de que se desarrollase fue el invitar a mis hermanas que me visitaban de Apaseo a que conviviesen en sus casas como familiares durante el tiempo de su estadía. María Elena hija única de don Chema Tovar dio el paso inicial, cuando le permitió viajar y visitar la escuela con ocasión de una visita que hizo a mi casa invitada por una de mis hermanas. Más tarde Don Chema personalmente invitado por mí se hospedó en la casa de mis padres con motivo de trasladar un becerro fino que crecería como semental y que me obsequió mi cuñado Ernesto para la construcción de la capilla. Yo no recuerdo si lo vendí a Chema que estuvo interesado en tenerlo, porque creo no haberlo rifado como lo hice con el caballo retinto que para el mismo propósito de la capilla me obsequiara mi tío Prócoro. La experiencia de Chema gran amigo mío y todo un caballero, honor del rancho de Mansa y veterinario práctico con gran clientela pasó una noche que no fue del todo venturosa. Como me tenía gran confianza y tanto él como yo éramos muy francos me contó como en medio de la noche se levantó para ir al baño y no pudo regresar a la cama por temor al perro que estaba pendiente de él a la salida del baño. Ya pasado el apuro nos moríamos de risa al recordarlo y felizmente su regreso deseado con el sueño de ver crecer un hermoso novillo fue más venturoso. A mí se me ocurrió que la hermosa yegua que montaba podría mejorar la raza si tuviese un lindo potrillo que crecería entre el ganado en los terrenos de pasto de los que era dueño don Chema. Yo sabía de la historia de un caballo famoso semental en la región de san José de Gracia en los límites de Michoacán y Jalisco. Y no sé en qué arte pero me informe que su dueño era un sacerdote amigo de don Lázaro Cárdenas que sabiendo que el caballo se despaletilló y en vez de sacrificarlo se lo dio como regalo. Fue así como Arturo mi amigo de Mansa con ayuda de su hermano el Chino emprendieron el viaje de ida y vuelta, ellos en su camión de redilas y yo como vigía en mi carrito Volgsvaguen. Este fue el origen de la estrella una linda yegüita que de recién nacida quedó huérfana, porque la granada que era la yegua madre desgraciadamente murió de septicemia. La familia de los Sánchez que contaba solamente con dos hombrecitos, Enrique el mayor y su hermano Antonio tres o cuatro años menor del que yo fui padrino de primera comunión, tenía como cabeza de familia a la medre que se llamaba Margarita y era principal responsable de sostener a la familia, con escasos recursos bien limitados a pesar de ser dueños de la propiedad de Jesús María. El padre dejó el hogar desde algunos años anterior a nuestra llegada del señor cura y mía. Las cuatro hermanas mayores que los niños, no podían hacer gran cosa para aliviar el problema y resolver la dificultad de una escasa economía. De manera que cuando la hermana mayor cuyo nombre era Aidé solicitó mi consejo de si debiera o no trasladarse a Morelia en busca de trabajo y contó con todo mi apoyo. Aunque yo estaba un tanto escaso de recursos le facilite una cantidad moderada pero significativa ante sus circunstancias. Y cuando a los dos o tres meses vino de visita y trató de saldar la ayuda entendiendo que yo me sentí con cierta molestia ante mi deseo de ayudarle, vino a sorprenderme en su siguiente visita con una linda estatua de un hermoso caballo levantado en las patas traseras y lindamente agarrado de la brida por una amazona posando a su lado. Todas estas chicas que eran de muy buen ver e inteligentes siguieron a la mayor en busca de futuro en la misma ciudad de Morelia. Recuerdo que Margarita trabajó en una papelería y le estaba yendo bien según me platicó mi hermana Lourdes que se hizo su amiga. Casi todos los días al ir a misa o salir del rosario nos encontrábamos por estar a la pasada del templo a la casa parroquial y siempre fueron muy atentas y amables. En realidad mi única amistad con ellas era por mi yegua la granada a la que consentían con un poco de trébol cuando yo la paseaba al regreso de mis visitas que hacía a las rancherías, y termine por ser su cliente, pues esta pastura que venía de su propiedad, era una de las fuentes de su economía.<br />El señor cura había elegido como sacristán a un joven cuyo nombre no recuerdo bien, creo que era Miguel y le llamábamos el chino por el estilo de su pelo. Este joven era muy amigo de varias personas y familias clave en la comunidad de Huaniqueo, tanto de quienes tenían que ver en asuntos civiles como eclesiásticos, de manera que era un excelente recurso informativo para el señor cura que amigablemente lo tenía al día sin rayar en la chismografía. Casi todas las familias respetaban y reconocían al señor cura por su integridad y por su labor educativa y su vida ejemplar. Por las mismas o parecidas razones que el doctor, el receptor de rentas presumía militar en la extrema política opuesta, y al parecer con puntos de vista muy recalcitrantes en contra de la personalidad y lo que representaba la persona del señor cura a quien consideraba adversario, tal vez su enemigo. Don Jesús Juárez era consciente de esto y evitó a toda costa cualquier fricción con gran prudencia en su juicio, pero con gran valor en su proceder que jamás dio muestras de incertidumbre o la más lejana sombra de temor en lo que a su juicio era lo que debía hacer, lo cual siempre hacía como cumplimiento de su deber. Por alguna razón todas estas personas como el señor receptor con tendencias liberales me saludaban amablemente y aun con cierta simpatía, sin mostrar señales de hostilidad, incluyendo al doctor Tito a quien nunca confronte en mi favor por faltar a su juramento ante Hipócrates, de quien tal vez no tuviese ni noción. A pesar de que se suponía que yo debiera vivir en extrema modestia, limitado de toda clase de bienes materiales por la situación de la economía parroquial, no sé ni cómo pero al fin de cuentas en los tres años de mi estadía conté con el uso de mi carro Volkswagen, una camioneta Dodge y casi cuatro caballos contando con la cría de la Granada. Yo no tenía para comprar ni sostener adecuadamente el mantenimiento de ninguno de ellos y sin embargo mal que bien nunca a nadie nos faltó nada. Recuerdo que a la muerte de la Granada mi tío que me la obsequiara me prestó una yegua fina con una tremenda charrasqueada en la cara y junto al ojo izquierdo, pero que le afeaba solamente un poco sin afectarle la vista. Cuando me regaló para la capilla un caballo retinto que rifamos en Mansa, se la llevó de regreso a petición mía sabiendo que eventualmente terminaba mi estadía en la parroquia. Y a todo esto olvidaba que también tuve una motocicleta que cuando manejaba en Zacapu la montaba con mi amigo Héctor de quien decían nuestros compañeros sacerdotes que era más loco que yo por hacerlo. Este gran amigo no solo era cuerdo sino finísimo conmigo, pues cuando me invitaba a comer a su casa, su mamá se lucía con sus mejores platillos y él me ofrecía para que eligiera de entre varios vinos. Casi cada mes nos veíamos en la conferencia sacerdotal y cuando me presentó sus amistades, sus amigos se hicieron excelentes amigos míos. Sobre todo la familia Lara me apreciaba y permitió que su hijo Ramón, un excelente muchacho que pidió acompañarme a visitar mi familia. Tuvo la suerte de que se lo permitieron disfrutando lindamente de la experiencia de tres días de visita por el Bajío del estado de Guanajuato. Héctor también me acompañó y en vez de tres días en veinticuatro horas hicimos un viaje parecido solamente para hacer rendir un negocio con el padre Manuel Camacho que nos rentó su carro para atender a al cantamisa, de nuestro amigo David Silva que fue celebrado en la ciudad de Jiquilpan. Nosotros dejamos de atender el banquete por el propósito al que me he referido, al fin del cual nuestro gran éxito fue el de terminar rendidos de cansancio de tan largo viaje en tiempo tan corto. Hay una experiencia inolvidable con este grupo de amigos de Zacapu que se entusiasmaron a escalar la montaña de donde se divisa toda la laguna de Cuitzeo y se levanta sobre la vicaría de Tendeparacua vecina a Huaniqueo. Nos extraviamos en el camino y solamente escalamos hasta la cumbre donde se suponía nos reuniésemos todos, nada más una mujer Cristina mi hermana y casi también Luz María Lara hermana de Ramón que estuvo por llegar pero se sintió agotada. Y de hombres logramos escalar hasta la cumbre un joven de la familia Ibarrola, Héctor y yo, Ramón se quedó atendiendo a su hermana a nuestro regreso. Los perdidos solo llegaron a medio camino según nos contaron al reunirnos en el punto de partida. <br />En la parroquia de Zacapu había unas religiosas dedicadas a su especialidad de servicio social que atendían maravillosamente un dispensario médico en toda la parroquia. La congregación tenía su casa madre en los Angleles de los Estados Unidos en California. Héctor me platicó que me invitaba a acompañarlo y ya lo había propuesto a la madre Celina a cargo de esta visita con algunas chicas interesadas en conocerles. Héctor me dijo que se sentía mejor si yo le acompañaba y en pocos días hice todos los arreglos convenidos aceptando su invitación.<br />El camino en autobús fue tremendamente largo hasta Tijuana de donde partimos a san Diego que fue la primera ciudad donde pernoctamos del lado americano para preparar el viaje a los Anglas. Contemplamos el primer atardecer del punto más saliente del litoral del Pacifico en donde se encuentra la base naval cerca de donde estábamos. También visitamos el zoológico como famoso punto de interés en la ciudad. Llegamos a los Ángeles y nos dirigimos a san Fernando y santa Mónica visitando los lugares de las misiones franciscanas que fue recordar la memoria del gran misionero que si no lo era bien debía, ser san Junípero. En la llegada a ambos conventos se nos dio una sincera y cordial acogida acompañada de un convivio para dar oportunidad de que las chicas conversaran y socializaran en un ambiente juvenil. En los Ángeles visitamos su famoso acuario y el área vacacional en las montañas. A mí me impresionó la visita al monasterio de Vayermo donde conocí a algunos monjes del Tíbet que allí residían indefinidamente, habiendo sido arrojados fuera de su tierra milenaria y sagrada por la invasión comunista china. En esos momentos jamás podía ni imaginar que muchos años después cuando atendí los votos conyugales de mi hija, al dirigir en alta voz una breve alocución mencionando en el monasterio tibetano los nombres de Dios y de Cristo, fui también invitado a salir por los monjes temerosos de la vigilancia china. Partimos para san Francisco para conocer la universidad de Berkeley y la hermosa área de san Rafael. En la universidad conocí un padre dominico que nos dio a conocer un programa de desarrollo humano de la comunidad en que los muchachos participaban en el verano y años después yo le invitaría a venir a la ciudad de Salamanca del lado de la refinería a que nos visitasen para experimentar recíprocamente el posible éxito de su programa. Enviaron nada menos que cuarenta personas sobre todo estudiantes acompañados por una familia. El puente del golden gate como meciéndose allí sobre la bahía aparece a guisa de un palomar de ensueño de seres humanos mirando a la inmensidad sobre el inmenso Pacífico, y pasando luego a visitar el Sausalito, allí donde me prometí regresar sin haberlo planeado, lo cual hice muchos años después en viaje con mi esposa que nunca en aquel entonces soñé tener.<br />En honor a la verdad no recuerdo con plena certeza cuando fue que negocie el cambio de mi carrito volgswagen y me hice de la camioneta pick up de la Dodge. Conjeturo que el trato lo hice en una agencia de carros en Zacapu con un amigo cuyo nombre no logro recordar, creo que su apellido era Sanromán. Lo que sí recuerdo es que hizo el cursillo conmigo y los otros dos nuevos cursillistas que invite de Huaniqueo. El fue muy gentil conmigo, y siempre le agradezco algo que guardo en mi memoria, que en cierta ocasión que venía con mi hermana Enriqueta del Bajío se nos ponchó una llanta y ya avanzada la noche tuvo la amabilidad de hospedarnos en su casa para el día siguiente emprender nuestra marcha a Huaniqueo. Debió motivarme a este cambio el hecho de que el señor cura se hizo de una camioneta de la inernational y naturalmente considerando el estado de los caminos de brecha que tenía yo también que recorrer me convencí de la conveniencia de este cambio. Así fue como me despedí de mi primer carro que por poco va a dar conmigo al lago de Patzcuaro por aquella curva con grava que tome y me fui derrapando hasta que dio semejante voltereta. Gracias a Dios terminó del lado de la cuneta a la ladera de la montaña en vez de seguir hacia el lago del lado contrario a considerable altura. La maravilla de este incidente fue que me serene y logre abrir la portezuela del chofer que estaba hacia arriba en vez de la orientación normal, tanto ella como yo en vez abrir hacia el lado y de sobre el piso y con tremenda abolladura sobre el techo que apenas logre salir. Estaba con las luces prendidas y no recuerdo si el motor ya estaba apagado o yo lo apague. El hecho es que calcule que si lo poníamos sobre las llantas evitaría la intervención de los federales de caminos. Entonces busque el lugar más estratégico para detener a alguien que me diera la mano en el percance y a diez o quince minutos de tratarlo paró un camión de carga cuyo chofer no se en que arte pero como resultado de su ingenio y nuestro esfuerzo logramos seguir el plan de ponerlo sobre las cuatro ruedas. Él le checó el aceite y me dijo que lo echara a andar y sucedió que el motor trabajó de maravilla conmigo como soterrado y hecho medio nudo sobre el asiento por el problema del techo, pero logre llegar a la parroquia donde el señor cura me esperaba desde más temprano muy preocupado, y más impresionado al ver el estado del carro, pero yo sin ningún golpe ni lastimado en ninguna forma. Tal vez a él le fuera más necesaria la copa de coñac que me ofreció casi hasta los bordes. Increíble como sacerdote y como amigo.<br />Las visitas del cardenal Posadas a Huaniqueo y la de mi padre fueron tal vez las más gratas e increíbles que tuve de la estadía en esta parroquia y en la casa del señor cura donde vivía. Recuerdo en particular estas dos visitas porque tuve que conseguir ropa tanto para el entonces padre Posadas como para mi papá, aunque fue por diferentes razones. Fue fácil entusiasmar al padre Juan Jesús a acompañarme por dos días a Mansa a donde aceptó que lo haríamos yendo a caballo. En vista de que la ropa, sobre todo los pantalones de casimir le eran muy incómodos y no apropiados para montar, se me ocurrió y le dije que yo le conseguiría unos de dril para que viera si se sentía mejor. Pensé que don Octavio Huerta que era alto y fornido y de complexión parecida la de uno a la del otro, sería la persona indicada para solicitar lo que necesitaba, a lo cual el accedió de buen grado teniendo un gran éxito mi plan, porque mi amigo que me acompañaría se quedó feliz después de probárselos y ya no se los quitó sino hasta el final de nuestra jornada.<br />Yo estaba feliz de sentirme acompañado de tan apreciable y digna compañía y mi maestro inolvidable y más honorable amigo que he tenido en mi vida me daba la grata impresión de disfrutar esta linda y sencilla experiencia, no solo no mostrando ni fatiga ni fastidio sino todo lo contrario, su excelente humor y su amabilidad franca y espontanea hacia toda la gente que deseaba saludarle y conocerle. Arturo siempre me seguiría preguntando o comentando recordándole con el orgullo de haberlo conocido. Nunca pudo entender cómo fue posible que lo hubiesen acecinado siendo la persona según su apreciación más digna, noble y sencilla que hubiese conocido. La ropa que necesitó mi padre tuve que comprarla en una tienda de ropa vecina a donde vivíamos. Yo me empeñe en que convenía que compartiera conmigo por donde yo andaba acaballo y ya que le interesaba la compra de lenteja le dije que era muy conveniente que podíamos ir por la ruta de los sembradíos hacia la ciénaga por donde estaban los plantíos. Mirando al cielo nublado argumentó que sin duda llovería y mi comentario fue que esos nublados estaban así casi todos los días y no llovía a diario, de manera que era improbable que lloviese. Como las más de las veces según mi abuelo decía que yo era el único que sacaba a mi padre de sus casillas, de manera que montó conmigo a caballo de ida y vuelta como por tres horas, con el inconveniente de que ya cuando estábamos por llegar de regreso se soltó el más terrible aguacero mojándonos hasta la medula de los huesos. Lo interesante de este asunto es que sí hizo negocio y envió a mi tío Bernardo acompañado de mi tío Alfonso de visita en Apaseo manejando dese allí hasta el rancho de la Puerta, donde cargaron después de pesar toda la lenteja comprada. Carlos mi hermano que estuvo visitándome por una temporada de sus últimas vacaciones del seminario, porque fue su segundo año y ya no regresó, aprovechó el viaje a casa y se fue con ellos. Yo no supe de sus peripecias del regreso de las que más tarde me enteraron, porque también los cogió un aguacero que hizo lodazal la terracería del camino y tuvieron que usar yuntas de bueyes y un tractor para salir del atascadero. <br />Mi padre no entendía que mis labores ministeriales de sacerdote tuviesen que ser en lugares tan insignificantes y complicados, contrastando con otro ambiente social y económico mejor desarrollado y alguna que otra vez me dio a entender si tal vez yo no tuviese la capacidad de desenvolverme en ese ambiente, siendo esta la razón de lo que él consideraba ser una desventaja para mí. La verdadera realidad es que a mí me salía del corazón el deseo de servir en estos ambientes más humildes o más complicados y lo consideraba como algo que yo prefería como Cristo lo hubiese preferido. Yo le hable al señor cura a este respecto y le sugerí si podría considerar que me alternara con él y si lo consideraba pertinente trataría de ayudarle en la posible construcción de una capilla en la ranchería de Tecacho a lo cual nunca hizo comentario alguno y yo ya no le insistí más. A partir de entonces empecé a considerar si mi aprendizaje en otros ramos del apostolado sería algo que me beneficiaría para servir a la iglesia en distintos terrenos y diferentes ambientes, especialmente en el movimiento familiar cristiano y en los encuentros conyugales que estaba interesado en aprender. Esto lo platique al Obispo Salvador Martínez Silva que me ordenó sacerdote y a los pocos días aconteció mi cambio para la parroquia de san Antonio que anteriormente era una vicaría a cargo del padre Rafael Campusano de familia charra y famoso jinete del seminario, una y otra cosa cotejaba en un panorama nada extraño, que se relacionaba con mi currículo vacacional, con mi tradición familiar y con mis aficiones. Algunos de mis amigos me preguntaron que me querían complacer haciéndome una despedida y yo les dije que era muy difícil de realizar lo que quería. Ellos se empeñaron en saberlo y les dije que quería ir hasta la punta del Tzirate a tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar y compartir mi música favorita en un pasa día con un almuerzo de lo que se les ocurriese poder llevar. Naturalmente solamente lograron entusiasmar a tres personas más que eran músicos que tocaban instrumentos difíciles de cargar, pero lo hicieron muy a mi pesar, ya que no los pude disuadir que eso era una puntada que se me ocurrió como sueño ideal casi imposible y no como algo real que lo tomaron tan en serio. En realidad me sentí mortificado de ver cuando las subidas se tornaron más difíciles de escalar, ver como se pasaban un instrumento, más grande y estorboso de manipular que el violín en sus dimensiones. Aparte de este inconveniente el frío de la cumbre apenas soportable nos obligó a comer de prisa para regresar antes del anochecer. Valla que fue una despedida maravillosa, de la que lo mejor era el paisaje de la laguna de Patzcuaro y las montañas más altas de Michoacán y alguna que apuntaba hacia el Bajío.<br />Hay algo que no puedo ignorar y que especialmente tengo que agradecer al padre Juárez. Se trata de la forma exitosa en que me ayudó para lograr lo imposible haciéndolo posible. Tiene que ver con Carlos mi hermano que sin duda nació con buena estrella, aparte de que Dios le dotó con una inteligencia perspicaz y una personalidad más que regularmente agradable. Resulta que al salir del seminario estudió la secundaria en Apaseo y sus documentos no fueron procesados puntualmente para ser procesados con las expectativas de una preparatoria para la universidad más seria y formal, cosa que el con la ayuda de mi padre y alguien de la secundaria quedaron de hacer en las oficinas de Guanajuato. Yo por mi parte estaría tramitando su solicitud a la casa Loyola en Guadalajara bajo la dirección y los auspicios de los padres jesuitas. Claro, esto requirió convencer a mi padre de invertir en mi hermano si realmente quería exigir de él que tuviera éxito en sus estudios en vez de perder el tiempo sin real interés en una preparatoria sin demanda hacia él y sin la seriedad mutua de ser productivo y trabajar duro para hacer valer lo invertido y el éxito de su futro profesional. Estoy orgulloso de que lo logre y mi padre decidió costearle sus estudios a ese nivel aunque tal vez por su economía pareciese desproporcionado. El padre Juárez estudió con los jesuitas en Montezuma en los Estados Unidos y fue amigo íntimo del hermano Grajales encargado de procesar la documentación de los aspirantes a la casa Loyola. Los documentos requeridos estuvieron listos hasta después de la fecha límite para ser aceptado y no parecía que existiera forma de resolver el problema porque la matrícula lo mismo que las oficinas para el caso estaban cerradas y nuestra solicitud de prórroga fue rechazada. El padre contactó al hermano Grajales que nos citó en determinado día y hora para introducir más o menos clandestinamente los documentos para hacer acontecer el sorprendente milagro de que sin nadie saberlo de quienes debían y si creyendo todo lo contrario, Carlos estaba inscrito habiendo sido misteriosamente matriculado y estando en la lista de quienes habían sido aceptados. Hasta la fecha él, Carlos no se imagina lo que nos hizo sentir, cuando viajamos desde la madrugada con Rafael, excelente chofer hermano de Arturo y entrando al edificio para arreglar la entrevista desapreció con mi carrito Volkswagen apareciendo hasta las mil quinientas de nuestra tensión nerviosa por el desaparecido que no estaba listo para aparecer donde y cuando debía. Lo bueno es que casi todas las verdes a través de los años las convirtió en maduras, logrando ser no solo un hombre de bien, sino una persona brillante con una gran personalidad empresarial y un éxito capaz de beneficiar no solo a sus clientes sino al personal feliz de trabajar en su empresa. Yo me siento satisfecho de lo poco o mucho que colabore en una labor fraternal placenteramente imperativa a través de algunos años más en que se sintiera apegado a mí, orgulloso de favorecer su desarrollo humano y calificaría también axiológico en cuanto que con palabras y hechos hasta donde pude compartí con él lo importante del sentido de valores universales que son la base de un éxito verdadero en la vida, en la conciencia y en la sociedad. Ya hare mención de esto en sus futuras visitas, venturas y aventuras, a Dios gracias sin desventuras, donde me encontraría después de Huaniqueo que fue en la ciudad de Salamanca.<br />Me complazco en poner al día la inspiración que me determinó a dejar un mensaje como testimonio de mi misión sacerdotal en Mansa y Hunaniqueo dedicando un poema al santo Cristo de la Cruz de piedra, como símbolo de la roca de los salmos que identifica a Dios como roca inconmovible de salvación.<br /><br /> Al santo Cristo de la cruz d piedra<br />Inconmovible roca de la fe Cristo en la cruz<br />Que con amor eterno resucita y nos salva.<br /><br />Divina salvación el alma medra<br />La esperanza de ti que no se cansa<br />Y aquí está Cristo en su cruz de piedra,<br />La paciencia de Dios que no descansa.<br /><br />¡Oh mortal que caminas como hiedra<br />Para abrir su costado con tu lanza,<br />Despójate del miedo que te arredra<br />Por haber traicionado su confianza!<br /><br />Su voz del corazón está llamando<br />Al morir en la cruz crucificado,<br />Amor eterno lo ha resucitado.<br /><br />Cristo el hijo de Dios nos sigue amando<br />Con amor inmortal que nos conmueve,<br />¡La roca de la fe jamás se mueve!<br />Cristo en la cruz<br />Que eterno resucita,<br />Nos sigue amando.<br /><br />Finalmente terminare con una alusión a mi actividad ministerial en esta época de mi vida aludiendo a dos experiencias simbólicas de gozo y de pena, elementos que de lo particular a lo universal siempre acompañan nuestras experiencias vividas. Comienzo con lo de la pena para después sentir en la boca un poquito más el sabor agradable del gozo y su placer. Fueron dos o tres horas de camino abrupto en la oscuridad, como si me hubiesen vendado los ojos, solamente en la distancia se veían unas cuantas lucecitas de una pequeña ranchería que se llamaba las Piedras. Yo que estaba dando misiones en Mansa, debí venir a Huaniqueo a celebrar misa ese domingo por la tarde, para después regresar ese mismo día y continuar con la responsabilidad de la misión.<br />Para llegar más pronto tome el camino más difícil que era el que más me gustaba. Se llamaba el espinazo del diablo y esa noche temía que me hiciese una mala pasada de los tormentos del infierno. Era una subida complicada por lo abrupto de la vereda tanto para subir como para bajar a pie o a caballo hacia arriba o hacia abajo muy desnivelada. Todo esto y sobre todo el bello panorama para mi gusto personal, me fascinaba. La cosa fue que la noche sin luna se me vino encima y confiaba en la buena vista de mi cabalgadura que era la yegua charrasqueada. Resulta que después de tratar y tratar por mil maneras de hacer brincar a la yegua una acequia en realidad no demasiado ancha, se amachó con una terquedad más grande de la que se tuviese reunida la de todos los machos y mulas del mundo, y no logre hacerla brincar. Use la cuarta, las espuelas y hasta el freno dejándola solo con bozal y nada. Finalmente la amarre de un árbol aparte del camino que no fuese vista fácilmente si lograse ser vista en esa oscuridad y trate de seguir la vereda que casi no se distinguía en medio del cerro. Fue terrible cuando me sucedió lo que temía y fue que vine a parar al lado del arroyo donde definitivamente no era posible caminar. Así y con todo me sirvió de orientación mirando en la próxima lejanía las lucecitas de la ranchería. Me caí mil veces y me levante cien mil dando más que pasos, los traspiés sin fin, que deje de contar. Me perdía y me volvía a encontrar hasta que después de dos o tres horas sentí que oía los ladridos de los perros que no me daban el consuelo que más necesitaba para entrar al caserío en busca de ayuda. Logre acercarme a la casita de un amigo, muy buen charro, que se llamaba Celso y me conocía y estimaba. No podía acercarme demasiado por temor a los perros y gritaba su nombre con todos mis pulmones. Alguien debió irle a advertir de mi llamada que atendió después de haberme desgañitado a gritos. Pero padre que anda haciendo por aquí, que le ha pasado. Cuando le entere de mi desventura de inmediato fue y ensilló dos caballos y en menos de media hora ya estábamos de regreso. La sin vergüenza yegua se merecía una charrasqueada en el otro ojo si se pretendiese recordarle el resto de su vida de mi desgracia. No tuvo ningún empacho en brincar la zanja de inmediato y sin problema alguno detrás de los otros caballos, Celso la llevaba cabestreando. Llegamos, pasada la media noche a la casa de Chema que estaba incierto imaginando y preguntándose qué habría pasado conmigo. Y en realidad no había pasado nada, sino un percance de la vida.<br />Todos los años en torno al mes de septiembre en el otoño el paisaje visto desde la altiplanicie camino a Mansa a través de los potreros y pastizales para ganado es una maravilla que se extiende a la vista ante el espectáculo de todos los colores de los girasoles sobre todo color de rosa en miles de contrastes y diversas tonalidades en el inmenso panorama de toda la ciénaga.<br />Me sentía lleno de feliz nostalgia saboreando en un futuro venidero el recuerdo de todos los presentes, sintiendo que el que estaba viviendo tal vez era el último de ellos. Y esta experiencia era apenas la obertura de un extraordinario día en que finalmente estaba por conocer la hacienda del Cuatro vecina a Mansa donde se había trasladado la ganadería de toros bravos de san Mateo tan admirada y reconocida en la historia de la fiesta brava de mi inolvidable patria y sobre todo de mi familia aficionada a los toros desde las generaciones más antiguas de la rama de mis mismos abuelos paternos. El caporal responsable se daba a conocer con el nombre del Santanero. No debíamos de ir para entrar a los pastizales de la ganadería sino Arturo y yo guiados sigilosamente por el Santanero que parecía medir con el olfato los terrenos de los toros y el secreto de sus reacciones estando entre la manada o solitarios alejados de ella. Yo sentía una sensación formidable de arrogante atrevimiento ante lo impredecible, pero confiaba en el conocimiento y la serenidad cautelosa y a la vez connatural por su oficio del caporal que gentilmente accedió a mi deseo de permitirnos experimentar esta atrevida aventura. Nos señaló todos los ejemplares del siguiente encierro para la corrida de Octubre en Guadalajara que yo no me perdería por todo el oro del mundo. Y cuando llegó la ocasión creo que me interese más en identificar a los toros que los lances de los toreros. Como debía regresar a resolver mis pendientes en la parroquia, disfrute como un derroche de plenitud estética cabalgar por la montaña viendo el paisaje del atardecer tan bello o mucho más que el de la mañana con la puesta del sol y después del paulatino advenimiento del atardecer y la caída del sol contemple el encenderse la noche infinita llena de estrellas tan lejanas. Me hubiese gustado contar con la eternidad para despedirme de Mansa.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-84316710277241905522012-03-31T15:31:00.000-07:002012-03-31T15:34:10.955-07:00Axiologia de los valores sacerdotalesAxiología de los valores sacerdotales como ideal<br />Y su actualización a la realidad<br /><br />Rapsodia nueve. Seis años de ministerio en Salamanca<br />Exordio tercero<br />Todas las actividades laborales del ser humano comparten la misma dignidad en cuanto que son un servicio para el bien personal y social de la humanidad incorporándolas dentro del orden de la naturaleza como que es la obra del Creador y su divina Providencia. El ideal puede ser considerado como una meta inagotable de estímulo hacia un objetivo de perfección que estimula a su actualización en un contexto en el que jamás se extingue, siendo fuente de inspiración y realización en la vida humana. En este sentido la actitud laboral dignifica a la persona no por la categoría del oficio y sus funciones en sí mismas sino por la recta intención y la autenticidad de realización de parte de quien decide desempeñar la actividad o el oficio que se propone. Si eres un barrendero tu objetivo es ser el mejor barrendero del mundo, y sin duda serás más digno que si fueses un magistrado y tu propósito no fuese el de ser el mejor magistrado del mundo. El destino del hombre es tan grandioso como lo define Cristo. Sed perfectos como es perfecto mi Padre celestial. Aunque parce absurdo. ¿Quién puede realmente ser tan perfecto como Dios el único absoluto y necesario en su esencia y existencia? <br /> <br />Nadie como Tú agota el ideal<br />De ser quien eres, ¡perfecta realidad!<br />¡Oh ser divino de tu divinidad<br />Y único absoluto, tu ser real!<br /><br />Nuestro ideal debiera ser el de orientarnos por este hecho de la fe y de la razón iluminado por la luz del mundo que es Cristo y que declaró para todo mundo: “sed perfectos como mi Padre celestial es perfecto.” Y algo similar enuncia la filosofía idealista de la crítica de la razón práctica en el postulado maravilloso de actuar de tal manera que nuestro comportamiento, en este caso laboral, sea tal que sirviese de modelo de comportamiento a cada quien en el mundo que desempeñase tal función o tal oficio. “Vivere summe Deo” y “Ad majorem Dei gloriam” son un corolario de esta increíble e inmensa verdad anunciada por Cristo y realizada por El.<br />Experiencia en la parroquia de san Antonio<br /><br />A sabiendas de que toda comparación es odiosa me atrevo a decir que el ejemplo del padre Juárez en su función sacerdotal tenía este espíritu y dentro de su propia personalidad cada quien con lo suyo, lo mismo sucedía con Rafael Campusano con quien compartiría mi ministerio sacerdotal en la vicaría que fue y vino a ser parroquia de san Antonio, realmente, una verdadera parroquia adyacente a la más antigua de la ciudad de Salamanca, llamada del Señor del Hospital, dentro de la jurisdicción de la arquidiócesis de Morelia. Yo había conocido a Rafael Campusano desde mi experiencia de seminarista y recuerdo que venía con el grupo de filósofos del seminario mayor al menor, cuando nos reuníamos para la lectura de las notas obtenidas en los estudios de nuestra formación académica al final del año. También le recuerdo porque en Erongarícuaro a más de montar en los jaripeos, más de una ocasión le vi a caballo y me imagino que fue de allí de donde se me ocurrió la idea de cultivar una relación de amistad con quienes en el pueblito, eran dueños de buenos caballos. Con respecto a lo que debería aprender de él en cuanto a mi trabajo que lógicamente era la colaboración del suyo, el tópico era de esencial importancia y de sumo interés, relacionado con la responsabilidad asignada oficialmente por la sagrada mitra de la arquidiócesis, haciéndome corresponsable con el de la cura de almas adjunta a la actividad de nuestro ministerio en ese lugar. El padre Adolfo Garduño había sido su colaborador anterior a mi nombramiento, de manera que lógicamente yo estaba asignado a fungir satisfactoriamente en lo que habrían sido sus obligaciones, que me pertenecían desde el día de mi llagada según él lo decidiera. Había tres templos en los que se celebraba la liturgia y uno en construcción, al cual yo fui asignado como colaborador con la persona asignada que vivía a media cuadra del templo dedicado a san Martín de Porres, y era la señora Ogarita, una fina y distinguida persona esposa de don Gustavo Ugarte que trabajaba en la refinería. Los otros tres templos eran desde luego, el del Sagrado Corazón aun no terminado del todo, pero en completa actividad en el corazón de la refinería, tan importante como el de san Antonio que era realmente el templo parroquial, con la notaría al lado del templo como parte de la construcción adyacente en la planta alta y baja con la casa parroquial y el cuarto de una pequeña imprenta. Finalmente había el templo más antiguo que era el de san Gonzalo al lado de la vía del ferrocarril, entre lo que fue la población de Salamanca inicialmente sin esta área como lugar en el cual se estableció la refinería. Este templo tenía un atrio que fungió como cementerio, y aun se veían una serie de tumbas que parecían las ruinas de lo que antes fueron. La liturgia y actividad religiosa no era tan intensa en san Gonzalo, como la de los otros templos de la parroquia, al menos en el tiempo que yo estuve trabajando con el padre Campusano. Entiendo que tal vez por disposición de el mismo, en esa área del cementerio actualmente está la tumba en la que yacen los despojos venerables del padre Campusano, de lo cual me entere por una visita que hice al padre Paco García a cargo de san Gonzalito, quien fue compañero de estudios del padre Rafael. El, siempre estuvo delicado de salud, a pesar de su singular fortaleza. Dado el caso de que compartíamos los alimentos a diario, yo me percate que con demasiada frecuencia tenía problema para pasar con normalidad los alimentos, y eventualmente tuvo que someterse a una traqueotomía, sin un alivio significativo. El estuvo hospitalizado en la ciudad de México, y sucedió que un día nos propusimos ir a visitarle. Yo conduje en mi carro a la pareja que era responsable del movimiento familiar cristiano, el matrimonio de Jorge y Margarita Amor, tal vez más ansiosos que yo de verle. Algo que nunca pudieron olvidar y con frecuencia me lo recordaban, aludiendo al caso e intercalando un tono de seriedad y broma, comentando que todo el camino se sintieron con los nervios de punta, porque les pregunte que si un carro que percibía en la distancia iba o venía. Esto me hace recordar algo similar, el de otro acontecimiento relacionado a este que me sucedió con René Muñoz que había filmado la película de san Martín de Porres. Cuando le invitamos con Ogarita, accedió en venir a colaborar y en ir al mercado donde se organizó una colecta para la construcción del templo a cargo de nosotros para su construcción y dedicado a este santo. Yo que tenía que regresar a las doce en punto que era la última llamada a la misa que iba a celebrar en el templo de san Antonio, logre llegar exactamente a tiempo. El debía estar desvelado y quizás durmió después de haberlo recogido en el hotel de la Soledad de Morelia, unos minutos antes de las once del día. Su pregunta a la llegada fue, oiga padre un burro que vi cruzar la carretera sí se atravesó o estaba soñando. <br />El padre Campusano tenía muy bien organizadas todas las actividades de la parroquia que eran de distinta índole y reflejaban su sentido de orden y su creatividad, inspirada en su celo apostólico y sus dotes singulares, sobre todo marcadas por el carisma de su personalidad. Yo giraba en torno a su programa de acción lo mejor que podía, tratando de no interferir con sus objetivos, sobre todo los más esenciales que llevaban su sello personal. El siempre estuvo a cargo de compartir la tarea de enseñar a los feligreses que atendían a la misa de la mañana en san Antonio y les daba unos puntos de meditación. Su liderato de ambos movimientos el del movimiento familiar cristiano y el del cursillo de cristiandad y sobre todo el tercero, para la juventud, que era el de la organización del grupo scout, era evidente y admirable en cuanto que se caracterizaba por un perfecto equilibrio de manera que sus líderes asumían un sentido de responsabilidad como si todo dependiese de ellos, y sin ignorar su dependencia bien consciente en conexión y armonía con el liderato del padre. El sentido espontaneo y natural de una constante comunicación parecía ser su secreto del éxito de estos movimientos, que parecían moverse y se movían en realidad como inspirados por él y fortalecidos por el entusiasmo de su inspiración y celo autentico de hacer el bien. Mi interés de aprender contaba con una escuela viva, que me sirvió para una labor que el destino o la providencia me, pusieron al frente de lo que tuve que hacer años más tarde en el apostolado hispano en la ciudad de Rochester Nueva York. Algo muy interesante del padre en su estilo más concreto de educar y hacer el bien, relacionado con su creatividad laboral, sucedía con sus programas laborales. Yo conocí dos de ellos, uno el de imprenta del cual era responsable un joven que en realidad bien muchacho, conocido con el nombre de Goyo. El se encargaba de la impresión de la hoja dominical y algunas otras impresiones que tenían lugar bajo la revisión del padre. Y el otro programa de las colmenas y la miel a cargo de mi gran amigo y siempre extraordinario amigo de don Rafael el famoso gato Ibáñez, que con esta experiencia se introdujo y se preparó para otros cometidos que le presentó la vida. Estos dos ejemplos atestiguan esa realidad, relacionada con su determinación de poner más que un grano de arena en el futuro de los muchachos, que cuando mostraban interés el siempre les brindaba la mejor ayuda.<br />Algo que nunca olvidare fue la emergencia que tuve sobre mi problema del dolor del vientre, que en este caso se diagnosticó como una verdadera emergencia. Una hora más tarde de no ser operado de inmediato por el doctor y cirujano de nuestra familia en el sanatorio Margarita de Querétaro, en cualquier momento, estaba por convertirse mi apendicitis en una terrible peritonitis de la que no me hubiese salvado. Fue el comentario del doctor Paulín al terminar mí operación. Mi padre había decidido que me atendiesen en Querétaro y lo prefirió a la Refinería en su hospital o mejor dicho, al hospital de la refinería que sugiriese el padre Rafael. Cuando desperté de la anestesia, vi primero que a nadie al padre Campusano acompañado por el gato Ibáñez, siendo una experiencia que recuerdo con gratitud y nunca olvidare. Como tampoco olvido que en el cuarto vecino al mío, había un recién nacido que lloró toda la noche, de manera que yo me escape del hospital y me fui a casa la mañana siguiente, ignorando la queja de que me había ido sin pagar. Claro que mi padre jamás me permitió robar. Por las dudas señalo que esto es una broma de la vida, aunque parecería verdad sospechosa. <br />Yo nunca fui tan querido como el padre Rafael ni pretendía serlo, aunque de vez en cuando me sentí distinguido de manera peculiar por algunas de mis amistades, como las del restaurante de la Toscana situado entre san Antonio y el Sagrado Corazón, que me distinguieron con un afecto extraordinario que databa de mi niñez, ya que la señora Elena me llamaba compadre porque nos hicimos compadres un martes de carnaval, siendo yo un escuincle y ella toda una deslumbrante señorita de mi pueblo natal. Se casó con el señor Tenorio y eran los dueños de su negocio y les iba muy bien. Yo me sentí alagado de ser invitado a celebrar la santa misa y dar la primera comunión a su hijita mayor. No tengo la más mínima queja de todos los feligreses que amaban de verdad al padre y a mí también me ofrecían su afecto y trato cordial. Otro amigo que conocí fue don Justino Arriaga, que conocía muy bien a mi padre y habían hecho negocios que muy pronto supe por experiencia también los haría conmigo. El tenía un carro Valiant precioso, con asientos de piel de cubo en rojo, de color blanco la carrocería y el toldo cubierto en color negro. Lucía elegantísimo y aunque ofendía la modestia de la que tal vez yo careciese, me gustó tanto que cerré el negocio saliendo de mi camioneta Dodge, que no me era tan necesaria como me fue en Hunainiqueo. El comentario de la hoja dominical hizo alusión a esto en sociales, comentando que el padre Esquivel mandó pintar las calles de Salamanca para desfilar con su carro Valiant Acapulco. El padre Campusano que de vez en cuando recibía a su hermano de visita, también tuvo la gentileza de recibir a mi hermano Carlos en más de una ocasión. Carlos gozaba de lo lindo el que yo le consintiese y con gusto complaciese los más de sus gustos. Desde luego que uno de sus favoritos era el de pedirme las llaves del carro Valiant, para darse una vueltecita que resultaría ser tremenda vuelta hasta el Jaral cerca de Cortazar, corriendo el carro en carreras que siempre ganaba poniéndole gas avión según muy tarde me informe, porque un mecánico me dijo al medirle la presión de que este carro está sobre corrido. El disfrutaba de manejar una moto marca Islo que yo tenía, y Patricia que era novia de Mario, mataba de celos al novio prefiriendo a Carlos, para divertirse solo como amigos paseando en la moto con él. Y no tuvo más remedio que aprovechar su mayor experiencia con ocasión de un baile en Petróleos. El propósito fue sin duda de evitar las preferencias de su novia en el baile, e invitó a Carlos a un trago en la barra, de manera que se convirtió al fin de cuentas en su primera borrachera de la que yo me entere, porque cuando llegó estuvo volviendo el estómago el resto de la noche. Es interesante el aspecto poético de sus aventuras de mi hermano, que se le declaró a Beatriz Amor, hija del ingeniero Amor y Margarita, recitándole un soneto que yo había escrito muchos años atrás y no sé como paró en sus manos. Mi contacto familiar con mis padres y hermanas en Apaseo era mucho más frecuente que en las parroquias anteriores. Mi madre que tenía gran sentido del humor en ciertas ocasiones me sorprendió con su criterio más rígido de lo que me imaginaba. En una ocasión en que vino a visitarme yo salí al atriecito del templo de san Antonio en playera, y doña Guille me hizo la farsa de chiflarme desde el balcón, sin saber ni imaginar que mi madre se percató de esto mismo que yo mismo ni notaba y que me dejó sorprendido por su reacción, al oírle haciendo un comentario de verdadero desagrado. Yo le dije que era algo del todo inocente y me dijo que no le veía ninguna gracia. Este atriecito de san Antonio se estaba convirtiendo en un lugar de conflicto para mi mamá, porque habiendo sido vista por alguna feligrés, yo le platique de esta persona que se vino a confesar y me hizo este comentario, que creo puedo compartir sin revelar el sigilo ya que sin decir el pecador digo el pecado que ni siquiera lo es aunque no a juicio de mi madre que si lo fue y muy grave. Se trata de que el penitente confesara que había visto a una señora que me diera un beso al saludarme y pensó esta señora debe ser la mamá del padrecito porque está tan trompudita como él. Increíble pero cierto, ella se sintió ofendidísima, más seriamente de lo que yo imaginaba.<br />En una de mis visitas a mi familia me recordé de mi experiencia de los amigos anónimos de la universidad de Berkeley que tenían un grupo en Apaseo. Parece ser que el doctor Cabrera apoyaba el proyecto y tal vez lo promovería porque conoció a su esposa que pertenecía a este grupo anteriormente, se enamoró y se caso con ella que se mudó a vivir en mi tierra apasense dese los Estados Unidos. Lo mismo que al doctor Cabrera aconteció con Nacho Estrella casado con Coleta, una americana de este grupo que también repitió la misma historia. Judy la esposa de Toño Oliveros primo mío era un caso parecido. Estaban buscando familias para que apoyasen el programa y yo motive a la mía de Apaseo, sobre todo, a Dolle mi hermana y a mi papá que una vez que aceptaron tuvieron a Jaky, una chica de los Ángeles que formó parte de la familia ese verano. En estas circunstancias le propuse al padre Campusano el proyecto para Salamanca considerando que desarrollaban una labor social y que la comunidad tradicional de la parroquia era pobre, en contraste con las familias petroleras, bien las de los ingenieros en el aspecto profesional o de los obreros con sus plantas que les garantizaban estabilidad laboral y económica. Pensé que un movimiento de conciencia social podría acarrear algún beneficio a la integración comunitaria. Como resultado aceptó que le entrevistase el padre capellán del grupo y llegaron a un acuerdo para que ese verano el proyecto se estableciera en la parroquia de san Antonio. El ingeniero Amor y su familia a instancias mías aceptaron a Joane Prola, una chica de origen hispano italiano de san Francisco a quien conocí en Apaseo y quien iba a pertenecer al grupo de Salamanca. Ellos estuvieron felices con ella y sin queja alguna viéndole como modelo en la familia, hasta que vinieron sus primeros compañeros que le invitaron a Acapulco a donde ella invitó a amigos mexicanos que estaban de vacaciones de la universidad, y a partir de entonces comprendieron que era necesario hacer algunos ajustes después de los días de sus sueños dorados. Yo me hice amigo de Tom que apenas había cumplido sus dieciocho años y lo invite a cabalgar en el rancho de don Justino, que tenía hospedada en su rancho a toda una familia que vino con el grupo de Salamanca. Tom corría por el monte con mucho entusiasmo y no controlando su cabalgadura, se metió entre unos matorrales bien altos y llenos de espinas, de manera que se bajó del caballo y en calzoncillos, bajo el sol estuvo observando lo espinado que estaba, tratando de sacarse las más que podía. Me parecía interesante la ansiedad de Tom por ponerse una borrachera con tequila, para celebrar sus dieciocho ya que no tenía prohibido el uso del alcohol. Yo, recordando que sin escrúpulos lo había abusado por primera y única vez a los ocho años. Contrastes de cultura y de personalidad tal vez... Un amigo suyo que no dejó en mi memoria su nombre si dejó la imagen real de la reacción de los muchachos americanos ante la guerra de Vietnam, cuando dijo que no tenía otra alternativa que la de morir en la guerra de muerte rápida, o decidir la muerte paulatina del matrimonio. Don Justino me hizo el comentario de que haciendo números, la inversión del proyecto pudiera ser más fructífera con otras alternativas. El hecho es que mi impresión personal fue que los muchachos tenían más juntas y reuniones que hechos reales, lo cual tal vez lo justificaba el de que su objetivo inmediato, no eran estos sino el de promover el liderato y el espíritu de comunidad, responsable del desarrollo del bien común en la sociedad para identificar sus problemas y bregar en resolverlos. Creo que ellos, se beneficiaban mucho más que la comunidad con esta experiencia. El hecho fue que el movimiento lo mismo que el proyecto que terminó su visita, concluyó totalmente, y ya no tuvo ninguna otra oportunidad.<br /> Lo que para mí era una nueva experiencia ya era viva realidad cuando yo llegue a la parroquia, y esto era el modus vivendi familiar del padre con la presencia de la familia Velázquez, bajo el liderato de su matrona que era la famosa señora doña Guille, así llamada por afecto, apreciativo de doña Guillermina y con un tono de sana ironía, la señora Williams, cuyo título, no sé de dónde se originó. El padre Campusano era su adoración, sentimiento compartido por toda su familia sin excluir a su marido don Isauro y por supuesto a todos y cada uno de sus hijos e hijas incluyendo a Carmelita, que se recibió de Arquitecto y andaba explorando entre otras cosas trabajo por la Argentina. Tengo la impresión que no exagero si digo que el gobierno y actividad parroquial, se movía no solo entre san Antonio y sus templos, sino que también estaba de por medio la casa de la familia Velázquez. Y todo esto con un sello de sincero sentido apostólico romano de apoyo incondicional a la labor del padre, realmente extraordinaria. A mí me costó trabajo adaptarme a esta dinámica, que contrastaba radicalmente con la que viví en Hunaiqueo con el padre Juárez, con su familia y con el ambiente parroquial. Como el padre Campusano se ausentaba por temporadas más largas por su enfermedad, el padre Navarrete acostumbraba venir a ayudar desde el tiempo del padre Garduño en mi lugar entonces siendo vicario de san Antonio. Yo conocía muy bien a Kiko Nava, que así le llamábamos, y era nuestro portero de fut bol en mis inicios de futbolista, cuando llegue al seminario, yendo el tres años delante de mí en su llegada, pero compartiendo con nosotros más pequeños con toda naturalidad, dada la dificultad que sobrellevaba como si nada, a pesar de las consecuencias de una poliomielitis no superada desde su niñez. Yo le tenía en gran estima que era nada comparándose con la estima en que le tenía la familia Velázquez que suspiraba por su llegada. Francamente mi sentido de virilidad no era para adaptarme indefinidamente a los arrumacos, que tal vez estaba cansado de sobrellevar. Conociendo mi temperamento me di cuenta de que las cosas podían tener una confrontación que era más prudente evitar. No quiero acusar a nadie de ninguna mala intención en sus relaciones amistosas y familiares. La verdad es que no casaban conmigo, siguiendo el decir de mi padre de no hacer cosas buenas que parezcan malas ni viceversa. Como Patricia hija de doña Guille era la consentida del padre Campusano, la hermana menor que por cariño llamaban la Chulina había sido consentida del padre Garduño y en sus visitas, lo era del padre Navarrete. En medio de esta dinámica yo me sentía candidato ridículo de consentir y tal vez disputar ocultamente la primacía sentimental a la llegada del padre Navarrete y todas estas ridiculeces por ser aclaradas podrían acarrear efectos preferibles de evitar. Tal vez yo sentía ahogarme en un vaso de agua y aun así lo preferí evitar.<br />Considero que esto no sería para el bien de la parroquia, pero desde mi punto de vista era algo que yo veía como un mal menor como solución, con la necesidad de ponerlo en mejores manos. Hable en Morelia con el padre Castro que me recomendó que fuese más prudente y no consultara con el señor Sotelo encargado de los negocios de la mitra, que a mi parecer era a quien competía el asunto de ver por la parroquia ante la serie de problemas que según yo veía requerían mi ausencia temporal o definitiva tal vez inmediata. Yo persistí con la idea de que es mejor un grito a tiempo que cien después y hable con el señor Sotelo, exactamente presentado el asunto tal cual descrito y estuvo de acuerdo conmigo, en que me tomara unos días libre y el solucionaría la situación de la atención a la parroquia. Antes de terminar el año recibí mensaje de la sagrada mitra. Se me ordenaba presentarme al señor cura Luis Flores como vicario suyo asignado a la parroquia del Señor del Hospital de la ciudad de Salamanca a su responsabilidad.<br /><br />Comentario sobre un viaje a Nueva Orleans <br />Me he olvidado si sucedió al final de mi estancia en san Antonio o al inicio de mudarme a Salamanca. Me refiero al viaje que hice con el padre Juan Posadas que también invitó al padre Manuel Pérez- Gil a Nueva Orleans y que iniciamos volando de Morelia a Matamoros. Allí saludamos al padre Sabás Magaña, recién consagrado Obispo de esa diócesis de Matamoros. Y aparte de él un compañero mío de estudios, Simón Ríos que trabajaba en esta diócesis, nos ofreció también su acogida hospitalaria y nos invitó a ciertas excursiones o incursiones del lado americano visitando Harlyngen y san Antonio. Un sacerdote americano amigo mío de cuyo apellido me olvide, el padre George quien era capellán militar, nos invitó a cenar en la base naval de san Antonio Texas siendo exclusiva para los militares, haciéndonos sentir realmente este ambiente tan exclusivo. Recuerdo que la visita del presidente Kennedy estaba programada para el siguiente día en san Antonio, después de su llegada a Dallas, lo cual no tuvo lugar por la tragedia de su terrible muerte. Esto aparentemente estuvo a punto de complicarnos nuestro regreso a Matamoros, si se cerrase la frontera lo cual no aconteció. Y al tiempo de emprender nuestro vuelo a nueva Orleans del aeropuerto de Brownsville, tampoco tuvimos ninguna dificultad. El plan del viaje era de visitar a la familia de Bob Redman y Anita Iturbide hermana de la señora Cristina Iturbide viuda de Bernal y vecina nuestra desde cuando yo era seminarista, que vivía bien cerca del seminario. En realidad no sé si el padre Pérez- Gil o más bien el padre Posadas fuese su director espiritual o simplemente su amigo. El día que llegamos al aeropuerto nos recibieron cordialmente y después de asignarnos nuestras habitaciones para descansar del viaje acordamos que nos llevarían a la iglesia a la que ellos acudían, donde celebraríamos la santa misa por la mañana. El sacerdote que era el colaborador del párroco a cargo de la rectoría parroquial, nos invitó a un tour que nos ofreció dar en un avión a su disposición en el aeropuerto, volando sobre el Mississippi y sus ramificaciones panorámicas en el delta del río hacia el mar. Quiero dejar bien claro lo sorprendente, el padre a quien me refiero era quien piloteaba este avión y lo hizo a la perfección, por supuesto que aceptamos su invitación y el tour fue una verdadera maravilla feliz .Yo comparaba mi afición de disponer de mi hermosa yegua, cabalgando por los campos y montañas de las aéreas donde trabajaba con el placer de este sacerdote coadjutor que disponía de su avioneta, y guardadas las proporciones, me sentía dichoso de lo mucho que modestamente con lo propio y le brindaba a mis amigos y familiares algo parecido dentro de mis posibilidades. Nos tocó compartir con esta bella familia la celebración del día de gracias. Me quede impresionado de la responsabilidad tomada tan en serio por el señor de la casa de partir y repartir el pavo y hacerlo con tanta destreza. No podía imaginar ni a mi padre ni a mí mismo, eventualmente en mi propia familia el poder hacer lo mismo, que para hacerlo se requiere la convicción cultural y el espíritu de la tradición para hacerlo tan bien. Los niños tuvieron muchos proyectos de tarea para hacer que andando el tiempo observe en mis propias hijas cuando atendieron a la escuela parroquial en Rochester Nueva York. El señor Redman a más de ser representante elegido no sé si al Congreso o al Senado también daba o había dado enseñanza en una cátedra en la universidad de Tubinga. Las señoras que fueron de compras al centro de la ciudad y a las aéreas de prestigio comercial, nos invitaron en caso de que gustásemos hacer alguna compra, y nos invitaron a compartir el típico lunch o almuerzo ligero en el área de las tiendas. La que más recuerdo es la de Maison Blanch. Me pareció extraño y a la vez particularmente peculiar lo del padre Pérez-Gil, que compró dos o tres perfumes para regalo, y que después observando los escaparates de bellísimas joyas, comentó que raramente se les compraban a las esposas, y más bien eran compradas para las amantes de los enamorados capaces de costearlas. No estoy seguro de su autoridad en este tópico que no pertenecía a la dirección espiritual, pero es posible que su sicología del ser humano le diera ciertas credenciales. Nuestro regreso a México fue en vuelo directo de Nueva Orleans a la ciudad de México, y como nuestra visita a la calle Bourbon me pareció un tanto superficial, eventualmente regrese con mi familia para disfrutar del gusto típico de la música, la cocina y el ambiente nocturno con su característica nostalgia, el sabor a Francia que es una gala de Nueva Orleans, esto ya cuando estaba radicado en Rochester Nueva York algunos años después.<br /><br />Rapsodia diez. Parroquia de Salamanca cinco años de ministerio. <br />El señor cura Luis Flores tenía fama de ser una persona de inteligencia nada común. Tal vez esto fuese verdad pero a mí me impresionó más por su sincera franqueza y sentido humano de la realidad. Contaba con una serenidad que me atrevo a identificar como socarrona en el buen sentido de la palabra si lo tiene, y además me parecía verle capaz de conservar dicha serenidad a toda prueba. De pronto yo no tenía adonde hospedarme porque las casitas adjuntas a la parroquia en la esquina de Pípila cien que sería mi casa más tarde aun no estaban listas para ser ocupadas y serían respectivamente para el padre Alcántar y el padre Tapia, anteriores a mí. Había un cuarto tal vez disponible para mí en el centro de ancianos de una localidad llamada la Conferencia que atendían unas religiosas. El padre Téllez capellán de la hermosa parroquia barroca llamada antigua, que no vivía allí, sino en esos cuartos de la Conferencia, de los cuales tenía que decidir si uno de ellos fuese una posibilidad para mí si no lo ocupaba y entonces podría disponer de él y claro, seríamos verdaderos vecinos. De manera que fue allí que me instale, no recuerdo si de inmeiato o después de algún tiempo, porque el padre Antonio Tapia me había rentado un cuarto de su casa, lo cual pudo ser, pues recuerdo que viví allí una temporada y debió ser antes de ir a vivir a la Conferencia. La parroquia que atendía el señor cura Flores no tenía los programas de pastoral que caracterizaban a la de san Antonio, y el cuadro de trabajo que mire delante de mis responsabilidades ministeriales eran más bien orientadas al sistema de lo tradicional. La práctica de la santa misa, el santo rosario, la administración de los sacramentos y la organización de la catequesis. Una vez a la semana nos turnábamos el visitar los hospitales y llevar a los enfermos la sagrada comunión. Y fue interesante que el padre Eusebio Hernández en Huaniqueo, más concretamente en Mansa, estuviese continuando la labor que yo emprendí y que en Salamanca yo hiciese lo mismo, tratando de hacer lo mejor posible lo que él había tenido a su cargo. El señor cura Flores me asignó para los días sábados atender la catequesis del Molinito, un barrio que no teniendo capilla, esta era remplazada para la actividad catequética de los sábados por una localidad, la del gran patio de la casa de la señorita Estela, siendo ella y yo recíprocos colaboradores de este apostolado. Me encargaron como peculiar labor la instrucción religiosa, tenía la responsabilidad de todos los ranchos de la parroquia que eran decenas de contar. El padre Eusebio había organizado el programa de alfabetizar con el sistema de Lubbock que tome como responsabilidad reactivar. Algo que organizaba también el padre Eusebio a través del año era la peregrinación a pie al Tepeyac, que era propia de casi todas las parroquias de la Arquidiócesis y puso a mi cargo el señor cura la de la parroquia de Salamanca. Mi estrategia fue la de identificar los líderes anteriores y reavivar su interés por renovar su espíritu de colaboración apostólica, contando con mi determinación de una mutua colaboración, hacia los mismos objetivos de servicio, lo mejor posible, como ya lo habían hecho anteriormente con el sacerdote encargado. Básicamente todo estaba resultando muy bien, aunque naturalmente había una cantidad considerable de cosas por actualizar, reavivar y amplificar, y muchas veces adaptar a nuevas circunstancias. Sarita la encargada anterior de la alfabetización, definitivamente declinó envolverse en el proyecto, pero su colaboradora Lupe Aguirre que fuese según ella demasiado joven para el cargo, se convenció de mi punto de vista relacionado con su entusiasmo por el programa y su previa experiencia en el mismo, de manera que determinó trabajar en el proyecto con absoluta determinación, a pesar de que entendía más de alfabetización que de catequesis, las cuales actividades me negué a diversificar y se comprometió a colaborar en una como en la otra. Yo contaba con los jueves y los domingos de la semana para esta actividad sin presupuesto alguno. De manera que me deshice de mi Valiant Acapulco y me hice de un carro Volkswagen parecido al primero que me compró mi padre de recién ordenado. Tenía un amigo Lupe Ríos, arrendador de caballos que trabajaba con don Florencio, hombre rico famoso por sus bellos ejemplares. El, Lupe, tenía una camioneta pick up no nueva pero en buenas condiciones y con la intervención de Lupita la monjita de la familia y Dolle que manejaba la economía domestica y comercial de mi padre y algo que me quedaba en mi bolsillo, logre adquirir la dicha camioneta tan necesaria para catequesis y alfabetización. Logramos reunir un grupo de treinta a cuarenta entusiastas jóvenes interesadas en trabajar en el programa que requería no solo la enseñanza sino también la preparación sistemática para enseñar tanto la catequesis como la alfabetización. En cada rancho había una chica encargada del pequeño grupo que como equipo aprendía y enseñaba a la vez bajo la dirección de un liderato de mutua responsabilidad entre las catequistas visitantes y las locales. Esto con sus altas y sus bajas se mantuvo en operación por los cinco años de mi estadía en mi trabajo ministerial educativo de las rancherías. Durante el año también era necesario organizar kermeses y programas musicales para colectar fondos para la clausura de las actividades al final de cada año. Lupita Aguirre era la líder especializada en alfabetizar y yo en catequizar con especial interés en la preparación de los niños a su primera comunión. Alguna vez no puede estirar el tiempo para regresar a la misa de la tarde algún domingo y pase el bochorno de ver el templo inmenso completamente lleno, y en espera de mí, con la pena de que más de quince minutos en estas circunstancias es más que demasiado. Para las actividades de la peregrinación se salía a colectar tres meses antes del día de salida, curiosamente esto coincidía con que el Tamborcito que era todo un personaje y el líder en este aspecto de la peregrinación, contaba con un amigo que ordenaba ley seca a su hábito de tomar, para poder llegar a pie hasta los pies de la Virgen del Tepeyac. La gente dormía en más de una ocasión a la intemperie en jornadas diarias de treinta o cuarenta kilómetros y yo recuerdo que en alguna de las etapas me tocó dormir al lado del gallinero. Para quienes critican esta devoción se me ocurren dos ideas bien contundentes, una es que parte de nuestra identidad cultural de Europa, España y los pueblos indígenas pre coloniales, sobre todo México que se fundó como Tenochtitlán, tienen en las entrañas de su cultura el peregrinar. Y por otra parte soy testigo de que sin la orientación y el encause positivo de espiritualidad, el mismo fenómeno histórico, social y cultural tiende a degenerar en la embriaguez y la promiscuidad degenerando en el vicio del alcohol y la prostitución. Por otra parte, el peregrinar propicia el espíritu de desprendimiento y la visión peculiar de oriente y occidente de liberación budista y cristiana de la humanidad y de cada hombre, lo digo por experiencia, se tiene una oportunidad de ser actualizado en ello, con las características de la identidad mexicana que ama de verdad a la Virgen guadalupana.<br />Otra de mis actividades en el orden docente se proyectó a la colaboración de enseñanza en la escuela preparatoria de la que el ingeniero Contreras, sobrino del señor cura fue nombrado director. Me invitó a dar clases de latín y filosofía y yo acepte de buen grado. Pedrito el sobrino de la señora Reyes a quien yo llevaba la sagrada comunión, se graduó como arquitecto y tuvo oportunidad de ver a Carlos mi hermano en el área del Campestre celayense donde trabajaba en alguna construcción y me mandó saludos, recordando con gratitud como Carlos le sirvió de tutor en matemáticas en sus años de preparatoria por recomendación mía. Otro alumno que me preguntó si le recordaba como mi estudiante ya que era imposible le olvidase por la calamidad que era, fue Gustavo Ugarte el hijo de Ogarita que encontré en una cenaduría de Petróleos a donde fui a cenar con Cristy mi hermana y su familia. No lo podía reconocer por su apariencia tan distinta habiendo enfermado del corazón y habiendo estado al borde de la muerte, realmente recuperado pero con las huellas de esa temible experiencia. <br />Honrado por algo sorprendente me sentí sorprendido con algo que me sucedió relacionado con mis actividades docentes. Esto fue cuando atendiendo a misa vespertina en el Señor del Hospital en una de mis visitas que acostumbraba hacer viniendo de los Estados Unidos donde vivía, al salir del templo, una joven me interceptó para saludarme y hacerme saber que yo le di clases de filosofía. Y yo que pensaba que solamente sería recordado por mi ministerio propiamente sacerdotal, quede verdaderamente sorprendido. Incidentalmente tenía conmigo algunos ejemplares de mi último libro de sonetos cervantinos y se lo obsequie haciéndola sentir complacida de algo de lo que yo también me sentí complacido. <br /> El tiempo en que viví en la Conferencia me facilitó varias cosas relacionadas con mi interés ministerial y personal, aparte de pernoctar allí. Las religiosas se hicieron cargo del aseo de mi ropa de lavandería y de prepararme los alimentos cada día, claro por una cantidad previamente convenida satisfactoria recíprocamente, para ellas y para mí. También se nos dio oportunidad de reunirnos con el grupo de catequistas para ciertas actividades relacionadas con el desarrollo del programa de nuestras actividades de catequesis y alfabetización. Mis relaciones con los ancianos más bien eran esporádicas, pero cuando por casualidad manifestaban algún interés por conversar me agradaba prestarles atención si no estaba muy urgido de tiempo. La persona que más recuerdo era una viejecita que usaba un bordón para caminar y en una ocasión que escuchábamos una música sin saber de de donde viniese, pero se distinguía con toda claridad la canción del cafetal, ella me detuvo pidiéndome que le viese bailar, porque esa había sido su canción favorita cuando fue joven y pudo disfrutar la vida. <br />El padre Téllez dejó de vivir en la Conferencia, arreglando su casa adyacente a la parroquia antigua. Y fue entonces que el padre Antonio Tapia con quien viví una temporada en la planta baja de la casa al lado del templo del Señor del Hospital, acordó conmigo y el señor Cura que yo me podía mudar allí, de La Conferencia y del sector que deseaba ocupar y anteriormente ocupamos el padre Téllez y yo. Fue así como finalmente logre disponer de un lugar conveniente para poner mi casa con el apoyo de mi familia como lo hicimos en mi primera parroquia de Cuerámaro al inicio de mi ministerio. El señor cura contaba con otros cuatro sacerdotes a su cargo para administrar la labor ministerial de la parroquia. Tres hermanos sacerdotes que eran el padre Edmundo, el mayor, Miguel y el menor de los Vargas al que llamábamos abuelito en el seminario y creo se llamaba José Luis y además, el padre Enrique Alcántar que sería mi vecino por algunos años y que vivía en la planta alta de la casa donde yo empezaría a vivir. También debo referirme a una capellanía muy antigua localizada en el barrio de Nativitas, estaba el padre Vázquez a cargo de ella quien por un tiempo vivió allí y ya era mayor de edad y como todos los nombrados, estaba bajo la supervisión eclesiástica del señor Cura Flores. Yo acostumbraba confesarme con él, no precisamente porque no me escuchase, pretendiendo yo que ignorase mis pecados.<br />La familia de mi compañero de seminario Félix de la Peña en Salamanca, se convirtió en mi mejor vecino. Su casa estaba a media cuadra de la mía en la avenida Revolución entre el Señor del Hospital y el templo de san Agustín, derroche del arte barroco con sus altares churriguerescos cargados de belleza más rica que el oro. Doña Estelita viuda del señor de la Peña era ya conocida desde nuestros años de seminario, como una bella persona, y toda su familia se vino a convertir en mi mejor amiga de entre todas las demás que tuve en Salamanca. Jaime el hermano menor vivía ahí y trabajaba para la Montrose y en el sindicato, pero no Félix que siempre vivió en México como estudiante de abogacía y después como prominente abogado. Olivia era la hermana mayor y Estela la menor y ya tenemos nombrada completa la familia. Mi padre me contó que unas tías hermanas del sacerdote tío de estas chicas y hermano de don Pancho que así era conocido su padre, habían sido sus maestras de primeras letras cuando vivían en Apaseo. A toda la familia le presente a mi madre y hermanas, y también compartieron cultivando la misma amistad lo mismo que conmigo. Cuando mi primo Enrique me invitó para la celebración de su boda en la población de Tecomán del estado de Colima mi madre y mi hermana mayor Dolle me acompañaron a la boda y le sugerí a Estelita que era bienvenida a compartir esta invitación, ya que mi madre venía con nosotros. Ella en su lugar prefirió mandar a Olivia ya que también venía mi hermana. De manera que tuve la oportunidad de disfrutar en mi Valiant Acapulco el primer viaje largo, que ya mi hermano tenía entrenado para las carreras. Nos vinimos por Guadalajara hasta Barra de Navidad y Melaque donde pernoctamos en dos cuartos distintos, las damas en su lugar y yo en el mío en un lindo hotel frente al mar, y la mañana siguiente salimos después del desayuno pasando por el área de Guallavitos, y llegamos hasta Tecomán pero no en carro sino en autobús, pues en el área del camino sinuoso ya al oscurecer, se le atravesó un becerro a Dolle que iba al volante y el carro ya no estuvo en condiciones de seguir rodando y se quedó en un taller que nos recomendó mi primo Enrique conocedor de medio mundo en toda el área y sus alrededores. La boda fue magnífica y nosotros lo pasamos muy bien disfrutando de los días restantes antes de volver recibiendo los atentos favores de mi prima Celia casada con el doctor Quevedo de las mejores familias de Colima. Ellos nos llevaron de regreso a casa en su propio carro, hasta la ciudad de la Piedad en Michoacán, ya mucho más cerca de Salamanca a donde tomamos uno de alquiler para remplazar los servicios de nuestro carro en el taller de Tecomán. Ya contaba con una buena razón para regresar a recogerlo tan pronto estuviera listo, lo cual hice, por supuesto ya cuando Enrique también lo estaba para recibirme en su regreso de bodas y de su luna de miel. Fue tan generoso que se hizo cargo de todos los gastos de la compostura. Era su manera esplendida de ser que mi esposa llama gamonal y él se preciaba de serlo, sobre todo conmigo que a más de primos éramos amigos de la infancia. Nos parecíamos muchísimo sobre todo por los aires de familia, porque mi fisonomía era mucho más de los Díaz que de los Esquivel lo mismo que la suya, original de los Díaz. Me hacía la farsa de que le encantaba dar a besar su mano a las chicas lindas que lo confundían conmigo en sus visitas a nuestro pueblo natal. Y cuando venía de vacaciones me ofrecía las llaves de su carro para que dispusiese de él a todo mi antojo en lo cual yo trate de ser moderado, prefiriendo planear mis vacaciones compartiendo con él y su familia. Le encantaba filosofar como se decía de Pícolo de la Mirándola, de omi re scibile, de todo lo discutible, sobre todo cuando compartía lo largo de la plática con lo largo de la bebida. Yo siempre procure y lo logre, mantener la sobriedad esperada. Imitaba a mi padre que como comerciante proyectaba su amistosa personalidad para el logro feliz y lucrativo de sus negocios. Siendo el mío el del reino de Dios en mi apostolado trataba a los fieles a mi responsabilidad con el trato mejor y una actitud de franca y espontanea simpatía que nos favorecía recíprocamente tanto a mí como a mis feligreses. Había un señor encargado de hacer arreglos para la misa en un rancho, que era conocido con el sobre nombre de “el pirul”. Yo estaba ya en la casa, en donde me atendían mis hermanas a la hora de comer. Era la costumbre no excederse en las provisiones de la cocina, viendo que se cocinara básicamente lo que se consumía. Yo le dije a la sirvienta que permitiera pasar al señor que tocó a la puerta preguntando por mí y le invite un taco y a que se sentara a la mesa donde comíamos mi hermana y yo atendidos por la sirvienta. Se ponía sobre la mesa un cesto con una servilleta que cubriese las tortillas para que permaneciesen calientes. Le dije a la sirvienta que le preparara un taco que le preparó y al ver que era de frijoles se me quedó viendo y me dijo, si viera padrecito que yo también se comer carnita…No tuve más que disculparme sabiendo que ya casi terminábamos de comer y consumimos el guisado, excepto tal vez el de la sirvienta que comía cuando terminaba de servirnos a la mesa. Creo que él me entendió esa parte de mi explicación, pero no el que las tortillas estuviesen cubiertas bajo la servilleta. Lo digo porque cuando termine la misa en su rancho y vino el almuerzo, me acercó el tazcal lleno de tortillas diciéndome, ándele padrecito tome todas las que guste, que yo no las escondo. El pirul era muy avispado y yo lo note desde que se sentó a la mesa en mi casa cuando escuchando como acostumbraba hacerlo, en esta ocasión tal vez una sinfonía, creo que era la quinta de Beethoven, cuando los sonidos eran más vivamente sonoros, tan peculiar en esta sinfonía, se le avispaba la mirada como a un animalito que se alerta sorprendido prevenido para lo que tal vez sucediere. A mi solían sucederme cosas realmente sorprendentes. Recuerdo aquella vez que perdí mis lentes y me olvide donde los deje, como en otras ocasiones que preguntando por ellos los llevaba puestos. Esta vez viniendo de los Prietos a caballo, iba a entregar un caballo al rancho de don Justino donde deje mi carro. El caballo era duro de obedecer la rienda y ya estaba tarde para llegar a tiempo a la parroquia ese domingo por la tarde. Resulta que le solté la rienda a toda carrera y el caballo desbocado tomó la ruta sobre la carretera que temiendo cruzara a tanta velocidad, preferí dejarme caer con la suerte que no sufrí ninguna lastimadura sobre el zacatal y la tierra nada endurecida. Yo di mis lentes por perdidos, pero alguien los trajo a la sacristía según me informaron más tarde y me los pusieron sobre el mismo altar. Toda la vida andaba de prisa y no tenía tiempo a veces suficiente para peinarme, gracias a Dios o desgraciadamente aun no estaba calvo. Lo digo porque Chuchita Flores que atendía la venta de no sé qué cosa de devociones junto al bautisterio, sabiendo que me veía de cerca, no me dijo nada antes de los bautismos. Yo le pregunte si me había visto y me dijo que sí. Al preguntarle porque no me advirtió recién bañado y de prisa ver que llevaba todo el pelo húmedo y enmarañado, me respondió comentando que el que es buen mozo comoquiera aparece. Esto no me dejó muy convencido de nada de lo que le preguntaba. Mi entusiasmo por el apostolado fue bendecido y siempre conté con las catequistas que necesitaba y se alegraban de la labor apostólica convencidas de que hacer algo por el bien de los demás en el nombre de Dios vale mucho más la pena que una vida de molicie o de placer, aburrida y llena de poltronería. La familia del ingeniero Aguirre y su señora esposa padres de Lupita la apoyaban con gran entusiasmo incondicionalmente y disfrutaban ver que ella invitaba a su hermana Moni y a la más pequeña que le seguía, todas ellas con el mismo entusiasmo que les contagiaba. Celebraron los días de orientación que llegaron a feliz término, dándoles el curso de alfabetización a las hermanas de la Peña y sus amigas las Páez en la casa misma de doña Estelita. Yo también me quede sorprendido de todas ellas sabiendo que no simpatizaban del todo. El señor cura no encontró difícil convencerme de no envolver en este apostolado a mis amistades de Petróleos, a pesar de que no creí que Campusano dijese nada en contra, no solo por su nobleza sino también porque el contaba con matrimonios de nuestra parroquia en su apostolado. Yo negocie chachareando tres distintas camionetas que al final de cuentas por experiencia concluí que la primera, la Ford era la más práctica y conveniente. Me dio pena renegociar, pero con sinceridad explique mis puntos de vista y mis equivocaciones a la vez del objetivo apostólico de mi trabajo que era mi único negocio y en nombre de mi apostolado fui escuchado. El mayor problema era que la camioneta de doble tracción era una traición por la sobra de pesadez que era falta de ligereza y abundante gasto de gasolina que no valía la pena sino todo lo contrario. A pesar de todo siempre estuve en acción y nunca me faltó para la gasolina a pesar de ir y volver por todos los ranchos trayendo, llevando y recogiendo catequistas y alfabetizadores. También aprendí a gustar las actividades de alegrar la vida de los ranchos con una especie de karaoke fuese con el acompañamiento de una banda que no faltaba en las diversas localidades, o más seguro con el toca discos y el amplificador, pero siempre eran acogidos y estimulados los cantantes a participar o a pedir sus canciones. Al fin de cuentas todo el pueblo sobre todo los niños, eran felices con el evento de la catequesis y el propósito de los adultos por aprender a leer y escribir.<br />Mi madre me visitaba raramente y las pocas veces que lo hizo estaba en ascuas por regresar con el pendiente de haber dejado solo a mi papá. Yo siempre conté, no solo con el apoyo sino con el ascendiente de mis padres que tenían en gran aprecio mi trabajo y la misión sacerdotal.<br />Más de una ocasión me vi en necesidad de invitar a mi mismo padre a reflexionar sobre pendientes que afectaban la armonía familiar, todos relacionados en una o en otra forma con el hecho de la madurez de quienes requerían una moderación urgente de su espíritu de autoridad tal vez inadecuadamente, fuera de la funcionalidad constructiva de la armonía de la familia. Yo no era ningún juez sino el instrumento de analizar esta realidad en la que sin duda yo mismo tenía mis propias debilidades. Desgraciadamente los desafíos de la vida tienen sorpresas imprevisibles o casi imposibles de resolver y que solo resuelve la misma experiencia con la posibilidad de rectificar, corregir y tal vez reconstruir nuestros errores en la vida. No lo digo solo por mi padre y por mí sino por toda la familia. La verdad es que casi éramos una familia en auge por lo que nos iba aconteciendo. Yo tuve la suerte para mi provecho y el de ellas, que bajo los consejos y dirección de mi madre casi todas sus hijas casaderas practicaron conmigo sus deberes hogareños rutinarios de economía familiar. De la casa en Salamanca salieron para el altar y el hogar recordando a Elena en Cuerámaro y siguiendo su modelo, primero Yola que se casó con Alfredo, luego Enriqueta con Ernesto y Cristina con Fernando, cada hermana Esquivel con cada hermano Oliveros. Yola de plano se enseñó a cocinar conmigo, no que yo le enseñase nada de cocina sino por comerme lo que cocinaba, sobre todo el platillo favorito de Alfredo que era carne molida, que se veía fea en un caldo muy sabroso que en conjunto contaba con la ventaja de que sabía muy bien se viera como se viera. Enriqueta y Cristina tenían excelente experiencia en la cocina y en la limpieza de la casa que con la ayuda de la sirvienta nunca dejaban nada por desear. Ernesto no logró terminar su receso vacacional de noviazgo y regresó antes de lo convenido con Enriqueta listo para el matrimonio que se celebró antes que el de Yolanda, aunque no así el pedimento, que siguiendo mi estrategia se solicitó anteriormente para que mi papá no tuviera oportunidad de comentar del largo tiempo, lo del noviazgo de Yola que siendo desde la niñez sobrepasaba el de todas mis hermanas. El único inconveniente de Enriqueta y mío que tuvo que resolver sin saberlo yo, fue el colaborar con su astucia genial y original cuando ella me pidió cierta cantidad de dinero por su cumpleaños cuya fecha yo ignoraba, alegando que lo quería como obsequio en dinero al contado cuyo plan tuvo gran éxito. De esa manera resolvió tranquilamente pagar la multa de un accidente en la camioneta que no sabía guiar y lo hizo sin mi autorización y sin que yo me enterase de nada. Cristi estaba contenta de invitar a Fernando a compartir con nosotros pues trabajaba como ingeniero petrolero en Petróleos de la refinería de Salamanca. No salía nada caro preparar una jarra extra de agua fresca que le encantaba y la consumía toda por sí solo. Como el estilo de Cristi era más sofisticado podía gastar lo de todo un mes en una semana y por ello sabía bien que nuestro estilo no podía ser tan sofisticado. Yo siempre tuve una preferencia especial por la güera mi hermana que se llamaba Lourdes, y precisamente por eso le hice saber que debía estar los fines de semana con la familia en Apaseo, no estoy seguro si su interés por Angelito el doctor Arredondo que tenía novia en Cortazar y aun así le atraía, tuviese que ver con ello deseando continuar conmigo esos días. En cualquier forma yo nunca quise que mis hermanas viesen como un compromiso conmigo el atenderme si interfería con sus planes con total libertad y oportunidad para decidir el destino de su vida. Por esta razón ninguna de mis hermanas participó en el programa de apostolado. Creo que la güerita alguna ocasión acompañada por Olí de la Peña visitó el rancho de la Ordeña, ni siquiera recuerdo con que motivo, pero me consta por una fotografía que recuerdo haber visto en algún álbum que no he vuelto a ver, por lo que sé que estuvo en esa ranchería pero no por razón de la catequesis. Yo tuve la impresión de que tal vez la güerita estuviese recelosa de mi amistad con la familia de las muchachas de la Peña, y más bien con Olí que con Estela, aunque a ella igual que a mí nos encantaba jugar a la canasta en su casa las más de las noches, aunque también raramente venían a jugar en nuestra casa. Como yo tenía una amistad muy especial con el gato Ibáñez a quien yo recomendé con el gerente general de Díaz Córdoba ex compañero de seminario Jesús Martín del Campo que le dio la oportunidad de trabajar con la compañía, resultando también un excelente empleado digno de la gerencia en Salamanca, tal vez en gran parte por eso, me obsequiaba una inmensa canasta navideña, y Carlos y yo con la güerita organizábamos una opulenta cena en casa con abundancia de buen vino y sus delicadeces como acompañantes, diversidad de quesos y demás. La costumbre de la familia Esquivel había sido reunirse para la cena de fin de año y mis hermanas compartían más bien este motivo de la cena navideña acompañándose con sus novios a donde preferían ir. Yo tenía muchos amigos en Salamanca y no podía atender a todas sus invitaciones, de manera que empecé a quedar mal con todas, compartiendo mejor en casa con mi hermano y mi hermana. Hubo dos ocasiones si mal no recuerdo en que tuvimos que viajar a México con la familia de la Peña, una fue por la graduación de Félix que terminó su carrera de abogado, y la otra fue por cuestión de salud porque doña Estelita no remediaba su problema con el que llevaba lidiando bastante tiempo con una pierna demasiado enferma por cuyo tratamiento ya le había acompañado a atender una cita a León. En estas circunstancias tuve oportunidad de tratar con Samuel Bernal que seguía la misma carrera de la abogacía, pero con todos los azares y conflictos por los que corrió su fama nada halagüeña de peripecias seriamente negativas. Yo lo lamentaba porque llegó a ser el mejor amigo que jamás volví a tener uno igual, entre mis compañeros. No se compara por ningún lado con alguien que es mundo aparte como amigo y me refiero a la amistad con mi incomparable maestro amigo el cardenal Posadas que fue el mejor de los amigos de mi vida que aun estoy echando de menos.<br />Hubo una convención a la que no logre atender a pesar de haber ido a Morelia con ese propósito, entiendo que tenía por tema el espíritu de un mundo mejor. Yo que recién llegaba al seminario me ofrecí a llevar en mi carrito Volkswagen recién estrenado a unas religiosas guadalupanas de la congregación en la que haría votos mi hermana Lupita o recién los había hecho y no recuerdo si ya se había ido a Miami a donde trabajó algún tiempo antes de mi estadía en los Estados Unidos. Ellas iban de regreso a su convento. Tome la carretera hacia el bosque en el área de los arcos de cantera de san Miguel y unas cuadras antes de llegar en una luz intermitente, esperaba la oportunidad de cruzar, creo que fue precisamente donde sufrió su trágico accidente el padre Juan Abascal de feliz memoria. Resulta que calcule bien y después de un largo rato de espera decidí hacerlo anteriormente a que pasara un autobús que se acercaba, sin contar con que una motocicleta en estampida rebasaría el autobús a toda velocidad sin poder ser vista la moto ni prevista por el hecho de que el autobús interfería su visibilidad. Ante el impacto que gracias a Dios lanzó moto y motociclista a gran distancia de la rodada de mi carro que solo tuvo una no escandalosa abolladura, y que yo estacione al lado inmediato de la carretera para cerciorarme del estado del atropellado que estaba no malparado, sino recostado con un tobillo roto sin más serias consecuencias. Cuando iniciaron los de la patrulla su interrogatorio yo les hice saber que yo era el chofer del carro que golpeó al chico en la motocicleta y me condujeron a la inspección de policía permitiéndome pasar la noche en el hospital vecino a la capellanía de la Inmaculada, atendida por el padre Sierra que fue mi maestro de seminario. Claro confiaron en mi palabra de que me presentaría la mañana siguiente a la inspección a primera hora, lo cual hice con toda puntualidad. En todo esto tuvieron que ver los sacerdotes que habían venido del seminario a verme a la inspección esa noche, entre ellos recuerdo al padre Flores paisano mío quien me hizo saber que el señor obispo Martínez Silva estaba dispuesto a cubrir la fianza para que yo saliera con libertad condicional hacia el juicio el día siguiente de la noche del accidente. Estuve detenido hasta las dos de la tarde que era la hora límite para no ser encarcelado, pero mi supuesto abogado no logró el intento sino hasta las cinco de la tarde que ya había sido encarcelado. Cuando llegue a la prisión me reconoció el policía a cargo de vigilar que yo siguiera correctamente los procedimientos requeridos. Era nada menos que Mercedes del rancho del Quinceo, que sabía que yo como el también era un buen jinete montador de toros y me dijo, pero padrecito que anda haciendo usted por aquí, me da mucha pena decirle, pero por favor se va a tener que quitar sus zapatos como parte de lo que se ordena hacer y yo estoy a cargo. Le explique que yo lo comprendía y luego que termine fui conducido a mi celda ante los reos dispersos en un patio hacia la entrada del edificio, que exclamaron al verme vestido con mi traje negro pero sin el alza cuello, baño a ese pachuco, y luego no llores cuñado. Una vez que me enseñaron mi celda no tuve tiempo de irme a cambiar de ropa porque estuve platicando con los reos de lo que me había pasado y les invite a rezar el ángelus a una imagen de la virgen de Guadalupe, colgada en una de las paredes, y les dije que yo visitaba las cárceles pero que esta vez era diferente porque yo era uno de ellos. Creo que se sintieron conmovidos y a su manera contentos de lo que les había dicho y de que estuviese con ellos. Porque unos cuantos minutos después escuche mi nombre en la voz de mando que era el grito de una orden, el reo Octavio Esquivel que se acerque a la reja. Oí comentarios de los reos diciendo, ya ve padrecito ya vienen por usted y nos quedamos solos. No puedo decir que me quede con ganas de quedarme para pasar la noche con ellos, pero era verdad su presentimiento y ya ni me acuerdo donde pase esa noche pero no en la cárcel. Supe que el licenciado Estrada Iturbide casado con la sobrina del padre Pérez- Gil cuyo nombre era Carmelita e hija de don Pancho, en cuya casa pernoctamos la noche anterior a nuestra partida de México para nuestro viaje a Mérida, este licenciado era el que hacía la defensa de mi víctima siendo que más bien yo fui la suya a pesar de su tobillo roto. El manejaba sin licencia por otro accidente anterior que ya había tenido, y era hijo de un gerente muy prominente y ponderado en el banco cuyo nombre o no supe o no lo recuerdo. El hecho es que esto facilitó mi libertad y el éxito que tuve en el empeño de recobrar mi carro sin ninguna multa y aun la misma fianza que todo mundo daba por perdida. Para esto me puse en contacto con el padre Margarito a quien fui a buscar hasta Puruándiro donde estaba y me lo traje a Morelia haciéndome favor de tratar mi caso con la esposa del gobernador Rivera que ordenó al secretario particular arreglar ambas cosas mencionadas anteriormente, lo de la entrega del carro y de la fianza. Experimente que las buenas relaciones tienen más poder que el dinero y que las mejores son con Él, el de allá arriba que tiene gente buena acá abajo. <br />En el área de Nativitas a algunas cuadras de la capilla que atendía el padre Vázquez había una escuela católica al cuidado de religiosas que atendían la niñez de los hogares de recursos económicos de menor cuantía, algunos demasiado pobres, que de los del alumnado de escuelas de mejor condición socio económica como la escuela Josefa Ortíz de Domínguez, regularmente atendida para servicios litúrgicos y sacramentales, sobre todo en torno a los viernes primeros de mes. Por esta razón me propuse por mi iniciativa particular prestar estos mismos servicios como se acostumbraba en dicha escuela mencionada. El padre Vázquez solía visitarles por su proximidad esporádicamente y yo me comprometí a hacerlo sistemáticamente los viernes primeros de mes. Fue allí donde conocí a la madre Amelia Loya que tal vez era la más joven y entusiasta, sobre todo en las actividades que requerían de su energía y jovialidad. Esto lo digo por la gracia con que enseñaba en sus ensayos de baile a las jovencitas cuando preparaban sus actividades de clausura. Yo le platique que estaba por editar mi primer libro que titule El Poema del Alba y el Umbral del Ocaso que ella me ayudó a copiar en maquinilla y ordenarlo adecuadamente para la imprenta. En estas pláticas me refirió también como ella tenía un carrito como yo, pero se lo vendieron para comprar un autobús de transporte de los niños a la escuela, no sé si en Salamanca o en otro lugar. Cuando estuve dando misiones en el rancho de los Lobos me insinuó que le gustaría visitar la misión y yo le invite satisfecho de que le impresionó el trabajo que hacía. Me refirió que tendría que hacer unas encuestas en barrios de la ciudad donde se sentía insegura y yo le ofrecí que arreglando mi calendario tal vez le acompañaría y así lo hice dejándole muy agradecida. El hecho es que habíamos hecho una bonita amistad. Yo siempre fui muy derecho en responder a sus consultas con la mayor honestidad. La mejor experiencia en esto fue cuando comentó que a veces se sentía ajena al grupo de religiosas y consideraba que tal vez debiera cambiar de congregación. Mi respuesta fue que reflexionara tomando en cuenta la recta intención y el espíritu apostólico de Cristo que prefirió escoger a los apóstoles que no eran los grandes filósofos de la historia sino humildes pescadores y le encantaba con más frecuencia servir a los pobres que compartir con los ricos y acomodados. En fin, que mi opinión sobre su trabajo apostólico de consagración al servicio de la iglesia de Dios estaba en lo que a Cristo más le agradaba y mejor le parecía si así lo decidía, lo cual venía a ser casi la clave para todo. A ella le gustaba mi punto de vista y creo que le sirvió.<br />De las chicas que me ayudaban en la catequesis de los ranchos las Aguirre y las de la Peña, olvidando las Páez que nunca decidieron colaborar, se identificaban bajo el punto de vista socio familiar como de clase media alta, lo cual a mí no me importaba pero tampoco podía ignorar, tratando de que siempre existiese la armonía y buena actitud y el espíritu de apostolado en el grupo que formaban con las catequistas de condición social de menor jerarquía dentro de lo convencional del criterio humano más o menos mundano. Las antipatías o la celotipia que surgieron siempre fueron cosa resuelta favorablemente por el bien de la paz y la concordia. Carmelita Hernández que había trabajado con el padre Alcántar como catequista anteriormente solicitó trabajar en el grupo que dirigía, con el inconveniente de que no tomó el curso para enseñar alfabetización. Para que tuviese oportunidad de catequizar logró hacer su labor los días jueves que tenía lugar la catequesis en el área de las rancherías de los Prietos donde las catequistas locales podían mantener vivo el trabajo de alfabetizar. Irma Leticia su hermana a quien conocí desde su adolescencia en la escuela donde la hermana Loya impartía clases también quiso colaborar con su hermana Carmelita en la catequesis y ambas hacían una excelente labor. Sus padres eran excelentes cristianos, fervorosos y envueltos en la acción católica de la Parroquia. Eran originarios de Aguascalientes y emigraron a Salamanca tal vez por los recursos laborales de refinería. Tuve dos sirvientas de las cuales tuve también la satisfacción de verles trabajar los sábados en la catequesis del Molinito de donde eran vecinas, una de ellas era novia del presidente de la acción católica se llamaba Providencia y mi hermana Enriqueta le llamaba Provi y le tenía gran estima. La otra era Estela que se interesó en aprender a escribir a máquina y graduarse de secretaria, yo le obsequie mi máquina de escribir que casi no usaba. Como yo no soy precisamente un experto en cuestión de instalaciones de sonido y menesteres relacionados con este asunto, siempre identifique los chicos aficionados a las bandas de música de las localidades a quienes estimule para que colaborasen con las actividades relacionadas con las kermeses y nunca me faltó su asistencia que tanto necesitaba.<br />Mis hermanas que se casaron consecutivamente con sus novios hermanos, me dejaron como único recurso para atender la responsabilidad de mi casa a mi hermana Lourdes, la güerita que vino a ser la más jovencita de mis colaboradoras y la más celosa en velar por mi bienestar y compartir mis actividades artísticas, recreativas y culturales. Alguna vez en Guadalajara disfrutamos desde luego el gusto del folklore musical del mariachi en san Pedro Tlaquepaque, con la corrida de toros por la tarde y el teatro Degollado por la noche con el recital de poemas dramatizados de García Lorca y el baile del flamenco con la voz siguiendo la guitarra del cante jondo. En nuestra visita a México acudimos a una excelente representación de Hamlet en el castillo de Chapultepec y visitamos a la familia Lozano que tenían una linda mansión en el olivar de los padres rumbo al desierto de los leones, a quienes no había visitado desde la época de soltería de mi hermana Elena que me parece fue quien me acompañó cuando fui invitado a la celebración del matrimonio de Miguel Lozano. No estoy seguro si vino también conmigo a México cuando con motivo de la olimpiada el teatro de bellas artes representó obras clásicas de tragedia griega en el idioma original que aunque estudie dos años era más lo que imaginaba que lo que realmente entendía, aunque su sonoridad si fue interpretada como que armonizaba con la fuerza de la tragedia en acción. La dedicación de la güerita en casa desde todos los puntos de vista no dejo nada por desear, sobre todo nuestros retos con o sin las amistades de la familia de la Peña. Ella era una apasionada de la canasta uruguaya.<br />La experiencia más patética familiar que experimentamos anteriormente a esta agradable experiencia en compañía de mi hermana Lourdes, aconteció unos meses anteriores cuando mi hermana Cristi me atendía y aun no contraía matrimonio. Enriqueta mi hermana casada con Ernesto habían logrado llenar los anhelos de mi madre de verles tan felices, no solamente por lo bien integrados que se realizaban como esposos, sino también por la dicha de verles como padres orgullosos y felices de su primer hijo de diez y ocho meses y su futura nietecita en el vientre materno por seis meses y tres por nacer. Como contraste a tanta dicha una feliz noche que se convirtió en tremendamente trágica fue la que aconteció después de haber compartido como acostumbraban una alegre visita fraternal en casa de Yola y Alfredo que vivían en Celaya, que se despidieron sin la más lejana idea de la terrible desgracia que estaba por acontecer a unos cuantos kilómetros después de pasar el puente de tres guerras sobre el río Lerma. Era bien conocida esa curva, pero no pudieron eludir el carro que por inexplicable razón se les echó encima sacándoles del pavimento y haciendo que el carro en que iban Ernesto, Enriqueta con su nenita dentro del vientre y el pequeño Ernesto sufrieran las horribles consecuencias del accidente. Ernesto que iba manejando sobrevivió dos o tres días en emergencia con los órganos internos incapaces de funcionar y murió de un paro respiratorio, yo le visite en dos oportunidades en el hospital. El pequeño Ernesto con sus piernitas atadas en alto sanó en dos semanas de las costillas fracturadas completamente recuperado. Y la pobre hermana mía Enriqueta con las piernas deshechas tardaría casi un año con la esperanza en reaprender a caminar compitiendo con su hijito que dio sus primeros y demás pasos antes que su mamá. Todo el embarazo y el alumbramiento, no había logrado levantarse de la cama. El doctor Alcocer especialista en reconstrucción ósea temía que sucediera el riesgo que existía y se convirtiera en un caso de esquizofrenia el que no se le informase a Enriqueta sobre la muerte de su esposo Ernesto lo cual ella ignoraba. Mi plan fue hacerlo siguiendo un proceso gradual que resultara como un mal menor el hecho de su muerte. Le informe de inmediato que sería intervenido en sus pulmones por problemas respiratorios muy serios. El día siguiente le dije que pusiera todo de su parte por sanar porque su esposo estaba impedido de trabajar de por vida y la tiste realidad era que ella tenía que recuperarse para hacer lo mejor que pudiese por su familia. Ella exclamó, ay Dios mío, preferiría que nuestro Señor lo recogiera. Al día siguiente me arreglaron a Ernestito y cuando la fui a visitar le dije que gracias a Dios su niño ya estaba muy bien y que su padre como se lo pidió a Dios ya había pasado a mejor vida. Claro que la pena fue tremenda, pero con terapia de la realidad y la oración de todos se le hizo más llevadera. Cristi y yo estuvimos a cargo de Ernestito, de manera que el ambiente de nuestro hogar en Salamanca contaba con todos los elementos y el sabor propio de una verdadera familia, para el bien del niño que había perdido la presencia de su padre de por vida y de la atención de su madre por una temporada larga como lo requería su recuperación fundamental de la mamá.<br />En esta época que vino a ser la del santo padre el papa Juan Veintitrés en la iglesia católica y en la aspiración de un mundo mejor al día, el papa del adyurnamiento de la iglesia propuso algo a lo que yo no me sentí indiferente, a la posibilidad de procesar mi dispensa del celibato con el propósito tal vez de formar un hogar o de proyectarme en otras posibilidades. Y aunque contemple esta idea solamente como una futura posibilidad, volvió a la carga en mi mente la idea de sentirme libre de elegir mis alternativas en la vida cotejando mis experiencias reales como satisfactorias de autentica realización de lo que realmente pretendía personalmente. Me sentía como producto de una ecuación cuyos factores fuesen los materiales que absorbí en mi persona por la educación programada por el gobierno del partido institucional laico de la revolución y la iglesia católica. Empecé a sentir la aspiración intelectual y la inquietud por integrarme a una educación realmente universal de la cultura de la historia del saber de la humanidad con criterio cuya amplitud abarcara otros puntos de vista de la visión y de la realización del ser humano cotejado con el fenómeno de la revelación y el Cristianismo y de Cristo mismo. Tenía en mente la posibilidad de lograr un doctorado en filosofía dentro y tal vez mejor fuera de mi patria y lo más probable en los Estados Unidos por su determinación sobre el valor de la libertad. Vi que en mi patria contaba con mil dificultades por la educación laica que anulaba el valor objetivo de mi educación al margen de la obligación de estar estrictamente en regla con la incorporación formulada por estatutos dictaminados por el sistema educativo. Y fue así que me propuse investigar hasta diseñar un plan que me abriera las puertas a la universidad de Fordham en Brooklyn de la ciudad de Nueva York donde vivía un tío mío hermano de mi abuelo don Emilio Prieto Díaz. Era mi tío Ricardo que fue tan admirado por mi madre.<br />Con todas estas cosas en mente me llegó una circular de la mitra ofreciéndome una vicaría en Tacícuaro, una población vecina a la ciudad de Morelia cercana a la parroquia de Capula.<br />En vista de que el texto de la circular tenía una frase que se refería a si estaba interesado en la proposición del nombramiento pregunte si era real o convencional la propuesta. De manera que con esta coyuntura logre permanecer en Salamanca hasta que tuve la oportunidad de presentar mi plan de estudios al nuevo arzobispo don Manuel Martín del Campo. Un compañero mío Rubén Calderón vino a ser quien ocupó mi lugar haciéndose cargo de la vicaría.<br />La clave de mi plan vino de la madre Dolores Ochoa que me informó que en Rochester Nueva York las hermanas misioneras cuya superiora allí era la madre Eugenia necesitaban como san Antonio una vela un sacerdote que les ayudara a su misión sirviendo en categoría de capellán para ellas y que colaborase en una parroquia en que atendían feligreses hispanos celebrando la santa misa dos días de la semana domingos y miércoles y finalmente prestase su colaboración con los cursillistas dando alguna charla de motivación y orientación en su apostolado una vez por semana. Yo me ofrecí a ser ese sacerdote en el entendimiento de que me hospedaría en la casa parroquial donde tomaría mis alimentos y me sería permitido todo el tiempo libre posible para prepararme en lo que requería mi necesidad de aprender ingles y tomar algunos cursos en la universidad orientados a incorporarme a Fordham University eventualmente. La idea de solicitar apoyo de la Unesco para conseguir una beca posible para la universidad de Fordham me la sugirió el embajador Jesús Cabrera. Y mi tío Ricardo que vivía en Queens de Nueva York me informó que allí podía lograr aprovechar excelentes oportunidades para estudiar un doctorado en filosofía. Con la idea de tener como salvaguarda de la influencia del ambiente americano y sus costumbres en un mundo peligroso para mis valores morales de clérigo, pensé que era más conveniente que estuviera a la sombra de la vida parroquial, esto me facilitó la aceptación del arzobispo para darme la licencia solicitada. <br />Trate de organizar mi economía y explorando con mi padre en una charla le comentaba que mi formación sacerdotal desde el punto de vista financiero fue una ganga comparándola con la de Carlos, que tal vez pudiese si quisiese apoyarme hasta donde le fuere posible en mi plan de estudios que proyectaba. Resulta que salí tras corneado apaleado, porque no solo no quiso obsequiar a Carlos mi hermano mi carro Borwrd casi nuevecito que tanto le gustaba a Carlos, sino que le dio el Chebrolet Malibu que el usaba. Yo le vendí mi carro a un dentista en muy buen precio que le entregaría ya cuando llegara la fecha de mi viaje a los Estados Unidos que estaba bien próxima, para el mes de octubre del mil novecientos setenta y estábamos a fines de agosto. Debiendo ir con los peregrinos en peregrinación a México al Tepeyac, deje el carro en el patio de la casa, desgraciadamente cuando regrese a recogerlo estaba hecho pedazos porque mi papá se los prestó a la Güerita y a Martita mi hermana que gracias a Dios salieron ilesas del accidente, no como mi carro. Mi madre me prohibió terminantemente que discutiera con mi padre lo del incidente previendo que nos enredásemos en serios problemas, yo se lo prometí y nunca le dije ni media palabra ni el tampoco, ni mucho menos vi ni medio céntimo de consolación. En realidad yo le debía muchos más favores aparte del de la vida.<br />Todos mis pequeños bienes quedaron a cargo de mi hermano, creo que del carro lo único de valer era el motor y los muebles de casa y la televisión que vendí a mis amistades él lo colectó así como mi libro recién terminado de editar que no tuve tiempo de pasar a recoger. Todo eso que no era como la fortuna que solicitase de mi padre Carlos, fue la mía la que quedó en sus manos. Lo de la fortuna es una alusión a sus sueños de emprender que aun no habían establecido ningún record sino el de su proyección visionaria de los negocios. De esto estaba bien convencido. Aunque me sugirió que hablásemos con mi papá para que le confiase su capital con este propósito de acrecentarlo, creo que lo convencí que eso no iba a trabajar con el dilema que le propuse. Si fuese verdad le dije, que lo que piensas es verdad, no creo que mi padre esté en disposición de evidenciar el hecho de que tú has hecho tan prontamente lo que él no lograse en toda su vida. Y si no lo cree, ya ni hablar, no necesita ninguna explicación. <br />Me despedí de mi familia de Apaseo y estuve en México, en la casa de los tíos David y Gloria esperando tener todos los documentos en regla con mi pasaje a Rochester para el veintiuno de octubre día en que me esperaban las religiosas para recibirme en el aeropuerto de Rochester. Francamente no se qué inconveniente aconteció, pero no me fue posible volar sino hasta el día siguiente veintidós de octubre, con la buena fe de que mi tía me daría la mano como se ofreció llamando por teléfono a las religiosas que no estaban informadas y yo no había logrado contactar. Esto me daría ocasión a hacer de mi llegada a Rochester el inicio de una verdadera aventura.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-24299467040974044462012-03-31T15:30:00.000-07:002012-03-31T15:31:18.714-07:00Corolario poeticoA pesar de mi ser efímero y deleznable como pecador redimido y profundamente arrepentido de todo pecado soy la aspiración poética en la inspiración de mi poesía que es el alma de mi vida y la vida de mi alma. Y en mi autobiografía la propongo como Coralario poético cuya existencia proyecta su dimensión espiritual hacia la inmortalidad de lo humano y lo divino. La realidad del ser humano me parece más importante en sí mismo, el hombre con su espíritu de lucha y esperanza, mucho más importante que en la nota roja universalmente popular en las noticias de los medios publicitarios del mundo, enfatizando su desgracia, la tragedia o las desdichas de la humanidad, sobre todo cuando derivan como resultado de las fuerzas del mal o la malicia humana. La dimensión espiritual de cada persona es la realidad más importante entre los valores de una axiología autentica en medio de todo el universo. Sobre todo en el contexto de la revelación divina actualmente en la conciencia de la humanidad toda de oriente a occidente. El testimonio de la resurrección de Cristo que valora el Cristianismo autentico se ha difundido a todas las naciones como grandioso destino de la humanidad. Siendo sin duda la realidad suprema de lo humano y lo divino. Más allá de toda cronología la poesía sugiere a Cristo como quien implícita o explícitamente está presente como quien es por excelencia, el medio divino y Dios mismo. Por una parte en toda la creación y el universo, pero singularmente en el universo mismo de Dios con sus angles todos y profundamente a través suyo, todo Cristo en el hombre.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-33953306527609618122011-10-31T07:33:00.000-07:002011-10-31T07:34:09.266-07:00La realidad del serLa realidad de ser. La conciencia de ser es privilegio del ser humano entre los seres vivos que no son hipótesis sino realidades básicamente evidentes a nuestra experiencia y a nuestro humano conocer. Nos conocemos a nosotros mismos a pesar de lo mucho que nos ignoramos. Existimos como individuos en la intimidad de nuestro ser aunque nuestra existencia está sujeta a la realidad necesaria e indispensable que nos da origen y nos mantiene y nos sostiene como células vivientes del fenómeno humano como entidad social. En el siglo XXI estamos maravillados de nuestra integración global extraordinaria en los anales de la historia gracias a la intercomunicación informática cuya base es la tecnología en avanzada con todos los inventos que manipula el hombre y la ciencia de la materia y la energía en todas sus dimensiones. <br />La conciencia de ser tiene una dimensión espiritual cuyo valor parece estar al margen de la realidad actual abarrotada de tecnología en el marco de la preocupación económica al servicio de la productividad y el consumo de nuestra cultura con tendencias deshumanizantes y deshumanizadoras con respecto a los valores espirituales de la dignidad y la misión trascendental del destino del hombre. Sobre todo los valores morales parecen relegados en su efectividad social al punto de que el terrorismo parece estar a la vanguardia de la destrucción humana a nivel familiar y universal en la familia humana. No es verdad que carecemos de recursos espirituales cuyo influjo en acción nos hace capaces de equilibrar este desorden que nos amenaza con la destrucción y la aniquilación de nuestra especie sobre la faz de la tierra.<br />Necesitamos ser conscientes a nivel individual y social precisamente de eso, del amor y el respeto a la tierra y a nosotros mismos como individuos como sociedad y como especie humana. A pesar de que nuestra movilidad geográfica nos desarraiga de nuestra propia tierra donde nacimos y de la que tecnológicamente nos lanzamos hacia el espacio y todo el universo, el amor a la tierra y al terruño deberá hacernos conscientes de nuestra lealtad y orgullo por la madre tierra de donde nacemos, viniendo de ella a donde volvemos al cumplir la misión de nuestra existencia. Nos es necesario el carácter que requiere delinear en todos sus niveles el ideal de la realidad y la realidad del ideal de una economía no solo materialista sino humanitaria y global por el bien de todos como especie, valorando la jerarquía de realidades superiores en la gama de nuestros valores y su trascendencia social y espiritual. Y necesitamos urgentemente tomar en cuenta la sabiduría que a fin de cuentas es el alma mater de la naturaleza a la que pertenecemos y de la que aprendemos el sentido de la dignidad humana y la posibilidad de la esperanza inspirada en la fe y en el amor del triunfo de la paz y la posibilidad de un humanismo trascendente hacia la vida eterna que se logra como milicia en el ámbito existencial del tiempo y el espacio en que vivimos. Los valores esenciales de libertad y responsabilidad del bien de todos en la dimensión total del hombre no nos pueden programar sistemáticamente hacia la autodestrucción de la persona humana con sistemas totalitarios que esclavizan al hombre. El ser humano se realiza en el contexto de su libertad y dignidad humana ante Dios y delante del espectáculo de todo el universo. <br />La realidad del ser<br />La relatividad y el absoluto<br />Humanas y divinas dimensiones<br /><br />Ser en el mundo un mundo de existencia<br />La realidad del ser, sus dimensiones,<br />Es conciencia de ser entre los seres<br />Evidente verdad de la experiencia.<br /><br />Nos conocemos a nosotros mismos<br />A pesar de que más nos ignoramos,<br />Hoy en forma global nos integramos<br />Si evitamos caer en el abismo.<br /> <br />Realidad necesaria e indispensable<br />Da origen, nos mantiene y nos sostiene,<br />Fenómeno humano y entidad social.<br /><br />Anales que son cumbre de la historia <br />Inventamos conciencia de la ciencia<br /> Y en el siglo XXI integración global.<br />Humanidad,<br />Integración global<br />Nos mide Dios. <br />La realidad de ser<br />Evidencia del ser la conciencia de Dios<br />Beatífica visión de Cristo el único que le conoce y lo da a conocer<br /><br />Fuente eterna de amor, plena alegría,<br />Divina perfección jamás se inmuta<br />Sin defecto en su ser que se le imputa<br />Siendo verdad de la sabiduría.<br /><br />Es necesaria a todos y es la ruta<br />Más allá del no ser que es fantasía,<br />Su ser, en realidad es poesía<br />La conciencia de Dios que es absoluta.<br /><br />Cristo camino de su eterna vida<br />Divina realidad al tiempo inverso<br />Y al ser divino su existencia unida.<br /><br />Más profundo que todo su universo<br />Su intimidad de ser, su ser inmerso,<br />La conciencia de Dios es su guarida.<br />Luce a la cara,<br />Su eminencia de ser<br /> El ser de Dios.<br />Al Señor de la riqueza<br />No es posible servir a dos señores<br />Incompatible Dios en su poder idolatría el dinero<br /><br />A dónde va la humanidad sin Dios<br />En busca de soberbia axiología<br />Absurda realidad y error atroz<br />Adorar tan falaz idolatría.<br /><br />Ejes que ruedan del abismo en pos<br />El dinero es maldita fantasía<br />Falsedad de poder y arca vacía<br />Que ignora señorial la eterna voz.<br /><br />Hay un solo Señor de la riqueza<br />Con eternos principios y valores, <br />Imposible servir a dos señores.<br /><br />Su verdad que es total no admite errores,<br />Trabajar, todo el tiempo le interesa<br />Eligiendo ser rico en la pobreza.<br />Poder de Dios,<br />Su divina pobreza<br />No ama el dinero.<br />Premisa de la fe<br />Logística del ser la lógica del hombre<br />Y axioma de la realidad la metafísica del ser<br /><br />Su ser sin contingencia es la verdad<br />Uno solo no más, sin multitud<br />Es axioma de ser su realidad<br />Necesario absoluto en plenitud.<br /><br />Llevamos en nosotros tal misterio<br />De la luz de la paz y su reposo<br />Y encontramos divino refrigerio<br />A la sombra del Todopoderoso.<br /><br />La conciencia de ser es nuestro tema,<br />Dios, negación eterna de no ser<br />El hecho de su ser que es menester.<br /><br />Su afirmación de ser no es un dilema<br />Para Él, ni tampoco es un problema<br />Necesario absoluto en su poder.<br />Amor eterno,<br />Ontología de ser<br />Es su poder.<br />Sonido de la Gloria<br />Invencible al luchar es nuestra fe<br />y el honor de la gloria<br /><br />En mis oídos la inmortalidad<br />Supremo el éxtasis a la agonía<br />Y en la cumbre del ser y la verdad <br />El amor que es un himno de alegría.<br /><br />Transparente en divina claridad<br />El alma se convierte en poesía,<br />Nací en el tiempo y creo en la eternidad<br />Seductora en humana alegoría.<br /><br />Ven sonido inmortal, sonido egregio<br />Que profundo en el alma suenas regio,<br />Se el eterno presente en la victoria.<br /><br />Desvanece el adiós, final arpegio<br />Pasado y el futuro en la memoria<br />Ante el triunfo divino de la gloria.<br />Callado arpegio,<br /> Resuena en la victoria<br />Eterna gloria.<br />La sonrisa del bien<br />La ternura del bien sonríe espontáneamente<br />En la posibilidad del semblante inocente en sus labios infantiles<br /><br />Ante el bien que es verdad del corazón<br />Existe el mal, la humanidad se apura<br />Porque el mundo prefiere la locura<br />Del terror que no tiene compasión.<br /><br />El poder superior de la razón<br />Es mentira que acaba en la basura<br />Se impone la verdad que lo asegura,<br />Triunfa el bien sobre el mal y la traición.<br /><br />No sabe que su triunfo es su derrota,<br />Malamente destruye y todo azota<br />La maldad atrevida que se ríe.<br /><br />Lealtad del ser supremo se sonríe,<br />Divino bien, su inconmovible roca<br />Sabedor sabe el mal que le provoca.<br />Una sonrisa<br />Ante el mundo del mal,<br /> Dios lo conjura.<br />Propósito de Dios<br />Divina maravilla se propone y lo dispone<br />Cristo es gloria de Dios honor y plenitud del hombre<br /><br />Propósito del hombre y la mujer<br />Más importante que saber quién eres<br />Ha de ser realizar quien debes ser,<br />Nada importa si vives o te mueres.<br /><br />Propósito del hombre es su deber<br />E importa sobre todo lo que quieres<br />Cumplir como misión y es menester<br />Que espera el ser de Dios, ser de los seres.<br /><br />Propósito Creador su corazón<br />Y el dolor redentor del Salvador<br />Cuya muerte es divina redención.<br /><br />Propósito de Dios es el amor,<br />Escucha lo que dice la Creación<br />Y el poder de la gloria por su honor.<br />Propone Dios<br />Lo que su amor dispone,<br />Ser Dios y hombre.<br />La lealtad conyugal<br />Varón y hembra el hombre<br />Lo que Dios une no lo separa ni el hombre ni el demonio<br /><br />Unido en matrimonio a Dios bendigo<br />Por darme compañera tan hermosa,<br />Me siento bendecido de tal cosa<br />Lealtad me obliga como fiel testigo.<br /><br />La lealtad conyugal es fiel amigo,<br />Con su fuerza divina y poderosa<br />Pido a Dios que me cuide de mi esposa,<br />Deslealtad conyugal es enemigo.<br /><br />Sin dejarme caer en el abismo<br />Pido a Dios que me cuide de mí mismo,<br />Porque quiero que seamos bendecidos.<br /><br />Que abunden bendiciones, sean inmensas<br />La paz de la amistad sin cosas tensas<br />Y el fuego del hogar siempre encendido.<br />Amor conyugal<br />Bendecido por Dios<br />Ante El unidos. <br />Grandeza del terruño<br />Cenizas del terruño resucitan mi ser<br />No muero para siempre<br /><br />Balbucir de la luz mi infancia veo<br />Visionario de fe, fuente de gloria<br />Invencible en su cumbre la victoria<br />Mi corazón, entrañas de Apaseo.<br /><br />Grandeza de mi pueblo en ella creo<br />Que mi vida es más grande que mi historia,<br />No me arranques jamás de tu memoria<br />Amanecer de Biblia en Dios te leo.<br /><br />Reloj del tiempo el corazón palpita<br />Y el ser que debo ser voy persiguiendo,<br />La dicha de existir me va siguiendo.<br /><br />Eternidad morir jamás lo evita<br />Y un puño del terruño eternamente,<br />¡Resucito, no importa balbuciente!<br />Mi amor palpita<br />Cristiano de Apaseo,<br />Fe en mi deseo.<br />Terruño de siempre<br />Pequeña y gran ciudad<br />Y municipio de Apaseo el Grande<br /><br />Nacer del universo que se expande<br />Sabinos, bosques, huertos al momento<br />Formidable explosión para que ande<br />Y el ojo de agua de mi nacimiento.<br /><br />La luz primera de mi pensamiento<br />Te contemplo terruño Apaseo el Grande,<br />Renovado al sentir tu crecimiento<br />Las cosas van a ser como Dios mande. <br /><br />Eres joya del alma tú Apaseo<br />Popular tu barroco de las plazas<br />Y grandioso barroco la gran casa.<br /><br />Por tus calles de siempre, vuelven, pasan<br />Tantos seres queridos que no pasan<br />Y el recuerdo futuro en que te veo.<br />Que vigoroso<br />El amor al terruño,<br />En mí no muere.<br />Frente a la casa grande<br />Alma de la mexicanidad<br />Barroco hispano mestizo de Apaseo<br /><br />Eres tierra de Dios en la que creo<br />Y a pesar de que no me lo merezco <br />Es sí y es no que a ti te pertenezco <br />Terruño mío y pueblo de Apaseo.<br /><br />Al Creador y Señor de mis deseos<br />Con mi humana existencia le agradezco<br />Ser visión del momento en que aparezco,<br />Andador de Galeana en que me veo.<br /><br />Aquí nací frente a la casa grande<br />Dos meses más y días mi aniversario<br />Dos mil once, reloj en el horario.<br /><br />Soy hombre contingente y ordinario<br />Que adora al absoluto y necesario,<br />Para servir a Dios en cuanto mande.<br />El ser pequeño<br />Es grandeza del hombre,<br />Sirviendo a Dios.<br />Razón de fe nos resucita<br />La realidad de ser es que nada tenemos que no hayamos recibido<br />Y es el don de la fe lo que nos resucita<br /><br />Ya de mí la materia desalmada<br />Me deja así la realidad ausente,<br />Sin pasado o futuro en mi presente<br />De polvo y de ceniza quedo en nada.<br /><br />Certeza en mi saber solo es creer<br />Que en el alma persista mi presencia,<br />La razón se me apaga y la existencia,<br />¿Podre encontrar mi realidad de ser?<br /><br />Más allá de la muerte queda visto<br />Ser poder de su amor que resucita<br />La realidad de ser, ¡la encuentra Cristo!<br /><br />Por la misma razón, El nos invita<br />A creer para ser en realidad<br />Divina dimensión de eternidad.<br />Realidad de ser<br />Cristo, vence la muerte<br />Y resucita.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-83229503170267532342011-10-31T07:26:00.000-07:002011-10-31T07:28:35.961-07:00Trilogía del Poema del HombreTrilogía del Poema del Hombre<br />Proemio a la Trilogía la adoración de Cristo<br />Cristo es la perspectiva de Dios y el destino del hombre como estética de la belleza en el mundo de la Creación y definitivamente de la Revelación. El es su eterna inspiración encarnada y glorificada en la naturaleza de Dios y en la del hombre, no hecha sino realidad de la sustancia de su ser personal, convertida en la expresión de su Palabra excelsa, divina Poesía y el Salmo de los salmos de su amor y de su vida.<br />El Ave Fénix de la inmortalidad es una bendición que exalta al hombre hacia su grandeza más sublime de su destino que viene a ser el triunfo de la humillación profunda de su muerte. El hombre del siglo XXI particularmente cuenta con todos los recursos de la Cultura y de la Historia universal del espíritu del ser humano en persistente búsqueda. Su sedienta certeza trata de encontrar una respuesta incuestionable en el tiempo con relación a su inquietud, más que instintiva arrancando de la fe cuya raíz más profunda nace del alma aspirando a lo eterno. Este impulso del alma pertenece al hombre en ambos ámbitos de su destino en el orden de la naturaleza como en el orden sobrenatural. El imperativo categórico superior a la fe de la razón y a la razón de la fe trasciende de lo humano a lo divino de su destino, epopeya del yo humano hacia el Yo divino. <br />La adoración de Cristo<br />La plenitud de Dios florece en la Creación<br />Como hipóstasis de lo humano y lo divino en la totalidad de Cristo<br />Un segundo del tiempo eternidad<br />La conciencia de Dios en mi conciencia,<br />Soberana y eterna su presencia<br />De su reino profunda intimidad.<br /><br />La persona de Cristo en realidad<br />Infinito del ser, su íntima esencia<br />Y eternamente toda su existencia<br />En las entrañas de la divinidad.<br /><br />Nadie más, solo El con El y por El<br />Absoluta y total resurrección,<br />Dios con nosotros, divino Emmanuel.<br /><br />Elegido en la cumbre de Israel<br />Y elocuente con toda la Creación,<br />Su presente en eterna adoración.<br />Dios adorable,<br />La adoración de Cristo<br />Es inefable.<br />Primer escenario. En contraste con la resurrección de Cristo que sin convertirse en cenizas resucita a la inmortalidad el tercer día después de su muerte el símbolo del Ave Fénix que resurge de sus cenizas en un vuelo inmortal viene a expresar el contraste del instinto del alma que identifica sus aspiraciones en el contexto paralelo de Paganismo y Cristianismo. <br />El Ave Fénix<br />Instinto de lo eterno<br />Cristianismo y Paganismo en raudo vuelo<br /><br />Noción de ser para extinguirme luego<br />En el cóncavo lado del reverso<br />De donde nace todo el universo,<br />Mi vida es rio de la luz y el fuego.<br /><br />El Ave Fénix vuela en mis cenizas,<br />Y en la voz del poema de mi verso<br />Me quedo con la paz y el viento terso,<br />La muerte en el olvido no me pisa.<br /><br />Raudo vuelo inmortal de mi alma viva,<br />Trascienden los espacios más bonitos<br />Las alas de mi ser lo más arriba.<br /><br />Sublime eternidad del infinito<br />No me extingo en verdad, y fue mentira,<br />Mi vida no se acaba cundo expira.<br />Lo más arriba,<br />Infinito el amor<br />Que nunca expira.<br />Segundo escenario. La aspiración a la inmortalidad es el contraste del realismo crudo del ser humano que está sujeto a esa realidad de lo temporal en cuyo contexto todo lo que nace termina por morir. El ideal de una vida ideal capaz de convertirse en realidad sin morir o más allá de la muerte no repugna a la axiología de preferir el ser al no ser, el existir al no existir y el vivir al morir. Y Cristo en el contexto de la fe, la esperanza y el amor ha dicho que quien cree en El no muere para siempre. <br />La inmortalidad<br />Aparte de la fe el instinto de la belleza<br />Hace al hombre inmortal<br /><br />Deja las riendas de la luz del sol<br />En el carro de todo el universo<br />Y pisa las estrellas de regreso,<br />Luzca eterna su luz el gira sol.<br /><br />Silencio musical en si bemol<br />En la sangre que fluye de mi verso,<br />Si espíritu del alma no está preso<br />Corra el rojo en sus venas del patol.<br /><br />La eternidad afirma que florece<br />Sublimando al hombre espiritual <br />Su lacra de morir y ser mortal.<br /><br />El alma libre se rejuvenece<br />De eterna libertad que no envejece,<br />Sabiendo que el amor es inmortal.<br />No se marchita<br />La luz del universo,<br />Inmarcesible.<br />Tercer escenario. El nombre de Dios es el signo del Todo poderoso. Lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios. La idea de ser como Dios ha sido el desafío rebelde de no servirle según la expresión de la fuerza del mal expresándose de esa manera no serviré. Sin embargo el mensaje más trascendental de Cristo ha venido a ser hacernos participantes de su vida divina que comparte con su Padre que lo ha engendrado y con El mismo que es el Verbo y la Vida de Dios y también con el Consolador que es el Espíritu en persona de su amor eterno.<br /> <br />En el nombre de Dios<br />Que bendiga la Creación con vida eterna<br />El Padre Cristo su Hijo y su Espíritu de Amor<br /><br />Tú en nosotros, por eso te sentimos<br />Y somos uno en Ti, ningunos otros,<br />Tú siempre estás en medio de nosotros<br />En tu nombre Señor si nos reunimos.<br /><br />Te escuchamos hablar y percibimos:<br />Yo estoy aquí en medio de vosotros,<br />No somos más salvajes como potros<br />Y humilde el corazón, te bendecimos.<br /><br />Compartimos la mesa, el pan y el vino<br />En tu nombre Señor por ti reunidos,<br /> Con ojos de la fe en nuestros oídos.<br /><br />Eres Dios con nosotros don divino,<br />Tu amor eterno nos mantiene unidos<br />Recordando que estamos redimidos.<br />Ahora y siempre,<br />Yo estaré con vosotros<br />Eternamente.<br /> Navidad feliz sigloXXI<br />Corolario<br />La existencia del nacimiento de Cristo es necesaria a esta Trilogía del Poema del Hombre de la misma manera que la Navidad tiene como esencia el nacimiento de Cristo. A manera de Corolario termino este breve poemario que justifico al final en el contexto del eterno infinito sin principio ni fin en la trascendencia del tiempo hacia la eternidad a la que pertenece el hombre en el Yo divino.<br /><br /><br />Navidad feliz siglo XXI<br />Cuerpo de Cristo maná de los cristianos<br />Leche y miel de la tierra prometida<br /> <br />Compartamos la tierra prometida<br />Navidad en familia es Emmanuel<br />Dios con nosotros con sabor a miel,<br />Divina leche que nos da la vida.<br /><br />Compartamos de Cristo la venida<br />Gloria en los cielos lo proclama a El<br />Que ha nacido en Belén rey de Israel,<br />Reine la paz y triunfe bendecida.<br /><br />Compartamos divina la amistad<br />De Dios niño por una eternidad,<br />En medio de esta noche eterno día.<br /><br />Compartamos de Dios su intimidad<br />Que nos llena de gozo y alegría<br />Del manantial de su sabiduría.<br />Del Niño Dios <br />La tierra prometida,<br />Sabor a miel.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-65468691703119368272011-10-31T07:24:00.000-07:002011-10-31T07:26:00.208-07:00La Persona de Cristo y sus dimensionesLa Persona de Cristo y sus dimensiones. La Persona de Cristo sintetiza la realidad total de ser. La esencia y la existencia de su ser como la luz es lo más sencillo de ver y de experimentar para quien tiene el alma llena de fe tal como El sorprendentemente la encontró en quienes menos era de esperar. El conocimiento introspectivo de Cristo conociéndose a sí mismo es el punto de partida de su ser personal y fue y será lo más luminoso y evidente que pudo existir sobre la faz de la tierra y bajo lo más alto de los cielos hasta el séptimo cielo. La buena nueva del Evangelio particularmente es fuente reveladora del conocimiento personal de Cristo acerca de sí mismo sabiendo que sobre todo en El de la abundancia de su corazón habló su boca y se puso en acción toda su persona haciendo que se dijese de Él, todo lo ha hecho bien. En El mejor que en nadie es verdad aquello que dijo del reino de Dios de que está dentro de vosotros. La sencillez de Cristo corre a la par con la de Dios y humanamente como hombre se identifica en su humanidad, siendo así la verdad misma como Dios y como hombre. Solamente el corazón de su Madre con la luz peculiar del Espíritu de Dios se parangona con el conocimiento que Cristo tuvo de sí mismo según la observación de que ella guardaba todas sus experiencias de Cristo en su propio corazón. Cristo es la autenticidad de sí mismo en Dios como Dios que es y en el hombre como la expresión más perfecta del ser humano. Todos los seres humanos compartimos con El lo perfecto del hombre universal primogénito de la Creación y realidad sublime de todo el universo. Por eso debió decir como lo dijo con toda verdad ser El la luz del mundo, sal de la tierra y el camino, la verdad y la vida hacia la vida eterna que comparte con su Padre en la cumbre de la verdad y del amor infinito que es la vida de Dios expresada en su Palabra que es el Verbo, la elocuencia de la divinidad. El cielo y la tierra pasarán pero mi Palabra no pasará. En Cristo, en su persona predomina su determinación de ejercitar una humildad absoluta al entregarse a la humillación de una muerte inimaginablemente cruel y humillante muriendo ignominiosamente sentenciado a la muerte de la cruz. Este escándalo que escandalizó a sus discípulos y casi a todos sus seguidores fue profetizado y vino a ser el hecho inenarrable de su testamento inolvidable memorial de su muerte y su resurrección. El misterio de la Eucaristía es la evidencia real de su presencia redentora y vivificadora que lo convierte en expresión absoluta del amor eterno en el que el hombre se alimenta del ser divino que no solo vive de pan sino de la Palabra de Dios que es pan de vida eterna. El realismo de sus palabras es tan real que confrontó la objeción y la duda con la alternativa de un rompimiento total o la determinación de aceptación total expresada en sus términos como la gran pregunta de a quien iremos, solamente Tú tienes palabras de vida eterna. Todo es grandioso en Cristo pero la nota más alta en el cántico de su grandeza es sin duda la inmensidad de la virtud por excelencia que es el amor. Y el momento supremo del amor anunciando su partida es enviar al Consolador en persona que personifica ese amor que procede de la relación del Unigenito de Dios con su eterno Padre. El dará testimonio de la obra de la salvación ilustrando a plenitud las enseñanzas de Cristo en el misterio de su cuerpo místico en el que Cristo es la vid y nosotros sus sarmientos. Solamente unidos a El daremos frutos de vida eterna.<br />El plan de Dios<br />Secreto maravilloso el plan de Dios y su gloria<br />La Creación admirable renace se humaniza y se diviniza en Cristo<br /><br />Ser divino engendrado de Dios Padre natural<br /> Cristo es hipóstasis humana en la divinidad<br />Cuerpo y alma en su persona divina intimidad<br />Naturaleza pura el hombre más espiritual.<br /><br />Ser divino que en cuerpo incorruptible fue mortal,<br />Cristo nació, murió y resucitó a la eternidad<br />Plenitud de luz divina para la humanidad,<br />Es la gloria de Dios y de la Creación inmortal.<br /><br />Cristo es el ser humano que todo diviniza<br />Como Dios es Creador con su Padre y reorganiza<br />Y el tiempo lo hace eterno haciendo que no muera.<br /><br />Cristo es el ser divino que todo lo humaniza,<br />Y es la fe del amor que termina al fin la espera,<br />Hombre y Dios gozo eterno del todo a su manera. <br />Es Dios y hombre<br />La plenitud de Cristo,<br />El plan de Dios.<br />La persona de Cristo<br />Cristo en persona eternidad del tiempo<br />Verdad de Dios y corazón<br /><br />Es el hijo de Dios en su pureza<br />La persona de Cristo que es divina<br />Y su amor ante el Padre no declina<br />Siendo dueño de dos naturalezas.<br /><br />Su eterno Padre en la raíz no cesa<br />Ser solo un Dios, el manantial y mina<br />Verdad y amor a Cristo le origina,<br />Tres personas, divinas se interesan.<br /><br />Cristo en persona se ha dado a conocer<br />Dios y hombre unidos en su ser,<br />Divino el corazón como la mente.<br /><br />Paternidad divina en plenitud de ser<br />Y amor eterno en persona al proceder<br />La existencia de Dios eternamente.<br />Gloria de Cristo<br />Resurrección del hombre,<br />¡Dios nunca muere! <br />Cristo el único Maestro<br />Nacimos para Dios absoluta verdad y amor eterno<br />De nuestro ser total que nos admite o nos rechaza para siempre<br /><br />Divino Maestro conoce el ser total en sus entrañas<br /> Sabiduría de Dios y Maestro de toda la existencia<br />Solo El capaz de dar a conocer a Dios y su presencia<br />Testigo fiel de amor y de verdad ni engaña ni le engañan.<br /><br />Eternidad de Dios con Cristo lo más alto en la montaña<br />Divina filiación del Padre un solo Dios en esencia<br />Comparte en realidad profundidad del ser en la conciencia<br />Pureza de la luz, claridad evidente que no empaña.<br /><br />Cristo es juez de vivos y muertos en la humanidad entera<br />Y juzga al fin de cuentas cara a cara, precisión certera<br />Sentencia sin engaño el daño o el amor real en su balanza.<br /><br />Sabe donde como cuando y porque lo que sucede donde quiera<br />Libertad gracia y destino ser o no ser más que quimera<br />La realidad al fin Dios sí o no y la sentencia, perentoria alabanza.<br />Felicidad<br />De la eterna alabanza,<br />Dios sí o no.<br />En pos de Cristo<br />Venid en pos de mí siguiendo a Cristo <br />Que es tomar su cruz como toma la nuestra<br /><br />Divino acontecer del universo el caso<br />El es la vida eterna, híper cósmico Cristo,<br />Sus ojos ven el tiempo como nunca han visto<br />Y ve el amanecer del alba y el ocaso.<br /><br />Y el reino de los cielos acontece a plazos,<br />Trasciende Dios el cosmos de su ser provisto<br />Que en toda profecía todo está previsto<br />Y divinas cosas no pasan al acaso.<br /><br />Hijo de Dios y el hombre, su antropogonía<br />La plenitud de Dios, su vida la vivimos<br />Y en el tiempo es eterna teogonía.<br /><br />Desde el momento eterno cuando le seguimos<br />Gracia por gracia en Cristo todo recibimos<br />Compartiendo con El su eterna teofanía.<br />Vengan conmigo,<br />A donde Yo este<br />Mis seguidores.<br />Ante la ambición de Cristo<br />Yo soy la vid y ustedes los sarmientos<br />Primogénito de la Creación y el Unigénito de Dios<br /><br />Profunda intimidad que Dios entiende<br />El sumo bien donde su amor anida<br />Divina eternidad que es su guarida,<br />El ser inextinguible en que se enciende.<br /><br />Mi ambición de morir vivir pretende<br />Ver el sol en la cumbre de la vida<br />Tras la luz del ocaso en mi partida,<br />Nadie más, solo Cristo me comprende.<br /><br />Si el universo fue una maravilla<br />Verdad de Dios la luz, brilla sencilla<br />En la cumbre del ser de su existencia.<br /><br />Plenitud del amor gloria en semilla<br />Dios exalta a Cristo que se humilla,<br />¡Todo es nada ante Dios en su presencia!<br />Vid y sarmientos<br />Es Cristo el Viñador,<br />¡De Dios la viña!<br />¿Porque me buscabais?<br />Siendo Hijo de Dios y del Hombre no vino a ser servido sino a servir<br />Cristo es el siervo del reino donde servir es reinar<br /><br /> La voluntad de servir al Padre se apresta,<br />Adolescente su carácter ha ostentado<br />Cristo en el Templo, por sus padres encontrado,<br />No es irónica su pregunta por respuesta.<br /><br />Treinta años en familia la mayor encuesta<br />Del tiempo de su vida en que se ha ocultado<br />Hijo del carpintero, como le han llamado,<br />La vida pública y después la cruz a cuestas.<br /><br />La voluntad del Padre siempre reconoce<br />Unido a Él, y a cuantas cosas le conoce<br />Siendo mente de Dios y su sabiduría.<br /><br />El reino de los cielos, culto de latría,<br />Le exige Redención y gloria que porfía<br />Por el honor de Dios y la Creación que goce.<br />Es mi deber<br />Servir y honrar mi Padre<br />Hasta la muerte.<br />El triunfo de Cristo<br />Yo he vencido al mundo con mi muerte y mi resurrección<br />Quien cree en mí no muere para siempre<br /><br />Soy Hijo natural de Dios, y Cristo es mi nombre,<br />Siendo Judío Yo soy el buen Samaritano<br />Y el hijo pródigo ante el Padre por cada hombre<br />Que amo como a mí mismo, de verdad mi hermano.<br /><br />Camino, verdad y vida miro que me nombren<br />Redimo con mi sangre remedio soberano,<br />Me apropio los pecados del mundo, no se asombren,<br />Soy reo responsable de todo ser humano.<br /><br />Por todos doy la vida y muero, soy fiel amigo,<br />Con los cielos abiertos del Todo poderoso<br />Resucito a la gloria venciendo al enemigo.<br /><br />Vencer la muerte y el pecado es lo más hermoso<br />Y en verdad no muere quien cree en mí, Yo le invito<br />A creer siempre en mí, porque Yo le resucito.<br />Sangre de Cristo,<br />No el oro ni la plata<br />Nuestro rescate.<br />La Misión de Cristo<br />Siendo su juez<br />No vine a condenar sino a salvar el mundo<br /><br />Mi verdad es que muero y resucito,<br />No es mi reino del mundo es de los cielos,<br />Salí del Padre Yo con sus anhelos<br />Eterna inmensidad del infinito.<br /><br />Soy más que la Creación, su libro escrito,<br />Espíritu de amor de raudos vuelos<br />Divina intimidad de sus desvelos,<br />El triunfo de su gloria llevo inscrito.<br /><br />Ofreciendo la paz al enemigo<br />Compartimos la misma intimidad<br />Existencia en esencia y unidad.<br /><br />La verdad de su amor, mi eterno amigo,<br />Siendo el hijo de Dios soy fiel testigo,<br />Vivimos en la misma eternidad.<br />Resurrección<br />De la nueva Creación,<br />Misión de Cristo.<br />Pastor de su rebaño<br />El buen Pastor da su vida por sus ovejas muere y resucita<br />El redil de Cristo es la vida eterna<br /><br />Cristo es el buen Pastor de su rebaño<br />No tan solo del pueblo de Israel,<br />La humanidad entera es de Emanuel<br />Que es el pueblo de Dios siempre de antaño.<br /><br />Plenitud de la cumbre eterno hogaño<br />Eternidad del tiempo siempre en El,<br />Testifican Gabriel y san Miguel<br />Siglo veintiuno de hoy año por año.<br /><br />Cristo muere y su muerte es infinita,<br />Tanto vale la vida del Cordero<br />Siendo el hijo de Dios, su mensajero.<br /><br />Luz del mundo a los cielos resucita,<br />Sin piedad, le condujo al matadero<br />El mundo de tinieblas traicionero.<br />Entrega a Cristo<br />Con su amor que ama el mundo,<br />Dios que es eterno.<br />Plenitud de Dios y la Creación Cristo<br />Sabiduría de Dios estética divina<br />Elocuencia sublime y perfecta del no se que que queda balbuciendo<br /> <br />Plenitud de poder resuelve tantos menesteres<br />Luz viviente de luz es Dios de Dios todo alegría<br />Las entrañas de Dios, son fuente de sabiduría<br />E intimidad divina paternal en sus quehaceres.<br /><br />Belleza espiritual divinizando sus quereres<br />Contempla eternamente y goza su fisonomía<br />Eterna inspiración que engendra y crea la poesía<br />Que es divina, sea por dentro o por fuera de los seres.<br /><br /> Cristo en plenitud cumbre humana y divina de poder<br />Pequeño esconde su grandeza, no tiene menester<br />Desprendido de todo, humilde y pobre hasta morir.<br /><br />El amor y la paz del bien sumo en El, logra al hacer<br />Plenitud resucitar vida eterna y por vivir,<br />Gloria y vida de Dios la Creación invita a compartir.<br />Belleza plena,<br />Totalidad de ser<br />Que Cristo llena.<br />Mesías y Salvador Cristo<br />Mi Padre lo quiere y es mi Misión morir para resucitar<br />Salvar al mundo entero y entregarle la llave del reino de los cielos<br /><br />Esta es la llave para abrir el reino de los cielos<br />Del dicho al hecho hay un gran trecho y se puede resolver,<br />Sin mí nada pueden hacer y en verdad es menester<br />Lo que van a lograr, es el mayor de mis anhelos.<br /><br />Este es el verdadero amor de todos mis desvelos<br />Hacer siempre la voluntad de mi Padre, no puede ser<br />Sin mí, nadie puede cumplir como debe tal deber<br />De servirle con entrega total y el mayor celo.<br /><br />Todos pueden conmigo siendo Yo su fortaleza<br />Porque el reino de los cielos requiere tal proeza<br />Que es el negarse a sí mismo en la cruz de la existencia.<br /><br />Porque el reino de los cielos requiere tal violencia<br />Morir para resucitar es siempre necesario<br />Todo es posible para Dios, lo más extraordinario.<br />La Redención<br />El cáliz de la salvación<br />Lo bebo todo.<br />Divino sembrador Cristo<br />Ni el sol ni la lluvia del cielo vienen para nada sobre la tierra<br />Así la semilla de su Palabra germina para dar gloria a Dios en los cielos<br /><br />Esperando su cosecha ser buena y bendecida<br />Salió el divino sembrador a sembrar su semilla,<br />La Palabra de Dios que es su divina maravilla<br />Y encontró la mejor tierra en la tierra prometida.<br /><br />Y al brotar la cizaña como cosa maldecida<br />A la par con el trigo creciendo llega a la trilla,<br />Para entonces separarles decisión más sencilla<br />Cada cual yendo a su sitio la cosa bien servida.<br /><br />Divino viñador que cuidas viñas y viveros<br />Y sabes distinguir el árbol bueno y verdadero<br />Del árbol malo con sus malos frutos dando nada.<br /><br />Dichoso de beber escuchando el sonido de tu voz<br />El árbol bueno es como el justo y crece para Dios,<br />Y a la orilla de las aguas, da la fruta deseada.<br />La semilla<br />Divina maravilla,<br />Crece para Dios.<br />Petición a Cristo<br />Hazme misericordioso<br />Para obtener de ti misericordia<br /><br />Tú que has hecho ver a los ciegos y hablar a los mudos<br />Y que dijiste al paralítico, levántate a andar<br />Se mi verdad, mi camino y mi vida para caminar,<br />Desáteme Señor de tantos miserables nudos.<br /><br />Tú que prendido y desprendido en la cruz, desnudo<br />Diste tu vida al Padre salvando el mundo tanto amar,<br />Tú que moriste en la cruz para después resucitar<br />Ante la justicia divina, por piedad se mi escudo.<br /><br />Tú que para la gloria haz renovado la Creación<br />Y todo el universo haz encendido en adoración,<br />Renuévame y enciéndeme para la vida eterna.<br /><br />Por tu profunda herida de amor y tu resurrección,<br />Permíteme estar contigo la vida sempiterna<br />Y adorarte eternamente con todo el corazón.<br />Mis elegidos, <br />Tendrán misericordia<br />Si ellos la tienen.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-67241841724822668922011-10-31T07:19:00.000-07:002011-10-31T07:22:38.065-07:00Transparencia estética del reinoTransparencia estética del reino<br /><br />Tratándose de la estética del reino de Dios enfatizamos que la economía del reino es su dimensión estética, esplendor de su belleza que es transparencia de la luz más pura.<br />No es ni lejana sombra de la gloria la de Bernini o la Sixtina por maravillosas que parezcan sugiriendo la belleza de Dios que es luz divina, siendo Cristo tan humano cual divino quien lo es floreciendo y madurando a plenitud en su bondad plena. Es la fruta sublime que madura con todas las riquezas que atesora su corazón, realidad superior a la razón aun en el mismo Dios que se identifica como amor eterno.<br />Y de la misma manera que el ser humano ha evolucionado en su economía como base de su subsistencia temporal y espacial también el plan de Dios evoluciona en sus perspectivas de los misterios del Cristianismo desde la Creación hasta la plenitud de gloria en la Revelación desarrollándose como historia de salvación hacia el florecimiento pleno del reino de Dios que es el paradigma del ser humano.<br />La conclusión de la economía derivando de sus premisas en la dinámica de su realización y viceversa no es en realidad círculo vicioso. Dios desde la eternidad de siempre distribuye en su íntima sociedad y con entrega total la riqueza del bien sumo en su vida divina. Es el punto de vista de Cristo al decir que lo primero es el reino de Dios y todo lo demás viene por añadidura. El, como enviado divino comprende que quien maravillosamente ha creado la humana naturaleza, determina hacernos participantes de la divina. Lo que para Dios no es un problema para el hombre lo es por mil razones en conflicto. Dentro de lo que somos y no somos y debemos ser, lo más grandioso después de este mensaje de Cristo viene a ser que somos su imagen y semejanza, capaces de conocer la verdad, amar el bien y decidir y elegir entre el bien y el mal con el uso de la humana y divina libertad. Y esta responsabilidad tiene la doble dimensión de lo personal de cada individuo y de su función social, tanto material como espiritual en el ámbito de la economía divina.<br />Después de los tantos siglos antes de Cristo y más de dos milenios después, la humanidad se ha convertido en un fenómeno de globalización universal. El fenómeno humano como sociedad ha parecido estar llegando al clímax de su integración total y requiere de la realización plena de una sana economía para su sobrevivencia temporal, espiritual y eterna. Si la humanidad se extingue de su existencia temporal no se hace posible más la continuidad del plan de Dios en el tiempo con su orientación y sus perspectivas a la eternidad.<br /> Confiamos con absoluta certeza en la exquisita perfección de quien diseña en su esencia el perfil de lo bello que este momento sea el toque magistral del artista del hombre en su momento más grandioso del tiempo a la eternidad.<br /><br />El reino de la economía<br />Es humana y divina material y espiritual<br />La economía de Dios<br /><br />Es imagen de Dios el ser humano<br />Libertad y equidad en sociedad,<br />Dios existe por una eternidad<br />Y su ejemplo es perfecto y soberano.<br />Hijo del Padre enseña a sus hermanos<br />Cuanto ha visto en divina claridad<br />A la luz del amor, la caridad<br />Del sumo bien entre sus llenas manos.<br />Menesteres al hombre le acontecen,<br />Sea el orden responsable a su manera<br />Al Cesar lo que al Cesar le parece.<br />Y a Dios lo que es de Dios, le pertenece<br />Espíritu de amor y el alma entera,<br />Lo demás acontece como quiera.<br />Todo vendrá…<br />Consciente de su reino<br />Añadidura.<br />El ajuste de ser justo<br />La justicia social sí se puede y sí se debe y alcanza para todos<br /> Distribuyendo conmutativamente siendo equitativa<br /><br />Ven justicia social, real Cristianismo<br />La equidad y el trabajo es tu poder<br />Que el capital no debe corromper,<br />Tal corrompe también el comunismo.<br /><br />Ven justicia social, se el humanismo<br />Que al ser humano le hace menester<br />Nadie debe quedarse sin comer,<br />Realidad que hace un recto socialismo.<br /><br />Ven justicia social, bien material<br />Responsable del bien espiritual,<br />Haz el bien para bien del ser humano.<br /><br />Ven justicia social dando la mano<br />De todo corazón a cada hermano,<br /> Ven justica social al mundo real.<br />En sociedad, <br />Realidad del ideal<br />Justicia social.<br />Economía universal<br />Solo Dios es siempre ganar por ganar<br />El nunca pierde<br /> <br />El plan del universo es para todos<br />La economía gobierna el mundo entero<br />Y es global sea si quiero o no lo quiero,<br />Como El quiera, será de todos modos.<br /><br />Avaricia es dinero hasta los codos<br />Del poder del dinero traicionero,<br />Dios hizo La Creación, fue sin dinero<br />Y es de todos el todo, sin sus lodos.<br /><br />El reino hay que buscar de su justicia,<br />Lo demás viene por añadidura<br />Porque el juicio de Dios ve la cordura.<br /><br />Las cosas como son parecen duras,<br />La justicia divina las madura<br />Mirando eternas todas sus delicias.<br />Al fin de cuentas,<br />Dios paga la jornada<br />Y arregla cuentas.<br />La actividad del reino<br />Tal cual le place le complace<br />Amando orando y trabajando en Dios<br /><br />El hombre que ama a Dios lo tiene todo<br />Le sirve siempre con total empeño<br />Disfrutando el más noble desempeño,<br />No le importan riquezas ni sus lodos.<br /><br />Le gusta complacer de todos modos,<br />No le importa sea grande o sea pequeño<br />Si es humilde o es grandioso su diseño,<br />Trabaja complaciente a su acomodo.<br /><br />No discute jamás sus decisiones<br />Sujeto sin ningunas condiciones,<br />Persistente su determinación.<br /><br />Ora siempre y se entrega a la oración<br />En busca de divina inspiración,<br />El hombre que ama a Dios sin proporciones.<br />El hombre ora<br />Igual como respira,<br />Dios se lo inspira.<br />Ciento por uno y vida eterna<br />Por el reino de Dios da cuanto tienes<br />Despréndete de todo y sígueme<br /><br />El inmenso infinito no se poda<br />En el triángulo de la sabiduría,<br />Está en la cumbre de la poesía<br />Sangre de Cristo derramada toda.<br /><br />Estética divina humana moda<br />Exactitud exacta, en armonía<br />De perfecta y eterna economía,<br />La belleza de Dios se gasta toda.<br /><br />Se entrega hasta morir amor tan tierno<br />Divino amor, su economía toda,<br />Nada tiene que ver con el infierno.<br /><br />Dios y hombre en su muerte da la vida<br />Siendo entrega total Dios sempiterno,<br />Y resucita con la misma herida.<br />Su transparencia<br />Divina economía,<br />El mismo Cristo.<br />En su esencia espiritual<br />Los caminos de la verdad se identifican<br />En la autenticidad de ser<br /><br />Si es verdad en verdad Cristo divino<br />Y verdad la verdad del Cristianismo<br />Encontrarse en verdad con su destino <br />No le sirve al hipócrita cinismo.<br /><br />No le sirve de amor divino abismo<br />A quien niega seguir por su camino<br />El de Cristo negándose a sí mismo<br />E inmortal reencarnar pleno en su sino.<br /><br />Para integrarse a la inmortalidad<br />Es necesaria la autenticidad,<br />Tal se exige al hombre espiritual.<br /><br />Realidad de la humana integridad<br />Logra en el hombre la fidelidad,<br />Su conciencia en el ser, Dios inmortal.<br />Autenticidad,<br />Esencia de verdad<br />Espiritual.<br />Economía del reino<br />Las riquezas de Dios superan la razón<br />Siendo el tesoro de su corazón<br /><br />Con la sangre de Cristo, no oro y plata,<br />La maldad al infierno precipita <br />Y soberbia del odio que le irrita,<br />La libertad del hombre se desata.<br /><br />Resucita a la vida amor que mata,<br />Vivir eternamente Dios le invita<br />A su vida divina e infinita<br />Vida eterna del hombre, nadie le ata.<br /><br />Mano abierta el Creador y su ternura,<br />La economía del reino no es dinero<br />Señor del mundo vano y traicionero.<br /><br />Dios, su reino en los cielos lo madura<br />Divina su riqueza, sin razón<br />Siendo el tesoro de su corazón.<br />Ante el pórtico,<br />Con los cielos la gloria<br />Cristo, el hombre.<br />La pureza del reino<br />Bien aventurados los limpios de corazón<br />Porque verán a Dios<br /><br />El fruto bueno o malo en su sazón<br />Amor de Dios luciendo su ternura<br />El bien del mal discierne su luz pura<br />Claro y seguro como es su corazón.<br /><br />Por eso existe la resurrección,<br />Necesaria en verdad tal conjetura<br />Afirma eterno amor y lo asegura<br />Y no hay lugar para contradicción.<br /><br />Ver a Dios cara a cara y sin pecado<br />Como Ángeles de Dios que lo han hallado<br />Y mirándolo en El, en su existencia.<br /><br />Rey del cielo y los cielos su vivencia,<br />¡Ven tesoro tan grande para el hombre<br />Sus riquezas, la gloria de su nombre! <br />La gloria es mía<br />Pero también es tuya<br />Siendo de Cristo.<br />Plenitud de la gloria<br />Irremisiblemente el plan de Dios<br /><br />A Dios y a Cristo y a la eternidad<br />El bien hacer y el mal vencer les place,<br />Eterna libertad les satisface<br />Y el criterio intachable de verdad.<br /><br />Se define en su eterna libertad<br />Al plantearse que se hace o se deshace,<br />Viendo el bien que es mejor y que complace<br />A justicia afianzada en su bondad.<br /><br />Amor elige a quienes han amado<br />Y el reino de los cielos lo han logrado,<br />Dios glorifica su divinidad.<br /><br />Cristo pleno perfecta claridad<br />Eligiendo a quienes ha salvado,<br />¡Glorifica también la humanidad!<br />Ninguna pena,<br />Lo divino y lo humano<br />La gloria plena.<br /><br />La intimidad de Dios<br />Esplendor de la belleza de Dios es su reino<br />Y está dentro de nosotros<br /><br />La intimidad divina es mundo interno<br />De Dios belleza la perfecta cosa<br />De los cielos la más esplendorosa<br />Y en su medio divino amor eterno.<br /><br />Las tinieblas del mal en el averno<br />Satánica fealdad no más hermosa<br />Es sin fin la desgracia espantosa<br />Intimidad sin Dios todo el infierno.<br /><br />Luz verdadera y saciedad divina<br />La excelsa plenitud de sus anhelos,<br />La intimidad de Dios ya sin recelos.<br /><br />Victorioso el amor que no declina<br />El triunfo de su gloria que ilumina,<br />La intimidad de Dios, ¡reina en los cielos!<br />El reino de Dios,<br />Intimidad del alma<br />Y de la gloria.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-51772113752630106932011-09-07T07:11:00.000-07:002011-09-07T07:13:03.620-07:00Cristo profundidad del CristianismoCristo profundidad del Cristianismo<br />Y de Dios en el Hombre<br /><br /><br />La dimensión espiritual de profundidad humana y divina trasciende en su axiología la dimensión del mundo físico y de la materia, a pesar de que su punto de partida es una analogía que se basa en ella ya que el mundo espiritual estrictamente no tiene dimensiones.<br />En la profundidad de Cristo el sentido del universo es el hombre hasta la intimidad de Dios. A través suyo no solo es posible sino debido compaginar la ciencia y la sabiduría, el espíritu y la materia, la física y la metafísica y la realidad híper - cósmica y divina a la que trasciende nuestra realidad en el cosmos. La verdad de la ciencia conduce a la sabiduría o pierde su sentido y esto acontece tanto en el mundo físico de la materia como en el de la metafísica y del espíritu. En su dimensión espiritual Dios mismo es la realidad en el tiempo de las cosas y en el hombre Cristo es esa realidad.<br />La naturaleza del conocimiento humano y su significado en el universo no tienen una explicación exhaustiva que dentro de sí despeje la presencia en claro oscuro de la luminosidad del misterio. Científicamente la interpretación de la conciencia es descrita únicamente como una función más de la actividad neuronal sin lograr explicar algunos de sus enigmas. El fenómeno de la conciencia en la frontera del universo cuántico hacia el discernimiento del mundo real y sus partículas elementales sugiere la presencia de un observador que tal vez sugiere a su vez la conciencia de Dios y la del hombre.<br />El monoteísmo en la cumbre de la Revelación es la apoteosis del reino de Dios que a la luz divina nos revela el misterio de la vida misma de Dios. Este misterio, el mayor tal vez del Cristianismo revelado por Cristo es el que en la teología cristiana como artículo de fe se denomina el misterio de la Trinidad. Cristo como testigo de la intimidad de la vida divina siendo como Dios ser de sus entrañas nos da a conocer su pre- existencia eterna anterior al tiempo y a la Creación en el contexto de su eternidad. A su vez el misterio de la redención que requiere su muerte y su resurrección gloriosa son el punto de partida y el principio de la nueva Creación.<br />En ella podemos contar con las puertas abiertas a la Mansión de la vida íntima de Dios siempre y cuando en el momento dado seamos contados entre sus elegidos. Es increíble pero cierto que Dios comparte por Cristo lo más profundo del abismo de su divinidad hasta la cumbre de su gloria.<br /><br /> El ser y sus entrañas<br />Brota infinito hasta la cumbre del ser<br />Cristo desde la profundidad de sus entrañas<br /><br />Espíritu divino es soberano,<br />Superando su ser a la materia<br />Cuerpo y alma en el hombre es cosa seria,<br />Espíritu del hombre es ser humano.<br /><br />Hombre y Dios Jesucristo es el camino<br />Y al hombre que se salva resucita<br />Porque amor inmortal de Dios le invita,<br />Espíritu de Dios es su destino.<br /><br />Por la gloria infinita de su nombre<br />El universo existe para el hombre,<br />Espíritu de Dios, el mundo estalla.<br /><br />Elocuente el silencio de su voz<br />Habla siempre el Espíritu de Dios,<br />Su Palabra divina nunca calla.<br />Oye su voz<br />Y estalla la materia<br />Que existe en Dios.<br />Intimidad de Dios<br />En El existe la eterna complacencia <br />Que en Cristo la comparte con el hombre<br /><br />Espíritu y materia son la ciencia,<br />La Palabra divina es poesía<br />En la fuente de la sabiduría,<br />Observadores Dios y la conciencia.<br /><br />El alma humana siente su presencia<br />Que le exige el culto de latría<br />El hombre espiritual no es fantasía<br />Y encuentra en Dios divina consistencia.<br /><br />Recitando poemas del Salterio<br />Dilucida que el ser es un misterio<br />En presencia del Todopoderoso.<br /><br />La plenitud del ser le hace dichoso<br />Plenamente a la luz del Evangelio<br />Al hombre espiritual, ¡maravilloso!<br />Sabiduría<br />Trasciende fantasías<br />Gozando a Dios.<br />Maravilla de Dios<br />La vida humana es una maravilla<br />Maravillosamente divina<br /><br />Plan divino invitar toda la gente<br />Se expande o se contrae el universo,<br />Misterioso infinito ante la mente<br />Dentro el reino de Dios, en Cristo inmerso.<br /><br />Al distinguirse en su profundidad<br />Luz eterna y amor incandescente<br />Divina dimensión su intimidad<br />Misterio de su ser, Cristo evidente.<br /><br />Hasta el fondo de Dios se precipita,<br />Plan divino trasciende el mundo creado<br />Con todo el universo que ha triunfado.<br /><br />Profundamente Cristo resucita<br />Y el mundo nuevo más que humanizado,<br />Eternamente lo ha divinizado.<br />¡Ven mundo creado,<br />Maravillosamente<br />Divinizado!<br />El Testigo de Dios<br />Un solo Dios y tres personas<br />Revelación divina en la humanidad de Cristo que es divina<br /><br />Testigo Cristo del monoteísmo<br />Que el ser divino en su divinidad<br />Es uno solo integrado en su unidad,<br />Quien me ve mira al Padre en uno mismo.<br /><br />Porque amor que les une es ese abismo<br />De perfecta absoluta intimidad<br />Y en su vida interior la inmensidad<br />Atesora ese amor sin espejismo.<br /><br />Primordial a Creador y al mudo creado<br />Engendra el Padre al Hijo por amor<br />Siendo el Hijo eterno su engendrado.<br /><br />El Santo de los santos es sagrado<br />Tres personas divinas en un Dios<br />Padre, Hijo y Espíritu de Amor.<br />Un solo Dios <br />En la vida divina<br />Y tres personas.<br />La Redención<br />A los ojos de Dios fue necesario para redimir<br />El que Cristo tuviera que morir para resucitar<br /><br />Cristo es vida en la cumbre del dolor<br />Cuando muere en la cruz que merecemos,<br />La vida muere pero no el amor<br />Que inmortal resucita cual sabemos.<br /><br />Vida eterna resurge en su esplendor<br />Venciendo al mal el bien como entendemos,<br /> Dios le llena de gloria por su honor<br />Que es el triunfo inmortal que pretendemos.<br /><br />Luz eterna se le quedó prendida<br />En su cuerpo apagado de tal suerte<br />A oscuras en las sombras de la muerte.<br /><br />Espíritu que alienta y fuego fuerte<br />La luz del mundo que alumbró encendida,<br />Sintiendo en sí la fuente de la vida.<br />La cruz que es nuestra,<br />Se la adjudica Cristo<br />Y la hace suya.<br />Creador y Creación<br />Noche infinita frente al mar y el universo<br />Su silencio es grito del alma<br /><br />Las olas son las voces de los mares<br />Silencio de la luz, hablan callados<br />Universos de cielos estrellados,<br />Canten salmos, oceánicos cantares.<br /><br />Canta el alma lamentos y pesares<br />Se lamenta esperando el bien deseado<br />En la tierra el amor desesperado,<br />Dios en silencio y sus sagrados lares.<br /><br />Los ángeles se ponen a cantar<br />Y nuestra alma a anhelar el infinito,<br />Su silencio en la noche, nuestro altar.<br /><br />Ser todo en la Creación para adorar<br />Meditar que el silencio es resucito,<br />Y es el nombre de Dios lo que hay inscrito.<br />Creador Creación<br />Y noche universal,<br />Para adorar.<br />La Trinidad<br />Padre e Hijo en la unidad del ser divino<br />Unidos personalmente por Amor<br /><br />Amor eterno en la divinidad<br />De los cielos divino regocijo<br />Nadie conoce al Padre sino el Hijo<br />Engendrado desde la eternidad.<br /><br />Vida eterna de amor en unidad<br />La gloria de los cielos que bendijo<br />Desenredar la tierra de enredijo<br />Bondad y claridad de amor verdad.<br /><br />Cuando muere y también resucitado<br />El Padre celestial da testimonio<br />De que Cristo es su Hijo bien amado.<br /><br />Es herencia y divino patrimonio<br />Paternidad y filiación unidas,<br />Inseparables, lo que Dios más cuida.<br />Tal como es Dios<br />Divino uno y trino,<br />Cristo en nosotros.<br />La luz divina<br />Dios luz y vida que ilumina de amor<br />Los cielos y la tierra<br /><br />Esta luz en la gota de rocío<br />No es del sol ni de todas las estrellas<br />Transparencia y mirar de cosas bellas<br />Más allá de las nubes en navío.<br /><br />Luz eterna infinita en su cuantío<br />Más profunda y sin fondo toda ella<br />La intimidad de Dios su luz más bella<br />Brotando de Él, como divino río.<br /><br />Esta luz alumbrando el infinito<br />Es presencia divina, luz y calma<br />Transparencia divina, toda el alma.<br /><br />Es la eterna verdad perfecto escrito<br />Ser de amor y bondad al pecho inscrito,<br />La gota de agua el corazón en llama.<br />La luz divina<br />Creador y la Creación,<br />Todo ilumina.<br />La gloria del Reino<br />Dios al soberbio lo vomita y al humilde da su gracia<br />Y el amor y la gloria de su ser<br /><br />¿Es grandeza del hombre ser soberbio?<br />Despreciando el que Dios es su Creador,<br />Más grandeza en verdad es ser humilde<br />Aceptando del todo al Salvador.<br /><br />La soberbia del hombre es su mal nervio<br />Al portarse arrogante ante el Señor,<br />Servir a su Palabra, hasta la tilde<br />Le conviene al seguro servidor.<br /><br />Dios vomita al soberbio y lo destruye<br />Si se humilla, le exalta y reconstruye<br />Ser humilde ante Dios, es ser un genio.<br /><br />Humilde mansedumbre nos construye<br />No el nervio sin cerebro, sino ingenio,<br />Se trata de la gloria de su reino.<br />Venga tu reino,<br />Justicia, amor y paz,<br />La vida eterna.<br />Monoteísmo en la cumbre<br />Un solo Dios y su unidad inquebrantable y gloriosa<br />Uno en su divinidad trinitaria<br /><br />Superior al error del panteísmo<br />Siendo el todo en todo y por todo<br />Resurrección en vez de polvo y lodo<br />La realidad de Dios, monoteísmo.<br /><br />Cuerpo místico es del cristianismo<br />Cristo humano y divino en su acomodo<br />Creador y la creación son de tal modo<br />La realidad, divino misticismo.<br /><br />Amor del Padre en su sabiduría<br />En la cumbre del ser, el ser divino<br />Cristo luz de esa gloria y su camino.<br /><br />Monoteísmo en culto de latría<br />Panteísmo que no es idolatría,<br />Es plenitud del alma y su destino. <br />Un solo Dios<br />Distinto en tres personas,<br />En nuestras almas.<br />Divina herida<br />Eternamente el amor herido pero feliz<br />Con la salud eterna de la gloria<br /><br />Es de Dios la profunda inmensidad<br />La de Cristo en profundo Cristianismo<br />De verdad y de amor el gran abismo<br />Es del hombre también su intimidad.<br /><br />Connatural a la divinidad<br />Dios su Padre con El es uno mismo<br />Y en su ser diviniza el humanismo,<br />Por amor y en unión de eternidad.<br /><br />Esperanza es el hombre celestial<br />En la gloria del cielo angelical,<br />Profundidad de Cristo vida eterna.<br /><br />Y encumbrado en la cumbre sempiterna<br />Nos sublima en su cuerpo espiritual<br />Y en su herida de amor, ¡Cristo inmortal!<br />Amor herido<br />Lo cura solo Dios,<br />Su eterno nido.<br />Ojos de sabiduría<br />Mirando y escuchando la Creación<br />El ojo ve y el oído escucha a Dios<br /><br />Partículas atómicas actuando<br />Bioquímica en acción que nos asombre,<br />Sabiduría almacena cada nombre<br />Las huellas que el cerebro va encontrando.<br /><br />Neuronas del cerebro están hablando<br />Consciente la conciencia ve su nombre,<br />Cuanta ciencia de Dios descubre el hombre<br />Sabiduría divina trabajando.<br /><br />La cuántica midiendo en su teoría,<br />La mente del Creador todo ilumina<br />Y es ciencia del saber sabiduría.<br /><br />Sin teorías lo divino es energía<br />Y los hechos de Dios siempre adivinan<br />La evidencia cual es, ¡fuerza divina!<br />Viste azul cielo<br />Para mirar a Dios,<br />¡El alma humana!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-81092827248558812762011-08-17T07:48:00.000-07:002011-08-17T07:55:08.568-07:00Evolución del ser y plenitud de la materiaLa interpretación de la materia como evolución hacia nuestra realidad histórica a partir de la hipótesis cosmológica del estallar del universo no necesariamente repugna o contradice la tradición humano espiritual de orientación divina como revelación. Lo que la mente humana descubre en la naturaleza es susceptible de armonizar con las realidades superiores del mundo del espíritu, porque el espíritu de la materia y la materia del espíritu son un encuentro universal en el alma humana donde se realiza también el encuentro con Dios. Superior a las hipótesis y las teorías del hombre y más allá de la ciencia y su evidencia espacial y temporal existe la verdad suprema como estética de la razón práctica capaz de contemplar en la fe, la esperanza y el amor la belleza de Dios. El visita el alma humana, atraído por la fe, y viene al hombre quien por acción de fe contempla internamente la presencia de Dios.
<br /> La integración del hombre es imperativa totalmente o su desintegración total. El poder de la tecnología en sus manos puede reconstruir o destruir la vida humana en el planeta con proyecciones definitivas menospreciando el plan de Dios para que persista como continuidad de posibilidades el don de realizar una vida divina. Los valores de la axiología del espíritu y de la materia evolucionan en el ser humano con ambas trayectorias en su perspectiva con la gran disyuntiva de supervivencia o extinción.
<br />La humanidad está por escribir su destino como poema de tragedia o como debe ser, el himno triunfal y una oda de alegría hacia la plenitud del amor y de la vida. Necesitamos poner en acción nuestra fuerza constructiva e inspirarnos en la intuición del Creador tan dentro de la materia misma como del alma humana plataforma inconmovible que nos afianza a la gran esperanza inquebrantable de unir los cielos y la tierra y lo divino con lo humano en los valores del ser. Abrir las alas hacia la plenitud inmortal del espíritu de Dios y la materia perenne llena de su gloria. No debemos hacer de la vida un bosquejo de la nada sino todo lo contrario, debemos respetar la vida desde su origen del nacer para vivir la vida misma que naciendo en nosotros debe trascender hasta el triunfo de su historia.
<br />Nacemos para vivir a pesar de tener que morir, nuestro destino se proyecta hacia la felicidad a pesar también de sufrir tanta desdicha. Nacemos para ser libres a pesar de la esclavitud. Nacemos para la paz a pesar de nuestras guerras. Nacemos con derechos de igualdad a pesar de nuestros tropiezos y sus culpas. Nacemos para amar a pesar del odio que amarga nuestra vida. Nos entusiasma la esperanza en crecimiento como azahares de luz que se renuevan como estrellas de la inmensa lejanía que aunque se marchitan y se apagan renacen a la vida desde el fondo de nuestro ser. Nos desafía el imperativo categórico, debemos ser.
<br />
<br />
<br />
<br />Visionario de Dios
<br />La intimidad de Dios en los límites del universo
<br />Es cumbre y el abismo insondable del ser divino
<br />La divina visión nos ilumina
<br />Y en el tiempo parece que vislumbra,
<br />Que es la fe del amor que nos alumbra
<br />La presencia de Dios, su faz divina.
<br />La esperanza y la fe fueron su mina
<br />Claro oscuro del tiempo en la penumbra
<br />La misma eternidad que nos deslumbra
<br />Amor eterno que jamás termina.
<br />Cuando dentro del alma le encontramos
<br />Nos entendemos con la eternidad,
<br />No es teoría ni relatividad.
<br />Le sentimos divino y necesario
<br />Caminando con El mientras llegamos,
<br />¡Mansión divina, todo su escenario!
<br />De la eternidad,
<br />Necesario absoluto
<br />Es Dios eterno.
<br />
<br />
<br /> Evolución del Amor
<br />Grandes aguas no ahogan el amor
<br />Ni apagan su fuego feliz e incandescente
<br />
<br />Espíritu de Dios es en el hombre
<br />Corazón que palpita en la materia
<br />Agua viva de luz divino el nombre
<br />Y el rio del universo por su arteria.
<br />
<br />La eternidad y el tiempo que se asombre
<br />Del amor y la fe que andan de feria,
<br />Y hace eterna verdad su sobrenombre
<br />Ser hombre y Dios, en Cristo cosa seria.
<br />
<br />Con todo el universo en su camino
<br />Divina fe del corazón humano
<br />Fraternidad de Cristo soberano.
<br />
<br />El corazón de Dios puesto en su mano
<br />Creador y la Creación ante su sino,
<br />El amor, no discute su destino.
<br />Enamorado
<br />Halló su perla fina,
<br />¡Amor amado!
<br />
<br />La negación de Dios
<br />Acontece al hombre negar a Dios
<br />Y afirmarlo por gracia con mayor certeza
<br />
<br />El necio según su mente excéntrica
<br />Le dice al corazón que no hay un Dios,
<br />Luz sin luz y la mirada tétrica
<br />Cerrando a su oídos la gran voz.
<br />
<br />Materia y superhombre, la física,
<br />Evolución errática y atroz
<br />La razón y su impureza crítica,
<br />Errando el vuelo del error en pos.
<br />
<br />Moral Pureza, y categórica
<br />Realidad de la razón estética,
<br />Trascendencia de fe y valor divino.
<br />
<br />Fenómeno y el numen del camino
<br />La Sustancia del ser, metafísica,
<br />Dios y hombre afirmando su destino.
<br />El hombre necio,
<br />Por gracia rectifica
<br />Y encuentra a Dios.
<br />
<br />El Absoluto necesario
<br />Amor que sin amor no puede nada
<br />Y se aniquila todo o se realiza en todo amor necesidad de amar
<br />
<br />El nos une a su ser y nos convoca
<br />Regresa al punto de partida inverso
<br />La inmensidad de todo el universo
<br />Y nos besa en el beso de su boca.
<br />
<br />Con su amor que divino no revoca
<br />No extiende el universo más extenso
<br />Su intimidad de amar, amor inmenso
<br />La misma eternidad amando evoca.
<br />
<br />Es Dios que existe en su divino centro
<br />Persistente en su amor de intimidad,
<br />Es corazón de su divinidad.
<br />
<br />Si su reino en nosotros se haya dentro,
<br />Nosotros, estaremos más adentro
<br />En sus entrañas de la eternidad.
<br />El alma humana
<br />Y el Espíritu de Dios
<br />En absoluto.
<br />
<br />Fe en nuestro sino
<br />Instinto humano y también divino
<br />Como el de Cristo a su manera
<br />
<br />Sabiéndole divino en sus expensas
<br />El amor conyugal no es desdichado,
<br />Uniendo el ser al ser uno integrado
<br />Lo hace el corazón, y ni lo piensa.
<br />
<br />Es cosa del amor ser cosa inmensa
<br />Y se es feliz estando enamorado
<br />Hacer sentirse bien al ser amado
<br />Y no lo hace exigiendo recompensa.
<br />
<br />Si entiendes bien lo que es naturaleza
<br />Descubre que el amor es don divino
<br />Sin poder encontrar mejor destino.
<br />
<br />Que Dios existe en medio de tu sino
<br />Compartiendo contigo su riqueza
<br />Uniéndote a su amor con entereza.
<br />Amor divino
<br />El destino del alma,
<br />Certeza plena.
<br />
<br />Amor de Amistad
<br />Benevolencia en el amor la divina amistad
<br />Los caminos de su amor la eminencia de Dios vivo
<br />
<br />Resucita el sepulcro, ¡oye Campania!
<br />Cristo llama y le toma de la mano
<br />Poderosa su Voz, Lázaro hermano,
<br />¡Sal de allí y resucita hoy en Bethania!
<br />
<br />Más blanca en su blancura no es Albania
<br />Su divina amistad pura y humana
<br />Del hermano querido y dos hermanas,
<br />Los amigos de Cristo de Bethania.
<br />
<br />Solo Cristo en el alma de Dios llena
<br />De amor eterno y así es en Magdalena,
<br />Divino Príncipe del reino celestial.
<br />
<br />Y supera el amor angelical
<br />Su cuerpo de materia espiritual
<br />Nació de carne y de la gracia plena.
<br />Es Dios y el hombre
<br />La pureza divina,
<br />¡Amor de Cristo!
<br />
<br />Autenticidad del amor
<br />El amor programa el plan de Dios
<br />Autentico en sí mismo y en su amor al hombre
<br />
<br />Dios eterna verdad del humanismo
<br />Es autentico amor, sabiduría
<br />De Amor sin egoísmo ni cinismo
<br />Mucho menos de falsa hipocresía.
<br />
<br />La bondad de los hechos es Dios mismo
<br />Testifica en quien se hace profecía,
<br />Si Cristo está presente el Cristianismo
<br />Es cristiano en verdad, no fantasía.
<br />
<br />Generosa bondad no se fatiga
<br />Ni es estricta justicia que castiga,
<br />Quien me sigue conmigo es mi testigo.
<br />
<br />Quien se vence a sí mismo que me siga
<br />Viniendo al Padre estará conmigo
<br />Que el reino de los cielos le consigo.
<br />El Padre bueno
<br />De amor inmenso lleno,
<br />Es entrega total.
<br />
<br />Amor conyugal
<br />Lo que Dios ha unido
<br />No lo separa el hombre y madura en la unión con Dios
<br />
<br />Es jardín que yo siento florecer
<br />Y me miro en mi esposa como espejo
<br />Mirándole feliz amor parejo
<br />De amor carnal y espiritual placer.
<br />
<br />Y a mí me siento rejuvenecer
<br />Con labios de licor y vino añejo,
<br />Con ella soy feliz en su reflejo
<br />La intimidad del hombre y la mujer.
<br />
<br />Sensualidad feliz acontecer
<br />Sexualidad humanidad y ser,
<br />Siempre aspiro a lo eterno femenino.
<br />
<br />Con mi ser en lo eterno masculino
<br />Sentir la eternidad me es menester,
<br />Inspirado en divino amanecer.
<br />Unión sublime
<br />La eminencia de Dios,
<br />Amor eterno.
<br />
<br />La entrega del amor
<br />La decisión de amar como entrega total
<br />Es amor de verdad que afianza Dios
<br />
<br />Si se logra en la cumbre del camino
<br />La decisión de amar a Dios enlaza,
<br />Nunca rompe ese abrazo en que El abraza
<br />Y es triunfo del amor nuestro destino.
<br />
<br />La libertad de amar es don divino
<br />Si lujuria es amor siempre fracasa
<br />Y muere pronto o se va de casa
<br />Y el amor libre se hace libertino.
<br />
<br />No debemos dejarnos fracasar
<br />La libertad de amar logra triunfar
<br />Con entrega total al ser amado.
<br />
<br />El amor si es amor enamorado
<br />No nos puede jamás abandonar
<br />Debemos elegir eterno amar.
<br />Si Dios se entrega
<br />Debemos entregarnos,
<br />Triunfa el amor.
<br />
<br />El amor fiel
<br />Felicidad del hombre y la mujer no en la pluralidad
<br />Sino en la intimidad singular del amor fiel
<br />
<br />Pretende el hombre, macho en su poder,
<br />La que llega jamás puede sobrar
<br />Ni aquella que se va llega a faltar,
<br />Lo ignore o no, tal hace la mujer.
<br />
<br />El honor, la mujer debe comprender,
<br />Plena honradez de quien le quiere amar
<br />La humana dignidad que exige honrar,
<br />Es digno el hombre con este parecer.
<br />
<br />No es verdad el amor si otro acontece
<br />Con la moda de la promiscuidad,
<br />A la bestia el hombre se parece.
<br />
<br />El honor del amor que se envilece
<br />Avergüenza a la humana dignidad
<br />Corrompiendo la humana sociedad.
<br />Desde el principio
<br />Dios hizo hombre y mujer
<br />Y el amor fiel.
<br />
<br />La unión con Dios
<br />Espíritu de Dios en la materia
<br />Plenitud elocuente de Dios y del hombre
<br />
<br />El triunfo del amor es inmortal,
<br />Seremos en los cielos virginales
<br />Como Ángeles de Dios angelicales,
<br />En la gloria divina y celestial.
<br />
<br />Materia espiritual no sufre el mal
<br />Gozamos de placeres conyugales
<br />Tanto carnales como espirituales,
<br />Divinidad en Dios, hoy divinal.
<br />
<br />El hombre ya no sufre de miseria
<br />Y el tiempo fue una cosa transitoria,
<br />La eternidad, es hora perentoria.
<br />
<br />La dicha de ser Cristo real su nombre
<br />Espíritu de Dios en la materia,
<br />Realiza a plenitud ser Dios y hombre.
<br />En la materia
<br />El Espíritu de Dios,
<br />Plena elocuencia.
<br />
<br />Misterio del amor
<br />Es la magia de Dios divino duende
<br />El misterio de todo lo divino que El entiende
<br />
<br />El hechizo de amor es un placer
<br />Y divina inquietud que no desmalla
<br />Es poder portentoso del destino
<br />Infinito el amor, esa es su talla.
<br />
<br />El hechizo del hombre y la mujer
<br />Hechicero que hechiza la pantalla
<br />No es hechizo de amor, es don divino
<br />Que canta al corazón, jamás se calla.
<br />
<br />Quien le quiera comprar es más que necio
<br />Tan precioso el amor no tiene precio,
<br />Solo el alma inmortal y soberana.
<br />
<br />El hechizo de amor es una mina
<br />Rematando preciosas joyas finas,
<br />Es la perla de Dios, ¡y sólo El gana!
<br />Más que un hechizo
<br />El misterio de amor
<br />Para El lo hizo.
<br />
<br />El tesoro del reino
<br />Haced riquezas con las del mundo
<br />Y atesorad tesoros en los cielos
<br />
<br />Los ángeles de Dios del cielo informan
<br />No tiene orín el corazón sincero
<br />Ni polilla el tesoro verdadero,
<br />Que amor eterno todo lo reforma.
<br />
<br />Amor a los demás a Dios conforma
<br />En vida eterna como amor primero
<br />Y es maravilla, imperecedero,
<br />Los bienes de la tierra se transforman.
<br />
<br />La Palabra de Dios tiene razón
<br />Y atesora allí en su corazón,
<br />Que hacer el bien a los demás es oro.
<br />
<br />Dios comparte entonces su tesoro
<br />De corazón sirviendo a los demás
<br />Para vivir y revivir en paz.
<br />Haz tu tesoro
<br />Y sirve a los demás,
<br />Como hace Dios.
<br />
<br />Plenitud de la gloria
<br />Irremisiblemente el plan de Dios
<br />
<br />A Dios y a Cristo y a la eternidad
<br />El bien hacer y el mal vencer les place,
<br />Eterna libertad les satisface
<br />Y el criterio intachable de verdad.
<br />
<br />Se define en su eterna libertad
<br />Al plantearse que se hace o se deshace,
<br />Viendo el bien que es mejor y que complace
<br />La justicia afianzando en la bondad.
<br />
<br />Amor elige a quienes han amado
<br />Y el reino de los cielos lo han logrado,
<br />Dios glorifica su divinidad.
<br />
<br />Cristo pleno perfecta claridad
<br />Eligiendo a quienes ha salvado,
<br />¡Glorifica también la humanidad!
<br />Ninguna pena,
<br />Lo divino y lo humano
<br />La gloria plena.
<br />
<br />
<br />La acción de Dios y su Palabra
<br />Los cielos y la tierra pasarán pero no mi Palabra
<br />Que es vida eterna
<br />
<br />Espíritu del bien ser absoluto
<br />La plenitud de amar, todo su ser,
<br />Plenitud del perfecto acontecer
<br />Y evolución de espíritu y materia.
<br />
<br />La eternidad jamás está de luto
<br />Necesidad de ser sin perecer,
<br />Vida eterna es divina en su poder
<br />Divino el corazón, feliz su arteria.
<br />
<br />El bien y el mal y su revolución,
<br />El Creador, la Creación, su evolución,
<br />La eternidad y el tiempo y su proceso.
<br />
<br />Y espíritu de Dios en todo eso,
<br />La buena nueva y su revelación
<br />Y el Salvador y su resurrección.
<br />Existe Dios
<br />Sus ángeles y el hombre,
<br />Todo en su Voz.
<br />
<br />Unidad en plenitud
<br />Dios es solo uno y la plenitud de su gloria solo suya
<br />Y en Cristo la comparte con los ángeles y el hombre
<br />
<br />Es suyo el manantial, se lo apersona
<br />Del profundo infinito en El inverso
<br />Su amor eterno la verdad eterna,
<br />Armonizando el bien uno y diverso.
<br />
<br />Poema que es divino en prosa o en verso
<br />La unión con Dios, su ser y su persona,
<br />No se trata de unirse al universo
<br />Divina intimidad, es su corona.
<br />
<br />Los ángeles de Dios cantan su gloria
<br />Más que estrellas que alumbra el firmamento,
<br />Divina eternidad cada momento.
<br />
<br />Vida eterna en el alma Dios contento
<br />Su plenitud de ser Cristo en su aliento,
<br />Dios y Hombre, eterno en su memoria.
<br />Plenitud de ser
<br />Gloriosa unión con Dios,
<br />Dios y Hombre.
<br />Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-71160475750543860442011-08-03T06:59:00.000-07:002011-08-03T07:04:40.507-07:00Vision del hombre fenómeno humano y alegoría divinaCatadura del alma y Trascendencia divina<br />Creación y evolución superior a los dogmas y la ciencia<br />Alma y Dios dialogando el universo<br /><br />El corazón divino en la razón<br />Del poder de su amor en plena feria,<br />Ser feliz para Dios es cosa seria<br />Madurando cuanto hace a perfección.<br /><br />En el centro del ser su corazón<br />Con su vida divina cuya arteria,<br />Alimenta hasta el alma la materia<br />Con su espíritu en toda la Creación.<br /><br />Padre e Hijo eternos se conocen<br />De donde nace su revelación,<br />La Palabra de Dios, es su intuición.<br /><br />La Creación en divina evolución<br />A todo el universo reconoce,<br />¡Cristo Verbo de Dios, resurrección!<br />Dios es el Alfa<br />Pidiendo que lo lean,<br />¡Gloria y Omega! <br />Catadura del alma<br />Aprender lo que sirve al hombre perder el mundo entero<br />Y ganar el alma<br /><br />Descubrir en el alma sus anhelos<br />Militar de la vida aquí en la tierra<br />Perdiendo las batallas por la guerra,<br />Luchando por el reino de los cielos.<br /><br />Divina libertad halla consuelo<br />Que espíritu del hombre no se aferra<br />No al oro de la jaula que le encierra,<br />Sí a abrir las alas y a emprender el vuelo.<br /><br /> Dejar el universo en travesía,<br />El éxtasis de amor no es fantasía<br />Que es más que el infinito en su momento.<br /><br />El tiempo no la eternidad porfía<br />Desplegando la luz del pensamiento,<br />La vida eterna con el cien por ciento.<br />Gran hermosura<br />Que el alma aspira a Dios<br />En su estructura.<br />Visión de Vida eterna<br />Percibiendo al hombre fenómeno humano<br />Y alegoría divina<br /><br />Evolución de paleontología<br />Soy el hombre de ayer en esa historia<br />Soy también su raíz, la prehistoria<br />Fenómeno de ser, filosofía.<br /><br />Soy el hombre de la antropología<br />Plenitud de la vida en mi memoria<br />Resurrección de Cristo perentoria,<br />Poema de divina alegoría.<br /><br />Soy el hombre de ayer y del mañana<br />Y el futuro de ser cada mañana,<br />La eternidad del tiempo en que maduro.<br /><br />Poder de amar es fuerza soberana<br />Su alegoría es verdad, Cristo seguro,<br />La vida eterna existe y lo aseguro.<br />Visión eterna,<br />Presente del pasado <br />En mi futuro.<br />El don por excelencia<br />Debe ser el amor que supera todo<br />Por su inmensidad infinita donación de Dios al hombre<br /><br />Providente el amor y su destino<br />Cristo el alfa y omega en su Palabra,<br />Los perros del infierno siempre ladran<br />Y la gloria de Dios logra su sino.<br /><br />Dios trabaja en silencio el plan divino,<br />Del enviado perfecto el cuerpo labra<br />Con cincel salvador que le taladra<br />Y en secreto contempla sus caminos.<br /><br />El cuerpo místico en su esplendor<br />Integra el tiempo y la eternidad,<br />El Cristo pleno en su divinidad.<br /><br />La luz de la verdad no elige en vano<br />Cielo y tierra escogiendo el mismo plano,<br />Dios y hombre perfecto don de amor.<br />Todo es perfecto,<br />Superior en Dios mismo<br />Es el amor.<br />Los elegidos<br />A la orilla del tiempo la eternidad<br />La red del Pescador con sus elegidos<br /><br />El divino poder se ha declarado<br />Ejércitos de Dios, perseguidores<br />Con san Miguel arcángel que ha triunfado,<br />Los ángeles de Dios con esplendores.<br /><br />Satanás al infierno lo ha lanzado<br />Con todos cuantos sean sus seguidores,<br />Tal la gloria del cielo ha proclamado<br />¡Quien como Dios, se sirve con loores!<br /><br />La humanidad de Job y el mundo entero,<br />Satanás tienta al mundo por dinero<br />Pero Cristo en su cruz nos ha salvado.<br /><br />El soplar de su boca le aniquila,<br />Que al fin del mundo la maldad desfila<br />Y el Padre eterno lo ha glorificado.<br />Los elegidos <br />Del mundo redimido,<br />¡Triunfo de Cristo!<br />Salmodia y parodia<br />El límite de la maldad en el mundo<br />Será la plenitud del reino de Dios<br /><br />En la humildad pequeña de mi verso<br />El alma canta a Dios esta parodia,<br />Las cuerdas del soneto mi salmodia<br />Al supremo Señor del universo.<br /><br />Que el bien derrote al mal que le es adverso<br />Sembrando la cizaña y la discordia,<br />Triunfe amor al final y la concordia<br />Y el poder del Señor venza al perverso.<br /><br />Reviva en todo el mundo su victoria,<br />Fortaleza de Dios, los redimidos,<br />Que levante también a los caídos.<br /><br />Todo mundo en verdad no está perdido,<br />Vea el Príncipe de paz desde su gloria<br />Este siglo veintiuno en su memoria.<br />Haz tu voluntad<br />Venida de tu reino,<br />Príncipe de paz.<br />Destino divino<br />Nadie sabe del Padre sino el Hijo<br />Y a quienes quiera revelarlo<br /><br />La humanidad conoce o desconoce<br />La existencia de Dios por tradición<br />Y también por la luz de la razón<br />O al revelarse, si le reconoce.<br /><br />La humanidad por Cristo a Dios conoce<br />Hijo suyo, su mente y corazón<br />Divino rostro y su revelación <br />El es Dios con nosotros desde entonces.<br /><br />La humanidad es el hombre en cada hombre<br />Herencia de tendencias, circunstancias<br />Y en sus entrañas las divinas ansias.<br /><br />Letra es Cristo y Palabra de su nombre,<br />Humanidad con sed y con su instancia<br />Toda el hambre divina en su constancia.<br />A tal misterio<br />La humanidad aspira,<br />Dios su destino.<br />Ante la divina presencia<br />Las parábolas de Cristo lo proponen<br />El destino del hombre<br /><br />Es milagro de Dios, no es imposible<br />La conducta del buen samaritano<br />Ni encontrar tanta fe entre los paganos,<br />Le maravilla a Cristo ser posible.<br /><br />Testimonio de fe ante lo invisible<br />Pedir a Cristo generosa mano<br />Y abrir el Paraíso, soberano,<br />El buen ladrón pidiendo lo increíble.<br /><br />Es el juicio de Dios y su criterio<br />Maravilla divina y gran misterio,<br />No hay quien no comparezca en su presencia.<br /><br />Al fin de cuentas es su pertenencia<br />Y escudriña de todos la conciencia,<br />Juzgar la humanidad lo toma en serio.<br />Vivos y muertos<br />Ante el Padre celestial,<br />La humanidad.<br />Maravilla de Dios<br />Quien tenga oídos para oír que escuche<br />Quien tenga ojos para ver le mire<br /><br />Presente al tiempo la Creación se asombra<br />Victoria de la luz, triunfa en su lucha,<br />Si ante los ojos la mirada es ducha<br />Agradezca al Creador bajo su sombra.<br /><br />Si el hombre inventa a Dios o Dios al hombre<br />Blasfemia el hombre de inventarle es mucha,<br />Quien tenga oídos para oír escucha<br />Que es grito el universo de su nombre.<br /><br /> Siglo veintiuno, encuentra su presencia,<br />No destruyas el mundo en el que vives<br />Ni la tierra de Dios donde convives.<br /><br />Oye su voz que grita en tu conciencia<br />Su evidente existir con elocuencia,<br />La eternidad de ser que en ti concibe.<br />Ve que te asombre<br />Dios es la vida eterna,<br />Oye su nombre.<br />Alimento del alma<br />Semilla de vida eterna su palabra<br />La intimidad de Dios en el alma<br /><br />Nos parecen decir les asimilo<br />Tiernas aves, sus picos en la arena<br />Encuentran los insectos cosa buena<br />Y alimentan sus vidas a su estilo.<br /><br />La serpiente y su fuerza portentosa<br />Tiernamente le dice soy tu asilo<br />Y la boa devora al cocodrilo,<br />Increíble amplitud pero es la cosa.<br /><br />La intimidad de Dios nos dice invito<br />Y el alma se alimenta de infinito,<br />Su palabra nos sirve de sustento.<br /><br />Su inmensidad de pan nuestro alimento<br />La semilla en verdad trigo exquisito<br />Es pan de eternidad y no es un mito.<br />Con su universo<br />La grandeza de Dios,<br />Dentro del alma.<br />Tras la conciencia de Dios<br />El Señor es Juez del universo y en su juicio<br />Exalta a los humildes y humilla a los soberbios<br /><br />La paz de Cristo y el monoteísmo<br />Dios ha elegido y al Cristo de Israel<br />Para estar con nosotros Emanuel,<br />Divina paz, no acepta el terrorismo.<br /><br />Brahmanismo no elige ni el Budismo<br />Ni a Zoroastro ni torres de Babel,<br />Es su triunfo el amor y amor es El<br />No guerras del Islam o el Cristianismo.<br /><br />Divino Juez y la justicia El mismo,<br />Elige el bien no el mal, pleno derecho<br />Triunfa el bien sobre el mal ante los hechos.<br /><br />No debemos juzgar con optimismo<br />Ni tampoco juzgar con pesimismo,<br />Con amor juzga Dios, lleno su pecho.<br />Amor de Dios<br />Exalta a los humildes,<br />No a los soberbios.<br />Plenitud de la gloria<br />Irremisiblemente el plan de Dios<br /><br />A Dios y a Cristo y a la eternidad<br />El bien hacer y el mal vencer les place,<br />Eterna libertad les satisface<br />Y el criterio intachable de verdad.<br /><br />Se define en su eterna libertad<br />Al plantearse que se hace o se deshace,<br />Viendo el bien que es mejor y que complace<br />La justicia afianzando en la bondad.<br /><br />Amor elige a quienes han amado<br />Y el reino de los cielos lo han logrado,<br />Dios glorifica su divinidad.<br /><br />Cristo pleno perfecta claridad<br />Eligiendo a quienes ha salvado,<br />¡Glorifica también la humanidad!<br />Ninguna pena,<br />Lo divino y lo humano<br />La gloria plena.<br /><br />La Misión de Cristo<br />Quien a mi me recibe también recibirá al Padre que me envió<br />Y haremos allí nuestra morada<br /> <br />Cristo predica con la buena nueva<br />Eterno Paraíso y nuevo Edén<br />Lo mismo que el Creador de Adán y Eva<br />Al reino de los cielos dice ven.<br />Es Príncipe de paz, nació en Belén<br />De la Virgen María, en una cueva<br />De Israel capital, Jerusalén<br />De naciones del mundo que renueva.<br /> El Mesías ha inventado su camino<br />La verdad y la vida del destino<br />Y de amor sin igual, la vida eterna.<br />Tres años publicó su testimonio<br />Y fiel al Padre derrotó al demonio<br />Prometiendo volver, tal como vino.<br />Aun no termina<br />La Misión de Cristo,<br />Va en el camino.<br /><br /><br /><br />Por la justicia y la paz<br />Libertad justicia y providencia del destino<br />Abra el camino<br />Padre nuestro del hombre universal<br />El alma tu Palabra la alimenta<br />Pan de trigo con fuerza material<br />Lo sabes, necesita y se sustenta.<br />Padre nuestro bondad espiritual<br />Que alimentas el alma de contento<br />Haz justicia social del capital<br />Y que a nadie le falte su alimento.<br />Padre nuestro amigo de los pobres<br />Cuida al rico epulón que no le sobre,<br />Tu justicia social, haz providente.<br />La avaricia del rico no mal obre<br />Riqueza de tu mina, ve la gente,<br />Padre nuestro, la fuente justamente.<br />Dios providente<br />Misterio del destino,<br />Fe en el camino.<br /><br /><br /><br /><br />Utopía y realidad<br />No es utopía la realidad del ideal<br />Y la justicia social<br /><br />No levanta la cara y la inclina<br />Incapaz de la paz y de la guerra<br />No decide en la lid sobre la tierra<br />Capital liberal, cuando declina.<br />Socialista Republica de China<br />Si la puerta América se cierra<br />Quebrado el capital hasta Inglaterra<br />El Dragón, se apodera de la mina.<br />Si justicia social abre la puerta<br />Suministra mejor la economía<br />Y el trabajo se pone en armonía.<br />Sagrada libertad si es cosa cierta<br />La justicia social, no es cosa muerta<br />Sea del rico y del pobre la alegría.<br />Del capital<br />Requiere lo esencial,<br />El ser humano.<br /><br /><br /><br />Liberación universal<br />Libera el mundo creado ante el Creador<br />Cristo judío rey de las naciones y del universo:<br /><br />Vistiendo desnudez su bella toga<br />Quien como Dios para decir lo mío,<br />Oro y plata se libra de la soga,<br />Liberación de Cristo, que es judío.<br />Ascético de más místico y yoga<br />De toda la Creación que se hace río, <br />Es Él quien debe ser y quien se arroga<br />La humana condición librar de líos.<br />Mayor que el Ganges el Nilo y Amazonas<br />Que todo el Misisipi y los demás,<br />Es Sagrado Jordán como el que más.<br />El río del universo Dios sazona<br />Con toda la Creación entre sus manos,<br />¡Dios, más que el universo mar y océanos!<br />Cristo y su mano<br />Divino el Paraíso,<br />¡Él lo rehízo!<br /><br /><br /><br />Visión del hombre fenómeno humano y alegoría divina.<br />Es posible que la existencia del tiempo y del espacio y todo el universo existan en el contexto de la eternidad como plenitud de inmensidad infinita. La filosofía de la religión generalmente se convierte de filosofía en teología en cuanto que la razón preguntando a la fe humaniza lo divino. En el caso de los mitos orientales parece haber acontecido lo contrario. De manera que en historia de la filosofía existe el criterio según el cual los Vedas son considerados como premisas previas, preliminares ante la presencia de los grandes filósofos griegos, Sócrates, Platón y Aristóteles y su filosofía. Y en cuanto a poesía humana la experiencia del hombre expresando lo divino se convierte en poemas y cánticos de bella alegoría como acontece en los salmos de David y sobre todo en las parábolas de Cristo transparentes y sencillas como la luz y la música del alma.<br />La visión del pasado y el fenómeno humano son la inspiración de alguien que ha pretendido<br />de buena fe descubrir la armonía que sugieren las realidades y el sentido de la evolución de la materia y la creencia de un mundo creado. Creación y Evolución no necesariamente son ni contrarios ni contradictorios basados en el testimonio de la Paleontología que nos presenta una realidad progresiva en el acontecer progresivo y gradual a la vez dentro del tiempo en el que va apareciendo el fenómeno de la vida hasta llegar al hombre. Una presentación objetiva y científica de estas realidades no pretende dar un sentido teológico que no le pertenece a la Paleontología sino que propone que la afirmación de una realidad no es la negación de la otra sino que en verdad sugieren que se compaginan siendo una maravilla.<br />Este gran filósofo, sacerdote católico y religioso jesuita y gran paleontólogo del siglo XX es precisamente Pierre Teilhard de Chardin quien después de que fue censurado por el Vaticano por haber considerado su teología gnóstico panteista y evolucioista más tarde en este mismo siglo ha sido singularmente elogiado por el Papa Benedicto XVI quien le reconoce como gran pensador y original ideólogo sobre todo es elogiado interpretando la ortodoxia en su elogio de la liturgia cósmica. <br />Espíritu y materia el hombre expresa su experiencia existencial con la palabra humana cuya expresión de la realidad tiene siempre el perfume y el sabor lógico o poético de una analogía, aun más, puede tener la grandiosidad de una bella alegoría. Las grandes religiones de la historia han enriquecido la literatura y el testimonio grandioso de la historia en forma monumental también en forma arquitectónica o pictórica a más de otras formas del arte, no solo la de la arquitectura y la pintura de la palabra. La alegoría de Dios, de Cristo, de Buda y aun del mismo Mahoma viene siendo testimonio de esta realidad. Y la mente abierta del corazón humano y el respeto a los valores de todas las culturas nos invitan a apreciar en qué forma nos enriquecemos y nos integramos a la verdad absoluta que como realidad suprema es inagotable de expresión e inasequible en su perfección en un mundo no perfecto que aspira a la perfección.<br /><br />Nosotros el Hombre<br />Espíritu y Materia.<br />Ella nos entra por todos los sentidos<br />Y la hacemos nuestra<br />Porque ella nos hace siempre suyos<br />Desde antes y después de aparecer o desaparecer<br />Aunque nosotros que hemos existido en su intimidad permanente<br />Estamos mucho más allá de sus cambios y los nuestros. <br />Ella y nosotros cambiamos y en nuestros cambios nos entendemos<br />Expresándonos por ella que se expresa por nosotros<br />Nosotros somos lo que importa en la materia<br />Y la materia importa por nosotros.<br /> <br />Con una mirada profunda la miramos<br />Y ella al mirarnos nos enseña<br />Y así al irnos mirando vamos aprendiendo<br />Que en materia de energía y en energía de materia<br />No se gana ni se pierde nada<br />Nosotros somos quienes ganamos o perdemos todo.<br />Percibimos en ella su equilibrio apoyada en sus leyes<br />Que paso a paso hemos descubierto<br />Entendiendo que es más lo que ignoramos<br />Contando en descubrir todas las leyes y hacerlas nuestra historia.<br /><br />El intelecto de nuestro espíritu<br />Parece encontrarse con otro intelecto en ella<br />Y establecer un diálogo constante con el corazón espíritu de la materia.<br />Y allí nos gusta merodear con ella el espíritu suyo<br />Y también el nuestro que es la misma maravilla<br />La presencia mágica y la magia de su gran poder.<br />Tenemos una incógnita de su nacimiento<br />Y tal vez también de su posible exterminio.<br />Será que corre en líneas paralelas con nosotros<br />En eso a lo que en nuestro espíritu llamaos eternidad…<br />Evolución de la materia en la presencia del Creador<br />Siendo El su punto de partida y de llegada del Alfa hasta el Omega.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-14642103117103526332010-04-04T18:57:00.001-07:002010-04-04T19:20:35.238-07:00La Pascua en PlenitudSegunda Parte de Visión de Cuaresma<br /><br />La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.<br />Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.<br />Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte. <br />Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.<br />Bondad de la riqueza<br />Soneto<br />Este mundo de Dios lo quiere hermoso,<br />Por la fuerza del mal, parece feo<br />Y al final el demonio será el reo<br />Ante el triunfo del todo poderoso.<br />Este mundo será lo más precioso<br />Redimido por Cristo según creo,<br />Y en la gloria divina ya le veo<br />A pesar de sufrir muerte y destrozo.<br />Dios nos da libertad que hace malicia<br />Cada rico epulón, con su avaricia<br />Su opulencia del pobre hace su presa. <br />Si ambición es infierno de codicia<br />Dios es cielo con toda su riqueza,<br />¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!<br />Bondad de Dios<br />Un cielo de riqueza,<br />Libertad plena.<br />Amor de casa<br />Soneto<br />El amor cerca o lejos sin espejos<br />Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,<br />Dios tiene en este mundo sus dos hijos<br />Uno cerca con El y el otro lejos.<br />En la casa paterna hoy hay festejos<br />Por el hijo mayor sin enredijos,<br />Hoy por el se celebran regocijos,<br />Para el hijo menor, habrá consejos.<br />Iré a la casa de mi Padre dice<br />Contra el cielo peque en el mal que hice,<br />Esperando perdón, va, se arrepiente.<br />Plenitud del amor ni envidia siente<br />Confiando el corazón, Dios nos bendice,<br />Cristo está con su Padre eternamente.<br />Amor de casa<br />Es Dios para sus hijos,<br />Es Padre nuestro.<br />El mayor mandamiento<br />Soneto<br />El buen samaritano no es judío<br />Ni a su tiempo fanático cristiano,<br />Evidente, se porta como hermano<br />Da lo suyo y decide, ya no es mío.<br />El buen samaritano aclara el lio<br />Echando todo el corazón, su mano,<br />Confronta los problemas mano a mano<br />Navegando a la mar como hace el río.<br />Dios en Cristo y Cristo en el mendigo<br />Cielo y tierra te miran ser testigo,<br />No podrás ignorarlo impunemente.<br />Detén tu paso ante el divino amigo<br />Providencia divina en ti consciente<br />Quiere hacerte su mano providente.<br />Cristo contigo<br />El buen Samaritano,<br />Y tú con El. <br />Por la oveja perdida<br />Soneto<br />Ya sé porque le gusta a Dios la oveja<br />Que en este mundo se perdió perdida,<br />Y sé porque a las demás las deja,<br />No es en vano el rescate, dio su vida.<br />Ya sé porque del cielo Dios se aleja<br />Y se viene a curar la eterna herida,<br />Y sé porque es su amor divina queja<br />Y a Cristo lo desangra sin medida.<br />Recursos de perdón, los ha agotado<br />Y se queda sin nada de su lado,<br />¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?<br />Con azul infinito sin nublado<br />Es su gloria divina y sin defecto,<br />Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!<br />No pierde nada<br />Cuando haya lo perdido,<br />¡Dios tiene todo!<br />El valor de una dracma<br />Soneto<br />Esa dracma que falta anda perdida<br />Eran diez y la cuenta no es exacta,<br />Se escudriña la casa y aun la vida<br />No se admite rendir cuenta inexacta.<br />Evidente honradez reconocida<br />El encuentro feliz es más que un acta,<br />Responsable misión está cumplida,<br />Compromiso con Dios, no se retracta.<br />La conciencia del reino sin mancilla<br />Un tesoro en verdad, la vida diaria<br />Es lo que hace la vida extraordinaria.<br />Al final una cosa es necesaria,<br />Entereza de fe clara y sencilla,<br />Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!<br />Dios necesita<br />El valor de una dracma,<br />Las cuentas claras.<br />Hacia la plenitud<br />Soneto<br />Por sus frutos el árbol se conoce<br />Y el que es bueno dará sus frutos buenos,<br />Es así como Dios lo reconoce,<br />Del árbol malo brotan frutos malos.<br />Fe y amor en sus ramas reconoce<br />Cristo el árbol divino, lo sabemos,<br />Y que el mal siempre Dios lo desconoce<br />Porque nunca lo admite entre sus planos.<br />Yo soy la vid y ustedes los sarmientos<br />Y la espiga que se hace pan divino,<br />Soy la uva y lagar, mis pensamientos.<br />Florece en plenitud mi crecimiento<br />Por la fiesta de bodas del destino,<br />El agua buena, ¡la convierto en vino!<br />Árbol divino<br />Buen fruto recogido,<br />Es Cristo, pleno.<br />Señal divina<br />Soneto<br />Y salió del sepulcro vida plena<br />Divino incorruptible el cuerpo inerte,<br />Jesús, que imaginó su propia muerte<br />La señal de Jonás y la ballena.<br />Toda el alma divina en gloria llena<br />Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,<br />El triunfo victorioso del más fuerte<br />Eterno e inmortal, libre de pena.<br />Tres días exactamente y resucita<br />El cuerpo de anteayer crucificado<br />Del sepulcro en que fuera sepultado.<br />Abismo y plenitud, el cielo grita<br />La gloria eterna en El, resucitado,<br />¡Al Príncipe de paz lo felicita!<br />Es el Mesías,<br />La señal de Jonás<br />Resucitando.<br />Vino el más fuerte<br />Soneto<br />Vence el mal con el bien, con tal binomio<br />Logra el triunfo de muerte y del pecado,<br />La gracia de Jesús crucificado<br />Más fuerte que la fuerza del demonio.<br />Venció el amor sin odio en pandemonio<br />Y la gloria de Dios nos ha salvado,<br />Deslumbrante Jesús resucitado<br />Tres personas, divino patrimonio.<br />La flor del Evangelio en gloria humana<br />Es Palabra de Dios, es soberana,<br />Fuerza de Dios su espíritu divino.<br />Invencible la fe en nuestro destino<br />Caminos a la gloria los allana<br />Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!<br />Dios el más fuerte<br />Vence al mal con el bien,<br />Eternamente.<br />La Palabra divina<br />Soneto<br />Es ley de Dios al corazón inscrita<br />Que ordena el orden de la naturaleza,<br />Los profetas anuncio de promesa,<br />Revelación divina humana escrita.<br />Es historia de Cristo bien descrita<br />Plenitud desbordante de pureza,<br />Por gracia y por amor son gran proeza<br />Profetas y la ley, en El prescrita.<br />Divina la verdad camina andando<br />Cada paso su tiempo caminando,<br />Seguid en pos de mí, invita al mundo.<br />Soy semilla de Dios y luz que abundo<br />Más allá de la muerte amor fecundo,<br />¡La Palabra divina siempre amando!<br />Por Dios escrita<br />La Palabra divina<br />Cristo, ¡nos ama!<br />Nos perdona como perdonamos<br />Soneto<br />Setenta veces siete nos perdona<br />El Señor que nos pide perdonar,<br />Sentido de equidad, más bien de amar<br />El castigo y la pena las condona.<br />Si el perdón es la nota que El entona,<br />El rencor no lo quiere imaginar<br />Y su tono debemos entonar,<br />No perdona a aquel que desentona.<br />Setenta veces siete Dios se olvida<br />De la ofensa y la deuda cometida,<br />El no resiste al arrepentimiento.<br />Detesta el odio y el resentimiento<br />Sabiendo que es gangrena allí en la herida,<br />Sus ojos miran con detenimiento.<br />Dios nos perdona<br />Setenta veces siete,<br />Si perdonamos.<br />El cántico de bodas<br />Soneto<br />No entra el alma sin Él, le es imposible<br />Al banquete del reino de los cielos,<br />Si amor de Dios le viste le es posible<br />Con la gracia divina y sus desvelos.<br />Con sus ojos El mira lo invisible<br />Del alma transparente entre sus velos,<br />La conciencia divina es muy sensible<br />Divinos escrutando sus anhelos.<br />El convoca a las bodas del Cordero<br />Abriendo inmensamente sus oídos,<br />Conoce por la voz sus elegidos.<br />Elocuente al silencio conocidos<br />Con ángeles en coro el cielo entero,<br />Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero! <br />¿Cómo has entrado<br />Sin el vestido de boda?<br />¡Debes salir!<br />Exaltación de Pascua<br />Soneto<br />No se oculta la luz que siempre alumbra<br />Abra los ojos el que no me ha visto,<br />Yo soy la luz del mundo dijo Cristo<br />Soy Príncipe de paz tras la penumbra.<br />Por divina humildad que no deslumbra<br />Mi cuerpo es un milagro y es que insisto<br />Acallando la gloria que revisto,<br />Jerusalén, humilde me vislumbra.<br />Treinta años me ocultó mi vida oculta<br />La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,<br />Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.<br />Caminando la calle que me insulta<br />El sepulcro me esconde, allí en el huerto,<br />¡Tres días y resucito, Dios por cierto!<br />Cristo es su faz,<br />Y humillado lo exalta<br />Dios, ¡nuestra paz!<br />Plenitud de Cristo<br />Soneto<br />Te mueres por vivir resucitado<br />Porque eres tu ese mar y eterno río,<br />Esa muerte no es tuya, Cristo mío<br />Es la muerte del mundo y mi pecado.<br />Con tu fuerza de Dio nos has salvado<br />Siendo el odio y el mal, tremendo lio,<br />Amor divino tu gloria y albedrío<br />Muerte es triunfo el demonio derrotado.<br />Siendo vida de Dios tu eterno quiero<br />Tu afirmación divina es nunca muero,<br />Belleza en plenitud tu identidad.<br />Y eterno amor, no espero o desespero,<br />Del ser ideal que existe eres verdad,<br />¡Oh divina utopía, Tú, realidad!<br />Abstracto en mí,<br />Cristo, eres plenitud<br />De Dios en sí.<br />Mi Reino no es de este mundo<br />Violenti rapiunt<br />Soneto<br />Amor de Dios al mundo eternamente<br />Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,<br />Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado<br />Es fuerza y corazón, toda su mente.<br />El vino y nos amó, tan claramente,<br />Divino Cristo siendo su Hijo amado<br />Abriendo el cielo, abierto su costado.<br />Entera dio su vida por la gente<br />Amor a Dios, primero es el mandato<br />Y afianzada promesa nuevo trato,<br />Pero el mundo no entiende sus anhelos.<br />Ni tampoco comprende sus desvelos<br />Ni amor divino de tan altos vuelos,<br />¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!<br />Violenti rapiunnt,<br />Son divino arrebato<br />Cristo y el cielo.<br />El fuego de Cristo<br />Soneto<br />Soy Príncipe de paz y traigo Guerra<br />Allanando murallas, toda barda,<br />El corazón de Dios quiero que arda<br />Como fuego del cielo aquí en la tierra.<br />Divina compasión para el que hierra<br />Conquisto alma y corazón, la yarda,<br />Amor eterno llega y no se tarda<br />Abriendo puertas, mi piedad no cierra.<br />Arranco, planto, destruyo y edifico,<br />Conmigo o contra mí, no hay más remedio<br />Mi amor eterno existe siempre en medio.<br />Soy ser eterno y eterno glorifico<br />Y el reino de los cielos es mi asedio,<br />¡Y al Hombre, santifico y deifico!<br />Cielo en asedio<br />Mi amor inextinguible,<br />Fuego en la tierra.<br />El Dios de la Pascua<br />Soneto<br />Dios es la fe y sostén inquebrantable<br />De la vida, que llena de esperanza<br />Es certeza de paz y de confianza,<br />Sed de amor, del amor interminable.<br />Perfecta realidad Dios adorable<br />Total adoración, Cristo la alcanza<br />Y agua y sangre al costado con su lanza,<br />Divina adoración al inefable.<br />En el nombre de todo lo que existe<br />El santo de los santos consagrado<br />Es cordero de Dios, Cristo inmolado.<br />Feliz la eternidad ya no está triste,<br />Penetra el templo hasta lo más sagrado,<br />¡Es el Hijo adorando el adorado!<br />Es la verdad,<br />Este Hombre sí es<br />Hijo de Dios.<br />Imposible no beberlo<br />Soneto<br />El misterio de Cristo es vida y muerte,<br />Siendo Dios, es eterna su alegría<br />Y es éxtasis y es hombre y agonía,<br />Amor, lo resucita eterno y fuerte.<br />Coronado de espinas, cuerpo inerte<br />Corazón traspasado, así moría<br />Y eterno amor lo resucitaría,<br />Increíble que Dios tenga esa suerte.<br />Cristo sufre ante Dios omnipotente<br />Y el cáliz no beber, impermisible,<br />La justicia de Dios es contundente.<br />Generoso sin fin eternamente<br />La súplica de Cristo es imposible,<br />¡Lo exige amor, y debe ser posible!<br />Cristo y su cáliz, <br />Más que posible<br />Lograr lo inasequible.<br />Dios y hombre en agonía<br />Soneto<br />Dios a más de divino se hace hombre<br />Y por grande engrandece su nobleza,<br /> Tanto así que es mayor que su grandeza<br />Y en la tierra y el cielo es más su nombre.<br />Tanta dicha divina nos asombre<br />Lo más rico de Dios es su pobreza<br />Que aun la humana flaqueza es su riqueza,<br />El Creador, todo nuevo lo renombre.<br />Cristo sufre la angustia de tal suerte<br />Que consuelan su alma en agonía<br />Los ángeles de Dios por compañía.<br />Tragedia de hombre y Dios ante la muerte<br />Cual noche eterna que amenaza el día<br />Siendo El la luz de la sabiduría.<br />Cristo agoniza,<br />Sin luz eterno el día<br />Es su agonía.<br />Cristo sabiduría de Dios<br />Soneto<br />Cristo el Verbo de Dios, es su estructura<br />Su Palabra absoluta y necesaria,<br />Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria<br />Ser bello como Dios, es su figura.<br />Y al cielo entero llena de amargura<br />Ser juzgado en el mundo como un paria<br />Condenado a una muerte estrafalaria,<br />Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.<br />Ansiada redención, Dios lo permite<br />Y su muerte divina Cristo admite,<br />Que el infierno ejecute tanta rabia.<br />Eternamente la justicia es sabia,<br />Reviva el Universo el gran convite,<br /> ¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!<br />Si muerte es rabia,<br />Resurrección más sabia<br />Mente divina.<br />Cristo Resurrección eterna<br />(Más que judío es hijo de Dios<br />Resurrección del universo)<br />Soneto<br />Cristo ha resucitado eterna dicha<br />A la gloria de Dios con su esplendor,<br />Nada existe más puro que el amor<br />Cumpliendo su palabra ya predicha.<br />Profética verdad la susodicha<br />Exalta su humildad con pundonor<br />Cristo el hijo de Dios, es el Señor<br />Divina realidad, no más desdicha.<br />El reino de los cielos vida eterna<br />Ni es de este mundo ni su sol declina,<br />Los ángeles lo cantan, ¡no termina!<br />¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,<br />La Virgen de Israel madre divina<br />A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!<br />No alegorías,<br />Humano en lo divino<br />Eternidad. <br />Visión de fe<br />Soneto<br />Digo y cumplo, no muere claramente<br />Quien cree en mí como su fe requiere,<br />Conmigo vive fuere como fuere<br />No importa que haya muerto humanamente.<br />Resucito, soy Cristo eternamente<br />Vida eterna del Padre, nunca muere,<br />Al dármela la doy a quien me quiere<br />Y vive en mí con El, divinamente.<br />Conmigo en mí su cuerpo resucita<br />Y es semilla que crece como espiga<br />Siendo su alma de Dios eterna amiga.<br />Eterna mi Palabra que lo diga<br />Vida eterna jamás nadie la quita,<br />Vida eterna, ¡conmigo es infinita!<br />Resucitando<br />No muere para siempre,<br />Quien cree en mí.<br />Testimonio de Sangre<br />Soneto<br />Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas<br />Y Lázaro dejó la sepultura,<br />Miradas sorprendidas fueron muchas,<br />Muerte terca, su paso lo apresura.<br />Cristo siente que muere con sus luchas<br />Su derrota que es triunfo que madura,<br />Monumentos Pirámides casuchas<br />Tal el tiempo derruye y no perdura.<br />No es llanto derramado por su amigo<br />Gloria y triunfo feliz, el gran memento,<br />Resurrección, divino pensamiento.<br />Nada y nadie destruye tal momento<br />En que vence triunfante a su enemigo,<br />¡Su sangre derramada es fiel testigo!<br />Presentimiento<br />Del llanto por su amigo,<br />Sangre de Cristo.<br />El Mesías profetiza<br />Soneto<br />Dios vive en su Mansión esplendorosa<br />Sediento Cristo, le pide de beber,<br />Salió del Padre y tiene que volver<br />Luz de luz de la luz maravillosa.<br />Divina humanidad que se desposa<br />La eternidad banquete de su ser,<br />Lo celebra su gloria al merecer<br />El reino de los cielos que es tal cosa.<br />Cuando el cielo reclama pronto ingreso<br />Cristo anuncia segundo su regreso<br />Y la visita del Consolador.<br />Lo enviará con su Padre y va por eso,<br />Espíritu de Dios y mutuo amor,<br />¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!<br />Es admirable<br />Su Mansión de luz,<br />Amor en casa.<br />El nardo en la mujer<br />Soneto<br />Es pública mujer linda doncella<br />Desbordándose en agradecimiento,<br />Impulsada de un gran presentimiento<br />Se rinde ante la luz, Cristo destella.<br />Pecadora mujer doncella es ella<br />Y huele a nardos su arrepentimiento,<br />Sentidos, alma y todo pensamiento<br />La espiritualidad de Cristo bella.<br />Y se arroja a sus pies que son divinos<br />Con el polvo de todos los caminos,<br />Sintiendo su adorable cabellera.<br />Ella lava sus pies antes que muera<br />Limpieza por limpieza del destino,<br />¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!<br />Nardo, mujer<br />Y el arrepentimiento,<br />¡Lavan a Cristo!<br />Suprema realidad<br />Soneto<br />La idea de Dios no está en el universo<br />Que es materia que ignora su existencia,<br />Puede estar en el hombre y su conciencia<br />Que descubre y modela su presencia.<br />La idea de Dios existe en el cerebro<br />El pequeño universo que celebro<br />Haciendo de este verso un gran requiebro,<br />Cual diseña, comprueba su excelencia.<br />Dios espera el cerebro que lo lea<br />E invita al corazón para que crea<br />Descubriendo que es fuente de la vida.<br />Profundo el invisible en El anida<br />Eterna realidad, ¡que el alma vea,<br />Plenitud de verdad es más que idea!<br />Dios y su vida,<br />El invisible anida<br />En su guarida.<br />La atracción de Cristo<br />Soneto<br />Subo a la cruz y atraigo el mundo entero<br />Y el sepulcro y el reino de los cielos,<br />Mi vida eterna grita, jamás muero<br />Nunca más agonía, no sus duelos.<br />En la cumbre del tiempo soy primero<br />Satisfecho de Dios, de sus consuelos,<br />Elocuente y divino eterno quiero<br />Plenitud del amor y sus anhelos.<br />Soy camino que llega a su destino<br />Fidelidad perfecta al ser divino,<br />Cristo fiel, el honor a la vedad.<br />Soy vida de la misma eternidad<br />Floreciente de amor, intimidad,<br />¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!<br />Yo me levanto <br />Más alto que la cruz,<br />¡Cristo ante el mundo!<br />Divina primavera de Nisán<br />Soneto<br />Con el gozo del cielo y su alegría<br />Dos universos Cristo es uno solo,<br />Humano y lo divino uniendo todo<br />Entrañas del Espíritu en María.<br />Secreto que florece y nacería<br />De ese vientre divino de tal modo<br />Que embaraza de Dios divino alveolo<br />Momento que la Virgen consentía.<br />¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo<br />Silencio en la Creación que mire excelso,<br />Florezca eternidad el universo!<br />La Palabra divina en cada verso<br />Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,<br />¡Primavera, concibe a Dios inmenso!<br />Cristo y la Virgen,<br />Concibe inmensidad<br />¡A Dios inmenso!<br />Ley de Amor<br />Soneto<br />Esta noche es la cena y la agonía<br />De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado<br />De la sangre y del cáliz derramado<br />Y acción de gracias de la Eucaristía.<br />Siento la muerte en el sepulcro fría<br />Murió mi libertad que me ha acabado,<br />Mi muerte y mi pasión me han terminado<br />Arrancando la cruz el alma mía.<br />Nací para morir y soy el Rey,<br />Las tinieblas vencí y la oscuridad<br />Sabiendo que yo soy la eternidad.<br />He muerto por amor a la verdad<br />Y es mi triunfo infinita claridad,<br />Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!<br />Yo soy el Rey<br />Coronado de espinas,<br />¡Amor de Ley!<br /><br />Cristo resucitado<br />(Encuentro personal) <br /><br />Soneto<br />Yo lo busco entre el Pueblo que ha salvado<br />Escondido en mi fe, yo resucito<br />Habiendo muerto cuando lo han matado,<br />Alegre, siento el alma sin delito.<br /><br />Yo lo busco al que fue crucificado<br />Y lo encuentro en mi espíritu contrito<br />Y lo adoro, como es resucitado<br />Deslumbrante de Dios, lo felicito.<br /><br />El me enseña sus yagas y el costado<br />Y me muestra que sigue traspasado,<br />La gloria de su amor jamás termina.<br /><br />Su lugar, son los cielos de otro lado,<br />El amor, siempre en El fuerza divina<br />Para el mundo hasta el fin, su medicina…<br />Su amor aquí<br />Su gloria más allá,<br />¡Resucitado!<br /><br />Soy la Luz<br />Soneto<br /><br />Abejas celestiales de luceros<br />Zumbando en los espacios de los cielos<br />Cristo de luz, de Cristo mensajeros<br />Panal de miel con todos los anhelos.<br /><br />La Virgen de Israel por sus senderos<br />Florido Paraíso, sus desvelos<br />Volar y colectar, no hacer regueros<br />Del néctar que es la miel en sus aleros.<br /><br />La cera del panal que enciende Cristo<br />Principio, fin y eternidad luciente<br />Es el Cirio pascual, la luz ardiente.<br /><br />La mirada del mundo esté pendiente<br />Resucita el Señor, glorioso visto<br />Los cielos y la tierra es todo Cristo.<br />Ya está encendido<br />El Cirio de los cielos,<br />¡Resurrección!<br />Corolario sobre la Pascua en Plenitud<br />El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.<br />Un sueño de esperanza y gran lirismo<br />Poema a la luz<br />La Mansión de la luz se acerca a la ventana,<br />La luz mira el universo en sus persianas.<br />Millones de billones de galaxias sus luceros,<br />Mirada en la que estalla el mundo de años luz<br />Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.<br />Jinete de la luz manada de corceles<br />Con crines arrancadas al viento en su carrera<br /> Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.<br />Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,<br />Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,<br /> Y el negro en que se apaga.<br />Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,<br />Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes<br />Paseando en los recintos preciosos de su casa.<br />No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,<br />Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.<br />Admirable Mansión es luz en plenitud,<br /> ¡El Amor ese hogar!<br />Haiku<br />¡Bella Mansión,<br />La esencia de la luz<br />Amor en casa!<br /><br /><br /><br /><br /><br />Juzgados por el amor<br />Soneto<br />Es feliz el vivir en libertad<br />Aunque el mal amenaza desafío,<br />Abuso de ser libre es la maldad<br />Virtud del sumo bien, en El confío.<br />Sé que cuento con toda su bondad<br />Y digo siendo Cristo en Dios confío<br />Aunque el malo convierte todo en lío,<br />Tentador, tentación de iniquidad.<br />Los que escoge serán su maravilla<br />Llamados todos, pocos elegidos<br />La red les junta a todos en la orilla.<br />Amor a Dios la pesa es muy sencilla<br />Cuando llega la tarde de la vida,<br />¡Reino y cielos, entonen bienvenida!<br />Amor de Dios<br />Exacto en su medida,<br />Gran maravilla.<br />Amor nos mira<br />Soneto<br />Las obras del amor no son mentira<br />Con esperanza cierta las espinas<br />Las convierte el amor en ser divinas,<br />Dios bien sabe el engaño que conspira.<br />A nadie engaña El si se retira<br />Su tejido entreteje telas finas<br />Sacando el oro fino de sus minas,<br />Con sus ojos abiertos, ve en la mira.<br />Justicia y el perdón El mismo reta<br />Con cuentas claras al lograr la meta,<br />A su manera amor, de mil maneras.<br />La mística de Cristo, es Dios profeta,<br />Constante la paciencia, llevaderas<br />Las obras del amor son verdaderas.<br />Amor, no engaña,<br />Justicia y el perdón<br />Dios ve en la mira.<br />Lo atestiguó el soldado<br />Soneto<br />Razones de matarlo encontraron<br />Todo el pueblo no debe perecer,<br />Un solo hombre es El, nuestro deber<br />Sentenciarlo a morir, determinaron.<br />Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron<br />Redención es la sangre por correr<br />Y el Cordero a morir debió nacer,<br />Sus amigos a Cristo abandonaron.<br />El cáliz por beber el hijo amado<br />Debía de pasar, y así pasaba,<br />Orando con la sangre que sudaba.<br />Y escuchó que el soldado atestiguaba<br />La sentencia del crimen alegado,<br />¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!<br />Sangre y agua<br />De Cristo traspasado,<br />¡Profetizado!<br />La Pascua Divina<br />Soneto<br />Amor que nunca muere lo ha matado<br />No cicatriza herida ni la gloria,<br />Aun tiene el corazón atravesado<br />De amor eterno pleno en su victoria.<br />Pan del cielo en la tierra es su memoria<br />Sangre en venas del mudo, bienvenida,<br />Amor eterno y su divina historia<br />Cristo, Pascua de un Dios resucitado.<br />Este cáliz de amor eterno pase<br />Resurrección, divina maravilla<br />Que la tumba acontece tan sencilla.<br />Dios levanta a la gloria a quien se humilla<br />Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,<br />¡Cristo eterno a su Padre satisface!<br />Eterno pase<br />Es la Pascua Divina,<br />¡Resurrección!<br />La Gloria y el Mesías<br />Soneto<br />Alegría consumada de los cielos<br />Belleza excelsa en todo su esplendor<br />Pureza eterna de Cristo Salvador,<br />Divina desnudez de Dios sin velos.<br />El secreto de Dios y sus desvelos<br />Es Padre soberano y gran Señor<br />De toda la Creación solo el Creador,<br />Son todos los infiernos, fuego y celos.<br />Honor y gloria a la eterna vida<br />Coros de ángeles, santos coronados,<br />Cristo es la dicha de los bienaventurados.<br />Creador y la Creación, por siempre unida<br />Cielos nuevos y tierra prometida,<br />¡Honor a Cristo que ha resucitado!<br />Soy el Mesías,<br />Más que Ley y Profetas,<br />¡Hijo de Dios!<br /><br />El Verbo en plenitud<br />Soneto<br /><br />Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,<br />Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto<br />Hoy revivo y no estoy más en el huerto,<br />Ya no deben buscarme entre los muertos.<br /><br />Abrir la tumba no se necesita<br />Alma y cuerpo en mi vida resucita,<br />Gloria eterna los cielos precipitan<br />A toda la Creación en mi concierto.<br /><br />Soy camino en la cumbre de la vida<br />Y divina verdad por Dios sabida,<br />Soy la eterna promesa ya cumplida.<br /><br />Mi Espíritu de amor hablando eso<br />Por el mundo, verdad reconocida,<br />Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!<br />Misión cumplida,<br />Soy Cristo y resucito<br />Amor eterno.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-85971307732061821162010-04-04T18:57:00.000-07:002010-04-04T18:59:04.688-07:00La Pascua en PlenitudSegunda Parte de Visión de Cuaresma<br /><br />La Visión de Cristo acerca de su misión mesiánica que contempló en el desierto, la fue reflexionando como experiencia vivida paso a paso a través del paso del tiempo cada día. Maestro de la verdad y taumaturgo del milagro, medico de los cuerpos y las almas pero sobre todo salvador del mundo y mensajero de la vida eterna, se distinguió ilustrando sus enseñanzas por medio de bellísimas parábolas.<br />Si de todas las santas escrituras dijo que daban testimonio de El al ser escudriñadas con mayor razón acontece esto en sus parábolas donde El está presente en una o en otra forma como el personaje vital proyectando su personalidad única en cada una de ellas.<br />Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte. <br />Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.<br />Bondad de la riqueza<br />Soneto<br />Este mundo de Dios lo quiere hermoso,<br />Por la fuerza del mal, parece feo<br />Y al final el demonio será el reo<br />Ante el triunfo del todo poderoso.<br />Este mundo será lo más precioso<br />Redimido por Cristo según creo,<br />Y en la gloria divina ya le veo<br />A pesar de sufrir muerte y destrozo.<br />Dios nos da libertad que hace malicia<br />Cada rico epulón, con su avaricia<br />Su opulencia del pobre hace su presa. <br />Si ambición es infierno de codicia<br />Dios es cielo con toda su riqueza,<br />¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!<br />Bondad de Dios<br />Un cielo de riqueza,<br />Libertad plena.<br />Amor de casa<br />Soneto<br />El amor cerca o lejos sin espejos<br />Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,<br />Dios tiene en este mundo sus dos hijos<br />Uno cerca con El y el otro lejos.<br />En la casa paterna hoy hay festejos<br />Por el hijo mayor sin enredijos,<br />Hoy por el se celebran regocijos,<br />Para el hijo menor, habrá consejos.<br />Iré a la casa de mi Padre dice<br />Contra el cielo peque en el mal que hice,<br />Esperando perdón, va, se arrepiente.<br />Plenitud del amor ni envidia siente<br />Confiando el corazón, Dios nos bendice,<br />Cristo está con su Padre eternamente.<br />Amor de casa<br />Es Dios para sus hijos,<br />Es Padre nuestro.<br />El mayor mandamiento<br />Soneto<br />El buen samaritano no es judío<br />Ni a su tiempo fanático cristiano,<br />Evidente, se porta como hermano<br />Da lo suyo y decide, ya no es mío.<br />El buen samaritano aclara el lio<br />Echando todo el corazón, su mano,<br />Confronta los problemas mano a mano<br />Navegando a la mar como hace el río.<br />Dios en Cristo y Cristo en el mendigo<br />Cielo y tierra te miran ser testigo,<br />No podrás ignorarlo impunemente.<br />Detén tu paso ante el divino amigo<br />Providencia divina en ti consciente<br />Quiere hacerte su mano providente.<br />Cristo contigo<br />El buen Samaritano,<br />Y tú con El. <br />Por la oveja perdida<br />Soneto<br />Ya sé porque le gusta a Dios la oveja<br />Que en este mundo se perdió perdida,<br />Y sé porque a las demás las deja,<br />No es en vano el rescate, dio su vida.<br />Ya sé porque del cielo Dios se aleja<br />Y se viene a curar la eterna herida,<br />Y sé porque es su amor divina queja<br />Y a Cristo lo desangra sin medida.<br />Recursos de perdón, los ha agotado<br />Y se queda sin nada de su lado,<br />¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?<br />Con azul infinito sin nublado<br />Es su gloria divina y sin defecto,<br />Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!<br />No pierde nada<br />Cuando haya lo perdido,<br />¡Dios tiene todo!<br />El valor de una dracma<br />Soneto<br />Esa dracma que falta anda perdida<br />Eran diez y la cuenta no es exacta,<br />Se escudriña la casa y aun la vida<br />No se admite rendir cuenta inexacta.<br />Evidente honradez reconocida<br />El encuentro feliz es más que un acta,<br />Responsable misión está cumplida,<br />Compromiso con Dios, no se retracta.<br />La conciencia del reino sin mancilla<br />Un tesoro en verdad, la vida diaria<br />Es lo que hace la vida extraordinaria.<br />Al final una cosa es necesaria,<br />Entereza de fe clara y sencilla,<br />Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!<br />Dios necesita<br />El valor de una dracma,<br />Las cuentas claras.<br />Hacia la plenitud<br />Soneto<br />Por sus frutos el árbol se conoce<br />Y el que es bueno dará sus frutos buenos,<br />Es así como Dios lo reconoce,<br />Del árbol malo brotan frutos malos.<br />Fe y amor en sus ramas reconoce<br />Cristo el árbol divino, lo sabemos,<br />Y que el mal siempre Dios lo desconoce<br />Porque nunca lo admite entre sus planos.<br />Yo soy la vid y ustedes los sarmientos<br />Y la espiga que se hace pan divino,<br />Soy la uva y lagar, mis pensamientos.<br />Florece en plenitud mi crecimiento<br />Por la fiesta de bodas del destino,<br />El agua buena, ¡la convierto en vino!<br />Árbol divino<br />Buen fruto recogido,<br />Es Cristo, pleno.<br />Señal divina<br />Soneto<br />Y salió del sepulcro vida plena<br />Divino incorruptible el cuerpo inerte,<br />Jesús, que imaginó su propia muerte<br />La señal de Jonás y la ballena.<br />Toda el alma divina en gloria llena<br />Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,<br />El triunfo victorioso del más fuerte<br />Eterno e inmortal, libre de pena.<br />Tres días exactamente y resucita<br />El cuerpo de anteayer crucificado<br />Del sepulcro en que fuera sepultado.<br />Abismo y plenitud, el cielo grita<br />La gloria eterna en El, resucitado,<br />¡Al Príncipe de paz lo felicita!<br />Es el Mesías,<br />La señal de Jonás<br />Resucitando.<br />Vino el más fuerte<br />Soneto<br />Vence el mal con el bien, con tal binomio<br />Logra el triunfo de muerte y del pecado,<br />La gracia de Jesús crucificado<br />Más fuerte que la fuerza del demonio.<br />Venció el amor sin odio en pandemonio<br />Y la gloria de Dios nos ha salvado,<br />Deslumbrante Jesús resucitado<br />Tres personas, divino patrimonio.<br />La flor del Evangelio en gloria humana<br />Es Palabra de Dios, es soberana,<br />Fuerza de Dios su espíritu divino.<br />Invencible la fe en nuestro destino<br />Caminos a la gloria los allana<br />Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!<br />Dios el más fuerte<br />Vence al mal con el bien,<br />Eternamente.<br />La Palabra divina<br />Soneto<br />Es ley de Dios al corazón inscrita<br />Que ordena el orden de la naturaleza,<br />Los profetas anuncio de promesa,<br />Revelación divina humana escrita.<br />Es historia de Cristo bien descrita<br />Plenitud desbordante de pureza,<br />Por gracia y por amor son gran proeza<br />Profetas y la ley, en El prescrita.<br />Divina la verdad camina andando<br />Cada paso su tiempo caminando,<br />Seguid en pos de mí, invita al mundo.<br />Soy semilla de Dios y luz que abundo<br />Más allá de la muerte amor fecundo,<br />¡La Palabra divina siempre amando!<br />Por Dios escrita<br />La Palabra divina<br />Cristo, ¡nos ama!<br />Nos perdona como perdonamos<br />Soneto<br />Setenta veces siete nos perdona<br />El Señor que nos pide perdonar,<br />Sentido de equidad, más bien de amar<br />El castigo y la pena las condona.<br />Si el perdón es la nota que El entona,<br />El rencor no lo quiere imaginar<br />Y su tono debemos entonar,<br />No perdona a aquel que desentona.<br />Setenta veces siete Dios se olvida<br />De la ofensa y la deuda cometida,<br />El no resiste al arrepentimiento.<br />Detesta el odio y el resentimiento<br />Sabiendo que es gangrena allí en la herida,<br />Sus ojos miran con detenimiento.<br />Dios nos perdona<br />Setenta veces siete,<br />Si perdonamos.<br />El cántico de bodas<br />Soneto<br />No entra el alma sin Él, le es imposible<br />Al banquete del reino de los cielos,<br />Si amor de Dios le viste le es posible<br />Con la gracia divina y sus desvelos.<br />Con sus ojos El mira lo invisible<br />Del alma transparente entre sus velos,<br />La conciencia divina es muy sensible<br />Divinos escrutando sus anhelos.<br />El convoca a las bodas del Cordero<br />Abriendo inmensamente sus oídos,<br />Conoce por la voz sus elegidos.<br />Elocuente al silencio conocidos<br />Con ángeles en coro el cielo entero,<br />Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero! <br />¿Cómo has entrado<br />Sin el vestido de boda?<br />¡Debes salir!<br />Exaltación de Pascua<br />Soneto<br />No se oculta la luz que siempre alumbra<br />Abra los ojos el que no me ha visto,<br />Yo soy la luz del mundo dijo Cristo<br />Soy Príncipe de paz tras la penumbra.<br />Por divina humildad que no deslumbra<br />Mi cuerpo es un milagro y es que insisto<br />Acallando la gloria que revisto,<br />Jerusalén, humilde me vislumbra.<br />Treinta años me ocultó mi vida oculta<br />La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,<br />Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.<br />Caminando la calle que me insulta<br />El sepulcro me esconde, allí en el huerto,<br />¡Tres días y resucito, Dios por cierto!<br />Cristo es su faz,<br />Y humillado lo exalta<br />Dios, ¡nuestra paz!<br />Plenitud de Cristo<br />Soneto<br />Te mueres por vivir resucitado<br />Porque eres tu ese mar y eterno río,<br />Esa muerte no es tuya, Cristo mío<br />Es la muerte del mundo y mi pecado.<br />Con tu fuerza de Dio nos has salvado<br />Siendo el odio y el mal, tremendo lio,<br />Amor divino tu gloria y albedrío<br />Muerte es triunfo el demonio derrotado.<br />Siendo vida de Dios tu eterno quiero<br />Tu afirmación divina es nunca muero,<br />Belleza en plenitud tu identidad.<br />Y eterno amor, no espero o desespero,<br />Del ser ideal que existe eres verdad,<br />¡Oh divina utopía, Tú, realidad!<br />Abstracto en mí,<br />Cristo, eres plenitud<br />De Dios en sí.<br />Mi Reino no es de este mundo<br />Violenti rapiunt<br />Soneto<br />Amor de Dios al mundo eternamente<br />Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,<br />Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado<br />Es fuerza y corazón, toda su mente.<br />El vino y nos amó, tan claramente,<br />Divino Cristo siendo su Hijo amado<br />Abriendo el cielo, abierto su costado.<br />Entera dio su vida por la gente<br />Amor a Dios, primero es el mandato<br />Y afianzada promesa nuevo trato,<br />Pero el mundo no entiende sus anhelos.<br />Ni tampoco comprende sus desvelos<br />Ni amor divino de tan altos vuelos,<br />¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!<br />Violenti rapiunnt,<br />Son divino arrebato<br />Cristo y el cielo.<br />El fuego de Cristo<br />Soneto<br />Soy Príncipe de paz y traigo Guerra<br />Allanando murallas, toda barda,<br />El corazón de Dios quiero que arda<br />Como fuego del cielo aquí en la tierra.<br />Divina compasión para el que hierra<br />Conquisto alma y corazón, la yarda,<br />Amor eterno llega y no se tarda<br />Abriendo puertas, mi piedad no cierra.<br />Arranco, planto, destruyo y edifico,<br />Conmigo o contra mí, no hay más remedio<br />Mi amor eterno existe siempre en medio.<br />Soy ser eterno y eterno glorifico<br />Y el reino de los cielos es mi asedio,<br />¡Y al Hombre, santifico y deifico!<br />Cielo en asedio<br />Mi amor inextinguible,<br />Fuego en la tierra.<br />El Dios de la Pascua<br />Soneto<br />Dios es la fe y sostén inquebrantable<br />De la vida, que llena de esperanza<br />Es certeza de paz y de confianza,<br />Sed de amor, del amor interminable.<br />Perfecta realidad Dios adorable<br />Total adoración, Cristo la alcanza<br />Y agua y sangre al costado con su lanza,<br />Divina adoración al inefable.<br />En el nombre de todo lo que existe<br />El santo de los santos consagrado<br />Es cordero de Dios, Cristo inmolado.<br />Feliz la eternidad ya no está triste,<br />Penetra el templo hasta lo más sagrado,<br />¡Es el Hijo adorando el adorado!<br />Es la verdad,<br />Este Hombre sí es<br />Hijo de Dios.<br />Imposible no beberlo<br />Soneto<br />El misterio de Cristo es vida y muerte,<br />Siendo Dios, es eterna su alegría<br />Y es éxtasis y es hombre y agonía,<br />Amor, lo resucita eterno y fuerte.<br />Coronado de espinas, cuerpo inerte<br />Corazón traspasado, así moría<br />Y eterno amor lo resucitaría,<br />Increíble que Dios tenga esa suerte.<br />Cristo sufre ante Dios omnipotente<br />Y el cáliz no beber, impermisible,<br />La justicia de Dios es contundente.<br />Generoso sin fin eternamente<br />La súplica de Cristo es imposible,<br />¡Lo exige amor, y debe ser posible!<br />Cristo y su cáliz, <br />Más que posible<br />Lograr lo inasequible.<br />Dios y hombre en agonía<br />Soneto<br />Dios a más de divino se hace hombre<br />Y por grande engrandece su nobleza,<br /> Tanto así que es mayor que su grandeza<br />Y en la tierra y el cielo es más su nombre.<br />Tanta dicha divina nos asombre<br />Lo más rico de Dios es su pobreza<br />Que aun la humana flaqueza es su riqueza,<br />El Creador, todo nuevo lo renombre.<br />Cristo sufre la angustia de tal suerte<br />Que consuelan su alma en agonía<br />Los ángeles de Dios por compañía.<br />Tragedia de hombre y Dios ante la muerte<br />Cual noche eterna que amenaza el día<br />Siendo El la luz de la sabiduría.<br />Cristo agoniza,<br />Sin luz eterno el día<br />Es su agonía.<br />Cristo sabiduría de Dios<br />Soneto<br />Cristo el Verbo de Dios, es su estructura<br />Su Palabra absoluta y necesaria,<br />Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria<br />Ser bello como Dios, es su figura.<br />Y al cielo entero llena de amargura<br />Ser juzgado en el mundo como un paria<br />Condenado a una muerte estrafalaria,<br />Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.<br />Ansiada redención, Dios lo permite<br />Y su muerte divina Cristo admite,<br />Que el infierno ejecute tanta rabia.<br />Eternamente la justicia es sabia,<br />Reviva el Universo el gran convite,<br /> ¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!<br />Si muerte es rabia,<br />Resurrección más sabia<br />Mente divina.<br />Cristo Resurrección eterna<br />(Más que judío es hijo de Dios<br />Resurrección del universo)<br />Soneto<br />Cristo ha resucitado eterna dicha<br />A la gloria de Dios con su esplendor,<br />Nada existe más puro que el amor<br />Cumpliendo su palabra ya predicha.<br />Profética verdad la susodicha<br />Exalta su humildad con pundonor<br />Cristo el hijo de Dios, es el Señor<br />Divina realidad, no más desdicha.<br />El reino de los cielos vida eterna<br />Ni es de este mundo ni su sol declina,<br />Los ángeles lo cantan, ¡no termina!<br />¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,<br />La Virgen de Israel madre divina<br />A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!<br />No alegorías,<br />Humano en lo divino<br />Eternidad. <br />Visión de fe<br />Soneto<br />Digo y cumplo, no muere claramente<br />Quien cree en mí como su fe requiere,<br />Conmigo vive fuere como fuere<br />No importa que haya muerto humanamente.<br />Resucito, soy Cristo eternamente<br />Vida eterna del Padre, nunca muere,<br />Al dármela la doy a quien me quiere<br />Y vive en mí con El, divinamente.<br />Conmigo en mí su cuerpo resucita<br />Y es semilla que crece como espiga<br />Siendo su alma de Dios eterna amiga.<br />Eterna mi Palabra que lo diga<br />Vida eterna jamás nadie la quita,<br />Vida eterna, ¡conmigo es infinita!<br />Resucitando<br />No muere para siempre,<br />Quien cree en mí.<br />Testimonio de Sangre<br />Soneto<br />Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas<br />Y Lázaro dejó la sepultura,<br />Miradas sorprendidas fueron muchas,<br />Muerte terca, su paso lo apresura.<br />Cristo siente que muere con sus luchas<br />Su derrota que es triunfo que madura,<br />Monumentos Pirámides casuchas<br />Tal el tiempo derruye y no perdura.<br />No es llanto derramado por su amigo<br />Gloria y triunfo feliz, el gran memento,<br />Resurrección, divino pensamiento.<br />Nada y nadie destruye tal momento<br />En que vence triunfante a su enemigo,<br />¡Su sangre derramada es fiel testigo!<br />Presentimiento<br />Del llanto por su amigo,<br />Sangre de Cristo.<br />El Mesías profetiza<br />Soneto<br />Dios vive en su Mansión esplendorosa<br />Sediento Cristo, le pide de beber,<br />Salió del Padre y tiene que volver<br />Luz de luz de la luz maravillosa.<br />Divina humanidad que se desposa<br />La eternidad banquete de su ser,<br />Lo celebra su gloria al merecer<br />El reino de los cielos que es tal cosa.<br />Cuando el cielo reclama pronto ingreso<br />Cristo anuncia segundo su regreso<br />Y la visita del Consolador.<br />Lo enviará con su Padre y va por eso,<br />Espíritu de Dios y mutuo amor,<br />¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!<br />Es admirable<br />Su Mansión de luz,<br />Amor en casa.<br />El nardo en la mujer<br />Soneto<br />Es pública mujer linda doncella<br />Desbordándose en agradecimiento,<br />Impulsada de un gran presentimiento<br />Se rinde ante la luz, Cristo destella.<br />Pecadora mujer doncella es ella<br />Y huele a nardos su arrepentimiento,<br />Sentidos, alma y todo pensamiento<br />La espiritualidad de Cristo bella.<br />Y se arroja a sus pies que son divinos<br />Con el polvo de todos los caminos,<br />Sintiendo su adorable cabellera.<br />Ella lava sus pies antes que muera<br />Limpieza por limpieza del destino,<br />¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!<br />Nardo, mujer<br />Y el arrepentimiento,<br />¡Lavan a Cristo!<br />Suprema realidad<br />Soneto<br />La idea de Dios no está en el universo<br />Que es materia que ignora su existencia,<br />Puede estar en el hombre y su conciencia<br />Que descubre y modela su presencia.<br />La idea de Dios existe en el cerebro<br />El pequeño universo que celebro<br />Haciendo de este verso un gran requiebro,<br />Cual diseña, comprueba su excelencia.<br />Dios espera el cerebro que lo lea<br />E invita al corazón para que crea<br />Descubriendo que es fuente de la vida.<br />Profundo el invisible en El anida<br />Eterna realidad, ¡que el alma vea,<br />Plenitud de verdad es más que idea!<br />Dios y su vida,<br />El invisible anida<br />En su guarida.<br />La atracción de Cristo<br />Soneto<br />Subo a la cruz y atraigo el mundo entero<br />Y el sepulcro y el reino de los cielos,<br />Mi vida eterna grita, jamás muero<br />Nunca más agonía, no sus duelos.<br />En la cumbre del tiempo soy primero<br />Satisfecho de Dios, de sus consuelos,<br />Elocuente y divino eterno quiero<br />Plenitud del amor y sus anhelos.<br />Soy camino que llega a su destino<br />Fidelidad perfecta al ser divino,<br />Cristo fiel, el honor a la vedad.<br />Soy vida de la misma eternidad<br />Floreciente de amor, intimidad,<br />¡Hombre y Dios vuelvo al Padre que es mi sino!<br />Yo me levanto <br />Más alto que la cruz,<br />¡Cristo ante el mundo!<br />Divina primavera de Nisán<br />Soneto<br />Con el gozo del cielo y su alegría<br />Dos universos Cristo es uno solo,<br />Humano y lo divino uniendo todo<br />Entrañas del Espíritu en María.<br />Secreto que florece y nacería<br />De ese vientre divino de tal modo<br />Que embaraza de Dios divino alveolo<br />Momento que la Virgen consentía.<br />¡Oh lirio de los valles, calle el cierzo<br />Silencio en la Creación que mire excelso,<br />Florezca eternidad el universo!<br />La Palabra divina en cada verso<br />Cual Luna de Nisán bien sabe de eso,<br />¡Primavera, concibe a Dios inmenso!<br />Cristo y la Virgen,<br />Concibe inmensidad<br />¡A Dios inmenso!<br />Ley de Amor<br />Soneto<br />Esta noche es la cena y la agonía<br />De mi cuerpo que es pan, de Dios bocado<br />De la sangre y del cáliz derramado<br />Y acción de gracias de la Eucaristía.<br />Siento la muerte en el sepulcro fría<br />Murió mi libertad que me ha acabado,<br />Mi muerte y mi pasión me han terminado<br />Arrancando la cruz el alma mía.<br />Nací para morir y soy el Rey,<br />Las tinieblas vencí y la oscuridad<br />Sabiendo que yo soy la eternidad.<br />He muerto por amor a la verdad<br />Y es mi triunfo infinita claridad,<br />Evidencia de luz, ¡Yo soy la Ley!<br />Yo soy el Rey<br />Coronado de espinas,<br />¡Amor de Ley!<br /><br />Cristo resucitado<br />(Encuentro personal)<br /><br />Soneto<br />Yo busco entre el Pueblo que ha salvado<br />Escondido en mi fe, yo resucito<br />Habiendo muerto cuando lo han matado,<br />Alegre, siento el alma sin delito.<br /><br />Yo lo busco al que fue crucificado<br />Y lo encuentro en mi espíritu contrito<br />Y lo adoro, como es resucitado<br />Deslumbrante de Dios, lo felicito.<br /><br />El me enseña sus yagas y el costado<br />Y me muestra que sigue traspasado,<br />La gloria de su amor jamás termina.<br /><br />Su lugar, son los cielos de otro lado,<br />El amor, siempre en El fuerza divina<br />Para el mundo hasta el fin, su medicina…<br />Su amor aquí<br />Su gloria más allá,<br />¡Resucitado!<br /><br />Soy la Luz<br />Soneto<br /><br />Abejas celestiales de luceros<br />Zumbando en los espacios de los cielos<br />Cristo de luz, de Cristo mensajeros<br />Panal de miel con todos los anhelos.<br /><br />La Virgen de Israel por sus senderos<br />Florido Paraíso, sus desvelos<br />Volar y colectar, no hacer regueros<br />Del néctar que es la miel en sus aleros.<br /><br />La cera del panal que enciende Cristo<br />Principio, fin y eternidad luciente<br />Es el Cirio pascual, la luz ardiente.<br /><br />La mirada del mundo esté pendiente<br />Resucita el Señor, glorioso visto<br />Los cielos y la tierra es todo Cristo.<br />Ya está encendido<br />El Cirio de los cielos,<br />¡Resurrección!<br />Corolario sobre la Pascua en Plenitud<br />El misterio de Cristo como experiencia mística y estética es lirismo de luz y realidad de un sueño de esperanza que cristaliza en el amor eterno. Los teólogos advierten que el orden natural del ser en la naturaleza y la naturaleza misma son realidades que no destruyen el orden natural necesariamente sino más bien le presuponen en su perspectiva de realización divina. El plan de Dios en el misterio de Cristo sobrepasa la aspiración humana de un mundo ideal utopía la más fabulosa e inimaginable de nuestra mente, por esa misma utopía por decirlo así de la mente divina que se proyecta y se convierte en la plenitud de los tiempos en la eternidad de Cristo con el injerto de su cuerpo místico participando con El de su Resurrección y de su vida gloriosa. Se muere en Cristo para resucitar con El. El sueño de esperanza trasciende ese sueño en realidad de fe y la esperanza como virtud divina en el alma humana predice el fruto del amor de Dios cual fruto cierto.<br />Un sueño de esperanza y gran lirismo<br />Poema a la luz<br />La Mansión de la luz se acerca a la ventana,<br />La luz mira el universo en sus persianas.<br />Millones de billones de galaxias sus luceros,<br />Mirada en la que estalla el mundo de años luz<br />Son ojos infinitos inmensos en la noche sintiendo esa mirada.<br />Jinete de la luz manada de corceles<br />Con crines arrancadas al viento en su carrera<br /> Despeinando luminosos enredos. El, peina desenredos.<br />Bellamente sacude las tinieblas, desenreda la luz,<br />Tropieza y no se apaga rompiendo en sus colores claridades transparentes, claroscuros,<br /> Y el negro en que se apaga.<br />Jinete de la luz abre la puerta entrando a su Mansión y dentro suelta su inmensa cabellera,<br />Feliz se mira y en casa las contempla hebras de luz resplandecientes<br />Paseando en los recintos preciosos de su casa.<br />No tiene en sí alegoría la luz sino la inspiración de todo el universo,<br />Perfecto rostro y cerebro, cabeza y su cabello.<br />Admirable Mansión es luz en plenitud,<br /> ¡El Amor ese hogar!<br />Haiku<br />¡Bella Mansión,<br />La esencia de la luz<br />Amor en casa!<br /><br /><br /><br /><br /><br />Juzgados por el amor<br />Soneto<br />Es feliz el vivir en libertad<br />Aunque el mal amenaza desafío,<br />Abuso de ser libre es la maldad<br />Virtud del sumo bien, en El confío.<br />Sé que cuento con toda su bondad<br />Y digo siendo Cristo en Dios confío<br />Aunque el malo convierte todo en lío,<br />Tentador, tentación de iniquidad.<br />Los que escoge serán su maravilla<br />Llamados todos, pocos elegidos<br />La red les junta a todos en la orilla.<br />Amor a Dios la pesa es muy sencilla<br />Cuando llega la tarde de la vida,<br />¡Reino y cielos, entonen bienvenida!<br />Amor de Dios<br />Exacto en su medida,<br />Gran maravilla.<br />Amor nos mira<br />Soneto<br />Las obras del amor no son mentira<br />Con esperanza cierta las espinas<br />Las convierte el amor en ser divinas,<br />Dios bien sabe el engaño que conspira.<br />A nadie engaña El si se retira<br />Su tejido entreteje telas finas<br />Sacando el oro fino de sus minas,<br />Con sus ojos abiertos, ve en la mira.<br />Justicia y el perdón El mismo reta<br />Con cuentas claras al lograr la meta,<br />A su manera amor, de mil maneras.<br />La mística de Cristo, es Dios profeta,<br />Constante la paciencia, llevaderas<br />Las obras del amor son verdaderas.<br />Amor, no engaña,<br />Justicia y el perdón<br />Dios ve en la mira.<br />Lo atestiguó el soldado<br />Soneto<br />Razones de matarlo encontraron<br />Todo el pueblo no debe perecer,<br />Un solo hombre es El, nuestro deber<br />Sentenciarlo a morir, determinaron.<br />Tiempo atrás los Profetas lo anunciaron<br />Redención es la sangre por correr<br />Y el Cordero a morir debió nacer,<br />Sus amigos a Cristo abandonaron.<br />El cáliz por beber el hijo amado<br />Debía de pasar, y así pasaba,<br />Orando con la sangre que sudaba.<br />Y escuchó que el soldado atestiguaba<br />La sentencia del crimen alegado,<br />¡Sí es el hijo de Dios, leo en su costado!<br />Sangre y agua<br />De Cristo traspasado,<br />¡Profetizado!<br />La Pascua Divina<br />Soneto<br />Amor que nunca muere lo ha matado<br />No cicatriza herida ni la gloria,<br />Aun tiene el corazón atravesado<br />De amor eterno pleno en su victoria.<br />Pan del cielo en la tierra es su memoria<br />Sangre en venas del mudo, bienvenida,<br />Amor eterno y su divina historia<br />Cristo, Pascua de un Dios resucitado.<br />Este cáliz de amor eterno pase<br />Resurrección, divina maravilla<br />Que la tumba acontece tan sencilla.<br />Dios levanta a la gloria a quien se humilla<br />Nuevos cielos y tierra, en Dios renacen,<br />¡Cristo eterno a su Padre satisface!<br />Eterno pase<br />Es la Pascua Divina,<br />¡Resurrección!<br />La Gloria y el Mesías<br />Soneto<br />Alegría consumada de los cielos<br />Belleza excelsa en todo su esplendor<br />Pureza eterna de Cristo Salvador,<br />Divina desnudez de Dios sin velos.<br />El secreto de Dios y sus desvelos<br />Es Padre soberano y gran Señor<br />De toda la Creación solo el Creador,<br />Son todos los infiernos, fuego y celos.<br />Honor y gloria a la eterna vida<br />Coros de ángeles, santos coronados,<br />Cristo es la dicha de los bienaventurados.<br />Creador y la Creación, por siempre unida<br />Cielos nuevos y tierra prometida,<br />¡Honor a Cristo que ha resucitado!<br />Soy el Mesías,<br />Más que Ley y Profetas,<br />¡Hijo de Dios!<br /><br />El Verbo en plenitud<br />Soneto<br /><br />Soy el Verbo de Dios, cumplí la cita,<br />Si es verdad que mi cuerpo estuvo muerto<br />Hoy revivo y no estoy más en el huerto,<br />Ya no deben buscarme entre los muertos.<br /><br />Abrir la tumba no se necesita<br />Alma y cuerpo en mi vida resucita,<br />Gloria eterna los cielos precipitan<br />A toda la Creación en mi concierto.<br /><br />Soy camino en la cumbre de la vida<br />Y divina verdad por Dios sabida,<br />Soy la eterna promesa ya cumplida.<br /><br />Mi Espíritu de amor hablando eso<br />Por el mundo, verdad reconocida,<br />Yo voy a mi Mansión, ¡pronto regreso!<br />Misión cumplida,<br />Soy Cristo y resucito<br />Amor eterno.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-66484366558410308972010-03-03T08:20:00.000-08:002010-03-03T08:23:39.333-08:00Visión de la Cuaresma hacia la PascuaLa catolicidad del cristianismo se enfatiza de manera peculiar instalada en la tradición de la liturgia no realmente exclusiva de la iglesia católica romana. La visión de la cuaresma cristiana con raíces en la historia del pueblo hebreo se centra definitivamente en el pasaje histórico de Cristo mismo cuando después de su bautismo en el Jordán decide pasar cuarenta días de soledad, ayuno y oración en el desierto estando a punto de iniciar la etapa de su vida pública. Cristo como Mesías es la plenitud de los profetas, no más o menos visionario y portador de un mensaje divino, sino que es testigo y voz eterna de Dios Padre y uno mismo con Él, la misma voz y la visión de sí mismo, Dios hablando a los hombres de la experiencia de Dios en sí siéndolo El mismo, aunque como persona distinta, el Hijo enviado por su Padre.<br />No es posible presentar adecuadamente el cristianismo y su sentido sin enfatizar el carácter preexistente y personal de Cristo en su relación eterna y divina con su Padre, Creador del universo y Dios del pueblo descendiente de Abraham padre de la fe. A partir de esta realidad la dimensión profunda del mensaje de Cristo a toda la humanidad y la Creación inteligente del mundo visible e invisible, se centra a su vez en un sentido único de intimidad indescriptible de lo humano en lo divino. La vocación a la perfección ante Dios requiere estricta y literalmente el de ser perfectos como mi Padre celestial es perfecto. Esto acontece condicionado a la manera de que solo El contando con el discípulo seguidor de Cristo puede lograr ser realidad de hecho lo posible. Es el punto de partida de una redención y salvación perfecta libre de pecado a la altura de la pureza y la santidad de Dios.<br /><br /><br /><br />Amor y paz los bienes de la vida naturalmente humanos se hacen divinos en el plan de Dios. El Creador de la Creación cuya intimidad es la de ser Padre proyecta su paternidad hacia todo el universo visible e invisible con un sentido que trasciende lo efímero y temporal hacia lo divino y eterno. El símbolo de la tierra prometida pertenece a toda la humanidad. La razón es el amor en plenitud derramando de Dios.<br /><br />El bien del amor<br />Soneto<br /><br />Sin engaño placeres duraderos<br />Amor y paz los bienes de la vida,<br />Auténticos y al punto verdaderos,<br />La dicha incomparable más querida.<br /><br />Los últimos tal vez sean los primeros<br />Libertad al deber comprometida,<br />Eligiendo caminos y senderos<br />Su lugar es la tierra prometida.<br /><br />Amor y paz del corazón humano<br />Es deber compartir con cada hermano,<br />Dichosos los de Cristo en esta guerra.<br /><br />Corazón infinito de la tierra<br />Libertad del destino el triunfo encierra,<br />¡Tal florece el amor, bien soberano!<br /><br />Dios generoso,<br />Tesoro para todos<br />El sumo bien.<br /> <br /><br />El inefable en su existencia, realidad en sí sin ninguna analogía, sin símbolo ni alegoría.<br />Es necesaria la visión beatífica para conocer en realidad a Dios.<br />Solo Dios se conoce a sí mismo y decide revelarse al revelarlo.<br />Cristo el hijo del hombre revelación de Dios y Dios mismo.<br /><br /><br />El ser ideal realidad de Dios<br />Soneto<br /><br />El pozo inagotable de la vida<br />Abundancia de Dios, jamás termina,<br />Mayor que el universo mar divina<br />Y eternidad sin tiempo que declina.<br /><br />Sagrado fuego en que la luz anida<br />Y un presente infinito en su guarida,<br />Dando al ser esencial la bienvenida<br />Rosal en flor, eterno y sin espina.<br /><br />Perfecto Dios jamás se desintegra,<br />La pureza de ser en su presencia<br />Resplandece en la luz de su existencia.<br /><br />Su fuerza y su poder en eminencia<br />Es gozo sempiterno que se alegra,<br />¡El todo en unidad, su ser lo integra!<br /><br />No simboliza <br />Eterna realidad,<br />¡Dios se realiza!<br /><br /><br /><br />Actitud humana y filantrópica increíble pero real de la grandeza divina.<br />El misterio de Cristo Dios y Hombre en el mundo madura en plenitud ese encuentro en el momento de la Resurrección desbordando en todo su ser la misma gloria de Dios. Toda la vida en la tierra hasta la muerte y la sepultura fue un proceso misterioso de esa realidad. Cristo consciente de su misión mesiánica inicia con su cuaresma original la proyección profética hacia el anuncio del reino pasando de su vida oculta a la realización de su vida pública. La presencia del bien y del mal están personificadas por el demonio espía de Cristo en la historia de su vida terrena como escenario de una lucha entre el mundo de la luz y el de las tinieblas.<br />Esto explica la incidencia del tentador al iniciar Cristo esta etapa de su vida.<br /><br /><br />Inicio de Cuaresma<br /><br />Soneto<br /><br />Cristo a Dios meditando humanamente,<br />Deja el Jordán, camina hacia el desierto.<br />Le persigue el Demonio a ver si es cierto<br />Que es Cristo el mismo Dios divinamente.<br /><br />Siendo humana oración eternamente<br />Impulsado por Dios divino dentro<br />En el ser de su ser, mismo en su centro<br />Un mismo el mismo amor, lo es mesmamente. <br /><br />Al Hombre y a los Ángeles concierna<br />La Palabra de Dios que es vida eterna,<br />Cristo ayuna inventando la Cuaresma.<br /><br />Hambre humana y divina es una mesma<br />Y abundancia de Dios es sempiterna,<br />La paz su intimidad divina y tierna.<br /><br />Es Dios Palabra<br />Y el divino alimento,<br />Se sintió hambriento.<br /><br /><br />Al final de las tentaciones es evidente la integridad de Cristo y su lealtad a la Palabra de Dios certeza evidente de que siendo hombre a su vez El es Dios mismo. Se ocurre pensar en el poder del bien en los límites de la dimensión humana ante la fuerza del mal, cuando el Demonio lleva a Cristo para tentarlo donde quiere proponiendo escenarios sugestivos a su imaginación con diabólico atrevimiento. Pudo Cristo limitar e impedir el ser tentado a ese punto resistiendo el influjo del plan del maligno hasta tal extremo o no. Parece ser que sí lo hubiese podido pero no lo hizo por la identidad de ser humano e impecable hasta los límites de la inocencia.<br /><br />Servir y amar es adorar<br />Soneto<br /><br />¿Quién como Dios? Solo El para adorarlo<br />Y servirle en todo lo que quiere,<br />El Demonio al infierno, si interfiere<br />Al mandato en el prójimo de amarlo.<br /><br />Escrito está que a Dios no hay que tentarlo,<br />Siendo siempre el Señor se le prefiere,<br />Generoso el perdón, a quien le hiere<br />Soberbia y odio aleja al perdonarlo.<br /><br />Si en el desierto Cristo fue tentado…<br />Contumaz mentiroso al sin vergüenza,<br />El, Palabra de Dios lo ha rechazado.<br /><br />Cristo sirve a su Padre tal cual piensa,<br />Su corona de espinas ha triunfado<br />Y es Príncipe de paz, ¡la gloria inmensa!<br /><br />Irreprochable<br />La pureza de Cristo,<br />Es adorable.<br /><br /><br />El mismo Espíritu que impulsó a Cristo a entrar le impulsa a salir del desierto para iniciar su misión redentora. Tres años elocuentes hacen de su vida pública el acontecimiento más maravilloso, historia del tiempo que se hace eternidad. La misión de Cristo tiene todo el encanto de lo humano y lo divino. El drama y la tragedia de la epopeya del hombre orientado a lo divino.<br />La lucha contundente del mal y del bien definitivo, perentorio y el triunfo del amor mas allá de la vida y de la muerte y la experiencia eterna de la gloria.<br /><br />Salida del desierto<br /><br />Soneto<br /><br />Bondad de Dios desborda de sus manos<br />Inefable banquete en cuya fiesta,<br />Cristo agota del cielo sus arcanos<br />Derrochando el tesoro que más cuesta.<br /><br /> Todo listo con El, suben la cuesta<br />Sus bellos pies, se alejan de los llanos,<br />Trabaja sin cansancio y en la siesta<br />Se pone a orar y a meditar sus planos.<br /><br />Satánicas tinieblas de poder…<br />El demonio se ha ido por ahora,<br />Su regreso, será la última hora.<br /><br />La buena nueva debe acontecer<br />La muerte redentora debe ser,<br />¡La gloria en plenitud divina aflora!<br /><br />Bondad de Dios,<br />La cumbre del Calvario<br />Sube a la gloria.<br /><br /><br /><br />El sentido de Dios es Cristo y Cristo es el cuerpo místico ante Dios mismo a través de la historia de la humanidad, mucho más de lo que llamamos Cristianismo de veintiún siglos en su historia.<br />A partir de la plenitud de los tiempos con la presencia del Mesías la conciencia personal monoteísta de Dios se amplifica con proyecciones inimaginables. La relación de la antigua alianza entre Dios y su pueblo se universaliza para toda la humanidad y se hace esencialmente más bien una relación de intimidad humana con la intimidad de la vida de Dios. Es mucho más maravilloso conocer la intimidad única de la vida de Dios cuyo testigo temporal y eterno es el hijo de Dios hecho hombre hablando con su Padre y prometiendo la venida del Consolador, Espíritu de amor personal de Dios también enviado por el Padre al mundo para santificarlo reiterándolo en la verdad e ilustrando a su vez la misión de Cristo en la realización del reino de Dios. La integración de las divinas personas en la unidad de un solo Dios como naturaleza divina en unidad de amor y de verdad, a través de Cristo hecho humana realidad y proyectado místicamente a toda la humanidad, hace dicha integración objeto personal suyo, abrazándole con amor de amistad y familiaridad según la interpretación teológica en forma adoptiva. <br /><br /><br />Su Palabra el Amor de hecho<br />Soneto<br /><br />Paloma el símbolo de amor, no el cuervo,<br />Hoguera inextinguible santifica<br />El símbolo de Dios que verifica<br />Divina realidad, Cristo es el Verbo.<br /><br />Divinidad de Dios, todo su acervo<br />La humanidad de Cristo deifica,<br />Hijo del hombre a Dios personifica<br />Y humano a lo divino se hace siervo.<br /><br />Eterno el corazón divino el río<br />La palabra de Dios es todo un hecho,<br />Plenitud del amor brota en su pecho.<br /><br />Tres personas y un Dios para El no es lío<br />Navegando infinito siendo un trío,<br />¡Vida humana y divina en su derecho!<br /><br />Ningún misterio<br />A los ojos de Dios,<br />¡Plena evidencia!<br /><br /><br />Cristo inició su vida pública eligiendo a sus discípulos que le fueron siguiendo respondiendo a su llamado. Su vida en comunidad con ellos anunciando la buena nueva y la venida del reino por poblados y ciudades del entorno judío, con el Templo en Jerusalén, las Sinagogas, inclusive los lagos de pesca, las barcas y todos los demás lugares de ese entorno a campo abierto revela ser una actitud de desprendimiento más bien que un lugar físico ser el lugar de su morada. La comunicación de su mensaje con repetida frecuencia no era captada claramente por los mismos discípulos y entonces se establecía un diálogo para aclarar puntualmente su sentido. Con ocasión de la crítica irónica de escribas y fariseos tratándose de no permitir ser influidos por la actitud errónea de sus adversarios Cristo les advierte comentando que se cuiden de la levadura de escribas y fariseos. Esta controversia de Cristo con la mayoría casi con la total adversidad del Sanedrín, Pontífices Escribas y Fariseos se agudizará con el tiempo hasta el desenlace de la traición de Judas y el prendimiento de Cristo. Y todo lo que sucedió debía cumplirse como estaba escrito. <br /><br />Gracias por Cristo<br />Soneto<br /><br />Gracias a Dios por Cristo que ha venido<br />Razón de fe, de amor y de esperanza,<br />De vida eterna plena de confianza<br />Verdad del corazón en Dios nacido.<br /><br />Gracias a Dios por Cristo renacido<br />La paciencia de Dios que no se cansa,<br />Fuerza divina que al morir alcanza<br />Salvar al mundo de quien ha creído.<br /><br />Gracias por ser divina levadura<br />Y pan del cielo que alimenta el mundo,<br />El pan de cada día, amor fecundo.<br /><br />Gracias por ser nuestra salud, nos cura<br />Y la vida inmortal nos asegura,<br />¡Eternas gracias por su amor rotundo!<br /><br />Pan de los cielos<br />Divina levadura,<br />¡Oh Cristo eterno!<br /><br /><br /><br /><br />Lo peculiar del antiguo y del nuevo testamento no solamente es el monoteísmo sino también la conciencia personal de un Dios vivo y la relación personal con su pueblo e individualmente con cada persona miembro de la comunidad. Los salmos dan testimonio de esta realidad como hecho litúrgico y también como realidad familiar e individual. Cuando Cristo ora conscientes de ello sus discípulos con quienes convivió por tres años ellos fueron testigos de cómo solía pasar aun la noche entera en oración. El momento cumbre del diálogo de Cristo con ellos respecto a la oración es sin duda cuando le pidieron que les enseñase a orar y Cristo dio como respuesta la oración más bella, totalmente completa y contundente recitando el Padre nuestro. Aun es pertinente señalar la autenticidad exclusiva en la relación personal entre Dios y cada persona haciendo alusión al comentario de Cristo de encerrarse en la mayor privacidad para dedicar con exclusividad de intención y propósito la acción de orar, exclusivamente orientada al Padre conocedor de nuestra secreta intimidad. <br /><br />Autentica oración<br /><br />Soneto<br /><br />Soy el hijo del hombre y Dios mi Padre<br />Que en su ser me ha engendrado eternamente,<br />Me he hecho carne y por eso tengo madre<br />De divinas entrañas, soy su mente.<br /><br />A Él le gusta escuchar calladamente<br />Su silencio, sin perro que le ladre,<br />Sus oídos al cielo fuertemente<br />No son grito de un grito que taladre.<br /><br />Sabemos lo que todos necesitan<br />Dios es el corazón que ni a Él le cabe,<br />Aprendan a escuchar de quien lo sabe.<br /><br />Trabaja el alma orando como el ave<br />Y humildad si es con fe a Dios le incitan,<br />Divinas dádivas, ¡se precipitan!<br /><br />Oro a mi Padre<br />Su corazón lo sabe,<br />¡Tomen mi llave!<br /><br /><br />La obra de Cristo Redentor es su misión cumplida que cristaliza por el Espíritu Consolador que nos santifica y fortalece con la vida divina. No fue suficiente su labor con sus discípulos aun ya resucitado, conviniendo que enviaría de la mansión del Padre, como lo hizo en Pentecostés, el Espíritu de Dios en persona que ratificó y afianzó la obra mesiánica y redentora. El Consolador consuela con la fuerza de Dios, es plenitud que florece en la vida del espíritu con los dones característicos de su acción peculiarmente santificadora. El arrepentimiento es un estado permanente de fidelidad constante que hace posible permanecer en unión con la vida y el amor de Dios. Las obras del Espíritu atestiguan la fe a la que Cristo se refiere diciendo que el que cree en El no muere para siempre. <br /><br /><br /> <br />El Consuelo en Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Reconozca Señor tu redención,<br />Dame un corazón limpio como el tuyo<br />Que humillado, me llene de tu orgullo<br />Contando con tu eterna salvación.<br /><br />Que te quiera con todo el corazón<br />Y amor de Dios lo tome porque es suyo.<br />Vuelo en pos de paloma con su arrullo<br />Y divina blancura en su sazón.<br /><br />La humildad que me exalte en tu victoria,<br />¡Divina libertad! Mi alma desata<br />Del pecado y la muerte que me mata.<br /><br />Resucite feliz por la memoria<br />De la sangre de Cristo que rescata,<br />Que por ella, ¡merezca hasta la gloria!<br /><br />De Dios alivio<br />El arrepentimiento,<br />Consuelo eterno.<br /><br /><br />Si Dios abunda en todo más en amor. Es la energía de su espíritu la del amor que une el universo de su ser y su existencia eterna increada. Amor indefectible y absoluto hace planes que parecen absurdos a la razón humana y tal vez a la mente angelical. El universo íntimo de Dios, la interioridad de la vida divina, la quinta esencia del reino de los cielos su corazón abierto y su mano extendida proyectando en su plan la armonía total del ser y la existencia, parecerían más que incongruentemente imposibles, pero para Dios todo es posible en el amor. La entrega del Creador a la Creación no es un misterio para Dios, solamente es el milagro supremo de su amor. Mayormente abriendo lo más intimo de su morada, las entrañas mismas de su ser divino al misterio del hijo del hombre que por amor es el hijo de Dios. Y más aun todavía la integración en Dios a través suyo, la humanidad eternizada en la gloria, el cuerpo místico de Cristo ideal convertido en realidad perentoria.<br /><br /><br />Amor de sobra<br /><br />Soneto<br /><br />Dios no tiene medida para amar<br />El cielo entero da y no se espanta,<br />Es dichoso y feliz, y dando canta<br />Y en su entrega total, da sin parar.<br /><br />Tanto amó al mundo que le quiso dar<br />Abierto el corazón, cual mano santa<br />Magnánimo entregando a Dios le encanta<br />Y a su hijo propio aceptó inmolar.<br /><br />Amor eterno brota de su seno<br />Y por eso de amor siempre está lleno,<br />Vida eterna el amor no pierde nada.<br /><br />Dijo Cristo que solo Dios es bueno,<br />¡Luz divina, jamás será apagada<br />Conociendo su eterna llamarada!<br /><br />Dios llamarada<br />No pierde nunca nada,<br />¡Amor de sobra!<br /><br />La racionalización del amor puede ser el peor enemigo del amor a más del odio. La verdad del amor como sentimiento en el ser humano no es efectivamente amor si no se traduce en realidad operativa<br />que se hace amor en acción. La filosofía popular define esta realidad filosófica con sentencias populares llenas de sabiduría. Se dice con verdad que obras son amores y no buenas razones y que del dicho al hecho hay mucho trecho. Estas observaciones expresan una realidad que es válida en lo humano como en lo divino. El amor en acción es el criterio práctico y real que caracteriza como verdadero valor lo valioso del amor. El pragmatismo del amor pertenece a su esencia sea divino o humano. A este respecto Cristo define la postura pragmática del ser divino cuando observa y define que en Dios no quien le dice Señor, Señor entrará a su reino, sino el que hace la voluntad de su Padre. Y en la dimensión correlativa en identidad de amor de Dios y amor al prójimo, declara que lo que a los más menesterosos hicisteis conmigo lo hicisteis. <br /><br /> <br /><br />Pragmatismo del amor<br /><br />Soneto<br /><br />Si a los demás no amamos a consciencia<br />Puede ser que tan solo imaginamos<br />La verdad del amor, que a Dios amamos,<br />Buenas obras de amor son evidencia.<br /><br />Y en esto no tolera indiferencia,<br />Por la gracia de Dios el bien logramos<br />Si en el prójimo vemos su presencia,<br />Buenas obras, la fe ante Dios probamos.<br /><br />El es sin duda la divina fuente<br />Y quien sirve le sirve como puente,<br />Servir a los demás, pide en ofrenda.<br /><br />No se puede evitar sin que le ofenda,<br />Suministro de Dios para la gente<br />Amor a Dios y al prójimo, ¡su agenda!<br /><br />Amar a Dios<br />Amando a los demás,<br />¡Acción de fe!<br /><br /><br /><br />La categoría de rectitud que implica una recta intensión es el factor determinante en el discernimiento entre el bien y el mal de la acción del ser que debe ser responsable en su manera de obrar. La supremacía de Dios como el ser perfecto en todos los órdenes de la existencia en el aspecto del bien moral se caracteriza como patrón y modelo y razón de ser del sentido moral siendo la esencia eminente de la misma bondad que se identifica auténticamente con la rectitud. Es en este contexto en el cual Cristo nos dice que debemos ser perfectos como su Padre es perfecto. El mal moral corrompe y oscurece el corazón y la visión de la rectitud de la conciencia y el sentido pragmático de rectitud. El camino hacia Dios al fin de cuentas debe ser recto, directo, no sinuoso ni torcido, por eso Cristo dijo de sí mismo siendo patrón y modelo del encuentro con Dios que El es el camino, la verdad y la vida. El propósito de su existencia es satisfacer el plan de Dios que es la meta del Dios hombre y nuestra meta.<br /> <br /> <br />El camino y la meta<br />Soneto<br /><br />No le agrada sinuoso ni torcido <br />El camino hacia Dios, debe ser recto,<br />Camino de verdad Cristo ha encendido<br />La misma rectitud de Dios, perfecto.<br /><br />Dentro de ti esa luz, andas correcto,<br />Si te ocurre apagarla, estás perdido,<br />Ver la meta imposible es en efecto<br />No encuentras nunca a Dios, desconocido.<br /><br />Dichoso el corazón si es limpio y puro<br />Sin tinieblas que oculten las estrellas,<br />Mirando al sol que alumbra tras del muro.<br /><br />Gran verdad esos ojos sin querellas<br />Que de noche y de día ven las huellas,<br />Mirando en la esperanza el bien seguro.<br /><br />Cristo el camino,<br />Corazón limpio y puro<br />Ve bien la meta.<br /><br /><br />Ser Padre y ser Maestro son realidades que Cristo enfatizó como autenticidad exclusiva con respecto a su relación filial con su Padre celestial y la legitimidad de su autoridad y capacidad docente con respecto a El mismo. Uno solo es vuestro Padre y uno solo es vuestro maestro apuntó enfáticamente a sus discípulos. La Paternidad de Dios puede ser analizada en el contexto de las escrituras y de la teología. Tratándose de paternidad el concepto humano natural universalmente aceptado en la experiencia humana debe implicar una analogía aplicado a la dimensión divina, tal vez solamente en su modalidad pero no en su esencia relacionada con el hecho de la generación ya sea humana o divina. Cristo mismo distinguía la relación con Dios en contraste entre El que es hijo natural del Padre eterno y sus discípulos que naturalmente no lo eran, sino a diferente nivel y por ello hacía énfasis diciendo vuestro Padre tratándose de la relación con ellos. En cuanto a ser maestro su audiencia lo reconocía como alguien admirable que enseña como quien tiene autoridad y sabiduría impresionablemente inusitada y persuasiva. La simplicidad y la veracidad del Evangelio como anuncio del reino de Dios ratificado como cumplimiento de las proferías, reiterado por sus milagros y sobre todo enfatizando todas sus enseñanzas con el gran milagro de su propia resurrección lo convierten en evidencia de ser maestro único, divino, veraz incomparablemente incontestable. El Evangelio es el mensaje de Dios y Cristo el mensajero que se identifica siendo El mismo mensaje y Evangelio. <br /><br /><br />Maestro amigo<br />Soneto<br /><br />Adoración del alma en Dios rendido<br />Cristo hombre verdad del Cristianismo,<br />Visionario de Dios y Dios El mismo<br />Al cuerpo espiritual místico unido.<br /><br />La Palabra divina en el oído<br />Pureza espiritual, no es optimismo<br />Ser fuente de entender, Dios un abismo<br />Penetra el corazón pleno sentido.<br /><br />El único maestro contundente<br />Evangelio y parábola viviente,<br />Verdad del hombre y Dios es Cristo amigo.<br /><br />Maestro solo El, como testigo<br />Divino ser humano y evidente,<br />¡Se ha ido con su Padre, aquí conmigo!<br /><br />Cristo evidente<br />De la verdad testigo,<br />Maestro amigo.<br /><br /><br /><br /><br />La Contrición<br />Soneto<br /><br />Mira en Dios infinita su nobleza<br />Si tu modo de ser es ser culpable,<br />El perdón mal lo harás, imperdonable<br />A pesar de ser noble su grandeza.<br /><br />Es por eso que a Cristo le interesa<br />Perdonar tu pecado y que inculpable,<br />Tu inocente limpieza sea admirable<br />Cual niñez de inocencia, tu pureza.<br /><br />Levántate al instante de esa cama<br />Camina al Padre que su Voz te llama,<br />Hacerlo debe tu arrepentimiento.<br /><br />Cristo aclara camino y pensamiento<br />Fe en el alma es de Dios presentimiento,<br />¡En tus ojos, prendida está esa llama!<br /><br />La Contrición<br />Justifica ante Dios,<br />Te abre sus puertas.<br /><br /><br /><br />Maestro de Verdad<br />(Humana y Divina)<br />Soneto<br /><br />Maestro de humildad y de paciencia<br />Al filo su palabra llena de ira,<br />Condena hipócrita maldad, conspira,<br />A tal colmo El desborda su impaciencia.<br /><br />Celoso de su Padre en su presencia<br />Su amor a la verdad fuego en la pira,<br />Condena la carroña que transpira<br />Del sepulcro, destapa la apariencia.<br /><br />Ira humana y divina la de Cristo<br />Fuego ardiente también a la sazón,<br />Atempera el amor su corazón.<br /><br />Descubre el mismo nido en la traición<br />Veneno de serpientes, las ha visto<br />Musitando matarle, ¡lo previsto!<br /><br />No hipocresía,<br />Cristo muere y redime<br />En la verdad.<br /><br /><br />Cristo cumple su Misión mesiánica y profética entretejiendo en ello una y otra dimensión, la humana y la divina. En la etapa de su vida temporal que precede a la plenitud de su vida gloriosa al consumar su Misión, El padece, sufre, presiente, teme, zozobra en agonía y finalmente muere en la cruz y va la sepultura. El como nadie es humillado y condenado siendo el Hijo de Dios y el más digno, puro y santo de los hombres con la excelencia de Dios, siéndolo El mismo. Por la misma razón es quien ha sido más exaltado en su resurrección compartiendo divinidad y humanidad su alma gloriosa en la plenitud de la gloria de Dios de quien es eterna y plena alegría. <br /><br /><br />Presentimientos de Cristo<br /><br />Soneto<br /><br />Cristo siente y presiente lo que viene<br />E irá a Jerusalén por la Judea,<br />Su vida y libertad aun la tiene<br />Pero va por deber a lo que sea.<br /><br />La muerte en su resurrección alea<br />Redime al mundo y su perdón lo obtiene,<br />El querer de su Padre lo desea<br />Lo hace suyo a sabiendas cual conviene.<br /><br />Y el Mesías de Dios cumple sus metas<br />Predicciones proféticas completas,<br />Valdrá la pena muerte y agonía.<br /><br />Al infierno demonios con sus tretas,<br />Dice y hace cumplida profecía<br />Ser la gloria de Dios, ¡es su alegría!<br /><br />Resurrección,<br />Morir en su agonía<br />Vale la pena.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-27725046343471335552010-03-03T08:17:00.000-08:002010-03-03T08:34:55.912-08:00Noche de presentación02/19/10<br />8.00 P M<br /><br />Soy un poeta en secreto<br />De la ciudad de la unidad posible,<br />Miami donde vivo.<br />Tierra y cielo<br />Mar y playa.<br />La noche de anoche<br />Ha sido una gran noche<br />Por los poemas que he oído.<br />Con razón o sin ella<br />Ausente de mi tierra <br />Y México del libro<br />Yo comparto su ausencia.<br />Coral Gables,<br />Books and books,<br />La Peña en mí<br />Entre poetas hispanos,<br /> Yo, silenciando sonidos.<br />Con sabor a hiel<br />Y con sabor a miel<br />Siento mi boca.<br />No pasa el tiempo<br />Ni tampoco el lugar<br />Me despierta la noche<br />Secreto del sueño<br />El poema escrito<br />Presente frente a mí<br />De un futuro tal vez<br />Editado y leído…<br />¡Tal vez<br />Alguna otra vez!<br /><br />Dos poemas bilingües<br /><br />Oíd al Hombre,<br />Es la pregunta de sí y el universo<br />De Dios eterno y del alma inmortal.<br /><br />Poema del Hombre<br />(Hembra y Varón)<br /><br />Soneto<br />Puede ser la razón de su existencia<br />No el viento que se lleva la ceniza,<br />Espíritu del hombre, su sonrisa<br />Superior inquietud más que la ciencia.<br /><br />Todo y nada en su ser y su presencia<br />Con el alma en la cara dando risa,<br />Siendo polvo y la tierra que se pisa,<br />Su poema, gritando en la conciencia.<br /><br />Es materia del hombre polvo y lodo<br />Y fórmula del agua de tal modo,<br />Que es un sueño inmortal haber nacido.<br /><br />Poema es la ciencia siendo todo<br />Lo grandioso y pequeño y ya vivido,<br />Palpita el corazón, ¡Dios en su nido!<br />Haiku<br />Ser o no ser<br />Es la inquietud del hombre,<br />¡Dios y su nido!<br /><br /><br />Two bilingual poems<br /><br />Come hear the man, immortal soul<br />It is a question within, wondering, about the world and God.<br /><br />A Poem on Man<br />(Female and Male)<br /><br />Sonnet<br /><br />It is a wonderful thing to be alive,<br />Might blowing wind would carry human ashes<br />There is not spirit through the final trashes,<br />The matter of the soul is laying life.<br /><br />Smiling face to science passing by<br />Bank broken is the soul far short in cashes,<br />It could not go beyond the human passes,<br />Come, may poetry inspiring bits that strife.<br /><br />It is the thing of man being on the road<br />Ephemeral to be on heavy load<br />It almost made, from mud the final dust.<br /><br />It does make sense concluding better trust<br />Beyond what matters science, faith the most,<br />¡Shall be, Lord, your poetry a secret code!<br />Haiku<br />To be or not<br />The restfulness of man,<br />Love, God, the nest!<br /><br /><br /><br />Delicias el Edén<br /><br />Soneto<br /><br />La Oda universal, plena alegría<br />Del poema del ser en cada verso,<br />Creador de la Creación y el Universo<br />Coral en plenitud, su sinfonía.<br /><br />Delicias del Edén de la armonía<br />En la luz de la piel del viento terso,<br />Galáctica la brisa sopla el cierzo<br />La existencia en su ritmo y melodía.<br /><br />Vivo instrumento la naturaleza<br />Vibra el alma del hombre y sus sentidos<br />Paraíso y jardín de los sonidos.<br /><br />Plenitud que deslumbra la belleza <br />Los ojos hechizando y los oídos,<br />¡La perfecta visión de la pureza!<br /><br />Haiku<br />Felicidad,<br />Delicias del Edén<br />El sumo bien.<br /><br /><br /><br />Delightful Eden<br />Sonnet<br /><br />In the light of the wind a softly blowing<br />Harmonic delicacies are from Eden,<br />Symphonic breeze, it is a sound all trough heavens,<br />Rhythm and charm are galaxies fulfilling.<br /><br />The Creator on the Creation is always singing<br />As the wind of the Spirit, perfect seven,<br />The infinite eternal counts divine eleven<br />The code of grace and eyes that beauty ever seeing.<br /><br />Enjoying the Paradise and Eden of the sound<br />All senses vibrating instrumental nature,<br />Look at the sounding of human soul, come great adventure.<br /><br />The very pure and best Creator and creature<br />Delightful fulfillment with God, all around<br />The intimacy is the best, ¡experience so profound!<br /><br />Haiku<br /> Joy and happiness<br />Delicacies from Eden,<br />Goodness of God.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-47834544438353155352010-02-07T06:17:00.000-08:002010-02-07T06:46:07.038-08:00La Epopeya del hombre hacia el Yo divinoPrologo<br /><br />Entre el Prólogo y el Epílogo la Poesía es el Hombre. Somos un libro abierto a nosotros mismos si nos descubrimos y tal vez a la misma historia.<br />Aquí están estas páginas para quienes posiblemente compartan el hacerlo realidad con el comentario de su propia historia íntima al leerlo. Mi intensión en la epopeya del hombre hacia el Yo divino ha sido alternar la belleza de la poesía y la espiritualidad en el hombre ser humano como divino. Lo dijo Dios, soy el que soy, y en El podemos lo que debemos ser.<br /><br />Prólogo<br /><br />Historia de su filosofía lo efímero del tiempo que todo lo destruye, más no la eternidad. La idea de lo eterno existe en diversas y variadas interpretaciones como ideal de la inquietud y aspiración del alma humana. Aparece sintiendo necesaria la unidad de su energía, toda una alegoría, tratando de ser uno con todo el universo. La historia de la literatura y singularmente de la poesía en las culturas de mayor presencia son creadoras de obras monumentales que han marcado huellas indelebles de carácter religioso, político y de considerable dimensión espiritual. La epopeya del hombre hacia lo divino hace posible una eterna realidad.<br />Filosofía de esa historia la presencia real de lo divino por hacerse uno el ser humano en la intimidad del mismo Dios. Raíz el Padre eterno fuente eterna del ser, dando la vida humana en la divina, y el sentir de la vid y sus sarmientos. Analogía del cuerpo místico de Cristo, la Viña, propiedad del Eterno, su dueño que arranca, planta y reconstruye, con Cristo, en El y por El. Donde fue Troya, donde fue Jerusalén, templos destruidos, pirámides en ruinas, murallas inútiles, en vez de todo eso la epopeya de Cristo se proyecta a toda la humanidad orientada al reino de los cielos en donde se edifica la ciudad de Dios….La epopeya del hombre hacia lo divino.<br /><br /> <br />Hacia el Yo Divino.<br /><br />Majestad de Dios, ha hecho al Hombre agonía y éxtasis, y su alma inmortal.<br />Fuerza divina y transparencia de Dios que le asombra y le transforma.<br /><br />La Roca viva<br /><br />El hombre es una perla diluida<br />En agua que penetra el universo,<br />Y raíz que se hunde en cada verso<br />Agarrada hasta el fondo de la vida.<br />Materia en polvo de la eterna roca<br />Que creyendo conoce o se imagina,<br />Siendo su alma inmortal fuerza divina<br />Debe ser el aliento de su boca.<br />Es la noche y el día, luz y sombra<br />Debatiendo existir en la penumbra<br />Ser verdad sin error, alguien que alumbra<br />Transparencia de Dios, ¡Dios quien le asombra!<br /><br />¡Sí existe Dios!<br />Raíz, el universo<br />En cada hombre…<br /><br /><br />Libertad<br /><br />Da el merito a la virtud en lo humano y lo divino.<br />Le hace responsable de ser o no ser la plenitud de su destino.<br />La libertad de Dios se mira en el espejo del hombre.<br />Tal vez, también refleja su grandeza.<br /><br />El tener en las manos su destino<br />Es más grande que todo lo que ha creado,<br />Libertad en acción, Dios se la ha dado<br />Responsable como es su ser divino.<br />Indicando el camino por hacer<br />La conciencia es la voz que no se calla,<br />Directriz que siguiendo nunca falla<br />Como fuerza absoluta del deber.<br />Mal elige el abismo quien resbala,<br />Si se eleva a la cumbre y no desliza<br />Decisión que hace el hombre, según pisa<br />Plenitud inmortal, ¡viste de gala!<br /><br />¡Oh Don Creador!<br /> La grandeza del hombre<br />Su libertad.<br /><br /><br />Eternidad compartida<br /><br />Dios comparte su ser increado en todo lo que ha creado y en el hombre, también su intimidad.<br />Dios que parece escondido en sí mismo también se esconde en el alma humana.<br />Su presencia inefable hace primavera del invierno.<br />Guarida de su ser y eterno nido.<br /><br />Inmenso el universo y la Creación<br />Sabiendo lo que el alma lleva escrito,<br />No le queda tan grande el infinito<br />Al hombre en su pequeña condición.<br />Palpita el corazón amor grandioso<br />Escondiendo en la noche su guarida,<br />Mira el alma del hombre, Dios anida<br />Por amor con su ser maravilloso.<br />Universo interior Dios y su mundo,<br />Blancura en primavera haciendo invierno<br />Divino otoño y esplendor fecundo<br />Hacia dentro del ser, ¡su ser eterno!<br /><br />Eterno anida<br />El amor sin medida,<br />¡Dios que ama al hombre!<br /> <br /><br />Felicidad divina<br /><br />Nuestra introspección humana proyecta en eminencia sobre la introspección divina.<br />Somos irresistibles a la felicidad y Dios lo es, nosotros en el tiempo y El en la eternidad.<br />Nuestra aspiración de ser felices en Dios es eterna plenitud.<br /><br />Cómo no ser feliz siendo la fuente<br />Sublime inspiración de la belleza<br />Y la misma verdad en si evidente<br />De la eterna bondad en su pureza.<br />Ser la vida de Dios de si consciente<br />Respondiendo al porque que le interesa,<br />Razón del corazón y amor presente<br />El eterno absoluto en su proeza.<br />Expresión de elocuente transparencia<br />La intimidad de Dios en armonía,<br />Perfecta voz, divina poesía,<br />¡Oh eminencia de luz y gran presencia!<br /><br />Felicidad<br />Divina realidad,<br />Dios es feliz.<br /><br /><br />Amor increíble<br /><br />La síntesis de la acción amorosa de Dios que vence el mal con el bien y la miseria humana con su incalculable largueza más allá de lo increíble, de hecho se convierte en evidencia absoluta.<br />Todo lo humano se llena de divino y el niño crece a través del hombre hacia el ser divino.<br />La plenitud del hombre viene a ser la plenitud de Dios.<br /><br /> <br />A Dios se le ocurrió hacerse hombre<br />Precisamente por amor divino,<br />Lo divino humano se hizo nombre<br />Creíble lo increíble tal convino.<br />Su Espíritu en la carne resplandece<br />Eterno en humano hecho un niño<br />Que invisible hoy es visto cual parece<br />Cielo y tierra inundando de cariño.<br />Se echó a los hombros la miseria humana<br />Jesús, creció, murió y resucitó.<br />Salido de la tumba vive y mana<br />Gloriosa plenitud, ¡nos redimió!<br /><br />Es increíble<br />Humano lo divino,<br />Y es realidad.<br /><br /><br /><br />Providencia divina<br /><br />Le sobra todo para el éxito inmediato y total pero le falta todo porque su plan es lograrlo por medio y a través del hombre. Es la misma postura de Cristo, naturalmente, en lo humano y lo divino.<br /><br />Exige maravillas y el milagro,<br />Dios, quiere que los hombres sean sus manos.<br />También su corazón, nos hace hermanos<br />En Cristo que entregó su cuerpo magro.<br />Amando a todos con amor divino<br />Su amor requiere el corazón humano,<br />Justicia y paz cogiéndose la mano<br />Tras las huellas de Cristo en el camino.<br />Suficientes riquezas de la tierra<br />Ordena distribuir entre la gente<br />Poderosa su mano providente<br />Cuyo fruto es la paz, ¡divina guerra! <br /><br />En nuestras manos,<br />Providencia de Dios<br />Su corazón.<br /><br /><br />Los Bienaventurados<br /><br />Claridad transparente del criterio de Dios concreto, práctico y real, persistente y consistente con el querer y el hacer divinos. Es el mismo criterio ejemplar modelado por Cristo en la realización de su misión humana y divina. La felicidad de Dios es la del hombre y lo es su bienaventuranza.<br /><br />Tuve hambre y me disteis de comer<br />Perfecta decisión, divino ingenio,<br />Venid benditos míos a mi Reino<br />Tuve sed y me disteis de beber.<br />Vinisteis a la Cárcel para verme<br />Sabiendo me encontraba encarcelado,<br />Y estuvisteis conmigo y a mi lado,<br />Enfermo, preocupados en quererme.<br />Abrid el corazón y la mirada<br />A abiertas puertas y sagrados velos,<br />¡Venid conmigo al reino de los cielos<br />La gloria eterna os será otorgada!<br /><br /><br />Amor eterno<br />Con ojos inmortales,<br />Miran a Dios.<br /><br /><br />El árbol de la Vida<br /><br />Si la humanidad es el árbol sus hojas y su fruto alegóricamente es el hombre.<br />El árbol de la sabiduría da frutos exquisitos de verdad de la que se viste luminosa la existencia humana cuajada de virtud con buenas obras y un buen nombre. El nombre que Dios escribe en el libro de la vida. <br />La autentica dicha y el existo de la inmortalidad del Paraíso escrito eternamente en el corazón de Dios.<br /><br />Soneto<br /><br />Frondosa luz de otoño celestial<br />Crece el árbol de la sabiduría,<br />Un poema de amor y poesía<br />Dios en El, y en el alma espiritual.<br />Sí existe el Paraíso terrenal<br />Verdad de la verdad, su alegoría,<br />En realidad no es sólo fantasía<br />El árbol de la vida es inmortal.<br />El árbol de la Vida es infinito,<br />MI Esperanza, mi nombre quede escrito,<br />En el nombre de Dios si así lo quiere.<br />Es un árbol divino y lo que muere<br />No se muere en verdad si resucito,<br /> ¡Su cielo en mi raíz, lo llevo inscrito!<br /><br /><br />Dios es eterno<br />Y en la vida del árbol,<br />Es nuestra vida.<br /><br /><br /><br />Luz de invierno en la playa<br /><br />Un paisaje de luz y de inmensidad con la más perfecta geometría no basta al corazón humano ni al divino. La vida más bella está vacía y con apuros de frío sin la llama ardiente del amor con su calor divino incandescente en el calor humano. Al final de cuentas el amor presupone el fuego en la consecuencia de la luz como la verdad absoluta necesariamente presupone ser bondad absoluta.<br /><br /> <br />Sol, cielo, mar y playa invernal<br />El azul transparente<br />Limpio y lleno de luz<br />En la mañana fría.<br />De la cumbre del cielo de fulgor azul,<br />Perpendicular<br />En línea vertical va cayendo por doquier.<br />Y al caer circula sobre la horizontal.<br />Percepción de altamar,<br />Luz de invierno desmalla<br />Sobre el mar y la playa…<br />El sol de fuego es frío,<br />Entretenido en brillar<br />Deslumbrante en azul<br />Sobre el viento y el mar.<br />Me ocurre preguntar, tal vez imaginar<br />Si se propone olvidar<br />Que debe calentar.<br />¿Por qué lo deja en el olvido?<br />Nunca muere el amor<br />Y admiro tanta luz<br />Pero muero de frío.<br />¡Divina hoguera y Sol amigo,<br />Caliéntame Dios mío!<br />Haiku<br />El cielo azul<br />Poema vertical,<br />En mi horizonte.<br /><br /><br />El Yo trascendencia de la muerte<br /><br />Soneto<br /><br />No es mi yo deterioro de esta vida,<br />Mi antesala es el pórtico de otoño<br />Peinando lindo chongo y con su moño,<br />Presiento retoñar de eterna vida.<br />Aroma de esta flor en la Florida,<br />Atrevidos achaques siento coño<br />Que aunque alegre, me temo hacerme ñoño,<br />La salud, musitar su despedida.<br />De mi yo sea existencia preferida<br />Penetrando el abismo y su guarida<br />Las alas de la fe tras la esperanza.<br />Sobre todo el amor y la confianza,<br />Dios y el alma, encuentro de añoranza<br />Allí en su intimidad, ¡yo en esa herida! <br /><br />Semblanza suya,<br />Trasciende en cada hombre<br />El Yo de Dios.<br /><br /><br />El triunfo de la vida<br /><br />Soneto<br /><br />Divina compasión a mi concierna<br />En espera de mi alma a eterna vida,<br />No el terruño, la tierra prometida,<br />Que el destino y la gracia me discierna.<br />Bondad de Dios divina y sempiterna<br />Pueda ser que me encuentre en la Florida,<br />Volviendo a florecer Pascua florida<br />Siendo injerto de Cristo, vida eterna.<br />La esperanza y la fe, todo declina<br />Donde empieza el amor que no termina,<br />Vale la pena el haber nacido.<br />Momento de lo eterno y lo divino,<br />¡Sea feliz por haberle convencido!<br />Y ante Dios, ¡nunca ser desconocido!<br /><br />Eterna vida<br />Presiente, la conciencia<br />Ante la muerte.<br /><br /><br />Divina Redención<br /><br />Soneto<br /><br />Grito eterno de amor Cristo que gime<br />Tanto amor, el que a ti te crucifica<br />Como a Él, que después te glorifica<br />Si ese grito de Cristo te redime.<br />Grita Dios con su grito más sublime,<br />Y el Santo de los santos santifica<br />El Cuerpo de Jesús que deifica<br />Vence la muerte y del sepulcro exime.<br />El Cuerpo de Jesús que resucita<br />Maravilla de amor el que haya muerto,<br />Todo el cielo florece en el desierto.<br />Tanto amor redimiéndote por cierto<br />Y esperanza que nunca se marchita,<br />En el alma inmortal, ¡es Dios quien grita! <br /><br />El alma vale<br />Aun más que el universo,<br />Lo grita Dios.<br /><br /><br />La divina amistad<br /><br />Soneto<br /><br />Si a Dios y a tu conciencia satisfaces<br />Te llenará la paz de su amistad<br />Disfrutando su gran fidelidad,<br />Fiel es Dios como nadie si le places.<br />Serás siempre feliz si así lo haces,<br />La idea del bien que es bien de la verdad<br />Verás que te complace si complaces.<br />Libertad generosa verifica<br />Tu respuesta de amor, Dios santifica<br />Con momentos eternos tu existencia.<br />Divina plenitud en tu conciencia<br />No te aleja jamás de su presencia,<br />¡Con El, por El y en El, te glorifica!<br /><br />A Dios le place<br />Y a Cristo le complace,<br />¡Lograr al hombre!<br /><br /><br />El secreto del alma<br /><br />Soneto<br /><br />Montaña de la luz y las estrellas<br />Nevado fuego de la cumbre fría,<br />Corazón de la tierra, estalla en ellas<br />Escalando sublime poesía.<br />Lanza amor palpitante tus centellas<br />A donde esconde su sabiduría<br />La guarida de Dios, siga sus huellas<br />Universo interior el alma mía.<br />Divina nieve el corazón de fuego<br />La luz viviente del eterno ego<br />El secreto de ser, siempre divino.<br />Dios se cruza y nos habla en el camino,<br />Cobija o quema nuestros huesos luego<br />Comprendiendo cual es nuestro destino…<br /><br />Luz entrañable<br />Y secreto del alma,<br />Fuego divino.<br /><br /><br /><br /><br />El eterno presente<br /><br />Soneto<br /><br />Detén la primavera entre mis manos<br />Tersas como la luz de tus caricias,<br />Regalos increíbles tus albricias<br />Humanos son divinos, sobrehumanos.<br />Divinos aunque humanos son tus planos<br />Que exentos de maldad y sin malicias<br />Generosos no saben de codicias,<br />Abundando infinitos, soberanos.<br />No dejes fenecer tu amor eterno<br />Divina primavera floreciente,<br />Efímero es mi ser y tu tan tierno.<br />No me quiero morir contigo ausente,<br />Detenme en tu momento sempiterno<br />Eterna inmensidad, ¡oh Dios presente!<br /><br />No es efímera<br />La experiencia de Dios,<br />Tan solo el hombre.<br /><br /><br />El abrazo del Padre<br /><br />Soneto<br /><br />Mi corazón sea puro y sea mi mente<br />Y en sus ojos, que mire mi inocencia<br />El Dios de mi niñez, yo en su presencia<br />Lo eterno vivo del ayer presente.<br />De pecado me limpie y sea inocente<br />Ante el juez que escudriña mi existencia,<br />Su blancura revista mi conciencia<br />Con Dios en la mirada transparente.<br />Venga el reino de Dios, que me aparezca,<br />De malicia y de culpa claro el caso<br />No existan ante Dios ni por acaso.<br />Siendo niño que a mí me pertenezca<br />Su caricia y me acerque a su regazo,<br />¡Padre eterno de Cristo, yo te abrazo!<br /><br />Mirada pura<br />E inocente niñez,<br />Dios y natura.<br /><br /><br />Amistad dulce hogar<br /><br />Soneto<br /><br />Sé que mi alma inmortal no es de esta tierra,<br />Mi cuerpo sí lo es de tierra un puño<br />Con olor y sabor a mi terruño.<br />Ando en busca de paz, mi única guerra.<br />Encontrar la verdad la vida encierra<br />Y en el fondo del alma está su cuño,<br />Es tesoro aprender el ser que acuño<br />En cielo azul, la cumbre por la sierra.<br />A pesar que me mide cada año<br />Mi conciencia de ser es sin tamaño,<br />Amor y hogar de Dios, el infinito.<br />Me alumbra el corazón y no me engaño<br />Todo el suyo en su mano tan bonito,<br />¡Oh divina amistad, silencio es grito!<br /><br />Tierra de Dios, <br />Corazón infinito<br />Es nuestro hogar.<br /><br /><br />Sabor a Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Vive Dios que me ha dado hermosa vida<br />Con el fin de encontrarme con su amor,<br />Vivo yo que conforme a mi medida<br />Debo ser responsable de su honor.<br />Vive Dios y su gracia en mi escondida<br />Me descubre insinuante su esplendor,<br />Con espina o sin ella, encendida<br />Mi conciencia adivina su color.<br />Increíble lo siento en mí escondido<br />Floreciendo en su eterno amanecer,<br />Vive Dios que es eterno florecer.<br />Es creíble en mi fe el desconocido<br />Transparente a la vista y al oído,<br />Sabe a ser, ¡en mi ser todo su ser<br /><br />Sabor divino<br />Del Ser en nuestro ser,<br />Es menester.<br /><br /><br />La bella cita<br /><br />Soneto<br /><br />Me asomo a Él y veo mi pensamiento<br />Y dejo de pensar, orando creo<br />E internamente siento que le veo<br />Y abrir la puerta escucho, le presiento.<br />El sabe que me lleno de contento<br />Porque es mi libertad y no soy reo<br />Y El es el corazón de mi deseo,<br />Disfruto tanto amor a fuego lento.<br />Este amigo increíble es infinito,<br />Y gozo su amistad que es exquisita,<br />Me delito de Dios, con su visita.<br />El me enseña el silencio que medito,<br />En quien vivo, me muero y resucito,<br /> <br />Dentro del alma<br />Un silencio infinito,<br />Dios que nos cita.<br /><br /><br />El tema de Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Amor más grande que la fe en la cumbre<br />Fe termina al llegar, tal la esperanza,<br />Heroico amor consuma la confianza,<br />Inextinguible amor, Dios fuego y lumbre.<br />Olvidando el rescoldo su costumbre<br />Más allá del rescoldo y la añoranza<br />Sin cenizas y sin desesperanza,<br />Ese fuego divino que me alumbre.<br /> Dios es la plenitud de amor eterno,<br />Ser del amor cuyo divino esquema<br />Le es absurdo mirar otro dilema.<br />Y por eso su ausencia más que invierno<br />Sin su vida y su amor sería un infierno,<br />¡Quien como Dios, amor…oh eterno lema!<br /><br />¡Oh eterno amor!<br />Amor y eternidad,<br />Sin otro tema.<br /><br /><br />Tremenda realidad<br /><br />Soneto<br /><br />El poder de su ser que es invencible<br />La eternidad eternamente evoca,<br />Y hace su casa cual divina roca<br />Donde vive su vida incorruptible.<br />El hombre que es al tiempo irresistible<br />Conoce ser aliento de su boca,<br />Y a su reino, seguro le convoca<br />Esperanza del alma incorruptible.<br />Así es la realidad de nuestro sino<br />Bajo el sol como marca el calendario,<br />Confiando en el amor del ser divino.<br />Vida y muerte sucede de ordinario,<br />Superior a la fe es nuestro destino<br />En el ser de su ser, ¡extraordinario!<br /><br />Piedra de toque<br />E inconmovible roca,<br />Amor divino.<br /><br /><br />Promoción de ser<br /><br />Soneto<br /><br />Si entendernos con El es lo que hicimos<br />Eso busca el eterno de ordinario,<br />Es desgracia si no lo comprendimos<br />Y salimos por nada al escenario.<br />Nos promueve, vivimos y existimos<br />Y ante Dios que es el ser extraordinario,<br />Consentir es que importa y renacimos,<br />Su absoluto, divino y necesario.<br />Se integra en su presencia el mundo entero<br />Cada instante del tiempo en su existencia,<br />Tal vez, se desintegra bajo cero.<br />La humana libertad, en su presencia<br />Se entreteja a su gracia en el sendero,<br />Feliz eternidad, ¡no desespero!<br /><br />Se hace ordinario<br />Su ser extraordinario,<br />En nuestro ser.<br /><br /><br />Dinámica de Cristo<br /><br />Soneto<br /><br />Realidades lo son mis pensamientos<br />Del Padre celestial que me da vida,<br />A ustedes yo la doy, pan y comida<br />Soy la vid de quien crecen mis sarmientos.<br />Amor divino son mis sentimientos<br />Y en verdad la razón de mi venida,<br />Soy cielo y corazón, mi despedida<br />Les adoctrina en mis conocimientos.<br />Pisando donde piso, las estrellas<br />Son como nada al paso de mis huellas,<br />A donde voy, Yo espero a cada amigo.<br />Cumplidas mis promesas son más bellas<br />Siendo fiel mi Palabra, tal cual digo,<br />¡Yo ante el Padre, les sirvo de testigo!<br /><br />¡Ser… ¡Dios y Hombre!<br />Ante el Padre testigo,<br />Perfecto amigo. <br /><br /><br />Dios es mi inspiración<br /><br />Soneto<br /><br />Me pregunto cómo es el ser divino<br />Que es eterno, sin fin, desconocido,<br />La verdad esencial al bien unido<br />Feliz en absoluto, ¿lo imagino?<br />Mis palabras son nada si defino<br />Al que es indefinible a mi sentido,<br />Su infinito no cabe contenido,<br />Ni siquiera comprendo yo mi sino.<br />Por el alma inmortal a Dios aspiro<br />Y es verdad que es el bien en que respiro,<br />Semejanza a su imagen, ¿ironía?<br />Lejano abismo toda analogía<br />De eterna realidad mi fantasía,<br />Todo puede el amor, ¡yo en Dios me inspiro!<br /><br />Dios es amor,<br />Su eterna poesía<br />Mi inspiración.<br /><br /><br />Adoración celestial<br /><br />Soneto<br /><br />Preciosa tela de divino encaje<br />El cuerpo de Jesús glorificado<br />Con la gloria de Dios, el Hijo amado<br />Viste eterno y feliz ese ropaje.<br />Los Ángeles no tienen ningún viaje<br />Con el novio divino enamorado,<br />Disfrutando en sus bodas su bocado<br />Y al Cordero rindiendo vasallaje.<br />La Creación la hace unísono adoro<br />El divino Pastor, Rey de los cielos<br />Reúne a sus pastores en gran Coro.<br />Los Ángeles de Dios, rinden sin celos<br />El incienso sin mirra y todo el oro<br />Al ser divino, ¡tras de humanos velos!<br /><br />En plenitud,<br />¡Adoración celestial…<br />Ni diablo ni mal!<br /><br /><br />Identidad absoluta<br /><br />Soneto<br /><br />Con todo cuanto existe en armonía<br />Sentir unido su universo entero,<br />Siendo la paz su enlace verdadero<br />Por obra del Creador y su energía.<br />Providente en el ser cada existencia<br />Sintiendo internamente a Dios el alma,<br />Profundidad en El, hallar la calma<br />Creyendo firmemente en su presencia.<br />Eterna intimidad para El sencilla,<br />Divino como existe en su destino<br />La absoluta verdad del ser divino,<br />¡Deidad su Yo y divina maravilla!<br /><br />Distinto eterno<br />Su obra el universo,<br />Su Yo, ¡El mismo!<br /><br /><br />El yo efímero o eterno<br /><br />Soneto<br /><br />Contraste de verdad y vanidad<br />La experiencia del yo maravillosa,<br />Maravilla de Dios, es la gran cosa<br />Si descubro y elijo la verdad.<br />La vida seductora y sediciosa<br />En momentos se cree la eternidad,<br />Mintiendo disfrazada falsedad,<br />Vanidad no es verdad siendo engañosa.<br />Es absurdo que encuentre libertad<br />Maravilla del ser en desespero<br />Eligiendo hacerse prisionero.<br />El yo del alma y Dios, el verdadero<br />Inmortal se hace eterno en realidad,<br /> ¡Tal encuentro, en sí es felicidad!<br /><br />No efímero más,<br />Eterno es el lograrlo<br />En el Yo eterno.<br /><br /><br />El yo necesario<br /><br />Soneto<br /><br />Ser en el mundo y todo cuanto existe<br />Dentro y fuera de mi todo en mi yo,<br />Siendo en mí o en sí que es sí o es no,<br />Dónde, cuándo el porqué mientras persiste.<br />La fórmula de ser en ser insiste<br />Cadena que conmigo no empezó,<br />Ni tampoco conmigo terminó,<br />Se viste, se desviste y se reviste.<br />Contingentes los yo en escenario<br />Siento humano en mi yo su Yo divino,<br />Existe y lo creí, no lo imagino.<br />Debe un Yo absoluto, necesario<br />Haciendo la cadena del destino<br />Ser lo eterno del ser, ¡extraordinario!<br /><br />Eterno el suyo<br />Cada yo en su Yo,<br />Dios, Yo del ser.<br /><br /><br />Divina locura<br /><br />Soneto<br /><br />Por esencia, presencia y por potencia<br />Dios existe en el ser del universo,<br />Creador en la Creación, poema y verso<br />Razón e inspiración de su existencia.<br />Fuente eterna de ser, vida y presencia<br />Como un beso de paz, divino cierzo<br />Dios profundo en su ser, en El inverso<br />Es la suma bondad y la inocencia.<br />Vive Dios en su Hijo humanamente<br />Siendo el rostro divino de su mente<br />Y el amor que a los hombres transfigura.<br />El Creador existiendo en la creatura<br />Es la cara de Cristo eternamente,<br />¡Por divina razón, bella locura!<br /><br />¿Dios, ser creatura?<br />¡Es divina razón<br />Tanta locura!<br /><br /><br />A Dios le place<br /><br />Soneto<br /><br />Ser fuente eterna al Padre pertenece<br />Engendrando a Jesús, nacida mente<br />Que es Palabra de Dios para la gente,<br />Honor, divina luz que resplandece.<br />El amor en persona así acontece<br />Siendo humano y divino en Dios consiente,<br />Hijo y Padre el eterno allí presente<br />Es divina verdad lo que acaece.<br />Esta vida perfecta que a Dios place<br />Ser humana y divina, le renace<br />De amor filial, glorioso para amarlo.<br />Con justos elegidos al llamarlo<br />Los Ángeles se juntan a adorarlo,<br />¡Y el cielo en plenitud a Dios complace!<br /><br />Adoración<br />Es divino placer,<br />Su amor eterno.<br /><br /><br />La cuenta y su total<br /><br />Soneto<br /><br />Sumamos y restamos, calculamos,<br />Multiplicamos, luego dividimos.<br />Al final de cuentas nos lo repartimos,<br />La cuenta sale bien si nos amamos.<br />Libres o esclavos el total logramos.<br />El odio mata el alma y nos morimos<br />Nada sirve la vida y la perdimos,<br />Las cuentas, salen mal si nos odiamos.<br />Todo es suyo y defiende lo que es suyo<br />El dueño del negocio, justo y bueno<br />Ama el bien, repudiando el mal ajeno.<br />Feliz momento eterno el cielo pleno<br />Paz y bien es respeto sin barullo,<br />¡Oh amor del sumo bien, divino orgullo!<br /><br />Dios amor no vende<br />Amor regala,<br />Aunque amor con amor se paga.<br /><br /><br />Instinto de Amor<br /><br />Soneto<br /><br />La pregunta en verdad es cosa seria,<br />¿A dónde vamos y porque venimos?<br />La respuesta en el alma la sentimos<br />Porque somos espíritu y materia.<br />Meditamos en medio de la feria<br />El silencio de Dios, por El vivimos<br />Y escuchamos mejor cuando morimos,<br />Derrotados del tiempo y la bacteria.<br />Nuestro instinto es hallar felicidad,<br />Lo mejor de la vida es ser felices<br />Y lo peor el sentirnos infelices.<br />¿La inventamos o existe tal verdad?<br />¡Oh Dios del tiempo Tu que nos bendices,<br />Deseamos el amor, tu eternidad!<br /><br />Dios y su instinto<br />Amor y eternidad,<br />También el nuestro.<br /><br /><br />El bien ante el mal<br /><br />Soneto<br /><br />La vida es un milagro y gran sorpresa<br />En las manos de Dios providenciales,<br />Que orientada a sus planes celestiales<br />Será la plenitud de su proeza.<br />Somos parte de la naturaleza<br />Sujetos a sus leyes naturales,<br />Gozamos bienes padecemos males,<br />Vida y muerte a natura le interesa.<br />Es la lucha del mal su amor rotundo<br />Y el bien que es siempre bien, es imperfecto<br />Si el misterio del mal surte su efecto.<br />Vida y grano de Dios, muere fecundo,<br />Revive luego en Él lo más profundo,<br />Amor total al fin, ¡en Dios perfecto!<br /><br />Mal, pasajero,<br />El bien de Dios espero…<br />¡Y Amor eterno!<br /><br /><br />La belleza divina<br /><br /><br />Soneto<br /><br />Esplendor en el orden Dios perfecto<br />Que eterno el corazón feliz conquista,<br />Beatífica visión siempre a la vista<br />Del ser divino, puro, sin defecto.<br />La belleza en sí misma en efecto<br />Es causa de las artes y el artista,<br />Cuya fuente sublime nunca vista<br />Deslumbra al inspirarse aun su intelecto.<br />El Creador embellece la Creación<br />En el Hijo del hombre de manera,<br />Que es belleza de Dios la tierra entera.<br />Su hermosura es la luz por dondequiera,<br />Lo efímero es eterna inspiración<br />Y gloria en plenitud, ¡Resurrección!<br /><br />Bello y divino<br />El esplendor más bello,<br />¡Y Cristo en ello!<br /><br /><br />Divino en plenitud<br /><br />Soneto<br /><br />Creación y el universo los miramos<br />Telescópico el ojo al macrocosmos,<br />Microscópico luego al microcosmos,<br />Pequeño, lo grandioso lo admiramos.<br />Dios y el alma hacia dentro, encontramos<br />Con la Fe, descubrimos lo que somos<br />De esperanza inmortal bellos asomos,<br />Amor en plenitud que imaginamos.<br />Es un grito infinito la conciencia,<br />Dios y el alma en nosotros, adivino,<br />Ser humano inquietud por ser divino.<br />Voz de Cristo en la fuerza del destino<br />Dios, nos llama a vivir en su presencia,<br />¡Eterno, compartiendo su existencia!<br /><br />Amor eterno,<br />La plenitud de Dios<br />Y el Hombre pleno.<br /><br /><br /><br />El anhelo del cielo<br /><br />Soneto<br /><br />Espíritu en materia es lo que somos<br />Viviendo en nuestro cuerpo que se acaba,<br />Dios y el alma inmortal profundo cava<br />Tras la mina, el venero y sus asomos.<br />Cargado de trabajo tras los lomos<br />El sudor de la frente el agua lava,<br />La oración y el amor que a Dios alaba<br />Hermosos, como vuelo de palomos.<br />El ave cuyo don es el volar,<br />Asombra a nuestro sueño un raudo vuelo<br />El tesoro del alma que es amar.<br />Trabajar sin descanso es gran revuelo<br />Y la vida nos pone a trabajar,<br />¡Oh eternidad de Dios, tu nido el cielo!<br /><br />El ave vuela<br />Como el hombre que anhela,<br />Es su trabajo.<br /><br /><br />Realidad de nuestro ideal<br /><br />Soneto<br /><br />Justamente es la paz de un mundo bueno<br />Equilibrio de hacer y de tener,<br />Derecho personal, social de ser<br />El respeto al bien propio y al ajeno.<br />La tierra, el universo, el mundo lleno<br />Luchar y trabajar para obtener<br />Suministro adecuado y sin veneno<br />Compartiendo entre todos el poder.<br />Verdadera hermandad nuestro destino<br />Y equidad de igualdad en dignidad<br />Que equilibra aun lo humano en lo divino.<br />Responsable ante Dios la humanidad<br />El amor no el terror es nuestro sino,<br />¡No podemos errar en el camino!<br /><br />Humanidad<br />El amor, no el terror<br />Es nuestro sino.<br /><br /><br />Realidad de nuestro ideal<br /><br />Soneto<br /><br />Justamente es la paz de un mundo bueno<br />Equilibrio de hacer y de tener,<br />Derecho personal, social de ser<br />El respeto al bien propio y al ajeno.<br />La tierra, el universo, el mundo lleno<br />Luchar y trabajar para obtener,<br />Compartiendo entre todos el poder<br />Suministro adecuado y sin veneno.<br />Verdadera hermandad nuestro destino<br />Y equidad de igualdad en dignidad<br />Que equilibra aun lo humano en lo divino.<br />Responsable ante Dios la humanidad<br />El amor no el terror es nuestro sino,<br />¡No podemos errar en el camino!<br /><br />Humanidad<br />El amor, no el terror<br />Es nuestro sino.<br /><br /><br />Amor de la Amistad<br /><br />Soneto<br /><br />La Amistad del Amor rejuvenece,<br />Si es verdad que las flores se marchitan<br />Más verdad es que luego resucitan,<br />Resurgiendo la vida, no envejecen.<br />La amistad del amor nos enaltece,<br />Si es verdad que en el mudo alguien se irrita<br />Más verdad es la paz que se medita<br />Y se lanza a vivir sin que le pese.<br />La amistad del amor es rio que crece<br />Y corriendo hacia el mar jamás perece,<br />La inmensidad de amar es infinita.<br />La amistad del amor al cielo incita<br />Ni el odio ni la muerte se lo evita,<br />¡El amor de amistad, A Dios merece!<br /><br />Haiku<br />Paz sin terror<br />Y en la amistad humana,<br />¡Amor divino!<br /><br /><br />Día del amor y la Amistad<br />Divino Siempre.<br /><br />Amor como la flor<br />Y flor como el amor,<br />Amor sin interés.<br />La amistad del amor tiene en su boca<br />La pureza del beso que convoca<br />Con el puro interés de la amistad.<br />La amistad del amor <br />Tiene un beso infinito.<br />No estampa sus labios<br />Con engaño o desengaño<br />Ni en el beso del amor<br />Ni en el beso de la flor<br />Momento de un Instante de infinito, sus momentos…<br />Fugitivo el amor<br />Y el beso de la flor.<br />El amor, corazón de la amistad,<br />Grandioso, espiritual.<br />¡Oh inmensidad, oh raudo vuelo<br />Persiguiendo el amor<br />Y capturando el beso en su sabor<br />Donde eterno florece<br />Eterno Amor, inmortal, la bella flor!<br /><br /><br />Epílogo<br /><br />Poesía de la Belleza cuya inspiración es hacer lo efímero eterno, lo mortal inmortal, lo pequeño grandioso y al hombre Dios. Haciendo lo humano divino y lo divino humano, lo temporal eterno y lo finito infinito, lo corruptible incorruptible y la epopeya de la poesía más bella que se llama Emanuel, se llama Dios con nosotros y se llama Jesucristo con su Cuerpo Místico, el Cristo pleno y total hacia su Gloria.<br />Belleza de la poesía es la beldad misma de Dios, su expresión inefable encarnada en el sonido de la palabra humana y divina. La analogía y la alegoría de Dios en el hombre y del hombre en Dios. Contraste de luz eterna deslumbrando las tinieblas. El triunfo victorioso, el amanecer eterno en el zenit que no tiene ocaso de todo el universo pasando del mundo de la materia a la cumbre deslumbrante del Espíritu del hombre en el Espíritu de Dios. La Poesía de la belleza y la belleza de la poesía es la transformación del ideal infinito en la gran realidad de la Epopeya del hombre y del ser Divino, belleza eterna en absoluta plenitud.<br /><br />Corolario sobre el amor y la amistad.<br /><br />Mensaje de amistad fraternal<br /><br />Soneto<br /><br />Siendo amigo de todos cual me veo<br />Amigos que me quieren de enemigo<br />No lo van a lograr, yo soy su amigo<br />Siendo amigo de Dios, en eso creo.<br />Lo bello ignora y todo mira feo<br />La ciega enemistad, que ante el mendigo<br />No descubre a Cristo ser testigo<br />Y luz del corazón en su deseo.<br />Perdón del alma y paz puesta en la mano<br />Compartiendo cordial el bien deseado,<br />Fraternal amistad, ¡celebra hermano!<br />Divino como humano el ser amado<br />Allanándolo todo a un mismo plano<br />Eso lo hace el amor, ¡lo más sagrado!<br /><br />Amor amigo<br />Es divina amistad,<br />¡Todos amigos!<br /><br /><br />Nuestro último parecido<br /><br /> Soneto<br /><br />Los Ángeles de Dios son inmortales<br />Y algunos con veneno cola y garra.<br />A nosotros, que somos animales,<br />Nuestra vida si agarran la desgarran.<br />Cantamos como el grillo y la cigarra<br />Vida y muerte el amor, nos hace iguales,<br />Nuestra muerte que el alma desamarra<br />Como a un Ángel, nos hace espirituales.<br />La vida simplemente tan sencilla<br />Viene a ser la divina maravilla,<br />Plenitud nuestro ser en Dios nos vemos.<br />Sorprendente ha de ser lo que seremos,<br />A pesar que la muerte nos humilla<br />Al final, ¡solo a Dios nos parecemos!<br /><br />La vida es todo<br />Parecidos a Dios,<br />La muerte nada.<br /><br /><br />A la amistad y al amor<br /><br />Soneto<br /><br />Con amor nunca nada está perdido,<br />El sol diciendo al día hoy me consagro<br />Y la noche estelar siendo un milagro,<br />Vale la pena todo haber nacido.<br />Sin amor nada vale haber vivido,<br />Negra la noche como el cuerpo magro<br />Y arrancada la vida en todo el agro,<br />Cuando todas las cosas se hayan ido.<br />Certeza en plenitud de la esperanza<br />La muerte es sin duda una elegía,<br />Divina inspiración en poesía.<br />Y una eterna amistad en lontananza<br />Dios existe y persiste la confianza,<br />¡Nuestra oda de amor a la alegría!<br /><br /><br />Haikus de amistad<br /><br />Es una oda<br />La elegía de morir,<br />¡Oh eterno Amigo!<br /><br />El tiempo pasa<br />E instantes no perecen,<br /> ¡Dios es amigo!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-86918041911530100872009-11-29T10:50:00.000-08:002009-11-29T10:54:26.303-08:00Tripode y Navidad del 2009Espiritualidad Navideña En Poesía<br /><br />La belleza de la Navidad es indiscutible como fuente de inspiración en todas sus dimensiones humanas y divinas. En nuestro mundo de hoy corre el riesgo de desvirtuarse no solo en su mensaje sino tambien en su manifestasión autentica y artística de lo que esencial y exisistencialmente debe ser.No es justo celebrar tan grandioso acontecimiento enfatizando este evento singular como ocasión de interes comercial. La poesía y la espiritualidad son un abrazo de presencia vigorosa para celebrar. <br /><br /><br />Haiku navideño<br /> <br />Es Nochebuena<br />De estrellas, ¡Dios, rocío<br />De Navidad!<br /> <br /> <br />Un salmo de acción de gracias<br />Preludio de Navidad<br /> <br />Si aun morir es vivir, poder eterno<br />Mi destino eres Tú, ¡Dios sempiterno!<br />Inmenso el universo y tan pequeño<br />Porque el hombre es divino y es tu empeño.<br />Ven perfecta salud si estoy enfermo<br />Tú me puedes sanar, ven cuando duermo.<br />Siempre encuentre tu luz que es verdadera<br />Si la apagas, me miro en mi ceguera.<br />Cada mancha que existe en mi conciencia,<br />Me lava, transparente tu inocencia.<br />Si en el alma me visto de pobreza<br />Sé que entonces me llenas de riqueza.<br />Humilde y reverente en tu presencia<br />Me llena tu energía, tu existencia.<br />Presiento estar dentro de ti en tu templo,<br />Con pureza de fe, creo y te contemplo.<br />Te agradezco mi ser, ser sempiterno,<br />Divina saciedad, ¡oh Dios eterno!<br /> <br /> <br />En esta Navidad<br /> <br />Soneto<br /> <br />En esta Navidad nace a vivir<br />El Niño Dios que quiere un mundo bueno,<br />Y por eso en la cruz debe morir<br />Y al Demonio decirle serle ajeno.<br /> <br />El Niño Dios sonriente en su terreno<br />En esta Navidad quiere reír,<br />Luz y gracia en su pleno el mundo lleno<br />Sabe bien lo que tiene que sufrir.<br /> <br />El Niño Dios que nace de María<br />En esta Navidad nos da la vida,<br />Toda el alma inmortal y redimida.<br /> <br />El Niño Dios a todos nos convida<br />Y desborda en su paz nuestra alegría,<br />En esta Navidad, ¡eterno día!<br /> <br />Dios promesa de paz<br /> <br />Soneto<br /> <br />Silencio de la noche, Dios ha hablado<br />Cayendo en el pesebre las estrellas,<br />La Virgen y Jesús con todas ellas<br />Esta noche de paz y amor callado.<br /> <br />Viene al mundo que ve desesperado…<br />Pertinaz y empeñado en sus querellas<br />Amenaza entre rayos y centellas,<br />Ve que ignora la paz, sigue obstinado.<br /> <br />Dios que nace en Belén es increíble,<br />Infantil, su misión es imposible,<br />Todo puede el amor como veremos.<br /> <br />Dios visible, la paz del invisible,<br />Su palabra en silencio la entendemos<br />Si elegidos al reino nos sabemos,<br /> <br />Alegría del silencio<br /> <br />Soneto<br /> <br />El silencio elocuente y poderoso<br />Como barco divino en ti encalla,<br />Es Dios mismo diciendo lo que calla<br />Si lo escuchas, lo ves maravilloso.<br /> <br />El silencio es un sueño venturoso<br />Como esplendido sol que en ti estalla,<br />O es la noche infinita que desmalla<br />En tu piel y en tu ser esplendoroso.<br /> <br />El silencio que temes si te hiere,<br />Doble filo de espada te serena<br />Y te logra curar porque te quiere.<br /> <br />El silencio es Dios mismo que no muere,<br />Te acaricia y alegra el alma buena<br />Y te colma de paz, de gracia llena.<br /> <br /> <br />La inspiración<br /> <br />Soneto<br /> <br />Inspirada en su voz naturaleza<br />Sol y lluvia que a todos pertenece<br />Y en los campos del mundo reverdece,<br />Un poema es creación de la belleza.<br /> <br />Es suprema verdad de tal proeza<br />Ser poeta, los ojos se merece<br />Flor al viento la estrella que florece,<br />Superior a la fama y la riqueza.<br /> <br />Un poema es de todo el universo<br />Y todo el universo es un poema.<br />El silencio es de todos, todo un verso.<br /> <br />Fuego y luz en el alma, no nos quema<br />Callada inspiración, silencio terso<br />Con su lengua en la piel, ¡la voz suprema!<br /> <br /> <br />Belleza elocuente<br /> <br />Poetas y amantes de la poesía,<br />Nuestro vacío de nostalgia<br />Es la esperanza de nuestra plenitud<br /> <br />Soneto<br /> <br />Montaña de silencio es elegía<br />No el escombro de ruinas que enmohece,<br />Nostalgia de soneto que padece<br />Se convierte en oda de alegría.<br /> <br />Montaña de silencio el alma mía<br />Allí en mi intimidad rejuvenece<br />Que el arte de vivir jamás perece,<br />La belleza es divina poesía.<br /> <br />Montañas de silencio contundente<br />Siempre me habla de ti como un secreto,<br />El silencio es eterno y elocuente.<br /> <br />Montañas de silencio transparente<br />La oda y la elegía que respeto,<br />¡Silueta dibujada en un soneto!<br /> <br />Dios nuestra oración<br /> <br />Soneto<br /> <br />Cuando hablamos con Dios no imaginamos,<br />La gracia en oración, le hace presente<br />En el alma sin duda del creyente,<br />Si espíritu de fe lo profesamos.<br /> <br />Nos visita en verdad, si le llamamos<br />Palpita su presencia allí consciente,<br />El se allega a nosotros providente,<br /> Es su vida interior lo que buscamos.<br /> <br />Lo que es vana ilusión se va del pozo<br />Contemplando al Todopoderoso,<br />Es éxtasis de amor aun la agonía.<br /> <br />Debe ser nuestra dicha su armonía,<br />Dios es agua divina, eterno gozo<br />Y el querer de su ser, ¡plena alegría!<br /> <br />La santidad de Dios<br /> <br />Soneto<br /> <br />Dios es bueno y bondad sin un defecto<br />Y eminente la norma y el camino,<br />La misma santidad del ser divino<br />Rectitud absoluta, el ser perfecto.<br /> <br />Realidad de verdad lo más concreto,<br />Claridad transparente su destino<br />Sin error la evidencia de su sino,<br />Es amor de amistad y eterno afecto.<br /> <br />Dentro y fuera es la luz nítido verso,<br />Contundente, repudia el mal perverso,<br />Huye sombra alejada que es delito.<br /> <br />Perfecta intimidad del infinito<br />Vive dentro de sí lo más bonito,<br />Hacia afuera,¡ es Creador del universo!<br /> <br /> <br />Divina soledad<br /> <br />Soneto<br /> <br />Contemplando el azul del infinito<br />Solo yo frente al mar, solo y las olas<br />No me siento yo solo estar a solas<br />Al sentirme con Dios, no estoy solito.<br /> <br />Se hace noche el azul poco a poquito<br />Y la noche lanzando barcarolas<br />Se deshoja de luz en sus corolas,<br />Estrellas silenciosas, calla un grito.<br /> <br />Con Dios mi soledad, ¿a quién extraña?<br />Toda la noche hasta el amanecer<br />No estoy solo jamás si me acompaña.<br /> <br />Esperando que vuelva a anochecer<br />Divina soledad, busco tu entraña,<br />¡Más que el cielo y el mar, tu íntimo ser!<br /> <br />Dios y la introspección del ser<br /> <br />Soneto<br /> <br />Las cosas no son Dios aunque está en ellas<br />Con su ser en el ser del universo,<br />Presente con su ausencia al mal perverso<br />Nada tiene que ver con sus querellas.<br /> <br />Dios eterno camina y deja huellas<br />A ritmo de huracán o viento terso,<br />De acuerdo a la medida de su verso<br />Mide tiempo y espacio y las estrellas.<br /> <br />Realidad del ideal y en su eminencia<br />Perfección de su máximo optimismo,<br />De raíz afianzado a su presencia.<br /> <br />Adentrándose en si donde es el mismo<br />Y en la cumbre del ser de su existencia<br />Dios es más en su ser, ¡divino abismo!<br /> <br />La amistad eterna<br /> <br />Soneto<br /> <br />Si en el alma penetra con dos filos<br />Doble filo el silencio con la espada<br />No permite que el alma este cansada,<br />La amistad, Dios no rompe ni sus hilos.<br /> <br />Pensando hacer de su mansión asilos<br />La eternidad se queda desolada,<br />Divina como Dios y enamorada<br />Tanto pesa el amor, eternos kilos.<br /> <br />Y al pesebre a nacer manda al Mesías<br />Visionarios Elías como Isaías,<br />Jesús cumple la Ley y los Profetas.<br /> <br />Las sandalias de amor lleva sujetas<br />Pero muere en la cruz sin agujetas,<br />Abriéndonos del cielo eternos días.Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-59921098307060917232009-08-30T17:28:00.000-07:002009-08-30T17:30:20.694-07:00Colectando Trípticos en PoemaAtómico estrambote como Tríptico ante el mundo, y la Justicia social soneto como misión de paz.<br />Reflexión inicial.<br />Pertinente y tremenda reflexión sobre el estado actual del siglo veintiuno ante Dios y de Dios ante el estado del mundo se nos presenta en forma imperativa.<br />Es satánico el error de usar la ciencia para negar a Dios explícita o implícitamente. Más que mentira, esta blasfemia irresponsable contribuye a la pérdida de la conciencia de Dios. Con esta pérdida se pierde la responsabilidad y se destruyen los cimientos en la conciencia humana para colaborar efectivamente con el bien de la vida. No solamente tragedia aislada sino indescriptible tragedia sobre toda la vida humana y la misma humanidad que es lo mejor que en la tierra haya logrado el bien del universo.<br />Imponderable irresponsabilidad es el tratar de destruir la armonía del átomo organismo de la vida. La resistencia a la justicia social cimiento de la paz por una parte y la ambición absurda de poder en ciega competencia, propician el absurdo de esta amenaza. Diferente sería si los recursos de la capacidad humana instrumento de la Providencia se encausara con ingenio y creatividad a satisfacer las necesidades de la humanidad en lugar de explotarlo todo con ambición y poderío que crea la miseria, el terror y el horror que invade sobre todo a los más débiles y vulnerables en el mundo.<br />Es una gran satisfacción y singular orgullo presentar este primer Tríptico como inicio a una serie que se convierte en una colección de los mismos para mis lectores de Trípode.<br />Concluyo señalando que la Tecnología de nuestros días aplicando las leyes que ha descubierto la mente humana trata de elucubrar sobre el origen del Universo. La transformación correlativa de materia, trabajo y energía en el contexto de la astronomía midiendo años luz testifica galaxias y constelaciones que viven y mueren.<br />Definitivamente existimos en la constelación a la que sigue el Sol como estrella y corremos en la Tierra su mismo destino. Nuestra vida está medida por las leyes del espacio y del tiempo. Conscientes de ello consideramos una grave responsabilidad el respeto a la vida. Sin duda punto de partida dentro de la posible proyección de la existencia humana por el alma inmortal cuya base es más firme que la ciencia humana, esto sobre todo dentro del ámbito de la fe.<br /><br /><br /><br /><br /> <br />Atómico Estrambote<br />Soneto<br /><br />Se hunde toda la vida y su navío<br />Sin ninguna esperanza de que brote,<br />Suicidio universal, sin pare el trote:<br />¡Terror, tragedia, irreversible lío!<br /><br />No late corazón, ya ni le pesa<br />Muerte de guerra que la paz derrote<br />Estrambótico siglo en estrambote,<br />¡Mar de muerte y muerte en todo el río!<br /><br />Ruin desgracia el hombre haber nacido<br />Desgraciando la tierra, ¿a eso ha venido?<br />¡Maldición, eso al caos le interesa!<br /><br />¿Quién piensa al universo y que cabeza?<br />Ni vibra corazón que nada expresa,<br />¿Alguien puede encontrar a esto sentido?<br /><br />¡Por supuesto que sí,<br />Satán de maravilla en vez del hombre,<br />Dios no existe, descubre el superhombre!<br /><br /><br />Más que estrambote al Siglo XXI<br /><br />Soneto<br /><br />Fue ayer, matar el Maya al vencedor,<br />Dar la vida orgulloso, fue su honor.<br />Doncellas enjoyadas, porque brote <br />Son lanzadas al agua del Cenote.<br />Honrar fue del azteca esos horrores<br />En su guerra florida, a vencedores<br />Abre el pecho, el corazón a un dios.<br /><br />Ese culto de historia es un deporte<br />Aplaudido, aclamado, de hoy reporte,<br />La historia se repite, así es la tierra<br />Con el hombre al camino de la guerra.<br />El respeto a la vida no va en pos<br />Destrozando reliquias y santuarios,<br />Cuerpos, almas, destrozos arbitrarios.<br /><br />Cual antigua sentencia a los cristianos;<br /> Vil Caifás con Pilatos,<br /> ¡El hoy de aniquilar a los humanos!<br /><br /><br />Posible realidad<br /><br />Soneto<br /><br />Totalitarios, sus engaños sienten<br />Capitalismo y comunismo, ¡mienten!<br />La justicia social es la verdad<br />Equilibrio en servicio y equidad.<br /><br />Los derechos humanos se presienten<br />Bien de todos, conscientes se consienten.<br />Cimentada en común necesidad<br />La economía es trabajo y dignidad.<br /><br />Paz y bien las naciones por lograr<br />La justicia social es nuestro hogar,<br />Derecho y ley y en el orden libertad.<br /><br />Ejercita el gobierno autoridad<br />Cada quien ocupando su lugar,<br />Lo mejor de la humana sociedad.<br /><br /><br />Este Tríptico considera que la pequeñez del Hombre es mayor que el Universo en su grandeza. El Universo no tiene un alma personal que lo hiciese consciente de sí mismo. Por eso la tierra viene a ser mayor que el Universo, por la mente del Hombre consciente en todas dimensiones de su infinita grandeza. El átomo construye el nido de la vida y la casa del Hombre. No puede haber secreto escondido que no se venga a convertir en objeto de la curiosidad humana. El encanto del Hombre es descubrirlos en las entrañas de la materia y del espíritu tratando de explayar en todas direcciones su sentido.<br /><br />Pequeñez y su grandeza<br />Soneto<br /><br />La Palabra de Dios en ella es verso<br />Y aparece la tierra con la vida,<br />Por pequeña y humilde es atrevida<br />Evolución de todo el universo.<br /><br />Cosmogónica fuerza indefinida<br />Es inmenso equilibrio, ante el diverso<br />Infinito de seres tan disperso,<br />La energía en el cosmos repartida.<br /><br />Es con gusto y vigor más que inefable<br />Sin medidas, Creador imponderable<br />Quien la forma, y transforma su color.<br /><br />Tras la luz que ha inventado un gran amor<br />A la cumbre lo exalta formidable,<br />¡Algo y Alguien, divino en su esplendor!<br /><br /><br />El átomo y el nido<br /><br />Soneto<br /><br />El sentido común de los sentidos<br />Es el menos común de ser sentido,<br />Por favor, que este mundo este encendido,<br />Colores y la luz, no anden perdidos.<br /><br />La tierra sea el más bello de los nidos<br />Reténgase en el alma y haga nido,<br />Deslumbrante, de todos conocido<br />Por amor permanezcan construidos.<br /><br />Abeja de los átomos en casa<br />Construyan y hagan miel de su belleza<br />Que a los ojos de todos interesa.<br /><br />Siempre ver, contemplar tanta grandeza,<br />¡Crece el fuego y la luz, jamás escasa<br />Libertad en la paz cuando se abraza!<br /><br /><br /><br /><br />Lo Divino en Secreto<br /><br />Soneto<br /><br />Amor divino del humano amante<br />Que la muerte de Dios sea gran Victoria,<br />Proclamando eterna su memoria<br />De su vida, milagro culminante.<br /><br />El tiempo hacerse eterno y palpitante<br />En el tiempo sin tiempo de la gloria,<br />Es tan grande milagro cual la historia<br />Del Eterno, escondido cada instante.<br /><br />Plenitud de vivir es ese reto<br />Cada instante escondido en su secreto,<br />En la mente de Dios tan conocido.<br /><br />Tiempo eterno indiscreto en un soneto<br />Cristo dijo que solo allí es sabido,<br />Indiscreto con El, ¡al Padre ha oído!<br /><br />Dios y las cosas vienen a ser la inspiración de este Tríptico.<br />El Hombre consciente de las cosas en torno a su existencia y su existencia misma las ve venir, las ve partir y al fin de cuentas todo pasa. La búsqueda de Dios en diferentes formas y palabras se concretiza en la fe cristiana como una intervención personal, histórica en el contexto de la humanidad y de cada persona. Dios está en todo y en El vivimos nos movemos y existimos. El sentido interior de su presencia perfuma el alma y la conciencia. El Cristo de la fe que hizo las entrañas invisibles de Dios el ser visibles las palpamos con el alma por el amor y la esperanza, trabajando por construir desde este mundo que pasa, edificamos lo inmortal e incorruptible del Reino.<br /><br /><br />Dios en las cosas<br /><br />Soneto<br /><br />Las cosas pasan y en momentos mueren<br />Y el tiempo que se va no se detiene,<br />El Eterno se asoma, a Misa viene<br />Y los cielos escogen lo que quieren.<br /><br />Las cosas necesarias se requieren<br />Y el amor necesita lo que tiene,<br />Como Dios es amor todo lo obtiene,<br />Las cosas son así aunque se fueren.<br /><br />Vida y muerte El es justo, Dios en Misa<br />Del tiempo que se va, lo más preciosa,<br />¡Cristo es Dios, resucita eterna rosa!<br /><br />Luego asienta su pie que eterno pisa<br />Ni el tiempo ni el infierno le destroza,<br />¡Lo que siembra recoge, es bella cosa!<br /><br /><br /><br />El Perfume de Dios <br /><br />Soneto<br /><br />Fue dolor del dolor, dolor humano<br />El amor por amor, fue amor divino<br />Y amor resucitó Dios soberano,<br />Dolor que lo mató fue su asesino.<br /><br />Reparte pan de trigo cada mano<br />Triturando su cuerpo en su destino<br />Pisado en el lagar, Dios sobrehumano<br />Derrama el cáliz de su sangre en vino.<br /><br />Muerto duerme su cuerpo sepultado<br />Después que Cristo ha muerto en el ocaso,<br />Prometió despertar, ¿prueba su caso?<br /><br />Amor lo resucita, y no al acaso<br />La gloria en plenitud lo ha coronado,<br />¡Y es perfume divino derramado!<br /><br /><br />El Cristo de la fe<br /><br />Soneto<br /><br />El Cristo de la fe a quien concierna<br />Vida oculta, la pública y la eterna,<br />Las entrañas de Dios y de María<br />Padre y Madre y Amor, Sabiduría.<br /><br />Más luz que el Universo Luz interna<br />La unión con Dios, el alma lo discierna,<br />Pan del alma a la mesa cada día<br /> Es del cielo en la tierra Eucaristía.<br /><br />Ofreciéndole a Dios lo que adoramos<br />El momento es eterno, a Dios unidos,<br />Hermanos, hijos de El reconocidos.<br /><br />¡Gratitud por los dones recibidos<br />Tal momento de siempre recordamos<br />Cristo está con nosotros, celebramos!<br /><br /><br />Este Tríptico es una llamada. Abre mundo los ojos y ten fe.<br />Tríptico de la fe. Creer es la inmensidad de amar y la visión del Padre nuestro.<br />La fe es la capacidad de ver a Dios en el mundo como El lo ve y mayormente como nos ve a nosotros mismos.<br />Dios es un milagro en Cristo haciendo milagros que solamente pudo hacerlos para bien de aquellos en quienes encontraba la fe. Quien vive de fe garantiza la madurez que conquista la paz del alma.<br /><br />Abre mundo los ojos y ten fe<br />Soneto<br /><br />Bien de todos, la paz, no es de otro el predio<br />Todo mundo a la guerra en este asedio,<br />La torre del Castillo coronada<br />Y la perla secreta resguardada.<br /><br />Ni izquierda ni derecha, todo en medio<br />La justicia social es el remedio,<br />Paz en la tierra existe, y es hallada<br />La virtud si es verdad, si es practicada.<br /><br />Realidad personal, ideal que veo<br />Superior a ilusiones del deseo,<br />Tal tesoro al alma le enriquece.<br /><br />Riqueza que en el mundo si acontece<br />Es feliz y sin dudas no perece,<br />¡Abre mundo los ojos, di eso creo! <br /><br /><br />Dios es inmensidad de amar<br />Soneto<br /><br />Se siente el corazón vivo y palpita<br />Sintiendo el mar y el universo entero,<br />Con todos los pulmones lo recita<br />Azul del mar, inmenso amor y quiero.<br /><br />El amor es allí tal pensamiento<br />Y lo sabe el más grande mandamiento,<br />Que en el fondo del alma grita escrito.<br /><br />Somos manos, trabajo hasta que muero,<br />Como Cristo diciendo, resucito<br />Y es verdad, si su muerte fue un delito<br />Más verdad es su triunfo duradero.<br /><br />Siempre vuelve a leer, mundo, te invita<br />La Palabra de Dios que resucita,<br />¡Oh divina visión del infinito!<br /><br /><br /><br /><br />Palpando al Inefable<br /><br />Soneto<br /><br />Pienso en El más allá del pensamiento,<br />Adoro a Dios, mi vida y poesía<br />Y razón de que exista el alma mía,<br />Vivir en su presencia, es un portento.<br /><br />Despierta eternidad de la alegría<br />Y amor divino, siempre está contento,<br />Abisma mi conciencia y tal lo siento<br />Realidad de la ideal sabiduría.<br /><br />Fuera de Él lo demás es deleznable,<br />Todo ve, y a Él se ve siendo invisible<br />Y es el único ser que es adorable.<br /><br />Fe y amor hace a Dios más que posible,<br />Creo en El, y a pesar que es inefable<br />Ser en El con mi ser, ¡no es imposible!<br /><br /><br /><br />Con este Tríptico celebro la fiesta de vivir como entreacto personal que es una fiesta como lo es la fiesta brava en bella alegoría.<br />Es Corrida de Otoño, lo es por madurar la dicha de nacer y crecer y jugarse lo mejor de quien se es, o se debe ser y hacer hasta morir y por la gloria. Yo alterno mano a mano con mi esposa. En busca de la paz con luz de luna, bajo el viento de la brisa. En la noche celebramos y cantamos la fortuna y nos divertimos jugando suertes y entretenimientos con la bella luna.<br /> <br />Corrida de Otoño<br />Soneto<br /><br />Abren notas toriles plata en oro<br />Quinientos bellos kilos, sale el toro.<br />Derrotando en madera expectaciones<br />Una flecha, lanzando sus pitones.<br /><br />Se acostumbra a la luz y mira el coro<br />Valiente rojo de cristiano y moro,<br />Levanta en su testuz generaciones<br />De nobleza, en busca de ovaciones.<br /><br />Hombre y toro ritual, fuego hechicero<br />Y en los ojos abiertos todo el ruedo,<br />¡Se apaga el sol y enciende en el torero!<br /><br /> Deteniéndose el viento luce quedo<br />Y al ritmo de los cuernos dice quiero,<br />¡Oh encarnado clavel, divino enredo!<br /><br /><br />Alternando con la vida<br /><br />Soneto<br /><br />Nuestra Guerra es amar y es bella cosa<br />Mano a mano alternando con mi esposa<br />Mano a mano ante el toro de la vida<br />Toreamos hasta el fin de la corrida.<br /><br />Evitando morir y la cogida<br />Cornadura al engaño está prendida<br />Gallardo pundonor luciendo hermosa<br />El donaire y la gracia primorosa.<br /><br />Alternando vivir hasta la muerte<br />El honor y el valor, nos transfigura<br />Amor y gloria, cumbre de la suerte.<br /><br />Cada quien en persona configura<br />De poder a poder, brega madura<br />¡Oh esperanza inmortal, amor más fuerte!<br /> <br /><br />Luna de paz<br /><br />Soneto<br /><br />Lo que debe decirme no lo nombra<br />Y rehúye, y se esconde entre la sombra,<br />La espuma se me esfuma y ella a una<br />Por las charcas del mundo, tras la luna.<br /><br />Yo la sigo hacia el mar por la laguna<br />Que adivine, leyendo mi fortuna,<br />Es gitana hechicera y no me asombra<br />Si coge el plenilunio y me renombra.<br /><br />El baile de mis sueños va con ella<br />Danzando sobre el mar y el universo<br />A la luz de la luna de mi verso.<br /><br />La luna me adivina cada estrella<br />De la noche lunar, bella como ella<br />Disfruto con mi esposa el viento terso.<br /><br />Retorno a la reflexión profunda. Visión y dimensión en sonetos, trípticos en interacción.<br />Estética y poética del arte de la vida humana dentro del tiempo y del espacio universal. Destino inmortal del alma humana más allá del universo. Dimensiones de interioridad divina. Profecía de lo divino y lo eterno humano a través de Cristo. Dinámica de su Resurrección. Eucaristía mística y su Cuerpo místico. Bosquejos del Universo de Dios y su Mansión divina.<br /><br /> <br />Cristo y la Barca<br /><br />Soneto<br /><br />Evitar la Creación le era posible<br />Y también evitar el Cristianismo,<br />Pero quiso retar el imposible<br />Y bajar de su cumbre hasta el abismo.<br /><br />Aparte de su gran sabiduría<br />Libertad y el amor se hicieron lío<br />Y el amor, fue tragedia en poesía,<br />Para Él, que es divino poderío.<br /><br />Bien eterno, lo hicieron mal eterno<br />Con el mal de demonios y el infierno,<br />Fuera de Él, es la cosa así de horrible.<br /><br />No quisiste fallase tu optimismo<br />Y de allí lo divino, tu humanismo,<br />¡Cristo eterno y la barca sobre el río!<br /><br /><br />Contemplándose Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Solo Tú, nadie más en tu Universo<br />Del bien en plenitud sin nada adverso,<br />Divina inmensidad y yacimiento<br />De respiro insondable, eterno aliento.<br /><br />Paternidad en la cumbre del momento<br />Dios engendra su entraña y pensamiento,<br />Eterno amor uniendo a Dios, inverso<br />Sin la sombra del odio y del Perverso.<br /><br />La cara deslumbrante de su faz<br />Disfruta el gozo de divina paz,<br />Real belleza de luz, Dios a colores.<br /><br />Desbordando a sí mismo sus primores<br />Arco iris perfecto y sin disfraz,<br />Toda ideal realidad, ¡sus esplendores!<br /><br /><br /><br /><br />Hacia la Visión del Padre<br /><br />Soneto<br /><br />Padre nuestro que reinas en los cielos<br />Y en la tierra haz sembrado tu Palabra,<br />¡Tu voluntad!, haced la puerta se abra,<br />Obediencia, es cumplir de tus anhelos.<br /><br />Noche y día con Cristo y sus desvelos<br />Con su amor sin el odio ni los celos,<br />Bebamos todo el cáliz a su mesa.<br /><br />Si en el mundo nos haces y es adverso<br />Padre nuestro que has hecho el universo,<br />Danos fuerza hasta el fin, aunque nos pesa<br />Como a Cristo, su cruz nos interesa.<br /><br />Compartido El y Tú, ¡oh eterno amigo!<br />Que El nos libre del mal, del enemigo<br />Al encuentro del reino que encabeza.<br /><br /><br />El Apocalipsis o Libro de la Revelación termina con el reclamo implorando el regreso de Cristo. El Creador que maravillosamente nos ha construido nuestra casa en este universo destructible nos abre las puertas de su Mansión y su nido. La fe contempla la intimidad del alma y la profundidad de Dios. Trasciende el poder de los mejores telescopios y microscopios del hombre. La inmensidad y el infinito de Dios es ese reino dentro de nosotros.<br /><br />Dios y su nido<br /><br />Soneto<br /><br />Prometió regresar y está volviendo<br />Esperado según lo convenido,<br />No es en vano que Cristo haya venido,<br />Las señales parecen ir viniendo.<br /><br />Mientras puedan cantar y hacer su nido<br />Seguirán muchas aves existiendo,<br />Y será cuando todo ande perdido<br />Que este mundo termina como entiendo.<br /><br />El ave amante canta el ser divino<br />Aunque cruja total el universo,<br />¡En las alas eternas del destino!<br /><br />Con vientos limpios sin el odio adverso<br />Cristo vuelve a ese nido del que vino,<br />¡Gloria a Dios como al hombre cada verso!<br /><br /><br />Mirar del Universo<br /><br />Soneto<br /><br />Inmensamente bella Poesía<br />Es la humildad de la Sabiduría.<br />Con mi cara hacia el cielo entre los Olmos<br />Admiro el Universo, todo el Cosmos.<br /><br />Telescopio del alma mi instrumento<br />Dispara la mejor fotografía,<br />Fantasmas de la noche, ¡oh luz del día!<br /><br />Aparato exterior al Macrocosmos<br />Microscopio interior al Microcosmos,<br />Maravillas de Dios, mi pensamiento<br />Apuntando a la luz mi entendimiento.<br /><br />Con todo el universo bajo el Viento<br />Claroscuro color, ¡Dios infinito,<br />Inmensamente grande o pequeñito!<br /><br /><br /><br /><br />Realidad soberana<br /><br />Soneto<br /><br />Oro el tiempo y tesoro, aprendizaje<br />La experiencia de Dios precisa y cierta,<br />Realidad soberana está a la puerta<br />La razón de vivir termina el viaje.<br /><br />Es la muerte el espejo de la vida<br />Con el alma inmortal y su equipaje,<br />Si la imagen se va no su mensaje,<br />Eterna la verdad establecida.<br /><br />Libertad, sino y gracia que discierno,<br />Hambre y sed, saciedad del ser divino<br />Peregrina hacia el cielo o el infierno.<br /><br />¡Ven quietud con la paz de amor eterno<br />Donde todo termina su camino,<br />Realidad soberana en mi destino!<br /><br />Dar gracias en acción de gracias del hombre y de Cristo Eucaristía.<br /><br /><br />Gratitud por la fe<br /><br />Soneto<br /><br />Tienen algo de eterno y de divino<br />Los momentos que son inolvidables,<br />Profundo en mis raíces inefables<br />Soy alegre embriagando el mismo vino.<br /><br />Fe y confianza, timón de mi destino,<br />Siendo adversos les hago favorables<br />Navegando los vientos formidables,<br />La adversidad manejo y adivino.<br /><br />Humilde creo en mí y me fortalezco<br />De todo el universo y su energía,<br />Dios bien dentro de mí, ¡es mi alegría!<br /><br />Es mi orgullo y me da sabiduría<br />Sincero el corazón, todo lo ofrezco,<br />¡Y El me llena de paz y de armonía!<br /><br /><br /><br /><br />No imposible absoluto Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Ser feliz pude ser que sea verdad<br />Substancia de mi ser y el alma mía,<br />Ven a mí, instante de esa eternidad<br />Ideal de mi sustento y alegría.<br /><br />No puedes ser tan solo fantasía,<br />¿En dónde estáis si estás felicidad?<br />No ilusión de ser Dios y alegoría,<br />¡Presencia de ese ideal tu realidad!<br /><br />Plenitud del amor que siempre dura<br />Solo amor es feliz si amor perdura,<br />Felicidad, jamás es contingente.<br /><br />Necesito no ser por accidente<br />Si el amor me figura y transfigura,<br />Presiento a Dios en mi, ¡oh real presente!<br /><br /><br />Tiempo de eternidad<br />(Poesía, teología y eucaristía)<br /><br />Cántico<br /><br />Pasado futuro el porvenir<br />En su cena, ¡muere!<br />Uno y otro presente eterno quiere<br />Ser misa al existir.<br /><br />La vida es vida y la muerte es muerte<br />Pero no para Dios,<br />Su eterno amor les hizo de otra suerte<br />Ser una entre las dos.<br /><br />Amor eterno de la eternidad<br />Nunca muere jamás,<br />Vida eterna sí y con toda la verdad<br />Tres días y nada más.<br /><br />Nace en misa muriendo en cada cita<br />Cual le exige su amor,<br />Glorioso, del sepulcro resucita,<br />¡La gloria de su honor!<br /><br /><br /><br />El Tríptico crece en el Retablo. Puede llenar todo el Templo del Universo en divina y humana alegoría. La línea delineando la belleza. Puede ser el trazo recto del arte clásico o la inquietud de la línea del barroco. Puede ser infinidad de creaciones y modalidades diversas inspiradas al espíritu creativo del alma humana atestiguándolo la historia del arte y la belleza.<br />La arquitectura de la Poesía refleja la diversidad de la estructura del alma con divina inquietud en búsqueda de Dios. El Dios de la belleza es el esplendor en el orden que al fin de cuentas es la figura de Dios cuya fisonomía es superior a las facultades perceptivas del hombre. A Dios nadie lo vio jamás en la plenitud de su ser en este mundo. Aspirar a la Visión divina es el sentido de la existencia humana a partir de la Resurrección de Cristo. La espiritualidad en el arte implícita o explícitamente oculta o manifiesta la pasión del alma humana como aspiración de tal destino. En resumen, me refiero a estas consideraciones para finalizar con la presentación de los siguientes sonetos como un retablo que alude a la expresión de dichas inquietudes del alma que es un templo de Dios mayor que el Universo. <br /> <br /><br /><br />Creciente realidad<br /><br />Soneto<br /><br />Creo el amor inmortal y nunca muero<br />Curándome en salud y eso prefiero,<br />Cual rosa y quien, cortando se llevó,<br />Mi corazón herido, a nadie vio.<br /><br />Ven a mi realidad de amor sincero<br />Que ilusión de una flor no es lo que quiero,<br />El ideal de existir no terminó<br />Nadie puede decir, todo acabó.<br /> <br />Vivir como ilusión tal vez perece,<br />La existencia invisible permanece<br />Misterioso secreto en realidad.<br /><br />¡Oh amor eterno que del alma crece,<br />No es ficción florecer de la verdad<br />Ni marchito rosal de vanidad!<br /><br /><br /><br />La luz de la verdad<br /><br />Soneto<br /><br />Si es verdad la verdad del universo<br />Más verdad el Espíritu de Dios,<br />En el alma viviente y en los dos<br />No el papel ni la pluma de mi verso.<br /><br />Fea mentira es que triunfe el mal adverso<br />Apagando el encanto de su voz,<br />Ni maldad extermina ni odio atroz<br />Sobre el bien las tinieblas del perverso.<br /><br />Tal conciencia es consciente necedad<br />El decir la mentira a la verdad:<br />Yo soy verdad y tú eres la mentira.<br /><br />Inmortal vive el alma en que se inspira<br />La evidencia de luz que Dios respira,<br /> ¡Gran respiro es su eterna claridad!<br /><br /><br />El triunfo de la vida<br /><br />Soneto<br /><br />Es el triunfo del alma, libertad,<br />Más que muerte y fracaso con su herrumbre,<br />Alumbrando la luz de la verdad<br />Es virtud que ha llegado hasta la cumbre.<br /><br />Vida eterna, esa vida que deslumbre,<br />Vanidad bajo el sol no es vanidad<br />Si la hoguera se apaga y no la lumbre,<br />Luz se enciende en divina claridad.<br /><br />Si el cuerpo se marchita y se elimina<br />La virtud asegura el porvenir,<br />Cuando todo parece que termina.<br /><br />Ser persona no deja de vivir<br />Ni el alma frente a Dios que la ilumina, <br />¡Inmortal, lo mortal debe existir!<br /><br /><br />Un puente en la ruta<br />(Hacia Dios)<br /><br />Soneto<br /><br />Divinidad eterna y su visión<br />Transparencia de Dios no es ilusión,<br />La presencia divina es más consciente<br />Mucho más que el más hondo subconsciente.<br /><br />Su ausencia no es verdad y está presente,<br />Poder que puede verlo cada mente<br />Y el amor inmortal, tiene razón<br />Palpitante al sentirlo el corazón.<br /><br />Ve la luz de la fe y no se inmuta<br />Es un puente morir, por siempre vivo<br />El ideal de vivir marca la ruta.<br /><br />Absoluto al amar a Dios recibo,<br />Vivir, morir, es todo relativo,<br />¡Necesaria existencia es absoluta! <br /><br />Sin nostalgia de la Luna<br />Soneto<br /><br />Noche oscura del alma cual ninguna<br />Dios me extiende los brazos y me acuna,<br />No me inunda, me arrulla sin esfuerzo<br />Y acaricia mi piel su canto terso.<br /><br />Sopla viento interior divino cierzo<br />Superior a la paz del universo,<br />No galaxias de estrellas mi fortuna<br />Ni tampoco nostalgia de la luna.<br /><br />La misma claridad luz de su seno<br />Su palabra de honor, del ser divino<br />El amor tan tranquilo y tan sereno.<br /><br />Hasta el fondo del alma lo imagino<br />En mi ser, y lo encuentro ser mi sino,<br />¡Oh abismo de bondad, precioso y bueno!<br /><br /><br />Carácter de Cristo<br /><br />Soneto<br /><br />Pureza el paño de su ser divino<br />Blanca blancura Dios, el mismo lino<br />Viste el alma de púrpura encendida<br />Amor eterno que le da la vida.<br /><br />Cristo reencarna como pan y vino<br />Para darse en el cáliz del destino,<br />Repartiendo su cuerpo y su bebida<br />Departe su existir y su partida.<br /><br />Muere el cuerpo del alma desunido,<br />Lo divino, persiste siempre unido,<br />La Creación se renueva, ¡oh poesía!<br /><br />Muere y revive en culto de latría<br />Y acción de gracias, es Eucaristía,<br />Perfecto, ¡el universo redimido! <br /><br /><br /><br /><br />Secreto de la paz<br /><br />Soneto<br /><br />El precio de existir inmenso crece<br />Si abriendo el alma el corazón florece,<br />Y sucede del bello florecer<br />Primavera en otoño al merecer.<br /><br />Haz el bien que jamás desaparece<br />Cuyo fruto es la paz cuando aparece,<br />Humanismo inmortal no es perecer,<br />¡Ven amor, nunca dejes de crecer!<br /><br />Más allá de este mundo hay que gritar <br />Que el valor inmortal de la existencia<br />Es el grito del alma en la conciencia.<br /><br />¡Dios eterno, descubre tu presencia<br />El grito de la paz por escuchar,<br />Lo imposible, posible de lograr!<br /><br /><br /><br /><br />Lo Divino en Secreto<br /><br />Soneto<br /><br />Amor divino del humano amante<br />Que la muerte de Dios sea gran Victoria,<br />Proclamando eterna su memoria<br />De su vida, milagro culminante.<br /><br />El tiempo hacerse eterno y palpitante<br />En el tiempo sin tiempo de la gloria,<br />Es tan grande milagro cual la historia<br />Del Eterno, escondido cada instante.<br /><br />Plenitud de vivir es ese reto<br />Cada instante escondido en su secreto,<br />En la mente de Dios tan conocido.<br /><br />Tiempo eterno indiscreto en un soneto<br />Cristo dijo que solo allí es sabido,<br />Indiscreto con El, ¡al Padre ha oído!<br /><br /><br /><br /><br />La Gloria de Cristo<br /><br />Soneto<br /><br />El alma unida a la divinidad<br />Amor divino y una eternidad,<br />Cuerpo de Cristo templo y catedral<br />Transparencia del Padre y su vitral.<br /><br />Es la gloria de Dios, su intimidad,<br />Su luz que prende eterna claridad<br />Renaciendo en la tumba por señal,<br />Su cuerpo incorruptible y fue mortal.<br /><br />Más que humana armonía en el universo <br />El mismo Dios con su mayor esfuerzo,<br />¡Impecable en la cumbre de la historia!<br /><br />Lo es el hijo del hombre con su gloria<br />Epopeya de Dios y eterno verso,<br />¡Más divina que humana su victoria!<br /><br /><br /><br /><br />Bosquejo de Cristo<br />(Sobre el Reino)<br /><br />Soneto<br /><br />Pertenece al hombre limpio y sano<br />El Reino de los cielos mano a mano<br />Por la gracia de Dios y Cristo hermano,<br />Es la nueva Creación que hace el Creador.<br /><br />¡Oh nuevo amanecer, llega temprano,<br />Resucita con Cristo Salvador<br />Hecho el Hijo de Dios y de su honor,<br />De toda la Creación más que el mayor!<br /><br />Mano a mano eterno resplandece<br />Como al Padre y al Hijo le parece<br />Su rostro, el del amor entre los dos.<br /><br />¡Oh Adán de la Creación que a Dios merece<br />Con su gloria divina siempre en pos,<br />Padre, Hijo y Espíritu de Dios! <br /><br /><br /><br />A fuerza del destino<br /><br />Soneto<br /><br />Consciente de sí mismo y su conciencia<br />Necesario en su ser se transfigura<br />La verdad en persona plena y pura<br />De su ser plenitud, Dios evidencia.<br /><br />Eminente es su ser y su presencia<br />Que absoluta conforma su figura<br />Como lo es en sí mismo, y se estructura<br />Perfecta realidad en su existencia.<br /><br />Goza y disfruta su entretenimiento<br />Revestido de amor cada momento,<br />Eterno, ¡se entreteje y se refina!<br /><br />Ve y entiende su propio entendimiento<br />Pensando amor su inagotable mina,<br />Y se une el Hombre a Dios, ¡fuerza divina!<br /><br /><br />Filosofía de la Fe<br /><br />Soneto<br /><br />El divino existir es su destino<br />La sustancia de ser, la vida eterna<br />Que es eterna en su ser como mancuerna<br />A la esencia del ser, su ser divino.<br /><br />No es uva en el lagar que se hace vino<br />Cristo dijo saberlo; es una terna,<br />Fe y Amor de Verdad, que se discierna,<br />No es causa ni es efecto de su sino.<br /><br />Y el alma entiende a Dios símbolo externo<br />Fuego es lumbre y divina certidumbre,<br />Visión de la penumbra, oído interno.<br /><br />La divina intuición, su ser me alumbre<br />Luz de fe superior a la costumbre,<br />¡Oh experiencia del Ser, oh Amor eterno!<br /><br /><br />La Perla de Dios<br /><br />Soneto<br /><br />Su secreto palpita el Universo,<br />Se viste la Creación y en el reverso<br />Hacia dentro de sí jamás perece,<br />Dios es vida interior que eterna crece.<br /><br />Condena la maldad del mal adverso<br />Y El es juez y sentencia del perverso,<br />La divina bondad le pertenece<br />Su belleza de ser allí acontece.<br /><br />Desborda plenitud lleno de gracia<br />Y hace el alma inmortal, del ser divino,<br />Su Perla más preciosa nuestro sino.<br /><br />Camina a la Verdad quien viene hacia<br />Mí, conmigo, no tema la desgracia,<br />¡Nos dice con amor, soy su destino!<br /><br /><br />Permanencia en la cumbre<br /><br />Soneto<br /><br />Rotar la Tierra es su proceder,<br />E informan los sentidos algo inverso<br />A toda la verdad del Universo,<br />No es el Sol el que sale a amanecer.<br /><br />Infinito el pequeño acontecer<br />No es victoria que cante el mal perverso,<br />El poema del ser, sueña mi verso<br />Extendiéndose inmenso para ser.<br /><br />Ante el alma que entiende y se enriquece<br />La Visión del Creador es contundente,<br />Y el mar del universo empequeñece.<br /><br />Visible, lo invisible ve la mente<br /> Galáxica inmortal que no perece,<br />¡En la cumbre del ser, Dios permanece!<br /><br /><br />Dios Alma y Universo<br /><br />Soneto<br /><br />El se pone a jugar, ve el Universo<br />El poder de su mente sin un grito<br />Se convierte del juego en un perito<br />Sabiendo que su ser es siempre inverso.<br /><br />Inmensa inmensidad, todo El inmerso<br />Juega tiempo y espacio al infinito<br />Como juego en mis versos con mi escrito,<br />El amor, Dios lo juega sin esfuerzo.<br /><br />Eclipsándolo todo oscuridad<br />Es amor la más real necesidad,<br />¡Galaxias que salpican de alegría!<br /><br />Mar y oleaje del ser, sabiduría,<br />Fuego y sol navegando eternidad,<br />¡Solo Dios para el alma es Poesía!<br /><br /><br />Mar y Viento<br /><br />Soneto<br /><br />Lo mismo que a huracán y desconciertos<br />Desenrollado después de que me enrolas<br />Contigo digo a mí no estoy a solas,<br />Yo presiento y respondo a tus aciertos.<br /><br />Caminos de los vientos tan inciertos<br />Me siento ser rosal con mis corolas<br />En rosas infinitas de mis olas,<br />¡Puertos, la rosa los señala ciertos!<br /><br />Del lejano horizonte hasta la playa<br />Me muevo sin cesar y lo celebro<br />Al control o sin él, de tu cerebro.<br /><br />Soy furioso desastre y todo quiebro<br />Escuchando ese grito, ¡que me valla,<br />Bajo el viento lo sé, soy un mal halla!<br /><br />Y en verdad no lo soy,<br />Siendo el poder de la naturaleza<br />Que no es buena ni mala en su pureza.<br /><br /><br />El poema del hombre<br /><br />Soneto<br /><br />El poema del alba es cada hombre<br />Macho y hembra y también cada mujer,<br />De pie frente al destino amanecer<br />En busca de emprender y hacer su nombre.<br /><br />El umbral del ocaso no se asombre<br />Ante el sino que debe acontecer,<br />Más allá de morir, al renacer<br />Al eco de la noche su renombre.<br /><br />Siendo vida inmortal lo que acontece<br />Tanto a Dios como al alma, bien parece<br />Tanta luz que es verdad por suceder.<br /><br />De la fe y del amor no es parecer<br />Disyuntiva el que deba perecer,<br />¡Dios y el hombre, jamás desaparece!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-983599991804084081.post-39122274444119744082009-08-10T08:38:00.001-07:002009-08-10T08:42:33.035-07:00Exaltación a la Vida y Triunfo del AmorFeliz LX Aniversario<br /><br /><br />Celebrando nuestro nacimiento en el tuyo<br /><br />No somos lo que fuimos un instante ni todos los instantes de existencia. La gran verdad es que de nada nos sirve todo el tiempo del mundo si no logramos tener la eternidad. Eternidad feliz, feliz Aniversario. Noción grandiosa la felicidad que acompaña también el hecho de que existe el alma y que vale feliz la eternidad. <br />Pasado y el futuro son Presente desafiando posible lograr cuanto supone feliz o desdichada eternidad. La vida es un ensayo, aprendizaje a la vez de enseñarse a vivir hasta encontrar lo que vale uno mismo con coraje.<br />Coraje de vivir lo celebramos: de nacer, de crecer de hacer la vida que deseamos conociendo el camino a donde vamos. Aprendemos a amar si nos amamos disfrutando del bien que nos guardamos en lo secreto inmortal del alma. O evitamos el mal o lo dejamos al lado del camino esperando el perdón si perdonamos, o tal vez todo lo contrario en viceversa.<br />El pasado en presente reinventamos y el futuro sin ser lo adivinamos para ser del presente un gran momento que se queda o se va según podamos. Realidades de vida en la conciencia son más bellas madura fantasía, más bien creativa que ficticia. Visionaria y creadora la existencia es el arte en acción cuando compone, propone y descompone, finalmente, esperamos recompone completando y siempre amplificando la inmensa realidad que es la existencia. <br />Cada quien en su gusto identifica la cosa que le gusta, más o menos de acuerdo a su propia identidad. La herencia y el ambiente nos influyen el saber, el gustar por encontrar y en su curso a tomar, decidir y finalmente aquello que queremos lo tomamos. Hacemos, deshacemos y rehacemos, quienes somos según lo que entendemos y a veces persistimos entender.<br />Hasta aquí el preámbulo a la fiesta que alegra el corazón, consciente de lo dicho. Queriendo, que es el gran factor de sí se puede, cuando el tiempo se da al tiempo y el lugar al lugar en el Presente, pasado y futuro, compartiendo, departiendo y disfrutando la existencia de siempre que amplifica hacia lo inmortal el arte de la vida.<br /><br />Para quienes cumplimos años en el otoño, a sus inicios o al final desde fines de Agosto hasta principios de Diciembre. Tú la Señora de la familia en Agosto. Octavio tu esposo y Alex tu nieto en Septiembre. Tu hija mayor Kety María en Octubre y la menor Cely Dolores en Diciembre y su esposo Tim de principios de Agosto. Para todos con tu madre de Abril y tu padre y hermano de la otra vida con sus hijos y demás nietos en esta, que todos celebramos cumpleaños a la vida sobre todo a la humana por divina. Una fiesta electrónica de hoy. Festejamos la vida, alegre vida y más profunda, posiblemente o ciertamente en su raíz en el fondo del alma.<br />Amamos sin saber en verdad lo que es la vida ni tampoco lo que es el amor, lo barruntamos no obstante aprendiendo a entender su analogía. Y no desesperamos llenos de fe en el futuro de la vida, a pesar del mal en un mundo cada vez más adverso y más perverso, soñamos y deseamos lo mejor del bien para el mundo y nuestros hijos. Al final de cuentas creemos que la fuerza del bien es superior al terror, la miseria y el posible aniquilamiento de este mundo con el triunfo definitivo y absoluto del divino poder.<br /><br />No puede faltar a esta fiesta la evocación que nos invita al Teatro de la vida para escuchar a García Lorca el autor de Sangre de la Vida preludiando otra Boda de Amor y Poesía. Disfrutando a su vez la Carmen, gran ópera, la increíble mujer, realismo de tragedia a lo inmortal del amor proyectado siempre a vivir la vida. Creemos en la vida, que sublime se convierte en oración, plegaria de Cristo al amor eterno.<br /><br /><br />Orando en tu Plegaria<br />(Por el Cristo total)<br /><br />Soneto<br /><br />Eres gloria de Dios, yo en tu presencia<br />Sabiendo que el amor es tu costumbre<br />No se extingue jamás tan bella lumbre,<br />Yo a ese fuego abrazo en mi existencia.<br /><br />Todo se hace cenizas, no en la cumbre,<br />Muere el tiempo al sentir su inconsistencia,<br />No tejerse inmortal en consistencia<br />Le prohíbes a mi alma se acostumbre.<br /><br />Amor divino el corazón lo puede<br />Al unirse a tu vida fe en mi mente,<br />Es Plegaria de hacerse permanente.<br /><br />El alma no consume y fuego siente<br />Si amor humano a su mandato cede,<br />¡Sea tu eterna Mansión, también mi sede!<br /><br /><br />Sesenta Aniversario Aracely<br /><br />Soneto<br /><br />Sesenta años de vida tú has cumplido<br />Y casi treinta y cinco vas conmigo,<br />Me sigues, nos seguimos, yo te sigo,<br />Como tú, vengo y voy y no me he ido.<br /><br />Te beso siempre como fiel marido<br />Dos hijas por Dios dadas las bendigo,<br />Por supuesto, gran madre, te lo digo<br />Que siempre como esposa tú has cumplido.<br /><br />El contigo y conmigo, el ser divino<br />Compartiendo de un pan y con su vino,<br />Más bueno y más añejo, nos amamos.<br /><br />Uno y otro en busca del destino<br />Paso a paso la vida caminamos,<br />¡Y sabemos muy bien a donde vamos!<br /><br /><br />Ella y mi matrimonio<br /><br />Soneto<br /><br />Tu sonrisa me alegra el corazón, todo mi ser<br />Como luz y color de amanecer,<br />Ante Dios decidí y en mi conciencia<br />Amarte para siempre, y con decencia.<br /><br />Te agradezco mi Dios el conocerla,<br />Espontanea, mi gusto lo savia,<br />Lo mejor fue decir que me quería.<br /><br />Fortaleza y perfecta consistencia<br />En sus hombros cargando mi existencia,<br />Increíble su espalda de mujer<br />Y el vigor de sus brazos un placer.<br /><br />Como el Reino de Dios sin merecerla<br />Recordé el Evangelio de la perla,<br />Yo grite, ¡la mujer del alma mía!<br /><br /><br />Amor conyugal<br /><br />Soneto<br /><br />Dos cuerpos una piel y el mismo nexo<br />Una esposa un esposo amor y sexo,<br />Absoluto y completo para ti<br />Sentimiento del alma que hay en mí.<br /><br />Dios hizo la Creación y allí respira<br />El alma y nuestro cuerpo que transpira,<br />Y nos rasca con risa su cosquilla<br />Con sonrisas de amor, bella costilla.<br /><br />Los dos en alma y corazón anexo<br />Maravilla de Dios, más maravilla<br />Que El nos una, la cosa tan sencilla.<br /><br />Yo en el nombre de Dios te quiero esposa<br />Tú me quieres también y es bella cosa,<br />¡El amado, la amante, Dios allí!<br /><br /><br />Fue un bosquejo hacia mi esposa<br /><br />Soneto<br /><br />Eran sus rasgos como el arte vivo<br />Y la mirada limpia de motivo,<br />Desbordaban mis ojos de alegría<br />Como un sol, su cabello sonreía.<br /><br />Su mirada encontrándose la mía<br />Miraba el mismo mar que yo veía,<br />Soñé su piel ser sueño en que revivo<br />Despierto amanecer, si un sí recibo.<br /><br />El talle de su cuerpo una palmera<br />Y oasis del desierto y primavera,<br />Asomando el racimo de su pecho.<br /><br />Renuncie todo a ella y era un hecho<br />Pensando solo Dios tenía derecho,<br />¡Mi adolescencia fue, de esa manera!<br /><br /><br /><br />Carmen habanera<br />(Entre soldado y torero)<br /><br />Soneto<br /><br />Carmen canta bailando la habanera,<br />Quema amor, su tabaco, tabaquera.<br />Don José sus enredos cree que entiende<br />Oye el cambio de guardia y va y la atiende. <br /><br />Ella cambia a José por Escamillo<br />Que lo aclaman y amarlo ve sencillo,<br />Al sentirse atraída del torero<br />Siente amor a morir que dice muero.<br /><br />Don José es un soldado y es de guerra<br />Y hace guerra de amor a su manera,<br />Pensando no el estoque su cuchillo.<br /><br />Escamillo, en el centro del anillo,<br />Ella, fuera de Plaza y sin barrera<br />Nunca puede gritar, ¡me maravillo! <br /><br /><br /><br />La Tragedia de Carmen<br /><br />Soneto<br /><br />El amor a la fiesta de la vida<br />Es torero y gitana en la corrida,<br />Es soldado de guerra en el dolor,<br />Gran triunfo y gran victoria, siempre amor.<br /><br />Popular el amor, Carmen se llama <br />Y es el baile de todos, fuego en llama,<br />¡Celoso don José, mortal herida!<br /><br />Se oye en cada canción su melodía<br />Que pasada de moda, es gritería,<br />Bien se enjoya, elegante como dama,<br />Por morir o vivir sobre su cama.<br /><br />Es Opera, tragedia y poesía<br />Y mujer derramada de alegría,<br />¡Vive y juega al amor, a amar convida!<br /><br /><br /><br />Dimensiones de Lorca<br /><br />Soneto<br /><br />Federico está aquí, García Lorca,<br />Entrañas sube Océanos en la Orca.<br />Bodas, sangre y amor cuando atormenta,<br />Saltando el cielo azul o la tormenta.<br /><br />Perlas del mar y versos de Mallorca<br />Pariendo la Ballena poesía,<br />Se abre el cielo al duelo de Mejía.<br /><br />Con vísceras del alma al escribir<br />Fiesta brava es la vida y es parir<br />Por la gloria inmortal, divina suerte,<br />El amor, es el toro de la muerte.<br /><br />Tal presagio la vida nos presenta;<br />¡Poeta del destino, pisa fuerte<br />Agarrado, o desgarrado hasta morir!<br /><br /><br /><br />La Luna<br /><br />Soneto<br /><br />Abierto de su ropa cada broche<br />Se desnuda de luz en la penumbra,<br />Delineando el paisaje todo alumbra<br />Cara a cara la luna de la noche.<br /><br />Mesurada su luz no hace derroche<br />Claro oscuro entre sombras, se vislumbra,<br />Sin sol en la mirada que deslumbra<br />Se le admira en su rostro sin reproche.<br /><br />Nuestra suerte de amor nos adivina<br />Hechicera y gitana, bella luna<br />Silenciosa y secreta, ¡nos fascina!<br /><br />Cuarto creciente en cielo nos acuna,<br />Luna llena nos besa en cada esquina,<br />¡Oh caricia, nostálgica fortuna!<br /><br /><br /><br />Corrida de Otoño<br /><br />Soneto<br /><br />Abren notas toriles plata en oro<br />Quinientos bellos kilos, sale el toro.<br />Derrotando en madera expectaciones<br />Una flecha, lanzando sus pitones.<br /><br />Se acostumbra a la luz y mira el coro<br />Valiente rojo de cristiano y moro,<br />Levanta en su testuz generaciones<br />De nobleza, en busca de ovaciones.<br /><br />Hombre y toro ritual, fuego hechicero<br />Y en los ojos abiertos todo el ruedo,<br />¡Se apaga el sol y enciende en el torero!<br /><br /> Deteniéndose el viento luce quedo<br />Y al ritmo de los cuernos dice quiero,<br />¡Oh encarnado clavel, divino enredo!<br /><br /><br /><br />Posible realidad<br /><br />Soneto<br /><br />Totalitarios sus engaños sienten<br />Capitalismo y comunismo, mienten,<br />La justicia social es la verdad<br />Equilibrio en servicio y equidad.<br /><br />Los derechos humanos se presienten<br />Bien de todos, conscientes se consienten.<br />Cimentada en común necesidad<br />La economía es trabajo y dignidad.<br /><br />Paz y bien las naciones por lograr<br />La justicia social es nuestro hogar,<br />Derecho y ley y en el orden libertad.<br /><br />Ejercita el gobierno autoridad<br />Cada quien ocupando su lugar,<br />Lo mejor de la humana sociedad.<br /><br /><br /><br />Más que estrambote al Siglo XXI<br /><br />Soneto<br /><br />Fue ayer matar del maya al vencedor<br />Dar la vida orgulloso, fue su honor,<br />Doncellas enjoyadas, porque brote <br />Son lanzadas al agua del Cenote.<br /><br />Hizo en guerra florida vencedores<br />El azteca honrando sus horrores<br />Abierto pecho, el corazón a un dios.<br /><br />Ese culto de historia es un deporte<br />Aplaudido, aclamado, de hoy reporte,<br />La historia se repite, así es la tierra<br />Con el hombre al camino de la guerra.<br /><br />El respeto a la vida no va en pos<br />Destrozando reliquias y santuarios,<br />Cuerpo y alma, destrozos arbitrarios.<br /><br />Hoy, Caifás y Pilatos<br />Son sentencia del circo a los cristianos<br />Que aniquila, ¡a todos los humanos!<br /><br /><br /><br />Hacia la Visión del Padre<br /><br />Soneto<br /><br />Padre nuestro que reinas en los cielos<br />Y en la tierra haz sembrado tu Palabra,<br />Tu voluntad, haced la puerta se abra,<br />Que obedezca y que cumpla tus anhelos.<br /><br />Noche y día con Cristo y sus desvelos<br />Con su amor sin el odio ni los celos,<br />Beba el cáliz y coma de su mesa.<br /><br />Padre nuestro que has hecho el universo<br />Y me hiciste en el mundo, siendo adverso,<br />Dame fuerza hasta el fin, aunque me pesa<br />Como a Cristo, la cruz que me interesa.<br /><br />Resucite, soy miembro El encabeza<br />El librarme del mal y el enemigo<br />Y contigo hacerme eterno amigo.<br /><br /><br /><br />Dios es inmensidad de amar<br /><br />Soneto<br /><br />Yo siento el corazón vivo y palpita<br />Sintiendo el mar y el universo entero,<br />Con todos mis pulmones te recita<br />Azul el viento y dice, yo te quiero.<br /><br />El amor es allí mi pensamiento<br />Bien lo sé, el más grande mandamiento<br />Que en el fondo de mi alma llevo escrito.<br /><br />Soy tus manos viviendo y en ti muero<br />Sé que en Cristo creyendo resucito<br />Es verdad, si su muerte fue un delito<br />Más verdad es su triunfo duradero.<br /><br />Siempre vuelvo a leer, siempre me invita<br />La Palabra de Dios que resucita,<br />¡Oh divina visión del infinito!Octavio Esquivel Díazhttp://www.blogger.com/profile/16599731939707741135noreply@blogger.com0